lunes, 11 de mayo de 2015

APROXIMACIÓN AL PURO AMOR II



Aprendan en ustedes mismos que tienen momentos en que Aman
y que en otros momentos se inquietan, en otros codician y se apropian
y otros aún en que añoran y sufren.
El contenido de estos momentos es totalmente diferente,
incluso si a veces los unos sucedan a los otros muy rápidamente.
Admitanlo, y constatenlo.
Los momentos de Amor, de verdadero Amor,
no van acompañados de ningún sentimiento inferior.
Dejen de engañar con la palabra Amor,
de justificar cualquier cosa con Él, de cubrirlo todo,
púdicamente, con su manto.
Cuando sepan por la observación de ustedes mismos,
que el hecho de Amar es completamente diferente del hecho de inquietarse,
codiciar o lamentarse,
dejen de decir: “me inquieto, deseo o sufro porque Amo”.
Esta justificación es falsa.
Es como si se dicen: “hablo porque no me callo”.
En todo momento tienen la posibilidad de Amar
en vez de inquietarse, ansiar o lamentarse.
Sean honestos: inquietud, ansia o lamento no son Amor ni vienen del Amor.
Provienen del ego.
Es el ego quien quiere poseer, quien sufre por la privación de la posesión y la teme.
El Amor no toma nada, él da.
No conoce ninguna privación posible, pues nada os impide amar.
Ni la separación ni el tiempo afectan al Amor verdadero,
al Amor despojado de toda escoria del ego,
al Amor eterno.
¿Cómo Amar a nuestro enemigo,
el que nos insulta, nos denigra, nos agrede,
perjudica a los que nos son próximos, o nos traicionan?


Es una simple cuestión de entrenamiento,
y el principio de este entrenamiento es el Amor a los objetos.
Por medio de este Amor, tal y como ha sido descrito,
aprenden a amar voluntariamente, cosa que os era desconocida.
Desde ahora las llaves del corazón están en su poder.
Abren las puertas escarlatas cada vez que lo desean...
Aprenden a Amar por placer, sin esperar nada a cambio,
y de esta forma su Amor se despoja del egoísmo.
Aprenden a Amar a los objetos anodinos y feos,
y su Amor no depende ya de atracciones psicológicas.
Cuando se consigue esto, el paso que hay que dar
para lograr Amar a sus enemigos de una manera efectiva,
ya no es un paso de gigante.
Es un pequeño esfuerzo suplementario.
Un esfuerzo que al repetirlo destruye las barreras del ego.
Cuando las barreras egóticas han caído,
la espontaneidad en el puro Amor se instala.
En cualquier instante pueden pensar en alguien
o mirarlo y Amarlo silenciosamente.
Es el hombre quien codicia, se apropia, se lamenta...
Todos estos movimientos del mental humano no son el Amor.
No son más que lástima del ego por sí mismo o avidez.


Eso no tiene nada que ver con el Amor
que es el don de una efusión que no espera nada a cambio.
Discriminen para distinguir bien los movimientos
de sufrimiento, angustia, avidez o deseo del mental,
del Amor en sí mismo.
Distingan por medio de la observación introspectiva
en el seno de la vida cotidiana:
esto es una pura efusión Amorosa;
esto otro es una efusión Amorosa acompañada de un pensamiento;
esto es un simple pensamiento utilizando la palabra amor...
El día en que gracias a sus esfuerzos de discriminación,
distingan claramente lo que es el puro Amor,
despojado de todo movimiento del mental,
comenzarán a comprender que el Amor supera al hombre.
Es algo que lo atraviesa sin pertenecerle.
Puesto en camino por Caminante Willy
http://camino-del-amor.blogspot.com.es/

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