martes, 9 de junio de 2015

LA CALDERA DEL DESPERTAR



¿Ya no eres tú mismo? ¿Perdiste tu ego hace algunos años? ¿Ya no eres una persona? ¿Todo sentido del “yo” ha desaparecido? ¿Tienes alguna historia fabulosa con respecto a tu despertar? ¿Eres ahora un incomparable maestro espiritual, absolutamente iluminado?
¡Que maravilla!… Ahora, ¡emprende el vuelo, hijo mío! Sal al mundo (el cual no es otra cosa que tú mismo) e imbuye ese despertar en el fuego brutalmente amoroso, con un profundo cariño sobre la vida misma, sobre el implacable fuego del dolor y la pena, sobre la caldera ardiente de las relaciones íntimas con tus compañeros, amigos, familiares, estudiantes, con quienes no están dispuestos a liberarte de sus comentarios brutalmente honestos, con aquellos que no están siempre de acuerdo contigo y observa entonces si puedes realmente escuchar y sentir aquello que te están expresando sin que tengas que ponerte a la defensiva o atacarlos o sin que tengas que recurrir a contar historias acerca de tu propia superioridad espiritual o sin que tengas que sacarlos de tu vida para siempre.
Sal, vive, ama, explora, ten un hijo, o no, permite que éste se vaya, o no, enseña y desilusiónate de la enseñanza y de la predicación y de esa pretensión de saber, aprende a amarlos cuando escuchan y cuando no lo hacen, permíteles que se queden y permíteles que se vayan, encuentra la alegría en las cosas simples, descubre esos sentimientos de carencia y de superioridad y la necesidad de sentirte amado y aprobado, observa aquellos sentimientos que consideras que deben desaparecer antes del despertar, descubre toda esa basura de la cual habías pensado que te habías librado, reconoce que todo lo que hay en la vida eres tú mismo, admite todo esto dentro de tu espacio ya despierto, dale la bienvenida como a un huésped muy apreciado, porque eso es lo que es, y date cuenta, con profunda humildad y respeto, que esto ya está permitido, ya sea que tú lo permitas o no, y que realmente nunca supiste nada acerca de lo que significa “permitir”.
Vive, ama, llora, tírate al piso de la risa, contrae cáncer, grita por la noche en tu cama, arruínalo todo, experimenta dicha como nunca antes la experimentaste y permite que todo suceda cuando sea necesario, siente el dolor como nunca antes lo habías sentido y permítele que continúe hasta que sea necesario, pierde alguna extremidad, observa como pierde la cabeza alguien que amas, viaja a través del dolor o de la alegría o a través de la decepción y el éxtasis o a través del miedo a ello, y llega hasta el otro lado con tu corazón roto, completamente abierto y más vulnerable que nunca y bien dispuesto a vivir cualquier tipo de experiencia con los demás (que ahora son tú mismo), como nunca antes lo habías considerado posible.
Experimenta todo, absolutamente todo, crucifícate en todos estos momentos sagrados de la vida y después, en tu lecho de muerte, en tu último instante, te tomaré de la mano y tal vez, si sigues interesado, y si aún puedes recordar, estaremos hablando acerca de tu fabuloso, completo y singular despertar.
O, podríamos simplemente sentarnos juntos en silencio, aquí, ahora, en esta profunda presencia, más allá de todas las historias.
Jeff Foster

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