jueves, 26 de febrero de 2015

PRINCIPIO DE POLARIDAD (Primera parte)



El Principio de Polaridad se encuentra justo en el medio. La comprensión cabal del mismo permite producir grandes cambios en la vida. Si todavía no has visto grandes cambios en la vida. Si todavía no has visto resultados notables con la aplicación de lo que has estudiado hasta ahora, prepárate para experimentar la magia de la transformación.
El Principio de Polaridad dice textualmente: "Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
Para comprender mejor el Principio de Polaridad, lo vamos a estudiar por partes. Está claramente explicado que en el Universo donde vivimos todo es doble, todo tiene su par de opuestos. Algunos son: blanco/negro, hombre/mujer, calor/frío, arriba/abajo, este/oeste, bueno/malo, rico/pobre, amor/odio, sucio/limpio, culpable/inocente.
Nuestra función como metafísicos es aprender a "armonizar los opuestos". Venimos al planeta Tierra a desarrollar la habilidad de encontrar el justo equilibrio entre los distintos polos. Tenemos que aprender a pararnos justo en el medio.
El Kybalión dice que "los opuestos son iguales en naturaleza, pero que difieren en grados". Para entender mejor este concepto debemos imaginarnos un termómetro. En él vemos cómo el mercurio sube o baja la escala de grados indicando la temperatura del ambiente. Pero aquí surge una pregunta clave. ¿Dónde empieza el frío y dónde empieza el calor? El límite no está en el grado cero. Cuando hace cero grados se siente mucho frío en cualquiera de las dos escalas conocidas (centígrados o farenheit). De acuerdo con los grados centígrados, para algunos el frío comienza a sentirse a los quince grados, para otros, a los diez. La interpretación es completamente subjetiva.
La conclusión final es que no existe diferencia entre el frío y el calor. Los dos son extremos de una misma cosa, son polos opuestos, la única diferencia entre ellos es el grado en el que se están manifestando. Cuando el termómetro marca los grados menores, tenemos la sensación del frío. Por el contrario, cuando la marca llega a grados mayores decimos que hace calor. Pero en esencia, estamos hablando siempre de la misma cosa: la temperatura.
Veamos otro ejemplo práctico: a veces, cuando amamos demasiado a alguien también pasamos al extremo del odio con facilidad. Después de haber compartido intensamente nuestra vida con una persona, no queremos volver a verla nunca más. Hemos pasado de un polo al otro, como del frío al calor. Cuando alguien afirma que no desea ver más a su ex pareja es porque en el fondo todavía siente mucho amor. Todavía está actuando dentro de la polaridad amor/odio. La ausencia de amor se constata cuando hay indiferencia, cuando a la persona le da lo mismo ver al otro o no.
Tal como lo afirma El Kybalión, los opuestos son lo mismo. Cuando observamos a una persona muy buena y luego la comparamos con otra que es muy mala, en esencia sabremos que estamos hablando de la misma cosa pero en diferentes grados de manifestación; cada una de ellas está ubicada en un extremo. Todos tenemos distintos grados de bondad y también de maldad. Las personas extremistas, para las cuales todo es blanco o negro, tienen más trabajo por hacer porque a ellas les resulta más difícil ser parcial o encontrar el punto medio.
¿Cuál es la razón por la cual debemos aprender a armonizar los opuestos? La respuesta es sencilla: encontrar la unidad en todo. Recordemos lo estudiado anteriormente: en el Universo existe un solo Dios, una sola Fuente, una sola Energía, un solo Amor; por lo tanto, la diferencia que percibimos entre polos opuestos no es real. Lo que existe en esencia es la Unidad. Si queremos acceder al estado de paz y armonía en la cual habita Dios, debemos aprender a encontrar la unidad en todo lo que nos rodea. Mientras más separación percibimos, más lejos estaremos de encontrar el amor y la paz de Dios.Cuanto más separación percibimos más se manifiestan los conflictos.
Debemos aprender a reconocer que el "culpable" también es inocente; que nadie es tan bueno ni tan malo como parece; que nada es tan lindo o tan feo como lo catalogamos; que nada es tan caro o tan barato. Cuando empezamos a ejercitarnos para encontrar la unidad en todo, el resultado que se obtiene es la paz.
Cuando estudiamos el Principio de Vibración, vimos que vibración más alta corresponde al Espíritu; por otra parte, la vibración más baja le corresponde a la materia. Ahora sabemos que, en esencia, los dos extremos son la misma cosa. Sólo cuando aprendamos a pararnos en el punto medio encontraremos la paz. Dicho de otra forma: no se puede vivir feliz en el mundo material sin tener espiritualidad y no se puede ser espiritual si no se tiene orden en el mundo material. Los dos extremos necesitan ser conciliados para lograr una vida armoniosa.
Lo único que no tiene opuestos es el Amor de Dios, que es incondicional, permanente y sanador. Dios nos ama y nos acepta tal como somos. El nos ha creado de esa forma; por lo tanto, Él conoce cada una de nuestras virtudes y defectos. Su aceptación es total y no hay ninguna clase de condenación de su parte. Cuando hablamos de la polaridad amor/odio, por lo general estamos hablando del amor romántico. Recuerda siempre que el Verdadero Amor no tiene opuestos.
Otra parte de este mismo Principio sostiene que "los extremos se tocan". Para entender esto, veámoslo en otro ejemplo práctico: si yo decido viajar siempre en dirección este y pudiera dar toda la vuelta al mundo, entonces terminaría en el mismo punto de partida. La pregunta que surge entonces es: ¿Dónde está el oeste? La respuesta más acertada de acuerdo con este principio, sería que el este y el oeste son lo mismo.
Debemos recordar que "como arriba es abajo, como abajo es arriba", lo más probable es que si yo viajara a través del Universo siempre en la misma dirección, finalmente terminaría en mi punto de partida. En el Universo todo tiene un movimiento circular cíclico.
Seguramente estarás preguntándote ¿cómo se utiliza este principio en la vida práctica? la explicación es ésta: cada vez que te encuentres viviendo una situación extrema, es decir, que estés ubicado en uno de los polos y desees revertir o neutralizar la situación, deberás comenzar a crear la energía de la polaridad opuesta. De esta manera, llevarás el "termómetro" a su punto medio. Como ejemplo concreto, piensa en lo siguiente: cuando tienes frío, enciendes la calefacción o te abrigas más, es decir, buscas calor. Con el calor se neutraliza el frío y viceversa; con la luz se hace desaparecer la oscuridad; con el amor se transforma el odio, y así con todas las polaridades.
No se puede cruzar de un par de opuestos a otro y esperar un resultado en el primero. Si deseas transmutar una situación, tendrás que utilizar la energía envuelta en ese par, no en otro. Volviendo al ejemplo anterior, si tienes frío, buscas cómo generar más calor -y no otra cosa. Si estás en una situación de pobreza, buscas ganar más dinero, no más frío ni calor. Se debe trabajar siempre con elementos de la misma naturaleza, a los cuales les cambia su grado de manifestación.
Es probable que hayas escuchado alguna vez un comentario como el siguiente: "¿Por qué Dios no le da una pareja a esta chica que es tan buena y servicial? La respuesta se encuentra en este principio. Por que esa joven está generando la energía de las polaridades del servicio y la bondad, pero no la del amor. Con la bondad se elimina la maldad; con el servicio se elimina el desamparo. En otras palabras, no se consigue pareja siendo "bueno"; sólo se consigue Amor cuando se ama. ¿Pero a quién vas a amar si no tienes a nadie? En primer lugar, a ti mismo, y luego a la persona ideal que "fabriques" en tu mente. Sólo así se manifestará el Verdadero Amor en tu vida.
Las personas que tienen problemas de dinero o están en la pobreza deben empezar a dar algo de lo poco que tienen; es decir, deben fingir que están en el otro polo y comenzar a actuar como "ricos" o, al menos, como alguien que tiene algún dinero. Hay personas que piensan que "Dios los va a ayudar económicamente" porque ellos brindan su tiempo sirviendo en alguna institución de beneficencia. Si brindas tu tiempo, todo lo que recibirás a cambio es todo el tiempo que necesites para tu vida personal. Para mantener una vida próspera, es necesario respetar la "Ley del Diezmo": dar el diez por ciento del dinero que recibimos a la persona, el lugar o la institución que en ese momento nos provee nuestro alimento espiritual. De esta manera, mantenemos en circulación la energía del dinero.
Mis alumnos se asombran cuando les digo que Dios ni se entera de nuestros problemas.
Esto es debido a que lo que llamamos "Dios" es una Vibración perfecta del Universo, en el cual no hay discordias, ni guerras, ni niguna clase de problemas. Nuestro problema se reduce a un problema de percepción, porque en este plano percibimos dos polos en todo lo que nos rodea. Aquí estamos experimentando el fenómeno de la separación, que no es real, y hasta que no aprendamos a encontrar la Unidad en todo no "llegaremos a Dios". Nosotros no vamos hacia Dios; ya estamos en Él. No hace falta morirse para "ir al Cielo". El Cielo ya está aquí; sólo debemos aprender a reconocerlo. Para eso, necesitamos cambiar nuestra percepción del mundo y eliminar de nuestra mente la idea de polaridades. A este proceso lo definimos como el de "armonizar los opuestos".
LAS SEMIVERDADES
En otra parte, el principio de Polaridad sostiene que "todas las verdades son semiverdades". En pocas palabras, esto significa que nadie en el planeta Tierra es poseedor de la verdad completa, sino que todos tenemos nuestra cuota de verdad. Es decir que al igual que con las piezas de un rompecabezas, uniendo nuestra semiverdad con la de los demás, encontraremos la verdad completa. Por eso es importante escuchar a otros. Siempre se aprende algo nuevo de los demás.
En mi trabajo de consultor, a veces atiendo a parejas con problemas, y es allí donde veo más claramente ¿cómo funciona este principio?. Cuando la mujer se queja de su marido, cuenta su semiverdad y tiene su lógica o razón. Pero luego, al escuchar al esposo quejarse de su mujer, veo que él también tiene su razón o semiverdad. Ninguno de los dos tiene la verdad completa; la verdad está en el medio. En todo problema de pareja, las responsabilidades están siempre repartidas en un cincuenta por ciento para cada uno, aunque uno de ellos parezca culpable y otro inocente.
Cuando nos encontramos defendiendo ciegamente nuestro punto de vista, en realidad, estamos errando porque "ninguno de nosotros es portador de la verdad completa". Por lo tanto, como metafísicos debemos siempre ser flexibles y alertas para aprender de los demás. Cuando criticamos a alguien que piensa o actúa de una manera diferente de la nuestra, en realidad, nos estamos cerrando a la posibilidad de aprender otra parte de la verdad. Cada persona, aunque nos parezca errada, tiene su porción de conocimiento. El mantener nuestra mente abierta nos ayudará a escuchar y aprender otra forma de lógica que, finalmente, nos llevará a encontrar el punto medio, o sea, aquello que definimos técnicamente como la armonización de los opuestos.
Al estar frente a personas o situaciones que ponen en conflicto nuestra manera habitual de pensar, es aconsejable pedir Guía a nuestro Espíritu; pedir que se nos revele ¿qué tenemos que aprender de eso, cuál es el mensaje o semiverdad?
En el camino de la evolución espiritual se debe evitar todo tipo de fanatismo. No tienes ni siquiera que defender las ideas que estás estudiando ahora. Si estás de acuerdo, tómalas como parte de tu semiverdad, pero siempre mantente abierto a seguir aprendiendo de numerosas fuentes. El fanatismo lleva a pararse en un polo, en un extremo; por lo tanto, nunca te conducirá a vivir en paz. La Verdad está siempre en el medio.
Las personas que tienden a ir a los extremos en sus reacciones tienen más trabajo que realizar. Las conductas extremistas producen resultados extremistas, por lo tanto, tampoco conducen a soluciones felices. Cada uno de nosotros debe aprender a encontrar el punto medio y su propio equilibrio.
La razón por la cual somos poseedores solamente de una semiverdad es que debemos aprender a encontrar la unidad en todos. Nuestro ego genera diferencias y separaciones entre las personas pero, de acuerdo con este principio "Todos somos parte de lo mismo". Dicho en términos metafísicos, "El Hijo de Dios es Uno solo y está formado por cada uno de Nosotros". Nuestro ego se resiste a esa idea y no quiere renunciar a su individualidad.
Si analizas los grandes problemas del mundo, te darás cuenta de que, en esencia, están generados por el ego humano: la diferencia de razas, culturas, economías, límites entre países, y demás. En síntesis, es un problema de percepción errónea. Cuando aprendamos a ver la Unidad en cada uno de nosotros, la mayoría de estos problemas desaparecerán de la Tierra.
LA POLARIDAD DAR/RECIBIR
Muchas personas se quejan que dan mucho reciben poco. La persona que está acostumbrada a dar siempre se encuentra parada en uno de los polos o extremos y, mientras se mantenga en esa posición, no habrá manera posible de que reciba algo del Universo. Esto se debe a que la persona está vibrando con la Energía del Dar y carece por completo de la energía opuesta, la del Recibir. Por lo general, estas personas se sienten incómodas cuando reciben un regalo o cumplido; en el peor de los casos, lo rechazan por completo. La aplicación del Principio de la Polaridad nos permite transmutar las energías de un polo al otro para manifestar un determinado resultado.
Para cambiar esta situación, es necesario que la persona aprenda a "recibir". Por ejemplo, si recibe un regalo, solamente tiene que agradecerlo y bendecirlo, y no salir corriendo a comprar otro regalo en devolución. Si alguien le dice un cumplido o algo agradable, sólo debe agradecer. Es curioso, pero para muchos no es fácil recibir. Esto se debe a que en la Conciencia de la persona existen ciertas asociaciones negativas con el hecho de recibir.
Algunos creen que si aceptan regalos de otros, estarán sometidos a su voluntad. Otros creen que no se lo merecen o que no es necesario. Cualquiera sea el pensamiento negativo, deberá ser eliminado y reemplazado por otro de gratitud. Como estudiante de metafísica tienes que estar siempre abierto y receptivo a todo lo que el Universo te quiera brindar.
En definitiva, quien no recibe, no ha desarrollado la polaridad del "recibir". En el orden práctico, se debe trabajar con la mano izquierda, ya que todo el lado izquierdo del cuerpo desarrolla la energía del recibir. Al principio, uno se siente torpe usando esta mano, pero, con el tiempo y la práctica, las tareas se vuelven más sencillas. En el caso de la gente zurda, la regla se invierte.
Por otra parte, la mano derecha y todo ese sector del cuerpo desarrollan la energía del dar. A las personas acostumbradas a dar demasiado, a menudo les sugiero que cierren su mano derecha y que abran la izquierda, moviendo los dedos hasta calentar bien la mano. De esta manera sencilla, se activan los canales de recepción de nuestro Ser.
Si consideramos cada uno de los eventos externos como un reflejo de nuestras programaciones internas, podremos reconocer claramente cuándo estamos trabados en nuestro canal de receptividad. En definitiva, aquellas personas que nos desilucionan por no darnos lo que esperamos de ellas, en realidad, nos están enseñando que no estamos listos para "recibir". Esto ocurre cuando no recibes el amor que deseas de tu pareja, cuando no te otorgan el aumento de sueldo prometido, cuando no logras la atención de tus familiares o amigos, o en cualquier otra situación en la que el resultado no responde a tus expectativas.
En lugar de aferrarte a la desilusión, es más ventajoso que te pongas a trabajar para abrir todos los canales energéticos de tu Ser que favorezcan la Receptividad.
Para lograrlo, también es aconsejable extender ambos brazos, abrir ampliamente las manos y afirmar con mucha emoción: "Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno para mi. A partir de hoy, Acepto abundancia de amor, el dinero, la salud, el éxito, la felicidad y todo bien... que ya me ha sido dado y que me merezco. Y lo acepto ahora mismo".
Yo realizo este ejercicio cada día a la mañana, apenas me levanto. De esta manera me preparo para recibir todo lo bueno que la vida tiene para mí.
Si lo que quieres aceptar es más Amor, puedes extender tus brazos y afirmar: "El Amor Divino me conduce a una relación amorosa con mi pareja perfecta y me mantiene en ella. Y ahora acepto con amor a la pareja perfecta para mí, que se manifiesta en el plano físico ahora mismo porque Yo Soy capaz de Amar, Digna de ser Amada, estoy lista para recibirlo en mi vida y brindarnos un Amor Divino e Incondicional, feliz y porque me lo merezco.
Gracias Dios porque él/ella ya está en mi vida. Y así es".
Horacio Valsecia

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