miércoles, 8 de abril de 2015

Fracisco Padrón Hernández: ¿Precursores del futuro?


Pagina del domingo 18 de Enero de 2004
¿Precursores del futuro?
La lista de especialistas en la mente que, en la actualidad, se interesan por los numerosos seres humanos que han tenido experiencias relacionadas con OVNIS y entidades ajenas a la tipología terrestre, se va ampliando. Psiquiatras y psicólogos se acercan, con respetuoso interés, a sus anómalas vivencias.
 Uno de los pioneros, entre otros, que abrió, en 1992, dicha lista fue Kenneth Ring, profesor de psicología en la Universidad de Connecticut, que tras investigar a cientos de testigos, recogió testimonios, respuestas y resultados de su amplio estudio  en el libro “El proyecto Omega”. Leo en la publicación “Más Allá” artículo del activo periodista del misterio, Pablo Villarrubia Mauso, lo siguiente: -“Dos psicólogos y un psiquiatra argentinos han estudiado durante años numerosos casos de presuntas abducciones y los han comparado con las experiencias de iniciación vividas por los chamanes de algunas culturas. Sus conclusiones, sorprendentes, apuntan a un fenómeno que supera la mera investigación ufológica y que estaría mucho más relacionado con las experiencias de “muerte y renacimiento”. Néstor Berlanda y los psicólogos Diego Rodolfo Viegas y Juan Acevedo, manifiestan: -“Los abducidos tienen mucho que decirnos. Al contrario que otros psicólogos y psiquiatras, nosotros creemos que vale la pena escucharles y tener en cuenta sus experiencias. La ufología ha menoscabado a los testigos. Esto nos ha impedido avanzar en las investigaciones que ahora intentamos subsanar”.
  Nos alegramos que continúe  abriéndose el cerco del rechazo y desprestigio hacia las personas que manifiestan haber tenido tales experiencias. Y hay más testigos  pero que  han callado ante el temor de que los consideren desequilibrados mentales o visionarios. A lo largo de más de quince años escribiendo esta página semanal, en diferentes artículos, he insistido sobre la importancia de estudiar, de analizar a estos seres humanos que aseguran haber pasado por tales extrañas circunstancias. Y no solo me he limitado a sugerir tales análisis personales, sino que he seguido muy de cerca la evolución, a lo largo de varios años, de algunas de estas personas, uniéndonos, a través del tiempo, con muy buena amistad. Son gente sincera que me confiesa los cambios –tras la experiencia- que han transformado su vida. El psiquiatra Berlanda, nos da la razón: -“En la mayoría de los casos, sus protagonistas  no presentan signos de enfermedad mental, muy al contrario. Después de haber vivido estas experiencias muestran signos de mejora en contenidos y percepciones internas. Pueden, incluso, remontar antiguos traumas y alcanzar mayor equilibrio emocional. Algo les ha pasado a los testigos, algo que escapa a las explicaciones científicas actuales. Tienen un claro paralelismo con los procesos de iniciación de los chamanes. Son equivalentes a las experiencias de muerte-renacimiento que ocurren durante los estados de alteración de conciencia”.
Servidor, va más allá: para mi se trata de un proceso iniciático, de un gran cambio. Los que viven tal experiencia ya no serán  los mismos. Su vida y percepción de la misma es diferente, más armónica y equilibrada, junto al desarrollo de ciertas cualidades –que no poderes- y el convencimiento, entre otras cuestiones, de la existencia de vida después de la muerte, así como la realidad de un universo multidimensional. Todo esto unido a un notable aumento potencial creativo y de interés por diferentes disciplinas, junto a una mayor comprensión, tolerancia y rebeldía ante determinadas injusticias. Berlanda asegura: -“Ahora sabemos que el fenómeno  puede actuar a un nivel somático y fisiológico que la ciencia no puede explicar y, sobre todo, que no estamos frente a enfermos mentales, sino ante personas que se han enfrentado a lo desconocido”.
 Más claro, imposible. Al margen de algunos de los “iluminados” que han salido en bochornosos programas televisivos, para regocijo,  argumento de ataque y rechazo por parte  de determinado sector de escépticos –los de siempre- hay personas, sinceras, respetables, dignas de todo crédito, repartidas por diferentes países, que han pasado por dichas experiencias. Repito: más de lo que se pueda suponer o que se haya divulgado.
 No quiero cerrar este comentario sin citar otro artículo de Pablo Villarrubia, asimismo publicado en la revista “Más Allá”. Se trata de una entrevista que realiza al investigador mejicano Carlos Ortiz de la Huerta, uno de los pioneros en el estudio de la fenomenología OVNI. Sus respuestas, tras muchos años de estudio, marcan, con este servidor escribiente, un más que acentuado acuerdo y conformidad con lo que expresa. –“Muchos ufólogos de la línea dura científica han despreciado a los contactados porque no cuadran con sus teorias. Es difícil aceptar la existencia de mundos superiores invisibles. Puede que el fenómeno OVNI sea una especie de “plan”  que quisiera enseñarnos que no estamos solos en el Universo. Y no podemos asegurar que los protagonistas sean seres extraterrestres. Ese plan puede consistir en concienciar a la humanidad sobre la existencia de otras realidades diferentes a las que percibimos con nuestros sentidos e instrumentos. Despertar la consciencia de otros niveles superiores de existencia, provocando sentimientos de tipo cósmico, espiritual y de universalismo. Este gran plan desbloquea la mente humana de los condicionamientos  y programaciones culturales que sólo considera real aquello que es comprobable y demostrable científicamente”.
Estamos de acuerdo con Carlos Ortiz, reconocido investigador y que fuera íntimo amigo de Carlos Castaneda, el ya desaparecido autor y receptor de “las enseñanzas del indio don Juan”.  Especialmente cuando recomienda no tomarse “muy racionalmente” este tipo de fenomenología porque puedes quedar “tronado”. Fenómenos trascendentes o revelaciones esotéricas no deben tomarse al pié de la letra, ya que están cargados de simbología, de mitología. Hay que descubrir las claves de sus mensajes y estos están presentes en la cuestión OVNI y en los contactos con seres humanos. De ahí lo aparentemente absurdo con lo que, a veces, se encubre. Aquí no se regala nada, hay que trabajar, pensar por si mismo, descifrar, estudiar toda esa simbología presente, asimismo, en los extraños círculos –cada vez más elaborados y complejos- que aparecen mayoritariamente  -entre otros sitios- en los campos ingleses de cereales. Hay que descifrar su mensaje encubierto en autenticas y misteriosas obras de arte y diseño. Pienso que todo esto va engarzado en un solo objetivo final: la apertura mental del ser humano hacia la existencia de otros planos de vida. Me alegro que se vaya abriendo el cerco del rechazo, de la incomprensión hacia numerosos seres humanos que vivieron experiencias anómalas que, en aquel momento, no entendieron pero que, pasados los años, transmutaron totalmente su vida. ¿Precursores del futuro? No lo sé. 
 Francisco Padrón Hernández.

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