lunes, 7 de marzo de 2016

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)




Capitulo IV (Tercer Escrito)
APATÍA Y DEPRESIÓN
ELIGIENDO LO POSITIVO.
Un efecto sorprendente de la voluntad de dejar nuestra negatividad interior es el descubrimiento de que el polo opuesto de los sentimientos negativos existe.
Hay una realidad interior que podemos llamar nuestra "grandeza interior" o "Ser Superior".
Tiene mucho más poder que la negatividad interior. A cambio de dejar ir las recompensas que estábamos recibiendo de la posición negativa, ahora estamos sorprendidos por las recompensas positivas que se derivan del poder de nuestros sentimientos positivos.
Por ejemplo, cuando dejamos de culpar, experimentamos el perdón.
Nuestro Ser Superior, que podríamos decir está compuesto de nuestros sentimientos más elevados, tiene capacidades casi ilimitadas. Puede crear oportunidades de empleo.
Puede crear situaciones para la sanación de las relaciones.
Tiene el poder de crear oportunidades para relaciones cariñosas, oportunidades financieras, y la curación física. A medida que dejamos de darle autoridad y energía a todos los programas negativos que se derivan de nuestro propio pensamiento, dejamos de regalar nuestro poder a los demás y empezamos a recuperarlo de nuevo.
Esto se traduce en un aumento de la autoestima, el retorno de la creatividad, y la apertura de una visión positiva del futuro que sustituye al temor. Podemos experimentar con alguien con quien tengamos una relación pobre debido a aferrarnos a los resentimientos. Podemos sentarnos y decirnos a nosotros mismos que esto sólo será un experimento.
El propósito de esto, nos decimos, es estrictamente aprender; es decir, queremos familiarizarnos con las leyes de la conciencia y observar los fenómenos que se producen.
Reconocemos las recompensas que hemos estado recibiendo de nuestros sentimientos negativos. Entregamos cada una de ellas y, al mismo tiempo, dejamos de resistirnos a aquello en nosotros que estaría dispuesto a sanar la relación. En este punto, no es necesario tener ningún contacto personal con la otra persona.
Estamos haciendo este experimento por nuestro propio bien y no por ellos. Al buscar en nosotros mismos, nos preguntamos, "¿Qué está encubriendo la ira?" En el fondo de esa ira, probablemente encontremos miedo. Y junto al miedo, encontraremos también celos. Encontramos la competitividad y todos los otros pequeños componentes del complejo sentimiento que han bloqueado la relación.
Al simultáneamente dejar ir lo negativo y dejar de resistir lo positivo se produce un cambio de energías internas, acompañado de un cambio sutil en nuestra autoestima.
Dejar ir nuestra resistencia a estar dispuestos a que algo positivo suceda en la relación es todo lo que se necesita.
A continuación, podemos simplemente sentarnos y ver que es lo que ocurre. En este experimento, no estamos interesados en si la otra persona "lo consigue." Sólo estamos interesados en lo que nosotros consigamos. Sólo estamos interesados en mover nuestra propia posición en el asunto y, luego, simplemente observamos lo que sucede.
Por lo general sobreviene una experiencia muy gratificante, que tendrá diferentes formas dependiendo de las circunstancias.
Otra causa de la apatía es el residuo de una experiencia traumática y abrumadora vivida anteriormente que no haya sido resuelta.
La mente se proyecta en el futuro con la esperanza de que el pasado será repetido.
Cuando descubrimos esta dinámica inconsciente, podemos optar por ver de nuevo lo complejo de la emoción, desarmarla en las partes que lo componen, dejar los aspectos negativos, y dejar de resistirnos a los positivos. Al hacer esto, nuestra perspectiva del futuro cambian. Podemos perdonarnos a nosotros mismos que, en un momento anterior de abrumadora emoción, simplemente no supimos cómo manejar la situación. Hubieron una gran cantidad de residuos que nos dejaron emocionalmente incapacitado en ese momento. Pero, debido a que en la mente inconsciente no existe nada parecido al tiempo, podemos elegir cualquier momento presente para sanar los sucesos pasados. A medida que avancemos a través de nuestra propia curación emocional y por nuestro propio bien, ese suceso pasado comienza ahora a adquirir un significado diferente.
Nuestro Ser Superior comienza a crear un nuevo contexto para ello. Podemos ver el regalo oculto.
Podemos terminar reconociendo con gratitud que nos dio una nueva oportunidad para aprender, crecer y adquirir sabiduría.
Una de las áreas más comunes en las que vemos este agobio emocional es después de un divorcio. Demasiado a menudo es seguido de la amargura y el deterioro de la capacidad para crear una nueva relación amorosa. La falta de voluntad para dejar de culpar sigue afectando a las emociones, lo que puede durar años o incluso toda la vida. Cuando nos topamos con la amargura, lo que hemos descubierto en realidad es un área sin cicatrizar en nuestra propia estructura emocional, y el esfuerzo que ponemos en su curación traerá enormes recompensas.
En cualquier situación que implique sufrimiento, tenemos que preguntarnos a nosotros mismos: "¿Cuánto tiempo estoy dispuesto a pagar el precio? ¿Cuáles fueron las propensiones kármicas por las que empezar? ¿Cuánta culpabilidad es suficiente? ¿Hay un tiempo para ponerle fin a esto? ¿Cuánto tiempo aguantaré? ¿Cuánto sacrificio estoy dispuesto a pagar a la otra persona por sus errores, reales o imaginarios? ¿Cuanta culpa es suficiente? ¿Cuánto auto-castigo es suficiente? ¿Cuándo cederé el secreto placer del auto-castigo? ¿Cuándo terminarán los reproches?
"Cuando realmente lo examinemos, siempre vamos a encontrar que nos hemos estado castigando por ignorancia, ingenuidad, inocencia y la falta de educación interior. Podemos preguntarnos: "¿Cuándo me formaron en las técnicas de autosanación emocional? Cuando fui a la escuela, ¿me impartieron cursos sobre conciencia? ¿Alguien alguna vez me dijo que yo tenía la libertad de elegir lo que pasa en mi mente? ¿Alguna vez me enseñaron que podía rechazar toda la programación negativa? ¿Alguien alguna vez me habló de las leyes de la conciencia? Si nadie lo hizo, ¿por qué nos molemos a palos por tener inocentemente creencias sobre ciertas cosas? ¿Por qué no dejamos de molernos a palos hasta ese momento?
Todos hicimos lo que creíamos que era mejor en el momento. "Parecía una buena idea en ese momento" es lo que podemos decir acerca de nuestras acciones pasadas y las de los demás.
Todos hemos sido involuntariamente programados, estando nuestra consciencia desactivada.
Por nuestra confusión, ignorancia e ingenuidad, adquirimos los programas negativos. Entonces los ejecutamos.
Pero ahora podemos elegir dejarlos. Podemos elegir una dirección diferente. Podemos elegir estar más sensibilizados, más conscientes, más responsables y discernir mejor.
Podemos negarnos a permanecer como una cinta de grabación en blanco, recogiendo cada programas que el mundo nos da.
El mundo está más que dispuestos a explotar nuestra ingenuidad y jugar con nuestra pequeñez, con todas sus vanidades y temores. Cuando nos demos cuenta de como fuimos manipulados, explotados y engañados, la ira llegará.
Estate preparado para manejarla. Permítete estar enfadado.
Es mejor estar enfadado que apático por un tiempo. Con la ira, tenemos una gran cantidad de energía. Podemos hacer algo al respecto. Podemos pasar a la acción. Podemos cambiar nuestra opinión. Podemos revertir la dirección. Entonces, es fácil dar el salto de la ira al coraje. En el nivel de coraje, podemos verlo, examinarlo, y observar cómo sucede todo.
Empezamos a ver que con nuestra pequeñez compramos gato por liebre. En esa investigación, tropezaremos con nuestra propia inocencia interior. Cuando la redescubramos, podremos desprendernos de una gran cantidad de culpa.
Cuando la culpa se vaya, la necesidad del auto-castigo se irá con ella, y eso nos eleva de la apatía y la depresión. Podemos optar por revalidarnos a nosotros mismos, nuestras cosas buenas y nuestra valía. Y podemos ver cómo los demás fueron programados igual que nosotros. Ellos, también, estaban haciendo lo que pensaron que era mejor en ese momento. Ya no tenemos que culparlos ni a ellos mismos ni a nosotros nunca más. Podemos renunciar a todo el juego del culpar en la medida en que ha quedado obsoleto y es ineficaz.
Las Compañía que Frecuentamos Otra técnica a valorar para salir de la apatía, la depresión y las situaciones en las que estamos siendo predominantemente dirigidos por el pensamiento, "no puedo", es elegir estar con otras personas que han resuelto el problema con el que luchamos. Este es uno de los grandes poderes de los grupos de autoayuda.
Cuando estamos en un estado negativo, entregamos una gran cantidad de energía a las formas de pensamiento negativas, y las formas de pensamiento positivas son débiles. Los que están en una vibración más alta están libres de la energía de sus pensamientos negativos y han potenciado las formas de pensamiento positivo.
El simple hecho de estar en su presencia es beneficioso. En algunos grupos de autoayuda, a esto se le llama "pasar el rato con los triunfadores".
La ventaja aquí está en el nivel psíquico de la conciencia, y se produce una transferencia de energía positiva y re-iluminación de alguna de las propias formas latentes del pensamientos positivo. En algunos grupos de autoayuda a esto se le llama "conseguirlo por ósmosis". No es necesario saber cómo sucede, sino simplemente que sucede. Es común presenciar este fenómeno.
Por ejemplo, en nuestra sociedad la mayoría de la gente ha sido formada para ser lógica y de hemisferio izquierdo en su orientación. Cómo siempre, algunas personas desde su nacimiento están orientadas hacia el cerebro derecho.
Esas personas de hemisferio derecho se caracterizan por un mayor poder de la intuición, la creatividad, la comunicación telepática, y la consciencia de las formas de pensamiento y las vibraciones de energía. Con frecuencia incluida entre estas capacidades está la de ver el campo de bio-energía que rodea el cuerpo humano llamado el aura. Cuando se está en presencia de personas con esta capacidad, se vuelve posible compartir esa capacidad.
Esto fue cierto incluso para un escéptico, lógico, científico de hemisferio izquierdo masculino que se encontraba en compañía de personas con la capacidad de ver el aura.
Al seguir sus instrucciones sobre la manera de ver el aura, sorprendentemente, vio de hecho un campo visible de luz alrededor de las cabezas de la gente.
En particular, el aura alrededor de un hombre que parecía ser algo casi como un "ectoplasma" colgado en su mayor parte sobre la oreja izquierda. En el lado derecho de la cabeza, sin embargo, no había prácticamente nada a la vista. Para saber si este fenómeno era real y proveniente de la imaginación, se confirmó al tocarlo alguien cercano y experto en ver el aura. Ella también vio un aura que era muy ancha en un lado y prácticamente inexistente en el otro. La capacidad para ver el aura estaba disponible sólo cuando se estaba en presencia de otras personas con esa capacidad.
Al salir de la situación de instrucción donde habían estado personas que podían ver el aura, la capacidad ya no estaba.
En los años siguientes, en compañía de amigos que podrían ver el aura, la capacidad retornaba.
Una vez, en presencia de una psicóloga mujer en una clínica, -cuyo trabajo era el diagnóstico psíquico por medio de la observación de las auras de las personas y sus cambios en los patrones de color-, de repente tuvo la capacidad no sólo de ver el aura, sino también ver sus colores brillantes y observar el cambio del aura en respuesta a las emociones fluctuantes.
Con sólo hablar con ella, esa capacidad estaba disponible de repente. Es como si cuando estuvieras próximo al aura de las personas con ciertas capacidades, una cierta transferencia de la capacidad pudiera tener lugar. En pocas palabras, estamos ya sea positiva o negativamente influenciados por las compañías que frecuentamos.
Es poco probable que vayamos a superar la inhibición si elegimos estar en compañía de otras personas que tienen nuestros mismos problema. Este fenómeno se hizo evidente en el caso de una mujer divorciada que vino a consulta. Quería saber si debía ir o no a psicoterapia. Sus quejas eran una úlcera recurrente y dolores de cabeza por migraña. A medida que la historia se desarrollaba, la gran amargura sobre su divorcio traumático desafortunadamente salió. Se había unido a un grupo de concienciación feminista, dijo. Ella describió este grupo en particular como casi compuesto totalmente por mujeres divorciadas que estaban amargadas, enfadadas y llenas de odio hacia los hombres.
Como grupo, estaban obteniendo una gran recompensa de su negatividad. En realidad, sus vidas eran tristes y mas bien patéticas, mientras luchaban por recuperar su autoestima a través de los extremos y el marcado desequilibrio emocional.
Después de escuchar su historia e investigar las circunstancias de su vida, se le sugirió que en lugar de psicoterapia, siguiera una simple recomendación durante un período de tres meses.
Si no funcionaba, entonces, podría reevaluar la necesidad de la psicoterapia. La recomendación se limitaba simplemente a suspender su asociación con el grupo y con sus amigas amargadas y divorciadas y, en su lugar, buscar la compañía de personas que habían logrado restablecerse las relaciones a pesar de divorcios anteriores. Al principio ella se resistió y dijo que no tenía nada en común con los miembros de ese grupo.
Luego reconoció dos hechos básicos. Primero, ahorraba mucha más energía fomentar las relaciones con personas positivas.
En segundo lugar, una de las leyes - es "lo semejante atrae a lo semejante"; la amargura atrae a la amargura, mientras que el amor atrae al amor. Se preguntó a si misma: "¿A que me ha llevado mi amargura? ¿He conseguido algo que fuera positivo y útil".
A medida que pasaba el tiempo, dejó de pasar tiempo con su grupo y comenzó a buscar la relación con personas más sanas, más equilibradas. En compañía de gente más feliz, se le estimuló la consciencia de la cantidad de negatividad que estaba conteniendo dentro de sí misma. Ella empezó a ser consciente de que estaba conscientemente manteniendo la negatividad y eligiendo mantenerla, y comenzó a ver el coste de esa negatividad.
Su vida social cambió. Se volvió mas sonriente y feliz. Sus dolores de cabeza por migraña desaparecieron. Con el tiempo, se enamoró de nuevo y bromeó diciendo que ¡enamorarse era la mejor cura que había descubierto nunca para la úlcera!
Si nos encontramos en un estado de apatía, podemos descubrir los programas subyacentes preguntándonos a nosotros mismos que estamos tratando de probar. ¿Estamos tratando de demostrar que la vida está podrida? ¿Que este es un mundo sin esperanza? ¿Qué no fue culpa nuestra? ¿Qué no se puede encontrar el amor? ¿Que la felicidad es imposible?
¿Qué estamos tratando de justificar? ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por tener "razón"?
Al reconocer y dejar de lado los sentimientos que surgen en respuesta a estas preguntas, las respuestas comienzan a aparecer.
(Dr. David R Hawkins.)
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

LA LIMPIEZA DE TU AURA ES ESENCIAL PARA LA HIGIENE ESPIRITUAL!!

Al limpiar tu aura sobre una base diaria, puedes protegerte contra enfermedades y ataques psíquicos. Un aura limpia es carismática y promoverá mejores relaciones con los demás. Ayuda a limpiar pensamientos negativos, bloqueos, ataques energéticos y de magia negra generados por mala voluntad, celos o enojo de otros . La limpieza del aura sólo toma unos minutos al día y vale la pena. Cuando uno está enfermo, deprimido el aura está sucia y puede tomar muchas meditaciones para limpiar. Todo lo que está dentro de nosotros se refleja en el aura.
Idealmente, se debe limpiar el aura dos veces un día -al despertarse y antes de caer dormido en la noche-. Limpiar tu aura antes de irte a dormir es fundamental. Entre más gente entre en contacto contigo durante el día, más energía de pensamientos se conectan a tu cuerpo astral y puede causarnos problemas. Nuestro cuerpo astral se entremezclan a diario con otras energías. Como virus y gérmenes físicos, el cuerpo astral recoge energía.
Para limpiar tu aura:
1. Visualiza una luz brillante llenándote por completo. Mantén esto por uno o más minutos. No hace falta mucho.
2. Ahora, visualiza la luz incluso más brillante y más intensificada en cada uno de tus chakras, como un sol en miniatura.
Si observas que tu aura o chakras están sucios, repite el proceso. Este ejercicio puede avisarte de cualquier energía negativa o ataques psíquicos y este ejercicio impide que se manifiesten.
Cómo Absorber Energía (Meditación ):
Siéntate en una silla cómoda o acuéstate en un lugar cómodo y relajate.
Imagina que con cada inhalación, no sólo tus pulmones están respirando, inhalando aire, sino también todo tu cuerpo está respirando energía. Inhala con todo el cuerpo. La respiración actúa como un punto de enfoque para la absorción de energía.
Sepan que junto con sus pulmones, cada centímetro de su cuerpo al mismo tiempo absorbe energía. Al igual que una esponja seca, cuando se sumerge en el agua y absorbe, su cuerpo absorbe la energía con cada inhalación.
Cada uno sentirá la energía de diferente manera.
Ahora exhala energía hacia fuera. Concéntrate en expandir tu energía del pecho hacia afuera.
Exhalar energía también se utiliza para empoderar a los talismanes, cargar cristales, o la sanación de otra persona-, puedes dirigir esta energía para cargar cualquier cosa en tu vida.
Cuando la energía es inhalado y absorbida se puede dirigir a un área específica del cuerpo para su sanación.
En muy poco tiempo, deberías ser capaz de sentir la energía cuando la inhalas con todo el cuerpo. A medida que avances, serás capaz de visualizarla.
Sentir durante este ejercicio es más importante, que verla sobre todo si eres nuevo haciendo estos ejercicios. . No trates de ver la energía, ya que puede ser un motivo de distracción. Sólo ten una idea de ella.
Este ejercicio es el más importante para trabajar con la mente y la manipulación de la energía, que es el fundamento de toda magia.
A medida que avances, puedes utilizar esta técnica de absorción de energía para absorber la energía del Sol y casi cualquier cosa que elijas.
COMO SENTIR ENERGIA.
Esta meditación es excelente para los principiantes, ya que ayuda a dar una idea general de la energía. Esta meditación también fortalece el aura cuando se hace con regularidad.
1. Comienza relajando todo el cuerpo. Cuanto más profundo el trance, más eficaz, pero la meditación se puede hacer en cualquier momento y el trance no es necesario.
2. Inspira y al mismo tiempo atrae la energía de todas las partes de tu cuerpo, frente, espalda, parte superior de tu cabeza y la parte inferior de sus pies hacia tu pecho. Para los principiantes, se debe visualizar luz blanca y brillante, como el sol. La utilización de los colores es un proceso más avanzado y más eficaz cuando se cuenta con un poco más de experiencia.
3. Ahora exhala y visualiza tu energía en expandiendo tu aura.
4. Inhala de nuevo y visualiza la energía cada vez más brillante y más poderosa, irradiando de todo tu ser.
5. Exhala nuevamente y visualiza la expansión de tu aura, y el centro de tu cuerpo brillando como el sol.
6. Repite esto varias veces, cada vez la visualización de la energía se tornará más y más brillante a medida que aumenta su intensidad.
Cuando se trabaja con colores, se visualiza el color cada vez más poderoso y vibrante. Te darás cuenta de que cada color tiene una sensación diferente.
Los colores pueden ser utilizados para despertar diferentes aspectos de tu energía. También se puede concentrar en la energía del frente y el reverso de tu cuerpo y al mismo tiempo reuniéndose y concentrándose en el centro del cuerpo. Después concentrarse en los lados y la parte superior e inferior. Después de esto, deja que tu aura se expanda hacia el exterior abarcando todo tu cuerpo.
Con esta meditación, también se puede practicar la expansión y
contracción de tu aura.
Publicación: Maria Quintana.

domingo, 6 de marzo de 2016

DIALOGO CON EL MAESTRO (por L.Moreno)




Maestro!...Qué difícil es llevar adelante este mensaje! Qué duras son las mentes humanas! Supongo que será necesario un milagro para que comprendan, pues de lo contrario es francamente difícil llegar a la razón y el corazón del hombre de este siglo.
Hijo mío, nunca tendrás milagros a tu alrededor ni producirás prodigio alguno, pues si las personas acudieran por el milagro, mañana para saciar su curiosidad te pedirán otro y al día siguiente otra nueva sensación que encandilara sus sentidos.
El hombre de este siglo vive del espectáculo, y de su dependencia básica a los sentidos. Aprende a afrontar sus problemas en la forma que le enseñan, aprende a desear en la medida que los anuncios comerciales le seducen, es feliz por su capacidad de ajustarse al modelo del actor de moda o del patrón cultural que se crea para cada tiempo.
Existe la droga física, pero no es menos cierto que la hay psíquica y que produce tanta dependencia como la primera y tan peligrosa, y esa seducción hacia los prodigios y hacia los milagros es una farsa de llamarnos a nosotros vuestros tutores payasos, magos o actores.
El verdadero milagro se hace hacia dentro y en el silencio de la realización diaria.
El hombre que sin ver cree, fortifica una fe construida por sí sismo y sus cimientos son sólidos ante el vendaval. Pero el que hoy acude a vosotros por el milagro y le creéis convencido, mañana os abandonará por haber asistido a otro prodigio que ha realizado otra alternativa.
Guárdate por tanto de los prodigios, de los milagros y de la espectacularidad, pues como el Maestro dijo: 'No es tiempo de milagros' sino de madurez interior, de realización personal y grupal para conseguir la felicidad real del ser.
El mayor de los prodigios que podéis conquistar es el de una Humanidad libre, sin enfermedad, sin violencia, amante del progreso y del desarrollo hacia el espíritu.
De todas formas Maestro, el trabajo que se vierte para el razonamiento y para progresar en la sabiduría del espíritu no lo entiende nadie. La gente pide avistamientos y pruebas que dejen con la boca abierta a propios y extraños.
Ya te lo he explicado, vuestro trabajo está en función de la madurez del que ha despertado a su realidad interior y a su deseo de evolución. Los que buscan feria o espectáculos, siguen de feria en feria durante toda una vida pero sin haber trabajado en sí mismos.
Serán pocos, hijo mío, pero son ellos, en su compromiso personal de ser y estar seguros de sí, con el ansia de ser motivadores del misterio y no dejarse arrastrar por las apariencias. Estos serán los que acudan a vuestras puertas. No tengáis prisa, no os sintáis solos, pues el futuro está en función de la calidad humana y no de la cantidad.
El Cristo que buscáis no esta en un fenómeno más o menos milagroso sino en vuestro corazón y sólo cuando emprendáis el camino hacia vosotros mismos habréis comprendido y llegaréis al verdadero milagro.
Pero los grupos programan reuniones, avistamientos, sanaciones y prodigios para conseguir adeptos o llegar al convencimiento. ¿Hacen mal?
No, ellos están precísamente para eso. pues para llegar a la montaña hay que subir muchos peldaños, todos hacen la escalera y todos están en la lógica de la continuidad.
Las afinidades genéticas, culturales, geográficas y étnicas establecen sus propias demandas, sus propias lógicas. Son esos grupos a crear sus Maestros, sus prioridades. Por ello las religiones son formas de acceso hacia el propio ser, y es en él donde radica la verdad, su verdad, la que tiene que vivenciar. Juan debe conocerse y comprenderse si desea comprender y conocer a Pedro.
Haced vuestro propio milagro y no os dejéis seducir por los espectáculos externos y por una descomunal cultura montada por y para el show. Sed protagonistas de una vez por todas.
Nosotros no venimos para causar admiración o para haceros pensar que somos inalcanzables. Venimos para ser hermanos y para dialogar en el eterno canto de la Fraternidad Cósmica. Fueron vuestros antepasados los que nos llamaron Dioses y nos edificaron templos de piedra. No deseamos que de nuevo hagáis lo mismo, pues sólo conociéndose y sintiéndose como seres cósmicos y como partes divinas podréis ser uno con nosotros en la sencillez y en la realización práctica de la vida.

(por L.Moreno)

Comentarios sobre el vivir- J. Krishnamurti

El Darse Cuenta
Dondequiera que prevalezcan las actividades del yo, siempre habrá problemas. Distinguir entre las que son actividades del ego y las que no lo son, requiere una vigilancia constante. Esta vigilancia no es una forma de atención disciplinada sino un darse cuenta de todo sin elección. La atención disciplinada fortalece el yo, y ésta se vuelve un sustituto, una dependencia. El darse cuenta, sin embargo, no es autoinducido, tampoco es el resultado de la práctica; es entender completamente el problema, tanto la parte oculta como la superficial. Debemos comprender la parte superficial para que pueda aflorar la parte oculta; la parte oculta no puede salir a la luz si la parte superficial de la mente no está quieta. No se trata de un proceso verbal, tampoco se reduce a una simple experiencia. La verbalización revela el embotamiento de la mente; y la experiencia, al ser acumulativa, conduce a la repetición. El darse cuenta no es una cuestión de determinación pues cualquier dirección que tenga un propósito es resistencia, la cual tiende hacia lo exclusivo. El darse cuenta es la observación silenciosa y sin dirección de ‘lo que es’; en ese estado de darse cuenta, el problema se revela por sí mismo, y por lo tanto, se comprende y se soluciona por completo. Un problema nunca se resuelve en su mismo nivel; como es complejo, requiere que comprendamos la totalidad de su proceso. Intentar resolver un problema en un único nivel, sea físico o psicológico, conduce a más conflicto y más confusión. Para resolver un problema, tiene que suceder ese darse cuenta, ese estado de atención pasiva que revela la totalidad del problema.
 J. Krishnamurti Comentarios sobre el vivir

Pensamiento Semanales del 22 - 29 DE Febrero -2016 Omraam Mikhaël Aïvanhov


Pensamiento del lunes 22 de febrero de 2016.
"En el corazón de nuestra vida interior, en el centro de nuestros pensamientos, debemos poner este principio universal que está en el origen de todas las religiones: el sol,
y penetrarnos del ejemplo que nos da en cada día. Iluminar, calentar y vivificar a todas las criaturas sin excepción, eso es lo que llamamos «la religión solar». Incluso antes de que los humanos apareciesen sobre la tierra, el sol estaba allí, y desde siempre les dice: «Ensanchad vuestra conciencia, liberaos de vuestras concepciones tan estrechas, haced como yo: iluminad, calentad, vivificad, abrazad al mundo entero con vuestra inteligencia y con vuestro amor.»
La religión solar es la única religión verdadera. Nos enseña cómo llegar a ser luminosos, cálidos, vivificantes, es decir, cómo trabajar para poseer interiormente la sabiduría que ilumina y resuelve los problemas, el amor desinteresado que embellece, anima y consuela, la vida sutil, espiritual que nos vuelve activos, dinámicos y audaces, a fin de realizar el Reino de Dios y su Justicia sobre la tierra. Quien trate de oponerse
a ella, solo hará que disminuir y obscurecer la vida en él."
Pensamiento del martes 23 de febrero de 2016.
"Puesto que los seres humanos son vuestros hermanos y hermanas, tratad de ayudarles y manifestadles vuestro amor sin esperar nada a cambio.
Al hacer esto, ya tenéis la recompensa: esa dilatación interior, ese calor que os colma cuando amáis.
Ésta es vuestra recompensa, y no existe nada más grande en la vida. Vuestro corazón se vuelve entonces como una fuente de agua viva.
Los humanos esperan siempre ser recompensados por el bien que han hecho. Pero el que ha comprendido el secreto del amor no espera nada. Ni siquiera piensa que puedan darle algo a cambio, porque saborea ya una felicidad que ninguna otra cosa podría proporcionarle.
Como no le falta nada, no espera nada; rebosa felicidad, irradia, y se gana la confianza de numerosos amigos.
¿Dónde encontraréis una recompensa mayor que ésta?"
Pensamiento del miércoles 24 de febrero de 2016.
"El ser humano no se expresa sólo con la palabra.
Para quien sabe interpretarlos, los movimientos de la cara y del cuerpo de la persona que tiene enfrente, son un lenguaje claro, elocuente.
Podemos compararlos a mensajes que dirige sin cesar a los habitantes de los mundos visibles e invisibles, a signos secretos gracias a los cuales entra en contacto con ellos.
La palabra es un medio de expresión que es posible controlar: podéis decidir hablar o no hablar, y si habláis, podéis esconder vuestros verdaderos pensamientos y vuestros verdaderos sentimientos.
Pero todos los gestos que hacéis inconscientemente con las manos o los pies, las diferentes posiciones del cuerpo, los movimientos imperceptibles de las diferentes partes del rostro (la frente, los ojos, la nariz, la boca) son casi incontrolables.
A través de ellos expresáis la verdad de vuestro ser. Y según sean estos movimientos armoniosos o no, entráis en relación con unas entidades que ejercen sobre vosotros influencias benéficas o maléficas.
Así que, estad atentos, sabiendo que el menor de vuestros movimientos interiores involucra a seres invisibles y que, con ellos, construís vuestro futuro."
Pensamiento del jueves 25 de febrero de 2016.
"Hay animales que es muy fácil capturar después de haber comido, porque la digestión les hace entrar en un estado de somnolencia.
De la misma manera, los humanos, tras ciertas comidas, pueden dejarse llevar por una somnolencia que les expone a ser capturados. Las comidas que toman en los planos astral y mental inferior, se las ofrecen entidades tenebrosas del mundo invisible. ¡Y qué comidas! Todo un desfile de manjares y de vinos que encuentran particularmente suculentos: la codicia, la ambición, la sensualidad, los celos, la venganza, la traición, el odio…
Cada día hay entidades maléficas que tratan de tentar a los humanos con este género de festines, para capturarles y vaciarles de sus energías divinas.
Estad pues vigilantes, observaros. Procurar sentir lo preciosas que son estas energías que Dios ha puesto en vosotros, y haced todos los esfuerzos posibles para protegerlas y aumentarlas."
Pensamiento del viernes 26 de febrero de 2016.
"Esforzaos por vivir bien hoy, porque el mañana todavía no existe y, si os inquietáis por él, es como si echaseis vuestras energías al vacío.
Trabajad sobre el hoy, porque el hoy no morirá, no hará otra cosa que prolongarse, y al prolongarse se convertirá en el mañana.
Jesús decía: «No os inquietéis por el mañana, porque el mañana cuidará de sí mismo.»
Estas palabras nos obligan a meditar sobre la idea de duración, de continuidad. El que fabrica una cadena debe velar por la solidez de cada eslabón, porque si un sólo eslabón es frágil y se rompe, no sirve de nada que todos los demás aguanten: el conjunto se rompe.
Debemos pues vivir cada día de acuerdo con las leyes divinas, para hacer de este día un eslabón sólido y para que así no se rompa la cadena.
Hoy es un nuevo eslabón que va a añadirse a los demás, y es sobre el que debemos concentrarnos."
Pensamiento del Sábado 27 de febrero de 2016.
"¿Qué es nuestro cuerpo? La reunión de elementos que antes se encontraban en la tierra, el agua, el aíre y el fuego.
Antes formaban parte de la materia de otros cuerpos que, con el paso del tiempo, se descompusieron. Y cuando comemos frutas o verduras diciendo: «Esto es una pera o una sandía... esto es una lechuga o un pepino...» es verdad. Pero antes de existir bajo la forma y los colores que tenemos ahí, a la vista, ¡a cuántas otras formas animadas o inanimadas han pertenecido y cuántos otros colores han tenido!
Desde el origen del mundo, son los mismos elementos los que entran en la constitución de los minerales, de los vegetales, de los animales y de los humanos. Cuando el tiempo o un accidente los desintegra, vuelven a los grandes talleres de la naturaleza para ser transformados; pero los mismos elementos que los constituyen siguen siendo eternamente nuevos, puros e inoxidables.
Poco importa que todas las formas vivientes se gasten, enmohezcan o se pudran y conviertan en polvo: la naturaleza vuelve a reciclarlas en sus talleres, y las ofrece de nuevo como alimento fresco a todos los seres vivos, o bien los utiliza para construir nuevos cuerpos para las criaturas.
Es la naturaleza la que nos enseña la ley del reciclaje."
Pensamiento del domingo 28 de febrero de 2016.
"Tomar y dar... estas dos palabras resumen dos concepciones de la vida.
Se puede decir que materialmente, afectivamente, mentalmente, la mayoría de los humanos piensan sobre todo en tomar: las situaciones, los acontecimientos, los seres, sólo les interesan verdaderamente en la medida en que tengan algo que puedan tomar.
No hay pues que extrañarse si sigue habiendo todavía tantas guerras y miserias en el mundo.
Pero vosotros, si queréis verdaderamente que quede algo bueno de vuestro paso por la tierra, acostumbraos a dar. Observad una fuente: los animales vienen a ella para saciar su sed, junto a ella crecen las plantas y los árboles, y los hombres construyen sus casas. ¿Por qué? Porque da sin cesar a todos su agua pura.
La fuente nos enseña que existe un único método verdadero para crear y mantener la vida, y es dar, dar lo mejor que tenemos en nuestro corazón y en nuestra alma. Diréis:
«¿Pero por qué siempre dar? ¡Hay tanta gente ingrata!
Ni siquiera reconocen lo que se les da.» Pues bien, sin son ingratos tanto peor para ellos: seguirán siendo pobres; y tanto mejor para vosotros si sois una fuente abundante: ¡porque vosotros seréis ricos!"
Pensamiento del lunes 29 de febrero de 2016.
"Puede suceder, que nos sintamos proyectados al Cielo en el momento que menos lo esperamos.
Evidentemente, desearíamos quedarnos allí arriba para siempre, pero eso no es posible, porque ¡hay tantas cosas que todavía nos retienen atados al mundo de abajo!
Si el Cielo nos concede esta gracia, es para que tengamos el presentimiento, la intuición de este espacio de luz en el que un día estamos destinados a vivir. Estos gozos repentinos que a veces experimentamos, son el anuncio de la liberación que va a venir.
En otoño, cuando los árboles empiezan a perder sus hojas, sabéis que el invierno ya se acerca; y en invierno, cuando los narcisos comienzan a despuntar, ya nos anuncian la llegada de la primavera. En nuestra alma también, igual que en la naturaleza, aparecen signos anunciadores, y debemos aprender a reconocerlos y a descifrarlos."
Omraam Mikhaël Aïvanhov

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



Capitulo IV (Segundo Escrito)
APATÍA Y DEPRESIÓN
CULPAR
Uno de los mayores bloqueos a superar para salir de la depresión y la apatía es el de culpar. El culpar es todo un tema en sí mismo. Observarlo es gratificante.
Para empezar, hay una gran recompensa al culpar.
Conseguimos ser inocentes; podemos disfrutar de la autocompasión; conseguimos ser mártires y víctimas, y conseguimos ser los destinatarios de las simpatía.
Tal vez la mayor recompensa al culpar es que conseguimos ser la víctima inocente y la otra parte el malo. Vemos este juego en los medios de comunicación constantemente, en interminables representaciones dramatizadas de culpabilidad en una multitud de controversias, insultos, persecución a personajes, y demandas. Además de la recompensa emocional, el culpar tiene considerables beneficios económicos, por tanto, es un plan tentador el de ser la víctima inocente, ya que a menudo es recompensado económicamente.
Hubo un famoso ejemplo de esto en la ciudad de Nueva York hace muchos años. Tuvo lugar un accidente en el transporte público. Las personas salieron por la puerta delantera del vehículo, y luego se reunieron en un pequeño grupo, recopilando sus nombres y direcciones para el futuro beneficio económico. Los espectadores rápidamente entendieron la situación y secretamente se subieron a la parte trasera del vehículo, de manera que podrían salir por la parte delantera como heridos, "víctimas inocentes". No habían estado en el accidente, ¡pero iban a recoger el premio!
Culpar es la mayor excusa del mundo. Nos permite seguir siendo limitados y pequeños sin sentirnos culpables. Pero tiene un coste -la pérdida de nuestra libertad. Además, el papel de víctima trae consigo una auto-percepción de debilidad, vulnerabilidad, e indefensión, que son los componentes principales de la apatía y la depresión. El primer paso para dejar de culpar es ver que estamos eligiendo culpar.
Otras personas han tenido similares circunstancias y han perdonado, olvidado, y manejado la misma situación de una manera totalmente diferente. Hemos visto anteriormente el caso de Viktor Frankl, que eligió perdonar a los guardias de la prisión Nazi y vio un don oculto en su experiencia en los campos de concentración. Debido a que otros, como Frankl, eligieron no culpar, esa opción también está abierta para nosotros.
Hemos de ser honestos y darnos cuenta de que estamos culpando porque elegimos culpar. Esta es la verdad, no importa cuán justificada puedan parecer las circunstancias. No es una cuestión de buenos o malos; es simplemente una cuestión de tomar la responsabilidad de nuestra propia conciencia.
Es una situación totalmente diferente ver que elegimos culpar en lugar de pensar que tenemos que culpar. En esta circunstancia, la mente a menudo piensa: "Bueno, si las otras personas o acontecimientos no tienen la culpa, entonces debo ser yo".
Culpar a los demás o a nosotros mismos simplemente es innecesario. La atracción por culpar surge en la primera infancia como un hecho cotidiano en el aula, el patio de recreo, y en casa de los hermanos.
Culpar es el tema central en los interminables procesos judiciales y demandas que caracterizan a nuestra sociedad. En verdad, culpar es sólo otro de los programas negativos que hemos permitido que nuestra mente adquiera porque nunca nos paramos a cuestionarlo. ¿Por qué debe algo ser siempre "fallo" de alguien? ¿Por qué debe ser introducido todo el concepto de "malo" en la situación en el primer lugar? ¿Por qué debe uno de nosotros estar equivocado, ser malo o culpable? Lo que parecía una buena idea en ese momento pudo no haber salido bien. Eso es todo. Los acontecimientos desafortunados pudieron solo haber sucedido.
Para superar el tener que culpar, es necesario ver la secreta satisfacción y placer que obtenemos de la autocompasión, el resentimiento, la ira, y las excusas que nos damos a nosotros mismos, y empezar a entregar todas estas pequeñas recompensas. El propósito de este paso es pasar de ser una víctima de nuestros sentimientos a elegir tenerlos. Si nos limitamos a reconocerlos y observarlos, entonces comenzaremos a desarmarlos, y a entregar las partes que lo componen, entonces estamos conscientemente ejerciendo la elección. De esta manera, hacemos un movimiento importante para salir de la ciénaga de la impotencia.
Es de ayuda para superar la resistencia y asumir la responsabilidad de nuestros programas y sentimientos negativos el ver que provienen de un pequeño aspecto de nosotros mismos.
Es la naturaleza de la parte más pequeña de nosotros mismos la que piensa negativamente, por lo que hay una inconsciente tendencia a estar de acuerdo fácilmente con su limitado punto de vista. Pero esa no es la totalidad de nuestro ser; fuera y más allá del pequeño ser está nuestro mayor Ser.
Podemos no ser conscientes de nuestra grandeza interior. Podemos no estar experimentándola, pero está ahí.
Si nos desprendemos de nuestra resistencia a ella, podremos empezar a experimentarla. La depresión y la apatía, por tanto, resultan de la voluntad de aferrarse al pequeño ser y a su sistema de creencias, además de la resistencia a la de nuestro Ser Superior, que se compone de todos los opuestos de los sentimientos negativos.
La naturaleza del universo es que todo en él esté representado por su igual y su opuesto. Así, el electrón igual y opuesto es el positrón. Cada fuerza tiene una igual y opuesta contra-fuerza.
El Yin es compensado por el Yang. Existe el miedo pero también el coraje. Existe el odio pero su opuesto es eI amor. Existe la timidez pero también la valentía.
Existe la tacañería pero también la generosidad.
En la psique humana, cada sentimiento tiene su opuesto.
La manera de salir de la negatividad es, por tanto, la voluntad de reconocer y dejar de lado los sentimientos negativos y, al mismo tiempo, la voluntad de dejar de resistirse a su opuesto positivo.
La depresión y apatía son el resultado de estar en el efecto de la polaridad negativa. ¿Cómo se hace esto en la vida cotidiana? Veamos de nuevo el ejemplo del cumpleaños de alguien que se está acercando rápidamente. Debido a las cosas que han sucedido en el pasado, tenemos resentimientos y no nos sentimos dispuestos a hacer nada para el cumpleaños.
De alguna manera, parece imposible siquiera salir y comprar un regalo de cumpleaños. Nos molesta tener que gastar dinero.
La mente evoca todo tipo de justificaciones: "No tengo tiempo para ir de compras", "No puedo olvidar lo que significó que ella se fuera", "Ella debería pedirme disculpas a mí primero". En este caso, dos cosas están operando: aferrarse a lo negativo y la pequeñez en nosotros mismos, y resistir lo positivo y la grandeza en nosotros mismos.
La manera de salir de la apatía es ver, en primer lugar, que "no puedo" es un "no quiero". Al analizar los "no quiero", vemos que están ahí debido a los sentimientos negativos y, a medida que surgen, pueden ser reconocidos y apartados. También es evidente que nos estamos resistiendo a los sentimientos positivos.
Estos sentimientos de amor, generosidad, y perdón pueden ser observados uno por uno. Podemos sentarnos e imaginar la cualidad de la generosidad y dejar de resistirnos a ella.
¿Hay algo generoso dentro de nosotros mismos? En este caso,
podemos no estar dispuestos a aplicarlo a la persona del cumpleaños en un principio. Lo que podemos empezar a ver es la existencia de la cualidad generosidad en nuestra conciencia. Empezamos a ver que, a medida que dejamos de resistir el sentimiento de generosidad, hay generosidad. Lo que hacemos, de hecho, es disfrutar dando a los demás en determinadas circunstancias.

Empezamos a recordar la inundación positiva del sentimiento que nos sobreviene cuando expresamos gratitud y reconocemos los regalos que otros nos han dado. Vemos que realmente hemos estado reprimiendo el deseo de perdonar y, a medida que hemos dejado la resistencia a ser indulgente, emerge la voluntad de dejar la queja. En tanto que hacemos esto, dejamos de identificarnos con nuestro pequeño ser y nos volvemos conscientemente conscientes de que hay algo en nosotros que es mayor. Está siempre ahí, pero oculto a la vista. Este proceso es aplicable en todas las situaciones negativas. Nos permite cambiar el contexto en que percibimos nuestra situación actual. Nos permite darle un significado nuevo y diferente. Nos eleva por encima de ser la víctima impotente al seleccionador consciente. En el ejemplo dado, eso no quiere decir que tengamos que salir corriendo a comprar un regalo de cumpleaños. Sino que quiere decir que somos conscientes ahora de que estamos en nuestra posición actual de elección. Tenemos libertad total, con una mayor libertad de acción y elección.
Este es un estado muy superior de conciencia al de la víctima indefensa que está atrapada por un resentimiento pasado.
Una de las leyes de la conciencia es: Sólo estamos sujetos a un pensamiento negativo o creencia si conscientemente decimos que nos aplica. Somos libres de elegir no adquirir un sistema de creencias negativo. ¿Cómo funciona esto en la vida cotidiana? Tomemos un ejemplo común. El periódico informa que la tasa de desempleo se encuentra en su máximo histórico.
El comentarista de las noticias de la televisión afirma: "No hay trabajo". En ese momento, tenemos la libertad de negarnos o adquirir esa forma de pensamiento negativo.
Podemos decir en vez de eso, "el desempleo no me aplica."

Al negarte a aceptar la creencia negativa, ya no controla nuestra vida. Los ejemplos de la experiencia personal revelan que, durante los períodos de alto desempleo como el de después de la Segunda Guerra Mundial, no hubo ningún problema para conseguir un trabajo. De hecho, se podían tener dos o incluso tres trabajos al mismo tiempo: lavaplatos, camarero, botones, taxista, barman, obrero, jardinero y limpiador de cristales. Esto fue consecuencia de un sistema de creencias que decía: "El desempleo se aplica a los demás, pero no a mí", y "Donde hay una voluntad, hay un camino". También hubo una disposición a renunciar al orgullo a cambio de empleo. Otro ejemplo es el de los sistemas de creencias que tienen que ver con las enfermedades epidémicas.
Hace unos años, catorce conocidos fueron observados de cerca durante una epidemia de gripe. De las catorce personas, ocho contrajeron la gripe, pero seis no lo hicieron. Lo importante aquí no es que ocho personas contrajeron la gripe, sino que seis ¡no lo hicieron! En cualquier epidemia, hay personas que no "la pillan". Incluso en lo peor de una depresión, todavía hay gente que se hace rica e incluso millonaria. La idea de la pobreza era "contagiosa" en aquellos días, pero de alguna manera esa gente no la adquirió; por lo que no se aplicó a ellos.
Para que la negatividad aplique en nuestra vida, primero debemos suscribirnos a ella y, en segundo lugar, darle la energía de la creencia. Si tenemos el poder para manifestar la negatividad en nuestra vida, obviamente nuestra mente también tiene el poder de hacer realidad su contrario.
(Dr. David R Hawkins.)
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



Capitulo IV
APATÍA Y DEPRESIÓN
La apatía es la creencia, "No puedo".
Es la sensación de que no podemos hacer nada acerca de nuestra situación y nadie nos puede ayudar.
Es la desesperanza y la impotencia. Se asocia con pensamientos tales como: "¿A quién le importa?"; "¿De qué sirve?"; "Es aburrido"; "¿Por qué molestarse?", "No puedo ganar de ningún modo”.
Este es el papel exhibido por Eeyore, el taciturno personaje de "Winnie the Pooh" que en los dibujos animados dice: "Oh, bueno.
No haremos nada bien de todas formas". Desaliento. Derrota. Imposible. Demasiado duro. Solo. Darse por vencido. Aislado. Separado. Retirado. Cortado. Desolado. Deprimido. Empobrecido. Frustrante. Pesimista. Descuidado. Sin sentido del humor. Vacío. Absurdo. Ocioso. Desamparados. Fracasado. Demasiado cansado. Desesperado. Confuso. Olvidadizo. Fatalista. Demasiado tarde. Demasiado viejo. Demasiado joven. Mecánico. Condenado. Negativo. Triste. Inútil. Perdido. Sin sentido. Deprimente. Indiferente. El propósito biológico de la apatía es el de pedir ayuda, pero parte de la sensación es que no es posible ninguna ayuda.
Gran parte de la población mundial está funcionando en el nivel de la apatía. Para ellos, no hay ninguna esperanza de ser capaces de satisfacer sus necesidades básicas, ni de que llegue ayuda de cualquier otra parte. La personalidad media suele ser apática en varias áreas de la vida, pero sólo periódicamente se enfrenta abrumadoramente a la apatía como situación de toda su vida.
La apatía indica una falta de energía vital y está cercana a la muerte. Esto se observó durante el bombardeo de Londres en la Segunda Guerra Mundial.
Los niños fueron trasladados a guarderías remotas en zonas seguras de Inglaterra, donde sus necesidades físicas, nutricionales y médicas fueron también atendidas. Sin embargo, los niños desarrollaron apatía y comenzaron a empeorar; perdieron el apetito y la tasa de mortalidad fue alta. Se descubrió que la apatía era el resultado de la falta de cariño y cercanía emocional con una figura maternal. Era un estado emocional, no físico.
Sin amor y afecto perdieron la voluntad de vivir. En nuestro país, vemos áreas económicamente deprimidas donde toda una población se vuelve apática. Cuando las personas de estas zonas aparecen en las noticias de la televisión, a menudo lo hacen con comentarios tales como: "Cuando el cheque de la asistencia social se agote, supongo que enfrentaremos el hambre, no hay esperanza para nosotros." Los sentimientos de apatía en relación a la técnica del dejar ir pueden aparecer como resistencias.
Estas pueden tomar la forma de actitudes y pensamientos tales como: "No va a funcionar de todos modos", "¿Cuál es la diferencia?", "No estoy preparado todavía para esto", "No puedo sentirlo", "Estoy demasiado ocupado", "estoy cansado de dejar ir”; "estoy demasiado abrumado", "me olvidé", "estoy demasiado desesperado"; "Estoy demasiado dormido".
La manera de salir de la apatía es recordarnos a nosotros mismos nuestra intención, que es la de conseguir ser más y más libres, para ser más eficaces y felices, y dejar la resistencia a la técnica.
"No puedo" frente a "No quiero" Otra manera de salir de la apatía es ver el pago que estamos recibiendo de no conseguir salir de las actitudes apáticas. El pago puede darse en excusas encubiertas que en realidad son miedo. Ya que en realidad, somos seres muy capaces, la mayoría de los "No puedo" son en realidad "No quiero". Tras los "No puedo" o los "No quiero" con frecuencia hay un miedo. Entonces, cuando nos fijamos en la verdad de lo que está detrás de la sensación, ya hemos ascendido en la escala de la apatía al miedo. El miedo es un estado de energía superior al de la apatía.
El miedo por lo menos nos empieza a motivar a la acción y, en esa acción, podemos volver a entregar el miedo y pasar a la ira, el orgullo o el coraje, todos los cuales son estados superiores a la apatía.
Tomemos un problema humano típico y tracemos cómo funciona el mecanismo de la entrega para liberarnos de una inhibición.
Hablar en público es una de las inhibiciones más comunes.
En el nivel de la apatía en esta área, decimos: "Oh, no me es posible hablar en público. Es demasiado agobiante.
Nadie querrá escucharme de todas formas. No tengo nada más que decir". Si nos recordamos a nosotros mismos nuestra intención, veremos que la apatía no es más que encubrir el miedo. Ahora, la idea de hablar en público es aterradora, no hay ninguna esperanza. Esto trae al respecto una cierta claridad. Los hechos no son lo que "no se puede", sino simplemente “les tenemos miedo". En la medida en que este miedo llegue y se deje, nos volvemos mas conscientes de que tenemos el deseo de hacer las mismas cosa que tememos.
Ahora al observar el deseo, que está bloqueado por el miedo y tal vez agravado por algún sufrimiento por la pérdida de oportunidades en el pasado, surge la ira. En este punto, ya hemos pasado de la apatía, al dolor, al deseo, hasta llegar a la ira.
En la ira hay mucha más energía y capacidad de acción.
La ira a menudo toma la forma de resentimiento, como el resentimiento de aceptar hablar en público y ahora sentirnos obligados a hacerlo. También hay ira por nuestro miedo, que ha bloqueado los logros en el pasado, y la ira conduce a la decisión de hacer algo al respecto. Esta decisión podría tomar la forma de un curso de oratoria. Al inscribirnos en un curso de oratoria, ya hemos ascendido hasta la energía del orgullo en la que por fin cogemos el toro por los cuernos y estamos haciendo algo al respecto.
De camino al curso de oratoria, de nuevo surgirán más miedos.
En la media en que sea constantemente reconocido y entregado, nos daremos cuenta de que tenemos coraje al menos en nuestra capacidad para hacer frente a nuestros miedos y tomar medidas para superarlos. El nivel del coraje tiene muchísima energía.
Esa energía toma la forma de dejar ir el miedo residual, la ira y el deseo, de modo que en medio de la clase de oratoria, de repente se experimenta la aceptación.
Con la aceptación se está libre de resistencias, que habían tomado anteriormente forma de miedo, apatía e ira.
Ahora, empezamos a experimentar placer. Hay auto- confianza por la aceptación, "puedo hacerlo".
En el nivel de la aceptación, hay una mayor consciencia de los demás, de modo que en la clase de oratoria, nos damos cuenta del dolor, el sufrimiento y la incomodidad de los demás miembros de la clase y comenzamos a preocuparnos por ellos.
Con la aparición de esta compasión hacia los demás, hay una pérdida de auto-conciencia.
Con la aparición de la abnegación vienen momentos de paz.
En el camino de casa a la clase, experimentamos una satisfacción interior, la sensación de que hemos crecido, que hemos compartido con los demás. En la experiencia de compartir, nos hemos olvidado de nosotros mismos por unos momentos y nos hemos preocupado más por la felicidad de los demás.
Hemos experimentado el placer de los logros de los demás. En este estado, hay una gracia transformadora de, el descubrimiento de nuestra compasión interior, un sentimiento de conexión con los demás, y una compasión por su sufrimiento. Con el pleno desarrollo de esta progresión, podremos compartir con los demás que tuvimos miedo de hablar en público, los pasos que dimos para superarlo, y el éxito que experimentamos, como aumentó nuestra autoestima, y los cambios positivos en nuestras relaciones. Toda esta progresión es la base de gran parte del poder de los grupos de autoayuda: el intercambio de experiencias interiores de los más bajos hasta los más altos niveles de la escala de las emociones. Lo que al principio parecía formidable y abrumador ha sido superado y manejado, con el consiguiente aumento de la vitalidad y el bienestar.
Este aumento de la autoestima, luego se vierte en otras áreas de la vida, y el incremento de la confianza deriva en una mayor abundancia material y capacidad en la destreza profesional.
En este nivel, el amor toma la forma de compartir y animar a los demás, y nuestras actividades son constructivas en vez de destructivas. La energía irradiada es entonces positiva y atractiva para los demás, lo que resulta en una retroalimentación positiva constante. Una vez que hemos experimentado esta progresión de la escala de las emociones en cualquier área particular, empezamos a darnos cuenta ahora de que se puede hacer en otras áreas que han sido limitadas en nuestras vidas.
Detrás de todos los "No puedo" hay simplemente "No quiero".
Los "No quiero" significan "Tengo miedo a" o "Me da vergüenza" o "Tengo demasiado orgullo para intentarlo, por temor a que podría fallar." Detrás de todo ello hay ira hacia nosotros mismos y las circunstancias generadas por el orgullo.
Reconocer y dejar ir estos sentimientos nos lleva al coraje y, desde ahí, finalmente, a la aceptación y la tranquilidad interior, al menos en lo que se refiere al área que ha sido superada.
La apatía y la depresión son los precios que pagamos por habernos conformado con y haber creído en nuestra pequeñez. Es lo que pasa por haber jugado a ser víctimas y permitimos ser programados.
Es el precio que tenemos que pagar por haber confiado en la negatividad. Es lo que resulta de resistir la parte de nosotros mismos que es cariñosa, valiente, y grandiosa. Es el resultado de dejarnos ser invalidados por nosotros mismos o por los demás; es la consecuencia de mantenernos nosotros mismos en un contexto negativo. En realidad, es sólo una definición de nosotros mismos lo que, sin saberlo, permite que esto ocurra. La salida es volverse más consciente. ¿Qué significa, "volverse más consciente"?
Para empezar, volverse más conscientes significa empezar a buscar la verdad por nosotros mismos, en lugar de permitir ciegamente que seamos programados, ya sea desde fuera o por una voz interior de nuestra mente, que busca menguarnos e invalidarnos, centrándose en todo lo que está debilitado e indefenso.
Para salir de ello, tenemos que aceptar la responsabilidad de que hemos aceptado la negatividad y hemos estado dispuestos a creerla.
La forma de salir de esto, entonces, es comenzar a cuestionarlo todo. Hay muchos modelos mentales. Uno de los más reciente ha sido el del ordenador.
Podemos ver los conceptos mentales, pensamientos y sistemas de creencias como programas. Debido a que son programas, pueden ser cuestionados, cancelados, e invertidos; los programas positivos pueden reemplazar a los negativos si así lo elegimos. El aspecto más pequeño de nosotros mismos está muy dispuesto a aceptar la programación negativa.
Si nos fijamos en el origen de nuestros pensamientos, comenzamos a identificar sus orígenes, y poner fin a la vanidad de etiquetarlos como "míos" (y por lo tanto sacrosantos), nos damos cuenta de que los pensamientos pueden ser visto objetivamente. Vemos que sus orígenes estuvieron a menudo en la educación de la primera infancia de los padres, familiares y maestros, así como en la poca información que recopilamos de los compañeros de juego, los periódicos, las películas, la televisión, la radio, la iglesia, las novelas, y los inputs automáticos de nuestros sentidos .
Todo esto continuó sin darnos cuenta, sin haberse ejercido ninguna elección consciente.
No sólo eso, sino que por nuestra inconsciencia, ignorancia, inocencia e ingenuidad, además de la propia naturaleza de la mente en si terminamos con una combinación de toda la basura negativa predominante en el mundo. Además, llegamos a la conclusión que se aplicaba a nosotros personalmente. A medida que nos volvemos más conscientes, comenzamos a darnos cuenta de que tenemos elección. Podemos dejar de darle autoridad a todos los pensamientos de la mente, y empezar a cuestionarlos, y averiguar entonces si realmente hay algo de verdad en ellos por nosotros mismos.
El estado emocional de la apatía se asocia a la creencia: "No puedo." A la mente no le gusta oírlo, pero en realidad la mayoría de los "No puedo" son "No quiero". La razón por la que la mente no quiere oír esto se debe a que los "no puedo" encubren otros sentimientos. Estos sentimientos pueden ser llevados a la consciencia al plantearnos la hipotética pregunta, "¿Es verdad que no quiero y no que no puedo? Si acepto que “no quiero", ¿qué situaciones serán provocadas y cómo me sentiré acerca de ellas?". A modo de ejemplo, digamos que tenemos un sistema de creencias que no nos permite bailar.
Nos decimos a nosotros mismos: "Tal vez, esto encubre algo. Tal vez la verdad es que no quiero y no lo haré." La forma en que podemos descubrir cuáles son nuestros sentimientos es imaginarnos en el proceso de aprender a bailar. Al hacer eso, todos los sentimientos asociados ahora empiezan a surgir: vergüenza, orgullo, torpeza, el enorme esfuerzo de aprender una nueva habilidad, y la reluctancia del tiempo y la energía involucrada.
Al reemplazar los "no puedo" por los "no quiero", descubrimos todos estos sentimientos, que pueden ser entonces entregados.
Vemos que aprender a bailar significa estar dispuestos a dejar el orgullo. Nos fijamos en el coste y nos preguntarnos: "¿Estoy dispuesto a seguir pagando este precio? ¿Estaría dispuesto a dejar el miedo por no tener éxito? ¿Estaría dispuesto dejar de resistir el esfuerzo requerido? ¿Estaría dispuesto a dejar la vanidad de manera que pudiera permitirme ser torpe como un aprendiz? ¿Puedo dejar mi mezquindad y pequeñez y estar dispuesto a pagar las lecciones y darme tiempo?" A medida que todos los sentimientos asociados son entregados, se vuelve muy claro que la verdadera razón es la falta de voluntad, y no la incapacidad.
Debemos recordar que somos libres para reconocer y entregar nuestros sentimientos, y somos libres de no entregarlos.
Cuando examinamos nuestros "No puedo" y encontramos que son en realidad "No quiero", eso no quiere decir que tengamos que dejar los sentimientos negativos que derivan en el "No quiero". Somos perfectamente libre de negarnos a dejarlos.
Somos libres de aferrarnos a la negatividad tanto como queramos. No hay ninguna ley que diga que tengamos que renunciar a ello. Somos agentes libres. Sin embargo, se crea una gran diferencia en nuestro auto-concepto al darnos cuenta de que "no quiero hacer algo" es un sentimiento bastante diferente al de pensar que "yo soy una víctima y no puedo."
Por ejemplo, podemos elegir odiar a alguien si queremos. Podemos elegir culparlo. Podemos elegir culpar a las circunstancias.
Pero al ser más consciente y darnos cuenta de que estamos eligiendo libremente, esta actitud nos sitúa en un estado de conciencia más elevado y, por tanto, más próximo a un mayor poder y dominio que el de ser la víctima indefensa de un sentimiento.
 (Dr. David R Hawkins.)
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
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