lunes, 25 de mayo de 2015

LA ENTREGA (extracto del libro El Amor - Javier G. Delgado & Leticia R. Villaseñor)



LA ENTREGA (extracto del libro El Amor - Javier G. Delgado & Leticia R. Villaseñor)
LA ENTREGA
Hoy sale el sol. Mañana también. Siempre sale. Alguien se enojó: pero llegará un día en que no salga más. Nunca ha sucedido desde que estás aquí, le dije. El anciano, sentado en un escalón en plena calle, bajó la mirada al suelo. El ser humano siempre ha buscado situaciones difíciles. El sol se entrega. Sangra por ti. Sangra porque tú Eres. Sangra para que Seas más. El sol se entrega con Amor. Ser más uno mismo es ENTREGA. Si algo te queda de Amor, siempre se entrega. Eso es el Amor: entrega. Hoy sale un nuevo autor para esta trilogía de libros, el estilo cambia, todo cambia en cada situación nueva. La vida es cambio continuo y perpetuo. Nada existe más continuo en cambios que el mundo entero. Eso es hacer que el sol vuelva a salir. A brillar. Quien acepta cuanto sucede, se entrega. El agua, al río. El sonido, al ambiente. Los pies, al caminar. La búsqueda, a la entrega de que dejes de buscar. Incluso el miedo se entrega por ti para que lo veas, lo conozcas y puedas dejarlo pasar. La arena, a la playa. Los pájaros, al canto. Mi vida, a la tuya. Un número, a las matemáticas. Calcula cuánta larga entrega lleva tu Esencia. En los libros anteriores hablé de ti. En este hablaré de mi. Si miro por la ventana de la calma, te veo a mi, pero quien mira SOMOS YO. No cerré las demás ventanas, simplemente no miro por ellas. 

No mirar por ellas significa que quiero seguir viéndote y entregándome a cuanto vea. Es aqui donde estoy ahora, viéndote. Si quiero pormenorizar atendiendo al encuentro que tengo contigo al verte, siento necesario hacer una tabla para mostrar o hacer ver que quien mira soy yo, por tanto todo regresa a mi. Todo regresa siempre al que mira o al que ejecuta la acción.

QUIÉN MIRA
QUÉ VEO
QUÉ RECIBO
QUIÉN RECIBE
Yo
Te veo a ti y a mi    (visto desde la individualidad)
Recibo lo que me doy
Yo
Para los que han seguido la trilogía

“No hay más sol que mi mirada al verte. Sabes..., me gusta verte, no te espío (en un contexto de necesidad), recuerdo el ahora. O bien, se podría también decir, recuerdo Quien Soy al mirarte y verte. Para seguir aclarando, este párrafo comienza diciendo que no hay más sol que mi mirada. Lo que quiere decir igualmente que la entrega es de uno mismo sin importar cual sea el destino. A dónde te entregas o a quién te entregas no importa cuando se ha comprendido que la entrega verdadera es siempre a uno mismo. Todo empieza en uno, por tanto, todo vuelve a uno tal como he indicado en la tabla.

Será porque no tengo nada que recordar cuando te miro en mi. Lo analizamos un poco: te miro en mi es el resultado de verme a mi a través de ti. Ahí, ya está todo recordado (entendiéndolo desde lo concluyente en la comprensión). Si dejara de verte o, dicho de esta otra forma, si dejara de saber Quien Eres en ese espejo que Eres Tu para mi vida en el que me reflejo, dejaría al mismo tiempo de saber Quien Soy. Por tanto, será que no tengo nada que recordar si en verdad te miro en mi.

Mirarte en mi es hacer intenso el viaje. Hablo de las emociones que recibo en el viaje de la vida. Una exploración continua de auto-conocimiento con respecto a las nuevas experiencias.

El viaje que me lleva con cada movimiento que hago. Movimiento propuesto y coordinado conmigo. Esto sería igual que decir que tanto el movimiento como yo, es lo mismo, ya que soy el movimiento en sí por salir éste de mi. El viaje que me lleva, en definitiva, nos llevará a todos también. O bien: todo, influencia a todo. 

El movimiento nace de dentro, entre emociones que pudieran parecer alteradas. Dentro (ya sabemos cuánticamente que no existe dentro ni fuera, que todo es uno), para explicarlo de forma que se entienda, es de donde nace el movimiento confirmando aquí nuevamente que tanto el movimiento y uno es lo mismo. Si las emociones pueden parecer alteradas, es debido a la interpretación mental. Si se entiende como lo que es (un juego mental), no existe obstáculo para que pueda parecer lo que quiera parecer. El problema sí se daría cuando lo que pudiera parecerme lo hiciera mío como algo real. Entonces aqui es importante aclarar que toda apariencia es fruto de la imaginación mental, ya que nada real puede ser amenazado tal como se expresa claramente en UCDM (un curso de milagros).

Esas supuestas alteraciones dan y siempre dan más sustancias a las que acompaño por Vida entera. Aquí me refiero a evolución. En la entrega va implícita la evolución

El viento silba a lo lejos. El viento Es conmigo también. Es por ello que lo resalto <en> mayúsculas, no <con>. Y digo esto, porque <en> es dentro, y <con> es separado: <con otros u otras>. Entonces, si el viento Es también aunque la frase inicial diga que está a lo lejos como expresión comunicativa coloquial, es necesario no perder de vista que el viento Es o Soy Yo conjuntamente en uno solo en la realidad. 

Es por lo que su sonido está aquí y ahora. Cuando escribí este texto que desmenuzo ahora por frases para que cuando se lea entero se encaje más, sabía que al estar su sonido aqui y ahora, se deduce lo antes explicado gracias a estar en mi su sonido.

Por oírlo me reconozco en él. Otra forma de explicar lo mismo.

Puedo intentar hacerme amigo del silbador, él sabe que no lo necesito. Puedo intentar hacerme ese amigo es una expresión mental de separación que utilizamos a menudo sin darnos cuenta de estar creando dicha separación. Pero de todas formas la digo siendo consciente de lo que digo. La conclusión viene detrás al afirmar que el viento sabe que en la no necesidad Somos Uno los dos.

Siempre seremos amigos de manos unidas. Por toda la eternidad, vuelvo a expresar lo anterior y además la palabra <siempre> lo hace palpable sin duda alguna.

Así veo al mundo. Así veo a todo cuanto pueda abarcar mi visión física. Así veo a todo lo físico y a lo no físico también es lo que dice la expresión ver al mundo. Ver y sentir se unen aquí en un axioma imprescindible.

Todo está unido. Al decir que nada hay separado, digo que nada hay que no sea Yo. Esto se da así cuando se encaja profundamente y se vive la vida desde la unicidad. Al ir manejando esta “nueva” forma de proceder en la vida, al irlo acompañando de cada ocasión que tengamos (con el propósito de experimentarlo por dentro) para ello que es casi siempre, por decirlo de alguna forma, lo que hacemos es ir expandiendo la Conciencia, agrandándola y llegando a siguientes estados.

Quien escribe se une a las palabras y silva de cerca una conquista de entrega. Me uno, habla de Unidad que sí funciona, y por todo lo explicado anteriormente se puede sentir que es algo bien sentido en el contexto de vivirse lo que quiero comunicar. Es en esta vivencia interna, en este vivir desde ahi, donde comienza o existe la magia de entrega y de recibir. Silva de cerca, claro que sí, es que no puede estar más encima. Se está presenciando en primera fila. Y la conquista es tal, en el momento mismo de la entrega.

Y entre las personas también veo y siento el murmullo de sonidos que continuarán en más cambio, sin final de nada, siempre el comienzo de otra continuidad, de otra oportunidad. Es la vida sin distancias que reinicia continuamente. Cañones de luces se mueven por todas partes, se congregan y disgregan, suben y bajan en infinito multicolor, en incoherentes movimientos para el ego que quisiera comprender la fuerza, los grandes brazos, el despliegue inconmensurable de lo desconocido.

El sol se entrega, como mi mirada a la incertidumbre. Todo vuelve a estar bien, como al principio. Esta última frase del texto desmenuzado cierra el círculo sin que yo lo supiera hasta después de haberse escrito. Es la magia de la vida que de nuevo y de forma nueva me acompaña siempre una y otra vez.

Ahora se puede leer el texto completo con mayor entendimiento, y a la vez, con nuevas percepciones, con más grandeza profunda.

No hay más sol que mi mirada al verte. Será que no tengo nada que recordar cuando te miro en mi. Mirarte en mi es hacer intenso el viaje. El viaje que me lleva con cada movimiento que hago. El movimiento nace de dentro, entre emociones que pudieran parecer alteradas. Esas supuestas alteraciones dan y siempre dan más sustancias a las que acompaño por Vida entera. El viento silba a lo lejos. Es por lo que su sonido está aquí y ahora. Por oírlo me reconozco en él. Puedo intentar hacerme amigo del silbador, él sabe que no lo necesito. Siempre seremos amigos de manos unidas. Así veo al mundo. Todo está unido. Quien escribe se une a las palabras y silva de cerca una conquista de entrega. Y entre las personas también veo y siento el murmullo de sonidos que continuarán en más cambio, sin final de nada, siempre el comienzo de otra continuidad, de otra oportunidad. El sol se entrega, como mi mirada a la incertidumbre”



Veo a algunas personas que cargan sin saberlo con amores que temen perdidos. Como batallas sin identidad. Al acercarme me quedo siempre con la extraña sensación de no poder alcanzar a cambiarles. Es como un <todo está bien y no hay error>, pero a lo grande. Lo siente algo dentro de mi que como si me mirase de reojo, lamentase no poder reír más. Y es que hay tanto para dar... que a veces les Amo por la espalda. Cada vez veo más a lo grande, de día y de noche, cuando dicen que hace frío y cuando calor. Y como hablo de mi, empiezo diciendo que ya perdí la memoria del saber. Algo así como desprenderme del espacio del conocimiento para poder escribir nuevamente contigo aunque esta vez hable de mi. En un estado sin lugar físico, escribo de mi para todos, pero sobre todo para mi. Esto es también hablar de mi.  Al teclear siento de alguna manera que en la habitación donde lo hago, se conectan las paredes para recitar sin memoria una letanía a modo de entrega. Tecleo y al mismo tiempo que mis manos corren, abren la canción y la exponen al infinito de las posibilidades como si fuera una travesía de auroras al cielo abierto de las mismas paredes. Y sigo en la misma habitación y podría estar en cualquier otro lugar sin perder el ahora. Podría estar más allá de mi mirada al verte. 

     Pero tal vez lo que quieras leer es cómo llevo la entrega en un planeta que no pareciera tener de eso. Bien, pues ahí va. Siento que para que se entienda, primero debería decir que la mayor parte de mi vida me la pasé complicándome mucho todo. De todo mucho y terriblemente complicado era todo. Así que me saturé, es por eso que nadie necesita que le explique demasiado cómo era mi vida de cuando era infeliz. Ya lo puedes imaginar. Me saturé de todo y de verme saturado de todo también me saturé. Siento que durante un largo periodo no luchaba demasiado por cambiarlo. Ahora tampoco, solo que todo ha cambiado por dentro de mi. Ha cambiado de la forma siguiente: puedo estar cocinando y quemándome un dedo y sentirme bien al mismo tiempo, como cuando veo a otros en estados indeseables para ellos y continúo en entrega hacia cuanto sucede a partir de verlos a veces retorciéndose por sus elecciones. Pero lo que importa en esas circunstancias no es el estado del otro, es mi entrega al otro en dichas ocasiones. Mi entrega a lo que el otro demande (por muy irracional que parezca lo que pide, dadas sus circunstancias, y no hablamos de irnos a ningún extremo), es la salvación del otro. Si quisiera buscarle una solución racional a cuanto sucede por medio de la resistencia, encerraría más el mismo tema que la otra persona lleve, provocando de paso oposición hacia mi. Así lo he experimentado muchas veces y así funciona. 

Antes, hacía a veces la prueba a propósito en determinadas ocasiones de ponerme de diana, de que aquí me caigan todas. Por querer comprender su funcionamiento real. Quiero decir que hay ocasiones en que no hay soluciones racionales y solo queda la entrega, abrir el corazón y decir hágase tu voluntad y no la mía. Siempre funciona y eso es verdadera entrega porque no obstaculizo con resistencias. Nada cae encima. Es la mente quien elucubra así. No soy mejor ni peor que nadie (términos duales, ojo) por haber sabido que no hay ningún vacío, ningún miedo. La mayoría de las personas (todavía) no han pasado por estas situaciones ya que siempre eligen el confort material (mientras puedan) o al menos algo que les sustente en comodidad ilusoria. Todos tienen que pasar por ser únicos. Soltar los miedos y Vivir en plenitud es algo que se da con entrega a la felicidad de ser libre en todas partes. En mi caso me entrego a toda decisión ajena si con ello voy a aportar un granito más de libertad. Ocurre que en ese respeto por lo que el otro elige, al dejar la vía abierta para que decida sus cosas, dejo al mismo tiempo abierta la puerta de una inteligencia mayor que hará posible que la otra persona vaya comprendiendo su propio encerramiento mediante consecuencias por sus decisiones. Pero para que lo pueda ver, es necesario que se den las consecuencias de sus decisiones. Por esto es tan importante que elija en libertad. Porque es él quien tiene que verlo, y va a necesitar tirarse de sus orejas para comprenderlo. Y las veces que hagan falta. Hay tantas cosas que se pueden hacer por Amor que la mente no alcanza a verlo ni tiene por qué. De todas formas, así, me crean espacios para entregarme. 

     Ahora bien, siento que la entrega en una comprensión más sutil, por tanto mayor en equilibrio, no es hacia el otro, es en verdad hacia mi. La mente no dual es la que lo entiende. La que puede ponerlo en práctica gracias al entendimiento de Unicidad que es profundo. Del entendimiento que hablo, comienza en mi, al ver a todos iguales a mi en esencia.

El sol se entrega, como mi mirada a la incertidumbre.

Nuestro abrazo.

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