miércoles, 6 de abril de 2016

LA LIBERACIÓN DE LA INFELICIDAD



¿Le desagrada hacer lo que está haciendo? 
Puede ser su trabajo, o puede haber aceptado hacer algo y lo está haciendo, pero parte de usted se resiente y se resiste a ello.
¿Tiene un resentimiento no confesado hacia una persona cercana a usted? ¿Se da cuenta de que la energía que emana por eso es tan dañina en sus efectos que de hecho usted se está contaminando a sí mismo así como a los que lo rodean? 

Observe detenidamente su interior. ¿Existe la menor traza de resentimiento, de mala voluntad? 
Si la hay, obsérvela tanto en el nivel intelectual como en el emocional. 
¿Qué pensamientos está creando su mente alrededor de esta situación? 
Entonces mire a la emoción, que es la reacción del cuerpo a esos pensamientos. Sienta la emoción. ¿Es placentera o desagradable? ¿Es una energía que usted realmente escogería tener dentro? ¿Tiene elección?

Quizá se están aprovechando de usted, quizá la actividad en la que está involucrado es tediosa, quizá alguien cercano a usted es deshonesto, irritante o inconsciente, pero todo eso es irrelevante. 
Que sus pensamientos y emociones acerca de esa situación sean justificados o no, no hace ninguna diferencia. El hecho es que usted se está resistiendo a lo que es. Está convirtiendo el momento presente en un enemigo. Está creando infelicidad, conflicto entre lo interior y lo exterior. 
Su infelicidad está contaminando, no sólo su propio ser interior y a los que lo rodean, sino también la psique humana colectiva, de la cual usted es parte inseparable. 
La contaminación del planeta es sólo un reflejo exterior de una contaminación psíquica interior: millones de individuos inconscientes que no asumen la responsabilidad de su espacio interior.

Usted debe, o bien dejar de hacer lo que está haciendo, hablar a la persona que tiene que ver en el asunto y expresar completamente lo que siente, o abandonar el negativismo que ha creado su mente en torno a la situación y que no sirve para ningún propósito excepto para fortalecer un falso sentido de usted mismo. 
Es importante reconocer su futilidad. La negatividad no es nunca una forma óptima de manejar cualquier situación. De hecho, en la mayoría de los casos lo mantiene atascado en ella, bloqueando el cambio real. Todo lo que se haga con energía negativa, quedará contaminado por ella y con el tiempo hará surgir más dolor, más infelicidad. 
Además, todo estado interior negativo es contagioso: la infelicidad se extiende más fácilmente que una enfermedad física. Por la ley de la resonancia, dispara y alimenta la negatividad latente de los demás, a menos que sean inmunes, es decir, altamente conscientes.

¿Está usted contaminando el mundo o limpiando el desorden? 
Usted es responsable de su estado interior; nadie más lo es. 
Así como usted también es responsable por el planeta.
Lo mismo que ocurre dentro, ocurre fuera: si los seres humanos limpian la contaminación interior, también dejarán de crear contaminación exterior.

-"¿Cómo podemos abandonar la negatividad, tal como usted sugiere?"

Soltándola. ¿Cómo suelta un trozo de carbón caliente que tiene en la mano? ¿Cómo suelta un equipaje pesado e inútil que lleva? Reconociendo que usted no quiere sufrir el dolor o soportar la carga más y después dejándola ir.

La inconsciencia profunda, tal como el dolor emocional u otro dolor profundo, como la pérdida de un ser amado, a menudo deben ser transmutados por medio de la aceptación combinada con la luz de su presencia, su atención sostenida. 
Por otra parte, muchos patrones de la inconsciencia ordinaria pueden soltarse simplemente en cuanto usted sabe que no los quiere y no los necesita. Una vez que usted se da cuenta de que tiene elección, de que no es sólo un montón de reflejos condicionados. Todo esto implica que usted es capaz de acceder al poder del Ahora. Sin él no tiene elección.

Eckhart Tolle 

El Sermón sobre la Luz del Mundo


El Sermón sobre la Luz del Mundo
Por la noche del penúltimo día de la fiesta, cuando se encontraba la escena brillantemente iluminada por las luces de los candeleros y de las antorchas, Jesús se paró en el medio de la multitud reunida y dijo: “Yo soy la Luz del Mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas sino que tendrá la Luz de la Vida. Presumís enjuiciarme y sentaros para juzgarme, y declaráis que, si doy testimonio e mí mismo, mi testimonio no puede ser verdadero. Pero la criatura no puede enjuiciar al Creador. Aunque doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es eternamente verdadero, porque sé de donde vine, quién soy, y adónde voy. Vosotros, que queréis matar al Hijo del Hombre, no sabéis de dónde vine, quién soy ni adónde voy.
Vosotros juzgáis sólo por las apariencias de la carne; no percibís las realidades del espíritu. Yo no juzgo a ningún hombre, ni siquiera a mi archi-enemigo. Pero si decidiera juzgar, mi juicio sería verdadero y recto porque yo no juzgaría solo, sino con mi Padre que me envió en el mundo, y que es la fuente de todo juicio verdadero. Aún vosotros decís que se puede aceptar el testimonio de dos personas confiables: pues bien, yo atestiguo estas verdades; y también lo hace mi Padre en el cielo. Y cuando ayer yo os dije esto mismo, en vuestras tinieblas me preguntasteis, “¿dónde está tu Padre?”. En verdad no me conocéis a mí ni a mi Padre, porque si me conocierais a mí, también conoceríais a mi Padre”.
“Ya os he dicho que yo partiré, y que me buscaréis pero no me encontraréis, porque adonde yo voy, vosotros no podéis venir. Vosotros, los que rechazáis esta luz, sois de la bajo; yo soy de lo alto. Vosotros, los que preferís sentaros en las tinieblas, sois de este mundo; yo no soy de este mundo, y vivo en la luz eterna del Padre de las luces. Ya habéis tenido abundantes oportunidades para aprender quien soy yo, pero tendréis aún otra prueba que confirma la identidad del Hijo del Hombre. Yo soy la luz de la vida, y todo aquél que rechace deliberadamente y a sabiendas esta luz salvadora, morirá en sus pecados. Mucho tengo que deciros, pero sois incapaces de recibir mis palabras. Sin embargo, aquél que me envió es Verdadero y Fiel; mi Padre ama aún a sus hijos descarriados. Y todo lo que mi Padre ha hablado, yo también proclamo al mundo”.
“Cuando el Hijo del Hombre sea elevado, entonces conoceréis que yo soy él, y que no he hecho nada por mí mismo, sino según me enseñó el Padre. Hablo estas palabras para vosotros y para vuestros hijos. Aquél que me envió, aun ahora está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada”.
Al enseñar así Jesús a los peregrinos en los patios del templo, muchos creyeron. Y ningún hombre se atrevió a arrestarlo.
El último día, el gran día de la fiesta, cuando la procesión proveniente del estanque de Siloé pasó a través de los patios del templo, e inmediatamente después de que los sacerdotes echaron el agua y el vino en el altar, Jesús, de pie entre los peregrinos, dijo: “El que tenga sed, que acuda a mí y beba. Del Padre en lo alto traigo a este mundo el agua viva. El que cree en mí se llenará del espíritu que esta agua representa, porque aún las Escrituras han dicho:”de él fluirán ríos de agua viva”. Cuando el Hijo del Hombre haya completado su obra en la tierra, se derramará sobre toda la carne el Espíritu vivo de la Verdad. Los que reciban este espíritu jamás tendrán sed espiritual”.
Jesús interrumpió el servicio para hablar estas palabras. Se dirigió a los adoradores inmediatamente después del canto del Halel, la lectura de los salmos acompañada por el ondear de las ramas ante el altar. En ese momento, había una pausa mientras se preparaban los sacrificios, y fue en ese momento que los peregrinos escucharon la voz fascinadora del Maestro declarar que él era el dador del agua viva para todas las almas con sed de espíritu.
Al concluir de este servicio matutino, Jesús continuó enseñando a las multitudes, diciendo: “¿Acaso no habéis leído en las Escrituras: “He aquí que las aguas caen sobre la tierra y las bebe el suelo reseco, así otorgaré yo el espíritu de santidad para que lo beban mis hijos en una bendición que llegará hasta los hijos de sus hijos? ¿Por qué tenéis sed del ministerio del espíritu mientras tratáis aplacar la sed de vuestra alma con el agua de tradiciones de los hombres, vertida de las jarras rotas del servicio ceremonial? Lo que veis aquí en este templo es la forma en que vuestros padres intentaron simbolizar la efusión del espíritu divino sobre los hijos de la fe, y habéis hecho bien en perpetuar estos símbolos, aún hasta el día de hoy. Pero ahora, a esta generación ha llegado la revelación del Padre de los espíritus, a través de la efusión de su Hijo, y todo esto será certeramente seguido por l efusión del espíritu del Padre y del Hijo sobre los hijos de los hombres. Para todo el que tenga fe, esta efusión del espíritu será el verdadero maestro del camino que conduce a la vida eterna, a las verdaderas aguas de la vida en el reino del cielo sobre la tierra y allende en el Paraíso del Padre”.
Y Jesús continuó contestando las preguntas de la multitud y de los fariseos. Algunos lo consideraban un profeta; otros, creían que él era el Mesías; y aún otros decían que no podía ser el Cristo puesto que venía de Galilea, y que el Mesías debía restaurar el trono de David. Pero aún así, no se atrevieron a arrestarlo.
Fuente: Extractos de Documento 162 – El libro de Urantía
En Amor y Servicio Incondicional,
Viviana Rodriguez Cortejarena – http://www.vivianarodriguez.com
Publicado por: Viviana Alejandra Rodriguez en Jesús 31 marzo, 2016.

NO EXISTE LA ASÍ LLAMADA RESISTENCIA

Para lo que realmente eres, no existe la así llamada ‘resistencia’. 

Imagina la habitación en una casa, una habitación perfecta. Todo lo que contiene - sillas, mesas, gente amando, peleando, bailando, descansando, haciendo ruido, guardando silencio, luz, oscuridad - todo en constante cambio, en constante movimiento, siempre evolucionando. La habitación, en sí misma, es la presencia constante en donde todo este torbellino se lleva a cabo. La habitación jamás se mueve o cambia, sin importar lo intenso que se vuelva todo su contenido. 

Sí, la resistencia puede aparecer como parte del contenido de la habitación, así como la frustración, el miedo, la ira, la impotencia, la desesperación, etc., etc. Pero la habitación, como el espacio para todo esto, no puede resistirse, y tampoco puede 'llevar a cabo’ ninguna aceptación - tan sólo puede 'acoger’ u 'ofrecer el espacio para’ cualquier cosa que aparezca, incondicionalmente, incluso si lo que aparece es resistencia o falta de aceptación. Este acoger, este abrazo no es ningún logro, ni una meta, ni tampoco un estado especial, sino la forma en cómo esta habitación está construida. La habitación es PURA ACEPTACIÓN, sin opuesto. Esa es su naturaleza. 

Tú eres como esta perfecta habitación. Siempre abierto, siempre despierto, siempre ya abrazando tus cambiantes contenidos, tus pensamientos, tus sentimientos, tus estados de consciencia transitorios, tus sueños, tus visiones. No puedes 'alcanzar’ tu naturaleza de habitación (iluminación), porque no puedes separarte tú mismo de ti mismo y buscarte a ti mismo. La iluminación ya es tu verdadera naturaleza. La ola no puede 'alcanzar’ al océano. 

Lo que realmente eres, no tiene la necesidad de llevar a cabo ninguna aceptación, no hay ninguna resistencia a la cual resistirse, y ciertamente tampoco hay ninguna no-aceptación que deba destruirse. Sólo hay este constante abrazo de tus siempre cambiantes contenidos - tus pensamientos, sentimientos, sensaciones, recuerdos, sueños, imaginaciones. Tú eres la calma en medio de la tormenta, el espacio para todo lo que incluye la vida, el espacio para tus amados y transitorios contenidos.

Para lo que realmente eres, la resistencia no es ningún enemigo, sino una imposibilidad. El Espacio que eres, el Útero que eres, el YO SOY - ilimitado, inmenso, sin fronteras, sin muros, sin techo o suelo - amorosamente admite la resistencia y jamás se ve definido, limitado o afectado por ésta, así como una ola jamás podría limitar o definir la inmensidad del océano. 

En la Habitación que eres, incluso la resistencia tiene un hogar, un sitio seguro para llegar a descansar. 

Entiende esto y toda esta búsqueda espiritual se caerá en pedazos al suelo. 

- Jeff Foster

Decapitando al Buda: La Belleza de un ‘No’

“En el árbol de la Vida hay dos pájaros, amigos incondicionales. 
Uno de ellos se come el fruto del Árbol; 
el otro, sin comer, observa…” 
- El Rig Veda

Es bastante saludable mantenerse abierto a las opiniones de los demás, escuchar a quienes no están de acuerdo contigo, ser receptivo a cualquier punto de vista de tus opositores, tratar de ver las cosas a través de sus ojos, incluso si finalmente no llegas a aprobar su perspectiva. Pero cuando alguien pasa de un desacuerdo inteligente hacia una crítica mordaz con el fin de abusar, atacar o insultar, y se rehusa al diálogo, entonces estamos hablando ya de algo sumamente diferente. 

Ahora, podrías argumentar que su comportamiento está ‘permitido’, ya que también forma parte de la vida. Pero al mismo tiempo, por supuesto, establecer tus límites, instalarte en tu propio poder y comentar tu experiencia, también está 'permitido’. 

Decir 'no’ a alguien que es abusivo o que continuamente te perturba no es lo mismo que decirle 'no’ a la vida. Para nada. Un pájaro come del árbol, mientras el otro observa, y estos pájaros son amigos incondicionales. En otras palabras, tanto la profunda aceptación de las cosas tal y como son (observar), como una creativa, inteligente y honesta acción para hacer que las cosas cambien (comer del árbol), son no-dos. Decir 'no’ a la violencia, al abuso y a la intolerancia, en el momento, ¡es realmente un gran SÍ a la vida! Hablando claramente, un 'no’ es realmente un SÍ a lo sagradas que son las cosas, es una afirmación, una validación de la verdad y de lo que es real. Y honra profundamente la vida. 

Un transparente 'no’ no contiene ningún veneno - en esencia, es sumamente compasivo. ¡Para quien está recibiendo el 'no’ podría sonar muy poco compasivo en el momento! Pero tal vez, con el tiempo, y con la debida reflexión, algún día llegue a sentirlo así. Quién sabe. Nosotros sólo podemos expresar nuestra verdad (con la esperanza de que sea de la manera más amable) y seguir adelante. 

- Jeff Foster

CUANDO EL MALESTAR TE AZOTA

Qué alimentos evitar para aliviar el dolor de cabeza:
El sólo sentarte con el malestar,
sin tratar de escapar ni aminorarlo en forma alguna, sin expectativas, sin un objetivo en mente, sin buscar nada en especial, incluyendo la idea abstracta de 'sentirte cómodo' - ese es justo el lugar que más jugo tiene, el lugar en donde se da la transformación creativa, el lugar en donde brilla la novedad.
Durante muchos años simplemente habría de sentarme con el dolor, la frustración, la ira, el miedo y la soledad, tan sólo descansando en esa efervescente y ardiente confusión por horas y horas, sin tratar de escapar o componer mi experiencia; sin esperanzas, sin sueños, sin tratar de 'aceptar', sin el tiempo mismo... hasta que la paz fue descubierta, incluso en el medio de toda esa tormenta... la inalterable, no-conceptual, eternamente presente paz que soy, y que siempre he sido.
En lugar de tratar de escapar del malestar, permitimos que éste nos revele sus más profundos secretos. Nos sentamos con el malestar y observamos cómo todas las fronteras entre 'yo' y 'mi malestar' se funden, hasta que no queda más un 'yo, sentado con mi malestar', y reconocemos que nunca hubo un 'yo, sentado con su malestar', sino que siempre se trató de un abrazo impronunciable. Nos sentamos con la frustración en el lugar en el que aún no se ha coagulado en un 'yo estoy frustrado'. Nos sentamos con el miedo antes de la resurrección de la imagen de 'yo soy el que tiene miedo'. Nos sentamos con el enojo antes del nacimiento de nuestra identidad como 'el enojado'. Nos reconocemos a nosotros mismos como el inmenso espacio abierto, el ilimitado océano sin identidad que da la bienvenida a todas esas olas, a todas esas crudas y vivas sensaciones y pensamientos, como si fueran sus amados hijos que por fin vuelven a casa, por fin a casa.
El malestar podría ser justamente nuestro más grande gurú, tocando a nuestra puerta.
Jeff Foster

El nacimiento te trae, la muerte te lleva. En medio de los dos está la vida.( Prem Rawat.Maharaji)

Un día naciste y un día te tendrás que ir: no hay otra alternativa, no hay excepciones. Esta vida debe acabar. ¿Por qué? La misma naturaleza que es responsable de darla es también responsable de quitarla.

 Es fácil considerar al nacimiento como algo bueno y a la muerte como algo malo. Para muchos el amanecer es algo bueno, mientras que el anochecer significa que el día ha acabado. Sin embargo, tu amanecer es el anochecer en otro lugar, y tu anochecer es el amanecer en otra parte. No es ni bueno ni malo. Pero no entendemos las cosas que no son ni buenas ni malas. Todo ha de ser bueno o malo, bueno o malo, bueno o malo. No obstante, hay cosas que ni son buenas ni malas; son, sencillamente, lo que son.

El río no fluye a causa de ti ni corre porque eso te perjudique o te beneficie. Fluye porque ésa es su naturaleza y lo hace desde las montañas al mar. De hecho retorna al lugar del que, en realidad, partió. Cada gota ascendió desde el océano y luego cayó en forma de lluvia. Se almacenó durante el invierno como nieve y al llegar el verano se derritió: el río comenzó a formarse gota a gota y luego fluyó.

Lo que ves es el río, pero ¿sabías que durante la mayor parte de su existencia no tiene esa forma? Estaba allí arriba o almacenado como nieve en las montañas. Su período más breve es cuando lo ves como río, fluyendo, de regreso al océano. ¿Es eso algo bueno? No. ¿Es malo? Tampoco. Sencillamente, es.

El nacimiento te da la existencia, la muerte te la arrebata. Eso son hechos. No tiene importancia que seas hindú, musulmán, judío, cristiano o budista, para todos es igual: el nacimiento te trae, la muerte te lleva.

En medio de los dos está la vida, frágil, muy frágil. ¿Cómo se manifiesta? Un aliento tras otro; no dos, ni tres, ni cuatro, sólo uno. Ése es el milagro que sucede cada día, cada momento de tu vida. Y que suceda ese milagro es lo que permite que hagas todo lo que puedes hacer. Puedes intentar olvidarlo o perderte en filosofías e ideas o dedicarte a buscar otros milagros. Puedes buscar explicaciones a la vida, mientras la vida se manifiesta ante tus propios ojos. Delante mismo de ti está ocurriendo la danza más hermosa.
Escrito por: Prem Rawat. Maharaji
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