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miércoles, 27 de abril de 2016
LOS 7 PRINCIPIOS DE LA FELICIDAD.-ANEXO 1 LOS 10 ERRORES METAFÍSICOS MÁS COMUNES
LOS 7 PRINCIPIOS DE LA FELICIDAD.-ANEXO 1 LOS 10 ERRORES METAFÍSICOS MÁS COMUNES
Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, buscamos la perfección en nuestras vidas. Tratamos de mejorar nuestro carácter, costumbres, ideas, alimentación, y hasta la vida social. A veces, hacemos sacrificios con el fin de alcanzar una vida más plena y feliz; sin embargo, muchas veces no llegamos al estado de éxtasis o plenitud que anhelamos. La decepción puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos emprendido, o en el peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal punto de pensar que "Dios se ha olvidado de nosotros". Cualquiera sea la reacción, ésta sólo nos está señalando que hemos cometido un error. Y un error puede ser corregido.
El Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos haciendo, la computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la señal eléctrica correcta. El Universo tiene sus "teclas" y la metafísica nos enseña ¿cuáles son? Algunas escuelas esotéricas han tergiversado estas enseñanzas, quizá sin ninguna mala intención, con lo que han llevado a muchas personas a cometer errores y a frustrarse en sus expectativas.
Algunos de los errores más comunes son los siguientes:
1. ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O EN ÁNGELES, O EN CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA
Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder que nosotros. Nuestra mente percibe que hay algo allí afuera que puede, por ejemplo, lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las enseñanzas espirituales. TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede hacernos daño. En realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal.
Este ejercicio podría decir: "Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo amor en todas partes". En síntesis, al elegir ¿qué ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.
Muchas personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden transformar su situación personal, lo que encierra un error. No son los pensamientos lo que determinan nuestra realidad sino nuestras "creencias". Solamente los pensamientos que hemos internalizado y tomado como nuestra verdad son los que se manifiestan. Dicho de otra manera, aquello que "sentimos" internamente que es así es lo que toma forma en el mundo externo. La mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la mayoría de los cuales son negativos. Las afirmaciones son necesarias para lograr implantar una creencia nueva en nuestra mente subconsciente y la repetición de estas afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le agregamos la emoción o sensación que acompaña a esa idea no la internalizamos como una verdad dentro de nosotros. La repetición de palabras carentes de emoción no es efectiva. Por lo tanto, si yo repito "Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo" pero no me siento realmente seguro, de nada me servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales, meditaciones o visualizaciones que fomenten las creencias de paz, armonía y prosperidad.
2. ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN
Se puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen de cierta enfermedad, para que mejoren su situación económica, su vida afectiva, y demás.
La mayoría de estos ejercicios se parecen más a una forma de manipulación que a una verdadera ayuda espiritual. Primero y principal: si se va a ayudar a otro, hay que asegurarse de que la persona lo pida y lo necesite. Si esto no se da, tenemos que trabajar con lo que estamos percibiendo, porque el problema es algo personal que nos atañe a nosotros mismos y no a la persona que está sufriendo.
La mayoría de los problemas son sólo momentos de prueba que está viviendo un individuo; son necesarios y muy útiles para el "despertar de su conciencia". Nunca sabemos en realidad desde afuera cuán importante puede ser para cada persona la situación que está atravesando en determinado momento. Podemos percibir esa situación como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero cualquiera sea nuestra interpretación nunca será correcta ni completa. El enviar la luz a la persona podría acelerar o entorpecer su ritmo personal. Nuestra intervención es innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta angustia o dolor. Personalmente, recuerdo que una vez se acercó un amigo íntimo a decirme que estaba muy preocupado por mi situación. Yo le respondí que su preocupación no me ayudaba, que si realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía que confiar en mí y saber que mi Guía Interior me revelaría en el momento adecuado lo que yo necesitaba hacer.
En lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación difícil, comienza por enviarte luz a ti mismo para que tu Guía Interior te haga ver la Verdad que está operando en dicha situación.
3. CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE
No vamos hacia Dios, YA ESTAMOS EN DIOS. Todo lo que nos rodea forma parte del gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro Espíritu es Perfecto y Completo; no puede ni tiene que evolucionar. En realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no existe. Lo que queremos significar con eso es el despertar de nuestra Conciencia a esa perfección y cuanto más rápido lo hacemos, más plenos y felices vivimos.
Tal vez el error provenga de las enseñanzas religiosas que nos dicen que Dios está "en el cielo", como si nosotros estuviéramos separados de El. Nosotros y el "cielo" somos UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a vivenciarlo; en eso consiste nuestra Evolución de Conciencia o Despertar Espiritual.
4. ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR ENFERMO O ATRAVESANDO ALGÚN TIPO DE CRISIS
En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de sus seres queridos; sin embargo, eso sólo aumenta el pesar. Si interpretamos nuestro pesar desde otro nivel, esto significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la crisis que en la solución.
Cuando uno se aflige por la enfermedad de un ser querido, agrava esa enfermedad, le da más fuerza y poder. La solución es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está actuando y que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido, si así lo desea dicha persona.
Lo mismo ocurre con cualquier tipo de problema o crisis. Si nos afligimos, es porque nuestro ego ha aceptado que hay una fuerza más potente que el Poder Divino.
4. CREER QUE UNO HA SIDO "ELEGIDO" POR DIOS
Muchas personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten especiales y evolucionadas. Sienten que Dios los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución; que la información que va a recibir es muy importante y no puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso. Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida. Esta forma de arrogancia también se ven en las religiones que se sienten propietarias de Dios. Si uno no sigue su culto, está perdido. En el Universo existe un solo Dios y es el mismo para Todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todos adoramos al mismo Dios.
Todos somos iguales antes los ojos de Dios. Para El, nadie está más adelante ni más atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación como ser especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo divino.
5. SACRIFICARSE POR OTROS
No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.
El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por la pareja, por la profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la institución religiosa a la que pertenece, por la empresa que da trabajo. La lista podría ser interminable y no es más que un muestrario de la acción equivocada de nuestro ego.
El sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano, usará su postura como válida para exigir algo de ellos; el novio o novia que cambia su rutina y deja de hacer ciertas actividades por el otro tratará después de exigir lo mismo.
La próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del amor. Haz las cosas con amor o no las hagas.
6. DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO
Es cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos cristales cuarzos) produce cambios en nuestra vibración personal y que pueden ayudarnos en el proceso curativo. También es cierto que algunas figuras, imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos estimulan; a veces para bien, otras para mal. Las estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces, estrellas de David y demás nos recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen.
Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su santo protector, su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina a ese objeto. Dios es Omnipresente: está aquí, allá y en todas partes.
Lo peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o éste se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección y que, en consecuencia, los demonios y las energías negativas pueden afectarla.
Vivimos en un Universo Mental. "Todo lo que Creemos se hace Realidad". ¿Por qué no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos realmente.
7. CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO
Sentir que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que la presencia de otros nos devuelve la luz es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con lo que escuchas de afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento los problemas de tu vida personal lo decepcionarán.
Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior.
No eres el salvador ni la guía de nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo.
El mejor Guía con que contamos está dentro de Nosotros. Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino más corto y más feliz, nos da la idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos encontrar. Por eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si vives de prisa, tenso, angustiado y con un ritmo acelerado, seguramente no oirás la "voz de tu intuición" y buscarás guías externas.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio. Evita idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que la "Guía más válida y acertada está siempre dentro de ti".
8. CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA
Tendemos a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que nos enseñan son adelantados y que ya han superado muchas pruebas en su vida. En algunos casos, esto es totalmente cierto; en otros, no. El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior. Debes recordar que cualquier forma de idealización o selectividad corresponde al terreno del ego.
Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen "disfrazados" de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás. Son aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a prueba.
Todas las religiones del mundo enseñan que Dios es Amor, que vivir con Dios significa expresar Amor a los demás. Algunas personas asisten a templos, iglesias, o escuelas esotéricas, donde reciben esta información, pero luego van a sus casas y se pelean con sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus jefes, a los políticos, a los animales, a individuos de otras razas o culturas. Ellos todavía no han aprendido la lección y la vida los llevará a enfrentarse una y otra vez con la misma situación o persona... hasta que aprendan a mostrar amor.
Haciendo una comparación con la enseñanza tradicional, los líderes espirituales o religiosos son los "libros" que nos dan la información; las personas que nos traen problemas son los maestros que "nos toman el examen" para ver si pasamos la prueba o no.
Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos "pega". Esto ocurre hasta que aprendemos a amar la situación. Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.
9. CREER QUE UNO NO PUEDE ENOJARSE, TEMER, O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO ESPIRITUAL
Esta creencia nos lleva a una gran represión de la ira y de los enojos, que hacen su reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crítica o rechazo. Mientras estamos en el plano terrenal, vivimos la sensaciones y las emociones de este plano. Algunas de ellas son muy placenteras, otras no. El tener un conocimiento intelectual acerca de la acción destructiva de ciertas emociones no las hace desaparecer. Uno puede saber lo malo que es el enojo y, sin embargo, no puede evitar enojarse.
En realidad, uno sí puede evitar enojarse, o asustarse o angustiarse, pero eso exige un entrenamiento. Durante dicho entrenamiento, hay momentos en que podemos dominar la rabia y la ansiedad, y otros en los que nada puede calmarnos. Una vez que aparece el enojo, lo mejor es descargarlo de la manera más positiva posible. Es mucho peor reprimirse e intentar decir: "Todo está bien en mi mundo", cuando uno internamente está sintiendo el deseo primitivo de querer atacar a alguien.
La mayoría de las personas que transitan el terreno espiritual son muy exigentes consigo mismas y pretenden erradicar completamente de sus vidas este tipo de reacciones. Esto no resulta desacertado pero se logra a través de un proceso. Sé amable contigo mismo y, de vez en cuando, date el permiso necesario para maldecir, golpear un almohadón, gritar, llorar y expresar, como mejor te resulte, todas las emociones negativas que te toca vivir.
La mayoría de los errores aquí enunciados están generados por la actitud crítica de nuestro propio ego. El ego no puede desaparecer por que necesitamos de él para actuar en este plano. La "solución" es ponerlo alineado con nuestro Espíritu. Amablemente, le podemos decir al ego que: "A partir de ahora, deberá seguir las indicaciones de un nuevo Maestro amoroso, amable, paciente y permanente, que nunca juzga y que sabe que siempre estamos haciendo lo mejor que podemos". Si seguimos las indicaciones de nuestro Maestro Interior, nunca podemos fallar.
Horacio Valsecia.
http://universo-espiritual.ning.com/
El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)
PAZ
CAPITULO 13 (Segundo Escrito)
Había una profunda familiaridad con la consciencia.
Era como si uno siempre lo hubiera sabido, como si uno estuviera en casa al fin. No hubieron emociones ni sentimientos. Hubo inconsciencia de las sensaciones.
Incluso a pesar de que parecían no terminar, ya no eran personales o algo por lo que preocuparse.
A modo de experimento, un pensamiento se mantuvo durante una fracción de segundo para ver qué pasaba.
Casi al instante hubo un efecto en el mundo físico.
El pensamiento de mantequilla o café, por ejemplo, dio lugar a que el camarero viniera de inmediato con los artículos, y sin embargo no había sido pronunciada palabra alguna.
Ninguna palabra parecía ser necesaria.
La comunicación se producía con cualquiera en el nivel del silencio. El cuerpo condujo el coche a una reunión esa noche donde nadie notó nada diferente.
Todo el mundo parecía estar intensamente vivo.
Su vitalidad se mostraba por la esencia de su Ser, y el Ser, que era el mismo para todos, brillaba a través de sus ojos.
El cuerpo hablaba con los demás, de forma espontánea llevaba a cabo conversaciones normales y se comportaba de forma habitual. En ese momento, el cuerpo parecía un juguete de cuerda kármico cuyo funcionamiento corría a cargo de todos sus patrones acostumbrados y programas, que no necesitaba ninguna atención en absoluto.
Parecía saber lo que debía hacer y lo hizo de manera muy eficaz y sin esfuerzo.
Todas las conversaciones e interacciones fueron simplemente presenciadas como fenómenos, no dirigidas.
Parecía una extraña vanidad haber creído una vez que había habido un pequeño yo autor de las acciones del cuerpo.
En realidad, el cuerpo estaba en el efecto del universo, y nunca había sido un hacedor de sus acciones.
Los fenómenos eran como vibraciones de la mente que no tenían existencia separada o realidad. Había sólo Totalidad. Sólo esa auténtica Unidad existió.
La tarde siguiente, un pensamiento surgió.
Ahora que el camino hacia la Realidad había sido revelado, podría haber un retorno a la conciencia del ser de la persona individual, que antes había sido aceptado como real.
Al igual que el aire de la habitación no experimenta los contenidos de la habitación, ya no hubo más un "Yo" que experimentara "mi propia existencia." En ese espacio, ya no hubo un "Yo" para experimentar el "Yo soy".
Retornar a la conciencia individual significaba que debería hacerse una elección. En realidad, la elección se hizo por sí misma porque no había ningún "Yo" que tomara la decisión.
El deseo de sentir al yo individual se volvería a re-activar por sí mismo.
La opción de dejarlo ir estaba presente, pero regresaron a la memoria las cosas que todavía no se habían terminado en el mundo. A medida que el sentido de "yo-idad" retornaba, las elecciones eran observadas, no activamente decididas.
El proceso de retorno estaba teniendo lugar.
Podría ser permitido o podría dejarse ir.
Fue permitido, y de ese modo continuó el proceso de retorno. Cuando amaneció a la mañana siguiente, el retorno estaba completado, pero ahora con una sensación diferente respecto a la identidad personal. La verdad del Ser había sido revelada. La responsabilidad por haber elegido experimentar la vida una vez más como individuo fue aceptada, aún sin estar en el efecto de la creencia en una existencia individual. De hecho, mediante la elección consciente, hubo completa responsabilidad por ello. Por experiencia, todo esto ocurrió autónomamente.
Hubo un tiempo en el que los estados de conciencia anteriores, fueron considerados únicamente la región del místico.
En la actualidad, sin embargo, la investigación de estos estados, y la información obtenida de ella, es considerada la vanguardia de la ciencia, especialmente la rama de la física relacionada con la mecánica cuántica y las partículas subatómica de alta energía.
Las investigaciones de estas partículas indican que no son cosas en el sentido habitual, sino que son en realidad acontecimientos que se producen como resultado de las frecuencias de energía. Ahora, la ciencia postula una frecuencia trascendente más allá del espacio y el tiempo.
Un cuerpo impresionante de investigaciones en muchos laboratorios ha demostrado que el cerebro percibe por medio de sofisticados análisis matemáticos de patrones de frecuencia. Estos hallazgos se han traducido en el paradigma llamado holográfico, que afirma que todo en el universo está conectado con todo lo demás, incluida la mente humana.
En el holograma, cada parte contiene la totalidad.
En consecuencia, cada mente individual es capaz de reflejar todo el universo. Esta relación entre la conciencia y la ciencia constituye todo un campo en el que está creciendo rápidamente el interés, como lo indica la publicación de libros tales como El Paradigma Holográfico, Wholeness and the Implicate Order- La totalidad y el orden implicado, El Tao de la Física, The Dancing Wu- Li Masters- El baile de los Maestros Wu-Li, Mindful Universe- Universo Consciente, Psychoenergetic Science- Ciencia Psicoenergética y la publicación de artículos con títulos tales como " Field Consciousness and the New Perspective on Reality -El Campo de Conciencia y la Nueva Perspectiva de la Realidad", " The Enfolding-Unfolding Universe -Universo en Contracción y Expansión", " The Holographic Model -El Modelo Holográfico", " Physics and Mysticism -Física y Mística", y " The Medium, the Mystic, and the Physicist -El Medium, el Místico, y el Físico".
Liderando a estos investigadores está el neuro-científico
Carl Pribram de la Universidad de Stanford y el fallecido físico David Bohm, de la Universidad de Londres, cuyas teorías se pueden resumir en:
Nuestros cerebros construyen matemáticamente la realidad concreta interpretando frecuencias de otra dimensión, un mundo de significados, modelando, una realidad primaria que trasciende el tiempo y el espacio.
El cerebro es, por lo tanto, un holograma interpretando un universo holográfico. Es interesante que las teorías de la física teórica avanzada, que son producto de las denominadas actividades del cerebro izquierdo, ahora requieran un nuevo contexto a fin de ser comprendidas. El contexto que se está desarrollando a partir de estos investigadores científicos de cerebro izquierdo coincide con la Realidad observada por el místico, que representa la función cerebral derecha.
Por lo tanto, por cualquiera de las laderas de la montaña que decidamos escalar, terminaremos en el mismo punto: la cima. Una tercera manera de subir la montaña es a través del mecanismo de la entrega, y cada uno de nosotros, por tanto, tiene la oportunidad de comprobar por si mismo la naturaleza última de la Realidad, que es la misma que la que fue revelada por el místico o el físico. Podemos visualizar que con todas y cada una de las entregas, damos otro paso hacia arriba por la ladera de la montaña. Algunos de nosotros subiremos hasta que la vista sea mejor y elegiremos detenernos ahí.
Otros irán aún más alto. Y, entonces, habrán algunos de nosotros que no estaremos satisfechos hasta que hayamos alcanzado la mismísima Cima y la hayamos verificado por nosotros mismos, si bien, llegados a ese punto, ya no hay una persona individual que verifique nada, porque ha sido entregada completamente.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)
PAZ
CAPITULO 13
En la paz, ya no hay ningún conflicto. Hay una ausencia total de negatividad y un cariño que todo lo abarca y que se experimenta como serenidad, tranquilidad, atemporalidad, plenitud, cumplimiento, quietud y alegría.
Hay silencio interior y luz, un sentimiento de unicidad, unidad y libertad total. La paz es imperturbable.
Las acciones se vuelven no forzadas, espontáneas, armoniosas, y cariñosas en su efecto. Hay un cambio de percepción del universo y de nuestra relación hacia él.
El Ser interior prevalece.
El yo personal ha sido trascendido, con todos sus sentimientos, creencias, identidades y preocupaciones.
Este es el estado último buscado por todos los buscadores, ya sean religiosos, humanista, o no tengan identificación espiritual o filosófica en absoluto.
El Profundo Impacto de la Paz Todos hemos tenido momentos de profunda paz, donde el tiempo y el mundo parecieron detenerse de repente, y hemos estado en contacto con lo Infinito. En estos años, se han publicado una serie de libros acerca de la experiencia cercana a la muerte.
Bajo diversas circunstancias, esta experiencia le ha sucedido a personas que han muerto y luego regresaron al cuerpo. Característicamente, sus vidas han sido transformadas por la experiencia, y nunca la olvidan. Su visión del mundo, su significado, y su significado personal ha cambiado considerablemente.
En la película, Horizontes Lejanos, una vez que el héroe hubo experimentado Shangri-La, aunque regresó de nuevo al mundo, lo vió de una manera totalmente diferente.
Deseaba a toda costa, volver a Shangri-La, donde el estado de paz prevalecía. Una vez que la experiencia de la paz se ha producido, ya no somos una víctima del mundo. Ya no estamos en su efecto como una vez lo estuvimos, porque hemos tenido un destello de la verdad acerca de él y de lo que realmente somos. Con la entrega continua, comenzamos a experimentar estos estados de paz cada vez con mayor frecuencia.
En ocasiones, pueden llegar a ser muy profundos y de mayor y mayor duración. Cuando las nubes se retiran, el sol brilla y descubrimos que en la paz estuvo la verdad en todo momento. La entrega es el mecanismo que desvela la verdadera naturaleza de nuestra existencia.
Cuando una persona está en el estado de paz, se prueba en fortaleza con la kinesiología, y nada les hace debilitarse, ya sea mental, emocional o físico.
Ya no se identifica más con el cuerpo como yo, y los trastornos físicos pueden o no ser sanados.
Somos indiferentes a ellos; los problemas físicos han perdido cualquier significado de importancia. Con la experiencia de la paz interior viene una gran fortaleza. Un campo de energía de paz total es inexpugnable. La persona que ha encontrado la paz interior ya no pueden ser intimidada, controlada, manipulada o programada. En este estado, somos invulnerables a la amenazas del mundo y tienen, por tanto, dominada la vida terrenal. Cuando el estado de la paz se ha establecido, el sufrimiento del común de los mortales ya no es posible debido a que la misma base de que la vulnerabilidad ha sido totalmente abandonada. La Transmisión Silenciosa
Describimos a la persona que ha alcanzado ese estado de paz como "iluminada" y estando en un estado de Gracia.
Dentro y más allá de esa condición son varios los estados avanzados de la iluminación y los niveles de realización descritos por los místicos, los sabios, los santos y los avatares. Hay un beneficio silencioso, no verbal de la auténtica presencia de un estado iluminado.
Clásicamente, sería un maestro espiritual avanzado, un santo,
o un sabio. Los buscadores viajan grandes distancias para estar en la presencia física de este campo de energía.
El devoto o buscador recibe la transmisión silenciosa de la energía de alta frecuencia del aura del maestro, que se describe como "Transmisión de la No-Mente", "Gracia del Guru"
o "Bendición del Maestro." Esta transmisión ocurre por si misma y no es personal.
El estado de paz infinita se irradia incondicionalmente por el propio campo de energía del maestro o santo.
Cuando el Buda daba a su discípulo una flor, era un símbolo de la transmisión de esa energía.
Si hemos estado en la presencia de un gran maestro que irradiaba esta energía, nunca seremos el mismo.
Lo más beneficioso que nos puede pasar es haber estado en la presencia de un gran maestro, porque recogemos la vibración al estar en la presencia física de ese estado de paz y entrega total. La transmisión silenciosa de este estado realizado es un fenómeno no verbal, energético que no depende de la lógica o el lenguaje. La vibración que se encuentra dentro del aura de las funciones avanzadas del maestro en tanto que onda portadora facilitan nuestra comprensión de las palabras que se están pronunciando. Pero es la onda de energía y no las palabras el elemento catalizador. A través de la transmisión silenciosa, la energía del maestro avanzado o santo es incorporada a nuestra aura, a nuestra función cerebral, y a todo nuestro ser.
Es debido a que esta energía de paz es transmitida del exterior al mundo que la humanidad todavía está viva.
Esta se habría destruido hace mucho tiempo sin esta energía de contrapeso. Es por eso por lo que nuestra propia evolución interior sirve a toda la humanidad.
Al alcanzar estos estados elevados del amor y la paz en nosotros mismos, nos convertimos en una presencia salvadora en el mundo.
Entregar la Realidad Última
El sello distintivo de este nivel es la ausencia de deseos.
No hay necesidad de querer nada, porque todo se manifiesta en nuestra vida espontánea y automáticamente, sin voluntad consciente o esfuerzo.
Los pensamientos mantenidos en la mente a este nivel son muy poderosos y tienden a manifestarse rápidamente.
El fenómeno de la sincronicidad es continuo.
Los mecanismos de causa y efecto y el funcionamiento interior del universo se revelan claramente, ya que estamos siendo testigos ahora de la base misma de la propia Realidad.
Estos estados muy elevados de consciencia suceden espontánea e inesperadamente, y tienden a recurrir y permanecer por períodos más y más largos.
Una vez que esto ha sido experimentado, nuestra intención se vuelve automáticamente la de hacer el estado de paz permanente.
Cómo sucede este estado y a que se parece se muestra en el siguiente relato, que describe lo que ocurrió después de tres años y medio de entrega continua.
Era un día frío de invierno.
La entrega fue continua durante once días seguidos en un nivel de conciencia que nunca había alcanzado antes, ni siquiera durante el psicoanálisis.
Tenía que ver con la base misma de la supervivencia del ego y su identificación individual.
Tenía que ver con la forma en la que experimentamos nuestra propia existencia y el deseo de experimentar nuestro propio ser. A medida que pasaban los días, el proceso parecía no tener fin. Una duda surgió, "¿estaba intentando lo imposible?"
Quedó claro que el propósito de la propia duda era un mecanismo de defensa; fue abandonado, y la entrega continuó
a gran profundidad.
Mas tarde, al entrar en un restaurante aquella tarde fría y lluviosa de domingo, y sentarme solo en la mesa, de repente el mundo se transformó milagrosamente.
Una profunda sensación de quietud interior y paz se produjo. Fue mayor a la de cualquier cosa imaginable.
La experiencia estaba más allá del tiempo. De hecho, el tiempo no tenía significado alguno, ni el espacio existía de la forma en que solemos experimentarlo. Todas las cosas fueron conectadas. Había sólo una vida expresándose con un Ser a través de todos los seres vivos. No había ninguna identificación con el cuerpo ni interés en el. Ya no había ningún cuerpo más interesante que otro en la sala.
Todas las emociones y acontecimientos estaban interconectados, y todos los fenómenos se producían debido a que cada cosa estaba manifestando su propia naturaleza interior espontáneamente, como si el movimiento y el crecimiento fueran el desarrollo espontáneo del potencial.
Se dio la cualidad dura como una roca de la quietud imperturbable. Era obvio que el Ser real era invisible, -sin principio, sin fin- y que no había habido más que una identificación transitoria con el cuerpo y la historia que tuvo con la identificación como individuo.
Me pareció muy extraño que uno antes pudiera haber pensado que era un cuerpo aislado y separado de los demás, con un principio y final limitado y finito. La idea parecía absurda.
Ya no había ninguna sensación de yo separado, y el pronombre "Yo" desapareció y dejó de tener sentido.
En su lugar, había la consciencia de ser todas las cosas.
Siempre lo había sido y siempre lo sería. El verdadero ser quedaba fuera del tiempo. El período de tiempo que el cuerpo había estado en la tierra parecía una fracción de segundo durante la cual la verdadera identidad atemporal había sido olvidada, debido a que fue cegado por el pequeño yo.
Entonces, se reveló cómo había sucedido.
Hubo la expresión del pensamiento de experimentar una existencia separada, y esta expresión del pensamiento se había manifestado como personalidad individual con una identidad individual y un cuerpo físico que le acompaña.
La conexión interna de todas las cosas era absolutamente obvia.
Era el universo holográfico como lo describió el Buda y la moderna física teórica avanzada, ambos están de acuerdo en cuanto a la naturaleza intrínseca del universo. Dado que todo era perfecto, no había nada que querer, nada que desear, nada que crear, y nada en lo que convertirse.
Sólo había Eso, la esencia misma del Ser de la que surge la existencia.
Ese Ser es el Origen de la existencia, pero curiosamente no su Causa.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
martes, 26 de abril de 2016
LA MENTE
LA MENTE
En la Época Atlante del Período Terrestre, los Señores de la
Mente irradiaron de sí mismos y depositaron en nuestro ser el núcleo de la sustancia que actualmente estamos tratando de organizar como mente.
Le fue conferida al ser humano para dar objeto y propósito a sus acciones pero, como el ego era extraordinariamente débil y la naturaleza pasional muy fuerte, la mente naciente se fundió con el cuerpo de deseos, dando por resultado la Astucia, que fue la causa de toda la maldad que se difundió en el tercio medio de la Época Atlante.
Como la mente es el último de los vehículos humanos formados, no puede considerarse de modo alguno como un cuerpo. No es más que un eslabón, una envoltura para que el ego la utilice como punto de enfoque o concentración. Sin embargo, es el instrumento más valioso que posee el espíritu, especialmente en la obra de la creación.
Nosotros, como egos, nuestro Espíritu Humano, funcionamos
directamente en la sutilísima sustancia de la Región del Pensamiento Abstracto que hemos especializado dentro de la periferia de nuestra aura individual. Desde allí contemplamos las impresiones que produce el mundo externo sobre el cuerpo vital, por intermedio de los sentidos, junto con los sentimientos y emociones generados por ellos en el cuerpo de deseos, que se reflejan en la mente.
En nuestra actual etapa de la evolución, podemos decir que la
mente nace a la edad de 21 años, pero la esencia de la mentalidad, su culminación, solo se alcanza alrededor de los 49 años.
La mente es el medio concentrador, merced al cual las ideas
concebidas por la imaginación del espíritu pueden ser proyectadas en el universo material. Al principio no son más que formas mentales pero, cuando el deseo de realizar las posibilidades imaginadas ha puesto al ser humano a trabajar en el Mundo físico con este fin, entonces las llamamos "realidades" concretas.
Sin embargo, actualmente, la mente no está enfocada en forma
que permita dar una imagen clara y verdadera de lo que el espíritu
imagina. No tiene un foco único y nítido y da imágenes nebulosas. De ahí la necesidad de la experimentación, para demostrar la impropiedad de la primera concepción y producir nuevas imágenes o ideas hasta lograr la verdadera imagen producida por el espíritu en la sustancia mental y reproducirla en la sustancia física.
En la Época Atlante del Período Terrestre, los Señores de la
Mente irradiaron de sí mismos y depositaron en nuestro ser el núcleo de la sustancia que actualmente estamos tratando de organizar como mente.
Le fue conferida al ser humano para dar objeto y propósito a sus acciones pero, como el ego era extraordinariamente débil y la naturaleza pasional muy fuerte, la mente naciente se fundió con el cuerpo de deseos, dando por resultado la Astucia, que fue la causa de toda la maldad que se difundió en el tercio medio de la Época Atlante.
Como la mente es el último de los vehículos humanos formados, no puede considerarse de modo alguno como un cuerpo. No es más que un eslabón, una envoltura para que el ego la utilice como punto de enfoque o concentración. Sin embargo, es el instrumento más valioso que posee el espíritu, especialmente en la obra de la creación.
Nosotros, como egos, nuestro Espíritu Humano, funcionamos
directamente en la sutilísima sustancia de la Región del Pensamiento Abstracto que hemos especializado dentro de la periferia de nuestra aura individual. Desde allí contemplamos las impresiones que produce el mundo externo sobre el cuerpo vital, por intermedio de los sentidos, junto con los sentimientos y emociones generados por ellos en el cuerpo de deseos, que se reflejan en la mente.
En nuestra actual etapa de la evolución, podemos decir que la
mente nace a la edad de 21 años, pero la esencia de la mentalidad, su culminación, solo se alcanza alrededor de los 49 años.
La mente es el medio concentrador, merced al cual las ideas
concebidas por la imaginación del espíritu pueden ser proyectadas en el universo material. Al principio no son más que formas mentales pero, cuando el deseo de realizar las posibilidades imaginadas ha puesto al ser humano a trabajar en el Mundo físico con este fin, entonces las llamamos "realidades" concretas.
Sin embargo, actualmente, la mente no está enfocada en forma
que permita dar una imagen clara y verdadera de lo que el espíritu
imagina. No tiene un foco único y nítido y da imágenes nebulosas. De ahí la necesidad de la experimentación, para demostrar la impropiedad de la primera concepción y producir nuevas imágenes o ideas hasta lograr la verdadera imagen producida por el espíritu en la sustancia mental y reproducirla en la sustancia física.
En el mejor de los casos, solo podemos modelar con nuestra
mente las imágenes que tienen relación con la forma, porque la mente humana no comenzó sino en el Período Terrestre y se encuentra actualmente en su etapa primitiva de desenvolvimiento, o sea su "etapa mineral." Por eso estamos confinados en nuestras operaciones a las formas, a los minerales. Podemos imaginar toda clase de maneras de trabajar con las formas minerales de los tres reinos inferiores; pero podemos hacer poco o nada con los cuerpos vivientes. Es verdad que podemos injertar una rama viva en un árbol vivo, o una parte viva de un animal en otro, o clonar un animal; pero, en realidad, no estamos operando con la vida sino con sus formas solamente. Estamos creando circunstancias o condiciones nuevas; pero la vida que ya moraba en esa forma es la que continua subsistiendo. Poder trabajar con la vida está actualmente más allá del poder del ser humano, hasta que su
mente haya sido vivificada.
En el Período de Júpiter, que seguirá al presente terrestre, la
mente habrá sido vivificada hasta cierto punto, y entonces el ser
humano podrá imaginar formas que vivirán y crecerán y se
reproducirán, como las plantas.
En el Período de Venus, cuando su mente haya adquirido
"Sentimiento" o "Sensación," podrá crear cosas vivas, que crezcan y tengan sensaciones y deseos y se muevan, como los animales.
Y, finalmente, cuando alcance la perfección, al final del Período
de Vulcano, podrá imaginar en existencia seres que vivirán, crecerán, sentirán deseos y pensarán, como hoy hacemos los humanos.
mente las imágenes que tienen relación con la forma, porque la mente humana no comenzó sino en el Período Terrestre y se encuentra actualmente en su etapa primitiva de desenvolvimiento, o sea su "etapa mineral." Por eso estamos confinados en nuestras operaciones a las formas, a los minerales. Podemos imaginar toda clase de maneras de trabajar con las formas minerales de los tres reinos inferiores; pero podemos hacer poco o nada con los cuerpos vivientes. Es verdad que podemos injertar una rama viva en un árbol vivo, o una parte viva de un animal en otro, o clonar un animal; pero, en realidad, no estamos operando con la vida sino con sus formas solamente. Estamos creando circunstancias o condiciones nuevas; pero la vida que ya moraba en esa forma es la que continua subsistiendo. Poder trabajar con la vida está actualmente más allá del poder del ser humano, hasta que su
mente haya sido vivificada.
En el Período de Júpiter, que seguirá al presente terrestre, la
mente habrá sido vivificada hasta cierto punto, y entonces el ser
humano podrá imaginar formas que vivirán y crecerán y se
reproducirán, como las plantas.
En el Período de Venus, cuando su mente haya adquirido
"Sentimiento" o "Sensación," podrá crear cosas vivas, que crezcan y tengan sensaciones y deseos y se muevan, como los animales.
Y, finalmente, cuando alcance la perfección, al final del Período
de Vulcano, podrá imaginar en existencia seres que vivirán, crecerán, sentirán deseos y pensarán, como hoy hacemos los humanos.
Con las noticias mentales recibidas del espíritu, forma nuestras
conclusiones en la Región del Pensamiento Abstracto, concernientes a los asuntos a que se refieren. Esas conclusiones son ideas. Por el Poder de la voluntad proyectamos las ideas a través de la mente, donde toma forma concreta como pensamientos-forma o imágenes mentales tomadas de la Región del Pensamiento Concreto.
Las ideas pueden proyectarse contra el cuerpo de deseos con el fin de despertar el sentimiento de interés o de indiferencia que impela a la acción inmediata.
conclusiones en la Región del Pensamiento Abstracto, concernientes a los asuntos a que se refieren. Esas conclusiones son ideas. Por el Poder de la voluntad proyectamos las ideas a través de la mente, donde toma forma concreta como pensamientos-forma o imágenes mentales tomadas de la Región del Pensamiento Concreto.
Las ideas pueden proyectarse contra el cuerpo de deseos con el fin de despertar el sentimiento de interés o de indiferencia que impela a la acción inmediata.
i.- El siguiente mundo, tras el del Pensamiento y más denso que
él, es el Mundo del Deseo. Este mundo está formado por materia,
llamada de deseos, y que también tiene como característica el que está permanentemente en movimiento. Pero ese movimiento, a diferencia de lo que hace la materia del Mundo del Pensamiento, no piensa, sino que siente, crea ininterrumpidamente deseos, emociones, sentimientos, pasiones, etc. También en este mundo ocurre como en el del Pensamiento, pero aquí los objetos propios de ese mundo no son pensamientos, sino deseos, emociones, sentimientos, etc., cada uno con su contenido emocional propio. Nuestro vehículo correspondiente a este mundo es el llamado Cuerpo de Deseos o Cuerpo Astral o Emocional, que es el penúltimo cuerpo que recibimos a lo largo de la evolución, ya que nos fue dado en el Período Lunar, cuando la oleada de vida de los ángeles alcanzó su estadio humano. Se encuentra en su estadio vegetal. Nuestro Espíritu utiliza su materia para formar nuestros deseos, emociones, sentimientos y pasiones.
él, es el Mundo del Deseo. Este mundo está formado por materia,
llamada de deseos, y que también tiene como característica el que está permanentemente en movimiento. Pero ese movimiento, a diferencia de lo que hace la materia del Mundo del Pensamiento, no piensa, sino que siente, crea ininterrumpidamente deseos, emociones, sentimientos, pasiones, etc. También en este mundo ocurre como en el del Pensamiento, pero aquí los objetos propios de ese mundo no son pensamientos, sino deseos, emociones, sentimientos, etc., cada uno con su contenido emocional propio. Nuestro vehículo correspondiente a este mundo es el llamado Cuerpo de Deseos o Cuerpo Astral o Emocional, que es el penúltimo cuerpo que recibimos a lo largo de la evolución, ya que nos fue dado en el Período Lunar, cuando la oleada de vida de los ángeles alcanzó su estadio humano. Se encuentra en su estadio vegetal. Nuestro Espíritu utiliza su materia para formar nuestros deseos, emociones, sentimientos y pasiones.
j.- El mundo siguiente, descendiendo desde el origen y
aumentando la densidad de su materia, es el Mundo Físico. También éste mundo se divide en dos Regiones: la superior, llamada Región Etérica, y la inferior, denominada Región Química.
aumentando la densidad de su materia, es el Mundo Físico. También éste mundo se divide en dos Regiones: la superior, llamada Región Etérica, y la inferior, denominada Región Química.
k.- En el Mundo Físico, la característica de su materia es la inercia de modo que, si no se la mueve, permanece en reposo.
l.- La Región Etérica, que es el dominio de las fuerzas que
producen las actividades de la vida y de las formas, permitiendo a éstas vivir, moverse y propagarse, se compone de cuatro subplanos, con materia de densidad creciente a medida que descienden, pero con funciones distintas según el éter de que están compuestos.
producen las actividades de la vida y de las formas, permitiendo a éstas vivir, moverse y propagarse, se compone de cuatro subplanos, con materia de densidad creciente a medida que descienden, pero con funciones distintas según el éter de que están compuestos.
m.- Cuando hablamos de nuestro Vehículo Etérico, Cuerpo
etérico o Cuerpo Vital, nos referimos a la cantidad de materia de esas cuatro subdivisiones de la Región Etérica que nuestro Espíritu ha incluido en su aura para utilizarla en la presente encarnación. Nuestro cuerpo Etérico, pues, posee materia de los cuatro Subplanos Etéricos y lo recibimos en el Período Solar, cuando los Arcángeles estaban en su estadio humano.
etérico o Cuerpo Vital, nos referimos a la cantidad de materia de esas cuatro subdivisiones de la Región Etérica que nuestro Espíritu ha incluido en su aura para utilizarla en la presente encarnación. Nuestro cuerpo Etérico, pues, posee materia de los cuatro Subplanos Etéricos y lo recibimos en el Período Solar, cuando los Arcángeles estaban en su estadio humano.
n.- El subplano más elevado está formado por el Éter Reflector,
cuya materia almacena todos los sucesos, fenómenos y vivencias producidos en la Tierra. Es lo que se llama la Memoria de la
Naturaleza.
cuya materia almacena todos los sucesos, fenómenos y vivencias producidos en la Tierra. Es lo que se llama la Memoria de la
Naturaleza.
o.- La porción de Éter reflector de nuestro Cuerpo Vital es la que
permite que los pensamientos impresionen el cerebro, y guarda los sucesos y vivencias de esta vida, accesibles fácilmente a la voluntad.
Se la denomina Memoria Consciente. Si se refiere al resto de las
vivencias y sucesos, a los que ordinariamente no tenemos acceso voluntario, se la denomina Memoria Subconsciente. Y, si se refiere a las vivencias de vidas anteriores, se la denomina Memoria Supraconsciente.
permite que los pensamientos impresionen el cerebro, y guarda los sucesos y vivencias de esta vida, accesibles fácilmente a la voluntad.
Se la denomina Memoria Consciente. Si se refiere al resto de las
vivencias y sucesos, a los que ordinariamente no tenemos acceso voluntario, se la denomina Memoria Subconsciente. Y, si se refiere a las vivencias de vidas anteriores, se la denomina Memoria Supraconsciente.
p.- Las memorias Consciente y Subconsciente se hallan
almacenadas en el Éter Reflector, mientras que la Memoria
Supraconsciente se encuentra en el Espíritu de Vida, pero
estrechamente conectada al Éter Reflector. Por eso, mediante la
hipnosis, se puede acceder a la memoria de vidas pasadas. Y por eso, cuando se alcanza determinado grado de evolución, esas vidas se recuerdan también, espontáneamente, con toda claridad.
almacenadas en el Éter Reflector, mientras que la Memoria
Supraconsciente se encuentra en el Espíritu de Vida, pero
estrechamente conectada al Éter Reflector. Por eso, mediante la
hipnosis, se puede acceder a la memoria de vidas pasadas. Y por eso, cuando se alcanza determinado grado de evolución, esas vidas se recuerdan también, espontáneamente, con toda claridad.
q.- El segundo Éter en densidad, es el Éter de Luz o Lumínico.
Su materia es la que hace posible la percepción, los sentidos, el calor de los cuerpos, el movimiento, la circulación de la sangre, la función clorofílica y la circulación de la savia en los vegetales, etc.
Su materia es la que hace posible la percepción, los sentidos, el calor de los cuerpos, el movimiento, la circulación de la sangre, la función clorofílica y la circulación de la savia en los vegetales, etc.
r.- El tercer Éter es el Éter de Vida o Vital, y tiene por misión
principal hacer posible la reproducción, la perpetuación de las
especies.
principal hacer posible la reproducción, la perpetuación de las
especies.
s.- Y el cuarto y último Éter, el más denso, es el Éter Químico,
que permite que asimilemos y excretemos, haciendo posible la
subsistencia del cuerpo físico.
que permite que asimilemos y excretemos, haciendo posible la
subsistencia del cuerpo físico.
t.- La Región Química del Mundo Físico está compuesta por los
sólidos, líquidos y gases y es la que nos es más familiar, pues en ella se desarrolla nuestra vida consciente y de su materia está formado nuestro Cuerpo Físico, que es nuestro vehículo correspondiente a este Mundo, el más antiguo que tenemos, ya que lo recibimos en el Período de Saturno, cuando los Señores de la Mente pasaban por su estadio humano.
sólidos, líquidos y gases y es la que nos es más familiar, pues en ella se desarrolla nuestra vida consciente y de su materia está formado nuestro Cuerpo Físico, que es nuestro vehículo correspondiente a este Mundo, el más antiguo que tenemos, ya que lo recibimos en el Período de Saturno, cuando los Señores de la Mente pasaban por su estadio humano.
u.- Los tres vehículos inferiores (cuerpos Físico, Etérico y de
Deseos) más el Mental, constituyen nuestra Personalidad o Yo
Inferior que, a través de los tiempos, ha acabado por adquirir cierta independencia y cierta voluntad propias que opone a la voluntad
espiritual y provoca la lucha en que consiste el recorrido del llamado Sendero, que todos los humanos hemos de transitar.
Deseos) más el Mental, constituyen nuestra Personalidad o Yo
Inferior que, a través de los tiempos, ha acabado por adquirir cierta independencia y cierta voluntad propias que opone a la voluntad
espiritual y provoca la lucha en que consiste el recorrido del llamado Sendero, que todos los humanos hemos de transitar.
v.- Como el Cuerpo Mental o Mente es un Período (varios
millones de años) más joven que el Cuerpo de Deseos, éste se le impuso enseguida y, desde entonces, prácticamente el cuerpo mental trabaja para satisfacer los deseos, dando lugar a la astucia. Sólo, cuando vamos desarrollando y fortaleciendo la mente y logramos contraponer lo que es lógico o conveniente o bueno o preferible o razonable a lo que deseamos (ejemplo típico, el del fumador que desea dejar su vicio y ve cómo su razón lucha con sus deseos), logramos que la mente se imponga. Y ésa es la doble gran labor de nuestra época:
por un lado, que la mente logre imponerse a los deseos y sólo hagamos lo que proceda hacer, dando lugar al nacimiento del discernimiento; y que nuestros deseos sean razonables y positivos y elevados y, sobre todo, altruistas, guiados por la Sabiduría y el Amor. Recordemos que la meta de la evolución consiste en llegar a “pensar con el corazón y amar con la mente”.
millones de años) más joven que el Cuerpo de Deseos, éste se le impuso enseguida y, desde entonces, prácticamente el cuerpo mental trabaja para satisfacer los deseos, dando lugar a la astucia. Sólo, cuando vamos desarrollando y fortaleciendo la mente y logramos contraponer lo que es lógico o conveniente o bueno o preferible o razonable a lo que deseamos (ejemplo típico, el del fumador que desea dejar su vicio y ve cómo su razón lucha con sus deseos), logramos que la mente se imponga. Y ésa es la doble gran labor de nuestra época:
por un lado, que la mente logre imponerse a los deseos y sólo hagamos lo que proceda hacer, dando lugar al nacimiento del discernimiento; y que nuestros deseos sean razonables y positivos y elevados y, sobre todo, altruistas, guiados por la Sabiduría y el Amor. Recordemos que la meta de la evolución consiste en llegar a “pensar con el corazón y amar con la mente”.
w.- Millones de años e innumerables vidas nos hemos
identificado con nuestra Personalidad, especialmente con los
vehículos más antiguos: el cuerpo físico, el etérico y el de deseos. Y, como es la mente, el vehículo más reciente, y que aún se halla en su estadio mineral, el que nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia, casi todos creemos que somos nosotros los que pensamos aunque, la que en realidad lo hace es ella y, además, dada su naturaleza, casi siempre por su cuenta, mientras no es controlada por la voluntad, nota clave del Espíritu Divino, el superior de nuestros tres Espíritus.
Pero no somos nuestra mente. Ésta es sólo un instrumento del
Espíritu. La prueba está en que, si queremos pensar, pensamos y, si no queremos, no pensamos. Luego, somos dos cosas distintas. Y lo mismo sucede con el Cuerpo de Deseos (si queremos desear algo o
sentir algo, lo hacemos y, si no, no), el Cuerpo Vital (si queremos ver algo, lo vemos y, si no, no) y el Cuerpo Físico (si queremos hacer lago, lo hacemos y, si no, no). Y, como no es posible que el que manda y el que obedece sean una misma cosa, queda claro que los vehículos son distintos del Espíritu y pueden – y deben – ser dominados por él.
No hemos de perder de vista que los distintos mundos y, dentro
de ellos, los distintos planos, se compenetran unos a otros, de modo que los menos densos compenetran a todos los más densos y, además, los exceden en tamaño, sobresaliendo de ellos. Y así, el Espíritu Divino compenetra y excede al Espíritu de Vida, y éste al Espíritu Humano, y éste a la Mente, y ésta al Cuerpo de deseos, y éste al cuerpo Etérico, y éste al Cuerpo Físico. Y que esa compenetración hace que estén todos esos mundos y planos íntimanente unidos, de modo que cualquier incidencia en uno de ellos, afecta a todos los que lo compenetran y a los por él compenetrados.
Hay que tener presente también que, aunque todos nuestros
Espíritus y vehículos se representan situando arriba los menos densos y debajo los más densos, en realidad, dado que todos se compenetran, no hay arriba ni abajo, y todos los menos densos están en todos los más densos. Así es posible comprender la omnipresencia de Dios, ya que compenetra a toda su creación, y la inexistencia de distancias en los planos superiores. Y la afirmación de Cristo de que “el reino de los Cielos está dentro de nosotros.”
identificado con nuestra Personalidad, especialmente con los
vehículos más antiguos: el cuerpo físico, el etérico y el de deseos. Y, como es la mente, el vehículo más reciente, y que aún se halla en su estadio mineral, el que nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia, casi todos creemos que somos nosotros los que pensamos aunque, la que en realidad lo hace es ella y, además, dada su naturaleza, casi siempre por su cuenta, mientras no es controlada por la voluntad, nota clave del Espíritu Divino, el superior de nuestros tres Espíritus.
Pero no somos nuestra mente. Ésta es sólo un instrumento del
Espíritu. La prueba está en que, si queremos pensar, pensamos y, si no queremos, no pensamos. Luego, somos dos cosas distintas. Y lo mismo sucede con el Cuerpo de Deseos (si queremos desear algo o
sentir algo, lo hacemos y, si no, no), el Cuerpo Vital (si queremos ver algo, lo vemos y, si no, no) y el Cuerpo Físico (si queremos hacer lago, lo hacemos y, si no, no). Y, como no es posible que el que manda y el que obedece sean una misma cosa, queda claro que los vehículos son distintos del Espíritu y pueden – y deben – ser dominados por él.
No hemos de perder de vista que los distintos mundos y, dentro
de ellos, los distintos planos, se compenetran unos a otros, de modo que los menos densos compenetran a todos los más densos y, además, los exceden en tamaño, sobresaliendo de ellos. Y así, el Espíritu Divino compenetra y excede al Espíritu de Vida, y éste al Espíritu Humano, y éste a la Mente, y ésta al Cuerpo de deseos, y éste al cuerpo Etérico, y éste al Cuerpo Físico. Y que esa compenetración hace que estén todos esos mundos y planos íntimanente unidos, de modo que cualquier incidencia en uno de ellos, afecta a todos los que lo compenetran y a los por él compenetrados.
Hay que tener presente también que, aunque todos nuestros
Espíritus y vehículos se representan situando arriba los menos densos y debajo los más densos, en realidad, dado que todos se compenetran, no hay arriba ni abajo, y todos los menos densos están en todos los más densos. Así es posible comprender la omnipresencia de Dios, ya que compenetra a toda su creación, y la inexistencia de distancias en los planos superiores. Y la afirmación de Cristo de que “el reino de los Cielos está dentro de nosotros.”
3.-Cuando una forma mental o pensamiento en enviado por la mente al Cuerpo de Deseos, una vez en éste, pueden ocurrir varias cosas:
A) Que el pensamiento produzca Interés, en cuyo caso se
despertará una de las dos fuerzas gemelas: la de Atracción o la de Repulsión.
despertará una de las dos fuerzas gemelas: la de Atracción o la de Repulsión.
a) Si la de Atracción, la fuerza centrípeta se despierta, toma el
pensamiento, presta vitalidad a la imagen y la envuelve en materia de deseos. Entonces el pensamiento puede obrar sobre el cerebro etérico e impulsar la fuerza vital hacia los apropiados centros cerebrales, nervios y músculos que ejecutarán la acción necesaria. En esta forma se gasta la fuerza del pensamiento y la imagen subsiste en el éter del cuerpo vital como memoria del acto y del sentimiento causado por él.
pensamiento, presta vitalidad a la imagen y la envuelve en materia de deseos. Entonces el pensamiento puede obrar sobre el cerebro etérico e impulsar la fuerza vital hacia los apropiados centros cerebrales, nervios y músculos que ejecutarán la acción necesaria. En esta forma se gasta la fuerza del pensamiento y la imagen subsiste en el éter del cuerpo vital como memoria del acto y del sentimiento causado por él.
b) La de Repulsión es la fuerza centrífuga, y si esta es despertada por el pensamiento, habrá una lucha entre la fuerza espiritual (la voluntad humana), dentro del pensamiento-forma y el cuerpo de deseos. Esa batalla es la que se entabla entre la conciencia y el deseo, entre la naturaleza superior y la inferior. La fuerza espiritual, a pesar de la resistencia, tratará de envolver el pensamiento-forma en la materia del cuerpo de deseos necesaria para manipular el cerebro y los músculos. La Fuerza de Repulsión tratará de dispersar la materia apropiada y expulsarla del pensamiento. Si la energía espiritual es fuerte, puede abrirse camino hasta los centros cerebrales y mantener su envoltura de materia de deseos mientras manipula la fuerza vital, compeliéndola así a la acción, y entonces dejará sobre la memoria una impresión vívida de la batalla y de la victoria. Si la energía espiritual se gasta antes de que se haya producido el acto, será sobrepasada por la fuerza de Repulsión y será archivado en la memoria como todos los demás pensamientos-formas cuando han agotado su energía.
B) Si la forma de pensamiento produce el sentimiento neutral de
indiferencia y, consecuentemente, no provoca una acción inmediata, entonces aquellas imágenes pueden proyectarse directamente sobre el éter Reflector, junto con los pensamientos originados por las mismas, para ser empleados en el futuro. El espíritu que trabaja a través de la mente tiene acceso instantáneo al archivo de la memoria consciente y puede resucitar en cualquier tiempo cualquiera de las imágenes que allí se encuentran, y vigorizarlas con nueva fuerza espiritual y proyectarlas contra el cuerpo de deseos compeliéndolo a la acción.
Cada vez que tales imágenes se emplean, ganan en fuerza,
eficiencia y nitidez, y compelerán a la acción en el sentido apropiado más eficientemente que en las ocasiones previas, porque abre canales en el cerebro, por así decirlo, y produce el fenómeno del crecimiento y vigorización del pensamiento por la repetición.
indiferencia y, consecuentemente, no provoca una acción inmediata, entonces aquellas imágenes pueden proyectarse directamente sobre el éter Reflector, junto con los pensamientos originados por las mismas, para ser empleados en el futuro. El espíritu que trabaja a través de la mente tiene acceso instantáneo al archivo de la memoria consciente y puede resucitar en cualquier tiempo cualquiera de las imágenes que allí se encuentran, y vigorizarlas con nueva fuerza espiritual y proyectarlas contra el cuerpo de deseos compeliéndolo a la acción.
Cada vez que tales imágenes se emplean, ganan en fuerza,
eficiencia y nitidez, y compelerán a la acción en el sentido apropiado más eficientemente que en las ocasiones previas, porque abre canales en el cerebro, por así decirlo, y produce el fenómeno del crecimiento y vigorización del pensamiento por la repetición.
C) La tercera forma de emplear el pensamiento se da cuando el
pensador lo proyecta hacia otra mente para que actúe como sugestión, para proporcionarle informaciones, etc., como en la telepatía, por ejemplo; o puede ser dirigido contra el cuerpo de deseos de otra persona para compelerla a la acción, como en el caso de un hipnotizador que influye sobre su víctima a distancia. Entonces obrará precisamente de la misma manera como si fuera el propio pensamiento de la víctima. Si está de acuerdo con la idiosincrasia de ésta, obrará en la forma indicada arriba. Si es contrario a su naturaleza, obrará como se describió también en ese supuesto. Todo este proceso es el que se sigue cuando interviene la voluntad. Cuando tiene lugar inconscientemente, como consecuencia sólo de la naturaleza de las materias mental y de deseos, es cuando se producen esos pensamientos, deseos y emociones que suelen terminar en miedos, manejando recuerdos, elaborándolos con experiencias similares o asociadas y, proyectándolas al futuro donde, como no son fruto de la
voluntad consciente, no se realizarán, pero servirán para producirnos sentimientos y emociones negativos y como materia prima para futuras elucubraciones, acabando por transformarse en hábito, con consecuencias negativas en todos los planos.
Cuando el acto designado por una forma de pensamiento ha sido realizado o su energía se ha agotado en vanas tentativas para realizar su objeto, gravita nuevamente en torno de su creador, llevando consigo el recuerdo indeleble de la jornada. Su éxito o fracaso se imprime en los átomos negativos del éter Reflector del cuerpo vital de su creador, donde forma esa parte de la memoria de la vida del pensador que se denomina memoria subconsciente.
Este recuerdo es mucho más importante que la memoria a la que tenemos acceso consciente, porque esta última está formada por percepciones de los sentidos, imperfectas e ilusorias, y es la que llamamos memoria voluntaria o consciente. Pero memoria involuntaria o subconsciente se forma de otra manera, estando fuera de nuestro dominio actualmente. Así como el éter lleva a la película sensible de la cámara oscura una impresión fidelísima del paisaje, hasta en sus menores detalles, sin tener en cuenta si el fotógrafo los ha observado o no, así también el éter contenido en el aire que inspiramos, lleva consigo una imagen fiel y detallada de todo nuestro alrededor. Y no solamente de las cosas materiales, sino también de las condiciones que existen en cada momento en nuestra aura.
El más fugaz sentimiento, pensamiento y emoción se transmite a
los pulmones, donde se inyecta en la sangre. La sangre es uno de los productos más elevados del cuerpo vital, porque es el vehículo que lleva el alimento a todas las partes del cuerpo y es también el vehículo directo del Ego. Las imágenes que contiene se imprimen sobre los átomos negativos del cuerpo vital, para servir como árbitros del destino del hombre en el estado post mortem.
La memoria consciente y la subconsciente, se refieren
completamente a las experiencias de esta vida, y se componen de las impresiones de los acontecimientos archivados en el cuerpo vital.
Dichas impresiones pueden ser modificadas o borradas, en lo que llamamos el olvido de los pecados y cuyo cambio o desaparición definitiva dependen de la eliminación de esas impresiones del éter del cuerpo vital.
Hay también una memoria supraconsciente. Es, por así decirlo, el archivo o almacén de todas las facultades adquiridas y conocimientos conseguidos en las vidas anteriores, aunque quizás latentes en la presente encarnación. Este recuerdo está grabado indeleblemente en el Espíritu de Vida. Se manifiesta ordinariamente, aunque no en toda su extensión, como la conciencia y el carácter que animan todos los pensamientos-forma, algunas veces como consejero, otras compeliendo a la acción con irresistible fuerza y hasta contradiciendo a la razón y al deseo. En muchas mujeres, que tienen el cuerpo vital positivo, y en las personas avanzadas de cualquier sexo, cuyos cuerpos
vitales se han sensibilizado por una vida pura y santa, por la oración y por la concentración, esta memoria supraconsciente, inherente al Espíritu de Vida, está ocasionalmente por encima de la necesidad de envolverse en materia mental o de deseos para compeler a la acción.
No siempre necesita correr el riesgo de verse sujeta y hasta sometida por el proceso del razonamiento. Algunas veces, en forma de intuición o de enseñanza interna, se imprime directamente sobre el éter reflector del cuerpo vital. Cuanto más dispuestos nos encontremos a recoger y seguir sus dictados, tanto más a menudo hablará para nuestro eterno beneficio. La intuición es esa vocecita que nos aconseja ante cualquier elección y a la que casi nunca obedecemos para luego arrepentirnos de no haber seguido sus sugerencias..
pensador lo proyecta hacia otra mente para que actúe como sugestión, para proporcionarle informaciones, etc., como en la telepatía, por ejemplo; o puede ser dirigido contra el cuerpo de deseos de otra persona para compelerla a la acción, como en el caso de un hipnotizador que influye sobre su víctima a distancia. Entonces obrará precisamente de la misma manera como si fuera el propio pensamiento de la víctima. Si está de acuerdo con la idiosincrasia de ésta, obrará en la forma indicada arriba. Si es contrario a su naturaleza, obrará como se describió también en ese supuesto. Todo este proceso es el que se sigue cuando interviene la voluntad. Cuando tiene lugar inconscientemente, como consecuencia sólo de la naturaleza de las materias mental y de deseos, es cuando se producen esos pensamientos, deseos y emociones que suelen terminar en miedos, manejando recuerdos, elaborándolos con experiencias similares o asociadas y, proyectándolas al futuro donde, como no son fruto de la
voluntad consciente, no se realizarán, pero servirán para producirnos sentimientos y emociones negativos y como materia prima para futuras elucubraciones, acabando por transformarse en hábito, con consecuencias negativas en todos los planos.
Cuando el acto designado por una forma de pensamiento ha sido realizado o su energía se ha agotado en vanas tentativas para realizar su objeto, gravita nuevamente en torno de su creador, llevando consigo el recuerdo indeleble de la jornada. Su éxito o fracaso se imprime en los átomos negativos del éter Reflector del cuerpo vital de su creador, donde forma esa parte de la memoria de la vida del pensador que se denomina memoria subconsciente.
Este recuerdo es mucho más importante que la memoria a la que tenemos acceso consciente, porque esta última está formada por percepciones de los sentidos, imperfectas e ilusorias, y es la que llamamos memoria voluntaria o consciente. Pero memoria involuntaria o subconsciente se forma de otra manera, estando fuera de nuestro dominio actualmente. Así como el éter lleva a la película sensible de la cámara oscura una impresión fidelísima del paisaje, hasta en sus menores detalles, sin tener en cuenta si el fotógrafo los ha observado o no, así también el éter contenido en el aire que inspiramos, lleva consigo una imagen fiel y detallada de todo nuestro alrededor. Y no solamente de las cosas materiales, sino también de las condiciones que existen en cada momento en nuestra aura.
El más fugaz sentimiento, pensamiento y emoción se transmite a
los pulmones, donde se inyecta en la sangre. La sangre es uno de los productos más elevados del cuerpo vital, porque es el vehículo que lleva el alimento a todas las partes del cuerpo y es también el vehículo directo del Ego. Las imágenes que contiene se imprimen sobre los átomos negativos del cuerpo vital, para servir como árbitros del destino del hombre en el estado post mortem.
La memoria consciente y la subconsciente, se refieren
completamente a las experiencias de esta vida, y se componen de las impresiones de los acontecimientos archivados en el cuerpo vital.
Dichas impresiones pueden ser modificadas o borradas, en lo que llamamos el olvido de los pecados y cuyo cambio o desaparición definitiva dependen de la eliminación de esas impresiones del éter del cuerpo vital.
Hay también una memoria supraconsciente. Es, por así decirlo, el archivo o almacén de todas las facultades adquiridas y conocimientos conseguidos en las vidas anteriores, aunque quizás latentes en la presente encarnación. Este recuerdo está grabado indeleblemente en el Espíritu de Vida. Se manifiesta ordinariamente, aunque no en toda su extensión, como la conciencia y el carácter que animan todos los pensamientos-forma, algunas veces como consejero, otras compeliendo a la acción con irresistible fuerza y hasta contradiciendo a la razón y al deseo. En muchas mujeres, que tienen el cuerpo vital positivo, y en las personas avanzadas de cualquier sexo, cuyos cuerpos
vitales se han sensibilizado por una vida pura y santa, por la oración y por la concentración, esta memoria supraconsciente, inherente al Espíritu de Vida, está ocasionalmente por encima de la necesidad de envolverse en materia mental o de deseos para compeler a la acción.
No siempre necesita correr el riesgo de verse sujeta y hasta sometida por el proceso del razonamiento. Algunas veces, en forma de intuición o de enseñanza interna, se imprime directamente sobre el éter reflector del cuerpo vital. Cuanto más dispuestos nos encontremos a recoger y seguir sus dictados, tanto más a menudo hablará para nuestro eterno beneficio. La intuición es esa vocecita que nos aconseja ante cualquier elección y a la que casi nunca obedecemos para luego arrepentirnos de no haber seguido sus sugerencias..
Por sus actividades durante las horas de vigilia, el cuerpo de
deseos y la mente están constantemente destruyendo el vehículo denso. Cada pensamiento, cada movimiento, destruye tejidos. Por otro lado, el cuerpo vital se dedica de lleno a restaurar la armonía y reconstruir lo que los otros vehículos están destruyendo. Sin embargo, no puede siempre compensar completamente los estragos causados por los impulsos, sentimientos y pensamientos. Gradualmente, va perdiendo terreno y, por último, llega un momento en que se paraliza.
Los átomos etéricos se “salen”, por así decirlo, de los átomos físicos.
El fluido vital cesa de circular por los nervios en la cantidad necesaria; el cuerpo se hace pesado; el pensador se encuentra cohibido por su pesadez y se ve obligado a salir de él, llevándose el cuerpo de deseos consigo. Esta salida de los vehículos superiores deja al cuerpo denso interpenetrado por el cuerpo vital en el estado, sin sentido, que llamamos sueño. El sueño, sin embargo, no es en manera alguna un estado inactivo, como se supone generalmente. Si así fuera no habría diferencia en el cuerpo al despertar por la mañana y su fatiga sería igual de grande. Por el contrario, el sueño es un período de intensa actividad y, cuanto más intensa es ésta, tanto más grande es su valor, porque elimina los venenos resultantes de los tejidos destruidos por las actividades físicas y mentales del día. Los tejidos son así reconstruidos y el ritmo del cuerpo restablecido. Cuanto más perfectamente se realiza este trabajo, tanto mayor es el beneficio que el sueño aporta.
deseos y la mente están constantemente destruyendo el vehículo denso. Cada pensamiento, cada movimiento, destruye tejidos. Por otro lado, el cuerpo vital se dedica de lleno a restaurar la armonía y reconstruir lo que los otros vehículos están destruyendo. Sin embargo, no puede siempre compensar completamente los estragos causados por los impulsos, sentimientos y pensamientos. Gradualmente, va perdiendo terreno y, por último, llega un momento en que se paraliza.
Los átomos etéricos se “salen”, por así decirlo, de los átomos físicos.
El fluido vital cesa de circular por los nervios en la cantidad necesaria; el cuerpo se hace pesado; el pensador se encuentra cohibido por su pesadez y se ve obligado a salir de él, llevándose el cuerpo de deseos consigo. Esta salida de los vehículos superiores deja al cuerpo denso interpenetrado por el cuerpo vital en el estado, sin sentido, que llamamos sueño. El sueño, sin embargo, no es en manera alguna un estado inactivo, como se supone generalmente. Si así fuera no habría diferencia en el cuerpo al despertar por la mañana y su fatiga sería igual de grande. Por el contrario, el sueño es un período de intensa actividad y, cuanto más intensa es ésta, tanto más grande es su valor, porque elimina los venenos resultantes de los tejidos destruidos por las actividades físicas y mentales del día. Los tejidos son así reconstruidos y el ritmo del cuerpo restablecido. Cuanto más perfectamente se realiza este trabajo, tanto mayor es el beneficio que el sueño aporta.
4.-La consciencia es la certeza de nuestra propia existencia y de
nuestro entorno. Desgraciadamente, no estamos acostumbrados a ser conscientes de lo que hacemos la mayor parte del día. Y, en cuanto dejamos de enfocar la atención (la voluntad) sobre el cuerpo mental y el de deseos, éstos, siguiendo su natural manera de expresión, piensan y desean y elucubran y sueñan y proyectan y recuerdan y se emocionan, y sienten y fantasean libremente.
La consciencia, que es, pues, el saber que estamos existiendo y
decidiendo y actuando en nuestro entorno o en nosotros mismos, es fundamental. La vida es una permanente sucesión de elecciones, decisiones y adaptaciones, pues cada decisión, nacida de una elección, hace cambiar inevitablemente el entorno (físico, emocional o mental) y nos obliga a una adaptación. Por ejemplo: si decidimos salir de esta habitación, habremos de adaptarnos inmediatamente a una nueva temperatura, a otro nivel de humedad, a nuevos ruidos, a otros estímulos ópticos, etc.; recordaremos momentos similares ya vividos y los efectos asociados; desearemos algo y sentiremos algo. Con ello se incrementará el deseo o el asentimiento, si es positivo, o el rechazo, si es negativo y ambos nos afectarán.
Hay que considerar también que una decisión supone siempre
elegir una entre varias posibilidades, eliminando todas las otras con todas las consecuencias que de ellas podrían derivarse en el futuro y que nunca volverán.
La consciencia se debe a la atención, a la concentración, por un
instante, para decidir (cuando no hemos automatizado alguna vivencia, como conducir, pues entonces no decidimos conscientemente, salvo si surge algo que no estaba previsto en lo mecanizado) Por eso, cuanto más conscientes somos es cuando más nos concentramos. Pero sólo somos conscientes de lo que decidimos estudiar o hacer y de nada más, porque la mente no puede ocuparse de más de un asunto a la vez.
nuestro entorno. Desgraciadamente, no estamos acostumbrados a ser conscientes de lo que hacemos la mayor parte del día. Y, en cuanto dejamos de enfocar la atención (la voluntad) sobre el cuerpo mental y el de deseos, éstos, siguiendo su natural manera de expresión, piensan y desean y elucubran y sueñan y proyectan y recuerdan y se emocionan, y sienten y fantasean libremente.
La consciencia, que es, pues, el saber que estamos existiendo y
decidiendo y actuando en nuestro entorno o en nosotros mismos, es fundamental. La vida es una permanente sucesión de elecciones, decisiones y adaptaciones, pues cada decisión, nacida de una elección, hace cambiar inevitablemente el entorno (físico, emocional o mental) y nos obliga a una adaptación. Por ejemplo: si decidimos salir de esta habitación, habremos de adaptarnos inmediatamente a una nueva temperatura, a otro nivel de humedad, a nuevos ruidos, a otros estímulos ópticos, etc.; recordaremos momentos similares ya vividos y los efectos asociados; desearemos algo y sentiremos algo. Con ello se incrementará el deseo o el asentimiento, si es positivo, o el rechazo, si es negativo y ambos nos afectarán.
Hay que considerar también que una decisión supone siempre
elegir una entre varias posibilidades, eliminando todas las otras con todas las consecuencias que de ellas podrían derivarse en el futuro y que nunca volverán.
La consciencia se debe a la atención, a la concentración, por un
instante, para decidir (cuando no hemos automatizado alguna vivencia, como conducir, pues entonces no decidimos conscientemente, salvo si surge algo que no estaba previsto en lo mecanizado) Por eso, cuanto más conscientes somos es cuando más nos concentramos. Pero sólo somos conscientes de lo que decidimos estudiar o hacer y de nada más, porque la mente no puede ocuparse de más de un asunto a la vez.
5.-Como lo importante para nuestra evolución es adquirir la mayor
cantidad de experiencia posible en este mundo físico, empleando los cuatro vehículos de la Personalidad, físico, etérico, de deseos y mental, y como sólo podemos aprender conscientemente cuando nos concentramos sobre algo, es claro que la concentración mental se convierte en la herramienta clave de nuestra evolución .
Tan importante es la concentración que es uno de los ocho pilares sobre los que se apoya la evolución que la Filosofía Rosacruz puede proporcionar y que son: la observación, la retrospección, la meditación, el discernimiento, la oración, la contemplación, la adoración y, por supuesto, la concentración.
Pero, ¿qué es la concentración? ¿Qué es lo que la caracteriza?
Sencillamente, que nos hace ser conscientes de lo que está sucediendo ahora, ser dueños de nuestra mente y de nuestra personalidad toda, y nos permite ser lo que realmente somos: un espíritu plenamente consciente de su existencia y de su poder sobre sus instrumentos, esos cuatro cuerpos en los que se ve obligado a vivir mientras quiere actuar en este mundo: el físico, el etérico, el de deseos y el mental.
cantidad de experiencia posible en este mundo físico, empleando los cuatro vehículos de la Personalidad, físico, etérico, de deseos y mental, y como sólo podemos aprender conscientemente cuando nos concentramos sobre algo, es claro que la concentración mental se convierte en la herramienta clave de nuestra evolución .
Tan importante es la concentración que es uno de los ocho pilares sobre los que se apoya la evolución que la Filosofía Rosacruz puede proporcionar y que son: la observación, la retrospección, la meditación, el discernimiento, la oración, la contemplación, la adoración y, por supuesto, la concentración.
Pero, ¿qué es la concentración? ¿Qué es lo que la caracteriza?
Sencillamente, que nos hace ser conscientes de lo que está sucediendo ahora, ser dueños de nuestra mente y de nuestra personalidad toda, y nos permite ser lo que realmente somos: un espíritu plenamente consciente de su existencia y de su poder sobre sus instrumentos, esos cuatro cuerpos en los que se ve obligado a vivir mientras quiere actuar en este mundo: el físico, el etérico, el de deseos y el mental.
La concentración consiste en enfocar el pensamiento en un
solo punto, así como los rayos del Sol son enfocados por medio de una lente. Cuando se difunden sobre la superficie de la tierra entera no dan sino un calor moderado, pero, aún unos pocos rayos solares enfocados a través de un cristal ordinario, pueden hacer arder el material inflamable sobre el cual se enfocan y, como todos sabemos, es ésa la causa de muchos incendios forestales. Similarmente, cuando se cuela el pensamiento a través del cerebro como el agua a través de un cedazo, no es de valor pero, cuando se concentra sobre cierto objeto, aumenta en intensidad y alcanza el propósito que encierra, para el bien o para el mal.
Se nos dice también por las Enseñanzas Rosacruces que la
oración, correctamente realizada, es más efectiva que la concentración.
¿Por qué? Porque la oración bien realizada supone la concentración, es decir, el vivir en el presente, pero, además, supone el contacto con los planos superiores, que se apresuran a llenarnos de energías y vibraciones positivas proporcionales a nuestra devoción, a nuestras miras y a la elevación alcanzada, ya que la naturaleza odia el vacío y nuestro envío de energía a los planos superiores es respondido por energía de dichos planos que rellena el vacío producido.
Nuestro cuerpo de deseos está formado por materiales de las siete regiones del Mundo del Deseo y, en proporción a nuestros
requerimientos, según son determinados por la naturaleza de nuestros pensamientos, cada pensamiento se viste de materia de deseos en consonancia con su naturaleza.
Sobre este particular, dice Max Heindel en otra de sus obras: que la mayoría de los hombres dejan la vida física con el mismo
temperamento con que vinieron a ella, pero el estudiante rosacruz debe conquistar sistemáticamente todos los arrebatos del cuerpo de deseos y asumir su propio dominio. Esto puede efectuarse por la concentración sobre elevados ideales, lo que vigoriza el cuerpo vital y es mucho más eficaz que las oraciones corrientes. El "ocultista científico" emplea la concentración con preferencia a la oración porque la primera se realiza con ayuda de la mente, que es fría e insensible, mientras que la oración está dictada generalmente por la emoción, casi siempre egoísta. Pero, cuando es dictada por la devoción pura e impersonal hacia elevados ideales la oración es muy superior a la fría concentración. Nunca podrá ser fría, porque vuela con las alas del Amor, la emanación del místico hacia la Deidad.
Esto se aplica al pensamiento formado y expresado en la oración.
Si es egoísta, atrae a sí mismo una cubierta compuesta de sustancia de las regiones inferiores del Mundo del Deseo, pero si es noble,
inegoísta y altruista, vibra con el tono superior de las regiones de la Vida Anímica, de la Luz Anímica y del Poder Anímico. Y se envuelve en este material, agregándole vida y luz a nuestra naturaleza espiritual.
Aún cuando oremos por otros, es dañino pedir algo material o
mundano. Es permisible pedir salud, pero no prosperidad económica.
"Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y lo demás se lo dará por añadidura", es el mandamiento. Cuando cumplamos con ese mandamiento podemos estar seguros de que todas las demás cosas nos serán dadas. Por lo tanto, cuando oremos por un amigo pongamos todo nuestro corazón y alma en la petición de que él pueda permanentemente buscar el Camino, la Verdad y la Vida porque, habiéndolo encontrado y siendo el más grande de todos los tesoros, no le será negada nunca ninguna necesidad real.
En uno de los libros de nuestra Fraternidad, se dice textualmente:
Pregunta:¿Por qué la mañana es el momento mejor para la
concentración?
Respuesta: El objeto de los ejercicios, tanto el de la mañana
como el de la noche, es poner al discípulo en contacto consciente con los mundos invisibles, y no hay momento mejor para ello que la mañana, porque durante la noche el espíritu se retira del cuerpo denso y entra en el mundo invisible, dejando al cuerpo dormido en el lecho, y la vuelta del espíritu por la mañana es lo que hace que el cuerpo se despierte y concentre su atención en el mundo material por medio de los órganos de los sentidos. Debe cerrar sus sentidos en tal forma que no vea ni oiga nada en su habitación. Cuando lo consiga, las escenas del Mundo del Deseo se presentarán ante su visión interna. Primero, esporádicamente, después, más y más claramente, conforme la práctica lo vaya perfeccionando.
solo punto, así como los rayos del Sol son enfocados por medio de una lente. Cuando se difunden sobre la superficie de la tierra entera no dan sino un calor moderado, pero, aún unos pocos rayos solares enfocados a través de un cristal ordinario, pueden hacer arder el material inflamable sobre el cual se enfocan y, como todos sabemos, es ésa la causa de muchos incendios forestales. Similarmente, cuando se cuela el pensamiento a través del cerebro como el agua a través de un cedazo, no es de valor pero, cuando se concentra sobre cierto objeto, aumenta en intensidad y alcanza el propósito que encierra, para el bien o para el mal.
Se nos dice también por las Enseñanzas Rosacruces que la
oración, correctamente realizada, es más efectiva que la concentración.
¿Por qué? Porque la oración bien realizada supone la concentración, es decir, el vivir en el presente, pero, además, supone el contacto con los planos superiores, que se apresuran a llenarnos de energías y vibraciones positivas proporcionales a nuestra devoción, a nuestras miras y a la elevación alcanzada, ya que la naturaleza odia el vacío y nuestro envío de energía a los planos superiores es respondido por energía de dichos planos que rellena el vacío producido.
Nuestro cuerpo de deseos está formado por materiales de las siete regiones del Mundo del Deseo y, en proporción a nuestros
requerimientos, según son determinados por la naturaleza de nuestros pensamientos, cada pensamiento se viste de materia de deseos en consonancia con su naturaleza.
Sobre este particular, dice Max Heindel en otra de sus obras: que la mayoría de los hombres dejan la vida física con el mismo
temperamento con que vinieron a ella, pero el estudiante rosacruz debe conquistar sistemáticamente todos los arrebatos del cuerpo de deseos y asumir su propio dominio. Esto puede efectuarse por la concentración sobre elevados ideales, lo que vigoriza el cuerpo vital y es mucho más eficaz que las oraciones corrientes. El "ocultista científico" emplea la concentración con preferencia a la oración porque la primera se realiza con ayuda de la mente, que es fría e insensible, mientras que la oración está dictada generalmente por la emoción, casi siempre egoísta. Pero, cuando es dictada por la devoción pura e impersonal hacia elevados ideales la oración es muy superior a la fría concentración. Nunca podrá ser fría, porque vuela con las alas del Amor, la emanación del místico hacia la Deidad.
Esto se aplica al pensamiento formado y expresado en la oración.
Si es egoísta, atrae a sí mismo una cubierta compuesta de sustancia de las regiones inferiores del Mundo del Deseo, pero si es noble,
inegoísta y altruista, vibra con el tono superior de las regiones de la Vida Anímica, de la Luz Anímica y del Poder Anímico. Y se envuelve en este material, agregándole vida y luz a nuestra naturaleza espiritual.
Aún cuando oremos por otros, es dañino pedir algo material o
mundano. Es permisible pedir salud, pero no prosperidad económica.
"Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y lo demás se lo dará por añadidura", es el mandamiento. Cuando cumplamos con ese mandamiento podemos estar seguros de que todas las demás cosas nos serán dadas. Por lo tanto, cuando oremos por un amigo pongamos todo nuestro corazón y alma en la petición de que él pueda permanentemente buscar el Camino, la Verdad y la Vida porque, habiéndolo encontrado y siendo el más grande de todos los tesoros, no le será negada nunca ninguna necesidad real.
En uno de los libros de nuestra Fraternidad, se dice textualmente:
Pregunta:¿Por qué la mañana es el momento mejor para la
concentración?
Respuesta: El objeto de los ejercicios, tanto el de la mañana
como el de la noche, es poner al discípulo en contacto consciente con los mundos invisibles, y no hay momento mejor para ello que la mañana, porque durante la noche el espíritu se retira del cuerpo denso y entra en el mundo invisible, dejando al cuerpo dormido en el lecho, y la vuelta del espíritu por la mañana es lo que hace que el cuerpo se despierte y concentre su atención en el mundo material por medio de los órganos de los sentidos. Debe cerrar sus sentidos en tal forma que no vea ni oiga nada en su habitación. Cuando lo consiga, las escenas del Mundo del Deseo se presentarán ante su visión interna. Primero, esporádicamente, después, más y más claramente, conforme la práctica lo vaya perfeccionando.
El poder de la concentración mental puede también emplearse
para curar y ayudar, y no faltan ejemplos para probar esta afirmación.
Podemos, por lo tanto, decir que la concentración es la aplicación directa del poder del pensamiento a la consecución de cierto objeto definido, que puede ser malo o bueno, de acuerdo con el carácter de la persona que la practica y con el propósito para el cual desea usarlo.
La concentración es también imposible en los casos en que los
seres queridos de un moribundo, que están presentes a la hora de la muerte, prorrumpen en alaridos y en lamentaciones histéricas en el momento en que exhala el último suspiro y continúan así en los días siguientes. El espíritu, que está en aquellos momentos en estrecho contacto con el mundo físico, se verá muy afectado por la pena de los seres queridos y, por lo tanto, le será imposible enfocar su atención todo lo atentamente que es preciso, en la contemplación del panorama de su vida y, de este modo, la impresión efectuada en el cuerpo de deseos no será tan profunda como si el espíritu que parte pudiese hacerlo en paz y sin perturbación. La consecuencia será una vida, con todas las experiencias que conllevaba, totalmente perdida.
para curar y ayudar, y no faltan ejemplos para probar esta afirmación.
Podemos, por lo tanto, decir que la concentración es la aplicación directa del poder del pensamiento a la consecución de cierto objeto definido, que puede ser malo o bueno, de acuerdo con el carácter de la persona que la practica y con el propósito para el cual desea usarlo.
La concentración es también imposible en los casos en que los
seres queridos de un moribundo, que están presentes a la hora de la muerte, prorrumpen en alaridos y en lamentaciones histéricas en el momento en que exhala el último suspiro y continúan así en los días siguientes. El espíritu, que está en aquellos momentos en estrecho contacto con el mundo físico, se verá muy afectado por la pena de los seres queridos y, por lo tanto, le será imposible enfocar su atención todo lo atentamente que es preciso, en la contemplación del panorama de su vida y, de este modo, la impresión efectuada en el cuerpo de deseos no será tan profunda como si el espíritu que parte pudiese hacerlo en paz y sin perturbación. La consecuencia será una vida, con todas las experiencias que conllevaba, totalmente perdida.
La concentración, pues, es clave, tanto para la vida física
como para la vida espiritual.
como para la vida espiritual.
Relata Max Heindel que, una alumna recién fallecida, en una de
las muchas veces que le visitó, se lamentó diciendo que le parecía muy difícil seguir progresado en el estudio de la Astrología. Max Heindel
le aconsejó que continuase asistiendo a las clases y le sugirió que procurase buscar a algún ser en la "otra parte" que pudiera ayudarla en tal estudio. A esto, ella exclamó impacientemente: "¡Oh, sí!, por supuesto, yo asisto a las clases; lo he venido haciendo así desde mi partida; también he encontrado un amigo que me ayuda; pero no se puede imaginar lo difícil que es concentrarse aquí en cálculos matemáticos, en la lectura de un horóscopo o en cualquier otro asunto, pues la más pequeña corriente de pensamiento lo lleva a uno a miles de leguas de distancia del objeto de su estudio o concentración.
Yo suponía que era muy difícil el concentrarse cuando estaba en el cuerpo físico, pero aquella dificultad no tiene punto de comparación con los obstáculos que aquí encuentra el estudiante."
las muchas veces que le visitó, se lamentó diciendo que le parecía muy difícil seguir progresado en el estudio de la Astrología. Max Heindel
le aconsejó que continuase asistiendo a las clases y le sugirió que procurase buscar a algún ser en la "otra parte" que pudiera ayudarla en tal estudio. A esto, ella exclamó impacientemente: "¡Oh, sí!, por supuesto, yo asisto a las clases; lo he venido haciendo así desde mi partida; también he encontrado un amigo que me ayuda; pero no se puede imaginar lo difícil que es concentrarse aquí en cálculos matemáticos, en la lectura de un horóscopo o en cualquier otro asunto, pues la más pequeña corriente de pensamiento lo lleva a uno a miles de leguas de distancia del objeto de su estudio o concentración.
Yo suponía que era muy difícil el concentrarse cuando estaba en el cuerpo físico, pero aquella dificultad no tiene punto de comparación con los obstáculos que aquí encuentra el estudiante."
El cuerpo físico le servía a ella de áncora, y eso nos ocurre a
todos. Su calidad de denso es precisamente una defensa contra las influencias perturbadoras, de las que los cuerpos espirituales más sutiles no nos pueden proteger. Nos capacita igualmente para llevar nuestras ideas a conclusiones lógicas con mucho menor esfuerzo de concentración del que es necesario en un plano donde todo se halla en tan incesante y febril movimiento. De este modo estamos
gradualmente desenvolviendo la facultad de contener nuestros
pensamientos en un punto durante la existencia en este mundo.
Existió un tiempo (los dos primeros tercios de la Época Lemúrica)
en que la raza humana vivía en un estado libre de pecado, cuando el pesar, el dolor y la muerte eran desconocidos. No es que no existieran, como existen los silogismos en el Mundo del Pensamiento. Tampoco el tentador personal de la Cristiandad es un mito, pues los espíritus de Lucifer, puede muy bien decirse que son ángeles caídos y su tentación contra el hombre consistió en una concentración de la conciencia humana sobre la fase material de la existencia, por lo que cayó bajo la ley de la decrepitud y de la muerte, que reinan en este plano.
todos. Su calidad de denso es precisamente una defensa contra las influencias perturbadoras, de las que los cuerpos espirituales más sutiles no nos pueden proteger. Nos capacita igualmente para llevar nuestras ideas a conclusiones lógicas con mucho menor esfuerzo de concentración del que es necesario en un plano donde todo se halla en tan incesante y febril movimiento. De este modo estamos
gradualmente desenvolviendo la facultad de contener nuestros
pensamientos en un punto durante la existencia en este mundo.
Existió un tiempo (los dos primeros tercios de la Época Lemúrica)
en que la raza humana vivía en un estado libre de pecado, cuando el pesar, el dolor y la muerte eran desconocidos. No es que no existieran, como existen los silogismos en el Mundo del Pensamiento. Tampoco el tentador personal de la Cristiandad es un mito, pues los espíritus de Lucifer, puede muy bien decirse que son ángeles caídos y su tentación contra el hombre consistió en una concentración de la conciencia humana sobre la fase material de la existencia, por lo que cayó bajo la ley de la decrepitud y de la muerte, que reinan en este plano.
Max Heindel se pregunta: ¿Cuál es, generalmente, el mayor
obstáculo para nuestro progreso en el trabajo espiritual? Y responde terminantemente: la falta de concentración.
obstáculo para nuestro progreso en el trabajo espiritual? Y responde terminantemente: la falta de concentración.
Un filósofo y monje budista nos dice cómo disfrutar de una buena
taza de té: “Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una taza de té. Sólo siendo conscientes del presente, nuestras manos sentirán el calor de la taza. Sólo en el presente aspiraremos el aroma del té, saborearemos su dulzura y llegaremos a apreciar su exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el futuro, dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena taza de té. Y, cuando miremos al fondo de la taza, su contenido habrá desaparecido.”
taza de té: “Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una taza de té. Sólo siendo conscientes del presente, nuestras manos sentirán el calor de la taza. Sólo en el presente aspiraremos el aroma del té, saborearemos su dulzura y llegaremos a apreciar su exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el futuro, dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena taza de té. Y, cuando miremos al fondo de la taza, su contenido habrá desaparecido.”
6.- La materia mental está, como hemos dicho, en movimiento
constante, porque es así su naturaleza. Piensa continuamente,
manejando los datos que tiene del pasado y proyectándolos al futuro combinados en mil formas, junto con los acontecimientos
almacenados en la memoria, no sólo la consciente, sino la
subconsciente y aún la supraconsciente: miedos, fobias, tendencias, etc.. Y todo eso lo hace espontáneamente, de modo natural, hasta que la voluntad se concentra sobre un tema y entonces, esa materia mental se aquieta y obedece a la voluntad pensando, razonando o juzgando lo que se le haya sometido.
constante, porque es así su naturaleza. Piensa continuamente,
manejando los datos que tiene del pasado y proyectándolos al futuro combinados en mil formas, junto con los acontecimientos
almacenados en la memoria, no sólo la consciente, sino la
subconsciente y aún la supraconsciente: miedos, fobias, tendencias, etc.. Y todo eso lo hace espontáneamente, de modo natural, hasta que la voluntad se concentra sobre un tema y entonces, esa materia mental se aquieta y obedece a la voluntad pensando, razonando o juzgando lo que se le haya sometido.
La mente, como instrumento que es, puede – y debe .- ser
manejada por la voluntad. Pero teme esa subordinación, se resiste a ella – lo mismo que se resiste el alimento a ser asimilado y nos exige la digestión, con un considerable desgaste de energía - pues va contra su natural costumbre. Por eso nos resulta tan difícil concentrarnos en algo, si es elevado, como las matemáticas, que tanto nos asustan y, sobre todo, dejar la mente en blanco, es decir, sin pensar nada, parada, misión, para algunos, prácticamente imposible y que hay que practicar.
manejada por la voluntad. Pero teme esa subordinación, se resiste a ella – lo mismo que se resiste el alimento a ser asimilado y nos exige la digestión, con un considerable desgaste de energía - pues va contra su natural costumbre. Por eso nos resulta tan difícil concentrarnos en algo, si es elevado, como las matemáticas, que tanto nos asustan y, sobre todo, dejar la mente en blanco, es decir, sin pensar nada, parada, misión, para algunos, prácticamente imposible y que hay que practicar.
La mente está aún en su estadio mineral, es decir, poco
evolucionada. Y, como su estado natural es el del movimiento
continuo y compenetra el cuerpo de deseos, y éste al cuerpo vital, asiento de la memoria., dejada en libertad, piensa y elucubra y raciocina y proyecta y juzga y recuerda y combina experiencias y sentimientos...todo ello sin ningún sentido ni ningún fin concreto ni ninguna utilidad, sino sólo como expresión o consecuencia de su natural modo de ser y de manifestarse. Algo parecido a esos pozos volcánicos de lodo que burbujean continuamente sin ningún objetivo concreto. O el agua en ebullición, verdadera imagen del caos, privado de orden, de sistema, de permanencia y de objetivo.
Por ejemplo: si estamos enfermos, evocará a amigos o conocidos que lo estuvieron y, luego, nos atribuirá en el futuro sus experiencias si fueron desgraciadas, con lo que nacerá nuestro miedo. Contra este hábito hemos de salir al paso con el contrario positivo. De modo, lo que la mente preverá y deseará para nosotros será positivo.
evolucionada. Y, como su estado natural es el del movimiento
continuo y compenetra el cuerpo de deseos, y éste al cuerpo vital, asiento de la memoria., dejada en libertad, piensa y elucubra y raciocina y proyecta y juzga y recuerda y combina experiencias y sentimientos...todo ello sin ningún sentido ni ningún fin concreto ni ninguna utilidad, sino sólo como expresión o consecuencia de su natural modo de ser y de manifestarse. Algo parecido a esos pozos volcánicos de lodo que burbujean continuamente sin ningún objetivo concreto. O el agua en ebullición, verdadera imagen del caos, privado de orden, de sistema, de permanencia y de objetivo.
Por ejemplo: si estamos enfermos, evocará a amigos o conocidos que lo estuvieron y, luego, nos atribuirá en el futuro sus experiencias si fueron desgraciadas, con lo que nacerá nuestro miedo. Contra este hábito hemos de salir al paso con el contrario positivo. De modo, lo que la mente preverá y deseará para nosotros será positivo.
7.- Voy a referirme ahora a unos trabajos míos sobre le tema del
tiempo, asunto que toda la vida me ha sugestionado e intrigado. El primero se titula “La ilógica e interminable búsqueda de la felicidad” y es éste:
tiempo, asunto que toda la vida me ha sugestionado e intrigado. El primero se titula “La ilógica e interminable búsqueda de la felicidad” y es éste:
LA ILÓGICA E INTERMINABLE BÚSQUEDA DE LA
FELICIDAD
FELICIDAD
La vida es hermosa. Pero no nos damos cuenta. Nos la pasamos
esperando que llegue algo que la hará feliz. Y, esperando ese algo, que nunca llega, aunque miles de veces parece próximo, se nos pasa y se nos acaba sin habernos proporcionado ese momento de felicidad.
Curiosamente, sólo hallamos atisbos de plenitud y de dicha
recordando momentos pasados, que entonces no nos parecieron
especialmente felices, o imaginando momentos futuros, adornados con toda suerte de circunstancias deseables.
Sin embargo, ni el pasado ni el futuro existen. Y, por tanto, la
felicidad que pueden proporcionarnos es una felicidad artificial, de ficción y que no acaba de satisfacernos.
Pero, ¿qué hacemos con el presente? Desgraciadamente, se nos escurre entre los dedos sin que nos paremos a estudiarlo, de tan preocupados como estamos por ese momento feliz, tan esperado y que, no sé por qué misteriosa razón, ubicamos siempre en el futuro.
Tratemos, desde hoy, sin embargo, de mirar al presente, ese presente que siempre está ante nosotros, en nosotros, y puede que nos llevemos una grata sorpresa. Porque, mientras nos sentimos desgraciados, el mundo que nos rodea está preñado de belleza, de armonía, de gracia, de equilibrio, de música, de felicidad...Y, mientras, ciegos a todo menos a nuestro egoísmo, nosotros lamentamos cualquier contratiempo, a nuestro alrededor cantan los pajarillos y las plantas abren sus capullos y ríen los niños y el sol transforma en diamantes las gotas de rocío y las nubes dibujan mil figuras en el cielo y la mar arrulla continuamente a la playa adormecida y las mariposas adornan el cielo y las flores lo llenan todo con sus aromas...Y nosotros, ciegos y sordos y ajenos a todo, excepto a nuestra fantasía egoísta, no vemos nada ni oímos nada ni percibimos nada y nos sentimos solos y olvidados y desamparados y desgraciados, en medio de la dicha y la plenitud y la alegría y la vida, que lo llenan todo, que lo constituyen todo...
¿Por qué no damos un frenazo en esa estúpida huida hacia delante en que hemos convertido nuestra existencia, y disfrutamos la belleza y la plenitud y la armonía de que está repleto cada instante? Es sólo cuestión de intentarlo, de mirar dentro de las cosas y dentro de nosotros mismos, y pronto veremos la mano de Dios que, incesantemente, vela por nosotros, nos ayuda, nos acaricia, nos protege y nos empuja suavemente hacia delante posada en nuestro
hombro...
Cada instante, pues, cada persona, cada animal, cada ser, cada
acontecimiento, están llenos de vida, de luz y de amor. Sólo tenemos que mirar, y veremos. Y dejaremos de sentirnos desgraciados. Y de esperar ese momento en que nos llegará la felicidad que ya tenemos y que no habíamos aprendido a ver ni a disfrutar.
esperando que llegue algo que la hará feliz. Y, esperando ese algo, que nunca llega, aunque miles de veces parece próximo, se nos pasa y se nos acaba sin habernos proporcionado ese momento de felicidad.
Curiosamente, sólo hallamos atisbos de plenitud y de dicha
recordando momentos pasados, que entonces no nos parecieron
especialmente felices, o imaginando momentos futuros, adornados con toda suerte de circunstancias deseables.
Sin embargo, ni el pasado ni el futuro existen. Y, por tanto, la
felicidad que pueden proporcionarnos es una felicidad artificial, de ficción y que no acaba de satisfacernos.
Pero, ¿qué hacemos con el presente? Desgraciadamente, se nos escurre entre los dedos sin que nos paremos a estudiarlo, de tan preocupados como estamos por ese momento feliz, tan esperado y que, no sé por qué misteriosa razón, ubicamos siempre en el futuro.
Tratemos, desde hoy, sin embargo, de mirar al presente, ese presente que siempre está ante nosotros, en nosotros, y puede que nos llevemos una grata sorpresa. Porque, mientras nos sentimos desgraciados, el mundo que nos rodea está preñado de belleza, de armonía, de gracia, de equilibrio, de música, de felicidad...Y, mientras, ciegos a todo menos a nuestro egoísmo, nosotros lamentamos cualquier contratiempo, a nuestro alrededor cantan los pajarillos y las plantas abren sus capullos y ríen los niños y el sol transforma en diamantes las gotas de rocío y las nubes dibujan mil figuras en el cielo y la mar arrulla continuamente a la playa adormecida y las mariposas adornan el cielo y las flores lo llenan todo con sus aromas...Y nosotros, ciegos y sordos y ajenos a todo, excepto a nuestra fantasía egoísta, no vemos nada ni oímos nada ni percibimos nada y nos sentimos solos y olvidados y desamparados y desgraciados, en medio de la dicha y la plenitud y la alegría y la vida, que lo llenan todo, que lo constituyen todo...
¿Por qué no damos un frenazo en esa estúpida huida hacia delante en que hemos convertido nuestra existencia, y disfrutamos la belleza y la plenitud y la armonía de que está repleto cada instante? Es sólo cuestión de intentarlo, de mirar dentro de las cosas y dentro de nosotros mismos, y pronto veremos la mano de Dios que, incesantemente, vela por nosotros, nos ayuda, nos acaricia, nos protege y nos empuja suavemente hacia delante posada en nuestro
hombro...
Cada instante, pues, cada persona, cada animal, cada ser, cada
acontecimiento, están llenos de vida, de luz y de amor. Sólo tenemos que mirar, y veremos. Y dejaremos de sentirnos desgraciados. Y de esperar ese momento en que nos llegará la felicidad que ya tenemos y que no habíamos aprendido a ver ni a disfrutar.
Francisco Manuel Nácher
http://universo-espiritual.ning.com/
http://lasendahacialaluz.blogspot.com.es/
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