martes, 7 de junio de 2016

PARA EL ENFOQUE ENFERMIZO Extracto del libro La Vida (Javier G. Delgado.)




Ahora vamos a ver el tema visto desde cómo manejar las soluciones. Nosotros sentimos recordar aqui el poder hacerlo desde subir y bajar constantemente para motivar el cansancio de no querer más de lo mismo. No obstante, nos vamos a centrar en aquellas personas que deciden hacerlo conscientemente, o sea, sin más juegos o entretenimientos en la medida que puedan ir en esta dirección. Los demás ya eligieron el otro camino. Y desde esta directiz, aparte de ser mas disfrutable, se puede obtener unos resultados que se consolidan más y mejor mientras el avance adquiere velocidad. Entonces, si eres alguien que ya no desea bajar más de forma inconsciente porque estás cansado/a de viajar así, cansado/a de esconderte de ti, te queda ser consciente de identificar el lugar en donde te encuentras. Ver este lugar significa tener en cuenta o conocer lo que hasta aqui no te ha motivado para poner el punto cero, ese lugar desde el que vas a partir con la responsabilidad que tienes de aceptar tus debilidades aun por superar. Una vez más hacemos incapie que al partir desde esta zona reconocida, has de poner primero la lupa encima justo de lo que más trabajo te cuesta superar. Poner la lupa es pasar ahora a hacerlo de forma explicitamente sencilla. Ya no valen las luchas internas, ya no vale por tanto el ir con el propósito de pasarlo mal ya que has aprendido que toda lucha conlleva ese propósito. En esto queremos ser muy claros porque ahora la transparencia se pone delante de ti para que, por decisión tuya, puedas hacer lo que siempre fue sencillo de hacer. Hablamos de un hacer que tiene inmerso en sus entrañas el dejar de hacer muchas otras cosas. Vamos a repasar algunos. No son para nada definitivos, recuerdalo.
  1. Dejar el tema de querer controlar el exterior para poder controlarte a ti.
  2. Apartar la separación (de la que hablamos en el texto anterior) en tu vida de forma que puedas ir suelto, ligero de equipaje. Abre la maleta del miedo a hacer esto y deja que todo salga de ella. No olvides que sin el peso de esta maleta es cuando en verdad estás protegido/a. Caminar sin el miedo a estar aislado de la vida abre percepciones nuevas y te potencia el seguir centrado/a en ti.
  3. Todo esto anterior te lleva a este tercer paso de estar mucho más consciente de ti. Por tanto este numero tres habla del silencio mental con el propósito de llegar a ti más comprensiones, el resultado de haber puesto la lupa donde dijimos, la transparencia que se acerca a ti a modo de caricias.
Evidentemente, si has dejado el control, abres de verdad esa maleta que dijimos y te expandes en el silencio, es porque ya estarías capacitado para empezar a Ser, a ver la vida con esos otros ojos de los que venimos hablando desde el inicio del anterior libro. Tú sabes que pueden quedar otras cosas por medio sin resolver. No importa. No importa para que importe. Conociendo el camino consciente que hemos intentado mostrar sin ninguna pretensión, que no es otro que haberte lanzado más en estar consciente de tu interior en el tema de los enfoques enfermizos, esas otras cosas que queden, sabrás darle el tratamiento que merecen. Porque ya no te queda más que recurrir a tu intuición para que salten practicamente solos fuera de ti liberándolos de esas pequeñas cárceles que antes no podias ver. No olvides que aunque trabajes ahora a mayor velocidad, todo tiene y seguirá teniendo siempre su momento.Ve despacio para ganar en velocidad. Directamente, la vida del sufrimiento mientras creabas enfoques enfermizos, para ti ya ha terminado. Pero ojo a esto, no conviertas este texto en seguirlo al pie de la letra porque entonces estarias creando un sistema. Y como sabes nosotros no vemos la vida desde ninguna técnica porque todo antes o después hay que soltarlo. Tu entiendes ya este lenguaje. Asi que sabes que esto significa que no hay por qué enredarse con cosas nuevas que la mente quisiera poder seguir. Un último aspecto que hemos dejado para este párrafo, no lo podíamos saber antes:

CADA VEZ QUE NO TE SIENTAS BIEN, HAY UNA LUCHA INTERNA CONTIGO. 
Deja la lucha y volverás a ti. Esto funciona para todas las cosas. Pero mira esto: si la misma lucha se repite a menudo, hay algo ahí que vas a saber qué hacer con ello. Hay algo en lo que tienes que poner la lupa encima, mirarlo por completo, con calma, observarlo desde tu abrazo que has aprendido a darle a todas las cosas o al menos sabes ya lo que tienes que hacer para que algo cambie. Para hacerlo sabes ya que solo necesitas recurrir a tu honestidad contigo. No mas juegos. Esto es importante y seguirá siendolo hasta que toda lucha cese. Toda lucha te recuerda una calma. Y recordamos algo que también sabes: en la medida que te pongas en primer lugar (y ya sabes lo que significa en lo profundo), en la misma medida amarás ese primer lugar sano, limpio de instancias anómalas que siempre eran regresivas, transparente en la misma medida de tu avance, de tu, ahora veo mas claro, de tu intención honesta. Es una objetividad que se abre y empuja puertas sin que tengas la sensacion de haberlas empujado aunque todo lo hagas tu para con tu vida. Si te caes en algo, no luches contra la caida. Sólo obsérvala y te verás enseguida de pie. En términos metafóricos: si llueve, o no sale el sol, si el viento te aporrea la cara, si un rayo cae a tu lado, si todo comienza a temblar... a mi me da igual, yo voy a seguir amándote, la vida entera va a seguir amándote, va a seguir enviándote energía nueva constantemente. Las apariencias de lo que sucede ya las conoces tambien. Entonces contigo está todo. Ahora Eres aunque la mente hable. Déjala que hable, TÚ SOLO OBSÉRVALA. No dialogues con ella porque el silencio no es hacer amigos, ES VIVIR EN AMOR PARA TODO. 
Mira lo que hay tras estas palabras. Y el amor nace en verdad del silencio. 
Tu sabes QUIEN ERES, tu tienes muy terminado el puente, los obreros de la construcción te han apoyado en todo momento, dejaron de ir incluso a tomar el bocadillo para que todo estuviera listo para ti. ES TU MOMENTO casi de regresar. Todos te esperan. Tienes una nueva casa. Está construida en lugar seguro. Está construida sobre roca. Hay un faro pequeño adosado a ella que da una enorme Luz. A veces te encantará subir a él para ver los barcos regresando a Casa. 
VERÁN TU LUZ.
Me "muero" de ganas por verte ahí.
Y así lo sentimos.
Nuestro abrazo siempre está.
Javier G. Delgado.

ENFOQUE ENFERMIZO Extracto del libro La Vida (Javier G. Delgado.)




Es la enfermedad real que lleva, entre otras, a la enfermedad física. Vamos a ir por partes y despacio para verlo bien. Sentimos hacer en este apartado una pequeña lista de sus formulaciones para abrir los sentidos algo más hacia su comprensión. De todas formas hay una máxima que es importante que comprendas: 

TODOS LOS ENFOQUES QUE SE DETENGAN EN PROBLEMAS, SON ENFERMIZOS Y CREADORES EN TUS 
EXPERIENCIAS. 

Es este tipo de enfoque del que hablamos y del que vamos todos a aprender más de este curioso campo. En este caso no sugerimos tanto la solución a ellos como sí a que se entienda el procedimiento a efectuar para que se dé el enfoque enfermizo. Y vamos a elaborarlo de esta forma porque nos parece más básico el tratamiento para en un posterior apartado tratarlo de forma resolutoria. Así que primero, antes que nada, vamos a exponer qué aspectos necesitas para que se produzca una enfermedad, ya sea ésta de tipo interna (el cuerpo real) o externa (el cuerpo físico). Nos gustaría poder hablar ya de las soluciones a lo que tienes, pero sencillamente no podemos dado que aún no sabes lo que tienes encima. Para ello te lo vamos a explicar antes de resolver nada. Es algo así como el que va al médico y le dice, doctor qué tengo que me duele mucho aquí, y el doctor le dice póngase allí y así se le quitará el dolor. Pues siguiendo el chiste, puede que intuyas en este texto algunas cosas que necesitas o explicarte en qué consiste cambiar el lugar desde el que siempre miraste para canjear la enfermedad por salud.

TIPOS EN ENFOQUES ENFERMIZOS QUE HAS CREADO COMO NECESARIOS 


1. Necesito del enfoque enfermizo porque el problema es real
(En realidad el único problema que tienes es el miedo a que tu cuerpo físico enferme, por tanto, este miedo te llevará a reproducir una enfermedad. Siempre se te respetará que crees enfermedades porque corresponde a tu libre albedrío. Estás preparado/a así para crear desamor o enfermedad)

2. Si no busco soluciones alternativas, no se va a resolver.
(La única solución que tienes y no es alternativa, es tu ser real. Las soluciones alternativas nunca sanarán tu verdadero inconveniente: ser como el monstruo que te comes a ti mismo. Y sin el como también es cierto. El miedo siempre te ha funcionado para crear enfermedades. Para tener miedo, necesitaste aprenderlo. El miedo es un estado de “inseguridad”. La palabra inseguro no es real, tuvo que inventarse para que te fuera más sencillo crear miedo o ilusión. No sabes por tanto que lo único que tienes que resolver es tu afán de seguir creando ilusiones. Existe el verdadero afán que no puedes ver y que por ello siempre niegas. Eso es la inconciencia. También apto para crear enfermedad)

3. Solo no puedo, necesito de ayuda
(Necesitas verte solo, separado de la vida para que sea más fácil el enfoque enfermizo. Por tanto creaste la separación entre la Vida y tú. Aunque nada exista separado de nada, en tu ilusión de decidirlo así se manifiesta en tus experiencias. Si te sintieras muy conectado con la vida, no tendrías forma de crear una enfermedad. En tu visión de pedir ayuda fuera de ti reside tu engaño. Estas capacitado/a para crear enfermedad)

TODOS ESTOS ENFOQUES SIEMPRE SON DESDE EL OLVIDO DE QUIEN ERES.
NO PUEDES CREAR UNA ENFERMEDAD DESDE QUIEN ERES PORQUE HAY ASPECTOS BÁSICOS QUE NUNCA CAMBIAN.
TODA ENFERMEDAD ESTA BASADA EN UNA CARENCIA DE AMOR.
MIENTRAS PERSIGAS EL ENFOQUE ENFERMIZO HAY ALGO EN TI QUE NO AMA.

Queremos explicar de una manera fácil y directa lo sencillo que es crear enfermedad. Solo necesitas mantener por un tiempo (este tiempo cada vez es menor) el tipo de enfoque que hemos compartido en este texto. Esto no es ninguna ironía. Es mucho más importante que tu sistema de creencias (si no deseas ya estar enfermo), el único que sobra o que falta, según decida cada uno. No hay juicios porque la vida no juzgará nunca tu libre albedrío, de lo contrario no serías libre de hacer lo que quieras. Este texto va dirigido a aquellas personas que deseen entender el mero funcionamiento de estas cosas. 

Inconscientemente existe la idea de que es bueno tener miedo. Popularmente esto siempre ha estado muy extendido y es en verdad un inconveniente que introdujiste a tus creencias. Y todos los miedos irán en dirección a hacer lo que sea necesario para darle la vuelta a aquello que sí funciona. Si has leído bien, observaras que dijimos hacer, no dijimos nada de Ser. 

Una vez nos preguntaron, entonces qué harías si tuvieras una herida infectada. Respuesta: en primer lugar tener claro que es una pregunta basada en el miedo, y tras esto, el conocimiento de que dicha herida la creaste tú (algo que siempre olvidas), ya que la pregunta nace de tu miedo, no del mío (también esto lo olvidas). Por tanto de alguna forma aún te persigue el apego a la muerte física como colofón final del miedo o como atracción de aquello que temes. Por otro lado, no vas a resolver nada interno tuyo con las cosas que hagan otros. Pero sí puedes tener una idea más clara de que el miedo ya no es necesario en tus experiencias.

De nuevo explicamos la incongruencia para los que no la hayan visto: con el enfoque enfermizo atraes aquello que tras manifestarse en tu experiencia dices que ya no lo quieres. Una pregunta lógica podría ser: ¿para qué entonces su creación?

Si de verdad quieres deshacerte de los “problemas”, tal vez podrías decirte… entonces…

EL PROBLEMA ES QUE NO HAY PROBLEMA.

Javier G. Delgado. 
Nuestro abrazo

Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos Parte.III)




Las grandes enseñanzas cósmicas. Parte III.

«Habita en ti», significa:

No permitas ningún pensamiento humano, egoísta.

Toda tu forma de sentir, pensar, hablar y obrar, elévala a Dios.

Habla sólo cuando se te pregunte, y en ese caso exclusivamente conforme a la ley eterna del orden del templo –ni demasiado ni demasiado poco; la medida está en ti–. O habla cuando sea importante para tu prójimo, cuando puedas darle dones de la vida.

No preguntes por curiosidad. Si es posible, no preguntes en absoluto; pues lo que hayas de oír y saber, te lo hará llegar aquel que habita en ti.

Y cuando tu prójimo, junto a ti, esté absorto en meditación o en pensamientos, no le dirijas la palabra para explicarle tu sabiduría humana, pues no sabes dónde se halla en ese momento, con quién o con qué está él en comunicación.

No molestes a tu prójimo: entonces tú tampoco serás molestado nunca, porque te habrás convertido en la atención misma.

Y cuando tu prójimo esté comiendo o trabajando, no le molestes, a no ser que tengas que comunicarle algo importante o esencial, pues tú no sabes con quién o con qué está él en comunicación.

No desperdicies energía; pues con ello debilitas tu alma y tu cuerpo. A la vez abandonas los lugares sagrados en lo más interno de ti, la Divinidad en ti, y te sitúas fuera de ti.

Entonces empiezas a apoyarte en el templo de tu prójimo, y comienzas a exigir, porque la energía de tu alma y tu energía física disminuyen.

Quien no habita en su templo, olvida paulatinamente que él mismo es el templo del Espíritu Santo, porque ya no respeta el orden del templo, que dice:

Permanece en ti. En el Santísimo experimentas y recibes todo, para ti y para tu prójimo. En ti percibes todo lo que has de decir o no decir. En el Santísimo, en ti, recibes también las fuerzas para tu trabajo cotidiano.

Quien no mantiene puro su propio templo, construye templos externos o los sustenta con su energía, en forma de asentimiento a ritos, dogmas y cultos, y con sus talentos y monedas. Entonces se convierte en prisionero de un orden que no es el orden sagrado, Dios.

Quien en Dios, en su templo, se halla en casa, está viviendo en lo más interno, en lo más sagrado, y nunca penetrará en el templo de su prójimo ni lo ultrajará.

Por tanto, nunca penetres en el templo de tu prójimo con tus deseos obstinados, con tu querer, con tus ideas, opiniones y conceptos.

Nunca obres de forma determinante o exigente sobre tu prójimo, y tampoco lo obligues a hacer tal o cual cosa. Si él satisface tu apremio únicamente para hacerte un favor o para que le dejes tranquilo, te habrás convertido en ladrón y saqueador, pues le habrás robado una parte de su fuerza de vida.

Respeta el templo de tu prójimo, pues también él ha de aprender el orden del templo y, a través de sus debilidades y errores –que sólo ve si no le impides ver–, reconocerse y purificar aquello de lo que es consciente, para poder entrar también en el Santísimo, en su templo, que se va purificando cada vez más.

Si tienes en cuenta las legitimidades del orden del templo, te respetarás a ti mismo y respetarás a tu prójimo.

Quien no se respeta a sí mismo, tampoco respeta a su prójimo, porque él mismo no respeta el orden del templo, la ley del templo.

El orden del templo es la ley del templo; es la ley eterna sagrada; es la vida en Dios y con Dios.

Quien respeta la ley del templo, eleva sus sentimientos, sus sensaciones, sus pensamientos, sus palabras y actos a Dios, y así está colmado de Dios; y lo que siente, piensa, habla y lleva a cabo contiene fuerza divina.

Quien respeta la Ley, Dios, es uno con su prójimo y con todo lo que es, porque aquel que respeta la ley eterna, es el SER.

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Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos Parte.V)




Las grandes enseñanzas cósmicas. Parte V.

Todo está en ti. La vida está en ti, y la vives desde ti.

Ya que todo se efectúa primero en ti, el eterno SER no tiene sombras. Por eso no hay ni arriba ni abajo, ni delante ni detrás, ni derecha ni izquierda.

La unidad universal es un cristal grandioso que destella en todas las facetas de la vida interna, y cada irradiación traspasa cada faceta.

El hombre habla de «arriba» y «abajo», de «delante» y «detrás», de «derecha» e «izquierda», porque sólo ve con los ojos externos y solamente percibe las reflexiones de la verdad. Con el comportamiento erróneo humano creó la condensación, con lo que se originó la forma de pensar de las tres dimensiones, ya que él, con sus ojos físicos, sólo mira hacia las paredes del mundo de capullo creado por él mismo y lo toma por real y por la naturaleza de su vida.

Lo denso, la materia, no es otra cosa que energía de Dios degradada, la inversión de polaridad de la luz, las sombras.

El alma de quien vive en este mundo de sombras del hombre, está ensombrecida y se halla como ser humano en la Tierra para expiar aquello en lo que ella ha contribuido a ensombrecer la totalidad –a no ser que ese ser de la luz venga enviado por el Todopoderoso para anunciar los caminos que indican al hombre, al alma ensombrecida, cómo salir del laberinto de su oscuro yo.

Si quieres respetar el orden del templo, hazte consciente de esto: la vida es una totalidad: como totalidad está arriba y abajo, delante y detrás, a derecha e izquierda. 

Si has reconocido esto y vives en lo más interno de tu templo, también tomas de lo más interno en ti.

Lo que para el hombre-externo está arriba o abajo, delante o detrás, a la derecha o a la izquierda, para el hombre-interno es la vida, la totalidad, en él mismo.

Si respetas el orden del templo, vives en el templo, en el Santísimo de Dios en ti, y te experimentas a ti mismo. 

Cuando te has experimentado a ti mismo como al SER, conoces a tu prójimo, porque conoces el Universo, el SER.

Entonces no necesitas buscar –has recibido, porque el SER da eternamente; El da en ti; El fluye a través de ti y se manifiesta en ti y en este mundo.

Si te reconoces como el SER y vives en el SER, no necesitas mirar a tu alrededor para encontrar la verdad, el SER, porque sabes que lo que hay detrás es lo mismo que hay delante. 

No necesitas mirar hacia la derecha o hacia la izquierda, pues sabes que a derecha e izquierda hay lo mismo que detrás y delante. No necesitas mirar hacia arriba ni hacia abajo; sabes que arriba y abajo hay lo mismo que delante y detrás, que a derecha e izquierda: la Vida, lo grande en lo más pequeño y lo más pequeño en lo grande, en ti, el SER.

Ten esto presente y llévalo siempre contigo:

Dios está presente; Dios es todo en todas partes.

En lo más grande está lo más pequeño, en lo más pequeño lo más grande, Dios.

Si te has encontrado, has encontrado a Dios, y en el Universo, estás en casa. Entonces no necesitas mirar alrededor buscando el Universo, no necesitas mirar hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia arriba, hacia abajo –en ti está el Universo; en ti está Dios; en ti está tu prójimo; en ti están todas las fuerzas de los reinos de la naturaleza.

Si te has encontrado, ves en profundidad todo en ti, porque tú mismo eres todo en todo.

Ten esto presente una vez más, y llévalo conscientemente en ti:

Si mantienes puro tu templo, habrás desarrollado todo en ti, y tendrás respeto por el templo de tu prójimo y veneración por el Santísimo, que habita en ti y en tu prójimo y en todas las formas de vida de la naturaleza.

Tú eres rico, pues el Universo está en ti. Por eso todo lo hallarás en ti mismo –lo más pequeño en lo grande y lo grande en lo más pequeño.

Estos y otros detalles de la ley eterna los enseñé Yo, Cristo, siendo Jesús, a aquellos de Mis apóstoles y discípulos que podían captarlos. Sin embargo, una y otra vez tuve que explicarles también el camino hacia el eterno SER, la ley de la Caída, la ley de siembra y cosecha.

La ley de la Caída es energía de Dios degradada, invertida en su polaridad por el adversario, que quería utilizarla contra Dios. Esta conclusión errónea llevaba en sí el cambio; pues lo que el hombre siembra de humano, lo cosecha él –y no Dios o el prójimo.

En Dios no hay curiosidad. Quien mira a su alrededor por curiosidad, sólo ve su propio yo inferior, a sí mismo, el yo, y no ve su verdadero Yo divino –por eso tampoco se conoce–. 

El curioso va buscando algo nuevo, para ganar algo para sí o utilizarlo para sí, porque le faltan valores internos.

El curioso es la avidez, el ansia. El se ve y se oye sólo a sí mismo.

El curioso, que mira con curiosidad hacia la derecha y hacia la izquierda, hacia delante, detrás, arriba y abajo, es también el atemorizado, que en todas partes ve peligros para sí. 

El no reposa en Dios y por eso tampoco vive en Dios, y así crea para sí mismo aquello que está temiendo. Vive en el mundo de la limitación y de lo denso.

Quien teme a otros, tiene miedo de sí mismo; no tiene confianza en sí mismo. Para él lo denso es lo real y a la vez amenazador. En su pusilanimidad está constantemente cuidando de mirar a su alrededor, para que no le suceda nada. 

Con curiosidad mira hacia adelante, hacia atrás, hacia la derecha y hacia la izquierda, hacia arriba y hacia abajo, y así se cree seguro, porque es de la opinión de que así tiene una visión que lo abarca todo.

La visión de conjunto, el mirar hacia arriba y hacia abajo, hacia la derecha y hacia la izquierda, hacia atrás y hacia adelante, debería ser, en la materia, sólo para orientarse; pues vuestros ojos físicos han sido creados para la materia, para lo denso. Quien así lo hace, permanece en el templo del interior y respeta el orden del templo.

El verdadero sabio es el prudente, que permanece en el Santísimo y mantiene allí el silencio. En el templo del silencio el verdadero sabio, el prudente, recibe las indicaciones directamente de Dios y la bienaventuranza de Dios.

Si te has ejercitado en la ley de la vida interna, sientes y piensas de forma divina y hablas Su palabra, que tú eres: divino.

Quien vive como gota en el Océano Dios, se ha convertido en la ley de Dios. La gota es la esencia de todo el Océano. 

Todas las gotas forman a su vez el Océano, Dios. 
Una gota es igual a otra gota, porque en una está contenido todo. Por eso todas las gotas se traspasan unas a otras y forman el Océano, la ley universal, Dios.

La ley universal, Dios, es el Santísimo en ti. Allí hay absoluto silencio.

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Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos Parte.IV)





Las grandes enseñanzas cósmicas. Parte IV.

Ten presente:

Tú eres el templo del Uno, Santo, que habita en ti.

Por tanto, mantén puro tu templo, respetando el orden del templo.

Hazte cada día nuevamente consciente de que en ti habita el Omnisapiente, el Eterno, que sabe acerca de todas las cosas, que está contigo, que te habla, que conoce cada respuesta y cada solución.

Al despertar por la mañana, antes de cada conversación, antes de comenzar un trabajo, cuando te encuentres con tu prójimo y hables con él, piensa en esto:

El Omnisapiente, el Eterno, que sabe acerca de todas las cosas, habita en ti.

El te habla. El habla a través de ti. 

El te guía en las conversaciones. El obra a través de ti en toda situación. El es la fuerza durante el trabajo.

Ten presente:

No permitas que algo inútil o algo impuro dé vueltas en tu consciente o en tu subconsciente.

Quien vive conscientemente, está alerta y conoce los vagabundos que se acercan sigilosamente para tentarle.

Coge el látigo de la fuerza interna y expulsa de ti todo lo impuro que se acerca sigilosamente, para que no halle entrada al templo santificado.

Con el dominio de tus pensamientos y sentidos, tu templo interno se ha vuelto puro.

¡Expulsa de ti lo que se acerca sigilosamente, toda tentación!

Sin embargo, antes de expulsar de ti la tentación, saluda lo bueno en ella y permite que se mueva en ti.

El movimiento de lo bueno en ti, produce dolor en el malo, en el tentador que está detrás de las tentaciones.

El dolor es la conciencia, que llama a la puerta del malo y se hace notar como ayuda y fuerza para la transformación, ofreciéndose al mismo tiempo para ésta. Así lo malo tiene la posibilidad de autorreconocerse y purificar. 

Lo malo que viene de fuera es la tentación, tras la cual hay tentadores que dirigen las fuerzas negativas hacia ti para ponerte a prueba, para ver si acabas sucumbiendo a ellos.

Lo mismo ocurre por medio de ti, el liberador, sólo que en el transcurso inverso: lo bueno en ti llama a la puerta del malo, para moverlo a recapacitar, a autorreconocerse y a dar la vuelta.

Si se acerca lo malo, sitúate ante la puerta de tu templo interno y llévale al malo los dones de lo bueno.

En la reacción de los pensamientos fugaces que has percibido, notarás la reacción del tentador. Si sientes que tus dones desinteresados han hallado eco, es decir han sido aceptados, añade aún otros. Luego indícale al tentador la consciencia del Cristo de Dios y entra de nuevo en el santuario interno, en tu templo.

Allí, en lo más interno de ti, no permitas ni pensamientos ni reacciones humanos. Conserva lo bueno del tentador en lo más interno de ti y muévelo de vez en cuando; entonces le emites la ley universal. 

Le emites por tanto dones del amor desinteresado. 
Sin embargo, no actúes como receptor; eso déjalo al Cristo de Dios y a Su hijo, el tentador.

Cómo se comporte tu prójimo y lo qué emita, concierne únicamente al Padre eterno y a Su hijo.

Tú mantén el orden del templo: ¡calla!

Callar significa estar en el silencio.

A través de quien vive en el Santísimo, en Dios, vive y habla Dios.

En el templo de Dios no pueden existir pensamientos humanos. Permanece sin pensamientos, es decir silencioso, en ti.

Y cuando pienses, piensa de forma divina.

Y cuando hables, habla la Ley Dios –habla de forma divina.

Habla sólo de forma divina, y sólo cuando tu prójimo desee dones que provienen de la ley de la vida.

Ten presente:

Tus sensaciones puras y tus pensamientos puros son divinos.

Tus sentidos desinteresados, nobles, es decir éticos, son finos. Son las antenas dirigidas al Universo, que se elevan al Cielo, porque tú vives en el SER, en el Cielo, y por ello también recibes del Cielo.

No mires nunca hacia tu prójimo, pues si lo haces, sólo estás mirando hacia ti.

Sólo cuando hayas aprendido a mirar a través de ti en profundidad, desde lo más interno de ti, desde el Santísimo, traspasarás internamente también a tu prójimo.

Mientras no puedas traspasar internamente a tu prójimo, tampoco le habrás acogido en lo más interno de ti.

Sólo cuando hayas desarrollado lo divino de tu prójimo, que también está en ti, conocerás a tu hermano y a tu hermana en ti.

Mientras no puedas traspasar internamente a tu prójimo, te será extraño, porque también tú eres aún un extraño, lejos del eterno SER.

Cuando ambos os traspaséis internamente el uno al otro, ambos hablaréis el lenguaje del SER y estaréis conscientemente unidos y también unidos en Dios.

Nunca digas: «este hombre es un extraño para mí».

Aunque la envoltura del alma te sea desconocida, es decir extraña, permanece en esta consciencia: el contenido de la envoltura, lo puro en lo más interno del alma, es una parte de ti.

Si no conoces ni a tu hermano ni a tu hermana, tampoco te conoces a ti mismo, porque no has desarrollado la parte pura de tu prójimo que hay en ti.

Mientras separes lo «conocido» de lo «extraño», estarás lejos de Dios.

Por eso no te veas nunca como ser humano, sino mírate a ti y a tu prójimo como reflejo y como imagen y semejanza de Dios, y míralo como hermano tuyo o hermana tuya en ti. 

Entonces experimentarás en ti que la vida es el SER, porque es omnipresente en ti y en todo –lo más pequeño en lo grande y lo grande en lo más pequeño.

Reflexiona sobre la siguiente legitimidad:

Has hablado con un hombre que sólo conoces por su nombre, pues desconoces aquello de lo que él está compuesto. 

Tampoco tu prójimo, que sólo vive en lo externo, se conoce a sí mismo, pues él tampoco sabe de qué está compuesto. 
De modo que él no se conoce, y tú tampoco le conoces. 
Si por tanto ambos no os conocéis, tampoco conocéis a Dios; por eso cada uno de vosotros se siente solo. Dios, el Padre eternamente amante, conoce a cada cual, porque ama a cada hijo y lo tiene en Su gran corazón de Padre.

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Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos Parte.2º)






Las grandes enseñanzas cósmicas. Parte II.

En el SER, que es eternamente, viven los seres puros, y tienen su existencia en el eterno SER porque ellos mismos son el eterno SER, la ley eterna, Dios: la pureza, la belleza, la libertad, lo noble y lo fino, el amor desinteresado. Los seres puros son el SER en la corriente universal, en Dios, en el SER.

Las almas cargadas, en los ámbitos de purificación, y las almas cargadas encarnadas, los hombres, no viven en calidad de SER ni se mueven tampoco en la corriente del SER.

Quien no vive en Dios, vive en el mundo creado por él mismo, que está formado por sus sensaciones, pensamientos, palabras y actos humanos, a los que él llama su «Ser» y su «Yo». Este es el pequeño mundo del yo humano.

En este pequeño mundo vive y se mueve, y cree tener únicamente ahí su existencia.

El ve entonces sólo con los ojos de su pequeño mundo, que puede compararse con un capullo. Por eso también ve sólo el pequeño mundo de capullo de su prójimo.

Ve solamente la superficie de la vida, el reflejo, porque vive sólo en lo externo y se mueve sólo en su pequeño mundo, en su capullo, que él mismo ha tejido con sus sensaciones, pensamientos, palabras y actos negativos. Eso es su estado de consciencia.

Los hilos del pequeño mundo de capullo son en cierto modo las paredes hacia las que él mira y a las que califica de «la verdad». Ya que sólo mira hacia las paredes de su pequeño mundo propio, también ve sólo las paredes del pequeño mundo de su prójimo. Por tanto, ve solamente en el espejo de la verdad, y no ve en profundidad la verdad misma.

Habla de la verdad y se refiere con ello al reflejo de la verdad, a lo que él mismo ha introducido, aquello con lo que se ha envuelto a sí mismo, aquello en lo que cree, porque sólo ve eso. El cree por tanto sólo lo que ve, y lo llama la verdad.

En todo el Universo hay sólo un principio: emitir y recibir. Cada cual se emite a sí mismo –lo que él es, su forma de sentir, pensar, hablar y actuar.

El ser que es puro, vive y obra en y a partir de la ley pura eterna, la ley universal.

El impuro vive en su pequeño mundo creado por él mismo, que está compuesto por sus impurezas, es decir, por la basura de sus sensaciones, pensamientos, palabras y actos. En este su mundo de capullo vive y se mueve, y siente, piensa, habla y actúa tal como él mismo es, de lo cual está compuesto a su vez su mundo de capullo.

El hombre que se ha cargado negativamente puede compararse con una oruga.

El hombre cargado –la oruga– se va envolviendo en el capullo de su pequeño mundo hasta que comprende que tiene que salir del capullo, es decir desarrollarse, para volverse una mariposa, un ser de la luz que vive y se mueve en la ley universal eterna de Dios y tiene en el Eterno su existencia eterna, en el principio universal, que es, y que se denomina a sí mismo Yo divino: lo puro, fino, noble, bello, el amor desinteresado, la ley universal, lo absoluto, el eterno SER, la verdad eterna.

Por eso toda oruga tiene que desarrollarse, es decir, desenrollar aquello con lo que se ha envuelto, para reconocerse en ello, para arrepentirse de lo reconocido, pedir perdón, perdonar y no volver a hacer lo reconocido.

Entonces se disuelven los hilos de su capullo; se derrumban los muros a los que el hombre había mirado hasta la fecha y que él llamaba la verdad –el pequeño mundo de su yo, que sólo era el reflejo de la verdad–. Entonces el alma luminosa y el hombre orientado hacia el interior, hacia el Santísimo, contemplan en sí mismos el eterno SER, la verdad eterna.

El eterno Yo divino es la verdad. Quien ha llegado a ser la verdad, es él mismo la verdad, el Yo divino, el SER, el Yo Soy, la ley eterna del amor.

Con los ojos de la verdad el hombre también contempla en sí mismo lo que hay en el exterior. Penetra el reflejo de la verdad, y en todos los hombres, acontecimientos, conversaciones y sucesos contempla la verdad.

Ve con los ojos de la verdad también lo falso. No puede ser engañado, porque él es la verdad y ve en profundidad con los ojos de la verdad, y todo lo dice, conversa y lo lleva a cabo en la verdad.

El es por tanto la verdad, que es la ley eterna del Universo, en la que vive, en la que se mueve, de la que toma y con la que obra.

El es la verdad, la ley, en toda sensación, en todo pensamiento, en toda palabra y en todo acto.

Dado que la verdad, el SER, la ley eterna, está en ti, y lo verdadero, lo eterno, toma forma y aspecto primero en ti y tan sólo luego en el exterior, en tu entorno y en el mundo, tienes que vivir en ti, en el Santísimo, que habita en ti.

Por lo tanto, comprende que tú eres el templo del Uno, Santo, que habita en ti.

Ten presente la siguiente frase de la verdad, y vive según ella:

Habita en ti, pues tú eres el templo del Uno, Santo, que habita en ti.

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Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos (Cap. 1º)





Las grandes enseñanzas cósmicas. Parte I.

Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos que podían captarlas

Prólogo

En este gran cambio de era en que la época cósmico-espiritual irrumpe con poder, en que hay hombres que preguntan cada vez más por la naturaleza de Dios y recorren el Camino Interno al corazón del amor infinito, Cristo ha cumplido las palabras que pronunció siendo Jesús de Nazaret: Aún tengo muchas cosas que deciros; pero cuando venga aquél, el Espíritu de la Verdad, os conducirá a toda la verdad.

El Espíritu de la Verdad es el Cristo de Dios, uno con el Padre eterno, el Espíritu de la Vida, el poderoso, omniabarcante, omnipresente Yo Soy.

En esta época cósmica, en el poderoso cambio del materialismo a la espiritualidad, Dios, el Eterno, ha enviado a nosotros los hombres un ser al que El llama Su profetisa y mensajera. Nosotros, cristianos originarios en Vida Universal, que vivimos con la profetisa y mensajera de Dios, a la que sencillamente llamamos nuestra hermana Gabriele, podemos decir: como ser humano ha venido a nosotros un ser con consciencia divina, capaz de conducirnos, en nuestra vida, a las leyes eternas. Después de Jesús de Nazaret no ha habido otro profeta tal. No sólo afirmamos, sino sabemos que ella es el profeta más grande, después de Jesús de Nazaret. Las obras del Señor hechas a través de ella son tan omniabarcantes y detalladas, que ningún profeta las ha efectuado, a excepción del más grande profeta de todos los tiempos, Jesús. Según las palabras del Señor, nuestra hermana se halla en la tradición de los grandes profetas, que va desde Abraham hasta Jesús, pasando por Moisés, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel...

El Cristo de Dios ha hablado y habla poderosamente a través de ella. Recibimos las manifestaciones espirituales más elevadas, sabiduría tras sabiduría, de palabra y por escrito. Su palabra sagrada ya irradia en la actualidad a toda la Tierra. El poderoso Espíritu de Dios en Cristo nos habla a menudo a través de Su profetisa durante una hora o más tiempo. A través de la palabra divina manifestada hemos recibido la totalidad del Camino Interno, el cual nos conduce al SER cósmico, al manantial eterno, el amor infinito; a la ley divina que nosotros somos, como seres en Dios. El Cristo de Dios nos ha hecho aún otros regalos, como la Escuela de vida cósmica, la gran hora de enseñanza, en la que la profetisa de Dios enseña las leyes eternas y en la que desde la ley eterna esclarece la ley de siembra y cosecha, la ley causal. El Hogar eterno se acerca a los hombres que semana tras semana escuchan y llevan cada vez más a la práctica lo que es la herencia de todos nosotros: el amor desinteresado, la ley celestial eterna.

El Cristo de Dios, que es uno con el Padre eterno, ha dado actualmente a través de la profetisa y mensajera de Dios, nuestra hermana Gabriele, la presente obra grandiosa, Sus enseñanzas, que ya dio siendo Jesús de Nazaret, para el tiempo actual. El contenido del libro «Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos que podían captarlas. La vida de los hombres verdaderamente plenos de Dios», tiene la profundidad del SER; nos acerca al Hogar eterno, nuestra vida verdadera y eterna.

Lo que aquí se nos ha regalado aún no lo había habido nunca en esta Tierra ni volverá nunca a esta Tierra, pues estamos viviendo en el poderoso cambio de era. Con la profetisa y mensajera de Dios llega a su fin la tradición de los grandes profetas. ¡Viene Cristo mismo, el Hijo del Altísimo, nuestro Redentor! Esto lo anunció siendo Jesús, lo ha anunciado como Cristo y lo oímos una y otra vez actualmente a través de Su palabra profética: ahora viene El mismo. Ya no como ser humano, sino en Espíritu, como Soberano de Su Reino de la Paz sobre la Tierra. Los profetas de Dios mayores y menores, es decir, los verdaderos profetas, han señalado de múltiples maneras el camino de Su venida.

El último en la poderosa tradición de los profetas, ha traído el más grande espectro de la ley eterna omniabarcante. Lo ha recibido de los Cielos para los hombres de la Tierra, y ante todo para los hombres del Nuevo Tiempo, que se mueven en dirección al Reino de Paz de Jesucristo, que ya se está edificando actualmente, en este tiempo en que la Tierra empieza a limpiarse de todas las futilidades y desechos.

Honra, alabanza, loa y agradecimiento a El, al gran Uno universal en Cristo. El no nos deja solos a nosotros los hombres. La ha enviado a ella, la profetisa de Dios en la tradición de los grandes profetas. Queremos dar también sencillamente las gracias al ser que hay en este ser humano, por el gran sacrificio y el acto de amor que ha hecho por nosotros, entre nosotros y con nosotros como hermana nuestra.

Con el presente libro se nos ha dado una grandiosa obra espiritual de enseñanza.

El, el gran Espíritu, Cristo, nos conduce mediante Sus más elevadas manifestaciones, dadas a través de nuestra hermana Gabriele, a nuestra herencia espiritual-divina, a la ley eterna del amor. Desde ésta ha explicado también la ley de siembra y cosecha, la ley causal, indicándonos con ello cómo encontrar y seguir paso a paso el camino que nos saca de la estrechez del yo humano, de ataduras y del entramado del destino.

El presente libro, que queremos calificar de libro sagrado, se originó muy paulatinamente. Partes de él las enseñó previamente nuestra hermana en la Escuela de vida cósmica, la gran hora de enseñanza del Espíritu de Dios, sobre la Tierra.

Hasta la edición de esta obra de manifestación, el Cristo de Dios fue dando cada vez más legitimidades, y a través de Su profetisa hizo saber que El, Cristo, explicará a través de la consciencia de Su instrumento estas legitimidades en la gran hora de enseñanza, la Escuela de vida cósmica, para que los hombres de buena voluntad puedan mirar más profundamente en su herencia espiritual-divina, en lo que son como seres en Dios.

Así este libro continuará, pues el infinito sencillamente no tiene fin. Lo que con palabras podamos captar nosotros, seres humanos, lo dará el gran Espíritu, pues es el tiempo final; el cambio está a las puertas, y también Su sagrada venida.

Este libro sagrado servirá por tanto de libro de formación en la gran hora de enseñanza de los pueblos, la Escuela de vida cósmica. Dios, el Eterno, en Cristo, confió a nuestra hermana Gabriele, que ha consagrado por completo a El su vida, los más elevados dones de gracia, desarrollando en tal medida su interior que la piedra filosofal1, lo divino, brilla en ella, a fin de que pueda explicar la palabra sagrada a cada estado de consciencia, para que cada hombre pueda intuir y entender lo que significa ser Espíritu de Su Espíritu.

El tesoro que proviene de los Cielos, este libro sagrado, es ofrecido a todos los que quieran recibirlo como propiedad espiritual suya. Con sólo su entendimiento el hombre no puede captar lo que el Cielo tiene preparado para los que aspiran al Cielo.
La palabra sagrada, la Ley Absoluta, precisamente en este tiempo de la eclosión y revolución de lo espiritual, encontrará lugar entre aquellos que quieran transformarse según el Espíritu de Cristo. Puesto que ¿cómo podría efectuarse la evolución espiritual de la humanidad, sin que se conozca la Ley Absoluta y sin el saber acerca de cómo aplicarla de modo correcto en la vida diaria del hombre? ¿Cómo si no, habría de ir creciendo una nueva humanidad, una ética y una moral nuevas, el verdadero cristianismo, el cristianismo originario? Sólo a base de que lo espiritual, lo divino, traspase cada vez más la vida de los hombres, va creciendo el reino de luz de Cristo, el Reino de Paz, con hombres que en la Tierra viven de forma parecida a como en el Cielo, cumpliendo la ley celestial.

De esta forma aceptaremos y acogeremos en nosotros correctamente el regalo de los Cielos, las frases de enseñanza de la Ley Absoluta y la ley causal explicada desde la Ley Absoluta. La fuerza de irradiación de la Ley Absoluta nos dará alas para reconocer y superar lo que aún haya de humano en nosotros, purificar con ello nuestra alma y así avanzar, adentrándonos en la vida en el Espíritu de Dios, que es una vida en la ley de Dios, en el SER interno.

Los cristianos originarios en Vida Universal, seguidores de Jesús de Nazaret


A modo de introducción

Yo, la ley eterna, el Cristo de Dios, te esclarezco el Yo Soy, el eterno SER, que también tú eres en Mí.

Lo que repetiré con frecuencia, la Verdad, y lo que esclareceré partiendo de las tres cualidades divinas –Paciencia, Amor y Misericordia– es para ti, para que Me encuentres a Mí, el Cristo de Dios, en ti.

Yo ilumino el SER –a Mí y a ti– desde diversas perspectivas, para que obtengas la claridad sobre Mí y sobre ti y te encuentres en una o varias repeticiones, para encontrarme también a Mí, que estoy en cada repetición; pues Yo Soy en cada repetición la Verdad, que sólo se pronuncia, es decir se ilumina, cada vez de otra forma –para ti.


Las grandes enseñanzas cósmicas de JESÚS de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos que podían captarlas.

La vida de los hombres verdaderamente plenos de Dios

YO SOY el alfa y omega, el principio y el fin del Universo material y de los reinos de las almas.

En Mí y conmigo debéis ir madurando en la vida eterna, en la que Yo en el Padre Soy, como también vosotros, conmigo, en el Padre sois. Ahí no hay ni principio ni fin, porque Dios es y nosotros en Dios somos; pues Yo, el Cristo de Dios, elevo todo a la luz de la verdad.

Yo Soy la Vida, Cristo, el Hijo de Dios. Quien Me haga resurgir a Mí, el Espíritu de la Vida, Cristo, en sí mismo, habrá vuelto a hallar su herencia espiritual, que es su vida eterna. Entonces ese ser vuelve a casa, a Dios, el Padre eterno, puesto que procede de El.

Todos resucitarán en Mí. A todos los que crean estar perdidos, Yo los encontraré. Y los débiles se fortalecerán en Mí; pues Yo Soy la gloria en el Padre.

El, el gran Uno universal, Me ha encomendado la misión de conducir todo lo que parecía perdido, de regreso al eterno SER.

Siendo Jesús de Nazaret hablé sin parábolas, acerca de la ley de la vida, a los que Me podían comprender. Para los que no Me podían comprender, las palabras sagradas eran secretos; por eso una y otra vez hablé en imágenes. Sin embargo, ahora ha llegado el tiempo en que Yo, Cristo, manifiesto a todos la ley de la vida, para que Me encuentren; pues Yo estoy de camino, para erigir Mi reino sobre la Tierra.

¡Quien tenga oídos, que oiga!

Una nueva humanidad está surgiendo. Yo, Cristo, traigo a los Míos, que verdaderamente Me siguen, la reforma interna, la renovación espiritual, para la vida interna. El mundo de los sentidos perece –el mundo espiritual asciende, y con él todos aquellos que están orientados a Mí, Cristo. Ellos son los nobles, los finos, los que traen la vida interna, la nueva humanidad en Mí, el Cristo.

Muchos que están centrados en el mundo contemplarán el campo de la muerte y al final entrarán con las manos vacías en el reino de la muerte, en el que vivirán en calidad de espiritualmente muertos. Son aquellos que no han sido capaces de conducir su existencia terrenal, que en la escuela Tierra han desperdiciado la ocasión de crecer internamente.

El nuevo hombre cultiva la comunidad, pues ha desarrollado el sentido comunitario, el bien común: Uno para todos, y todos para Uno.

El nuevo hombre en Mí, el Cristo, no conoce la violencia, no conoce la pretensión de poseer ni el afán de poder.

Es el portador de luz, que irradia la luz e inflama con la luz de la verdad a todos los que verdaderamente aspiran a la verdad.

La nueva humanidad y la nueva Tierra tendrán una vibración algunos grados más elevada, la cual ya no podrá ser alcanzada por el que está atrapado por el mundo, el codicioso, el que aspira a poder y prestigio. El caerá en su propio oleaje, en lo que él mismo ha creado.

La nueva humanidad serán los hombres con nobleza espiritual, con valores internos, pues Yo, Cristo, habré resucitado en ellos.

El nuevo hombre en la época del Espíritu poseerá la Tierra.

El eterno SER fluye a través de todos los reinos y en la Tierra. Quien ha despertado a la verdad, ha despertado al SER, a la fuerza creadora y a la vida creadora que traspasa a la Tierra, que traspasa a los hombres que ennoblecen sus almas. Estos hombres traen los pensamientos creadores para la nueva Tierra.

Captad, vosotros hombres de este tiempo: en cuanto el hombre da la vuelta y renuncia a la agitación materialista, va hacia el interior al reino del silencio. Cuando apenas acaba de dar el primer paso, comprende que ya hace tiempo que Dios, el Eterno, le había preparado este camino.

El hombre que aspira a la veracidad no supera su yo inferior por su propio provecho, sino para volver a ser divino.

Lo que os manifiesto es el camino a la ley divina, así como la ley divina misma.

Venid todos a Mí, pues Yo Soy la vida que os hace ricos.

Yo Soy la riqueza interna, Cristo, que se regala a vosotros. Abrid vuestros corazones y os volveréis hombres que piensan con el corazón, que miran hacia adentro y de ese modo hacen venir a la Tierra el reino del interior.

Yo Soy el reino del interior. Por eso venid a vuestro interior, y sabed: cada uno de vosotros es templo del Espíritu Santo. Purificad el templo; entonces estaréis santificando vuestras sensaciones, pensamientos, palabras y obras, y seréis el nuevo hombre, que no piensa de forma estática sino dinámica, que traspasa las tres dimensiones porque es hijo del Universo, el hijo y la hija de Dios, quienes viven la filiación divina, como hijo e hija de Dios, ya que viven en Dios, su Padre.


Yo Soy todo en todo.

Contempla el arbusto –y Me encontrarás.

Alza la piedra –y Me encontrarás.

Mira a los astros –y Me percibirás.

Mira en lo profundo del hombre –y te encontrarás a ti mismo y por lo tanto a Mí, Cristo, el Yo divino en ti.

Contempla al animal –y Me encontrarás.

Siente el viento –y Me percibirás.

Contempla la gota de agua –y te contemplarás a ti en Mí.

Pues Yo Soy la vida en todo, y tú eres la vida en todo, y todo está en Mí, y todo está en ti.

Estamos unidos en El, el gran Uno universal, que es eternamente –la corriente del SER y el SER personificado.

El es la corriente del Universo y la gota misma.

Las fuerzas del Universo sólo le son ocultas al que no conoce su verdadero Yo divino. Quien quiera experimentar las fuerzas del Universo, tiene que ponerlas al descubierto por medio de la realización.

En lo que ves, ahí estoy Yo.

En lo que oyes, ahí estoy Yo.

Yo Soy todo-en-todo, la totalidad.

Si has despertado a la totalidad, eres el SER.

Ves en profundidad el SER.

Oyes el SER y hablas el lenguaje del SER.

Me ves, oyes y hablas a Mí; pues Yo Soy la totalidad en ti.

Yo Soy la totalidad en tu prójimo, en ti, en la flor, en la hierba y en la piedra.

Yo Soy tuyo –tú eres Mío.

Yo Soy el Universo –y tú eres el Universo en Mí, el Universo.

No preguntas –sabes.

No miras –ves en profundidad.

No escuchas –oyes y sabes.

No mires nunca hacia afuera. La luz está en ti.


En ti está la verdad, que sabe todas las cosas, que conoce a todos y todo. No necesitas volver la cabeza para mirar a tu prójimo, no necesitas contemplar las cosas desde fuera –lo que es, eso está en ti.

Todo lo que ves, es sólo el reflejo de la verdad, reflexión, por tanto, que no es la verdad absoluta.

Lo que está dentro, en ti, la luz, la verdad, lo que eres en el SER puro, como ser en Dios, tomó en el Cielo aspecto y forma en la substancia más pura.

Lo que está en lo más interno de tu alma encarnada, en el origen primario del alma, es la luz que no puede cargarse, la verdad eterna. Es y será el SER eternamente.

Sólo una cantidad dada de energía divina fue transformada, ya que un ser abandonó a Dios, en energía de la Caída, de la cual se formaron reinos de la Caída, seres de la Caída y hombres. Esta cantidad de energía divina fue dada por el Eterno a los seres que cayeron posteriormente, para mantener su vida. Es energía divina degradada. Por eso la materia y todas las energías degradadas son solamente un reflejo del SER puro.

En todo el infinito sólo hay un principio: emitir y recibir. Lo que emites, eso eres; eso irradias. Lo que irradias, regresa a su vez a ti.

Quien vive en lo más interno, en Dios, es divino. El irradia la ley eterna, lo puro, bello, fino, el amor absoluto –el SER que él es.

La ley eterna, lo puro, noble, bello, fino, el amor absoluto, irradia entonces lo que emana de quien está pleno de Dios, a su vez, sobre él, traspasándolo.



Continúa en:
http://trabajadoresdelaluz.com.ar/index.php?ndx=1087

Obtenido de
http://www.scribd.com/doc/8641896/Vida-Universal-Las-grandes-ensenanzas-cosmicas-de-Jesus-a-sus-apostoles

Maestría en Felicidad: Claves y enseñanzas para recorrer el camino de la vida plena (Chamalú) Carta-7



Carta-7
Hablarte de la salud es para mí un tema de especial significación. 
De pequeño, fui desahuciado por la medicina oficial, que pronosticó mi muerte inevitable. 
Fue mi bisabuela, una indígena quechua, analfabeta y portadora de los conocimientos ancestrales, quien me devolvió la salud y la vida. 
El primero de mis cuatro hermanos en morirse tenía que ser yo. Sin embargo, me negué a ese veredicto y comencé a estudiar mi cuerpo y todo lo que se relaciona con la salud, hasta convertirme en experto y poder manejarla a voluntad, eso que otros consideran involuntario o consecuencia de un caprichoso destino. Ya se habían levantado preparativos para mi funeral, parecía que solo faltaba un escalón para dar el paso definitivo, ese momento en que todo se torna blanco, borroso o luminoso, circunstancia suprema donde comienza un viaje programado del que nadie provee noticias anticipadas. 
Durante mi adolescencia, atravesé otra crisis existencial. 
Vi a mi espíritu confundirse y a mi mente desequilibrarse. Entonces comprendí que algo que no sabía controlar estaba sucediéndome. Tenía quince años y podía observar que era incapaz de modificar el curso de los acontecimientos. 
Pasé por la consulta psiquiátrica, consumí un fármaco que borraba todos los detalles y me conducía a una somnolencia química. Solo recuerdo que no recuerdo. Me movía en cámara lenta y sentía una tormenta interna estrellándose contra mi ignorancia juvenil. 
Pasé por esa etapa como el tren que atraviesa un túnel. 
Al concluir ese proceso, tenía sed de aprendizaje y enjambres de preguntas revoloteando en mi cabeza. Un poco de miedo, en el fondo, se escurría por las grietas formadas por las dudas. «¿Será que me estoy despertando, o esto es la antesala de la locura?», me pregunté con insistencia. El silencio correcto vino sin prisa para iluminar mis instantes. No recuerdo cuándo se levantó el telón de la confusión. 
Una certeza comenzó a germinar en el jardín de mi corazón: el contacto con la Madre Tierra es fundamental, desintoxica y da energía, justo lo que necesitaba al inicio de un camino que duraría, solamente, toda la vida. 
Mantenerse en contacto con la naturaleza no significa renunciar al trabajo que tenemos, ni abandonar la ciudad donde vivimos; se trata más bien de tener la actitud mental abierta que nos permita introducir en nuestra vida un conjunto de cambios que se traduzcan luego en calidad de vida. 
Se trata, no de regresar al pasado ni de volverse indígena, sino de tomar una decisión a favor de nuestra salud y, en el fondo, de nuestra vida misma, de la calidad de nuestra vida, que nos muestra rápidamente, al acercamos a la naturaleza, que sí se puede vivir mejor, que no es normal la enfermedad ni la infelicidad, que es posible vivir disfrutando y manteniendo indefinidamente la salud, que lo necesario tan solo consiste en realizar algunos cambios y, desde el lugar donde vivimos, reorganizar nuestra vida de tal manera que su calidad se convierta en una prioridad. 
Un secreto fundamental en todo este proceso es revisar nuestras prioridades, es decir, mirar cuánto tiempo asignamos a cada cosa que hacemos, ver cuáles realmente son las que nos consumen más tiempo y valorar su importancia real. 
Muchas veces creemos erróneamente que lo que realizamos es importante, cuando en verdad aquello no es más que un mito, incapaz de sostenerse ante el más mínimo análisis. 
Revisemos todo aquello que realizamos cada día con el elemental objetivo de darnos tiempo, porque si no tenemos tiempo, nada será posible. 
Quizá el primer paso de todo proceso de transformación sea recuperar nuestro tiempo, que equivale a recuperar nuestra vida. Personalmente, admiro a la gente que es capaz de afirmar: «Tengo tiempo”. En cambio, me generan tristeza las personas que dicen con frecuencia: «No tengo tiempo». 
Si no tenemos tiempo para vivir y realizar los cambios necesarios para mejorar la calidad de nuestra vida, ya estamos muertos, aunque no estemos en el cementerio. 
La recuperación de nuestro tiempo nos permitirá la maravillosa posibilidad de empezar a realizar lo que más amamos, de poder estar con más frecuencia con la gente con la que mejor nos sentimos, de poder viajar a tantos lugares hermosos que tiene el planeta y con todo ello a redescubrir que la vida es un regalo maravilloso para disfrutar. 
Y todo esto es ya parte fundamental de la terapia, de esa nueva terapia que no requiere de consultorio ni de medicamentos, porque trabaja modificando nuestro estilo de pensar, sentir y vivir. Con ello cambian nuestras relaciones, nuestras prioridades, nuestra calidad e intensidad existencial. 
Se trata, en definitiva, de refundar nuestra existencia, teniendo como eje cotidiano, donde sea que nos encontremos, la calidad de nuestra vida, constituida por salud y felicidad. 
Podemos estar varios días sin comer, algunos días sin beber, pero sin respirar apenas duramos unos instantes. 
Esto marca la importancia de la respiración, la cual no debería ser algo exclusivamente automático. Respirar conscientemente, aunque sea algunos minutos al día, llenar los pulmones totalmente después de haber vaciado su contenido completamente, primero a la parte inferior de los pulmones y luego, sin exhalar, subir ese mismo aire a la parte superior, un par de veces, subir y bajar y volver a subir y recién en la segunda bajada exhalar, actúa como un masaje interior que nos permite tomar mejor la energía que precisamos. 
La respiración abdominal o diafragmática es además relajante, imprescindible en tiempos de estrés como los actuales. 
Para quienes viven en las ciudades es necesario, por lo menos una o dos veces a la semana, salir a los bosques, a los parques, a las montañas o adonde haya naturaleza para oxigenarse, tomar baños de aire combinados con ejercicios adecuados a la edad que se tenga y, si el clima y las circunstancias lo permiten, con muy poca ropa, de manera que nuestra piel pueda entrar en contacto directo y energizador con el océano atmosférico en el cual estamos sumergidos como peces con ropa. 
Otro elemento fundamental para conservar la salud es el agua, el agua interna y externamente concebida. Los baños con agua fría son estimulantes de la circulación, deberán ser breves y mejor comenzando por los pies. 
Si se quiere mejorar la circulación sanguínea, es recomendable hacer baños alternos, es decir combinando frío/caliente, que pueden ser parciales, solo en los pies. Por ejemplo, sumergir durante tres minutos los pies en agua caliente y medio minuto en agua fría. Así durante unos veinte minutos todos los días, hasta que la circulación sanguínea de los pies, cuya salud se expresa en el calor de los mismos. Es posible y recomendable hacer esto con todo el cuerpo, aunque sea de vez en cuando, para lo cual resulta excelente visitar sitios con aguas termales donde también haya agua fría, para sumergirse quince o veinte minutos en la caliente y nadar cinco minutos en la fría, y repetir el ciclo varias veces. Estas son indicaciones con carácter preventivo, es decir pensando en personas sanas; quienes tengan problemas de salud o tengan una edad muy avanzada, pueden practicar estas enseñanzas tomando en cuenta su estado, es decir, con indicación personalizada, con asesoramiento especializado, el cual es más difícil de obtener mediante un libro.
Mientras escribo estas líneas voy bebiendo en ayunas un agua mineral natural de un pueblo de Hungría. Beber agua al levantarse, a una temperatura que nos resulte agradable, o una infusión o té de hierbas medicinales, resulta altamente recomendable. El resto del día bebe agua en cantidades no menores a dos litros, mejor separado de las comidas y que sea agua mineral natural o agua filtrada. Está claro que quienes quieran conservar su salud, deberán descartar cualquier otro tipo de bebida, más aun las que tienen colorantes, saborizantes y azúcar, además de abundante publicidad. 
A mayor publicidad, peor resultan para la salud. 
La alimentación de cada día resulta fundamental si nuestro objetivo es permanecer sanos. No es posible comer cualquier cosa que venden como alimento y esperar estar sanos. 
La mayoría de los restaurantes son los lugares donde comienza la persona a perder su salud, básicamente porque los alimentos están preparados en función del lucro y no de la generación de salud. Nada mejor que comer en casa, donde los alimentos son preparados con amor, elegidos por su calidad al comprarlos y compartirlos con alguien, si no vivimos solos, con quien tenemos conexiones afectivas que multiplican nuestra felicidad, porque todo esto es importante para una salud gestionada cada día a partir de nuestros actos. 
Uno de nuestros objetivos es que cada uno de nuestros alumnos, de nuestros lectores, sea un especialista en salud, al menos en su salud, para que luego, si así lo desea, pueda compartir este conocimiento con otros o simplemente dar ejemplo, buen ejemplo, en medio de una multitud que vive y bebe el mal ejemplo generalizado. Imagínate, hemos llegado al punto de pensar que estar enfermos es lo normal. Cuando mencionamos la importancia de la alimentación nos referimos a la necesidad de conocer nuestro cuerpo. 
Todos los cuerpos nacen con determinada vitalidad, la cual se va modificando con el paso del tiempo. Cada uno con su estilo de vida fue administrando, de diferente forma, esa vitalidad heredada, de manera que ahora, a la edad actual, se encuentra de un modo específico, distinto al de hace años, y también diferente a cómo estará más adelante. Este momento actual es lo que denomino coyuntura. Este momento y esta situación solo serán válidos por ahora, porque la vida es movimiento y vamos cambiando, o, si prefieres, envejeciendo, pero también ganando en conocimiento. A mayor conocimiento, mejor calidad de vida. Por ello insisto en la importancia de darse cuenta, de estar informados, de adquirir conocimiento y que este sea parte de nuestra vida, traducido en un estilo de vida inteligente. 
En este sentido, nuestra dieta, la de cada día, deberá tomar en cuenta nuestro estado de salud actual, nuestra edad, nuestra actividad diaria, porque no puede comer la misma cantidad quien realiza mucha actividad física que alguien que trabaja todo el día sentado, que va al trabajo sentado y que al llegar a casa se sienta, cuando no está acostado. 
Algunos recomiendan incluso adecuar la dieta al tipo de sangre que tenemos, en fin, la dieta también tiene que escuchar al cuerpo, ver qué alimentos nos sientan mejor, ver las combinaciones que no es recomendable realizar, etc. 
No existe una dieta buena para todo el mundo, la mejor dieta siempre será personalizada y eso lo puede hacer un especialista en el tema o cada uno, informándose adecuadamente y conociendo su cuerpo. En realidad, cada uno tendría que saber todo lo que necesita su cuerpo para evitar darle productos que luego, quizá a mediano plazo, se conviertan en generadores de enfermedad. En verdad, alimentarse es solo cuestión de supervivencia, es la administración de los equilibrios, preservando con lucidez el justo medio, evitando los extremos en casi todas las situaciones. Ningún exceso, ninguna carencia. Es recomendable, simultáneamente, aprender a escuchar el cuerpo, habituándose a la meditación y al contacto con la Madre Tierra. 
Resulta innecesario decir que están completamente descartados el alcohol, el cigarrillo y toda forma de droga, incluso las farmacéuticas, salvo excepciones de auténtica emergencia. Descarta también el resentimiento que contamina, el estrés que desgasta la energía, la insatisfacción crónica que podría traducirse en comer más de lo necesario y luego en obesidad y todo lo que ella apadrina. Haz lo que puedas hacer disfrutando. Esas son claves fundamentales para regalarse una salud duradera, ya sabes, sin salud, nada tiene sentido, incluso el éxito y la prosperidad resultan un fracaso, si el precio que pagas por ellos es tu salud. 
Emergen con frecuencia recuerdos de tanta gente conocida, que un día dejó de estar viva por haber descuidado su salud. 
Es feroz la enfermedad para quien se descuida, y obstinado el desequilibrio de quien no tomó la precaución de aprender a gestionar para sí una salud duradera. Es importante saber que la enfermedad no es causada por un microbio que se ensaña contra ti, sino consecuencia de no haber aprendido el arte sagrado de vivir. Quien se tragó el cuento oficial de vivir para trabajar y consumir, será testigo del naufragio de su existencia, mientras los dolores, leves al principio, se agrandarán, convirtiendo al cuerpo en escombro. 
Aun no comprendo cómo la especie más inteligente del planeta puede albergar en su vida pájaros negros que en desventurado vuelo fabricarán un destino innecesario. 
Que tu hora de partir sea cuando hayas cumplido tu misión. Que tu alma emigre oportunamente, sin la prisa impuesta por la negligencia ni la brevedad obligada por los errores, actualmente aceptados por ser practicados por la mayoría. ¿Quieres una salud duradera? Es posible tenerla si aprendes a convertir la oruga en mariposa y a levantar vuelo y ascender hasta la altura de la vida plena, donde el milagro de estar vivo se convierte en salud y felicidad. 
Quiero que bebas la sensación oceánica que habla el idioma del éxtasis y nos hace degustar el bufet de la unicidad, territorio soberano de la eternidad que nos espera. El siguiente itinerario te llevará a transitar el sendero del autoconocimiento. ¿Quieres acompañarme?
Chamalú.
Continuara....
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