martes, 14 de julio de 2015

EL CUERPO DENSO DEL DOLOR





EL CUERPO DENSO DEL DOLOR
Algunas de estas personas viven en batallas prolongadas y finalmente inútiles o en litigios contra empre­sas y personas. Otras se consumen de odio obsesivo contra su antiguo cónyuge o pareja. Sin reconocer el dolor que llevan aden­tro, proyectan su dolor sobre las situaciones y los sucesos a través de su reacción.
Algunas personas cargan cuerpos del dolor densos, que nunca están completamente latentes. Pueden sonreír y conversar educa­damente, pero no hace falta tener poderes psíquicos para sentir el nudo de infelicidad que bulle bajo la superficie, esperando el si­guiente suceso que les permita reaccionar, la siguiente persona a quien culpar o confrontar, la siguiente razón para ser infelices. Sus cuerpos del dolor nunca se satisfacen, siempre están ham­brientos. Intensifican la necesidad del ego de tener enemigos.
Su reactividad hace que las cosas más nimias se salgan de toda proporción porque tratan de arrastrar a otros hacia su drama haciéndolos reaccionar. Algunas de estas personas viven en batallas prolongadas y finalmente inútiles o en litigios contra empre­sas y personas. Otras se consumen de odio obsesivo contra su antiguo cónyuge o pareja. Sin reconocer el dolor que llevan aden­tro, proyectan su dolor sobre las situaciones y los sucesos a través de su reacción. Puesto que no tienen conciencia alguna de lo que son, no distinguen entre un suceso y su reacción frente al mismo. Para ellos, la infelicidad, y hasta el sufrimiento mismo, es parte integral del suceso o de la situación. Al no tener conciencia de su estado interior, ni siquiera saben que son profundamente infelices y que están sufriendo.
Algunas veces, las personas que poseen esos cuerpos tan den­sos se convierten en activistas en favor de alguna causa. La causa puede ser loable y es probable que al comienzo logren sus objeti­vos. Sin embargo la energía negativa que rodea lo que dicen y hacen, junto con su necesidad inconsciente de tener enemigos y conflictos, tiende a generar oposición creciente contra su causa. Por lo general también terminan haciendo enemigos dentro de su propia organización, porque a donde quiera que van encuentran razones para sentirse mal, de tal manera que su cuerpo del dolor continúa encontrando lo que busca.
¿Por qué las películas violentas atraen a un público tan grande? Hay una industria enorme, parte de la cual se sostiene gracias a la adicción de los seres humanos por la infelicidad. Es obvio que las personas ven esas películas porque desean sentirse mal. ¿Qué es lo que motiva al ser humano a querer sentirse mal y decir que eso es bueno? El cuerpo del dolor, por supuesto. Buena parte de la industria del entretenimiento está dirigida a él. Entonces, además de la reactividad, los pensamientos negativos y el drama personal, el cuerpo del dolor también se renueva indirectamente a través del cine y la televisión. Son cuerpos del dolor los que escriben y producen esas películas para que otros cuerpos del dolor paguen por verlas.
¿Acaso siempre es "malo" mostrar y ver violencia en la televisión y en las pantallas de cine? ¿Alimenta toda esa violencia al cuerpo del dolor? En la actual etapa evolutiva de la humanidad, la violencia no solamente es generalizada sino que va en aumento, a medida que la vieja conciencia egotista, amplificada por el cuerpo colectivo del dolor, se intensifica antes de su muerte inevitable. Si las películas muestran la violencia dentro de su contexto más amplio, si muestran el origen y las consecuencia de esa violencia, si muestra lo que le hace a la víctima y también al victimario, si muestran la inconsciencia que está detrás de ella y que se pasa de generación en generación (la ira y el odio que viven en forma de cuerpo del dolor en cada ser humano), entonces las películas pueden desempeñar un papel fundamental en el despertar de la humanidad. Pueden ser el espejo en el cual la humanidad vea reflejada su locura. Aquello que reconoce la locura como tal (aunque sea la propia) es cordura, es el despertar de la conciencia, es el fin de la demencia.
Esa clase de películas existen y no alimentan el cuerpo del dolor. Algunas de las mejores películas contra la guerra son aquellas que muestran su realidad en lugar de una versión idealizada de la misma. El cuerpo del dolor solamente se puede alimentar de las películas en las cuales la violencia se presenta como un comportamiento normal y hasta deseable, o que glorifican la violencia con el único propósito de generar emociones negativas en el observador y convertirse así en una "cura" para el cuerpo adicto al dolor.
Los tabloides no venden principalmente noticias sino emociones negativas: alimento para el cuerpo del dolor. "Indignación general", grita el titular a tres pulgadas, o "Desgraciados". Los tabloides británicos son verdaderos maestros en esto. Saben que la emoción negativa vende muchos más periódicos que las noticias.
Los medios noticiosos en general, incluida la televisión, tienden a prosperar a base de noticias negativas. Mientras más empeoran las cosas, más se emocionan los presentadores y, muchas veces, esa emoción negativa es generada por los medios mismos. A los cuerpos del dolor sencillamente les encanta.
ECKHART TOLLE

PERMANECE ABIERTO Y DISPUESTO A APRENDER




Sé un alumno. Permanece abierto y dispuesto a aprender de todos y cada uno. Ser alumno significa tener espacio interior para un nuevo saber. Cuando estás verde creces y cuando estás maduro te pudres. Permaneciendo verde, evitarás la maldición que representa ser un experto. Cuando sepas de corazón que cada persona que encuentras en la vida tiene algo que enseñarte, podrás aprovechar al máximo lo que ésta te ofrezca. La capacidad de crear realidad mágica supone en primer lugar el ser un alumno de la vida.
Sé un alumno dispuesto. Tu nivel de preparación para crecer y convertirte en tu propio hacedor de milagros no es más que un estado mental. Como alumno, sabes que todos y todo pueden de algún modo ser tus maestros. Como alumno dispuesto, ansías lo que todos y todo pueden ofrecerte. El «giro equivocado» que te lleva a un lugar nuevo e inesperado es una oportunidad para crecer. Cuando eres un alumno preparado, el extraño que te habla de cómo superó su adicción hace años se convierte en un guía que se te envía para ayudarte a hacer frente a tu propia adicción personal.
Preparado significa dispuesto. Disposición genuina y auténtica. Cuando estés así dispuesto, descubrirás a tu propio maestro personal.
El maestro está en todas partes. La ayuda que necesitas te será facilitada por el universo en cuanto conviertas tu preparación en disposición. En cuanto estés dispuesto, encontrarás maestros en cada rincón de tu vida.
El maestro puede muy bien ser un alma experimentada dispuesta a ayudarte y guiarte hacia los milagros que buscas. Puedes interpretar la aparición de esa persona en tu vida ahora, en el momento mismo en que estás preparado, como un accidente o una ruptura divina por tu parte. Pero, de un modo u otro, esa alma sabia ha estado siempre a tu disposición. Es tu disposición la que hace que el maestro pueda ayudarte.
Los maestros aparecen bajo diversas formas. El tuyo puede ser una cinta que alguien ha dejado «por accidente» en tu coche y que tú, «por accidente», pones en el momento preciso. Es posible que la semana pasada la hubieras oído durante dos minutos y hubieses rechazado su contenido; ahora, tu disposición permite su presencia como maestro. Tu maestro puede también ser un libro o un artículo que te haya recomendado un amigo. Puede ser tu asistencia imprevista a una conferencia o un servicio en la iglesia para el que alguien te ha dado su entrada porque tenía que salir de la ciudad; el mensaje del orador parece estar dirigido de manera específica a ti. El maestro puede ser un niño que te coge de la mano y te hace una pregunta en la que tú no habías pensado hasta ese momento, y la respuesta que le das al niño es la respuesta que te das a ti mismo. Tu maestro puede ser invisible y aparecer en forma de un pensamiento que viene a tu mente en un momento tranquilo, de contemplación, y te anima a seguir una dirección determinada.
Cuando tú, el alumno, estés preparado y dispuesto, el maestro aparecerá. Sólo tienes que echar un vistazo en derredor, mirar con ojos nuevos y preguntarte en silencio: « ¿Quién es mi maestro?».
El maestro hace su aparición en todo y en todos cuantos lugares te encuentras. Como ya hemos dicho, no existen en realidad los accidentes. El universo tiene un propósito. Si el maestro estaba allí y tú lo has pasado por alto, ello formaba parte de la perfección en ese momento en concreto. El maestro estaba allí antes que tú, pero no estaba allí para tí. Aquello era entonces y esto es ahora. Hoy, cuando estás dando un propósito a tu vida y adquiriendo la capacidad de hacer aparecer milagros en tu vida, reconocerás al maestro.
Cuando el insecto herido, moribundo, te recuerde la necesidad de ser compasivo, es que el maestro ha aparecido. Cuando la persona sin hogar, con su aspecto desastrado y la mano extendida, te recuerde la necesidad de ser piadoso, es que el maestro ha aparecido. Cuando el soldado cargado con sus instrumentos mortíferos y dispuesto a matar al enemigo asignado te recuerde la necesidad de enviar amor y paz allí donde éstos son más difíciles, también es que el maestro ha aparecido.
La aparición del maestro está en todas partes y, sin él, te verás andando a tientas.
Es cierto que ningún ser humano es una isla. Estamos todos relacionados y todos aprendemos y crecemos juntos en este viaje.
En tu preparación para hacer milagros y para la realidad mágica, contarás con toda la ayuda que necesites.
Una vez te sientas auténticamente abierto a vivir tu propio propósito aquí y estés abierto a la recepción de cualquier ayuda divina que puedas requerir siendo un alumno dispuesto, estarás en disposición de creer en tu capacidad para convertirte en tu propio hacedor de milagros.
-Wayne Dyer- extraído del libro Tus zonas mágicas.

YO MEREZCO





YO MEREZCO
Siempre se le da énfasis al dar, pero también es importante saber recibir. Sin esta capacidad, el círculo del Amor quedaría incompleto, pues dar y recibir son las dos caras de una misma moneda.
Si alguien nos hace un favor o nos da un regalo valioso, podemos caer en el miedo a sentirnos en deuda. Entonces en lugar de recibir de corazón abierto, acabamos sintiéndonos incómodos y preocupados por poder retribuirle.
Pero en muchas ocasiones lo único que se nos pide es recibir, y al hacerlo ya estamos dando: le estamos dando al otro la oportunidad de hacer algo por nosotros.
Pedir es otro aspecto de la capacidad de recibir. Decir de un modo directo y claro lo que queremos o necesitamos es estar dispuesto a recibir del otro, de la vida o del universo. Pero en lugar de pedir sin dudas y temores, en muchas ocasiones nos quejamos de la falta de ayuda y apoyo. Sin embargo, los demás no pueden ni deben adivinar lo que necesitamos; es nuestra responsabilidad comunicarlo.
Detrás de la incapacidad de recibir puede estar escondida la falta de merecimiento: en lo más hondo sentimos que no merecemos ser tenidos en cuenta, no merecemos ocupar el lugar que nos corresponde, y que es sólo dando que recibiremos atención y afecto.
Para sentirse merecedor es importante amarse a uno mismo, incondicionalmente. Y es esencial comprender que no merecemos recibir por lo que damos o hacemos. En realidad todos nos merecemos lo mejor de la vida por lo que somos: seres de pura luz, Amor y bondad, aún cuando nos cueste reconocerlo.
Para sanar este patrón puedes mirarte a los ojos en el espejo y con Amor y convicción afirmar en voz alta: “Yo merezco”. Verás qué íntegro te sientes. Pero si no te lo crees, o te sientes triste y te dan ganas de llorar, hazlo. Expresa esa emoción, y mientras lo hagas quizás te vengan recuerdos de aquellas situaciones en las cuales te inculcaron que no mereces. Pueden ser episodios de Tu infancia, o más recientes… Es igual, al liberar la emoción y la creencia, te estás sanando a ti mismo.
Otra práctica importante es que te atrevas a pedir. Comienza con las personas con las cuales sientes confianza. Pídeles ayuda en tus tareas diarias, pide consejo a algún amigo, pide lo que sea que necesites, y hazlo sin miedo ni culpa. Te sorprenderás al ver cuánta gente está dispuesta a darte, si lo permites.
Tú eres valioso e importante, tú ocupas un lugar irreemplazable en el universo. De no ser así, no estarías aquí, en este mundo, y no estarías leyendo este texto…
– Enriqueta Olivari –

La sanación es posible cuando 'tú' dejas de interponerte...



La sanación es posible cuando 'tú' dejas de interponerte...
Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Deja que cada quien pase por lo que tiene que pasar en el momento presente. Todo el mundo está agotado y desea descansar. Están cansados de luchar, cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y pretender, y grandes olas de energía están siendo liberadas a través de su cuerpo.
Mantente presente con ellos. Olas de tristeza, desesperanza, miedo, vergüenza y culpa están emergiendo en este momento. Permite que todas esas energías salgan a la luz, deja que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, deja que lloren, griten, rujan, rían, que se caguen en sí mismos si así es como tiene que ser. No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. Quédate a su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Toma su mano, pero no hagas el intento de componerlos, de cambiarlos, de que dejen de experimentar lo que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas prematuras.
Si comienzas a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte para 'sanarlos', o 'salvarlos', o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les parezca 'bien', acéptalo - es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos. No los trates como víctimas o como inválidos. No los confundas con aquello que tú crees que son. Honra el poder que se mueve dentro de ellos; valida su experiencia, absolutamente. Confía en la impredecible inteligencia del sanar, y sabe que sus 'síntomas' podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse. Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado.
A veces, nuestros corazones necesitan romperse completamente para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más poderoso. Permite que tu cálida presencia le recuerde a tu amigo su propia cálida presencia, tan estable, tan apacible, tan libre, tan profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí. Recuerda que lo que realmente son jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser arreglados, y que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error.
El amor es todo lo que importa. La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio, y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces nos encontramos y nos regalamos un abrazo.
- Jeff Foster

LA FELICIDAD ES COMO EL CIELO





En inglés, la palabra 'felicidad' (happy) está relacionada con la palabra 'surgir' (happen).
La felicidad no es un destino, de ahí que tampoco una meta. 
No puede ser generada, comprada o vendida. 
No tiene nada que ver con cuánto posees. 
No puede ser controlada.
Simplemente surge.
Surge cuando dejas de buscarla.
Surge cuando dejas de esforzarte tanto.
Surge cuando menos la esperas.
Surge en el espacio que hay entre los pensamientos.
Surge en el silencio subyacente a los sonidos.
Surge en la quietud de la mañana,
o mientras el sol se pone suavemente,
o mientras tu corazón se rompe.
Puede surgir en medio de la tristeza,
del dolor, la duda, la confusión, el miedo.
Puede surgir cuando te sientes infeliz,
porque no tiene opuesto, ni enemigo, ni límite.
Nunca se encuentra lejos.
Es como el cielo, siempre presente;
incluso cuando la lluvia cae,
incluso cuando la tormenta ruge.
No busques la felicidad;
cela, conócela, recuérdala.
- Jeff Foster

CAMINANDO CON ALEGRÍA



Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
A veces te embelesas tanto con la meta, el destino, el futuro, con el 'lugar donde deberías estar,' que olvidas el suelo presente, el sitio donde estás parado, el lugar desde donde está surgiendo tu siguiente paso, el lugar donde la vida es. Olvidas que estás respirando ahora, que el viaje está hecho sólo de respiraciones, de momentos. Olvidas tu propia presencia, tan evidente, tan confiable, tan constante en medio del incesante cambio del recorrido. El destino se ha vuelto más importante que la presencia, y te has perdido en el tiempo.
La alegría no es un lugar al cual llegas. La alegría no aparecerá mágicamente cuando el viaje termine. La alegría vive sólo en el presente. El hogar de la alegría se llama Ahora.
La alegría esta aquí, en cada paso que se da o no se da. La alegría se encuentra aquí, en la sensación de estar vivo, en la expansión y relajación del vientre, en cada latido del corazón. Ya sea que estés perdido, o lejos de tu destino, o que dudes de tu siguiente paso, la alegría está aquí, caminando contigo, respirando en tu nuca, aguardando a que la reconozcas.
- Jeff Foster

Concordancia entre lo que se dice, se piensa, se hace y se siente.



Concordancia entre lo que se dice, se piensa, se hace y se siente. 

Pensar es fácil.
Actuar es un poco más difícil.
Pero actuar como se piensa es lo más difícil de todo.
Goethe

Goethe estaba en lo cierto, lo más difícil de todo parece ser actuar de acuerdo a las buenas intenciones que todos parecemos tener frente a la vida: los retos, el éxito y la felicidad. 

Como padre de tres hijos sé que una cosa es el sentimiento de importancia que le damos al tema de la comunicación con nuestros hijos. En mis conferencias encuentro que una gran mayoría de los padres de familia son concientes de ello. Sin embargo, a pesar de sentirlo como algo vital, pocos piensan en ello lo suficiente como para actuar y muchos menos aún, hablan de ello, ya que la inmensa mayoría, tristemente, hace muy poco al respecto. 

Este es uno de los grandes dilemas de la vida. Todos queremos triunfar; todos pensamos constantemente en el éxito; todos profesamos abiertamente nuestro gran deseo de triunfar, pero al momento de actuar, lo hacemos de una manera inconsistente con los principios del éxito. Es como si nos rehusáramos a entender que sólo podremos triunfar, si vivimos nuestra vida en armonía con principios de éxito; que es imposible triunfar si actuamos de manera continua en contra de las normas básicas del éxito. 

Si nuestra vida está guiada por valores nobles, emociones positivas y fundamentos que construyan y saquen a la luz lo mejor de nosotros, en tal caso, el único resultado posible es una vida de éxito y felicidad. Pero, si permitimos que nuestra vida esté guiada por emociones y valores negativos como la envidia, la pereza, el odio o la deshonestidad, el único resultado posible será el fracaso. 
¿De qué sirve que quieras ser saludable, que pienses constantemente en la importancia de comer bien y hacer ejercicio, si al actuar comes lo que te pongan al frente y siempre repites? 

No podrás pretender disfrutar de una buena salud física si comes en exceso, bebes sin medida, no descansas lo suficiente y no cuidas de tu cuerpo. 

Bueno, este es el problema ¿Cuál es la solución? Quizás la vida de Benjamín Franklin, uno de mis personajes favoritos nos muestre la respuesta. Él fue un hombre feliz, un enamorado de la vida, su optimismo y sentido del humor daban siempre muestra de ello. Franklin es conocido en todo el mundo por ser uno de los promotores la independencia de los Estados Unidos. También es celebre por sus trabajos científicos, sus inventos y su insaciable labor periodística y editorial. 
En cierta ocasión expresó que debía su felicidad a que finalmente había optado por vivir y actuar de acuerdo con los valores y principios que él sentía debían guiar su vida. Franklin decía: “El mejor servicio que podemos prestar a Dios es hacerle el bien a los demás.” Y lo cierto es que su vida fue un testimonio de amor al servicio a su comunidad, a su país y al mundo entero. Muy temprano comprendió que si en verdad deseaba elevar su vida a un estado de mayor correspondencia entre los valores que sabía que debían guiar su vida y sus acciones, necesitaba desarrollar un compromiso total con su crecimiento y desarrollo personal. 
En su afán por lograr una mayor claridad acerca de los valores y virtudes que le ayudaran a vivir una vida balanceada, plena y feliz, resolvió identificar las muchas virtudes que debían proveer dirección a su vida y se dio a la tarea de definirlas en pocas palabras, buscó adquirir cada una de las virtudes anotadas y mantuvo notas diarias acerca de su progreso en esta tarea. 
Para tal efecto, y con la convicción de que el dominio de ciertas virtudes debería facilitar la adquisición de otras, según su criterio las escribió en el siguiente orden de prioridad:   

Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad. 

Silencio: No hables más de aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales. Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo. 

Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te has comprometido a llevar a cabo. 

Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada. 

Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario. 

Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto. 

Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño, ni omitiendo lo que es tu deber 

Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen. 

Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo, ni en la ropa, ni en la vivienda. 

Serenidad: No te dejes alterar por pequeñeces, ni por accidentes comunes o inevitables.   

Él convirtió el hábito de la auto-evaluación en un compromiso que perduró hasta el final de sus días. Constantemente revisaba que sus acciones estuvieran de acuerdo con estos principios y esto le permitió cosechar grandes éxitos en cuatro campos distintos: los negocios, el periodismo, la ciencia y la política. 

¿Qué puedes hacer tú? 

Identifica aquellos valores e ideas básicas, aquellos principios fundamentales que tú deseas que guíen tu vida, defínelos en términos claros y precisos y mientras ellos se convierten en hábitos, identifica acciones que te permitan expresar estos principios en tu diario vivir. Solo así podrás asegurarte que tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior y que lo que dices, sientes, piensas y haces es una sola cosa. Siempre cosecharás aquello que hayas sembrado. Toda causa produce un efecto correspondiente; todos nosotros producimos causas o acciones diariamente. La vida simplemente se encarga de devolvernos los efectos o resultados. Así que cada uno de nosotros es el único responsable por los resultados que la vida nos devuelve ya que no ha sido más que el efecto correspondiente a la causa o acción que nosotros mismos hemos sembrado.
Artículo publicado en cienciacosmica.net: Concordancia entre lo que se dice, se piensa, se hace y se siente.
Gabriel Vallejo
Fuente:Ashamel Lemagsa
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