Maestro!...Qué difícil es llevar adelante este mensaje! Qué duras son las mentes humanas! Supongo que será necesario un milagro para que comprendan, pues de lo contrario es francamente difícil llegar a la razón y el corazón del hombre de este siglo.
Hijo mío, nunca tendrás milagros a tu alrededor ni producirás prodigio alguno, pues si las personas acudieran por el milagro, mañana para saciar su curiosidad te pedirán otro y al día siguiente otra nueva sensación que encandilara sus sentidos.
El hombre de este siglo vive del espectáculo, y de su dependencia básica a los sentidos. Aprende a afrontar sus problemas en la forma que le enseñan, aprende a desear en la medida que los anuncios comerciales le seducen, es feliz por su capacidad de ajustarse al modelo del actor de moda o del patrón cultural que se crea para cada tiempo.
Existe la droga física, pero no es menos cierto que la hay psíquica y que produce tanta dependencia como la primera y tan peligrosa, y esa seducción hacia los prodigios y hacia los milagros es una farsa de llamarnos a nosotros vuestros tutores payasos, magos o actores.
El verdadero milagro se hace hacia dentro y en el silencio de la realización diaria.
El hombre que sin ver cree, fortifica una fe construida por sí sismo y sus cimientos son sólidos ante el vendaval. Pero el que hoy acude a vosotros por el milagro y le creéis convencido, mañana os abandonará por haber asistido a otro prodigio que ha realizado otra alternativa.
Guárdate por tanto de los prodigios, de los milagros y de la espectacularidad, pues como el Maestro dijo: 'No es tiempo de milagros' sino de madurez interior, de realización personal y grupal para conseguir la felicidad real del ser.
El mayor de los prodigios que podéis conquistar es el de una Humanidad libre, sin enfermedad, sin violencia, amante del progreso y del desarrollo hacia el espíritu.
De todas formas Maestro, el trabajo que se vierte para el razonamiento y para progresar en la sabiduría del espíritu no lo entiende nadie. La gente pide avistamientos y pruebas que dejen con la boca abierta a propios y extraños.
Ya te lo he explicado, vuestro trabajo está en función de la madurez del que ha despertado a su realidad interior y a su deseo de evolución. Los que buscan feria o espectáculos, siguen de feria en feria durante toda una vida pero sin haber trabajado en sí mismos.
Serán pocos, hijo mío, pero son ellos, en su compromiso personal de ser y estar seguros de sí, con el ansia de ser motivadores del misterio y no dejarse arrastrar por las apariencias. Estos serán los que acudan a vuestras puertas. No tengáis prisa, no os sintáis solos, pues el futuro está en función de la calidad humana y no de la cantidad.
El Cristo que buscáis no esta en un fenómeno más o menos milagroso sino en vuestro corazón y sólo cuando emprendáis el camino hacia vosotros mismos habréis comprendido y llegaréis al verdadero milagro.
Pero los grupos programan reuniones, avistamientos, sanaciones y prodigios para conseguir adeptos o llegar al convencimiento. ¿Hacen mal?
No, ellos están precísamente para eso. pues para llegar a la montaña hay que subir muchos peldaños, todos hacen la escalera y todos están en la lógica de la continuidad.
Las afinidades genéticas, culturales, geográficas y étnicas establecen sus propias demandas, sus propias lógicas. Son esos grupos a crear sus Maestros, sus prioridades. Por ello las religiones son formas de acceso hacia el propio ser, y es en él donde radica la verdad, su verdad, la que tiene que vivenciar. Juan debe conocerse y comprenderse si desea comprender y conocer a Pedro.
Haced vuestro propio milagro y no os dejéis seducir por los espectáculos externos y por una descomunal cultura montada por y para el show. Sed protagonistas de una vez por todas.
Nosotros no venimos para causar admiración o para haceros pensar que somos inalcanzables. Venimos para ser hermanos y para dialogar en el eterno canto de la Fraternidad Cósmica. Fueron vuestros antepasados los que nos llamaron Dioses y nos edificaron templos de piedra. No deseamos que de nuevo hagáis lo mismo, pues sólo conociéndose y sintiéndose como seres cósmicos y como partes divinas podréis ser uno con nosotros en la sencillez y en la realización práctica de la vida.
(por L.Moreno)
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