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martes, 2 de agosto de 2016
Misión de Jesús en la Tierra. 3º
Misión de Jesús en la Tierra. III
¿Y qué hay de la creencia en que la solución a las malas acciones necesita y se resuelve con la confesión y la absolución del sacerdote?
Está claro que, para mejorar espiritualmente, el primer paso es la toma de conciencia del mal que hayamos realizado. Pero el arrepentimiento no es suficiente, porque en el mundo espiritual sólo la reparación del mal realizado vale para eliminar los actos en contra de la ley del amor. Sólo nosotros mismos podremos hacerlo. Nadie, por muy avanzado que sea, podrá sustituirnos en esa tarea, aunque podamos recibir ayuda para superarla. Que al sacerdote se atribuya el poder de eliminar los pecados forma parte de la estrategia para hacer creer que los representantes de la iglesia son imprescindibles para la salvación y que, por ello, es necesario sustentar económicamente a la iglesia. Como dije al principio, la evolución espiritual sólo se consigue por esfuerzo personal y no por “enchufe” con alguna entidad superior.
¿Entonces la creencia de que Jesús redimió los pecados a los hombres con su muerte en la Cruz y posterior resurrección?
Tampoco es cierta. Es verdad que Jesús vino a enseñar el camino de la evolución espiritual y que aquel que quiera seguir su ejemplo de amor al prójimo ha hecho un cambio decisivo para tomar el camino directo en la evolución espiritual, pues esa misma creencia le ayudará a evitar cometer muchos errores del pasado, llamados en la jerga religiosa “pecados”. Pero esto no le exime de hacer frente a la reparación de los actos delictivos cometidos en otras vidas.
Jesús no borró los pecados de nadie, sino que enseñó cómo borrar cada uno los suyos. Sería muy injusto que, a mitad de un examen de entrada a la universidad, viniera el profesor de algunos alumnos y dijera: “los que sean mis alumnos no hace falta que entreguen el examen, porque están todos aprobados, ya que conozco a los miembros del tribunal y tengo influencia para conseguirlo”. No se estaría valorando justamente el esfuerzo realizado por cada alumno, ya que alumnos poco preparados estarían siendo premiados sin merecerlo, en detrimento de otros que sí estudiaron para el examen y sí estaban preparados para superarlo por méritos propios. Lo que un buen profesor haría sería esforzarse para que sus alumnos estén bien preparados para afrontar los exámenes. Y es lo que intentó Jesús, prepararnos bien para superar con éxito los exámenes espirituales de cada encarnación. En el mundo espiritual no existe el “enchufismo”. Se nos conceden infinitas posibilidades para mejorar y rectificar los errores cometidos.
Pero habremos de hacerlo nosotros mismos y no por intervención de Jesús, la Virgen o cualquier otro santo al que nos encomendemos.
Pues ahora intenta convencer a un cristiano de lo que dices, porque este es uno de los dogmas centrales del Catolicismo.
Es que esto mismo está dicho en el Nuevo Testamento en el evangelio de Marcos (10, 35-40):
“Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a él y le dijeron: --maestro, queremos que nos concedas lo que pidamos. Él les dijo: --¿qué queréis que haga por vosotros? Ellos dijeron: --concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Entonces Jesús les dijo: --no sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos dijeron: --podemos. Y Jesús les dijo: --beberéis la copa que yo bebo, y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes está preparado.”
Ya pero… ¿No fue él mismo el que decía a la gente “tus pecados te son perdonados”?
Lo que quiso decir es que por el hecho de haber actuado contra la ley del amor durante el pasado no estáis condenados para siempre, sino que todos tenéis una oportunidad de rectificar y comenzar de nuevo, en el momento que queráis, sin que se tenga en cuenta quienes fuisteis ni lo que hicisteis.
Ya, pero ¿por qué se lo decía justamente a los enfermos después de curarlos?
Cuando Jesús sanaba a un enfermo le estaba haciendo una limpieza de tóxicos, tanto del cuerpo físico como del cuerpo astral, causantes de la enfermedad a nivel físico. Estos tóxicos eran el resultado de la acumulación de tóxicos psíquicos por sentimientos, pensamientos y actos contra la ley del amor efectuados por el espíritu en esa misma vida y en vidas anteriores, y que en esa época eran llamados “pecados”. Considerad la sanación que Jesús efectuaba a través de la imposición de manos como una pasada de aspiradora de una alfombra (el cuerpo) que está sucia a causa de no haber puesto cuidado en mantenerla limpia. Si después de esa limpieza drástica la persona no hace ningún cambio en sus hábitos “sucios”, al cabo de poco tiempo la alfombra volverá a estar igual de sucia que estaba antes de la limpieza.
De hecho, hubo gente que después de haber sido sanada por Jesús, desoyó los consejos hacia la reforma interior y mantuvo sus malos hábitos espirituales, de modo que volvió a generar tóxicos psíquicos a nivel mental, que al pasar a los niveles astral y físico volvieron a causar nuevamente la enfermedad.
¿Y por qué le decía a los enfermos cuando le daban las gracias porque les había curado, “tu fe te ha salvado”?
Porque Jesús conocía que, para que la transmisión de energía sanadora, llamémosla reiki, prana o como queramos, sea efectiva, no hace falta sólo que haya un buen emisor sino también que haya un buen receptor, es decir, que el que recibe esté predispuesto a recibir la energía con los chakras bien abiertos. Para que esto suceda, la persona que recibe la energía debe de tener confianza (fe) en el emisor, ya que cuando hay desconfianza, los chakras se mantienen cerrados y la energía no puede penetrar y ejercer su efecto terapéutico, por muy potente que sea el emisor.
Pero a veces esto era dicho, no a la persona que había sido curada, que estaba inconsciente o demasiado enferma para entender que la estaban intentando curar, si no a uno de sus familiares. ¿Cuál es el sentido aquí?
Igual que Jesús tenía el poder de trasmitir energía de alta vibración, con alto poder curativo, alentado por su capacidad de amar y la voluntad de hacer el bien, existe el poder de potenciar la transmisión de la energía en aquellas personas que tienen confianza en ella, y tienen la voluntad de ayudar a aquellos que lo necesitan, actuando así de “repetidores” de la señal original. En este caso, ellos mismos se convierten también en canal de paso de las energías sanadoras. Igualmente, hay personas que son capaces de interferir la transmisión de energía curativa hacia otras personas de su entorno por su negatividad psíquica o su incredulidad. Hubo muchos casos de personas que no confiaban en Jesús y sus enseñanzas. En esos lugares, a pesar de que él seguía poniendo las manos sobre los enfermos como siempre, hubo pocas sanaciones. Esta circunstancia está recogida en los propios evangelios.
“Llegó (Jesús) a su pueblo y comenzó a enseñar en la sinagoga. La gente estaba tan sorprendida que algunos decían: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿Cómo puede hacer esos milagros?" Otros decían: “Pero, ¡si es Jesús, el hijo de José, el carpintero! María es su madre, y sus hermanos son Santiago, José, Simón y Judas. Sus hermanas aún viven aquí. ¿Cómo es que Jesús sabe tanto y puede hacer estos milagros?" Ninguno de los que estaban allí quiso aceptar las enseñanzas de Jesús. Entonces él dijo: "A un profeta se le respeta en todas partes, menos en su propio pueblo y en su propia familia". Jesús no hizo muchos milagros en aquel lugar, porque la gente no creía en él.” (Mateo 13, 54-58)
Ya que estamos, hablemos de la Resurrección.
De acuerdo. Voy a intentar aclarar este tema porque en este punto hay un lío tremendo. Muchas de las cosas que se han dicho de la resurrección son totalmente incorrectas.
Si entendemos como resurrección la supervivencia del espíritu después de la muerte del cuerpo, esto sí es correcto. Pero el que después de la muerte el ser continúe viviendo no tiene nada de extraordinario. La supervivencia del espíritu no empezó con Jesús, sino que se ha producido siempre, ya que es una ley universal y ya hemos hablado de ello ampliamente. Pero todas aquellas creencias que hablan de que para que el espíritu viva ha de estar necesariamente ligado a un cuerpo y, concretamente, al mismo cuerpo que ocupó durante la vida física, no son ciertas.
Pues hay ramas de algunas iglesias cristianas que creen que la vida sólo es posible teniendo un cuerpo físico, es decir, que no admiten la vida del espíritu después de la muerte desligada del cuerpo. ¿Qué opinas al respecto?
No es cierto que cuando el cuerpo muere el alma quede indefinidamente en un estado como de sueño hasta que vuelva a ocupar el mismo cuerpo que dejó. Esto es una de las falsas creencias que existen sobre la resurrección. ¿Acaso no es evidente que, a partir del momento en que se produce la muerte física, el cuerpo comienza un proceso de descomposición hasta que llega un momento en el que no queda nada de él? ¿Cómo puede creer alguien que sea posible que llegue el día en que para que se vuelva al mundo físico se ocupe un cuerpo que ya no existe desde hace siglos? ¿Acaso no es más fácil explicar el regreso de los espíritus fallecidos a la vida física mediante la reencarnación, es decir, que el espíritu que ayer vivió en la Tierra vuelva hoy como el niño que va nacer? Por tanto, es falsa la creencia de que los muertos volverán a la vida física a través de un proceso mágico de recomposición de cuerpos que ya desaparecieron por el proceso de descomposición natural de la materia.
Estos seres vuelven continuamente a la vida material, pero lo hacen a través del nacimiento de nuevos niños, sin quebrantar las leyes de la naturaleza.
Tampoco es cierto que el alma o espíritu necesite de un cuerpo para vivir. Las almas no quedan en estado de sueño indefinido hasta que vuelven a encarnar en el mundo físico sino que, como ya he dicho, continúan su vida y su proceso evolutivo en el mundo espiritual, desligados de la materia. Cuando Jesús murió y se dice que resucitó no significa que su cuerpo volviera a la vida, sino que su espíritu continuó viviendo.
Pero un cristiano te diría que, según los Evangelios, Jesús hizo “resucitar a Lázaro” y éste siguió viviendo un tiempo más con su cuerpo. ¿No es esto una prueba de la “resurrección de la carne”?
Jesús no resucitó a Lázaro, porque Lázaro en realidad no estaba muerto todavía. En realidad, lo que hizo Jesús fue reanimarlo, y esto no os tiene que resultar nada milagroso por otra parte, ya que hoy en día con las técnicas de reanimación cardiaca los médicos consiguen “resucitar” a personas consideradas clínicamente muertas. ¿No habéis oído hablar de casos excepcionales en los que personas que han sido dadas por muertas después de unas cuantas horas en un depósito de cadáveres despiertan repentinamente y vuelven a la vida?
Y es que la separación del cuerpo físico no se produce instantáneamente cuando sobreviene una parada cardiorrespiratoria, de lo contrario sería imposible la reanimación cardiaca. Requiere un tiempo, que es más o menos largo, según el apego del espíritu a la materia o de la vitalidad del propio cuerpo físico cuando se inicia el proceso de separación, pero al menos puede durar dos o tres días, culminando con la ruptura definitiva del cordón de plata. Si Jesús pudo reanimar a Lázaro con la potencia de su energía fue sencillamente porque Lázaro no había completado un proceso de desencarnación y pudo revertirlo, como hacen los médicos actualmente.
¿Pero no ocurrió con Jesús que fueron a su tumba sus allegados al tercer día después de su muerte y no hallaron su cuerpo?
En el caso de Jesús sucedió que, al abandonar el espíritu el último lazo que lo unía con el cuerpo, y debido a la enorme frecuencia vibratoria de su cuerpo astral, al desprenderse del cuerpo físico provocó su desintegración inmediata, en un proceso que sí es extraordinario para vosotros y que no ocurre en vuestro caso, de ahí que no fuera encontrado el cuerpo de Jesús en la tumba. Este proceso de desintegración dejó su huella en el lienzo que envolvía el cadáver de Jesús. Por eso, el no haber encontrado su cuerpo en la tumba no quiere decir que Jesús continuara viviendo con el cuerpo que tuvo en vida.
¿Entonces la Sábana Santa y la imagen que se ha encontrado en ella es verdadera?
Pues sí.
¿Y por qué las pruebas del carbono 14 no la fechan cuando toca?
Lo único que os diré al respecto es que hay algo en el procedimiento que se realiza para fechar que da por cierto algo que no lo es y por eso no cuadran las fechas. Pero esto es desviarnos del tema porque, sea o no la Sábana Santa el lienzo que envolvió a Jesús después de su muerte física, es irrelevante para lo que estamos contando, como lo es que el cuerpo se desintegrara o se descompusiera lentamente como lo hacen todos. Todo esto es irrelevante respecto al mensaje espiritual, así como su concepción, y si María era virgen o no. Os habéis quedado con los sucesos que os parecen extraordinarios pero que son irrelevantes desde el punto de vista espiritual, y habéis dejado de prestar atención a lo realmente importante, que es el mensaje que Jesús transmitió.
¿Y entonces cómo se le apareció a los apóstoles, si es que realmente se apareció a ellos, después de la muerte?
Las apariciones posteriores a los apóstoles u otras personas con las que convivió no se produjeron con el cuerpo que utilizó en vida, sino que se apareció en forma de cuerpo astral, como se aparecen muchos seres que han fallecido en los lechos de sus seres queridos para despedirse, estando su cuerpo físico inerte en el lugar donde murieron, o en el ataúd. Y es que un cuerpo astral, bajo ciertas circunstancias especiales, puede “condensarse” hasta tomar la apariencia y la solidez casi de un cuerpo físico, y más cuando se trata de un espíritu con la capacidad de Jesús, y esto es conocido por muchos investigadores de los fenómenos que llamáis “paranormales”.
¿Y tienen algún sentido las afirmaciones proféticas del tipo “en el final de los tiempos los muertos resucitarán”?
Los espíritus de los seres ya fallecidos están regresando continuamente al mundo físico a través de la reencarnación. Es decir, no van a esperar a una supuesta época llamada "final de los tiempos" para volver. La reencarnación de los espíritus es un proceso que siempre está en marcha mientras haya una humanidad viva en un planeta físico. Lo que sí es verdad es que en la actualidad, y debido a la explosión demográfica, están encarnando simultáneamente mayor cantidad espíritus que en otras épocas de la historia, coincidiendo con el final de un ciclo, también para que estos espíritus tengan la oportunidad de encarnar en un momento de gran importancia evolutiva. Es la única manera en la que se puede entender la frase “en el final de los tiempos los muertos resucitarán”.
¿Y qué hay de la creencia en el pecado original, es decir, aquello de que por haber pecado los supuestos ancestros de la humanidad (Adán y Eva), deben pagar los descendientes las consecuencias de sus actos?
Te contestaré a esto con un ejemplo. Imaginad que un señor atraca un banco y en la huida se estrella con el coche y muere. Ante la imposibilidad de juzgarlo, el juez toma la decisión de que el hijo del atracador pague los delitos de su padre y vaya a la cárcel en lugar del padre. ¿Consideraríais justo a un juez que tomase esa decisión?
Desde luego que no y no creo que haya ningún tribunal de un país civilizado que tome semejante decisión.
Si para la justicia humana os parece una aberración culpar a un hijo de algo hecho por el padre, ¿por qué creéis que la justicia divina puede ser peor que la humana? En el mundo espiritual cada uno ha de responder por sus propios actos, jamás por los actos cometidos por otros. Por lo tanto, la creencia en el pecado original o en faltas “heredadas” de los antepasados es injusta y carece de fundamento alguno.
¿Y de dónde puede venir esa creencia en pecados heredados de los antepasados?
Lo que sí que ocurre es que uno ha de responder por sus propias acciones y éstas pueden venir de vidas pasadas, de modo que puede ocurrir que algunos de nuestros antepasados fuéramos en realidad nosotros mismos viviendo una encarnación anterior. Este es el único sentido correcto en que puede interpretarse una creencia semejante y sólo es entendible si se acepta la existencia de la reencarnación.
También has dicho que la creencia en que la sexualidad es algo pecaminoso y que el que se abstiene de relaciones sexuales es más puro y elevado que el resto no es cierta
Así es. Y me gustaría saber de dónde han sacado esa afirmación que ha servido para imponer el voto de castidad para los religiosos, sean estos sacerdotes, monjas o frailes.
Supongo que se basa en el ejemplo que dio Jesús.
¡Vosotros no conocéis la vida íntima de Jesús para afirmar que no tuvo relaciones sexuales! Jamás dijo Jesús públicamente que abstenerse de las relaciones sexuales era acercarse a Dios o ser más puro. Si así fuera y todos los humanos tomaran la decisión de abstenerse de relaciones sexuales de por vida ¡en un plazo de 120 años se habría extinguido la vida humana de la Tierra! ¿No os parece que entra en contradicción con lo de “creced y multiplicaos”? Ya me diréis si conocéis otra forma de multiplicarse que no sea a través de la relación sexual. ¡Porque en épocas pasadas no podían recurrir la fecundación in vitro!
¿He de entender de tus palabras que la relación sexual ha de tener siempre como motivo la procreación?
No, hombre. Ya hemos hablado de ello ampliamente. La relación sexual para el espíritu avanzado es una manifestación de amor íntimo. Otra cosa muy diferente es cuando para satisfacer los deseos sexuales se cometen abusos de todo tipo y se vulnera el libre albedrío de las personas, sobre todo de las más indefensas, como mujeres y niños que son dedicados al comercio del sexo (hablo de la prostitución y la pedofilia), o se manipula y engaña de mil maneras para obtener sexo diciendo que se ama cuando en realidad es mentira, algo que ocurre muy frecuentemente en vuestro mundo. Todo eso sí que lo denunció Jesús. Tened en cuenta que en la época de Jesús, la mujer era considerada poco más que una esclava del hombre en todos los aspectos, incluido el sexual, y no tenía prácticamente ningún derecho.
Los hombres podían hacer lo que les viniera en gana sin que nadie les dijera nada y la mujer tenía que soportar los abusos del hombre con la bendición de la religión, como por ejemplo cuando se repudiaba a las mujeres condenándolas a la prostitución por no tener forma alguna de sobrevivir. Jesús luchó mucho por defender los derechos de la mujer, para que dejara de considerársela una esclava sexual, y también para reprender a aquellos que las culpabilizaban, haciéndoles ver que ellos eran responsables de su lamentable situación. Pero la Iglesia ha transformado todo esto en un alegato contra la sexualidad.
Pues la Iglesia ha hecho bandera de esa relación entre la pureza y la castidad con el ejemplo de la Virgen María, la madre de Jesús.
Dejando a un lado el tema de la concepción de Jesús, María, como la mayoría de mujeres, fue virgen sólo hasta que empezó a tener relaciones sexuales con su pareja, José, fruto las cuales tuvo varios hijos e hijas, que son los hermanos de Jesús. Y lo más llamativo, es que esto último está recogido en los evangelios que los cristianos dicen seguir, cuyos autores no vieron ningún problema en que Jesús, como la mayoría de seres humanos, tuviera hermanos, y no se tomaron la molestia de ocultarlo, como intenta hacer la Iglesia actualmente. Que María tuvo más hijos, y que éstos tenían nombre y apellido está reflejado en diversos versículos de los evangelios (Marcos 6, 3; Mateo 13,55, Mateo 12, 46-47 o Lucas 8,19-20). Os cito algunos a modo de ejemplo:
“Mientras él aún hablaba a la gente he aquí que su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: Aquí están tu madre y tus hermanos que quieren verte.”
“¿No se llama su madre María y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? Otros decían: "Pero, ¡si es Jesús, el hijo de José, el carpintero! María es su madre, y sus hermanos son Santiago, José, Simón y Judas. Sus hermanas aún viven aquí. ¿Cómo es que Jesús sabe tanto y puede hacer estos milagros?"
¿Por qué, si los evangelistas no tenían ningún problema en que Jesús tuviera hermanos, recogiendo este hecho en sus escritos sin ningún pudor, lo tuvieron los que vinieron después?
¿Y qué me dirás de la creencia en que por lo que hagamos en esta vida se decide nuestro futuro para toda la eternidad, con penas eternas e infierno para los malos y no creyentes, y que sólo los cristianos o creyentes se salvan y consiguen la gloria eterna?
De esto ya hemos hablado largo y tendido cuando explicamos la ley de la evolución espiritual y cómo funcionan las cosas en el mundo espiritual, pero lo volveré a decir por si no ha quedado suficientemente claro. Absolutamente todos los espíritus son inmortales y su destino es alcanzar las mayores cotas de evolución espiritual. Por tanto, ningún ser humano está excluido del esquema evolutivo, independientemente de sus creencias religiosas, políticas, de su raza o cualquier otra razón Es decir, que crean o no crean en Dios, en Jesús o en la Iglesia Tal o Cual, y aunque hayan sido un auténtico desastre como personas, jamás perderán su condición de inmortalidad ni su posibilidad de mejorar espiritualmente. Por tanto, no existe ni la muerte ni la condenación eterna para nadie.
Si miramos lo suficientemente atrás en el pasado espiritual de todos y cada uno de nosotros, encontraremos que en alguna vida anterior todos hemos sido asesinos, caníbales o ambas cosas a la vez, y si ahora no lo somos y lo consideramos una aberración es porque hemos evolucionado espiritualmente, y porque hemos tenido innumerables oportunidades de ir enmendando los errores cometidos, a base de encarnar una y otra vez para ponernos a prueba en nuestras capacidades. Si no hubiera oportunidad de rectificar y por lo que hiciéramos en una sola encarnación se decidiera nuestro futuro para toda la eternidad, os aseguro que no quedarían plazas para entrar en “el Infierno” de tan atiborrado que estaría, y “el Cielo” estaría más despoblado que el desierto del Sahara.
Entonces, la creencia de que un arrepentimiento de última hora ante el sacerdote redime los pecados...
El destino del espíritu después de desencarnar depende exclusivamente de sus acciones en vida, teniendo siempre la oportunidad de evolucionar, de mejorar y, por tanto, de “salvarse”, a partir del momento en que quiera dar el paso. Pero esto no va a suceder de la noche a la mañana, sino que implica un cambio profundo en el espíritu, que necesita de tiempo de reflexión, toma de conciencia y de un esfuerzo para modificar las actitudes negativas. Además, para que uno se deshaga de sus deudas espirituales o actos contra la ley del amor ha de reparar el daño que hizo y esto requiere mucha voluntad y tiempo por delante para efectuarlo. De esto se deduce que una absolución en el último minuto de la vida ante el sacerdote no cambia en nada el destino del espíritu después de la muerte del cuerpo físico.
Perdona que insista, pero respecto a la creencia de que sólo los cristianos o creyentes se salvan, ¿no fue el mismo Jesús el que dio pie a creer en que los que se salvarán son sus seguidores al decir: “el que crea en mí gozará de vida eterna”?
Jesús no pudo decir nada con ese significado. Lo que él hizo fue dar la clave para que cada uno active su cambio espiritual y que adquiera conciencia de que la vida es eterna y de que cada uno es artífice de su propio destino. Traducido al lenguaje actual vendría a ser algo así: “El que crea en lo que digo, en el mensaje que traigo, será consciente de que su vida es eterna y de que su “salvación” (o evolución) depende de sí mismo, que es dueño de su propio destino”.
¿Entonces de dónde procede la creencia de que sólo los que creen en Cristo gozarán de vida eterna?
De una mala interpretación de lo que él dijo y de las manipulaciones de la iglesia, que además añadió “fuera de la Iglesia no hay salvación”. La creencia de que sólo los cristianos, en este caso particular, o los creyentes en determinada iglesia, en general, se salvan es una más de las ideas que provienen de los propios jerarcas de las iglesias, y es un reclamo más que se utiliza para asegurar la fidelidad de los creyentes. ¿Quieres más datos? Este axioma, el de “fuera de la Iglesia no hay salvación", en latín “extra Ecclesiam nulla salus”, lo enunció San Cipriano (Epist. 73, 21: PL 1.123 AB), en el IV concilio de Letrán, celebrado en los años 1215-1216, es decir, más de mil años después del paso de Jesús por la Tierra.
Pues me consta que muchos creyentes católicos están convencidos de que es así. Es decir, que sólo los que creen en Cristo gozarán de vida eterna, y que para ser un buen cristiano y salvarte has de seguir las normas de la Iglesia.
Mirad, la Iglesia Católica y muchas otras religiones os han hecho creer que ser bueno es lo mismo que ser sumiso. Ser sumiso sobre todo con las normas de la Iglesia, para así poder manejar a los fieles a su antojo. Pero bondad y sumisión son cosas totalmente distintas. Alguien puede ser sumiso a unas normas, aparentemente bondadoso de cara a la sociedad, pero estar totalmente entregado al egoísmo y ser un autentico “demonio” como persona. El propio Jesús puso en evidencia este tipo de conductas cuando calificaba de “sepulcros blanqueados” a los fariseos, tan amantes de las normas y rituales y tan poco del amor al prójimo. Y al contrario, hay muchas buenas personas, honestas y poco amigas de la hipocresía, que son mal vistas por los demás porque no se ajustan a las normas establecidas. Incluso pueden ser considerados como gente peligrosa y despreciable, porque al ser honestos y honrados ponen en evidencia a los que no lo son. Ahí tenéis el ejemplo de Jesús.
Jesús no fue sumiso con los mandatos de las autoridades de la iglesia hebrea, sino que fue valiente y consecuente con sus convicciones espirituales, sabiendo que la predicación pública de sus ideas le traería un motón de problemas, y se enfrentó con aquellos que quisieron hacerle callar, no con la fuerza de la violencia, sino con la fuerza de la verdad y el amor. Pues así ha pasado con mucha gente. La historia está repleta de casos de gente honesta y buena que, por no ser “sumisa” con los que mandan, fue torturada hasta morir, devorada por los leones del circo romano, o quemada en la hoguera por cargos de herejía o hechicería. Aún así, considerad a estas personas afortunadas porque eran libres y amaron. Por el daño que tuvieron que sufrir de sus hermanos menos evolucionados habrán recibido su justa compensación.
Es mucho más triste la situación de aquellos que se torturan a sí mismos, aquellos que, sometidos a unas normas tan esclavizantes, han reprimido su interior, su sensibilidad y viven una vida inútil llena de amargura, y que en el colmo del delirio creen además que ese sufrimiento estéril les hace ser más buenos, porque su religión así se lo ha hecho creer. Pero en su interior envidian a los que son libres y realmente felices. Algunos, por envidia, hacen todo lo posible por amargar la vida a los demás, sobretodo jugando con el sentimiento de culpa, algo que tienen muy bien aprendido, ya que es el método que la Iglesia ha empleado con ellos para conseguir anular su voluntad.
¿Qué quieres decir con que juegan con el sentimiento de culpa?
Pues que intentan culpar a los demás de su propio malestar.
¿Y qué se puede hacer para ayudar a personas así?
Primero tiene la persona que reconocer que tiene este problema, es decir, que su voluntad y sus sentimientos están prácticamente anulados por las creencias que profesa. Esto en sí mismo ya sería un gran paso, porque generalmente estas personas se creen mejores que los demás y no están dispuestos a escuchar a alguien que no tenga unas credenciales dentro de su Iglesia. También, porque su Iglesia les ha hecho creer que los que no siguen sus preceptos son “pecadores”, es decir, malas compañías de las que no te puedes fiar. Luego hay que empezar a trabajarse interiormente, empezando por tomar conciencia de qué cosas se hacen porque se sienten sinceramente o se dejan de hacer porque, aunque se sienten, están prohibidas por las normas, y qué cosas son hechas sin sentir y se hacen porque uno se siente obligado por dichas normas.
El siguiente paso es empezar a ejercitar la propia voluntad, el libre albedrío, es decir empezar a actuar conforme uno siente, aunque para ello tenga que enfrentarse a las normas establecidas.
¿He de concluir de toda esta extensa exposición que todas las religiones son una farsa y que no representan para nada la voluntad de Dios?
Hombre, hasta ese extremo, no. El problema de las religiones es que, aunque han recogido algunos mensajes que sí son espiritualmente avanzados, piden al creyente que asuma un conjunto de creencias y normas como un lote, por dogma, sin razonamiento, con el argumento de que todo es “palabra de Dios". No existe libertad de pensamiento, libertad para escoger lo que realmente a uno le llega al alma, y para desechar lo que le resulta falso o irrelevante, ni para elegir en qué quiere uno creer o no creer. Los mandatarios de las religiones llevan utilizando durante mucho tiempo los mensajes espirituales elevados como gancho para atraer a las personas que sí se identifican con la elevación del mensaje, como el del amor al prójimo, pero que no lo hacen con el resto de normas absurdas que se han ido añadiendo progresivamente y que obstaculizan el avance espiritual.
De esta manera, si la persona se deja llevar por la guía de los supuestos “representantes de Dios” sin atreverse a cuestionar la supuesta "palabra de Dios", por temor a la reprimenda de las autoridades eclesiásticas, poco a poco va renunciando a su voluntad, para pasar a vivir bajo la voluntad de unas normas escritas en libros muy antiguos, pero que quedan desfasadas para explicar y dar una solución satisfactoria a las experiencias vividas por uno mismo, de modo que se le pone al creyente un corsé tan apretado que le impide manifestarse con libertad. Cuando uno renuncia a su voluntad, está dando un paso hacia el fanatismo, porque queda a merced de la manipulación por parte de aquellos que se han erigido en los intérpretes de la palabra de Dios.
Hay verdades mezcladas con falsedades prácticamente en todas las religiones, filosofías e ideologías que existen. A cada uno le corresponde el trabajo de encontrar la verdad, su verdad, tomando un poco de aquí y otro de allí, aquello que su interior reconozca como verdadero y que le pueda servir para evolucionar.
Parece este un camino un poco inseguro si no se puede confiar en alguien físicamente vivo que te pueda dar un buen consejo cuando estés pasando por un trance difícil.
Ciertamente que entre vosotros hay personas con capacidad de orientar y aconsejar a los demás respecto a la espiritualidad por tener un conocimiento mayor de la realidad espiritual y una capacidad de amar más desarrollada, conseguida a base de haber vivido muchas vidas y haber trabajado mucho por el mejoramiento del interior. Pero estas personas no actúan de forma ostentosa. No se erigen en obispos o santos, ni se ponen un ropaje especial, sino que son personas con una vida aparentemente normal, pero con el firme deseo de mejorar interiormente y ayudar a los demás, que actúan sin alardes ni ostentaciones, de forma desinteresada, predicando con el ejemplo, teniendo que aguantar por ello las mayores injurias y calumnias de aquellos que quedan en evidencia en la comparación, por no estar a la altura moral del rango que dicen representar.
La influencia del mundo espiritual se deja sentir en todos y cada uno de vosotros, seáis ateos, agnósticos o creyentes de la iglesia Tal o Cual. Pero lo hace muy sutilmente para que sea uno mismo el que decida. Que cada uno escuche primeramente la voz de su conciencia que es la mejor guía que pueda uno tener y después, que escoja el camino que quiere seguir.
LAS LEYES ESPIRITUALES
Vicent Guillem
http://lasleyesespirituales.blogspot.com
http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar/
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
Misión de Jesús en la Tierra. 2º
Misión de Jesús en la Tierra. II
Pues hay muchas religiones en la Tierra, muchas de ellas monoteístas, que establecen unos mandamientos bastante estrictos, y según dicen sus autoridades, son voluntad de Dios. ¿Qué opinión te merecen?
Todas aquellas doctrinas o religiones que se basan en la imposición de unos dogmas por un criterio de autoridad y no respetan la ley espiritual del libre albedrío no pueden ser verdaderas, ni consideradas dichas por Dios o por la espiritualidad superior.
Tampoco, por tanto, pueden considerarse las autoridades de estas religiones verdaderos guías espirituales, ya que un guía espiritual nunca utiliza la fuerza o la manipulación ni pretende imponer determinados preceptos.
¿Entonces quieres decir que las religiones de la Tierra no son verdaderas respecto a que no representan la voluntad de Dios?
En todas hay una parte de verdad, que suele ser la inspiración de algunos seres evolutivamente más avanzados, y un mucho de falsedad, que suele ser el producto de los añadidos que otros autores hacen en función de intereses terrenales.
¿Me puedes poner un ejemplo?
Sí. Por ejemplo, en el antiguo testamento los diez mandamientos son unas normas bastante correctas, y obedecen a mensajes de seres espiritualmente avanzados. Uno de los mandamientos es “no matarás”. Sin embargo también hay en el mismo texto del antiguo testamento pasajes en los que supuestamente Dios envía al pueblo de Israel a atacar otros pueblos para conquistar una supuesta “tierra prometida”, y por supuesto, en esos ataques se lucha y se mata a otros seres humanos. Con lo cual, si esto fuera así, uno deduce que Dios le está diciendo a su pueblo que mate. Ocurre entonces que el segundo mensaje (“matarás”) contradice al primero “no matarás”. ¿Y cómo se resuelve esta aparente paradoja? O bien Dios se contradice a sí mismo, lo cual resultaría inaceptable para un ser de tanta evolución, o bien deberemos admitir que cada instrucción proviene de autores diferentes, que tienen motivaciones diferentes Y entre esos dos mensajes, no matarás y matarás, ¿cuál es el que el sentido común nos dice que es más avanzado espiritualmente?
Para mí, el de no matarás.
Si admitimos que este mensaje viene de la espiritualidad superior, entonces el contrario no puede venir de la misma fuente.
¿Y de dónde vendría entonces?
De aquellos que estaban interesados en la invasión.
Bueno, pero esto es un ejemplo del pasado.
Que se sigue repitiendo en el presente. ¿Acaso no hay muchos líderes actuales de la Tierra que supuestamente son fervorosos creyentes en Dios, que siempre acaban sus discursos con un “que Dios os bendiga”, pero que no tienen ningún reparo en enviar a sus conciudadanos a invadir otros países, causando millones de muertes y destruyendo millones de hogares por varias generaciones? ¿Acaso no utilizan salmos de la Biblia o expresiones como “Confiamos en Dios”, o “Dios está con nosotros” como reclamo para justificar sus acciones? Tened por segura una cosa: Dios, o la espiritualidad superior, jamás estará de parte de ningún bando de una contienda, ni apoyará ninguna invasión ni conquista, porque de hacerlo estaría violando él mismo una de las leyes que estableció para el Universo, que es la ley del amor.
Esta es la gente que viola el mandamiento de “no utilizarás el nombre de Dios en vano”, un mandamiento que supuestamente deben cumplir los creyentes del judaísmo y el cristianismo; y sin embargo, intentan justificar sus atrocidades utilizando el nombre de Dios, como si Dios estuviera de acuerdo en cometer tales atropellos contra sus criaturas. Esto es utilizar el nombre de Dios en vano, y no utilizar la palabra “Dios” en expresiones vulgares, como cree alguna gente.
Entonces, ¿qué hay del pueblo elegido por Dios?
No hay pueblos ni personas privilegiadas para Dios. Dios, o la espiritualidad superior, no se liga específicamente a unos pueblos o razas determinadas en detrimento de las demás, sino que hace un llamamiento a todos los seres a participar en el desarrollo del plan evolutivo, y es cada espíritu el que decide si quiere o no colaborar. Por supuesto, no obliga a nadie a seguir sus leyes. Cada uno, de acuerdo a su voluntad y su capacidad, adquirirá, si así lo desea, un compromiso para desarrollar una tarea concreta dentro del plan de evolución espiritual, tanto a nivel individual como colectivo, de la humanidad en la que encarna. Esa es la elección, la del espíritu. Por tanto, un “elegido” no es más que aquel que abre su interior a la espiritualidad superior y se compromete a seguir la ley del amor en su vida para que, además de evolucionar él mismo, sirva de ejemplo a otros seres que todavía no se han abierto interiormente a esta llamada.
¿Y estas personas que se abren a esa llamada del mundo espiritual, tienen algo que ver con los místicos o los profetas?
Mira, el contacto directo con el mundo espiritual no está reservado sólo a unos pocos. Ya he dicho que todo el mundo tiene una conexión directa, su propia conexión personal, con Dios, con la espiritualidad superior, con sus propios guías, y cada uno lo va a experimentar de una manera. Lo importante es buscar esa conexión sinceramente, con humildad, y que el motivo de esa búsqueda sea avanzar espiritualmente, y a cada cual se le dará lo que necesite. Lo importante no es la espectacularidad de las experiencias, sino que esas experiencias le sirvan a uno para avanzar en el amor, no para justificarse en sus defectos. Desafortunadamente, hay mucha gente que, motivada por el deseo de ser o de aparecer como alguien importante ante los demás, una especie de “maestro ascendido” o algo por el estilo, se autosugestiona experiencias que no son reales, y que pueden llevar a engaño a otra gente.
O los hay que, tras haber tenido experiencias reales de contacto espiritual, en vez de utilizarlas para su propio avance espiritual o para ayudar a los demás, las han utilizado para engrandecerse y creerse superiores y exigen que los demás les traten como si fueran dioses. Es el defecto de la vanidad lo que le hace a uno buscar la admiración de los demás en vez de buscar cómo mejorarse a sí mismo. Desgraciadamente esto es muy frecuente en vuestro mundo.
¿Y qué es un profeta?
Un profeta es un enviado de la espiritualidad superior para enseñar la verdad sobre el mundo espiritual y para advertir a la gente de cada época de las consecuencias de los actos en contra de la ley del amor. Generalmente, son espíritus más avanzados que la media del planeta en el que encarnan, ya que de otro modo no podrían desempeñar la misión que se les ha encomendado. Al mismo tiempo que están ayudando, se ayudan a sí mismos a evolucionar, poniendo a prueba su capacidad de amar, ya que generalmente son repudiados, rechazados, torturados, vilipendiados o ridiculizados por las sociedades en las que se han encarnado. No son seres con privilegios divinos especiales, como comúnmente se cree, puesto que su capacidad espiritual ha sido conseguida por propio mérito en la rueda de encarnaciones, aunque éstas pudieran haberse dado en otros mundos. Se trata, pues, de alumnos mayores que se ponen en contacto con alumnos de menor edad para ayudarles en su educación.
La diferencia es que no podemos reconocerles por su aspecto físico ni por su edad, ya que encarnan en las mismas condiciones que el resto. Algún día cualquiera de los seres que habitan vuestro planeta, cuando haya evolucionado lo suficiente, podrá desempeñar la función de profeta en un mundo habitado por una humanidad de menor evolución.
¿Pero no ocurre a menudo que hay personas a las que se cree grandes maestros y luego se descubre que son unos aprovechados, que amasan grandes fortunas a costa de la ingenuidad de la gente?
Así es. Hay muchos farsantes. Pero también hay muchos que empiezan bien y al principio van por buen camino, y por eso se les da la ayuda espiritual que necesitan. El problema viene cuando se dejan deslumbrar por el efecto que causan en la gente, que está muy necesitada de respuestas, y cuando encuentran a alguien que les despierta el interior se sienten muy agradecidos con él y buscan hacérselo notar. Creen que son ellos los que deslumbran, cuando en realidad es la luz del conocimiento espiritual del cual debían ser portadores lo que les hace llegar a la gente. Erróneamente, la gente empieza a venerarles como si fueran dioses. Si se trata de personas que todavía no conocen bien el egoísmo y sus manifestaciones y no luchan para vencerlo en sí mismos, su ego se engrandece hasta el punto de creerse por encima de todo y de todos. Y, en vez de servir a los demás, ocurre lo contrario.
Buscan que los demás les sirvan a ellos, que sean como súbditos o esclavos morales, que les obedezcan ciegamente, sin cuestionar jamás ninguna de sus decisiones y deseos. Y entonces, poco a poco, la luz se va apagando, los sentimientos desaparecen y la inspiración se pierde. En ausencia de la inspiración espiritual, el egoísmo toma el control de la mente y, a partir de entonces, los mensajes que dan son confusos y contradictorios. Y lo que pudiera haber de verdad es sólo un recuerdo confuso de lo que una vez tuvieron y no supieron cuidar, cubierto por un montón de falsedades destinadas a justificar la exaltación de su ego.
¿Cómo distinguir a un verdadero profeta de uno que es un embaucador? Es decir, ¿cuáles son los requisitos que debería reunir, según tú, un auténtico profeta, guía o mensajero espiritual?
Los guías espirituales desencarnados ayudan a todos los espíritus sin ningún tipo de distinción. La espiritualidad auténtica no conoce fronteras ni diferencias económicas, de raza, religión o de cualquier otro tipo. Por lo tanto, no discrimina entre ricos y pobres, blancos y negros, creyentes y no creyentes, ya que estas diferencias son sólo una condición temporal y circunstancial del encarnado, y cambia de unas vidas a otras. Aquellos que se consideren dignos de propagar el mensaje espiritual han de actuar de la misma forma. Un auténtico guía espiritual encarnado intenta vivir su vida conforme a las leyes espirituales, sin ningún alarde y con humildad. Está dispuesto a ayudar y a esclarecer sin recibir nada a cambio. Por ello, todos aquellos que pretenden recibir compensaciones económicas o de otro tipo por desvelar supuestas verdades espirituales no pueden considerarse verdaderos guías espirituales, ya que no hay verdades “sólo para abonados”.
Un auténtico maestro respeta el libre albedrío, es decir, nunca intenta imponer su criterio a los demás, sino que predica con el ejemplo y deja libertad a los demás para tomar o dejar lo que se les ofrece. Por tanto, no hace uso nunca del principio de autoridad para justificarse, es decir, nunca dirá: “Esto es así porque yo lo digo, que para eso soy el maestro, el iluminado o el representante de Dios”. La elevación del mensaje en sí es suficiente para convencer a los que están receptivos, y si no interesa o no convence a otras personas, están en su libre albedrío de manifestarlo y de seguir libremente su camino, sin que por ello deban ser obligados o coaccionados a creer o admitir algo que no desean.
¿Algún consejo para no dejarse atrapar por los falsos maestros o la falsa espiritualidad?
Jamás renunciéis a vuestra voluntad por una creencia, sea ésta una religión, una ideología política o filosófica, por muy elevada que parezca, porque si se os pide que renunciéis a vuestra voluntad, que renunciéis a vuestra libertad por ella, tened por seguro que no merece la pena. Analizad los mensajes, no idolatréis al mensajero. Si el mensaje no os convence, exponed vuestras dudas y exigid aclaraciones, y si seguís sin identificaros con dicho mensaje, entonces rechazadlo. No aceptéis nada por dogma de fe, que os exija creer sin comprender. Lo que no se interioriza por experiencia propia, por sentimiento, por comprensión, por análisis, sino que se hace como una imposición externa que no se comprende y sólo se acata por un principio de autoridad, es decir, porque alguien supuestamente divino lo dice, no sirve para evolucionar ni para ser más feliz, porque el espíritu sólo es feliz en libertad. Por tanto, nada de fe ciega, ni de estamentos que controlan y manipulan la espiritualidad.
Buscad las respuestas en vuestro interior, que es mucho más sabio de lo que creéis, porque tiene una conexión directa con vuestros propios guías espirituales, con la espiritualidad superior.
Pues hay muchas religiones que consideran que el contacto con los espíritus es una cosa del demonio y consideran que buscar el contacto con los espíritus es algo pernicioso y diabólico ya que, según ellos, la Biblia prohíbe este tipo de contactos y, si la Biblia es la palabra de Dios, significa que el mismo Dios prohíbe estos contactos. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Es que aceptar que cada uno tiene su propia conexión con la espiritualidad superior, llamémosle Dios, o guías espirituales, hace perder protagonismo y poder a las autoridades eclesiásticas, y entonces dejan de poder manejar la voluntad de los fieles a su antojo. Se contradicen a sí mismos, porque si ellos consideran que sus escritos sagrados son palabra de Dios y que han sido escritos por alguien inspirado por Dios, esto implica que han tenido algún contacto con el mundo espiritual de tipo mediúmnico, el mismo contacto que niegan a sus fieles y que reservan sólo a los autores del pasado que escribieron aquello que ellos veneran. Jesús y otros profetas avanzados buscaron ese contacto con la espiritualidad superior y fueron inspirados y ayudados en sus misiones por espíritus avanzados, y esto es un contacto con el mundo espiritual en toda regla, en el que el ser encarnado recibe el consejo y la ayuda de entidades espirituales desencarnadas.
De manera que si se censura la mediumnidad, también se deberá censurar al propio Jesús, ya que Jesús actuó como un médium muy potente, como transmisor de un mensaje del mundo espiritual a los humanos que vivieron en aquella época.
Ya, pero ellos dirán que Jesús era el hijo de Dios y que era el propio Dios el que lo inspiraba y no un espíritu.
¿Cómo saben ellos si el que inspiró a un profeta que vivió hace más de dos mil años ha sido Dios, el Espíritu Santo, o el mismísimo Diablo, si todo se ha de creer por fe ciega y no se admite el análisis de los mensajes?
De hecho, si ahora encarnara un auténtico profeta de los del antiguo testamento que fue autor de algunos de los escritos que ellos consideran palabra de Dios y que veneran tan profundamente y escribiera nuevos mensajes espirituales que aclararan y ampliarán el trabajo hecho en otras vidas, poniéndoles en evidencia, al igual que lo hicieron los profetas antiguos con las autoridades religiosas de la antigüedad, esas mismas personas se reirían en su cara o harían ver que esa persona está loca, que está contactando con el demonio o algo parecido, sin ni siquiera permitir que se analizara la calidad del mensaje que ha recibido.
Actuemos con sentido común. La calidad del mensaje es la única forma de conocer la capacidad del autor, porque ¿quién puede creer que alguien de la actualidad que promueva en sus mensajes la violencia, la guerra y el odio de unos seres humanos contra otros es un enviado de Dios? Pues si no lo admitimos de un contemporáneo nuestro, ¿por qué lo habríamos de admitir de un autor del pasado, por muy antiguo que este sea? ¿Qué es lo que lo hace especial, el ser muy antiguo? Entonces erijamos en dioses a los dinosaurios, a los tiburones o a las hormigas, que aparecieron antes en este mundo que cualquiera de los escritores de la antigüedad. Si el mensaje de Jesús ha tenido tanto impacto en la humanidad no fue porque lo hubiera dicho Jesús, sino por la grandeza del mensaje en sí mismo, que era la expresión del amor incondicional.
Pero los poderosos de este mundo, ante la imposibilidad de frenar su expansión, y temiendo que ello acabaría con sus privilegios y abusos, se apropiaron de la figura de Jesús, tomaron ese mensaje y lo adulteraron de tal manera que casi consiguen hacernos creer lo contrario de lo que el mensaje decía, poniendo en boca de Jesús lo que él nunca dijo, palabras que contradicen el propio mensaje original, lo que ellos querrían que hubiera dicho para mantener sus privilegios y su poder.
Supongo que cualquier cosa que hiciera Jesús siempre estaría bien vista por un cristiano, ya que ellos lo consideran el mismo Dios o el hijo de Dios. Lo que no estarán dispuestos a admitir es que una persona normal contacte directamente con espíritus.
Les sorprendería saber que los contactos con espíritus benefactores eran muy frecuentes entre los primeros cristianos, que eran de esta manera fortalecidos desde el mundo espiritual para soportar las tremendas persecuciones que se lanzaron contra ellos. También sabían los primeros cristianos que al orar con amor se atraían la influencia y las manifestaciones de los espíritus avanzados. En el propio nuevo testamento, en los Hechos de los Apóstoles, tenéis el ejemplo de cómo el propio Jesús se les aparecía y desaparecía a voluntad en espíritu a los apóstoles después de haber desencarnado. Posteriormente, la propia iglesia persiguió este tipo de manifestaciones, porque temían que de ellas surgiera de nuevo la semilla del amor y que ésta germinara de nuevo en los corazones y los liberara de la oscuridad espiritual en la que aquella institución religiosa había sumido a la humanidad.
No vino Jesús, pero vinieron otros espíritus bien elevados con contacto directo con el mundo espiritual, que hicieron mucho bien, curando y atendiendo a los desfavorecidos. Muchos de ellos fueron quemados por la Inquisición bajo la acusación de brujería o herejía.
Ya pero, parece que sí existen personas que se han reunido para invocar espíritus malignos con la intención de conseguir ciertos poderes mágicos que les den la capacidad de dominar a otros seres o de conseguir riquezas o poder. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Este tipo de contactos se han producido y se seguirán produciendo, mientras existan espíritus en el mundo llenos de egoísmo, sedientos de riqueza y poder. Estos contactos sí que son perniciosos y nada recomendables, porque las personas que se mueven con este tipo de intenciones acaban siendo víctimas propiciatorias de espíritus de su mismo nivel, que harán todo lo posible por mantenerlos bajo su dominio y les convertirán en sus esclavos para cometer las mayores barbaridades. Pero porque haya personas que hayan utilizado la mediumnidad para contactar con espíritus inferiores con intención de hacer daño a otras personas no podemos concluir que todo el contacto con el mundo espiritual a través de los médiums sea pernicioso. ¿O es que os resultaría razonable que porque haya personas que utilicen Internet con fines perniciosos las autoridades prohibieran toda la comunicación a través de la red para cualquier uso y a todo el mundo?
La lógica nos dice que habrá que limitar su uso sólo cuando atente contra la integridad de la gente, y no en general.
¿Entonces por qué existe tanta oposición en el mundo al contacto con los espíritus?
Lo que pasa es que la manera en que las autoridades de muchas religiones y otros poderes de vuestro mundo mantienen su control es evitando que cada uno logre por su cuenta el contacto con Dios, con su guía espiritual. Existen multitud de películas que se hacen con la intención expresa de mantener ese miedo al contacto con el mundo espiritual, haciendo creer que todo contacto va a ser terrorífico, como en las películas de miedo tipo La invasión de los muertos vivientes, Poltergeist o El exorcista. Así, cada uno, a través del miedo, actúa como inquisidor de sí mismo y cada vez que pueda plantearse la posibilidad de recibir un mensaje del mundo espiritual, de la forma que sea (intuiciones, sueños, etc), ya se encarga el miedo de reprimirlo y malinterpretarlo.
También has dicho que la creencia de que la Iglesia y los sacerdotes son los intermediarios de Dios en la Tierra no es correcta.
Así es.
¿En qué te basas para decir esto?
Creo que si leemos correctamente la relación que tuvo Jesús con las castas sacerdotales de su época llegaremos a la conclusión de que jamás tuvo Jesús intención de que se creara una casta sacerdotal y una jerarquía como la que la Iglesia Católica ha creado, que es una copia bastante fiel de la Iglesia hebrea de aquellos tiempos.
Él vino a enseñar que cada uno tiene su propia conexión con Dios, y a destruir la falsa idea de que sólo a través de los sacerdotes puede uno contactar con Dios.
De hecho, una buena parte de la predicación pública se la pasó Jesús lidiando con los sacerdotes hebreos que veían en él un serio competidor, que no hacía más que ponerlos en evidencia. Y tenían razón, porque Jesús no paró de repetir de diversas formas, una y otra vez, el siguiente mensaje: “Oíd, esta gente no son los intermediarios de Dios, porque están más ocupados en mantenerse económicamente a costa de vosotros que en proporcionar una ayuda espiritual adecuada. Os han liado con sus leyes absurdas. No los necesitáis. Lo único que vale para entrar en el reino de Dios es amar”.
Este mensaje fue captado por las castas sacerdotales y, viendo que si la gente tomaba conciencia se iban a quedar en el paro, actuaron en consecuencia, y lo mataron.
¿Y por qué la Iglesia Católica ha acabado pareciéndose tanto a la hebrea?
Al principio no fue así, porque para ser seguidor del mensaje de amor de Jesús tenías que estar muy convencido, ya que te estabas jugando el pellejo en cada momento, con las continuas persecuciones a las que estaban sometidos los cristianos, tanto por los judíos primero como por los romanos después. Pero viendo los poderosos que, a pesar de sus esfuerzos por eliminar a los seguidores de aquella filosofía tan perniciosa para sus intereses egoístas, no paraba de crecer el número de adeptos, optaron por la estrategia de “si no puedes con el enemigo, únete a él”. A partir de la conversión del emperador Constantino, que decreta la conversión al Cristianismo de todo el Imperio Romano, entran a ser cristianos un montón de gente por la fuerza, y no por la creencia en el mensaje. Y, al ser los cristianos forzosos mayoría, lo estropearon todo. Ahí se acabó el amor al prójimo.
Los antiguos sumos sacerdotes de los cultos anteriores y sus fieles se cambiaron de chaqueta y se pasaron al Cristianismo sin ninguna transformación espiritual y empezaron a ocupar los cargos importantes. Porque no creeréis que los ex sumos sacerdotes de los cultos anteriores iban a soportar ser uno más de los creyentes. Querían mantener su cuota de poder. Así que cambiaron el gorro de sumo sacerdote por el de obispo de la Iglesia Cristiana. Ni siquiera se cambiaron de gorro, porque hasta el gorro del Papa y los obispos, la mitra, viene de otra religión. Se le llama así porque lo llevaban los sacerdotes del antiguo culto a Mitra, una de las divinidades adoradas por los romanos. Adaptaron al Cristianismo muchos los rituales de sus religiones anteriores y adulteraron el mensaje de amor al prójimo original con otras ideas contrarias a este mensaje. Y así nació la Iglesia Católica.
Como Jesús hubiera dicho, no se puede ser servir a Dios y al dinero al mismo tiempo, y la Iglesia Católica, como la hebrea de hace 2000 años, desde casi el principio, ya tomó partido por lo segundo.
Entonces, la infalibilidad del Papa y que sea el representante de Dios en la Tierra...
Todo es falso, claro. Se puede equivocar tanto como cualquier humano. Su conexión con el mundo espiritual no tiene ningún privilegio respecto a cualquier otra persona. La conexión con la espiritualidad superior se hace cada vez más fuerte con el trabajo personal de amor incondicional, no por la concesión de ningún título terrenal, por muy magnánimo que este sea.
¿Y de dónde procede pues esta idea?
Como ya he dicho, de los propios jerarcas de la Iglesia. Es una manera de justificar sus actos, que generalmente estaban movidos por la ambición de poder y de riquezas, para que nadie les discutiera. Si eran capaces de convencer a la gente de que ellos eran imprescindibles para la salvación, podrían vivir a costa de los feligreses sin que nadie pudiera cuestionar sus actos, ya que siempre podían amenazarles con la “condena eterna” si no cumplían “los designios de Dios”, es decir, si no acataban las órdenes de “los representantes de Dios”, o sea, de ellos mismos.
LAS LEYES ESPIRITUALES
Vicent Guillem
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Misión de Jesús en la Tierra.1º
Misión de Jesús en la Tierra. I
He observado que, de vez en cuando, cuando expones un tema, acabas por enlazarlo con lo que supuestamente dijo Jesús sobre él. ¿Por qué lo haces?
Aprovecho las circunstancias para resolver otro de tus interrogantes. ¿Acaso no eras tú el que quería saber la verdad sobre Jesús de Nazaret?
¿Pero también sabes eso de mí?
Pues sí.
Pues ya que ha salido el tema, sacaré las preguntas que tengo sobre Jesús de Nazaret. Me interesa mucho saber quién fue realmente y cuál fue su misión en la Tierra, si es que tenía alguna.
Adelante, porque 2000 años después de su encarnación todavía no se ha entendido bien su mensaje.
¿Qué quieres decir con esto?
Pues que después de él se han ido incorporando, como si hubieran sido de su autoría, multitud de añadidos que han ido progresivamente tergiversando el significado del mensaje original que vino a enseñar. Como él hubiera dicho, hay que separar la paja del grano, lo verdadero de lo falso, para poder entender su misión.
¿Y cuál fue su misión, qué vino a hacer?
Vino a enseñar cuál es el camino de la evolución espiritual.
A enseñar las leyes espirituales, poniendo especial énfasis en enseñar la ley del amor, con su “ama al prójimo como a ti mismo, ama a tu enemigo”, es decir, con un mensaje de amor incondicional.
¿Fue Jesús de Nazaret el mismo Dios encarnado o el hijo de Dios?
Jesús de Nazaret fue la encarnación de un espíritu altamente evolucionado.
¿Pero entonces no fue Dios encarnado?
No, no fue Dios encarnado. Pero tampoco dijo nunca él que fuera Dios. Fueron otros que vinieron después los que hicieron esa afirmación.
¿Al menos, fue el hijo de Dios?
Sí, tan hijo de Dios como lo sois vosotros. La diferencia es que él era consciente y el resto de la gente no.
¿Quieres decir entonces que Jesús no fue un ser sobrenatural o divino, sino que fue tan humano como nosotros?
Tan humano como vosotros, pero de mayor evolución.
Si entendemos que el ir evolucionando nos acerca progresivamente a Dios, podemos decir que Jesús estaba más cerca de Dios que vosotros.
¿Quiere decir esto que si nosotros evolucionamos podemos alcanzar el nivel evolutivo que tuvo Jesús al encarnar?
Sí. No sólo el mismo nivel, sino niveles mucho mayores, ya que el proceso de evolución espiritual no termina nunca. Aunque está claro que en una sola vida física es imposible. Al igual que Jesús, os harán falta numerosas encarnaciones y vivir multitud de experiencias para llegar a ese punto. Y tened en cuenta que para cuando vosotros lleguéis ahí, él ya estará en un nivel mayor, ya que continúa evolucionando, como todos los espíritus.
¿Insinúas que Jesús también tuvo que pasar por el ciclo de encarnaciones para poder evolucionar? ¿Eso quiere decir que alguna vez fue tan imperfecto como nosotros?
No lo insinúo, lo afirmo. Jesús, al igual que vosotros, también tuvo que mejorar a través de sus experiencias en el mundo físico. Y, gracias a su voluntad y esfuerzo personal, adquirió el nivel evolutivo necesario para realizar la misión que cumplió en la Tierra y que tanto os ha impactado, pero que tan poco habéis entendido.
¿Entonces tuvo Jesús la necesidad de encarnar y morir en la Cruz para seguir evolucionando?
No, no tenía necesidad, ya que no tenía ningún karma o deuda pendiente. Podría haber seguido su evolución sin pasar por ese trance tan amargo. Lo eligió porque quiso, sabiendo cuáles serían las consecuencias. La grandeza de Jesús no estuvo en morir en la Cruz, como tanto énfasis ha puesto la Iglesia Católica. Si ése fuera el mérito de Jesús, también habría que dárselo a los cientos de miles de personas que murieron de la misma forma, ya que así se ajusticiaba en esa época a los condenados a muerte. El gran mérito de Jesús está en el atrevimiento y la valentía de difundir el mensaje de amor que vino a dar, sin permitir que nadie le amedrentara o le hiciera cambiar de opinión, a pesar de que sabía que todo eso le acarrearía un montón de sufrimientos, incluida la muerte.
¿Entonces por qué lo hizo?
Por amor a sus hermanos de menor evolución. Los espíritus conocedores del amor incondicional como él no actúan porque tengan nada que expiar, sino porque tienen una misión que realizar, que generalmente tiene que ver con dar ejemplo de cómo se vive con amor. Ten en cuenta que a partir de cierto nivel, el espíritu ya actúa enteramente movido por amor. Muchos espíritus eligen encarnar en mundos poco avanzados para ayudar a sus hermanos de menor evolución a alcanzar más rápidamente la felicidad que ellos mismos experimentan al vivir en el amor. En estos casos, las circunstancias negativas que tienen que atravesar no son ningún tipo de expiación, sino que son inherentes a la inferioridad espiritual del mundo al que vienen. Pero no les importan esos sufrimientos, ni morir asesinados, porque ellos no temen ni al sufrimiento ni a la muerte. Por su gran nivel evolutivo, saben que la muerte no existe y que la vida física no es más que un instante en la vida del espíritu.
Entonces, si un espíritu elevado que encarna en un mundo poco avanzado sólo ha venido para enseñar y no para aprender, no evolucionará mucho en una vida en un mundo inferior.
Al contrario, ya que vienen para enseñar y para aprender, porque de todas las pruebas de la vida se aprende. Ésta les sirve para evolucionar muy rápidamente, más que en un mundo de su mismo nivel, porque se pone a prueba su capacidad de amor y comprensión en cada momento. Además permite que afloren defectos muy escondidos que no se pondrían de manifiesto sino en circunstancias muy extremas, que nunca se darían en un ambiente más amoroso. De esta forma tienen la oportunidad de intentar mejorarlos y de avanzar así en el proceso de eliminación del egoísmo.
Volvamos a Jesús. El trabajo ¿lo hizo sólo, no tuvo ninguna ayuda?
Cuando alguien trabaja movido por el amor se hace digno de recibir la influencia de entidades espirituales todavía más evolucionadas. En el caso de Jesús, la del Logos o Cristo Planetario, entre otras.
¿Y quién es el tal Cristo Planetario?
La entidad espiritual máxima responsable de la evolución de vuestro planeta.
¿Entonces las tres personas de la Santísima Trinidad son Dios, Cristo y Jesús?
Pues no lo sé, porque no creo ni que los mismos que lo inventaron sepan qué significa ese galimatías. Pero sí os diré que Dios es único y que Cristo y Jesús son entidades diferentes y separadas de Dios. Por lo tanto, ni son Dios, ni manifestaciones de Dios, aunque los podéis considerar representantes de Dios o enviados de Dios, ya que se armonizan con la voluntad de Dios. Es decir, son seguidores de la ley del amor y están voluntariamente integrados en su plan de evolución.
¿Y cómo actuó Cristo a través de Jesús?
A partir de cierto momento, en los últimos años de su vida, Jesús actuó inspirado y fortalecido por el Cristo Planetario. Y realmente lo necesitaba para llevar acabo la misión que desempeñó.
¿Pero entonces quién era el que hablaba, Jesús o Cristo?
Digamos que actuaban en simbiosis. Hablaba Jesús con la inspiración del Cristo. Jesús jamás perdió su conciencia e individualidad, ni su libre albedrío.
¿Volverá Jesús a encarnar en la Tierra?
El Cristo se manifestará siempre que sea necesario, y lo hará a través de la encarnación de un espíritu en fase humana de evolución. Ya lo hizo antes de Jesús y lo volverá a hacer después, si la evolución espiritual del planeta así lo requiere.
No es más importante que sea Jesús u otro ser de evolución semejante. Lo que ya os adelanto es que cuando encarne un nuevo Mesías, Profeta, Avatar, o como le queráis llamar, no lo hará vestido de Nazareno, con una corona de espinas, la cruz a rastras y las manos ensangrentadas con las heridas de los clavos, como los cristianos esperan. Será una persona aparentemente normal, pero con una capacidad de amar y una sabiduría espiritual fuera de lo común, pero sólo perceptible para aquellos que sintonicen con el mensaje de amor al prójimo y evolución espiritual que traerá.
Y en caso de que encarnara en la actualidad, los primeros que se opondrían a él y harían lo imposible para que su mensaje no tuviera calado serían los grandes jerarcas de las Iglesias que supuestamente le han erigido en su estandarte, porque si su mensaje llega a penetrar en los corazones de los humanos de este planeta, tienen los días contados como aristócratas religiosos, y pasarán a ser personas normales y corrientes.
Al principio de hablar sobre Jesús has dicho que había muchos añadidos a su mensaje original que incluso distorsionaban el mensaje que él había querido dar. ¿Cómo podemos distinguir el mensaje original de los añadidos posteriores?
Sencillamente, todas aquellas creencias que están en contra de las leyes espirituales no pueden venir del mensaje de Jesús, el cual conocía estas leyes e intentó transmitirlas a los que quisieron escucharle.
¿Podrías enunciar algunas máximas del auténtico mensaje de Jesús?
Sí, claro.
1. Todos los seres humanos, sin importar la raza, el sexo o la religión, son de la misma naturaleza, es decir, espíritus en proceso de evolución y, por tanto, hermanos. Este mensaje fundamental está recogido en las máximas:
“Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la hacen.” (Lucas 8, 21)
“Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.” (Mateo 12, 50)
De esto se desprende que nadie está excluido del proceso de evolución espiritual. Por mucho daño que pudiera hacer, jamás se le va a abandonar, ni se le condenará para siempre. Siempre va a tener oportunidades de rectificar y llegar a alcanzar la felicidad verdadera. Y esto se pone de manifiesto en el siguiente texto:
“Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una, ¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la descarriada? Y si sucede que la encuentra, de cierto os digo que se goza más por aquélla que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Así que, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.” (Mateo 18, 12-14)
2. La vida del espíritu es eterna. La muerte no existe.
“No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma” (Mateo 10, 28)
“Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo”. (Juan 3, 13)
Del significado de esta segunda frase ya hablamos anteriormente. Significa que todo ser que encarnó materialmente a través del nacimiento venía del mundo espiritual (cielo), y vuelve a él tras la muerte de cuerpo.
3. La misión de los humanos en la Tierra es la de aprender a amar incondicionalmente y a desprenderse del egoísmo. La evolución espiritual se mide exclusivamente en la capacidad de amar, y esto es lo que nos hace evolucionar, es decir, acercarnos a Dios.
“Habéis oído que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.” (Mateo 5, 43 – 48)
“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado.” (Juan 15, 12)
4. La evolución espiritual depende del trabajo de uno mismo.
El destino del hombre después de la muerte depende exclusivamente de las acciones a favor o en contra de la ley del amor que haya realizado en vida.
“Mas el que practica la verdad viene a la luz.” (Juan 3, 21)
“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra habrá sido atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra habrá sido desatado en el cielo.” (Mateo 18, 18)
5. Cada uno tiene su propia conexión con Dios de manera que no ha de depender de intermediarios en su contacto con el mundo espiritual.
“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”. (Marcos 11, 24-25)
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” (Juan 5, 14)
“Por eso os digo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá,
porque todo aquel que pide, recibe y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11, 9-13)
6. La evolución espiritual no termina en una sola vida física, sino que es necesario encarnar numerosas veces para alcanzar la espiritualidad superior.
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. (...)Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo.” (Juan 3, 3-13)
7. La ley de la Justicia Espiritual o ley de causa-efecto. Se cosecha lo que se siembra.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá”. (Mateo 7:1-2)
“Así que, todo lo que queráis que los hombres hagan por vosotros, así también haced por ellos.” (Mateo 7, 12)
8. Aparte de este, existen otros mundos habitados que tienen el mismo fin que este, es decir, servir de escuela para la evolución espiritual.
“Hay muchas moradas en la casa de mi Padre. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho.” (Juan 14, 2)
¿Por qué citas los evangelios cuando te refieres a lo que dijo Jesús?
Me sería más fácil explicar el mensaje de Jesús sin limitarme sólo a lo que ha quedado recogido en los evangelios. Pero como resulta que vosotros no admitiríais que fue dicho por él, me limito a utilizar lo que dijo y está reflejado en vuestras escrituras, para que veáis que no me lo invento.
¿Podrías enumerar algunas de las creencias cristianas que no son verdaderas desde el punto de vista espiritual y que son añadidos posteriores a Jesús?
Sí. Hay muchas, pero me referiré a las que considero más importantes y más perjudiciales para el avance espiritual.
1) La creencia en que la práctica de rituales tiene algún valor moral o espiritual y que sirve para ganarse algún lugar privilegiado en el cielo después de la muerte.
2) La creencia en que la Biblia o cualquier escritura sagrada es la palabra de Dios.
3) La creencia en que la iglesia y los sacerdotes son los intermediarios de Dios en la Tierra.
4) La creencia en que la solución a las malas acciones necesita y se resuelve con la confesión y la absolución del sacerdote.
5) La creencia en que un arrepentimiento de última hora redime los pecados.
6) La creencia en que Jesús redimió los pecados de los hombres con su muerte en la cruz.
7) La creencia en el pecado original.
8) La creencia en que la sexualidad es algo pecaminoso.
9) La creencia en que en una sola vida se decide el destino del espíritu por toda la eternidad (el cielo y la gloria eterna para los que se salvan y el infierno y el castigo eterno para los pecadores).
10) La creencia de que sólo los cristianos o creyentes se salvan.
11) La creencia en la resurrección de la carne.
¿Me puedes explicar una por una las razones por las cuales todas esas creencias no están en el mensaje original de Jesús?
Sí, podemos intentarlo. Lo que intentaré es explicarte, una por una, por qué estas creencias contradicen en algún punto las leyes espirituales.
Empecemos por la primera. Has dicho que los rituales o sacramentos no tenían ninguna validez desde el punto de vista espiritual.
Así es.
¿Y por qué?
En el camino espiritual no hay atajos. Lo único que nos hace evolucionar espiritualmente, o "salvarnos", es el mejoramiento personal, el desprendimiento del egoísmo y el crecimiento en capacidad de amar. Nada más.
Pues hay mucha gente que cree que es una de las cosas más importantes.
Pues se engañan o han sido engañados.
¿Y de dónde procede la creencia de que los rituales son necesarios para la salvación?
Del intento de los dirigentes de las diferentes iglesias de controlar la espiritualidad de la gente para usarla en beneficio propio. En cierta manera es un reclamo que te dice: “Si haces lo que nosotros te decimos, no hace falta que seas buena persona para tener un lugar de privilegio en el cielo.”
Ya, pero creo que la iglesia no dice nada en contra de ser buena persona. Lo único es que pide además que se guarden sus preceptos.
Tal vez no lo dice con la palabra, pero sí con los hechos. Cuando se da tanto énfasis en que se sigan los rituales, los sacramentos, las ceremonias -cuanto más fastuosas, mejor- y tan poco en ayudar al prójimo, es el ejemplo que se da.
¿Pero entonces es negativo que haya rituales en las religiones?
Lo es cuando se utilizan para manipular y desviar de la evolución espiritual a la gente. Si no son necesarios ¿qué sentido tiene que se sigan utilizando?
Supongo que también se concibió como un intento de recordar un mensaje espiritual.
Ya. Pero la experiencia demuestra que en vez de servir para esto, lo que suele ocurrir es que los rituales y los símbolos acaban sustituyendo al propio mensaje que supuestamente representaban. Y la gente se escuda en estos ritos y símbolos para cometer los mayores atropellos, todos ellos en contra de las creencias que dicen seguir. Un ejemplo de ello lo tenéis en las Cruzadas y en la Inquisición. Genocidios y asesinatos cometidos por gente que llevaba trajes con una cruz bien grande en el pecho, que comulgaba todos los días y que firmaba sentencias de muerte con la Biblia en la mano. ¿Dónde está el mensaje de amor al prójimo ahí?
¿Pero no hubo rituales que fueron trasmitidos por el mismo Jesús, como la eucaristía?
Pues no. Es verdad que Jesús, intuyendo que le quedaba poco para ser asesinado, reunió a sus discípulos en una cena de despedida. Pero jamás tuvo intención de establecer ningún ritual o ceremonia de eucaristía, ni ningún otro ritual, ceremonia o sacramento. Además, comer el cuerpo y la sangre de Cristo, aunque simbólicamente, recuerda a un acto de canibalismo, y no tiene nada que ver con Jesús.
Entonces, ¿de dónde procede el ritual de la eucaristía?
Se incorporó al cristianismo procedente de rituales de religiones anteriores. De hecho, todas estas ceremonias, así como el nombre de cristianismo para definir a los seguidores de Jesús, y el símbolo de la Cruz para representarlos, se introducen posteriormente.
¿Entonces el símbolo de la cruz tampoco viene de Jesús?
Tened en cuenta que en la época de Jesús, la cruz se utilizaba para ejecutar a la gente, lo mismo que la silla eléctrica en la actualidad. A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido llevar una cruz como símbolo de su fe, como ahora a nadie se le ocurriría llevar una silla eléctrica en un colgante si Jesús hubiera encarnado en la actualidad y hubiera sido ejecutado en la silla eléctrica.
Pues todo esto que dices me parece bastante fuerte para que lo pueda encajar un creyente cristiano o católico.
Tal vez, pero es la verdad, y lo que intentamos aquí es que la gente abra los ojos a la realidad espiritual. Ten en cuenta que la misión de Jesús en la Tierra fue indicar el camino de la evolución espiritual. Las instituciones religiosas de aquella época llevaban tiempo obstaculizando el progreso espiritual de la gente con un montón de supersticiones y mentiras, metiendo miedo a la gente y utilizando el nombre de Dios para satisfacer sus ansias de riqueza y poder. Tenían un complejo sistema de rituales para entretener a la gente y sobre todo para someterlos a su voluntad, sacarles el dinero y vivir fastuosamente a costa de ellos. Y como Jesús les puso en evidencia, lo mataron. Aquella iglesia judaica se parecía mucho a la de ahora, que está viviendo a costa de utilizar la figura de Jesús y de manipular su mensaje, y con su forma de actuar obstaculiza el progreso espiritual de la humanidad. Ya es hora de poner las cosas en su sitio.
Todo este alegato en contra de los rituales está muy bien, pero para un cristiano, lo que no este recogido en la Biblia…
Pues entonces que revisen el capítulo 12 (versículos 29-34) del Evangelio de San Marcos, donde se recoge más o menos este mismo mensaje:
“Se le acercó uno de los escribas al oírles discutir; y dándose cuenta de que Jesús había respondido bien, le preguntó: --¿cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: --el primero es: escucha, Israel: el señor nuestro Dios, el señor uno es. Y amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos. Entonces el escriba le dijo: --bien, maestro, has dicho la verdad: Dios es uno, y no hay otro aparte de él; y amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Y viendo Jesús que había respondido sabiamente, le dijo: --no estás lejos del reino de Dios”.
En el segundo punto has dicho que no era correcto creer que la Biblia o cualquier escritura sagrada es la palabra de Dios.
Así es.
Entonces si la Biblia no es la palabra de Dios… ¿Qué es, según tu parecer?
El antiguo testamento es un conjunto de libros que recogen parte de la historia de Israel, convenientemente manipulada para justificar las intenciones conquistadoras de sus dirigentes haciendo ver que era “la voluntad de Dios”, aunque también recoge algunos mensajes bastante correctos de seres espiritualmente más avanzados que la media, estoy hablando de los profetas, que advertían ya de la manipulación fanática que se estaba haciendo de las creencias religiosas y daban una idea de por dónde va la auténtica espiritualidad.
El nuevo testamento, por su parte, es un intento de recoger la tradición oral sobre algunos de los hechos más relevantes de la vida de Jesús, sobre todo la de los últimos años de predicación pública, y recoge parcialmente el mensaje que quiso dar (Evangelios), la vida de los apóstoles después de la muerte de Jesús (Hechos), y el Apocalipsis, que recoge una serie de visiones del autor sobre el futuro de la humanidad.
Pues a pesar de no tener muy buen concepto de las “Escrituras”, tú citas algunos pasajes del nuevo testamento de vez en cuando para justificar algunos de tus argumentos.
No he dicho que todo fuera mentira. A cada cosa hay que darle su justo valor. Muchos pasajes que hacen referencia a la predicación pública de Jesús, como por ejemplo el sermón de la montaña, y muchas parábolas, recogen bastante fielmente lo que Jesús dijo, por eso los utilizo. Ten cuenta que el hecho de que Jesús hablara en forma de parábola no fue casual. Ha permitido salvar de la manipulación muchas partes inconvenientes para la iglesia, ya que al no entenderse bien su significado, les permitía pasar la censura eclesiástica.
¿Puedes poner un ejemplo?
Sí. La idea de la reencarnación está recogida de forma sutil en dos pasajes del Nuevo Testamento. El primero en Juan 3, con el diálogo entre Jesús y Nicodemo del cual ya hemos hablado:
“Respondió Jesús y le dijo: de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: os es necesario nacer de nuevo. (...) Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo.”
El segundo, en Mateo (17, 10-13):
“Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.”
¿Entonces qué postura debemos adoptar respecto a la lectura de la Biblia en particular y de cualquier supuesta escritura sagrada en general?
Mirad, todas las religiones tienen sus libros sagrados, que suelen ser atribuidos a Dios o a mensajeros de Dios, ya que de otro modo perderían el supuesto carácter sagrado que se les atribuye. Pero en realidad son escritos por hombres como vosotros, aunque sí es cierto que algunos de ellos han podido ser escritos por personas espiritualmente más evolucionadas o mediante inspiración de espíritus superiores. En cualquier caso, la mejor forma de no ser estafado es siempre analizar exhaustivamente el contenido, y no prestar mucha atención a la supuesta autoría. Por la calidad del mensaje conoceréis el nivel espiritual del autor. Tened en cuenta también que un mismo escrito puede haber tenido autores diferentes, aunque se atribuyan al mismo, ya que existe una tendencia milenaria a adulterar y manipular los textos originales en beneficio de aquellos que se autoerigen en intermediarios de la divinidad.
Por ello, un párrafo puede haber sido escrito por alguien espiritualmente avanzado y el siguiente por un estafador, de forma que al lado de una gran verdad puede estar una gran mentira, y esto sólo podréis saberlo analizando la calidad del contenido muy exhaustivamente, desechando “la paja” y quedándoos con “el grano”.
LAS LEYES ESPIRITUALES
Vicent Guillem
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