viernes, 13 de marzo de 2015

Libro Enseñanzas Taoista Maestro Hua Hu Ching (Capitulo 11-21)



11 
¿Te atrae un perfume más que otro? ¿Prefieres este aroma o aquel sentimiento? ¿Es sagrada tu práctica y profano tu trabajo? Entonces tu mente está separada: de sí misma, de la unidad, del Tao.
Mantén tu mente libre de divisiones y distinciones.
Cuando tu mente es simple y está desapegada y silenciosa, todas las cosas pueden existir en armonía y puedes empezar a percibir la verdad sutil.
12
¿Deseas habitar en el espacio sagrado?
¿Tener el respeto y la compañía de los seres espirituales supremos?
¿Ser protegido por los guardianes de los ocho poderosos rayos de energía?
Mima entonces el Camino Integral: Considera con reverencia estas enseñanzas, practica sus verdades, ilumina con ellas a los demás.
Recibirás tantas bendiciones del universo como granos de arena hay en el Río de la Eternidad.
13
Las minúsculas partículas que forman el vasto universo no son en absoluto minúsculas.
Tampoco el vasto universo es vasto.
Son éstos conceptos de la mente, que es como un cuchillo, que siempre reducen poco a poco el alcance del Tao, intentando hacerlo aprensible y manejable.
Pero lo que está más allá de la forma es inaprensible y lo que está más allá del conocimiento es inmanejable.
Sin embargo, existe este consuelo:
Quien suelte el cuchillo encontrará el Tao en la punta de sus dedos.
14
¿Puedes disolver tu ego?
¿Puedes abandonar la idea del yo y del otro? ¿Puedes renunciar a los conceptos de hombre y mujer, corto y largo, vida y muerte?
¿Puedes dejar partir todas esas dualidades y aceptar el Tao sin escepticismo ni pánico?
Si puedes hacerlo, puedes alcanzar el corazón de la Unidad Integral.
A lo largo del camino, evita pensar en la Unidad como algo extraordinario, elevado, sublime, trascendental.
Por ser la Unidad, está más allá de todo eso. Es simplemente la verdad directa, esencial y total.
15
Para el ser ordinario, los demás suelen necesitar tolerancia.
Para el ser altamente evolucionado, no hay nada que pueda llamarse tolerancia, porque no hay nada que pueda llamarse otro.
Ha abandonado toda la idea de dualidad y ha extendido su buena voluntad sin prejuicio en todas las direcciones.
Sin odiar nunca, sin resistir nunca, sin luchar nunca, simplemente está siempre aprendiendo y siendo.
Amar, odiar, tener expectativas: todas estas cosas son apegos.
El apego impide el crecimiento del verdadero ser.
Por ello, el ser integral no está apegado a nada y puede relacionarse con cualquiera con una actitud sin estructuras.
Por esta razón, esta misma existencia beneficia a todas las cosas.
Como puedes ver, lo que tiene forma es igual a lo que no tiene forma, y lo que está vivo es igual a lo que reposa.
Esta es la verdad sutil, no un invento religioso, pero sólo quienes ya están altamente evolucionados lo entenderán.
16
La mayoría de las religiones del mundo sólo sirven para reforzar los apegos a los falsos conceptos como los del yo y otros, vida y muerte, cielo y tierra...
Quienes quedan atrapados en estas falsas ideas quedan impedidos para percibir la Unidad Integral.
La suprema virtud que se puede ejercer es aceptar la responsabilidad de descubrir y transmitir la verdad total.
Algunos ayudan a los demás para recibir recompensas y admiración.
Esto carece simplemente de sentido.
Algunos se cultivan a sí mismos, en parte para servir a los demás, y en parte para servir a su propio orgullo.
En el mejor de los casos, entenderán la mitad de la verdad.
Pero a aquellos que se mejoran a sí mismos por el mundo, a esos les será revelada toda la verdad del universo.
Así pues, busca esa verdad total, practícala en tu vida cotidiana y compártela humildemente con los demás.
Así entrarás en el reino de lo divino.
17
No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones religiosas como fuente de la verdad sutil. Hacer esto es colocar intermediarios entre ti mismo y lo divino y convertirte en un mendigo que busca afuera un tesoro que está escondido en el interior de su propio corazón.
Si quieres rendir culto al Tao, descúbrelo primero en tu propio corazón.
Entonces tu culto tendrá sentido.
18
No existe un método para alcanzar la realización del Tao.
Considerar cualquier método como el método es crear una dualidad, que sólo puede retrasar tu comprensión de la verdad sutil.
La persona madura percibe la inutilidad de las rígidas metodologías externas.
Recuerda esto: esa persona mantiene permanentemente una actitud sin estructuras y, de este modo, está siempre libre para seguir el Camino Integral.
Ella estudia las enseñanzas de los maestros. Disuelve todos los conceptos de dualidad. Se prodiga al servicio de los demás.
Lleva a cabo su purificación interna y no molesta a su maestro con enredos innecesarios, preservando así la conexión espiritual sutil con la energía divina del maestro.
Eliminando suavemente todos los obstáculos a su propia comprensión, mantiene constantemente su sinceridad incondicional.
Su humildad, perseverancia y adaptabilidad evocan la respuesta del universo y le llenan de divina luz.
19
A la persona ordinaria le parece vasto el cuerpo de la humanidad.
En realidad, no es ni mayor ni menor que cualquier otra cosa.
Para la persona ordinaria, existen personas cuya conciencia necesita elevarse.
En realidad, no hay yo ni hay otro.
Para la persona ordinaria, el templo es sagrado y el campo no lo es.
También esto es un dualismo que va en contra de la verdad.
Quienes están altamente evolucionados mantienen una percepción sin distinciones.
Viendo todo, sin etiquetar nada, mantienen su conciencia de la Gran Unidad.
De este modo son sostenidos por ella.
20
Quien es clarividente puede ver formas que están en todas partes, pero no puede ver lo que no tiene forma.
Quien es telepático puede comunicar directamente con la mente de otro, pero no puede comunicar con quien ha logrado el estado de no mente.
Quien es telequinético puede mover un objeto sin tocarlo, pero no puede mover lo intangible. Dichas capacidades solo tienen sentido en el reino de la dualidad.
En consecuencia, carecen de sentido.
Dentro de la Gran Unidad, aunque no existen cosas como la clarividencia, la telepatía o la telequinesia, se ven todas las cosas, se comprenden todas las cosas, todas las cosas están para siempre en su lugar.
21
Todo momento es frágil y huidizo.
Por hermosos que sean, no pueden conservarse los momentos del pasado.
Por gozosos que sean, no pueden guardarse los momentos del presente.
Por deseables que sean, no pueden atraparse los momentos del futuro.
Pero la mente se desespera por fijar el río en un lugar: poseída por las ideas del pasado, preocupada por las imágenes del futuro, pasa por alto la simple verdad del momento.
Quien pueda disolver su mente descubrirá de repente el Tao a sus pies, y tendrá la claridad a mano
.

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