jueves, 15 de septiembre de 2016

Reflexión Septiembre 15… Atravesar tiempos difíciles

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Somos seres tenaces. Pero, de muchas maneras, somos frágiles. Podemos aceptar el cambio y la pérdida, pero esto lo hacemos a nuestro propio ritmo y a nuestro propio estilo. Y solamente nosotros y Dios podemos determinar ese momento. (Ya no seas codependiente).
Los tiempos difíciles, los tiempos de estrés, no son todo lo que hay en la vida, pero sí son parte de la vida, del crecimiento, y del seguir adelante. Lo que hacemos con los tiempos difíciles, o con la energía difícil, es elección nuestra.
Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver nuestros asuntos. Podemos usarla para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. 
O podemos atravesar estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y rehusándonos a crecer o a cambiar.
Los tiempos difíciles nos pueden motivar y moldear para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estas épocas para adelantar y subir a niveles más altos de vivir, de amar y de crecer.
La elección es nuestra ¿Nos dejamos sentir? ¿Adoptamos una actitud espiritual, incluyendo en ella la gratitud, hacia el evento? ¿Le preguntamos a la vida y a nuestro Poder Superior que es lo que se supone que debemos estar aprendiendo y haciendo? ¿O utilizaremos el incidente para probar creencias viejas, negativas? ¿Diremos: “A mi nunca me pasa nada bueno… solo soy una victima… No se puede confiar en la gente… La vida no vale la pena vivirla”?
No siempre requerimos de la energía difícil, o estrés, para motivarnos a crecer o a cambiar. No tenemos que crear estrés, buscarlo o atraerlo. Pero si esta ahí, podemos aprender a canalizarlo en crecimiento y utilizarlo par lograr lo que es bueno en la vida.
“Dios mio, permite que mis tiempos difíciles sean épocas de curación”.
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
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Frase del Dia: 15 de Septiembre

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¡Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema! ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablas, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiándolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.


(Melody Beattie de su Libro ya no seas Codependiente).
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Reflexión Septiembre 14… ¿Qué es bueno para mí?

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Cuando nos estemos escudriñando el alma, ya sea a causa de pequeñas o grandes decisiones que enfrentemos durante el día, podemos aprender a preguntarnos, ¿ Esto es bueno para mí?... ¿Es esto lo que realmente quiero?.... ¿Es esto lo que necesito?.... ¿Siento que esta es la dirección correcta para mí?...¿O estoy sucumbiendo al control y la influencia que a veces permito que otros tengan sobre mí?
No es un egoísmo enfermizo cuestionarnos si algo nos conviene. Esa es una vieja manera de pensar. Preguntarnos si algo es bueno para nosotros es una conducta sana de la que no tenemos por qué avergonzarnos, y que probablemente resultará conforme también a los mejores intereses de las otras personas.
No nos extraviaremos en el sendero egoísta de la autoindulgencia por preguntarnos si una cosa nos conviene. No nos desviaremos del plan que Dios tiene para nosotros.Al hacernos esta sencilla pregunta, participamos en dirigir nuestra vida hacia el bien y el propósito más alto; nos adueñamos de nuestro poder para mantenernos en autoestima.
"Hoy empezaré a actuar conforme a mis mejores intereses. Lo haré con el entendimiento de que, en su momento, lo que elija no complacerá a todos los que me rodean. Lo haré con el entendimiento de que preguntarme si una cosa me conviene en último término me ayudará a asumir una verdadera responsabilidad por mi vida y por mis elecciones".
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

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