sábado, 13 de junio de 2015

Libro (EL SECRETO de los SECRETOS Charlas sobre el Secreto de la Flor Dorada (Primer Capitulo Segunda Parte )



Nadie puede llegar con una verdad a medias. Y la persona que recorra tan solo la mitad del camino no pertenecerá ni a este mundo ni al otro. Estará en un limbo, y esa es una situación muy extraña: pierdes lo viejo y no ganas lo nuevo; te vuelves un caos. El orden antiguo se ha ido y el nuevo no ha sucedido. Te vuelves una nube, te vuelves confusión. En vez de volverte más claro, en vez de estar más vivo, en vez de llenarte más de luz, tu vida se convierte en un conflicto entre dos polaridades. Estás dividido, empiezas a estar hecho pedazos. La mitad de ti pertenece a la tierra y la otra mitad pertenece al cielo. No estás en ninguna parte. No eres nadie. Esto puede crear locura. De modo que, durante siglos, El secreto de la Flor Dorada solo se transmitió oralmente. En segundo lugar, con la tradición oral el libro permanece siempre vivo. Así es como se convirtió en una síntesis. Básicamente, nació en el ambiente taoísta de China. Pero luego Bodhidharma llegó a China... Un nuevo maestro con un mensaje nuevo desde India, el mensaje de Buda. Y las personas que seguían El secreto de la Flor Dorada eran personas muy abiertas; no formaban parte de ninguna iglesia establecida. Vieron inmediatamente que Bodhidharma también lo había alcanzado; era muy palpable, muy obvio. Permitieron que las enseñanzas de Bodhidharma formaran parte de su enseñanza. Y lo mismo sucedió con los maestros zoroastristas, con los cristianos nestorianos: una y otra vez, algo llegaba a China, y si merecía la pena, era incorporado. Y la enseñanza oral permanece viva, creciendo, como un río. Llegan nuevas corrientes de agua y se vuelven parte de ella. Una vez que una enseñanza está escrita, ya no puede incorporar nada. Entonces se vuelve rígida, pierde fluidez; se vuelve muerta, es un cadáver. Ahora El secreto de la Flor Dorada no está creciendo; no ha crecido durante siglos. Desde que fue escrito, no ha crecido. ¿Por qué he elegido hablar de él? Para que aún pueda crecer. Es un mensaje tan hermoso para el mundo, que no debería morir. Me gustaría revivirlo. Y ahora puedo hablar a personas que son discípulos, que han venido a mí y que están dispuestas a morir para renacer, que están dispuestas a morir para florecer. La semilla tiene que morir, solo entonces puede crecer; la semilla tiene que desaparecer, solo entonces puede suceder el árbol. Os hablaré de este pequeño pero inmensamente valioso libro para que el libro pueda volver a estar vivo. Puede volver a estar vivo entre tú y yo. Puede empezar a fluir de nuevo. Y tiene algo de inmensa importancia. Si lo comprendes y lo practicas, te beneficiarás. Pero lo primero que hay que comprender es: recuerda que has sido hipnotizado y que tienes que pasar por un proceso de des-hipnotización. Recuerda que has sido condicionado y que tienes que ser des-condicionado. Recuerda que la muerte se está acercando. No pienses que no va a suceder hoy; puede suceder en cualquier momento. De hecho, todo lo que sucede siempre sucede ahora. La semilla muere ahora, el capullo se convierte en flor ahora, el pájaro empieza a cantar su llamada ahora. Todo lo que sucede en algún momento sucede solo en el espacio que provee el ahora, este momento. Nunca sucede nada en el pasado y nunca sucede nada en el futuro. Todo lo que sucede siempre sucede en el presente; ésa es la única manera en que suceden las cosas, porque el presente es el único tiempo que existe. El pasado es tan solo tu recuerdo y el futuro es tan solo tu imaginación. Pero has sido hipnotizado para vivir en el pasado y has sido hipnotizado para vivir en el futuro. Elige: o pasado o futuro. Pero ninguna sociedad te permite vivir en el presente. Los cristianos, los hindúes y los mahometanos... te condicionan para que vivas en el pasado. Su edad de oro fue en el pasado. Los comunistas, los socialistas, los fascistas... te condicionan para que vivas en el futuro; su edad de oro es en el futuro. La utopía está llegando: cuando llegue la revolución, entonces podrás vivir de verdad, entonces será una edad de oro. Has tomado el pasado, que es falso, o el futuro, que también es falso. Ninguna sociedad te dice que vivas en el presente, en el aquí-ahora. Ser un sannyasin, ser alguien que busca de verdad, significa vivir aquí- ahora..., y no existe otra vida. Pero para eso tendrás que des-automatizarte, tendrás que volverte un hombre y no una máquina. Tendrás que volverte un poco más consciente. No eres consciente. Una vez, estaba sentado junto a un hombre moribundo; era un profesor en la misma universidad en la que yo era profesor. Estaba en la cima de su carrera y entonces tuvo un ataque al corazón..., que siempre llega cuando estás en la cima. El éxito siempre viene seguido de un ataque al corazón. ¿Qué más puede venir después? Así que tuvo un ataque al corazón y se estaba muriendo. Fui a verlo. Estaba muy triste —¿quién quiere morirse?— y sentía mucha desesperación y angustia. Le dije: «No necesitas preocuparte. No vas a morir.» Él dijo: «¿Qué estás diciendo? Pero los médicos... Todos los médicos dicen que no tengo ninguna posibilidad de sobrevivir. ¿Por qué dices que no voy a morir?» Le dije: «En primer lugar, no puedes morir porque nunca has vivido. No has cumplido el primer requisito para morir. Durante estos cincuenta y cinco años has estado como un sonámbulo; has estado soñando; no has vivido. Te he observado durante años.» Se quedó pasmado. Se enfadó; se enfadó tanto que por un momento se olvidó completamente de la muerte. Tenía los ojos inflamados de rabia y dijo: «¿Es ésta la manera de tratar a un moribundo? ¿No puedes ser un poco amable? ¿Por qué eres tan duro conmigo? Me estoy muriendo y tú me vienes con semejante filosofía: "Nunca has vivido". ¿Es éste el momento de decir tales cosas?» Le escuché en silencio. Me quedé completamente en silencio. Entonces la ira desapareció y empezó a llorar, y sus ojos se cubrieron de grandes lágrimas. Me tomó la mano con mucho amor y luego dijo: «Quizá tengas razón. Nunca he vivido. Puede que no estés siendo grosero, sino simplemente sincero. Y sé que nadie más me diría esto.» Y entonces, una gran gratitud; y por un momento se volvió tan consciente que se podía ver la luz en su rostro... Estaba allí; era todo aura. Y me dio las gracias. Esa noche murió. Permanecí con él hasta el último momento. Y dijo: «Si no hubieras estado aquí, me habría perdido también mi muerte, igual que me he perdido mi vida. Pero estoy muriendo conscientemente. Al menos estoy contento con una cosa: no estoy muriéndome inconscientemente.» Y su muerte fue hermosa. Murió sin ningún pesar, murió de una manera relajada. Su corazón casi le dio la bienvenida a la muerte. Murió lleno de gratitud. Murió piadosamente. Su próxima vida tendrá una cualidad diferente. Si la muerte es tan hermosa, te trae una nueva vida. Pero hay que vivir cada momento, ya sea de vida, de amor, de ira, de muerte. Sea lo que sea, hay que vivir cada momento tan conscientemente como sea posible. Un campesino, llevado por su imaginación, se encontró en un huerto robando pepinos. «Me llevaré este saco de pepinos», pensó, «y con el dinero que obtenga por ellos me compraré una gallina. La gallina pondrá huevos, se sentará sobre ellos y empollará una nidada de polluelos, y alimentaré a los polluelos hasta que crezcan; luego los venderé y me compraré un lechón. Alimentaré al lechón hasta que se convierta en una gran cerda, la preñaré y tendrá una camada de cerdos, y los venderé. Con el dinero que consiga por los cerdos me compraré una casa con jardín; plantaré pepinos en el jardín y no dejaré que nadie me los robe; los vigilaré. Contrataré a un vigilante fuerte, y de vez en cuando saldré al jardín y gritaré: "¡Eh, tú! ¡Pon cuidado!"». El campesino estaba tan embelesado por este pensamiento que gritó con todas sus fuerzas. El vigilante le oyó y vino corriendo. Pilló al campesino y le dio una buena paliza. Pero así es como vive el hombre: en sueños, en su imaginación, en proyecciones. Así es como vives tú, y ésa no es la manera de vivir esta vida tan hermosa, tan tremendamente valiosa; eso es un desperdicio total. Tienes que estar más atento al momento, al presente. Tienes que unificar tu consciencia. La consciencia es tu tesoro, y todos los métodos que se han inventado, que se han concebido a lo largo de los siglos, no son más que formas de crear más consciencia en ti, de crear más fuego en ti, de hacer que tu vida sea apasionada, como una llama. La gente vive vidas insulsas. La gente vive distraídamente. La gente vive sin prestar atención. ¿Cómo puedes vivir con tanta falta de atención a tu alrededor? La falta de atención es oscuridad; la atención es luz. Y este tratado te enseñará a crear más luz en ti, para que un día... la flor dorada... Dos psiquiatras se encontraron en la calle. «Tú estás bien», dijo uno. «¿Qué tal estoy yo?» Las personas se preguntan unas a otras. Nadie sabe cómo está, todos miran a los ojos de los demás, recogiendo información sobre sí mismos de los demás. Por eso se ha vuelto tan importante la opinión de los demás. Si alguien dice que eres tonto, te enfadas. ¿Por qué? O te pones triste. ¿Por qué? Te abrumas. Pensabas que eras sabio porque otros te habían dicho que eras sabio. Dependías de la opinión de los demás. Ahora otra persona dice que eres tonto. Puede quebrantar tu sabiduría con facilidad, con mucha facilidad. Ha tirado una piedra y tú habías hecho un castillo con naipes. Ahora se ha colapsado. Por eso te enfadas tanto, te da tanta rabia, te pones tan violento y te quedas tan preocupado, tan ansioso. Estás siempre al acecho de lo que piensan los demás, porque solo sabes lo que los demás piensan de ti; no sabes nada sobre ti mismo. Pero ¿qué tipo de situación es ésta? Si yo no puedo saber nada acerca de mí mismo, ¿quién más puede saber algo sobre mí? Nadie puede percibirme desde fuera; no estoy accesible de esa manera. Desde fuera solo se puede percibir mi cuerpo. Desde dentro puedo conocer mi consciencia. Incluso cuando estás ante un espejo, solo ves tu cuerpo; no ves tu consciencia en el espejo. Ni siquiera tú puedes verla en el espejo..., tu propia consciencia. Tienes que verla directamente. Nunca se refleja, nunca se reflecta en nada; es invisible. Tienes que cerrar los ojos y serla. Y ésa es la única manera de conocerla. Pero la gente vive tan inconscientemente... Viven simplemente por la opinión de los demás. Lo que dicen los demás se convierte en su alma. Los demás pueden quitársela en cualquier momento. La gente sigue siendo mendiga. ¿Has sabido algo acerca de ti mismo directamente? ¿Te has encontrado alguna vez contigo mismo directamente, sin meter en ello la opinión de los demás? Si no lo has hecho, aún no has vivido. La vida comienza solo al encontrarte a ti mismo, al verte a ti mismo directamente, inmediatamente. La vida existe solo cuando eres capaz de verte tal como eres, no como los demás piensan sobre ti. ¿Qué pueden pensar sobre ti? ¿Qué pueden decir sobre ti? Pueden ver tu conducta, no pueden verte a ti. Si quieres verte a ti mismo, solo tú puedes hacerlo, nadie más. No pueden hacerlo los sirvientes, no puedes delegarlo a nadie más. Tampoco pueden hacerlo los expertos. Pero estamos muy interesados en las opiniones de los demás porque estamos absolutamente ausentes; no hay nadie despierto en nuestro interior. Profundamente dormidos, estamos roncando en nuestro interior. El profesor distraído fue a que le cortaran el pelo. Se sentó en la silla del peluquero, pero no se quitó el sombrero. «Me temo que tendrá que quitarse el sombrero», dijo el peluquero. «¡Oh, lo siento!», dijo el profesor. «No sabía que había señoras presentes.» Observa tu propio despiste. Observarlo creará atención en ti. Observa lo que está sucediendo en tu interior: pensamientos que pasan, recuerdos que surgen, una nube de ira, una noche oscura de tristeza o una hermosa mañana de alegría. Observa todo lo que pasa en tu interior, vuélvete cada vez más atento. Poco a poco, te volverás una atención integrada. Y el método que se enseña en El secreto de la Flor Dorada es cómo integrarte en tu luz interna. Ésta es la historia de este libro antes de que entremos en los sutras. El libro viene de un círculo esotérico de China. Se dice que el fundador de este círculo esotérico fue el conocido experto taoísta Lu Yen. ¿Dónde obtuvo Lu Yen esta enseñanza secreta? Él la atribuye al Maestro Kuan Yiu-hsi, para quien, según la tradición, Lao Tse escribió su Tao Te Ching. Lao Tse nunca escribió una sola palabra en toda su vida. Se negó una y otra vez a escribir algo. Comunicó a sus discípulos lo que había llegado a saber, pero no estaba dispuesto a escribir porque decía: «El Tao que puede ser dicho no es el verdadero Tao.» El Tao que puede ser expresado ya está falsificado. Solo puede aprenderse en contacto íntimo con el maestro. No hay otra manera de comunicarlo. Solo puede aprenderse en una comunión profunda en la que confluyen el discípulo y el maestro, en la que el discípulo no se reserva nada, en la que el discípulo y el maestro se superponen, en la que sus conciencias se funden. El Tao solo puede comunicarse en semejante encuentro, en semejante comunión. De manera que se negó una y otra vez. Tuvo una vida muy larga. Pero cuando iba a morir, se fue de China montado en un búfalo de agua. ¿Por qué un búfalo de agua? Toda su enseñanza había sido la enseñanza del camino de la corriente de agua. Decía: hay que ser como el agua...: fluida, líquida, fresca; siempre yendo hacia el océano..., y deberías ser como el agua: suave, femenina, receptiva, amorosa, no-violenta. No deberías ser como una roca. La roca parece muy fuerte, pero no lo es; y el agua parece muy débil, pero no lo es. No te dejes engañar nunca por las apariencias. Al final el agua vence a la roca, la roca se destruye, se convierte en arena y va al mar. Al final la roca desaparece... contra la suave agua. La roca es masculina; es la mente masculina, es la mente agresiva. El agua es femenina, suave, amorosa; no es agresiva en absoluto. Pero lo no agresivo vence. El agua siempre está dispuesta a rendirse, pero con esa rendición conquista... Ése el método de la mujer. La mujer siempre se rinde y conquista con ello. Y el hombre quiere conquistar y el resultado final no es más que una rendición. Por eso, Lao Tse eligió un búfalo de agua cuando abandonó el país. ¿Adonde iba? Iba a los Himalayas para morir en esa belleza eterna.
Un hombre verdadero sabe vivir y sabe morir. Un hombre verdadero vive con totalidad, muere con totalidad. Un hombre verdadero vive con bendición y muere con bendición. Iba a la soledad absoluta de los Himalayas, pero le pillaron en la frontera. Y el hombre que dio con él en la frontera era el Maestro Kuan Yiu-hsi. Era guarda en el último puesto de la frontera china. Lao Tse tenía que pasar por ese puesto; no había otra manera de salir del país. Y Kuan Yiu-hsi le persuadió: «Te vas a morir, estás abandonando el país para siempre, y pronto dejarás el cuerpo. Por favor, escribe unas pocas palabras. No te permitiré salir del país si no las escribes. Tienes que pagar este precio.» Y Lao Tse tuvo que sentarse en la cabaña de Kuan Yiu-hsi durante tres días, y allí escribió el Tao Te Ching. Se dice que la tradición de El secreto de la Flor Dorada se originó con Lu Yen. El propio Lu Yen la atribuye al Maestro Kuan Yiu-hsi, para el que, según la tradición, Lao Tse escribió su Tao Te Ching. Kuan significa «el paso fronterizo Hanku»; por eso se le llama Maestro Kuan, es decir, «maestro del paso Hanku». Y debió de ser un gran conocedor, de lo contrario le habría resultado imposible convencer a Lao Tse para que escribiera; se había negado toda su vida. No pudo rehusar la invitación de este hombre. Este hombre debía de tener algo a lo que ni siquiera Lao Tse pudo decir que no. Así es como la tradición de La Flor Dorada se conecta con Lao Tse. Pero no comenzó con Lao Tse. El propio Lao Tse dice que todo lo que él dice ya ha sido dicho antes, una y otra vez, a lo largo de los siglos. No está trayendo una nueva verdad al mundo, sino solo una nueva expresión. Siempre es así: la verdad es la misma, solo las expresiones son diferentes. Lo que dijo Lao Tse es lo mismo que había dicho Krishna antes que él. Lo que dijo Krishna es lo mismo que dijo Buda después. Lo que dijo Buda es lo mismo que han dicho Mahoma, Jesús, Zaratustra, aunque sus expresiones son tan diferentes que necesitarás una gran inteligencia para llegar hasta el núcleo mismo. La estructura es diferente, el lenguaje es diferente, sus maneras de decirlo son diferentes; es natural, porque son personas diferentes, individuos diferentes, con su propia unicidad. Pero la verdad no es nueva ni vieja, y donde está la verdad, es eterna. El libro El secreto de la Flor Dorada es una de las fuentes eternas en las que uno puede volver a estar vivo, uno puede volver a encontrar la puerta a lo divino. Los sutras: El Maestro Lu-Tsu dijo: A lo que existe por si mismo se le llama el Camino, Tao. La palabra Tao significa esencialmente «el Camino». No se puede decir nada sobre la meta. La meta permanece esquiva, inexpresable, inefable. Pero se puede decir algo acerca del Camino. Por eso, los taoístas nunca han usado las palabras «Dios», «verdad», «nirvana»; no, simplemente usan la palabra «Camino». Buda dice: «Buda sólo puede mostrarte el Camino. Si sigues el sendero, llegarás a la verdad.» La verdad tendrá que ser tu propia experiencia. Nadie puede definir la verdad, pero se puede definir el Camino, se puede clarificar el Camino. El maestro no puede darte la verdad, pero el maestro puede darte el Camino. Y una vez que tienes el Camino, lo único que hay que hacer es andarlo. Eso tiene que hacerlo el discípulo. Yo no puedo andar por ti y no puedo comer por ti. No puedo vivir por ti y no puedo morir por ti. Estas cosas tiene que hacerlas uno mismo. Pero te puedo mostrar el Camino, he andado el Camino.

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