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viernes, 6 de mayo de 2016
El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)
EL LOGRO DE METAS PROFESIONALES
CAPITULO 19
Sentimientos y Habilidades.
Nuestros pensamientos determinan la extensión en la que manifestamos nuestros talentos y habilidades, y establecen la calidad y cantidad de nuestros éxitos y fracasos.
Pero, ¿qué es lo que determina e influye la dirección de nuestros pensamientos? Como hemos visto, son nuestros sentimientos los que determinan y producen el tipo de pensamiento que nos conducirá hacia el éxito o el fracaso de cualquier empeño.
Los sentimientos son la clave para la expansión o la contracción de nuestros talentos, habilidades y acciones.
Por lo general, estamos bien informados y entrenados en los asuntos relacionados con el mundo exterior.
Sin embargo, a veces desconocemos o somos inexpertos en el mundo interior, el mundo de los sentimientos.
Porque los sentimientos determinan los pensamientos y los pensamientos que tenemos en mente determinan los resultados, es importante aclarar la relación entre nuestros sentimientos y la liberación de nuestras habilidades de manera que den lugar a una acción exitosa.
Para resumir lo que hemos dicho acerca de la escala de la conciencia, y para que sea simple, podemos hacer una breve categorización de todos los sentimientos, ya sean negativos o positivos y, por supuesto, los pensamientos que resultarán de ellos tanto negativos como positivos.
Los Sentimientos Negativos Relacionados con el Trabajo.
Estos sentimientos son siempre desagradables y van desde lo ligeramente incómodo hasta lo doloroso. Instigan el proceso de pensamiento y las ideas que llevan al "no puedo" y "no podemos", independientemente del evento, la situación o el problema en el que esté involucrada la persona.
Los sentimientos negativos surgen cuando no nos gusta lo que vemos, oímos, pensamos, o recordamos.
Nuestra reacción al desagrado viene en forma de sentimientos tales como la ira, el dolor y la ansiedad. Nuestra forma habitual de tratar con los sentimientos desagradables es suprimirlos, y debido a esto, asumimos que estos sentimientos son parte integral de nuestro proceso de pensamiento.
Este error resulta porque los sentimientos de desagrado están siendo procesados a través de nuestros pensamientos.
Suprimir estos sentimientos no los hace desaparecer.
Por el contrario, volverán a surgir en forma de pensamientos negativos. La negatividad no existe dentro de una situación o evento; sino que reside en nuestra reacción a la situación tal como la vemos.
Cuando los sentimientos negativos son reconocidos y abandonados, la situación puede cambiar de apariencia rápidamente de imposible a fácilmente manejable y factible,
e incluso bastante útil.
Uno de los sentimientos negativos más importantes que bloquea el éxito en la vida profesional es el de la envidia.
La dinámica subyacente de la envidia es que cuando vemos a alguien salir adelante, esto provoca nuestra propia sensación de inseguridad. No es simplemente que vemos los logros de la otra persona y sentimos envidia. Más bien, es que el logro de la otra persona desencadena en nosotros un sentimiento de carencia o insuficiencia en nosotros mismos.
Se desencadena el sentimiento: "Tal vez no estoy logrando lo que debería estar logrando", o "Tal vez no seré capaz de lograr lo que quiero lograr", o "Tal vez mis logros no son apreciados por los demás y son inadvertidos”.
La envidia es dolorosa porque despierta nuestra sensación de insuficiencia. Y entonces, a menudo molestamos a las personas cuyos éxitos han provocado involuntariamente este sentimiento. Inconscientemente, esto alimenta el resentimiento de nuestro interminable deseo de mimos, los cuales, por supuesto, no se cruzan en nuestro camino porque nuestro querer repele la misma cosa que queremos. A medida que el ciclo avanza, nos sentimos cada vez más insatisfechos e infelices en nuestro trabajo y alejados de nuestros colegas.
Es posible que se de la creencia, "Todo el mundo está contra mí". Los miembros de nuestra familia puede ser que se cansen de nuestras quejas constantes sobre la situación en el trabajo. Podemos buscar escapar al final de la jornada a través de la televisión continua o los excesos en la alimentación, el sueño, las drogas y el alcohol. ¿Cuál es la manera de salir de este ciclo de la envidias y descontentos?
Como hemos dicho antes, la respuesta es ir al interior.
Con la envidia, estamos constantemente mirando a los demás, evaluando sus logros, comparándonos con ellos.
Vemos el coste de este mirar hacia otra parte en la película, Carros de fuego, cuando uno de los corredores se volvió para ver dónde estaba su oponente en la carrera. En el momento en que apartó la vista de la línea de meta para compararse con el otro corredor, perdió esa fracción de segundo que le costó la carrera.
El hombre que ganó la carrera estaba motivado por el puro amor de correr y hacerlo lo mejor posible. Él no corría para "ganarle" al otro. Él no se comparaba con otros corredores. Corrió todo lo posible porque le encantaba correr.
Cuando nos observamos, vemos que son los sentimientos subyacentes los que impiden nuestro éxito: la competitividad, las dudas en nosotros mismos, la inseguridad, la insuficiencia, y el deseo de aprobación.
¿Estamos dispuestos a ver estos sentimientos? Una vez que nuestros sentimientos son reconocidos, es obvio para nosotros que operan en nuestra contra. Merman nuestros esfuerzos e impiden nuestro éxito en el mundo. Nuestras propias dudas bloquean el reconocimiento que buscamos.
Una vez que veamos el coste de los sentimientos negativos para nuestra felicidad y éxito, estaremos dispuestos a dejarlos y también los pagos que recibimos de ellos.
Por ejemplo, estaremos dispuestos a dejar la mezquina satisfacción que obtenemos de culpar a los demás por nuestra falta de éxito. Estaremos dispuestos a dejar las muestras de simpatías que obtenemos gracias a los que escuchan nuestras quejas. Cuando dejamos nuestros sentimientos de incapacidad, encontraremos que la envidia de los demás desaparece.
Nos volvemos como el corredor ganador en Carros de Fuego que ama lo que hace, se deleita en su éxito y el de los demás, y tiene una energía ilimitada para sobresalir en el mundo.
Sentimientos Positivos Relacionados con el Trabajo.
Serán siempre sensaciones agradables e incluyen sentimientos tales como la alegría, la felicidad y la seguridad.
Estas inician un proceso de pensamiento e ideación que se ejemplifica con los pensamiento "puedo" y "podemos", independientemente del evento, situación o problema en el que participe la persona.
Los sentimientos positivos fluyen naturalmente cuando los sentimientos negativos no están en acción. Nada necesitamos hacer para adquirir sentimientos positivos, ya que son parte integrante de nuestro estado natural.
Este estado interior positivo está siempre ahí, y simplemente está cubierto por los sentimientos negativos suprimidos. Cuando las nubes son retiradas, el sol brilla.
La liberación de las habilidades, ideas creativas, talentos, e ingenio se produce automáticamente como consecuencia del estado de ánimo positivo que se produce cuando los aspectos negativos han sido entregados.
Dejar la negatividad libera la inspiración para crear un flujo interminable de ideas creativas.
Por ejemplo, está el caso del productor de un premiado musical de Broadway que atribuyó el éxito del espectáculo a dejar ir los sentimientos negativos a través del mecanismo de la entrega. Han habido escritores, artistas y músicos a los que les vino una inspiración repentina tan pronto como una creencia negativa o auto-limitación fue reconocida y entregada.
La misma experiencia ha sido relatada por científicos que de repente "supieron" la fórmula que curaba una enfermedad.
Es como si el campo de energía del genio creativo estuviera disponible y esperando a que nosotros entreguemos las nubes de la negatividad que impiden sernos revelado.
Los Sentimientos y el Proceso de Toma de Decisiones Podemos simplificar los niveles de conciencia en tres estados principales: Inerte, Energético y Pacífico.
Estos tres estados están relacionados con el proceso de toma de decisiones. El primer estado de, -inercia-, es un reflejo de los niveles emocionales de la apatía, la tristeza y el miedo.
La naturaleza de estos sentimientos es la de interferir en nuestra concentración sobre la situación actual y combatir con nosotros en lugar de concentrarse en nuestros propios pensamientos, muchos de los cuales están en el ámbito del "no sé", "no estoy seguro", y "no creo que pueda".
Esta sucesiva concentración en nuestros propios pensamientos inútilmente cíclicos nos hace temporalmente incapaces de percibir en toda su dimensión y posibilidades toda la situación que tenemos entre manos.
Mientras estos pensamientos y sentimientos negativos estén fluyendo, es difícil para nosotros llegar a una decisión.
A veces tenemos la opción de posponer la decisión hasta que nos sintamos mejor. En otras ocasiones, procedemos a tomar una decisión que creemos que responderá a nuestras preguntas, o se hará cargo de la situación. Lamentablemente, la decisión que resulta no es sostenible a largo plazo, porque se basó en el estado emocional, y cuando el estado emocional cambia, la decisión tiene que cambiar con él.
Esto conduce a la inseguridad interior, la ambivalencia, la confusión y la pérdida de confianza en nosotros por los que nos rodean. En el lenguaje de programación "basura dentro y basura fuera", el estado emocional negativo es la "basura dentro", y las decisiones que salen de el deberán estar en el mismo nivel. El segundo estado, que es superior al de la inercia, es el de ser "dinámico".
Las emociones subyacentes a este estado son las del deseo, la ira y el orgullo.
La naturaleza de estos sentimientos es la de interferir menos en la concentración que el estado inferior anterior debido a que algunos pensamientos positivos pueden fluir y mezclarse con los sentimientos negativos.
Este es el estado del "buscavidas". Aunque las cosas se logran, hay una variabilidad en el rendimiento debido a la mezcla de pensamientos positivos y negativos e ideas.
Los sentimientos negativos como la ambición, el deseo, o el "probarse uno mismo" tienden a conducir al "buscavidas", y en ocasiones la toma de decisiones es compulsiva o impulsiva. Es característico de este nivel de conciencia el propio beneficio personal como el principal factor de motivación.
Por lo tanto, muchas de las decisiones no son sostenibles porque se basan en una situación gano-pierdo y no en una situación gano-gano. La decisión gano-gano habría ocurrido si los sentimientos y el bienestar de las otras personas involucradas en la situación se hubieran tenido en cuenta.
Utilizando el lenguaje que relaciona los centros de energía del cuerpo, diremos que la gente en este nivel está motivada por su "plexo solar" (tercer chakra). Esto significa que ellos tratan de alcanzar el éxito y dominar el mundo.
Pero son egocéntricos y están impulsados por motivaciones personales, con poca preocupación por el bienestar de los demás o el mundo en general. Debido a que sus decisiones benefician principalmente a ellos mismos, su éxito se limita a la ganancia personal.
Cualquier beneficio para el mundo es puramente secundario y los resultados, por tanto, están muy lejos de la grandeza.
El tercer nivel y el más elevado es el estado de paz, basado en los sentimientos del coraje, la aceptación y el amor.
Debido a que estos sentimientos son puramente positivos y no-perturbadores por su propia naturaleza, nos permiten concentrarnos completamente en la situación y observar todos los detalles pertinentes.
Debido al estado de paz interior, la inspiración trae las ideas que resuelven el problema. En este estado, la mente está libre de preocupación, y su capacidad para comunicarse y concentrarse no tiene impedimentos.
De este estado vienen las soluciones a los problemas, que se sitúan en un contexto gano-gano; ya que todos se benefician, todos aportan su energía al proyecto y el éxito es compartido por todos. Este enfoque no pocas veces conduce a la grandeza. Caracteriza a los nobles proyectos que dan lugar a profundas mejoras en nuestra sociedad.
En este nivel, descubrimos que en una situación cuando las necesidades de todos confluyen, nuestras propias necesidades son satisfechas automáticamente.
La mente creativa sin impedimentos, encontrará una solución donde todos ganen y nadie pierda.
Si nos fijamos en una situación y afirmamos que una solución ganogano no es posible, eso debe advertirnos de que tenemos sentimientos interiores de no entrega bloqueando una posible solución perfecta. Hemos que recordar la máxima de que lo imposible se hace posible tan pronto como estemos totalmente entregados a la situación.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)
RELACIONES
CAPITULO 18 (Quarto Escrito)
Dejar Ir las Expectativas.
Al presionar a otras personas con el fin de conseguir lo que queremos, ellas automáticamente se resisten, ya que estamos tratando de presionarlas.
Cuanto más forzamos, más duramente se resisten.
A pesar de que, por miedo, puedan realmente ceder a nuestras demandas, no hay una aceptación interior y, más tarde, perderemos lo que hayamos ganado. Esta resistencia está en todos nosotros. Podemos ser conscientes de ello, ya que opera inconscientemente, o evadirnos de esa consciencia poniendo excusas y explicaciones plausibles.
Como se mencionó en un capítulo anterior, en su libro, Winning Though Intimidation- Ganar a Través de la Intimidación, Robert Ringer explica lo que llamó la teoría "chico / chica". (Chico conoce a chica. Tan pronto como ella se da cuenta de que él la quiere, ella se hace la dura.
Y si el chico decide retirarse, ahora es ella la que lo quiere, y él en cambio actúa distante.) Cuando nos referimos a este fenómeno para explicar la resistencia a las ventas, una manera de evitarla es tomar la opinión de que nuestra responsabilidad es hacer el esfuerzo, pero no tratar de determinar el resultado. Otra manera es entregar los sentimientos que tenemos sobre lo que queremos de la otra persona, y dejar las presiones que estamos poniendo sobre ellos en forma de expectativas y deseos. Ellos, entonces, tiene el espacio psíquico para ser agradables o incluso para iniciar el resultado deseado de su cuenta, el resultado que habíamos deseado en un principio.
Un ejemplo de esta dinámica es un hombre que estaba trabajando con la técnica del dejar ir en medio de un divorcio. Él y su esposa se enzarzaron en una acalorada discusión sobre algo que él quería. Ella tan solo seguía diciendo "no" a su petición. Así que en medio de la discusión, él entregó el objeto que quería. Ahora estaba conforme si ella no se lo daba, y estaba conforme si ella lo hacía. En el instante en el que lo apartó de su mente, ella de repente se volvió hacia él y se lo ofreció, no sólo se lo dio, sino que también se lo embaló y envió. Esto ilustra una forma muy simple pero decididamente elegante y activa de clarificar las relaciones.
En primer lugar, observa cómo te estás sintiendo secretamente acerca de una persona en una situación dada. Presume que la otra persona es consciente de esos pensamientos y sentimientos. Luego, ponte en su lugar y ve cómo ibas tu a reaccionar.
Verás que su comportamiento es probablemente el mismo del que habrías hecho en su lugar. El objetivo es dejar todos esos sentimientos hasta que puedas elevarte hasta un espacio de pensamientos-sentimientos positivos sobre el asunto.
Una vez en un espacio positivo, ahora ves que reaccionarías como la otra persona, que estaba al tanto de estos nuevos sentimientos. Lo más probable es que su comportamiento cambiará justo como esperabas. Es posible que haya un retraso de tiempo; pero, si sigues observando, el cambio probablemente se llevará a cabo. Incluso si no es así, ya no estarás molesto por la situación. A veces, la "recompensa" se niega a mostrarse, pero podemos decir: "Esto es algo que el universo me retornará a su debido tiempo."
De hecho, es parte de la grandeza saber que a veces una buena acción no es devuelta.
La influencia que tienen nuestros pensamientos y sentimientos es lo que, en la literatura del mundo, se llama "la ley del karma", o "Obtienes lo que das", o "Cosecha lo que siembras". A menudo no vemos esta ley en funcionamiento debido a la demora de tiempo.
Por ejemplo, un conocido te prestó $200 y luego no pudo devolver el dinero como te prometió. Durante más de un año, hubo un resentimiento y la consecuente evitación de la persona debido a la incomodidad emocional, que se vio agravado por la culpa de aferrarse al resentimiento en primer plano. Finalmente, cuando se hizo evidente que la única persona que estaba sufriendo el resentimiento era la persona que se aferraba a el, y que le estaba costando su paz mental, surgió la voluntad de dejarlo ir. En ese momento, el resentimiento fue bastante fácilmente abandonado, y el prestatario fue perdonado.
Los $200 fueron recontextualizados como un préstamo a alguien que había estado necesitado. En unos meses, se produjo un inesperado encuentro con la persona, quien dijo de repente: "He estado preocupado por el dinero que te debo.
Aquí están tus $200." El préstamo fue devuelto sin siquiera pedirlo. Bloqueamos el recibir lo que queremos de los demás por nuestras expectativas o resentimientos hacia ellos.
Es muy eficaz entregar nuestras expectativas de los demás antes de entrar en una situación particular con ellos.
Las emociones son realmente intentos sutiles de obligar a los demás e imponer nuestra voluntad sobre ellos, lo cual inconscientemente resisten.
La manera de facilitar la satisfacción en las relaciones es imaginar con amor el mejor resultado posible.
Asegúrese de que sea mutuamente beneficioso: una situación gano-gana. Deja de lado todos los sentimientos negativos y limítate a mantener la imagen en la mente. Podemos saber si estamos realmente entregados cuando nos sentimos bien en cualquier caso; estamos conformes si sucede, y estamos conformes si no sucede.
Por lo tanto, estar entregado no significa ser pasivo.
Es estar activo de una forma positiva.
Cuando estamos entregados, ya no existe la presión de tiempo. La frustración viene del querer una cosa ahora, en lugar de dejar que suceda de forma natural a su debido tiempo.
La paciencia es un efecto secundario automático del dejar ir, y sabemos lo fácil que es llevarse bien con la gente paciente.
Ten en cuenta que las personas pacientes suelen conseguir al final lo que quieren. Una resistencia hacia el dejar ir es la ilusión de que, si nos desprendemos de nuestros deseos y nuestras expectativas, no conseguiremos lo que queremos. Tenemos miedo de que lo perderemos si no mantenemos la presionando sobre ello. La mente tiene la idea de que la manera de conseguir una cosa es desearla.
En realidad, si examinamos el tema, veremos que los acontecimientos se deben a las decisiones, y las elecciones basadas en nuestras intenciones.
Lo que obtenemos es el resultado de estas elecciones, a pesar de que son inconscientes, y no de lo que pensamos que queremos. Cuando entregamos la presión del querer, nos aclaramos y tomamos elecciones y decisiones más sabias.
Pensamos que nuestra felicidad depende del control de los acontecimientos, y que son los hechos lo que nos molesta.
En realidad, son nuestros sentimientos y pensamientos acerca de estos hechos la verdadera causa de nuestro malestar.
Los hechos en y por sí mismos son neutrales.
El poder que les damos es debido a nuestra actitud de aceptación o no aceptación y nuestro estado emocional general. Si nos quedamos atrapados en un sentimiento, es porque todavía creemos secretamente que logrará algo por nosotros.
Relaciones sexuales.
Debido a la amplia disponibilidad del material sexual y a las oportunidades para las variadas experiencias sexuales, la mayoría de la gente hoy en día se consideran más bien sexualmente liberada.
Esta liberación es principalmente intelectual y de comportamiento; todavía existe una gran limitación emocional y vivencial, así como de la restricción sensorial.
Toda la experiencia tiene lugar dentro de la propia conciencia; por lo tanto, la experiencia sexual, como cualquier otra, está determinada por nuestro nivel general de consciencia y libertad interior. El grado en que nuestra experiencia sexual ha sido restringida se hace evidente cuanto más renunciamos a nuestros sentimientos al respecto.
Cuando hemos entregado totalmente la sexualidad, es como añadir una tercera dimensión a lo que antes era una experiencia de dos dimensiones.
Como una mujer señaló: "Es como si soliera escuchar solo violines, y después un chelo se añadiera, y luego una flauta, y así sucesivamente, de modo que ahora la experiencia es totalmente plena y exhaustiva". Además de incrementar el placer emocional de la libertad de expresión, el dejar ir trae consigo un cambio en la experiencia propia sensorial.
Para la mayoría de las personas, especialmente los hombres, la excitación sexual y el placer orgásmico son principalmente una sensación genital. A medida que se obtiene mayor libertad, la localización del orgasmo comienza a expandirse y extenderse a toda la pelvis y el abdomen, las piernas y los brazos, y finalmente a todo el cuerpo.
A menudo, después de esta realización, le sigue una meseta, y luego repentina e inesperadamente la localización orgásmica se expande más allá del cuerpo, como si el espacio alrededor del cuerpo estuviera teniendo el orgasmo en lugar de la persona. Definitivamente, no hay ninguna limitación al orgasmo.
Parece expandirse hasta el infinito y no ser experimentado desde ningún centro concreto o localización. Es como si no hubiera una personalidad individual presente.
El orgasmo es experimentando en si mismo.
Esta expansión se ve facilitada por la toma de consciencia de que la gesticulación facial y la contracción de la respiración son restricciones debidas al miedo a la pérdida de control y los intentos de limitar la experiencia.
Si uno respira lenta y profundamente, sonriendo en lugar de hacer muecas, el miedo se volverá consciente y podrá ser entregado. La sexualidad pierde su compulsión.
La libertad no significa sólo libertad para la indulgencia, sino libertad para no tener relaciones sexuales u orgasmo.
Cuando estamos entregados, no nos recorre el deseo de llegar al orgasmo.
Esto desata la experimentación creativa y la consciencia, debido a que la mente no se centra en el propio orgasmo.
Estar libre de la dominación del deseo del orgasmo permite las experiencias sexuales que han sido descritas en la literatura espiritual como "Sexo Tántrico".
La mayoría de los occidentales leen un poco sobre esto y tal vez le den una oportunidad, pero luego se dan por vencidos, porque se acercan a esto de una manera que conduce a la supresión y no a una mayor libertad.
Cuanto más verdaderamente liberados nos volvemos, más nos motiva el amor y menos por el deseo de gratificación.
Este cambio de motivación del querer y las ganas al intercambio mutuo de placer y felicidad trae consigo cambios importantes en la naturaleza de las relaciones sexuales.
La intimidad con la otra persona se vuelve más amplia y agradable. Se da una mayor sintonía con la sexualidad de la otra persona y la realización intuitiva de cada uno de los demás estilos de satisfacción.
Una pareja lo expresó de la siguiente manera: Es como si simplemente presenciáramos lo que nuestros cuerpos están haciendo. Es como si nosotros fuéramos el espacio en el que todo está sucediendo. Tan pronto como uno de nosotros tiene un deseo o una fantasía, el otro automáticamente y sin pensarlo siquiera, empieza a actuar para cumplirla.
Es como si hubiera una conexión psíquica.
Hay un reconocimiento de los sentimientos internos acerca de las fantasías y un dejar ir de la forma en la que la otra persona podría reaccionar.
También hay una mayor variación y frecuencia de la sexualidad.
Solía ser principalmente los viernes y sábados por la noche. Hacer el amor puede suceder ahora durante días, o a veces pasar semanas sin él. Siempre es nuevo. Nunca es el mismo. Sorprendentemente, se mantiene cada vez mejor y mejor.
Cada orgasmo parece mejor que el anterior, pero a menudo el hacer el amor es tan agradable que no hay molestia alguna por tener un orgasmo. Si sucede está bien y si no lo hace está bien también. El tiempo íntimo que pasamos juntos es satisfactorio y liberador, independientemente de cualquier resultado final. Otro hombre dijo: Nunca me di cuenta de lo mucho que el sexo desencadenaba antes mis relaciones. Era realmente compulsivo. Siempre temía que me pudiera perder una oportunidad sexual. No quería perderme ninguna oportunidad de placer.
Ahora mi patrón es más variable; de hecho, ahora no tengo patrón. Cuando sucede, sucede y es genial cuando lo hace. Cuando no es así, ni siquiera pienso en ello.
Solía tener el sexo en mi mente todo el tiempo.
Las mujeres por lo general decían “No”. Pero ahora que realmente no me preocupo mucho por eso, por lo general o bien lo sugieren ella o dicen “Sí” si se lo pido.
Ahora, me parece que estoy más preocupado por ellas que por mí mismo. Antes, estaba realmente sólo utilizándolas para mis propios fines egoístas e, intuitivamente, las mujeres lo sabían. Ahora siento mucho amor por ellas. Realmente me preocupo por su bienestar y felicidad, incluso si sólo hay un encuentro. Qué alivio es no tener que mentir más.
De los ejemplos anteriores, está claro que hay un cambio en la conciencia de la falta de abundancia.
Cuando nos centramos en nosotros mismos y nos enfocamos en obtener placer físico o emocional de las relaciones sexuales con la otra persona, entonces nos sentiremos enfadados, frustrados y privados. Cuanto más cariñosos nos volvemos, más recibimos lo que los demás nos están dando, y descubrimos que estamos por completo rodeados de amor y de oportunidades de participar en el amor, todo el tiempo. Este fue el caso de una mujer, que compartió la siguiente experiencia: Siempre estaba con sobrepeso y no era muy bien parecida. A lo largo de mi vida, me rechacé a mi misma. Envidiaba y odiaba a las mujeres sexualmente atractivas. Llegué a odiar a los hombres, también, porque me evitaban. Estaba llena de autocompasión.
Incluso intenté la psicoterapia, pero la dejé cuando se hizo evidente que el psicoterapeuta parecía más interesado en sus pacientes mujeres jóvenes y atractivas de lo que lo estaba en mí. He intentado varios métodos de autoayuda y al menos superé mi autocompasión y depresión; fui capaz de conseguir un trabajo mejor. Sin embargo, los hombres no estaban interesados en mí, y no tuve éxito en el ámbito sexual y el de las relaciones. Al utilizar el mecanismo del dejar ir, ella se dirigió hacia todas las emociones negativas que tenía sobre sí misma y su intimidad; permitió que los sentimientos llegaran uno por uno, y luego los dejó. Dejó sentimientos como el de querer la atención y la aceptación de los demás, el miedo a expresarse, el miedo a ser rechazada, e incluso el miedo a ser profundamente amada. Existía la sensación subyacente "no merezco el amor; ¿quién podría amarme?" En la primera semana de entrega de estos sentimientos, tuvo una cita. Ella explicó: Estaba tan emocionada que hasta perdí el apetito. Nos lo pasamos muy bien y luego, de repente vi el secreto. Estaba dando amor en lugar de buscarlo. Toda mi vida ha cambiado ahora. En lugar de sentirme desesperada por llamar la atención y el amor, sé que tengo el poder de darlo. Cuando entro en una habitación, veo a todos los solitarios, los hombres hambrientos de amor. Ellos lo buscan justo como lo solía hacer yo antes, así que sé lo que están sintiendo, qué decirles y cómo expresarme. Me pongo en su lugar y veo como se derrite su corazón. Solía asustarlos porque estaba demasiado hambrienta. ¿Consigo a ese? ¡Rápido! Ese era mi problema. Ahora me siento plena, y comparto esa plenitud que he aprendido. Mi vida social se ha vuelto tan agradable que no tengo tiempo de comer de más. He perdido 16 kilos en un año. Ni siquiera me puse a dieta. Tan solo perdí el interés. Supongo que es porque estoy obteniendo satisfacción de otra manera ahora que realmente significa algo para mí. Tal vez estoy un poco salvaje por la novedad, pero lo reestableceré en poco tiempo. Hay un hombre que me interesa ahora. La sexualidad, entonces, refleja nuestro estado general de conciencia. Al dejar el temor y las limitaciones, esa área de nuestra vida se expande y se hace cada vez más gratificante y, sin embargo, ya no es necesaria para la felicidad. La libertad y la creatividad reemplazan la compulsión y la limitación. El sexo se convierte en otra vía para una mayor expresión e incremento de la consciencia. El placer de la comunión y la comprensión no verbal reemplaza a la anterior impulsividad egocéntrica de alivio de la tensión y la limitada meta del placer sexual y la inflación del ego. El secreto, como la mujer anterior ha indicado, está en la consciencia de tratar de dar en lugar de recibir, todas nuestras necesidades son automáticamente cumplidas. Como alguien comentó: "¡He oído hablar de muchos problemas personales de los amigos que practican esta técnica, pero la falta de amantes no es uno de ellos!"
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)
RELACIONES
CAPITULO 18 (Tercer Escrito)
Los Sentimientos Positivos.
Los sentimientos más elevados del coraje, la voluntad, la confianza, la capacidad, "el puedo hacerlo", el entusiasmo, el humor, la competencia, la autosuficiencia y la creatividad tienen un efecto emocional: acciones efectivas, operaciones y logros. La reacción de las otras personas reflejará en nosotros cooperación, coraje, respeto, y la voluntad de estar con nosotros.
Además, dado que aumentamos su autoestima, buscan nuestra compañía. Al observar todo esto, vemos que hay una maravillosa recompensa a cambio de nuestra voluntad de dejar los sentimientos negativos que se interponen en el camino de estos sentimientos superiores, que sin esfuerzo logran nuestras metas y objetivos reales.
Cuando operamos en el nivel de la aceptación, la alegría, la calidez, la dulzura, la suavidad, la confianza, la verdad interior, y la fe, los efectos emocionales a los que responde la otra persona son los del amor, la alegría, el placer, la armonía, la paz, la comprensión, y el compartir. Su reacción hacia nosotros será de aceptación y satisfacción, sintiéndose "en sintonía", sintiéndose comprendidos y alegres.
Devolverán automáticamente nuestro amor. Es bastante obvio que estos sentimientos recíprocos logran tener éxito en cualquier empresa en la que puedas estar con la otra persona, ya sea profesional, social, personal o una simple interacción cotidiana.
Conectividad.
Cuando nuestros sentimientos interiores son de paz, serenidad, tranquilidad, quietud, franqueza y sencillez, el efecto sobre las otras personas es aumentar su consciencia junto con la nuestra, y darles un mayor sentido de libertad, perfección, unidad, y de estar en unidad con nosotros mismos.
En su relación con nosotros, sentirán unión; se identificarán con nosotros; entenderán en un nivel profundo; y se sentirán en comunión con nosotros. Como consecuencia de ello, buscarán nuestra presencia, porque en ella se sienten completos, reconocidos y satisfechos.
Experimentarán una mayor consciencia de su propio Ser real. Se sentirán más elevados en nuestra presencia o cuando piensen en nosotros. Su respuesta hacia nosotros será de amor y gratitud por la bendición de nuestra presencia.
En una relación así, las metas son logradas automáticamente y sin esfuerzo. Debido a que no estamos aferrándonos a la negatividad, no hay nada que deseemos ocultar de la otra persona, y esta apertura permite a la otra persona retirar todas las defensas.
Nada se esconde por sentimiento de culpa o miedo, y hay una conexión psíquica muy consciente. Es en este nivel que los llamados fenómenos telepáticos se producen con regularidad. Cuando estamos en total armonía con otra persona, no hay deseo por nuestra parte de retener o guardar ningún pensamiento o sentimientos. Debido a que la otra persona responde de manera similar, hay un saber sin esfuerzo de lo que está cruzando la mente de la otra persona y de lo de que está pasando en su estado emocional. Hay una aceptación total de nuestra propia humanidad y de la del otro.
Si estamos realmente en sintonía con los demás, los perdonamos cuando vemos celos o reactividad pasajera. Nos damos cuenta de que es sólo algo natural. Y sabemos que ellos, a su vez, están al tanto de nuestro resentimiento pasajero.
Sin embargo, lo pasan por alto; están aceptando nuestra humanidad, y entienden la situación. Ellos nos conocen tan bien que reconocen la posibilidad de un resentimiento pasajero en ciertas situaciones, pero saben también, que vamos a dejarlo pasar. Las personas con las que compartimos una relación de amorosa aceptación están conformes con nuestra humanidad y la suya. No importan las emociones superficiales, seguimos siendo conscientes de la orientación compartida del amor, la aceptación y la armonía con los demás y el mundo.
A este nivel de comunicación en realidad se puede llegar con cualquier persona. No tiene que ser alguien con quien estemos íntimamente asociados. Muy a menudo lo experimentamos por primera vez con nuestros amigos con los que hay menos en juego que con los familiares íntimos.
Otra situación en la que ocurre a menudo en el curso de una vida media es con un ex-amante. Con esta persona a la que le hemos revelado tanto, -ahora que ya no hay nada romántico en juego-, puede desarrollarse una amistad en la que ya no es necesario ocultar nada.
Puede haber comunicación verdaderamente abierta, honestidad e integridad. Vemos que esto no es raro en las parejas que se han separado o divorciado. Una vez que la crisis se ha restablecido, se llevan fácilmente e incluso pueden ser sus mejores amigos durante muchos años.
Efecto de los Sentimientos Positivos.
Es obvio que los estados elevados de conciencia tienen un efecto profundo en nuestras relaciones, porque una de las leyes de la conciencia es lo semejante atrae a lo semejante.
Nuestros estados interiores son realmente irradiados a los demás. Nos pueden afectar positivamente los demás incluso cuando no estemos físicamente con ellos.
Los sentimientos son energía y toda energía emite una vibración. Somos como estaciones emisoras y receptoras.
A menor negatividad a la que nos aferremos, más conscientes podemos ser de los otros que están realmente aferrados a nosotros. Cuanto más amamos, más nos encontramos rodeados por el amor. La sustitución de un sentimiento negativo por uno más elevado cuenta para los muchos milagros que uno puede experimentar en el curso de la vida.
Estos se vuelven más frecuentes a medida que uno sigue entregando. A medida que entregamos, la vida se vuelve cada vez más fácil. Hay un constante incremento de la felicidad y el placer, que requiere experimentar cada vez menos y menos del mundo exterior. Hay una disminución de las necesidades y expectativas de los demás. Dejamos de vernos "ahí afuera", por lo que ahora experimentamos lo que proviene de del interior de nosotros mismos. Dejamos la ilusión de que los demás son la fuente de nuestra felicidad. En lugar de buscar obtener de los demás, ahora buscamos dar. Los demás buscan ahora estar con nosotros, en vez de evitarnos. En el libro de Charles Dickens Cuento de Navidad, Scrooge experimentó el placer de dar en vez de buscar obtener de los demás.
La alegría de esa transformación está disponible para todos nosotros. Carl Jung escribió sobre el fenómeno de la "sincronicidad", que también podría haberse llamado "simultaneidad", para explicar la ocurrencia de sucesos que, para el intelecto, parecen no estar relacionados.
Al entregar cada vez más y más, este tipo de experiencia se vuelve común.
Un ejemplo de este fenómeno es la siguiente experiencia relatada por un ejecutivo que había estado practicando la técnica del dejar ir alrededor de un año. Era el presidente de una pequeña empresa, de unos cincuenta empleados.
Habíamos promocionado a un joven prometedor para encabezar una de las divisiones de la empresa. Resultó, sin embargo, que este hombre era muy inmaduro. En lugar de responder con gratitud y cooperación por todo lo que se hizo por él, reaccionó volviéndose grandilocuente, exigente y algo paranoico. El anunció irrumpiría en la siguiente reunión del Consejo Directivo y causaría una gran molestia por sus disparatadas acusaciones y demandas.
A pesar de que todas sus acusaciones podrían haber sido fácilmente refutadas, todo el asunto parecía una terrible experiencia a vivir. Durante días, pareció que simplemente planificaba el odio de sus amenazas. El día de la reunión del Consejo, que iba a ser a la 1 pm, estaba conduciendo por la carretera del parque con pensamientos de ira hacia él.
De pronto lo dejé ir todo; me entregué a él por completo. Empecé a ver al niño asustado en él, y empecé a enviarle amor. Toda mi ansiedad desapareció, y sentí amor compasivo por él. Miré mi reloj y eran las 12:30 pm. Cuando llegué a la oficina, mi secretaria dijo que ese hombre había entrado en la oficina y anunció que estaba todo cancelado; había cambiado de opinión en el último momento. Le pregunté a mi secretaria a qué hora había entrado en la oficina. Ella me dijo que había hecho una anotación particular de la hora, ya que la reunión del Consejo estaba a punto de tener lugar. Ella miró su reloj cuando él había hecho su anuncio sobre su cambio de opinión. La hora era exactamente 12:32 pm.
Dr. David R Hawkins
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