martes, 17 de marzo de 2015

ESCRITO II EL CONOCIMIENTO.- LA PALABRA



ESCRITO II EL CONOCIMIENTO.- LA PALABRA
“ … Su Luz nos envolvió y nos sumimos en un dulce sueño”.
Y en medio de la Luz que alumbró la noche de los tiempos una
Voz escuché diciendo:
«Dios Padre.
Eterno Omnipotente.
Inmutable.
Inmanifestado.
Inmortal.
Perpetuamente Presente.
En su incognoscible meditación se preguntó: ¿Quién Soy?
Y en el Vacío no tuvo respuesta.
Quiso entonces Conocerse a sí mismo.
En el acto incomparablemente más sublime que cualquier ser
creado pueda imaginar ÉL se negó a sí mismo y se entregó por
completo a encontrar la respuesta.
Pronunció La Palabra y la Vida fue creada.
Así nació:
La Diosa revelada.
La Eterna cambiante.
La Madre del Universo, de todo lo conocido y lo cognoscible.
Y tanto amó Dios Padre a Diosa Madre que se hizo Uno con
Ella.
Y del fruto de esa Unión nacieron dos Hijos gemelos, creados a
imagen y semejanza de Ellos y poniéndoles por nombre:
VOLUNTAD a Él y AMOR a Ella.
Diosa Madre les regaló, para que vivieran y encontraran la
respuesta, un Hogar: el Gran Universo.
Dios Padre les regaló todo su tiempo: la Eternidad.
Y les dijeron:

―Vivid siempre juntos y sed felices, amaos y creced, conoceos
y multiplicaros. Porque conociéndoos y amándoos es como nos
conoceréis y nos amaréis. Y sabiendo quienes sois, sabréis
quienes somos.
VOLUNTAD DIVINA y AMOR SUPREMO se miraron,
tomáronse de la mano aceptando los regalos de su Madre y su
Padre.
VOLUNTAD DIVINA y AMOR SUPREMO emprendieron
el viaje hacia el CONOCIMIENTO ABSOLUTO.
A su llegada al Hogar vivieron, y viven, en un Mundo perfecto
en el centro del Gran Universo, cuyo eje gira sobre sí mismo en
un eterno equilibrio, donde el tiempo y el espacio se unen.
Alrededor suyo giraban siete Universos vacíos y desconocidos
para ellos.
VOLUNTAD DIVINA y AMOR SUPREMO como resultado
de su Voluntad y Amor se hicieron UNO y tuvieron siete Hijas y
siete Hijos gemelos, creados a su imagen y semejanza. Les
pusieron un nombre por cada pareja: Voluntad, Amor,
Conocimiento, Armonía, Ciencia, Altruismo y Unificación.
A cada pareja les proporcionaron un Hogar, un Universo para
que vivieran y descubrieran el significado de sus nombres.
Las siete parejas se trasladaron a vivir a los siete Universos
alrededor del Mundo Central. Cada pareja en el transcurso del
tiempo van amándose, creciendo, conociendo y siendo UNO.
Engendraron diez Hijos por pareja, cinco Mujeres y cinco
Hombres; llamados cada par: Tierra, Agua, Fuego, Aire y
Espacio; en total setenta hijos.

Y los setenta, por parejas, cinco Hombres y cinco Mujeres,
moraron en cinco mundos de su Universo respectivo. En total
treinta y cinco mundos, en los que deberían encontrarse, amarse y
conocerse, y ser al igual que sus Padres, un solo Ser.
Y en cada etapa de la Vida, a través del tiempo y el espacio los
Hijos e Hijas se van encontrando y fecundando más Hijas e Hijos
semejantes a ellos. Todos a la búsqueda y encuentro de sí
mismos, de su par. Encuentro que sólo llega amando como hizo el
Padre de los Padres: negándose a sí mismo; entregándose al otro
como lo hizo Él, por amor a su par.
Por cada fusión, producido por el encuentro de un Hijo y una
Hija de Dios, nace una estrella con sus mundos, que son habitados
por sus Hijos e Hijas en una eterna y creciente espiral de la Vida.
Cada vez son más los mundos habitados dentro de los Universos.
Y en la voluntad de cada uno está el encontrarse con su par y
responder juntos a la pregunta: ¿Quién soy?
Y Dios Padre, Diosa Madre y Dios Hija-Hijo son UNO».
Quien tenga oídos para oír que oiga.


EL ANCIANO JUAN

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