miércoles, 22 de abril de 2015

LOS CHAKRAS Y LOS CUERPOS ENERGÉTICOS DEL HOMBRE

LOS CHAKRAS Y LOS CUERPOS ENERGÉTICOS DEL HOMBRE

PRÁCTICAMENTE a todos nos asaltan alguna vez en la vida estas preguntas: «¿Quién
soy?» «¿Cuáles son las fuerzas que actúan en mí?» «¿Qué capacidades hay ocultas en
mi?» «¿Cómo puedo explotar al máximo todo mi potencial de felicidad y creatividad?»
Pensamos que ningún otro ámbito del saber puede contestar estas preguntas de forma tan
amplia como el conocimiento de los centros energéticos del hombre. Cuando comprendemos
la misión y los modos de funcionamiento de los chakras en todo su alcance, se esboza ante
nosotros una imagen del hombre tan fascinante y sublime en su perfección potencial que
volvemos a quedarnos asombrados ante el milagro de la creación.
Para trabajar eficazmente con los chakras no necesitas ser clarividente ni tener
clarividencia táctil. Sin embargo, notarás que, al trabajar con ellos, aumenta
considerablemente tu sensitividad para los planos no
materiales. También se te abrirán intuiciones sobre
relaciones que aúnan de forma inteligible muchas
fracciones del conocimiento y la experiencia para
conformar un todo armónico.
La activación y armonización de los chakras es
realmente tan sencilla que, a veces, hemos pensado
que en el pasado su conocimiento sólo ha tenido una
envoltura tan complicada para que los hombres no
menospreciaran su valor interior y para que los
iniciados pudieran custodiarlo de generación en generación. Tal vez sea también resultado
de un paso evolutivo reciente el hecho de que actualmente este gran tesoro del saber sea
comprensible y accesible a muchas personas.
El sistema energético y los cuerpos
no materiales del hombre
LA mayoría de las personas consideran el mundo de la materia y, por tanto, también el
cuerpo físico como la única realidad, pues es el único que pueden percibir a través de los
sentidos físicos y captar con el raciocinio. Sin embargo, al ojo clarividente que mira a una
persona se le abre un sinfín de estructuras energéticas, movimientos energéticos, formas y
colores, que se hacen visibles dentro y alrededor del cuerpo físico.
Si tú te encuentras entre esas personas que sólo pueden aceptar como realidad el cuerpo
material, piensa en todo lo que sucede con la energía, con la fuerza vital que da vida a un
cuerpo físico y que le proporciona sensaciones y capacidad de expresión, cuando ese cuerpo
muere. Una ley física afirma que, en el universo, la energía no se destruye, sino que
únicamente puede transformarse en otras formas de energía. La energía que actúa detrás de
la manifestación material del cuerpo y sus funciones y capacidades está compuesta por un
sistema energético complejo sin el cual no podría existir el cuerpo físico. Este sistema
energético está formado por tres componentes fundamentales:
1 ) Los cuerpos no materiales o cuerpos energéticos.
2) Los chakras o centros energéticos.
3) Los nadis o canales energéticos.
En este sistema los nadis constituyen una especie de arterias intangibles. La palabra
«nadi» procede del sánscrito y significa aproximadamente «tubo», «vaso» o «arteria». Su
función consiste en conducir el «prana» o energía vital a través del sistema energético no
material.
La palabra sánscrita «prana» puede traducirse por «energía absoluta». En el ámbito
cultural chino y japonés esta fuerza vital universal se denomina «chi» o «ki». Representa la
fuente original de todas las formas energéticas y se manifiesta en diferentes áreas
existenciales mediante frecuencias distintas. Una de sus manifestaciones es la respiración,
una de las formas por las que podemos absorber «prana» dentro de nosotros.
El plano de la consciencia de toda forma viva depende de las frecuencias del «prana» que
puede absorber y almacenar. Así, por ejemplo, en los animales encontramos gamas de
frecuencia más bajas que en el hombre, y en los hombres desarrollados hallamos
frecuencias superiores a las que encontramos en personas que se encuentran al principio de
su desarrollo.
A través de los chakras, los nadis de un cuerpo energético están unidos con los nadis del
cuerpo energético vecino. Algunos textos indios y tibetanos antiguos mencionan el número
de 72.000 nadis; otros escritos históricos hablan de 350.000 nadis. Los canales energéticos
más importantes son: «sushumna», «ida» y «pingala», sobre los que profundizaremos en el
capítulo siguiente. Los chinos y japoneses conocen un sistema similar de canales
energéticos que denominan meridianos (del conocimiento de estos meridianos se desarrolló
la acupuntura).
En el sistema energético del hombre los chakras sirven de estaciones receptoras,
transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del «prana». Absorben,
directamente o a través de los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no
materiales del hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las diferentes áreas
del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la
retransmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al entorno.
Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que
actúan en los diferentes planos del ser en su entorno, en el universo y en la base de la
creación.
Dado que los chakras mantienen una interrelación muy estrecha con los cuerpos
energéticos, en este capítulo nos gustaría describir primeramente la apariencia externa y las
funciones de estos cuerpos. En el capítulo siguiente se incluye una descripción general de
los chakras, y en los siete capítulos dedicados a cada uno de los chakras se encuentra una
exposición detallada de las funciones de cada uno de estos centros energéticos.
En general, se distinguen cuatro cuerpos energéticos:
1 ) El cuerpo etérico.
2) El cuerpo emocional o astral.
3) El cuerpo mental.
4) El cuerpo espiritual o causal.
Cada uno de estos cuerpos no materiales posee su propia frecuencia de vibración
fundamental. El cuerpo etérico, que es el más cercano al cuerpo físico, vibra con la
frecuencia más baja. Los cuerpos astral y mental poseen a su vez frecuencias mayores, y en
el cuerpo causal podemos encontrar representados los índices de vibración máximos.
Cada uno de estos cuerpos se asemeja a un baile de energías dentro de su propia gama
de vibraciones, en el cual las frecuencias aumentan constantemente a lo largo del desarrollo
y perfeccionamiento de una persona. Los cuerpos energéticos representan portadores de
conciencia en determinados planos de vibración, y cuando su índice de vibración aumenta transmiten al hombre energías vitales, sensaciones y conocimientos superiores dentro de su
ámbito de funciones específico.
Sin embargo, los diferentes cuerpos energéticos no están totalmente separados entre sí.
Se interpenetran mutuamente mientras cada uno vibra dentro de su propia gama de
frecuencias, de forma que incluso un clarividente sólo podrá distinguirlos ajustando su
capacidad de clarividencia a la esfera correspondiente. Por ejemplo, para poder observar el
cuerpo astral tendrá que dirigir su mirada clarividente a la esfera astral; si desea percibir el
cuerpo mental, debe ajustarse a la esfera mental, etcétera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...