domingo, 12 de julio de 2015

LA VIDA IMPERSONAL Joseph S. Benner. Capítulo VI




LA VIDA IMPERSONAL Joseph S. Benner. 
Capítulo VI

PENSAMIENTO Y CREACIÓN
196. He dicho ya que el hombre no piensa; que SOY YO, en lo interno, Quien hace su pensamiento.
197. He dicho, asimismo, que el hombre cree que él es el que piensa.
198. Como esto parece una contradicción, se hace necesario que Yo te haga ver que el hombre, comúnmente, no piensa como tampoco hace nada de lo que él supone que hace.
199. Pues SOY YO, desde su interno, el que hace todo lo que él lleva a cabo, aunque necesariamente lo hago por su organismo, es decir, a través de su personalidad, de su cuerpo, mente y alma.
200. Voy a explicarte claramente cómo es esto.
201. Primero trata de comprender que Yo te hice a Mi Imagen y Semejanza, y que Yo tengo Mi Ser en tu interno. Aun cuando tú, de cierto, no sepas esto todavía, y, en cambio, creas que YO, Dios, SOY un ser que se encuentra en algún
lugar lejano, y que, por tanto, estamos separados, trata, por lo menos, de imaginarte que ESTOY en tu interno.
202. Después, date cuenta claramente de que lo que tú haces cuando piensas no es realmente pensar, ya que no es un pensar consciente; y esto es así precisamente, por que tú no eres consciente de Mí, que SOY el Inspirador y Director de cada idea, de cada pensamiento que entra a tu mente.
203. Date cuenta, asimismo, de que precisamente porque ESTOY en tu interno, y porque tú eres Mi Imagen y Semejanza, y posees, por tanto, todas Mis Facultades, tú tienes el poder de pensar; pero precisamente porque no eres
consciente de que pensar es crear, y de que ése es uno de Mis Divinos Poderes que tú usas, ciertamente has estado pensando toda tu vida, pero ello ha sido sólo un falso pensar, o lo que tú llamarías erróneo pensar.
204. Y justamente este erróneo pensar, es decir, ese no saber de tu parte que has estado haciendo un mal uso de Mi Poder ya dicho, es lo que te ha estado separando de Mí, en conciencia, cada vez más y más; pero siempre, sábelo, cumpliendo con Mi Propósito, lo cual se te hará claro más adelante.
205. La prueba que corrobora lo antes dicho la tienes en el hecho innegable de que tu te crees separado de Mí; que estás viviendo en un mundo material; que tu cuerpo de Carne, a 15 ves que engendra tanto el placer como el dolor, también
les da refugio, y que una influencia maligna, llamada Demonio, se está manifestando en el mundo y oponiéndose, por tanto, según crees, a Mis Designios.
206. Sí, tú crees que todas estas cosas son efectivamente así.
207. Y son así para ti, porque todas las cosas son para la conciencia del hombre mortal lo que él piensa o cree que son.
208. Y sabe que Yo Soy el que, asimismo, he hecho que todo le parezca al hombre lo que él cree que es.
209. Veamos si esto es o no es verdad.
210. Si tú crees que una cosa es de tal o cual modo, ¿no es ella, acaso, en realidad, para ti, exactamente como te la figuras?
211. ¿No es verdad que cuando algo te parece real, ya sea, por ejemplo, lo llamado pecado o perversidad, alguna aflicción, dificultad o zozobra, no es verdad, repito, que todo ello es así, sólo porque tu pensar y creer que así es lo hace de esa manera? Otros, en cambio, pueden estar viendo eso mismo de manera diferente por completo, y, aun, pueden hasta estar pensando que tu punto de vista constituye una tontería. ¿No es esto así?
212. Si esto es verdad, como indudablemente lo es, entonces, tu cuerpo, tu personalidad, tu carácter, tu ambiente, tu mundo, son, ni más ni menos, lo que todo ello a ti te parece ser y no puede ser de otro modo, porque todo lo has
pensado que es como está al presente.
213. Así, pues, si tu ambiente actual, tu carácter, tu cuerpo (en caso de estar enfermo), etc., no te agradan como están, sabe que tú puedes transformarlos, valiéndote del mismo proceso de que te serviste para hacerlos como son o están
actualmente; tú puedes hacer que todo eso sea como quieras que sea, pensándolo según tus deseos. ¿No es así?
214. Aunque quizá preguntes: ¿Cómo puede uno lograr ese verdadero pensar, ese pensar consciente, que es el que produce un cambio de tal naturaleza?
215. Veamos, Primeramente, sabe que Yo, tu Ser Real, he llevado tu atención a las cosas que ahora te desagradan y que te hacen pensar que son lo que ahora te parecen ser. Si, Yo y sólo YO SOY el que en tal forma estoy preparando tu mente humana para que, cuando vuelvas a Mí, que moro en tu
interno, lleno de Fe de inquebrantable Confianza, se haga posible, por el hecho mismo de que te has vuelto a Mí, que Yo te capacite para ver todas estas cosas en su fondo Real, y ya entonces puedas manifestar en tu vida la Realidad de ellas, y
no más lo que ahora te parecen ser, lo cual tanto te desagrada.
216. Sí, Yo llevo a ti todo lo que por su aspecto exterior puede atraer a tu mente humana o inducirla a proseguir en su búsqueda o investigación terrenal, y todo con el objeto de hacerte aprender lo ilusorio que es, para la mente humana,
todo aspecto externo de las cosas materiales, así como también la falibilidad de todo juicio o comprensión humanas; solamente así podrás retornar a Mí y a Mi Sabiduría en tu interno, reconociendo-Me como el Uno y Único Intérprete e
infalible Guía.
217. Y cuando ya hayas vuelto así a Mí, Yo te abriré tus ojos y te haré ver que la única forma de que puedas lograr invariablemente el cambio que deseas en tu modo de pensar consiste en cambiar, asimismo, tu actitud hacia las cosas que
al presente crees que no son lo que debieran ser.
218. Es decir, que si esas cosas no te son satisfactorias ni agradables, y, por tanto, te afectan hasta causarte malestar físico y confusión mental, lo primero que debes hacer es dejar de pensar que ellas puedan afectarte o perturbarte de tal
modo.
219. Porque, ¿quién es el que manda?, ¿tu cuerpo, tu mente o Tú, el YO SOY interno?
220. Entonces, ¿por qué no has de hacer sentir que Tú eres el amo, que Tú mandas? Y esto lo puedes lograr sujetándote a pensar sólo las cosas verdaderas que el YO SOY de ti en lo interno desea que pienses.
221. Porque sabe que precisamente por pensar las cosas a tu modo, por permitir los pensamientos inarmónicos, sólo por eso, les das el poder de afectarte o perturbarte; de otra manera, no tendrían ninguna influencia sobre ti. Cuando
dejes de pensar que en ellos hay algún poder para influirte y te vuelvas a Mí en lo interno, y dejes que Yo sea el que dirija tu pensamiento, El que gobierna tu mente, entonces esos pensamientos inarmónicos desaparecerán, desde luego, de tu
conciencia, y se disolverán en la nada, de donde los formaste al pensarlos, o mejor, al erróneamente pensarlos.
222. Cuando ya te sientas bien dispuesto a hacer esto, entonces, y únicamente entonces, estarás listo, no sólo para crear por medio del pensamiento consciente, debidamente efectuado -es decir, dirigido por Mi-, las cosas reales y
permanentes que Yo, desde tu interno, deseo que tú crees, sino que también estarás listo para recibir la Verdad.
223. Cuando ya así puedas distinguir lo verdadero de lo falso, lo real de lo aparente, entonces tu pensar consciente será tan poderoso para crear todas las cosas y condiciones que desees, como antes lo fue tu pensar inconsciente, para crear las cosas que, si bien deseaste primeramente, en cambio ahora te son
detestables.
224. Sí; fue precisamente así, por pensar inconscientemente, o sea, que el control que tus deseos ejercían sobre tu poder creativo fue lo que hizo que pensaras inconscientemente, erróneamente; fue por eso, precisamente por eso, que tu mundo y tu vida son ahora lo que tú, alguna otra ves, en el pasado, debiste haber deseado que fueran.
225. ¿Has estudiado ya o analizado el proceso de funcionamiento que ejecuta tu mente cuando aparece en ella una nueva Idea, fecunda en posibilidades?
226. ¿Te has podido dar cuenta de la relación que el Deseo guarda con respecto a tal Idea, y cómo esa Idea, por virtud de ser pensada, es, finalmente, llevada hasta una efectiva realización?
227. Mas estudiemos cuál es esa relación y cómo es el progreso.
228. Siempre lo que primero hay es la Idea, no tomando en cuenta, por el momento, la necesidad u ocasión que hubo para que ella apareciera. No importa tampoco para el caso saber de dónde vino la Idea, si de adentro o de afuera;
porque en cualquier circunstancia, siempre SOY YO el que la inspiro (si hago que surja de lo interno), o hago que sólo impresione tu conciencia (si te llega de lo externo), en el particular momento en que una u otra cosa se efectúe.
229. Así, entonces, justamente en el grado que logres serenarte y enfoques tu atención sobre la Idea, acallando todas las actividades de tu mente y eliminando de tu conciencia toda otra idea o pensamiento, en ese mismo grado, la Idea de que se trata podrá tener completo predominio e influencia, de manera que Yo ilumine tu mente y haga desenvolver, ante tu contemplación mental, las variadas y diversas fases y posibilidades contenidas dentro de la aludida Idea.
230. Hasta este punto, sin embargo, esto tiene lugar sin que medie para ello tu voluntad, como no sea sólo a concretarse el hecho de enfocar o concentrar tu atención sobre la Idea.
231. Pero una vez que Yo he dado a tu mente humana la noción de las posibilidades de la Idea tantas veces repetida, y he conseguido atraer a tu interés, entonces ya es tu personalidad humana la que prosigue la tarea, haciéndola suya; porque sabe que así como hice surgir e inspiré en tu mente la Idea, así también la hice que fructificara allí (en tu mente), al dar nacimiento al Deseo; sí, al deseo de llevar hasta la manifestación externa todas las posibilidades de la idea; convirtiéndose, entonces, el Deseo, en el agente humano de Mi Voluntad y proveedor, a la vez, de la Fuerza motriz necesaria para llevar a cabo todo el desarrollo de la
Idea; y esto sucedía al mismo tiempo que la personalidad humana se constituía en el instrumento terrenal que era utilizar para graduar y enfocar ese Poder o Fuerza motriz en la forma necesaria, hasta lograr la realización de la Idea.
232. Sí, todas las ideas y todos los deseos surgen así, de Mí. Por eso todos ellos son deseos Míos e ideas Mías, que Yo inspiro a tu mente y hago sentir en tu corazón, con el objeto de llevarlos, a través de ti, hasta la manifestación externa.
233. Tú, realmente, no tienes ideas propias tuyas, ni podría tampoco haber la posibilidad de que tuvieras, siquiera, un solo deseo que no proviniera de Mí, porque YO SOY todo lo que Hay; Soy la Única realidad. De ahí que todos los deseos
son Buenos (*), y cuando se entienden bien claro que así deben ser, porque no hay ni puede haber otra manera de que sean, entonces llegan a cumplirse infalible y rápidamente.
(*) En idioma ingles, Dios se dice GOD, y Bueno se dice GOOD. Esta semejanza entre GOD y GOOD, que en idioma español no existe, es en la que se basa la consecuencia de afinidad a que se alude en este págrafo, al decir que
“todos los deseos son Buenos (Good)”, porque provienen de Dios (God) o Yo Soy Impersonal.- (N. del T.)
234. Tú puedes, sin embargo, interpretar erróneamente Mis deseos, Mis impulsos o apremios internos, o tratar de utilizarlos para tus propios fines egoístas.
Pero sabe que, aunque Yo te permito eso, ello sin embargo, cumple Mi Propósito.
Porque sólo dejándote que hagas mal uso de mis dones y por virtud del sufrimiento que ello te acarrea -ten en cuenta que ese mal uso o abuso, así como el sufrimiento, son Mis agentes purificadores- es como Yo puedo hacer que te conviertas en un conducto puro e inegoísta, que es lo que Yo necesito para llevar a cabo la expresión perfecta de Mis Ideas.
235. Así, pues, tenemos: primero la Idea en la mente, y, después, el Deseo de verla realizada en manifestación tangible.
236. Lo anterior es por lo que toca a la relación que guardan el Deseo y la Idea a que antes se ha hecho mención. Por lo que se refiere al proceso que se emplea para realizarla, te diré que:
237. De acuerdo con la precisión y claridad con que se concibe la Idea y se mantiene en la mente, y en el grado también en que la Idea logra posesionarse de la personalidad, en esa misma proporción el Poder creativo de la Idea, impulsado por el Deseo, inicia Su labor. Y lo hace obligando a la mente humana a pensar de manera completa, es decir, a imaginar (a dar forma a la Idea concibiendo de ella una imagen), o en otras palabras, a hacer surgir formas mentales, dentro de las cuales sea posible que Yo haga entrar, como dentro de un vacío, la substancia vital, el elemento Impersonal de la Idea, la Cual -cuando la Palabra o Verbo
Creador es Hablada, ya sea en forma audible o no, consciente o inconscientemente- entonces comienza por Si misma a materializarse; primero, dirigiendo la conciencia y teniéndola bajo su control, así como también a todas las demás actividades, tanto de la mente como del cuerpo, al igual que de todas las mentes y de todos los cuerpos en conexión o relación con la Idea, lo cual no debe parecerte extraño, ya que debes recordar que toda conciencia, como todas las mentes y los cuerpos, son Míos, y, por tanto, no están separados, sino que son Uno e Impersonal por completo. Después, la Idea prosigue atrayendo, dirigiendo y plasmando condiciones, cosas y acontecimientos, los que, tarde o temprano, la
Idea susodicha hace surgir, por fin, en manifestación tangible y definida, como expresión misma de esa Idea que le sirvió de origen y que es la que constituye su parte verdadera o real.
238. Así, es como toda cosa o condición que se palpan, o acontecimiento que ha tenido lugar, fueron primeramente Idea en la mente. Fue precisamente por anhelar, pensar, y, finalmente, por Hablar la Palabra, por lo que tales ideas
llegaron a manifestarse de manera visible.
239. Medita mucho en esto, y, sobre todo, pruébalo por ti mismo.
240. Esto lo puedes hacer, si gustas, tomando cualquiera Idea que te venga, y siguiéndola con atención, para que veas que recorre, en su desarrollo, todo el proceso antes mencionado, hasta llegar a manifestarse o realizarse; o, mejor, si lo
prefieres, remontándote al origen de cualesquiera de los hechos que hayas realizado, como la ejecución de una pintura, la invención de una máquina, o alguna otra cosa o condición particular, ahora existente; en cualesquiera de esos
casos podrás percatarte de que tal cosa o condición tuvo como origen una idea, la Idea original, necesaria e indispensable para que, sea lo que fuere, pueda existir.
241. Este es el plan y proceso de todo pensar verdadero, es decir, de lo que en realidad puede llamarse PENSAR, y, por tanto, también lo es de toda Creación, ya que "Pensar es Crear".
242. Ahora bien, ¡atiende! Tú tienes ahora mismo, y siempre has tenido, gracias a este poder de pensar de que disponeos, dominio sobre todos los reinos de la tierra; y, si puedes aceptarlo y quieres comprobarlo, no tienes en este momento
sino que Pensar y HABLAR LA PALABRA -dándote cuenta clara de tu poder, y, en ese mismo momento, Yo, Dios, tu Ser, Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente, haré que comience el proceso-, y la conciencia de las células
invisibles de toda materia, sobre la cual has enfocado tu voluntad y atención, por estar siempre en actitud expectante, es decir, dispuesta a servir -cuya conciencia expectante es Mi conciencia, recuérdalo-, comenzará inmediatamente a obedecer, obrando siempre de acuerdo con la imagen o planes que tú has elaborado y preparado por medio de tu pensamiento.
243. Sí; todo ha sido hecho por la Palabra o Verbo Creador, y sin esa Palabra, nada de lo hecho se hubiera hecho.
244. Una vez que tú ya puedas darte cuenta clara de esto y sepas, a ciencia cierta, que la conciencia del YO SOY, en tu interno, es una con la conciencia de toda materia, animada o inanimada, y que Su voluntad es una con tu voluntad, que
es Mi Voluntad, así como que todos tus deseos son Mis deseos, entonces comenzarás a conocerMe y a sentirMe en tu interno, y entonces también acabarás por reconocer el Poder y la Gloria de Mi Idea, la que eternamente Se está expresando Impersonalmente por tu conducto.
245. Pero sabe que es enteramente necesario que tú, primero, sepas CÓMO pensar, cómo distinguir Tus pensamientos: los dirigidos por Mí de los pensamientos de otros; cómo determinar el origen de esos pensamientos, siguiendo el rastro que hayan dejado desde su procedencia, para que, así, puedas exterminar de tu conciencia los indeseables, a voluntad; y, finalmente, cómo tener dominio sobre tus deseos, utilizándolos de manera que siempre Te sirvan, en vez de que seas un esclavo de ellos.
246. Sí, dentro de ti mismo, Tú tienes todas las posibilidades, y justamente es y tiene que ser así; porque YO SOY Quien allí está. Mi Idea debe expresarse, sí, debe expresarse por ti; y así lo hará con Sólo que la dejes, es decir, que aquietes tu mente humana, desechando todas tus ideas, creencias y opiniones
personales, para que La dejes que fluya por ti y se manifieste. Todo lo que necesitas hacer para lograr esto es volverte a Mi, en tu interno, y dejar que YO dirija tu pensamiento y tus deseos; dejar siempre que Yo exprese lo que Yo quiero,
haciendo tú, personalmente, sólo lo que Yo deseo que hagas. Entonces todos tus deseos se realizarán; tu vida toda será armoniosa; tu mundo, un cielo, y tu ser, uno con Mi Ser.
247. Cuando ya hayas comenzado a darte cuenta o vislumbrado, un tanto, siquiera, la grandiosidad que estas palabras encierran para el que sabe penetrar su significado, entonces quiere decir que ya estás listo para comprender la verdadera importancia de lo que sigue.
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LA VIDA IMPERSONAL Joseph S. Benner. Capítulo V




CAPITULO V
LA CLAVE
158. Es posible que tú todavía no sepas, ni creas, que YO SOY realmente tú, y que, asimismo, YO SOY tu hermano y hermana, a la vez que todos sois partes de Mí, y Uno conMigo.
159. Es posible que tampoco te des cuenta de que tu Alma, así como las de tu hermano y hermana, es decir, la parte real e indestructible de vosotros los mortales, no son sino fases de Mí en expresión, dentro de lo que se llama Naturaleza.
160. Asimismo, puede ser que no te des cuenta aún de que tú y tus hermanos y hermanas son fases o atributos de Mi Divina Naturaleza, del mismo modo que tu humana personalidad, con su cuerpo mortal, mente e intelecto, es
una fase de tu humana naturaleza.
161. No, aun no te das cuenta de todo esto, mas Yo de ello te hablo ahora, para que, cuando comiencen a surgir en tu conciencia señales inequívocas con respecto a esta Mi Enseñanza, como indudablemente acontecerá, las reconozcas
como tales.
162. Mas, para que puedas reconocer esas señales características de Mi Enseñanza, es necesario que todo lo que sigue sea cuidadosamente considerado y estudiado por ti, y que no lo pases sino hasta que Mi Verdad sea por lo menos
vislumbrada en parte.
163. Una vez que hayas comprendido por completo el principio que Yo dejo asentado en estas páginas, entonces todo Mi Mensaje se te hará claro y comprensible.
164. Primeramente Yo voy a darte la Clave por medio de la cual podrás penetrar todos los misterios que por ahora te ocultan el Secreto de Mi Ser.
165. Cuando aprendas a usar esta Clave, ella te abrirá las puertas de toda Sabiduría y de todo Poder en el cielo y en la tierra. Si, entiéndelo bien, te abrirá las puertas del Reino de los Cielos, y entonces ya no te quedará a ti sino entrar para
hacerte, conscientemente, Uno Conmigo.
166. La Clave es la siguiente:
167. “PENSAR es CREAR”, o
168. "Lo que PIENSAS en tu CORAZÓN es lo que para ti se realiza".
169. Detén la lectura un momento, y medita profundamente en lo dicho, de manera que se te grabe bien en la mente.
170. Un Pensador es un Creador.
171. Un Pensador vive siempre en el mundo de su propia creación consciente.
172. Cuando ya sepas cómo se debe "pensar", entonces podrás crear, a voluntad, cualquier cosa que desees, ya sea ello una nueva personalidad, un nuevo ambiente o un mundo nuevo.
173. Veamos si es posible que vislumbres algunas fases de la Verdad, ocultas en esta Clave, y que directamente están bajo Su dominio.
174. Se te ha mostrado ya que toda conciencia es Una, como toda ella es Mi Conciencia, no obstante lo cual, es también tuya, y, asimismo, del animal, de la planta, de la piedra y de la célula invisible.
175. Has podido ya ver cómo esta conciencia está bajo el dominio de Mi Voluntad, a la vez que dirigida por ella, lo cual hace que las células invisibles se unan y formen los diversos organismos dedicados a la expresión y uso de los
diferentes Centros de Inteligencia, a través de los cuales Yo deseo realizar la expresión.
176. Pero no puedes aún comprender cómo podrías tú dirigir y tener bajo tu control a la conciencia de las células de tu propio cuerpo -para no ir demasiado lejos de momento, y hablarte de las de otros cuerpos-, aun cuando tú, Yo y ellos
seamos uno en conciencia y en inteligencia.
177. Sin embargo, si pones especial atención a todo lo que sigue, podrás ser capaz de comprenderlo.
178. ¿Te has tomado alguna ves el trabajo de analizar, meditativamente, en lo que es conciencia? ¿Cómo, evidentemente, es un estado impersonal de lucidez
o conocimiento, de buena disposición a servir y ser dirigida o utilizada por algún poder latente e íntimamente relacionado con ella misma?
179. ¿Cómo el hombre, innegablemente, es el más alto tipo de organismo que contiene en sí esta conciencia, la que es dirigida y usada por ese poder en lo interno de ella misma?
180. ¿Así como que dicho poder latente en la conciencia del hombre, como en toda conciencia, DO es sino voluntad, Mi Voluntad? Esto es cierto puesto que tú ya sabes que todo poder no es sino la manifestación de Mi Voluntad.
181. Ahora bien, se te ha dicho ya que en el principio Yo creé al hombre a "Mi Imagen y Semejanza", y que después Yo alenté dentro de él el Soplo de vida, y, entonces, se hizo un Alma Viviente.
182. Ciertamente, al crear al hombre a Mi Imagen y Semejanza, Yo creé un organismo capaz de expresar toda Mi Conciencia y toda Mi Voluntad; lo que quiere decir, también, todo Mi Poder, Mi Inteligencia y Mi Amor. Por tanto, lo creé
perfecto en el principio, es decir, que fue hecho de acuerdo con Mi Propia Perfección.
183. Así, pues, cuando alenté dentro del organismo del hombre Mi Hálito, él se hizo un ser Viviente como Yo; entonces fue cuando alenté también, a él, Mi Voluntad, no de lo externo, sino de lo interno, es decir, desde el Reino de los
Cielos interno, donde siempre YO SOY. Desde entonces, Yo he seguido alentando, viviendo y teniendo Mi Ser en lo interno del hombre, ya que, como queda dicho, lo creé a Mi Imagen y Semejanza sólo para tal propósito.
184. La prueba de esto es que el hombre, por sí mismo, no respira, ni puede respirar de sí mismo. Algo mucho más grande que su razón y que su ser meramente fisiológico vive en su cuerpo y respira por sus pulmones. Una potente
fuerza dentro de su propio cuerpo es la que usa sus pulmones, tal como también usa el corazón para hacer circular la sangre que contiene la vida, de la cual se satura en los pulmones para llevarla a cada célula del cuerpo, como igualmente usa el estómago y otros órganos para digerir y asimilar el alimento, con cuyos elementos se forman la sangre, los tejidos, el pelo y los huesos; como usa también
el cerebro para pensar, la lengua para hablar, y las manos y pies para hacer todo lo que el hombre lleva a cabo.
185. Este poder es Mi Voluntad de SER y VIVIR en el hombre. Por eso es que todo lo que el hombre es, YO SOY; todo lo que el hombre hace o tú haces, YO SOY Quien lo hace, y todo lo que tú dices o piensas, SOY YO Quien lo dice o
piensa por medio de tu organismo.
186. Se te ha dicho también que, cuando el hombre estuvo así, en posesión de Mi Hálito, disfrutó de potestad sobre todos los reinos de la tierra. Lo que quiere decir que fue hecho el señor de la tierra, de los mares, del aire y de los éteres, y que todos los seres que viven en esas regiones le rindieron homenaje y quedaron sujetos a su voluntad.
187. Y esto, naturalmente, pudo ser así gracias a que YO, dentro de la conciencia del hombre, como dentro de toda conciencia, SOY el que pugno siempre por manifestar Mi Voluntad; y porque YO, el señor y ordenador del organismo del hombre, SOY también el señor y ordenador de todo organismo en que la conciencia more, y en todos mora. Y como toda conciencia es Mi Conciencia, y ésta mora en dondequiera que haya vida, y no exista substancia alguna en donde no haya vida, de ahí que Mi conciencia necesariamente debe estar en todo, en la tierra, en el agua y en el fuego, y debe también, en consecuencia, llenar todo espacio, aunque el hecho real es que ella es el espacio o eso que el hombre llama espacio.
188. De aquí que Mi Voluntad, siendo el poder latente en toda conciencia, debe influir todo y estar en todas partes; y, por ello, la voluntad del hombre, que no es sino una focalización de Mi Voluntad, debe, asimismo abarcar su acción a toda parte, y de ahí también que la conciencia de todos los organismos, incluyendo la del tuyo propio, esté sujeta a la dirección y control del hombre.
189. Y todo lo que el hombre necesita lograr es percatarse de ello conscientemente; darse cuenta de que Yo, el Ser Impersonal en su interno, SOY el que constantemente dirijo, gobierno y uso la conciencia de todo organismo, en cada día y en cada momento de su vida.
190. YO SOY el que hago esto con y por medio de su pensamiento.
191. YO SOY el que hago todo esto con y a través del organismo humano. El hombre cree que él es el que piensa. Pero SOY YO, el Verdadero Yo de él, que pienso a través de su organismo. Y por causa del pensar en la forma expresada y
del pronunciar acogiendo o haciendo suya la Palabra o Verbo Creador es decir, por medio de su Hablar la Palabra, la cual está impregnada de Mi Idea, es como Yo realizo o llevo a cabo todo lo que él hace, haciendo aún al hombre mismo y a
su mundo, todo lo que son.
92. No importa, desde luego, si el hombre y su mundo no son lo que él supone que son. De todas maneras, ellos invariablemente son, con precisión, tal como los concebí que fueran, para cumplir Mi propósito.
193. Pero bien sé que a esto tú dices que si YO SOY el que llevo a cabo todo 
el pensar entonces el hombre ni piensa ni puede pensar.
194. Sí, en ello parece que hay un enigma, pero el misterio que todo eso encierra te será revelado si cuidadosamente tomas nota de lo que sigue:
195. Sí, y sabe, de antemano, que YO SOY Quien va a enseñarte a ti – hombre- como pensar.
Fuente:Ashamel Lemagsa

Reencarnación



Cuando te llamas a ti mismo hindú, o cristiano, o musulmán, o europeo, o cualquier otra cosa, estás siendo violento… ¿Entiendes por qué estás siendo violento? 
Porque te estás separando a ti mismo del resto de la humanidad. Cuando te separas a ti mismo por causa de creencias, nacionalidad, religión, tradición… alimentas la violencia. Así que alguien que esté en el camino de entender, lo que es la violencia no pertenece a ninguna religión, partido político o sistema parcial. Alguien así se preocupa seriamente por la comprensión total de la humanidad.
J. Krishnamurti

La alegría esta aquí..




La alegría esta aquí, en cada paso que se da o no se da. La alegría se encuentra aquí, en la sensación de estar vivo, en la expansión y relajación del vientre, en cada latido del corazón. Ya sea que estés perdido, o lejos de tu destino, o que dudes de tu siguiente paso, la alegría está aquí, caminando contigo, respirando en tu nuca, aguardando a que la reconozcas.
A veces te embelesas tanto con la meta, el destino, el futuro, con el 'lugar donde deberías estar,' que olvidas el suelo presente, el sitio donde estás parado, el lugar desde donde está surgiendo tu siguiente paso, el lugar donde la vida es. Olvidas que estás respirando ahora, que el viaje está hecho sólo de respiraciones, de momentos. Olvidas tu propia presencia, tan evidente, tan confiable, tan constante en medio del incesante cambio del recorrido. El destino se ha vuelto más importante que la presencia, y te has perdido en el tiempo.

La alegría no es un lugar al cual llegas. La alegría no aparecerá mágicamente cuando el viaje termine. La alegría vive sólo en el presente. El hogar de la alegría se llama Ahora.


La alegría esta aquí, en cada paso que se da o no se da. La alegría se encuentra aquí, en la sensación de estar vivo, en la expansión y relajación del vientre, en cada latido del corazón. Ya sea que estés perdido, o lejos de tu destino, o que dudes de tu siguiente paso, la alegría está aquí, caminando contigo, respirando en tu nuca, aguardando a que la reconozcas.


- Jeff Foster

¿Por qué sufrimos?



¿Por qué sufrimos? Primeramente, observemos el sufrimiento psicológico, el dolor, la soledad, la pena, la ansiedad, el miedo, los pasajeros entusiasmos que engendran sus propias dificultades. Si podemos comprender esos dolores psicológicos, entonces tal vez podamos tratar el dolor físico, la enfermedad del cuerpo y la vejez, en que hay incapacidad, decaimiento de la energía, falta de impulso, etc. Investigaremos primero el dolor psicológico y entonces, en el acto mismo de comprender éste, se comprenderá también el problema físico. ¿Que es el dolor? ¿Qué diría usted? Seguramente que usted ha tenido dolor, el dolor que se expresa en lágrimas, en una sensación de aislamiento, una sensación de estar fuera de toda relación humana, el dolor que implica mucha lástima de uno mismo. Si mira usted en su interior y hace esta pregunta: ¿qué es el dolor?, me gustaría saber cómo respondería. No estamos preguntando lo que es el dolor físico, sino qué es el sentimiento de aflicción, el sentimiento de extrema desdicha, de impotencia, de estar frente a una pared en blanco.
Yo me pregunto qué significará para usted el dolor. ¿O es que lo elude y nunca se pone en contacto con él de algún modo? Evitarlo es en sí otra forma de dolor, y eso es lo único que sabemos. Por ejemplo, consideremos la muerte, el morir. El mismo hecho de eludir esa palabra, de nunca prestarle atención, de nunca encararse con lo inevitable, el hecho mismo de eludirla es - ¿no es cierto? - una forma de dolor, una forma de miedo, que crea el dolor mismo. ¿Qué es, pues, el dolor? Por favor, no espere usted que le dé una explicación.
La mayoría de nosotros hemos sentido dolor de varias maneras. La urgencia de autoexpresión y la incapacidad para lograrla, engendra dolor. Querer ser famoso y no tener la capacidad de lograr fama, eso también trae dolor. El dolor de la soledad, la de no haber amado y de querer siempre que se nos ame; el dolor de abrigar una esperanza del futuro y de nunca tener la certeza de esa esperanza... ¡Por favor, mírelo usted mismo! No espere que el que habla le haga la descripción del dolor. La mayoría de nosotros sabemos lo que es el dolor: una emoción frustrada, soledad, aislamiento, una sensación de estar desgajados de todo, una sensación de vacío, la completa incapacidad para hacer frente a la vida y la lucha incesante: todo eso engendra dolor. Nos damos cuenta de ello y decimos. «El tiempo lo curará», «lo olvidaremos», «se producirá algún otro incidente que será más importante, una experiencia que será mucho más real». Y así estamos siempre huyendo del hecho real del dolor a través del tiempo. Es decir, uno vive recordando los agradables días que ha tenido en el pasado, trayendo a la memoria placenteras experiencias: uno vive con eso, que es vivir en el tiempo. Y también vivimos en el porvenir; eludimos el dolor que está ahí, en la realidad y vivimos con alguna futura ideología, una futura esperanza, una creencia.
Nunca hemos podido escapar de este ciclo, nunca hemos podido terminarlo y abrirnos camino a través de él; al contrario, todo el mundo occidental rinde culto al dolor. Entre en cualquier iglesia y verá adorar el dolor. En Oriente lo explican mediante varias palabras sánscritas que, realmente, no tienen ningún sentido, como la ley de causa y efecto, por la cual uno sufre, y así sucesivamente. Cuando uno se da cuenta de todo esto, cuando lo ve con mucha claridad, cómo es en efecto, cuando lo palpa y lo prueba, entonces uno mismo se pregunta si es posible trascender todo ello. Y ¿cómo va usted a trascenderlo?, Esta es en realidad una pregunta muy importante que cada uno de nosotros tiene que contestarse a sí mismo.
Mire, cuando usted ve por primera vez esas montañas, distantes, majestuosas, elevadas por completo sobre toda la fealdad de la vida; la belleza del entorno y la luz de la puesta del sol sobre ellas, entonces su misma magnificencia tiende a silenciar la mente. El efecto de esto lo deja atónito. Y el silencio que producen esas colinas, montañas y verdes valles es completamente artificial. Sucede como en el caso de un niño con un juguete. El juguete absorbe el interés del niño, y cuando ha jugado bastante con él y lo ha roto, pierde interés por el mismo. Entonces se vuelve vagabundo, travieso. Del mismo modo somos despertados por algo grande, por algún gran reto, una gran crisis, que nos silencia de repente, pero entonces salimos de ese silencio que puede durar pocos minutos o pocos días - y volvemos otra vez al mismo estado.
He ahí este enorme hecho del dolor que el hombre nunca ha podido trascender; puede escapar por medio de la bebida, por medio de todas las diversas formas de evasión, pero eso no es trascenderlo, eso es eludirlo. Bueno, ahí está el hecho real como el hecho de la muerte o el del tiempo. ¿Puede usted mirarlo en completo silencio? ¿Puede mirar su propio dolor en completo silencio? No de manera que la cosa sea tan grande, de tal magnitud, de tal complejidad, que lo aquiete a la fuerza, sino de otra manera: ¿Puede usted mirarlo, aún conociendo su magnitud, sabiendo cuán extraordinariamente complejos son la vida, el vivir, y la muerte? ¿Puede mirar esto con toda objetividad y en silencio? Creo que ésta es la salida. Uso la palabra «creo» en forma vacilante, pero en realidad esa es la única salida.
Si la mente no está en silencio, quieta, ¿cómo puede comprender algo? ¿Cómo puede captar, mirar, estar en completa intimidad y familiarizada con la muerte, con el tiempo o con el dolor? Y, ¿qué es eso que dice: «estoy apenado», «soy desdichado», «he pasado días en conflicto, en sufrimiento, en completa desesperación»? ¿Qué es esa cosa que sigue repitiendo: «no puedo dormir», «no me he sentido bien», «soy esto, soy aquello», «soy infeliz», «usted no me ha mirado», «usted no me ha amado»? ¿Qué es esa cosa que sigue hablándose a sí misma? Seguramente, es el pensamiento.
Jiddu Krishnamuti
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