– Me siento atrapado en
mis emociones más que en la mente.
La mente en la forma en
que uso la palabra, no es solamente el pensamiento. Incluye sus emociones así
como todos los patrones de reacción inconscientes de tipo mental-emocional. La
emoción surge en el punto en que se encuentran la mente y el cuerpo. Es la
reacción del cuerpo a su mente, o podríamos decir, un reflejo de su mente en el
cuerpo.
Por ejemplo, un
pensamiento de ataque o un pensamiento hostil creará un aumento de energía en
el cuerpo al que llamamos cólera. El cuerpo se alista a luchar. El pensamiento
de que usted está siendo amenazado, física o psicológicamente, hace que el
cuerpo se contraiga, y ese es el aspecto físico de lo que llamamos miedo.
“Un patrón emocional
inconsciente puede incluso manifestarse como un evento externo que
aparentemente le sucede a usted.”
La investigación ha
mostrado que las emociones fuertes incluso producen cambios en la bioquímica
del cuerpo. Estos cambios bioquímicos representan el aspecto físico o material
de la emoción. Por supuesto, usted no es consciente habitualmente de todos sus
patrones de pensamiento, y a menudo sólo
observando sus emociones puede hacerlos conscientes.
Cuanto más identificado
esté con su pensamiento, sus gustos y sus odios, sus juicios e
interpretaciones, es decir cuanto menos presente esté como la conciencia que
observa, más fuerte será la carga de energía emocional, sea usted consciente de
ello o no. Si usted no puede sentir sus emociones, si está desconectado de
ellas, eventualmente las experimentará en un nivel puramente físico, como un
problema o síntoma físico.
Se ha escrito mucho
sobre esto en los últimos años, así que no necesitamos entrar en ello aquí. Un
patrón emocional inconsciente puede incluso manifestarse como un evento externo
que aparentemente le sucede a usted.
Por ejemplo, he
observado que la gente que lleva dentro mucha ira sin ser consciente de ella y
sin expresarla, tiene más posibilidad de ser atacada, verbal o incluso
físicamente, por otras personas iracundas y a menudo sin razón aparente. Tienen
una fuerte emanación de ira que ciertas personas reciben subliminalmente y que
dispara su propia ira latente.
Si usted tiene
dificultad para sentir sus emociones, empiece por concentrar su atención en el
campo de energía interior de su cuerpo. Sienta el cuerpo desde dentro. Esto
también lo pondrá en contacto con sus emociones. Exploraremos esto con más
detalle más adelante.
– Usted dice que una
emoción es el reflejo de la mente en el cuerpo. Pero a veces hay un conflicto
entre ambos: la mente dice “no” mientras la emoción dice “sí” o al contrario.
Si usted quiere conocer
realmente su mente, el cuerpo le dará siempre un reflejo verdadero, así que
observe la emoción o más bien siéntala en su cuerpo. Si hay un conflicto
aparente entre ellos, el pensamiento será la mentira, la emoción será la
verdad. No la verdad última sobre quién es usted, pero sí la verdad relativa de
su estado mental en ese momento.
El conflicto entre los
pensamientos superficiales y los procesos mentales inconscientes es ciertamente
común. Puede que usted ni siquiera sea capaz de traer a la conciencia en forma
de pensamientos su actividad mental inconsciente, pero esta siempre se
reflejará en el cuerpo como una emoción y de esto sí puede ser consciente.
Observar una emoción de
este modo es básicamente lo mismo que escuchar u observar un pensamiento, como
describí anteriormente. La única diferencia es que, mientras un pensamiento
está en su mente, una emoción tiene un fuerte componente físico, por lo tanto
se siente primariamente en el cuerpo.
“Si usted quiere
conocer realmente su mente, el cuerpo le dará siempre un reflejo verdadero.”
Entonces usted puede permitir
que la emoción esté allí sin ser controlado por ella. Usted ya no es la
emoción; usted es el observador, la presencia que observa. Si usted practica
esto, todo lo que es inconsciente en usted saldrá a la luz de la conciencia.
– ¿Así pues, observar
nuestras emociones es tan importante como observar nuestros pensamientos?
Sí, convierta en un
hábito preguntarse a sí mismo: ¿Qué pasa dentro de mí en este momento? Esta
pregunta lo orientará en la dirección correcta. Pero no analice, simplemente
observe. Enfoque su atención en el interior. Sienta la energía de la emoción.
Si no hay emoción presente, lleve su atención más profundamente al campo de
energía interior de su cuerpo.
Es la puerta de entrada
al Ser.
Una emoción habitualmente representa un patrón
de pensamiento amplificado y energizado, y puesto que a menudo es una carga
energética excesiva, no es fácil inicialmente permanecer presente lo necesario
para poder observarlo. Quiere apoderarse de usted y generalmente lo logra, a
menos que haya suficiente presencia en usted.
Si usted es empujado a
la identificación inconsciente con la emoción por falta de presencia, lo que es
normal, la emoción temporalmente se convierte en “usted”. A menudo se crea un
círculo vicioso entre su pensamiento y la emoción: se alimentan recíprocamente.
El patrón de pensamiento crea un reflejo magnificado de sí mismo en forma de
emoción y la frecuencia vibratoria de la emoción continúa alimentando el patrón
de pensamiento original.
Al permanecer mentalmente
en la situación, evento o persona que percibimos como causa de la emoción, el
pensamiento le brinda energía a la emoción, que a su vez energiza el patrón de
pensamiento y así sucesivamente.
Básicamente, todas las emociones son
modificaciones de una emoción primordial, indiferenciada, que tiene su origen
en la pérdida de conciencia de quién es usted más allá del nombre y de la
forma.
“Cuanto más se esfuerza
la mente por librarse del sufrimiento, mayor es este.”
Por su naturaleza
indiferenciada, es difícil encontrar un nombre que describa precisamente esta
emoción. “Miedo” se aproxima, pero además de una sensación continua de amenaza,
también incluye un profundo sentido de abandono y falta de plenitud. Puede ser
mejor usar un término que es indiferenciado al igual que esta emoción básica y
llamarla simplemente “sufrimiento”.
Una de las principales
tareas de le mente es combatir o suprimir este sufrimiento emocional, lo cual
es una de las razones para su incesante actividad, pero todo lo que puede
lograr es ocultarlo temporalmente. De hecho, cuanto más se esfuerza la mente
por librase del sufrimiento, mayor es este.
La mente nunca puede
encontrar la solución, ni puede permitirse dejar que usted la encuentre, porque
ella misma es una parte intrínseca del “problema”. Imagine a un jefe de policía
tratando de encontrar a un pirómano cuando el pirómano es el jefe de policía.
Usted no se librará de este sufrimiento hasta que deje de derivar su sentido de
sí mismo de la identificación con la mente, es decir, con el ego. Entonces la
mente es derrocada de su lugar de poder y el Ser se revela como su verdadera
naturaleza.
Sí, ya sé lo que va a
preguntar.
– Iba a preguntar: ¿Y
las emociones positivas como el amor y la alegría?
Son inseparables de su
estado natural de conexión interior con el Ser. Los destellos de amor y alegría
o los momentos breves de profunda paz son posibles siempre que hay una brecha
en la corriente del pensamiento. Para la mayor parte de las personas, tales
brechas ocurren raramente y sólo por accidente, en momentos en que la mente se
queda “sin palabras”, a veces disparada por la belleza extraordinaria, por un
esfuerzo físico extremado o incluso por un gran peligro.
Súbitamente hay quietud
interior. Y en esta quietud hay una sutil pero intensa alegría, hay amor, hay
paz.
Habitualmente estos momentos se viven
muy brevemente, puesto que la mente vuelve a tomar rápidamente su actividad ruidosa que
llamamos pensamiento. El amor, la alegría y la paz no pueden florecer hasta que usted se haya liberado del
dominio de la mente.
Pero no son lo que yo
llamaría emociones. Reposan más allá de las emociones, en un nivel mucho más
profundo. Así que usted tiene que hacerse completamente consciente de sus
emociones y ser capaz de sentirlas antes de poder sentir lo que hay más allá de
ellas. Emoción significa literalmente “perturbación”.
La palabra viene del
latín emovere que significa “perturbar”.
El amor, la alegría y la paz son estados profundos del
Ser o más bien tres aspectos
del estado de conexión interior con el Ser. Como tales, no tienen contrarios.
Esto se debe a que surgen de más allá de la mente. Las emociones, por otra
parte, al ser parte de la mente dualista, están sujetas al juego de los
contrarios.
“El amor, la alegría y
la paz no pueden florecer hasta que usted se haya liberado del dominio de la
mente.”
Esto significa
sencillamente que usted no puede tener bien sin mal. Así pues, en la condición
no iluminada, identificada con la mente, lo que a veces se llama erróneamente
alegría es el breve placer habitual del ciclo continuamente alternante del
sufrimiento/placer. El placer se deriva siempre de algo que está fuera de usted
mientras que la alegría surge de dentro.
Lo mismo que le brinda
placer hoy puede brindarle dolor mañana, o puede abandonarlo, así que su
ausencia le traerá dolor. Y lo que a menudo se llama amor puede ser placentero
y estimulante por un tiempo, pero es un asidero adictivo, una condición
extremadamente menesterosa que puede convertirse en su contraria en un
instante.
Muchas relaciones
“amorosas”, después de pasada la euforia inicial, de hecho oscilan entre el
“amor” y el odio, la atracción y el ataque.
El verdadero amor no
conlleva sufrimiento ¿Cómo podría? No se convierte súbitamente en odio, ni la verdadera
alegría se convierte en dolor. Como dije, incluso antes de que usted esté
iluminado -antes de liberarse de su mente- usted puede tener destellos de
verdadera alegría, verdadero amor o una profunda paz interior, tranquilos pero
vibrantemente vivos.
“Incluso cuando el
cielo está cubierto de nubes densas, el sol no ha desaparecido. Está todavía
allá, al otro lado de las nubes.”
Estos son aspectos de
su verdadera naturaleza, que está habitualmente oscurecida por la mente. Incluso
en una relación adictiva “normal”, puede haber momentos en los que la presencia
de algo más genuino, algo incorruptible, puede sentirse. Pero serán sólo
atisbos, que se ocultarán pronto por la interferencia de la mente. Entonces
puede parecer que usted tuvo algo muy precioso y lo perdió, o su mente puede
convencerlo de que en todo caso todo fue una ilusión.
La verdad es que no fue
una ilusión y usted no puede perderlo. Es parte de su estado natural, que puede
ser oscurecido, pero nunca destruido por la mente. Incluso cuando el cielo está
cubierto de nubes densas, el sol no ha desaparecido. Está todavía allá, al otro
lado de las nubes.
– El Buda dice que el
dolor o sufrimiento surge por el deseo y que para liberarnos del sufrimiento
tenemos que cortar los lazos del deseo.
Todos los deseos son
expresiones de la mente que busca la salvación o la realización en las cosas
externas y en el futuro como sustituto de la alegría de Ser. Mientras yo sea mi
mente, soy esos deseos, esas necesidades, carencias, apegos y aversiones, y
fuera de ellos no hay “yo” excepto como una mera posibilidad, un potencial no
logrado, una semilla que todavía no ha brotado.
En ese caso, incluso mi
deseo de ser libre o iluminado es sólo otro anhelo de realización o plenitud en
el futuro. Así que no busque llegar a ser libre del deseo o “lograr” la
iluminación. Vuélvase presente. Esté allí como observador de la mente. En lugar
de citar al Buda, sea el Buda, sea “el despierto”, que es lo que la palabra
buda significa.
Los seres humanos han
estado en las garras del sufrimiento durante millones de años, desde que
cayeron del estado de gracia, entraron en el reino del tiempo y la mente y
perdieron la conciencia del Ser. En ese punto, empezaron a percibirse a sí
mismos como fragmentos sin significado en un universo ajeno, separados de la
Fuente y de los demás.
El sufrimiento es
inevitable mientras usted esté identificado con su mente, es decir, mientras
usted esté inconsciente, espiritualmente hablando.
Hablo aquí principalmente del sufrimiento emocional, que es también la causa principal del sufrimiento
físico y de las enfermedades físicas.
El resentimiento, el
odio, la autocompasión, la culpa, la ira, la depresión, los celos y así
sucesivamente, incluso la más leve irritación, son todas formas del
sufrimiento. Y todo placer o elevación emocional contiene en sí mismo la
semilla del dolor: su contrario inseparable, que se manifestará con el tiempo.
“El sufrimiento es
inevitable mientras usted esté identificado con su mente.”
Cualquiera que haya
tomado drogas para sentirse bien sabrá que la animación eventualmente se
convierte en depresión, que el placer se transforma en alguna forma de dolor.
Muchas personas saben también por experiencia propia cuán fácil y rápidamente
una relación íntima puede pasar de ser una fuente de placer a ser una fuente de
dolor.
Vistos desde una
perspectiva más alta, los polos positivo y negativo son caras de la misma
moneda, ambos son parte del sufrimiento subyacente que es inseparable del
estado de conciencia egotista de identificación con la mente.
Autor: Eckhart
Tolle (“El Poder del Ahora”)