La Doctora Elizabeth Gilchrist B. indica como la mente desaprende y el cuerpo se cura abriéndola a nuevos hábitos saludables y actos conscientes de Amor.
Debo admitir que durante muchos años
acepté ciegamente las "verdades" que me enseñaron en el hogar, en el
Colegio, en la Universidad y en la Iglesia. Aún no comprendo por qué nunca
cuestioné nada pues todo lo aceptaba como verdadero.
Fue hace pocos años atrás cuando
comprendí que "La Verdad" es inabarcable por una cultura, por una
institución, por un dogma, por un texto. Hoy en día creo que escasamente
percibimos un muy pequeño porcentaje de "La Verdad", pues cada ser
humano percibe lo que cree que es verdad desde su experiencia de vida, sus
estudios, investigaciones y creencias, sin darse cuenta que su acción creadora
indiscutiblemente influye en lo que observa o cree observar. Dadas así las
cosas, todo está impregnado de las creencias del observador que influirán en el
resultado de su experiencia de vida y en lo que pretende demostrar y enseñar.
«Por eso hoy en día no niego ni
afirmo nada. Voy haciendo camino al andar con la información cuyo nivel de
vibración resuena con el mío».
Tampoco juzgo ni critico nada,
respeto la libertad y el proceso evolutivo de cada ser, comprendiendo que cada
uno de nosotros elige lo que desea experimentar, proceso que puede darse desde
actos regidos por el ego (inconsciencia) o por el Amor (consciencia).
Sin darme cuenta he aprendido a
"desaprender" y al estar abierta a "nuevas verdades" me he
encontrado con un mundo muy diferente al que creía conocer. Esto me ha
permitido experimentar la vida con alegría, conocer la libertad y saber que
"todo es posible para el que cree".
SOMOS LO QUE PENSAMOS Y CREEMOS
"Sé tú el cambio que deseas ver
en el mundo". Mahatma Gandhi
Considero importante compartir mi
nueva "percepción" del acto de existir. He aprendido a reconocer que
yo no soy este cuerpo físico, mi cuerpo es el vehículo o "traje" de
un hermoso ser de Luz que lo habita. YO SOY un hermoso ser de Luz, así como lo
eres tú y como lo somos todos los seres humanos.
Este ser de Luz que habita nuestro
cuerpo es eterno, no muere, no envejece y no enferma. A pesar de que todos
somos iguales a los ojos del Padre, también somos únicos para El. Nos concedió
el don de "crear" y el don de ser "libres".
Como creadores podemos, por medio
nuestro pensamiento, palabra, emoción y acción, hacer que acontezcan todo tipo
de sucesos en nuestra vida.
Muchos autores explican que el
"Estado del Ser" es la fuente de toda creación, porque:
El ser causa un pensamiento (soy
alegre, soy feliz, soy aburrido)
El pensar causa una emoción y una
imagen mental
El sentir causa una palabra y
El decretar causa una acción que
conduce a una experiencia.
Como seres libres podemos elegir qué
experiencias vivir y para ello es importante saber con anticipación que
queremos "ser". Al elegir qué queremos "ser" deberíamos
tener en cuenta nuestro propósito o misión de vida, que en algunas culturas
llaman Dharma (misión de vida).
La clave para encontrar el Dharma es identificar aquello que amamos
hacer, que cuando lo hacemos pasan las horas y no nos damos cuenta, que además
nos llena de energía y vitalidad. Cuando nuestro trabajo cotidiano es nuestro
Dharma o misión de vida, el trabajo deja de ser un trabajo y se vuelve un
placer y el resultado es la abundancia, pues recibimos todo lo que necesitamos.
Se dice que la enfermedad es la
consecuencia de no hacer lo que amamos hacer, es decir de no trabajar en
nuestra misión de vida. Por eso es bien importante retomar nuestro camino -no
importa la edad- damos cuenta, es decir ser conscientes, de quien estoy
"siendo", analizar si eso me hace feliz o al contrario me roba la
paz.
Nuestra experiencia de vida actual es
producto de lo que pensamos con anterioridad y lo que estamos pensando hoy
creará nuestro futuro.
Por eso deseo preguntarte a ti:
¿Qué estás eligiendo y qué estás
creando?
¿Amas lo que haces?
¿Has elegido conscientemente ser
feliz, ser sano?
MENTE ABIERTA PARA DESAPRENDER
"No es lo que quieres lo que
atraes, atraes lo que crees que es cierto". Neville Goddard
Un niño nace limpio en sus emociones,
cree en todo lo que le dicen, confía en todos los que están cerca de él y es
expresivo, juguetón y alegre por naturaleza. Un niño es inocente, ingenuo,
transparente en sus actos, sincero en sus palabras y vive en el asombro. Un
niño nunca piensa en el pasado ni en el futuro, no guarda resentimientos ni rencores
y vive a plenitud cada instante, es decir, vive en un presente absoluto. ¿Dónde
está eso que un día fuimos?
A medida que vamos creciendo vamos
aprendiendo de nuestros mayores que hay que cumplir normas, que si no las
cumplimos recibiremos una paliza, que tenemos que comer lo que no nos gusta, y
de esta manera empezamos a conocer el significado del temor, del castigo y del
sufrimiento.
Cuando éramos niños nunca se nos
ocurrió pegarle a otro niño, más sin embargo, cuando en alguna ocasión otro
niño nos agredía, nos decían: defiéndete, pégale más duro, y así aprendimos a
agredir.
Nos enseñaron a mentir cuando alguna
persona mayor ingenuamente nos decía: "di que no estoy" o "día
que estoy ocupado"; nos enseñaron a poner nuestra valía en el color de la
piel y en el tamaño y ubicación de nuestra vivienda, también en el mejor
colegio y en los clubes que frecuentábamos.
Se nos olvidó que el espíritu que nos
habita es el verdadero valor y nuestras vidas se centraron en el afuera, en lo
externo, dando con ello nacimiento al ego: "¡Yo soy mejor que tú!".
De esta manera aprendimos a vivir en
la dualidad, en la creencia de la separación, del sufrimiento y del castigo.
Nos sentimos lejos del Creador y lejos de los otros seres, con los cuales
empezamos a "competir" para sobrevivir.
Han pasado los años y no hemos podido
comprender que somos UNO en Dios, que lo que le hago a otro me lo hago a mí
mismo, que no hay rangos de poder a los ojos de Dios y que cuando vivimos en la
inocencia y el Amor, desaparecen todos los "debes ser" que violentan
y agreden nuestro ser interior.
La mayoría de nosotros aprendimos a
tener temor del "qué dirán" lo que nos condujo a ser lo que no somos,
a vivir de las apariencias para complacer a los demás, siendo infieles a
nosotros mismos e impidiendo experimentar uno de los dones más hermosos que nos
otorgó nuestro Creador: el don de la libertad.
Todo este aprendizaje nos condujo a
cambiar nuestra "percepción" del mundo donde vivimos y es así como
llegamos a creer que Dios nos creó para sufrir, que la enfermedad es un castigo
y que si nos portamos mal seremos condenados.
La tarea propuesta es pues,
¡desaprender! No creer que "nos hacen" cosas y que tenemos que
complacer a los demás. Miremos hacia lo más profundo de nuestros corazones,
perdonemos y olvidemos nuestro pasado para empezar a vivir de nuevo, con
optimismo, con libertad. haciendo aquello que amamos hacer, no lo que nos
obligaron hacer.
Comprender que Dios nos creó para ser
felices y que el Universo es nuestra herencia. Comprender que nuestro cuerpo contiene
en cada célula la sabiduría divina que conlleva en sí misma la capacidad de
auto curación si lo alimentamos con Amor, amándonos y reconociéndonos como lo
que somos: ¡Hijos del Creador del Universo y por lo tanto hijos del Amor!
¡Debemos transmutar y trascender
nuestras limitaciones para poder liberarnos de ellas!
Y no nos damos cuenta que el futuro
es tan impredecible que no existe. Le damos poder a su existencia con lo que
sale de nuestra mente, es decir con nuestros pensamientos.
Lo grave de este asunto es que
"creamos aquello que tememos" y mientras tanto estamos lesionando
nuestro cuerpo físico gastando grandes cantidades de energía, alterando nuestro
sueño, afectando nuestro ritmo cardíaco y disminuyendo la capacidad protectora
de nuestro sistema inmunológico.
La mente puede ser nuestra principal
aliada, pero también nuestra mayor rival. Nada ocurre en nuestro cuerpo sin que
la mente le haya dado una instrucción. Las instrucciones las damos a través de
sustancias químicas.
Las hormonas son sustancias
producidas por una glándula y los neurotransmisores se producen en el espacio
sináptico de las neuronas. El cortisol es una hormona glucocorticoide y se
produce en nuestro cuerpo en respuesta al estrés, por eso es comúnmente llamada
"la hormona del estrés" La secreción prolongada de cortisol por
estrés crónico puede producir problemas de sueño, cambios en el estado de
ánimo, aumento de peso por que aumenta el apetito, contribuye a acumular grasa,
inhibe la producción de insulina, aumenta el azúcar en sangre, disminuye la
actividad del sistema inmunológico, se producen menor cantidad de enzimas
digestivas, se absorben menor cantidad de nutrientes y deshidrata la piel.
La Dopamina es el neurotransmisor
-mensajero químico- más abundante del cerebro. También es una hormona que es
liberada por el hipotálamo. Es llamada "la hormona de la felicidad"
porque regula el sueño, la atención, el humor, el aprendizaje, la creatividad,
la motivación y el deseo; produce emociones de alegría, entusiasmo y vitalidad.
Una manera natural de producirla es por medio de la sonrisa; podemos aumentar
su producción durante la meditación y el ejercicio físico moderado regular.
También decretando frases positivas como por ejemplo: ¡Cada día estoy mejor!
Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), el 85% de todas las enfermedades tienen origen psicosomático, lo
que significa que la enfermedad está en la mente. Los investigadores que
sostienen que la actitud mental es determinante en nuestra salud, afirman que
si la mente puede enfermarnos; ¡También puede curamos!
La Universidad de Harvard, creó el
"Instituto de Medicina Cuerpo-Mente" y el Dr. Herbert Benson,
Cardiólogo, es profesor asociado de este instituto. El Dr. Benson es pionero en
el estudio de "la respuesta de relajación" y fue el primer científico
occidental en diseñar un método de "relajación-meditación" para
inducir la relajación y contrarrestar los efectos nocivos del estrés. Investigó
por más de 30 años el efecto placebo, llamado por él "recuerdo de
bienestar". Según su criterio, una persona con dolor de cabeza que
recuerda cómo se siente en los momentos en que no lo padece, puede disparar un
cambio físico que calme o elimine el dolor.
Podemos hacer un alto en el camino y
tomar consciencia de lo que estamos creando, elegir un nuevo camino y actuar en
consecuencia. La clave está en controlar nuestros pensamientos y emociones.
Para lograrlo hay que tratar de eliminar todo pensamiento de negación, mantener
una actitud positiva, confiar y creer en un futuro mejor, mirar el vaso medio
lleno en lugar del vaso medio vacío.
Si es muy difícil controlar nuestros
pensamientos negativos podemos "poner nuestra mente" en un estudio,
película, "hobby" o trabajo. Sentiremos un gran descanso, ¡lo puedo
asegurar!
Nota: Quiero dar un especial
agradecimiento la Dr. Elizabeth Gilchrist B., autora del libro "El Cuerpo
se Cura" por compartir sus conocimientos y su sabiduría que son luz y
esperanza para una humanidad con ansias de un mundo mejor. Bendiciones por su
hermosa labor.
El cuerpo se autocura con hábitos de
vida saludables y actos conscientes de Amor.
Elizabeth Gilchrist B
Fuente: La Iluminacion Espiritual