domingo, 6 de septiembre de 2015

TE AMO



TE AMO
Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Hola. No nos conocemos, pero te amo. 
Espera. No te asustes. 
Sólo quiero decir: me reconozco en ti.
Detrás de las palabras, de las historias, del ruido y los silencios, sé que yo soy lo que tú eres. La consciencia en sí. Reconociéndose a sí misma como el ‘otro,’ así, el 'otro’ no es ningún 'otro.’
Yo soy tú, en el sentido más profundo. Te conozco íntimamente como yo mismo. Esto es amor.
No somos dos convirtiéndose en uno, amigo, porque el Uno nunca se divide.
No estamos intentando conectarnos, sino conocernos profundamente como aquello que nunca puede desconectarse.
No sé nada 'acerca’ de ti, amigo. Pero eso no importa.
Tu historia es secundaria a este amor. Nuestras historias y futuros palidecen en comparación a lo que arde aquí.
Somos amigos ancestrales; amantes desde hace mucho tiempo. Los cuerpos han cambiado, el drama de la encarnación se ha agotado, pero el amor ha sobrevivido.
Somos ancestrales, y sin embargo frescos. Presentes. Aquí.
E incluso si nunca nos volvemos a encontrar, te amo, más allá de las despedidas y de los saludos. No puedo evitarlo. Es mi naturaleza.
Con amor de ti mismo,
- Jeff Foster

LIBRO EL SENDERO DEL TAO (OSHO) Capitulo-I (III Escrito)










1. Capitulo- (III Escrito)
¿QUIÉN ES VERDADERAMENTE FELIZ?


El rey debe haber sido muy infeliz.  “Debo conseguir la felicidad”, se dijo el rey.  El médico real fue convocado.


-Quiero felicidad.  Hazme feliz y te haré rico.  Si no me haces feliz, te cortaré la cabeza -dijo el rey.


El médico se sintió perdido.  ¿Qué podía hacer?  ¿Cómo hacer feliz a alguien?  Nadie sabe cómo.  Nadie ha sido nunca capaz de hacer feliz a otro.  Pero el rey estaba loco y podía matar.

El médico dijo:

-Tendré que meditar, señor, y consultar las escrituras.  Vendré mañana por la mañana.


Meditó toda la noche y por la mañana llegó a una conclusión: “Es muy simple”.


Había consultado sus libros, pero la felicidad no se mencionaba en los libros de medicina.  El problema era difícil, pero él inventó algo, prescribió un remedio.  Dijo:


-Su majestad, tiene que encontrar la camisa de un hombre feliz y apropiársela.  Entonces obtendrá la felicidad y sabrá en qué consiste.


Era un remedio simple: encontrar la camisa de un hombre feliz y usarla.


El rey se alegró mucho al escuchar esto.  Dijo:


-¿Así de simple?


Entonces le dijo a su primer ministro:


-Ve y encuentra un hombre feliz y tráeme su camisa tan pronto como sea posible.


El ministro se fue.  Fue a ver al hombre más rico y le pidió su camina, pero él le dijo: “Puede usted llevarse todas las camisas que quiera, pero yo mismo soy infeliz, así que enviaré también a mis sirvientes a buscar un hombre feliz y su camisa.  Gracias por su remedio”.


Fue luego a visitar a muchas personas, pero ninguna de ellas era feliz.  No obstante, se mostraron dispuestos a ayudar a su rey: “Podemos dar nuestras vidas para que el llegue a ser feliz.  ¿Qué decir de las caminas?  Podemos dar nuestras vidas pero no somos felices; nuestras caminas no servirán”.


El ministro se sintió entonces muy desgraciado.  ¿Qué hacer? Ahora sería él el culpable; el médico había salido airoso, pero le había dejado con el problema y estaba muy preocupado. Entonces alguien dijo:


-No se preocupe tanto.  Conozco a un hombre feliz.  Usted debe haberlo escuchado alguna vez, en alguna parte; él toca su flauta por la noche, a la orilla del río.  Seguramente le ha escuchado alguna vez.


Él dijo:


-Sí, algunas veces en medio de la noche me he quedado encantado.  ¡Qué bellas notas!  ¿Quién es ese hombre?  ¿Dónde está?


-Esta noche iremos a buscarlo.  Él viene sin falta cada noche.


Efectivamente, esa noche fueron a la orilla del río y encontraron al hombre tocando con su flauta algo tremendamente hermoso.  Las notas tenían tanta gracia que alegraron al ministro, que exclamó:


-¡Ya he encontrado al hombre!


Cuando llegaron allí, el hombre dejó de tocar.


-¿Qué quieren ustedes?


-¿Es usted feliz? –inquirió el ministro.


-Soy feliz, soy felicidad.  ¿Qué quiere usted?


El ministro danzaba de contento.


-Sólo quiero que me de su camisa.


El hombre permaneció en silencio.


-¿Por qué se queda callado? –preguntó el ministro-  ¡Entrégueme su camisa!  El rey la necesita.


-Esto es imposible –dijo el hombre-, porque no tengo camisa alguna.  Usted no puede verlo porque está oscuro, pero estoy sentado aquí, desnudo.  Podría haber dado mi camisa, puedo dar mi vida, pero no tengo camisa alguna.


-Entonces, ¿por qué está tan feliz? –preguntó el ministro-.  ¿Cómo puede estar tan feliz?


-El día que lo perdí todo, la camisa también, alcancé la felicidad… El día que lo perdí todo.  En realidad no tengo nada, ni siquiera me tengo a mí mismo.  Yo no estoy tocando esta flauta; el todo está tocando a través de mí.  Soy una nada, una ausencia, un don nadie…


Éste es el significado de “pobre de espíritu”: uno que no posee nada, que no tiene nada, que no sabe nada, que es un don nadie. El Tao dice: cuando seas una nada llegarás a serlo todo. 

Afirma que eres y serás desgraciado.

Este Tao, este disolverse con el todo, este desaparecer en el cosmos, no se puede enseñar.  Puedes aprenderlo, pero no se puede enseñar.  Por eso Lieh Tzu y otros maestros taoístas no predican nada, no tienen nada que predicar.  Ellos hablan con parábolas.  Tú puedes escuchar el relato, y si lo escuchas realmente, algo se abrirá en ti como si fuera una explosión. 

Por tanto, todo depende de tu forma de escuchar.

El propio Lieh Tzu estuvo en silencio, sin hacer nada, aprendiendo a estar en silencio, aprendiendo a ser pasivo, a ser receptivo, aprendiendo a ser femenino; así es como se convierte uno en un discípulo.  Déjame decírtelo: no hay maestros sólo hay discípulos, porque esto es algo que no se puede enseñar. Entonces, ¿por qué se dice que hay maestros?  El Buda no te puede enseñar.  Lieh Tzu no te puede enseñar; entonces, ¿por qué se les llama maestros?  Por el contrario, si hay un discípulo, él aprende.


Por tanto, un maestro no es alguien que te enseña; un maestro es alguien en cuya presencia tú puedes aprender.  Permite que se conozca la diferencia: un maestro no es alguien que te enseña, porque no hay nada que enseñar.  Un maestro es alguien en cuya presencia es posible aprender.


Un buscador acudió a Jalaluddin Rumi, el místico sufí y le dijo:


-¿Me enseñarás?  ¿Me enseñarás, maestro?


Jalaluddin le observó y contestó:


-¿Me dejarás enseñar?


-¿Por qué no habría de dejarte enseñar? –respondió el hombre-.  He venido a aprender.


-Porque esto es lo más importante; ¿me dejarás enseñar? –dijo Jalaluddin-.  De otra manera no puedo enseñar, porque, en realidad, no es posible enseñar, sólo es posible aprender.  Si lo permites, entonces el aprendizaje florecerá.


Lieh Tzu estuvo con su maestro durante muchos años, sentado en silencio, sin hacer nada, volviéndose más y más pasivo.

Llegó el día en que se volvió absolutamente silencioso; no había un vestigio de pensamiento en su ser, ni una ola.  Su energía estaba completamente presente, era un embalse, un lago plácido sin olas, sin un soplo del viento; entonces lo entendió.

Es algo que se produce en sólo un momento.  La verdad no es un proceso, es un acontecimiento.  No es gradual, no necesita tiempo para producirse.  El tiempo, cuando es necesario, es un tiempo necesario para ti, porque ahora mismo no puedes estar en silencio.  Si puedes estar en silencio, cabe la posibilidad de que se produzca ahora mismo.  Siempre se produce en silencio.


¿Qué se produce en silencio?  Cuando estás en silencio no eres, los límites se disuelven, eres uno con la totalidad.


Permíteme contarte un cuento taoísta.


-Maestro, lo he conseguido –dijo un discípulo de Lao Tzu.


-Si dices que lo has conseguido –contestó Lao Tzu- entonces, es seguro que no lo has conseguido.


El discípulo esperó durante meses.  Entonces, un día dijo:


-Estabas en lo cierto, maestro.  Ahora, eso se ha conseguido.


Primero había dicho “lo he conseguido” y el maestro lo denegó. Luego, después de unos cuantos meses, un día se abrió algo en él como una explosión, así que manifestó: “eso se ha conseguido”.


Lao Tzu le miró con gran compasión y amor, y le acarició la cabeza.  Le dijo entonces:


-Ahora está bien.  Cuéntame pues, qué ha sucedido.  Me gustaría escucharlo ahora.  ¿Qué ha sucedido?


-Hasta el día en que dijiste “Si dices que lo has conseguido, entonces es seguro que no lo has conseguido”, estaba esforzándome.  Estaba haciendo todo lo que podía. 

Estaba intentándolo duramente.  El día en que dijiste: “si dices que lo has conseguido, entonces no lo has conseguido”, lo entendí.  ¿Cómo puedo “yo” conseguirlo, si el “yo” es la barrera?  Así que tuve que dejar que sucediera.

Eso puede ser conseguido y los taoístas incluso lo llaman “eso”. Ellos no dicen “él”; ellos no dicen “ella”; ellos no dicen “Dios padre”.  Ellos no le dan un nombre personal; simplemente dicen “eso”.  “Eso” es impersonal, es el nombre del todo: “Tao” quiere decir “eso”.

-El Tao se ha conseguido –dijo-, y llegó sólo cuando yo no estaba allí.

Lao Tzu dijo:


-Cuéntale a los otros discípulos en qué situación se produjo aquello.


-Lo único que puedo decir es que yo no era bueno, no era malo, no era un pecador, no era un santo, no era esto, no era aquello, no era nadie en particular cuando sucedió eso –respondió el discípulo-.  Yo estaba simplemente en una actitud pasiva, en una tremenda actitud pasiva; era nada más que una puerta, una apertura.  Ni siquiera lo había invitado, porque incluso la invitación habría ido con mi firma.  Ni siquiera lo había invitado…  En realidad me había olvidado de eso por completo. Estaba sentado, nada más.  Ni siquiera estaba buscando, preguntando, averiguando.  Yo no estaba allí, y de repente eso me desbordó.


Así es como sucede.  A ti te puede suceder si te vuelves más y más pasivo.  El Tao es el camino de lo femenino.  Las demás religiones son agresivas, las demás religiones están más orientadas hacia lo masculino.  El Tao es más femenino.
Y recuerda: la verdad sólo viene cuando te encuentra en un estado femenino de consciencia; nunca de otra forma.  Tú no puedes conquistar la verdad.  Esto es una tontería; ni siquiera vale la pena pensar en ello, en que puedas conquistar la verdad. ¡La parte conquistando al todo!  La parte sólo puede permitir, la parte sólo puede dejarse llevar.

Este dejarse llevar se dará si puedes hacer una cosa: deja de aferrarte al conocimiento, deja de aferrarte a las filosofías, deja de aferrarte a las doctrinas, a los dogmas.  Deja de aferrarte a las iglesias y a las religiones organizadas, o de otra forma tendrás falsas concepciones, y estas falsas concepciones no dejarán que la verdad entre en ti.


Una hermosa parábola:


Las golondrinas se posaban en fila a lo largo de los aguilones de la granja, parloteando unas con otras con inquietud, hablando de muchas cosas, pero con el pensamiento puesto sólo en el verano y en el sur, pues se acercaba el otoño y el viento del norte estaba a punto de llegar.

Y de repente, un día desparecieron todas.  Todo el mundo habló entonces de las golondrinas y del sur.


-Creo que me iré al sur el próximo año –dijo una gallina.


El año se terminó y regresaron las golondrinas.  El año se terminó y se posaron otra vez en los aguilones, y en todo el corral se hacían comentarios sobre el viaje de la gallina.


Y una mañana muy temprano, con el viento del norte, súbitamente las golondrinas se echaron a volar mientras sentían el viento en sus alas y una fuerza les llegaba junto con el misterioso, antiguo conocimiento y una fe más que humana.

Se remontaron entonces hacia lo algo y abandonaron el humo de nuestras ciudades.

-Creo que el viento es el adecuado –dijo la gallina, así que extendió sus alas y salió corriendo del corral.  Continuó luego aleteando en dirección a la carretera y siguió un trecho más abajo hasta que llegó a un jardín.


Al atardecer regresó jadeante.  En el corral contó a los pollos y gallinas cómo había ido hacia el sur hasta llegar a la autovía y cómo había visto pasar el tráfico del mundo y llegado luego a campos donde crecen las patatas.  Había visto además los rastrojos que dan de vivir a los humanos y, entonces, al final del camino, había encontrado un jardín sembrado de rosas, de bellas rosas, y al jardinero mismo allí presente.


-¡Qué cosa más interesante –dijeron las aves del corral-, y qué descripción tan hermosa, ¡de verdad!


Pasó el invierno y los meses amargos se alejaron dando paso a la primavera, y con ella a las golondrinas que llegaron otra vez.


Las aves de corral no aceptaron entonces que hubiese un mar en el sur.


-Tendrían que escuchar a nuestra gallina –alegaban.


La gallina se ha convertido ahora en la que sabe.  Sabe qué hay en el sur, pero ni siquiera ha salido del pueblo, sólo ha recorrido una corta distancia camino abajo. 
El intelecto es una gallina.  No puede ir muy lejos.  Pero una vez la gallina sabe algo, te pone sobre aviso; se convierte en un obstáculo.

Abandona tu intelecto, y no perderás nada.  Carga con tu intelecto, y lo perderás todo.  Abandona tu intelecto, y sólo perderás tu prisión, tu falsedad.  Abandona tu intelecto, y tu consciencia se remontará súbitamente hacia lo alto, desplegará sus alas…  y podrás ir al mismo sur, a los mares abiertos a los que perteneces.  El intelecto es un agobio para el hombre.


Una última cosa antes de adentrarnos en la parábola: el Tao empieza con la muerte.  ¿Por qué?  Para empezar, hay algo muy significativo.  El Tao dice que si entiendes la muerte lo entenderás todo, porque con la muerte tus límites se desvanecerán.  Con la muerte, tú desaparecerás.  Con la muerte, el ego será abandonado.  Con la muerte, la mente ya no estará presente.  Con la muerte todo lo que no es esencial será abandonado, y sólo permanecerá lo esencial.


Si puedes entender la muerte, serás capaz de entender en qué consiste el Tao, en qué consiste el camino sin sendero, porque la religión también es una forma de morir, el amor es también una forma de morir, la oración es también una forma de morir. La meditación es una muerte voluntaria.  La muerte es el fenómeno supremo.  Es la culminación de la vida, el crescendo, la cumbre más alta.  Tú conoces sólo una cumbre y esa cumbre es la del sexo, la cumbre más baja de los Himalayas.  Sí, es una cumbre, pero la más baja; la muerte es la más alta de las cumbres.


El sexo es nacimiento: es el comienzo de los Himalayas, la cumbre más baja.  Lo más elevado no es posible precisamente al comienzo.  Poco a poco, las cumbres se hacen más elevadas, y finalmente llegan al máximo.  La muerte es lo máximo, el sexo es el comienzo.  Entre el sexo y la muerte está toda la historia de la vida.


La psicología occidental empieza con la comprensión del sexo. La psicología oriental, la psicología de los budas, empieza con la comprensión de la psicología de la muerte.  La comprensión del sexo es muy primaria; la comprensión de la muerte es lo supremo.


Además, al entender la muerte puedes morir conscientemente. Si mueres conscientemente no volverás a nacer; no será necesario.  Ya habrás aprendido la lección; no serás devuelto otra vez a la rueda de la vida y de la muerte.  Habrás conocido; habrás aprendido.  No será necesario que se te envíe otra vez a la escuela: habrás trascendido.  Si no captas el significado de la muerte, tendrás que ser devuelto.  La vida es un estado de aprendizaje sobre la muerte.


La parábola:


“Cuando Lieh Tzu estaba comiendo a la vera del camino, en la ruta a Wei, vio una calavera centenaria.


Cogió una vara y señaló hacia la calavera y, dirigiéndose a su discípulo Pai Feng, dijo:


“Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido

y nunca morirás.  

¿Crees que es ella la desgraciada?


¿Crees que somos nosotros los verdaderamente felices?”.


Es una declaración muy enigmática, un código que se debe descodificar: “Sólo ella y yo sabemos –dice Lieh Tzu, señalando hacia la calavera centenaria-, que tú nunca has nacido y nunca morirás.”  ¿Por qué dice “sólo ella y yo”?  
La calavera ha muerto de manera involuntaria, ambos están muertos.  Lieh Tzu ha muerto a través de la meditación. 
Lieh Tzu ha muerto porque ya no tiene ego, porque ya no está separado del todo, porque él ya no está.  Ésta es una muerte real, más profunda en verdad que la muerte de la calavera. 
No hay certeza de que el hombre que ha muerto lo haya sabido. No hay certeza: puede que lo haya sabido, puede que no.  Pero hay certeza de que Lieh Tzu lo sabe: su muerte es consciente.

No obstante, él aprovechó la situación.  La parábola aprovecha una situación.  Su discípulo Pai Feng estaba sentado a su lado, la calavera yacía allí y él señaló hacia la calavera: “Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido y nunca morirás”.


¿Quién muere?  Y ¿quién es el que nace?  El ego es el que nace, y el ego muere.  En lo profundo, donde no hay ego, tú nunca has nacido y nunca morirás.  Tú eres eterno, eres eternidad, eres el sustrato mismo, el material del que está hecha la existencia; ¿cómo puedes morir?  No obstante, el ego nace y el ego muere.


Tú nunca has nacido y nunca morirás, pero ¿cómo saberlo? 

Te gustaría esperar a que llegara la muerte?  Eso es muy arriesgado, porque si ves toda tu vida inconscientemente, no hay muchas posibilidades de que te puedas volver consciente cuando mueras.  No es posible, si toda tu existencia ha sido una continuidad de vivencias inconscientes; morirás en la inconsciencia, no serás capaz de saber.  Morirás en estado de coma, no serás capaz de observar y ver qué está pasando.
Ni siquiera fuiste capaz de ver la vida, ¿cómo vas a ver la muerte?   La muerte es más sutil.

Si realmente quieres saber, empieza entonces a volverte más alerta, más atento.  Vive conscientemente, aprende sobre la consciencia, acumula consciencia.  Conviértete en una gran llama de consciencia; entonces, cuando venga la muerte, serás capaz de observarla, serás capaz de verla y sabrás que “El cuerpo está muriendo, el ego está muriendo, pero yo no estoy muriendo porque soy el observador”.  Este observador es la esencia misma de la existencia. 

 A este observador se le llama “Dios” en otras religiones  y “Tao”, según Lieh Tzu y Chuang Tzu, el conocedor, el elemento que conoce, consciencia, atención, estado de alerta.

Empieza a vivir una vida consciente.  Haz lo que estás haciendo, pero hazlo como si fueras un testigo de ello: obsérvalo, continúa observándolo en silencio. 

No te pierdas en medio de las cosas; permanece alerta, permanece distante. 
Empieza con las pequeñas cosas: caminar por la calle, comer, tomar un baño, coger la mano de un amigo, hablar, escuchar; pequeñas cosas, pero permanece, recupéralo otra vez, encuéntralo otra vez.  Esto es lo que el Buda llama plena atención, lo que Gurdjieff llama recuerdo de sí.
Continúa recordando que eres un testigo.  Al comienzo es arduo, duro, porque nuestro sueño es prolongado.  Hemos dormido por muchas vidas; nos hemos acostumbrado a dormir, estamos roncando, metafísicamente.  Es una cosa difícil, pero si lo intentas, poco a poco un rayo de atención empezará a entrar en tu ser.  Es una posibilidad; difícil, pero posible, no es imposible.  Y es lo más valioso que hay en la vida.

“Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido y nunca morirás.”  Se que tú nunca morirás porque nunca has nacido, pero no lo sabes.  Mi conocimiento no te va a ayudar, tienes que saberlo tú.  Tienes que convertirte en tu propia comprensión, en una luz para ti mismo.


“Crees que es ella la desgraciada?  ¿Crees que somos nosotros los verdaderamente felices?”.  Entonces él le hace una pregunta a su discípulo: “¿Quién es feliz?  ¿Los que están vivos o los que están muertos?  ¿Quién es realmente feliz?”.   Deja la pregunta. Es un koan: el discípulo tiene que meditar sobre la cuestión.


La parábola no dice nada, termina repentinamente.  Ahora el discípulo tiene que ponderarla.  Ahora tiene que meditar, tiene que estar consciente de la muerte, de la vida, del amor, de esto y de aquello.  También tiene que meditar en la pregunta: ¿Quién es realmente feliz?  ¿Eres feliz sólo porque estás vivo?  No lo eres; el mundo en su totalidad es muy desgraciado. 

En consecuencia se puede deducir una cosa, y se puede deducir incondicionalmente: el simple hecho de estar vivo no es suficiente para ser feliz; hace falta algo más para ser feliz, algo “más”.  Vida más atención consciente, con la luz de la atención consciente la oscuridad del ego desaparece.

En consecuencia, cuando la vida tiene un punto adicional de atención consciente, se producen grandes cosas.  Primero, el ego desaparece, y junto con el ego desaparece la muerte, porque sólo el ego puede morir, dado que el ego ha nacido. 

Con la desaparición del ego desaparece el nacimiento y la muerte.  Con la desaparición del ego tu separación de la existencia desaparece.

Éste es el significado de la crucifixión: el ego es crucificado. Cuando Jesús es crucificado nace Cristo; éste es el significado de la resurrección.  Por una parte crucifixión, por la otra resurrección.


Muere si quieres estar realmente vivo.  Es muy paradójico, pero tremendamente cierto, absolutamente cierto. 

Tal como estás, no estás ni vivo ni muerto.  Tú estás suspendido en el medio por eso hay infelicidad, tensión, angustia. 
Estás dividido: no estás ni vivo ni muerto.  Permanece, o bien completamente vivo, y sabrás lo que es la vida, o bien completamente muerto, y también sabrás lo que es la vida porque la totalidad abre la puerta del Tao.

Se total. El hombre que está dormido no puede ser total para nada.  Si estás comiendo no eres total; piensas en mil y una cosas, sueñas mil y un sueños, simplemente te llenas mecánicamente. 

Puedes estar haciendo el amor con tu compañera o compañero y no estar totalmente presente.  Puedes, tal vez, estar pensando en otras mujeres, hacerle el amor a tu esposa y estar pensando en alguna otra mujer.  O puedes, tal vez, estar pensando en el mercado, en los precios de las cosas que tú quieres comprar, un coche, una casa o mil y una cosas, y hacer el amor mecánicamente.

Se total en tus actos, y al ser total tendrás que estar alerta; nadie puede ser total sin estar alerta. 

Ser total implica no pensar en otra cosa.  Si estás comiendo, estás comiendo simplemente; estás totalmente aquí y ahora. 
El comer lo es todo: no te estás llenando únicamente; lo estás disfrutando.  El cuerpo, la mente, el alma, están todos en sintonía mientras comes: hay una armonía, un ritmo profundo entre los tres niveles de tu ser.  Entonces el comer se vuelve una meditación, el caminar se vuelve una meditación, el cortar leña se vuelve una meditación, el sacar agua del pozo se vuelve una meditación, el cocinar se vuelve una meditación.  Las pequeñas cosas se transforman, se convierten en actos luminosos, y cada acto se vuelve tan completo que adquiere la cualidad del Tao.


Cuando eres total no eres el hacedor.  Entonces Dios es el hacedor, o la totalidad es el hacedor; tú sólo eres un vehículo, un pasadizo, y volverse un pasadizo es dicha, es bendición.

Libro La Voz Interior : Ésta es la primavera de la Nueva Era por Eileen Caddy (1-10 de Septiembre 2015)



Libro La Voz Interior : Ésta es la primavera de la Nueva Era por Eileen Caddy (1-10 de Septiembre 2015)
Publicado por en Universo Espiritual Comunidad.
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Septiembre Se me mostró un profundo pozo oscuro, y en la parte superior había un cubo atado a una cuerda.
Vi cómo el cubo era introducido en el pozo, y al sacarlo de la oscuridad estaba lleno a rebosar de un agua clara y pura. Oí estas palabras : En lo profundo de cada alma se encuentra la pureza del Espíritu. Toma tiempo para buscarla hasta que la encuentres, y a continuación, sácala.
Septiembre, 1
Puedes elevarte a grandes alturas con un corazón lleno de alabanza y gratitud. Pero al igual que la pequeña alondra, tienes que elevarte desde la tierra; has de hacer ese esfuerzo especial. No es necesario que eso suponga tensión, puede ser un esfuerzo ligero, gozoso. ¿Por qué permanecer anclada, cuando la actuación por parte tuya puede hacer que cambie tu vida por completo?.
Ten miras altas, cuanto más mejor.
Espera los acontecimientos más maravillosos, no en el futuro sino ahora mismo. Avanza con paso firme y decidido, sabiendo con un profundo conocimiento interno que alcanzarás las metas que te propones. ¿Por qué no emprendes una acción positiva hoy? ¿Por qué no pones las ruedas en marcha? Una vez hayas cumplido tu parte, recibirás toda la ayuda que requieras, pero no antes.
Ten confianza en tu habilidad para hacer todas las cosas porque estás obteniendo tu sustancia de Mí. Puedes hacer todas las cosas cuando tu fe y tu confianza están depositadas en Mí.
Septiembre, 2
Cuando tu deseo sea traer paz y armonía al mundo, tendrás que encontrar paz y armonía en tu propio corazón.
Supone una pérdida de tiempo hablar de paz. Tienes que buscar y encontrar esa consciencia de paz que nada ni nadie pueden perturbar, y permanecer en ella.
En ese estado de conciencia serás capaz de ser efectiva y de ayudar a traer paz y armonía a las vidas de muchas personas. Hazte consciente de la paz y armonía de tu propia vida en primer lugar y, de la misma manera que una piedra arrojada al medio de un estanque, las ondas se expandirán cada vez más, tocando y cambiando la vida de muchas personas. "Según siembres, cosecharás."
Si siembras desacuerdo y desarmonía, recogerás desacuerdo y desarmonía, mientras que si siembras paz y armonía, la cosecha de paz y armonía será abundante, no sólo para ti, sino para todas las almas con las que entres en contacto.
Septiembre, 3
Da una y otra vez. Nunca trates de guardar nada.
Haz que todo fluya libremente, tanto si se trata de talento como de amor, dinero o posesiones; que circule. Si lo haces, lo verás multiplicarse por mil. La energía vital de tu cuerpo no puede quedar retenida; ha de mantenerse en movimiento y circular, pues sólo de esa manera podrá penetrar una fuerza vital mayor, más nueva, y tú podrás convertirte en un ser vital.
Así es con todas las cosas: permite que se muevan y no detengas su flujo. Observa la vida desplegarse para ti con verdadera perfección. Tienes que ver cada una de tus necesidades satisfechas en el momento justo.
Espera que así suceda, y nunca dejes que las dudas asalten tu conciencia. Sé positiva respecto a todo, independientemente del aspecto que adopten las condiciones externas, y siente esos pensamientos de desdicha desaparecer a medida que quedan reemplazados por otros de riqueza y de abundancia.
Ten una fe absoluta de que todo está muy, muy bien y de que todo está saliendo a la perfección porque está en Mis manos.
Septiembre, 4
Mantén continuamente ante ti la visión de la perfección, la belleza y la armonía, y mírala en todas las personas y en todas las cosas. Que el amor que hay en tu interior se derrame como el agua y que su corriente alcance a todos por igual. No hagas discriminación en tu interior, pues todos sois Míos; todos sois una familia. El amor universal comienza en el interior de cada individuo y se expande hacia el exterior. Cuando cada uno de vosotros se dé cuenta de eso y deje que el amor fluya libremente, sucederán grandes cambios en el mundo, porque es el amor lo que lo transmuta todo: odio, celos, envidia, crítica y codicia. Esas son las cualidades que ocasionan la guerra, la destrucción y la muerte. El amor crea vida, vida eterna y abundante. El amor trae consigo paz, dicha, felicidad y contento auténticos y duraderos. Por encima de todo trae unidad. Por eso, si has vagado por caminos y senderos desviados y has perdido tu norte, vuelve al sendero del amor que conduce directamente hasta Mí, y allí Me encontrarás esperándote en lo hondo de tu ser.
Septiembre, 5
Cuando escojas hacer Mi voluntad y andar por Mis caminos, habrás de hacerlo de todo corazón, con todo lo que eso suponga. Tendrás que estar a las duras y a las maduras si quieres aprender esa lección vital de obediencia instantánea a Mi voluntad.
Sólo cuando lo des todo, lo recibirás todo. En esta vida espiritual no puedes coger las cerezas y dejarte el pastel; o todo o nada. A muchas almas les gusta seleccionar las partes de esta vida que les resultan más atractivas pero ignoran aquellas que no parecen satisfacer sus deseos más bajos. Eso no es llevar una vida espiritual; eso es coger y tomar lo que uno quiere, no lo que se requiere de uno. No puedes esperar que las cosas salgan bien si ésa es tu actitud. Necesito tu completa sumisión y dedicación antes de poder obrar maravillas y milagros en ti y a través de ti. Ahora que ya lo sabes, ¿por qué no haces algo al respecto?
Septiembre, 6
Vive un día cada vez. No intentes apresurarte, haciendo planes para mañana, porque el mañana quizá no llegue nunca. Disfruta al máximo del día de hoy; disfrútalo como si se tratara del último día. Haz todas las cosas maravillosas que anhelabas, no de una forma imprudente o descuidada, sino con verdadero gozo. Hazte como un niño pequeño que no alberga preocupación hacia el mañana y que ha olvidado lo que pasó ayer; tan sólo vive como si el único tiempo presente fuera ahora. Ahora es el momento más emocionante que hayas conocido jamás, así que no te pierdas ni un solo segundo. Vive muy despierta, como de puntillas, lista para lo que pudiera pasar en cualquier momento. Si vives así, estás preparada y abierta ante cualquier cosa que pueda tener lugar. Vendrán cambios y vendrán muy deprisa. Levanta tu corazón con profunda gratitud a medida que venga uno tras otro. Mira siempre lo mejor en cada cambio que ocurra.
Septiembre, 7
La próxima vez que tengas que enfrentarte a un trabajo que no te atraiga, toma tiempo antes siquiera de empezarlo para cambiar por entero tu actitud hacia él. Considera que estás haciéndolo por Mí, y si tu amor por Mí es como debiera, encontrarás un auténtico gozo y delicia en hacer lo que sea a la perfección. Lo que es más, encontrarás que tienes mucho tiempo para hacer lo que hay que hacer. No pierdas el tiempo persuadiéndote de que no tienes tiempo y de que estás demasiado ocupada. Sencillamente, sigue adelante y haz lo que tengas que hacer. Que tu vida discurra con suavidad y de forma pacífica sin sensación de precipitación.
Cuando empieces el día de forma correcta, con un corazón lleno de amor y gratitud y con una sensación de expectación ante un día maravilloso en el que todo va a encajar a la perfección, lo atraerás hacia ti.
Septiembre, 8
Déjame obrar en ti y a través de ti. Deja que Mi amor y Mi luz fluyan libremente en ti y, a través de ti, en el mundo. Date cuenta de que así es como era en un principio, cuando andábamos y hablábamos juntos; date cuenta de que has recorrido un ciclo completo y una vez más has regresado y te has hecho una conmigo, el Amado. No sueñes con ello; tan sólo has de saber que es así ahora y que ya no hay separación. Ya no has de vagar más por el desierto perdida y sola, sin saber qué camino tomar.
Date cuenta de que cada uno de tus pasos está guiado y dirigido por Mí, y en la medida en que te hagas cada vez más consciente de Mí, de Mi divina presencia, ya no podrás perder tu camino nunca jamás. Por eso, da eternas gracias y que tu corazón esté tan lleno de gozo y gratitud que puedas expresarle en todo momento, y que cada aliento tuyo diga: "Gracias, Amado".
Septiembre, 9
Si un alma intenta obtener cuanto pueda de la vida sin dar, no será capaz de encontrar auténtica y duradera felicidad y júbilo, pues lo que proporciona una profunda alegría y contento internos es pensar y vivir para los demás. Nadie puede vivir para sí y ser feliz. Siempre que te encuentres con una sensación de descontento e insatisfacción en la vida, puedes estar segura de que eso se debe a que has dejado de pensar en otras personas y te has quedado demasiado enredada en ti misma.
El modo de cambiar es empezar a pensar en alguien más y en hacer algo por los demás hasta que el yo quede totalmente olvidado. Hay tantas almas necesitadas que siempre hay algo que puedes hacer por alguno de tus semejantes. Así que ¿porqué no abres tus ojos y tu corazón, y dejas que la luz te muestre el camino y que el amor guíe tus actos? Que mi amor te llene y te envuelva, y queda en perfecta paz.
Setiembre, 10
Al plantar una semilla en la tierra, quizá tenga el aspecto de cualquier otra semilla, marrón, seca, sin aparente fuerza vital en su interior. Sin embargo, la pones en la tierra con confianza, y en su momento empieza a crecer. Al crecer, sólo ella sabe en qué se va a convertir.
Tú únicamente sabes lo que has plantado por la etiqueta del sobre, pero tienes confianza en que esa planta concreta, crecerá a partir de esa semilla concreta, y así ocurre. Al plantar las ideas y pensamientos rectos en tu mente, debes hacerlo con completa confianza, sabiendo que sólo lo perfecto brotará de esas ideas y pensamientos. A medida que tu fe y confianza se hagan fuertes e inquebrantables, esos pensamientos e ideas constructivas comenzarán a crecer y a desarrollarse.
De esa forma, puedes llevar a cabo cualquier cosa. Es esa energía interna en el interior de cada uno lo que obra en vosotros. Es el YO SOY dentro de vosotros.

sábado, 5 de septiembre de 2015

ATRAÉS LO QUE PIDES...!!!



ATRAÉS LO QUE PIDES...!!!
"Atraes lo que pides. A veces, eso a lo que le temes, te llega justamente porque le temes. También llega a Tí lo que tu Vibración Magnética deja pasar, cuando sientes que eres un canal por el que penetran los más altos beneficios."
"Las Creencias Positivas producen resultados Positivos, el Universo está completo porque tiene nuestra contribución, estamos vivos porque tenemos un Motivo, una Razón, un Propósito, una Misión y esto se aplica a todos los planos de la existencia, a todas las dimensiones de la vida. Las visualización es una técnica que usa la imaginación para el logro de metas. Consiste en aplicar las capacidades de inventiva, del hemisferio derecho del cerebro, para conectarnos con la Energía Creativa del Universo".
"Siempre hemos utilizado esa capacidad, sólo que algunas veces en sentido negativo; al imaginar catástrofes, por ejemplo, estamos desarrollando inconscientemente una serie de bloqueos, limitaciones y dificultades, creando entonces una barrera en el nivel de los pensamientos, esta barrera nos impide desplegar al máximo nuestro potencial de excelencia".
"Necesitamos ser muy Positivos, crear Abundancia y fijarnos metas altas con Energía suficientes para alcanzarlas, la Conciencia del éxito general una mente creativa que nos dirige el pensamiento y la acción hacia el éxito y la Felicidad"
"La persona más importante de la cual se aprenden cosas es de Uno Mismo"
"Hay una fiesta de silencio cuando escuchamos nuestra propia voz interior. No se puede hablar del silencio, es ese estado en el que las palabras se hacen estrechas para expresar el Verdadero Sentir".
"La Salud Espiritual es la base primaria de la salud corporal; si tenemos Salud Espiritual, en todos los otros aspectos, también tenemos salud física".
"El cuerpo siempre trata de comunicarse con nosotros y muchas veces no escuchamos sus mensajes; entonces, se enferma para darnos el mensaje un poco más claramente, y decirnos que Hagamos una Pausa".
Patricio Salazar

TU VIDA TIENE SENTIDO


¿Creías que eras libre? ¿Que eras genuino? Observa tus pensamientos, observa tus juicios, observa incluso tus gustos. Verás que nada es tuyo...
Interesante artículo de reflexión personal.
Sé sincero contigo mismo.
Observa tus pensamientos, observa tus juicios, observa incluso tus gustos. Verás que nada es tuyo.
Si quitas de tí, de tu mente, todo lo que “te han dicho”, lo que “te han enseñado”, todo lo que te han dicho que debes creer, pensar, preferir, hacer, sentir…
Si quitas todo aquello que piensas y sientes “porque te lo han metido en tu cabeza” y en “tu mente”, ¡qué te queda?
Sé sincero contigo mismo. Mira cuántas ideas, pensamientos, convicciones hay en tí que sean fruto de tu visión propia, de tu percepción personal, de tu propia intuición.
Verás que casi todo lo que piensas, lo que sientes, lo que prefieres y deseas te ha sido impuesto de una manera o de otra, en un momento u otro de tu vida. Casi nada es tuyo. 
Casi nada ha sido adquirido por tu propia elección libre y espontáneamente por ti.
Lo más grave de todo es que entre todas esas ideas que nos han sido impuestas hay una que hemos llegado a adoptar que es la más importante de nuestra vida y es la idea acerca de nosotros mismos.
Desde niños nos han dicho nuestros padres y educadores: tú eres malo, no sirves para nada, eres tonto, eres un inútil…
Y aquello que nos dijeron nuestros padres y educadores quedó en nosotros grabado como un dogma, como una verdad irrefutable, como algo indiscutible y taxativamente cierto. Nosotros pensábamos entonces: yo sólo valgo si soy muy obediente y me someto a todo lo que quieren de mí. 
Es decir, yo sólo valgo por lo bueno que hago, pero no valgo nada por mí mismo. Yo soy poca cosa. Lo único que tiene importancia es lo que piensen los demás de mí.
Así fuimos creciendo con el concepto de que la valoración de nosotros mismos no se fundamentaba en nuestro propio ser y naturaleza sino en la idea que los demás y nosotros teníamos acerca de nosotros mismos.
Lo mismo ha ido ocurriendo cuando hemos sido mayores. Hemos aceptado ciertos postulados, ciertos principios, ciertas frases, ciertas ideas porque todo el mundo las admite o por la autoridad de alguna persona importante o de cierta autoridad ante nosotros.
Nos hemos ido alimentando de la ciencia del “se dice”, olvidando o despreciando la sabiduría del “yo veo”, “yo intuyo”, “yo sé”, ” mi voz interior me dice”…
Esa voz interior es más valiosa que todos los “se dice” juntos. Es necesario ver, mirar, juzgar, sentir, opinar, pensar y saber por nosotros mismos.
Las opiniones y pensamientos de los demás pueden ser muy valiosos para ellos si realmente son de ellos. Y para mí serán valiosos cuando yo los vea, los sienta, cuando sean realmente míos.
Solemos vivir de prestado.
Vivimos con ideas ajenas, heredadas, prestadas.
Vivimos como los niños que no saben andar sin andaderas, apoyándonos permanentemente en ideas, opiniones gustos, pareceres o juicios de otros.
Vivimos de estereotipos siempre repitiendo las mismas cancioncitas.
Repetimos frases o pensamientos de personajes famosos o no tan famosos y los damos sin más como válidos.
Vivimos alienados como si fuéramos incapaces de pensar, hablar, juzgar, sentir, ver y vivir por nosotros mismos.
Necesitamos urgentemente una revisión y saber qué es lo que nuestra voz interior nos dice. Es la auténtica autoridad para nosotros.
Observa tu modo de pensar y hablar. Observa cómo te atas a giros y vocablos. Observa cómo te esfuerzas en convencer a otros de ciertos sinsentidos que mantienes por costumbre, por autoridad ajena, por interés o por miedo a quedarte fuera del rebaño de quienes piensan así.
Observa tus frases y palabras estereotipadas, rutinariamente repetidas, ciegamente aprendidas en algún librito o de algún maestrito… Oye y ve que tu voz es un simple eco de voces y palabras de otros.
¿Qué encuentras en ti verdaderamente tuyo?
De todo lo que crees, piensas, opinas, hablas… ¿qué hay que sea verdaderamente tuyo? ¿qué hay en todo ello que sea fruto de tu visión personal, de tu visión directa y convicción interior?

Sientes temor por las amenazas que has recibido desde tu niñez de que debes ser dócil y debes aceptar lo que te dicen y enseñan otros que tienen autoridad.
Es cierto que el conocimiento intelectual, científico y experimental de algunas personas es mayor que el tuyo y merece todo respeto. 
Pero en lo que respecta a la sabiduría, al sentido de tu vida, al formarte opinión de las cosas y de los acontecimientos, tú tienes tanta capacidad como los demás para mirar, ver y sentir por tí mismo. Lo que necesitas realmente es aprender a ver por ti mismo y a oír tu voz interior.
Tu voz interior no es lo que dice tu mente.
Tu voz interior no es inferior a la de ninguna otra persona por encumbrada que ella esté en algún puesto de autoridad.
El que ES La Inteligencia y La Verdad te dotó a ti como a todos los demás seres humanos de la misma capacidad de Ver y conocer la Verdad de la Sabiduría. ¿Por qué confías más en lo que otros te dicen que en lo que te dice el Creador que te dio la inteligencia que eres?
Cuando dejes de pensar con y por los condicionamientos y contenidos mentales que has recibido de fuera y mires y veas por ti mismo, por lo que tú eres como inteligencia interna, entonces podrás sentirte tú, y verás y sentirás que dentro de ti está la Verdad.
Muchas personas mantienen ciertas creencias por intereses de conveniencia, por tradiciones familiares, por motivos autoritarios o sociales. En tales casos es imposible llegar a conocer y saborear La Verdad.
Libérate de todos los motivos “interesados” por los que piensas y crees esto o aquello. Libérate del miedo a quedarte solo con “tus” creencias propias y auténticas.
Libérate de la necesidad y obligación que has sentido siempre desde tu niñez de pensar y creer de una determinada manera… y empezarás a sentir y gozar el aire fresco y puro de la libertad a la que fuiste destinado por el Creador que sabe muy bien lo que hace y te hizo consciente, inteligente y libre.
Mi voz me dice que no debes aceptar nada de lo que te digo, si tú no lo ves. Como tampoco debes aceptar lo que otros te han dicho si no lo ves por ti mismo.
Mi voz me dice que sólo debes aceptar lo que tu voz te dice. Pero solamente oirás lo que tu voz te dice, cuando tu mente esté libre de condicionamientos previos mentales y cuando tu corazón está limpio de intereses y conveniencias personales y de absurdos temores infantiles esclavizantes.
No creas en mí. Cree en ti.
No me creas a mí. Créete a ti.
No creas en mi voz. Cree en tu voz.
Mi voz no te propone ni impone doctrina o ideología alguna. Mi voz me dice y te dice que vacíes tu mente de contenidos condicionantes para que quedes limpio y seas libre para ver con ojos puros e inocentes, pienses con mente descondicionada y sientas y vivas la verdadera y auténtida libertad interior.
DARIO LOSTADO

El deseo del Ser es que lo ames


Nuestro profundo deseo 
es ser 
y este deseo 
viene del Ser mismo.

Cuando das todo tu amor, 
toda tu inteligencia 
y seriedad a este deseo
te conduce a lo que más deseas: 
la ausencia de deseos.

El deseo es la sombra 
que, si la sigues, 
te lleva hasta su sustancia. 

Pero tienes que darle 
todo tu amor 
o quedarte sólo 
con el deseo de sombra.


Un verdadero buscador 
de la verdad 
es impulsado 
por la Verdad misma.

¡El impulso proviene de la Verdad!

Todos los demás logros 
pertenecen a la mente, 
a las ideas, 
a las aspiraciones.


Jean Klein

viernes, 4 de septiembre de 2015

LIBRO EL SENDERO DEL TAO (OSHO) Capitulo-I (II Escrito)











1. Capitulo- (II Escrito)

¿QUIÉN ES VERDADERAMENTE FELIZ?
Estos dos vagabundos están allí sólo para esperar.  Esperan la llegada de un hombre, Godot, quien se supone les proveerá de abrigo y sustento. 
Mientras tanto intentan pasar el tiempo con pequeñas conversaciones, chistes, juegos y discusiones sin importancia…

Así es tu vida: uno se entretiene mientras tanto con las pequeñas cosas.  Lo grandioso va a pasar mañana.

Godoy llegará mañana.  Hoy uno discute: la esposa con el marido, el marido con la esposa; asuntos menores: “pequeñas conversaciones, chistes, juegos… tedio y vacío”. 
Eso es lo que todo el mundo siente: tedio, vacío… “nada que hacer” es el refrán que resuena una y otra vez…  Ellos dicen una y otra vez: “no hay nada que hacer”; y luego se consuelan: “Pero mañana él va a venir”.  En realidad, él nunca les ha prometido nada, ellos nunca lo han conocido: es una invención. Uno tiene que inventar. Ante la desdicha uno tiene que inventar el mañana y aferrarse a algo.  Tus dioses, tus cielos, tus paraísos, tus mokshas: todo es invención.  El Tao no habla de ello.

Esta representación de Samuel Beckett, Esperando a Godoy, es esencialmente taoísta.


En medio del primer acto, dos desconocidos, Pozzo y Lucky, irrumpen en el escenario.  Pozzo parece ser un hombre de recursos; Lucky, el sirviente, está siendo conducido a un mercado de las cercanías para ser vendido. 

Pozzo describe a los vagabundos las virtudes de Lucky, la más destacada de todas, que puede  pensar. 
Para enseñárselo a ellos, hace sonar su látigo y ordena: “¡Piensa!”, y sigue a continuación un largo e “histérico monólogo incoherente en el que se mezclan confusamente fragmentos de teología, ciencia, deportes y conocimientos varios, hasta que los otros tres saltan sobre él y lo hacen callar”.

¿En qué consiste tu pensamiento?  Qué quieres decir cuando declaras, “¿Estoy pensando?”.  ¿Es un “histérico monólogo incoherente en que se mezclan confusamente fragmentos de teología, ciencia, deportes y conocimientos varios…” hasta que llega la muerte y te silencia?  ¿En qué consiste todo tu pensamiento?  ¿En qué puedes pensar?  ¿Qué hay que pensar? ¿Cómo puede uno llegar a la verdad a través del pensamiento? El pensamiento no puede proporcionar la verdad.

La verdad es una experiencia y la experiencia, acontece sólo cuando cesa el pensamiento.

Por tanto, el Tao dice que la teología no va a ayudar, que la filosofía no va a ayudar, que la lógica no va a ayudar, que la razón no va a ayudar.  Puedes continuar pensando y pensando y ello no será más que invención, una pura invención de la mente humana para ocultar su propia estupidez. 

Y así puedes seguir y seguir, un sueño puede dar lugar a otro, y ese otro sueño puede llevarte a otro… sueños dentro de sueños dentro de sueños; así es toda filosofía, toda teología.

Sueños dentro de sueños, dentro de sueños…  Así prosigue la mente.  Una vez empiezas a soñar, aquello no tiene final, y lo que llamas pensar es mejor llamarlo soñar.  Eso no es pensar.  


Recuerda, la verdad no requiere del pensamiento; requiere experiencia.  Cuando ves el sol y la luz no piensas en ellos, lo ves.  Cuando te encuentras una rosa no piensas en ella, la ves. Cuando la fragancia llega a tu nariz, la hueles; no piensas en ello.  Cuando estás cerca de la realidad no es necesario pensar. Entonces la realidad es suficiente, entonces la experiencia es suficiente.

Cuando estás lejos de la realidad, piensas: reemplazas la realidad por el pensar.  Una persona que ha comido bien no va a soñar por la noche que ha sido invitada a un festín.
Una persona que ha pasado hambre durante el día seguramente soñará esa noche, que ha sido invitada a un festín. Una persona que está sexualmente insatisfecha soñará con objetos sexuales.  Así es toda la psicología freudiana: sueñas con cosas que te hacen falta en la vida; sueñas para compensar. Todo el enfoque taoísta también es así.  Lo que dice Freud respecto al sueño, respecto al pensamiento, lo menciona el enfoque taoísta sobre el pensamiento como tal.  Y el sueño es sólo una parte del pensamiento; nada más.

El pensamiento es un sueño con palabras; el sueño es un

pensamiento con imágenes.  Esa es la única diferencia.
El sueño es una forma primitiva del pensamiento, y el pensamiento es una forma más evolucionada del sueño, más civilizada, más culta, más intelectual, pero es lo mismo, sólo que las imágenes han sido reemplazadas por palabras y, en cierta forma, debido a que las imágenes han sido reemplazadas por palabras, se ha alejado aún más de la realidad, porque la realidad está más cerca de las imágenes que de las palabras.

Lieh Tzu no es un pensador.  Permite que esto se grabe en ti profundamente; eso te ayudará a entender sus parábolas. 

Lieh Tzu es un poeta, no un pensador, y cuando digo “poeta” me refiero a alguien que cree en experimentar, no en especulaciones.

El poeta está en la búsqueda.  Su búsqueda se dirige a la belleza, pero la belleza no es más que la verdad vislumbrada. La verdad, cuando la vislumbras sólo por un momento, aparece como belleza.  Cuando la verdad se realiza completamente, entonces llegas a saber que la belleza era sólo una función de la verdad.  Dondequiera que existe la verdad existe la belleza: esa es una sombra de la verdad.  Cuando la verdad es vista a través de velos, es belleza; cuando la belleza está desnuda, es verdad.


Por tanto, la diferencia entre el poeta y el místico no es muy grande.  El poeta se está acercando; el místico ha llegado. 

Para el poeta sólo hay vislumbres de la verdad; para el místico la verdad se ha convertido en su propia vida.  El poeta sólo es transportado algunas veces al mundo de la verdad y luego vuelve a caer.  Para el místico la verdad se ha convertido en su morada: él vive en la verdad.

Los poetas están muy cerca de lo religioso.  Los pensadores, los filósofos, los razonadores, los teólogos, los científicos están muy lejos: la totalidad de su enfoque es verbal.  El enfoque poético es existencia y el enfoque del místico es existencial por excelencia: es absolutamente existencial.


Tao quiere decir “existir en el camino”, y existir de tal forma que el camino y tú no sean dos cosas.  Esta existencia es una; no estamos separados de ella.  La separación, la idea de separación es muy ilusoria.  Estamos unidos entre todos; somos una totalidad.  No somos islas, somos un continente.  Tú estás en mí, yo estoy en ti.  Los árboles están en ti, tú estás en los árboles. 

Es un todo interconectado.

Basho ha dicho que es como si se tratase de una vasta telaraña.  ¿Lo  has probado?  Toca la telaraña en cualquier punto y toda la telaraña empezará a sacudirse, a temblar: el todo vibra. Toca la hoja de un árbol y habrás hecho vibrar con ella a todas las estrellas.  Es posible que no lo puedas ver ahora mismo, pero las cosas están tan profundamente relacionadas que es imposible no tocar las estrellas al tocar una hoja, la pequeña hoja de un árbol.


La totalidad es una; la separación no es posible. La idea misma de separación es el obstáculo. La idea de separación es lo que llamamos ego.  Si estás en el ego no estás en el camino, no estás en el Tao. Cuando se abandona el ego estás en el Tao.

Tao significa “existencia sin ego”, vivir como parte de este todo infinito y no vivir como una entidad separada.

Ahora bien, se nos ha enseñado a vivir como entidades separadas, se nos ha enseñado a tener nuestra propia voluntad. Las personas vienen a mí y me preguntan: ¿Qué debemos hacer para desarrollar nuestra fuerza de voluntad?”. 

El Tao está contra la voluntad, está contra la fuerza de voluntad, porque el Tao está por el todo y no por la parte. Cuando la parte existe dentro del todo, cada cosa es armónica. Cuando la parte empieza a existir por su cuenta, todo se vuelve inarmónico, hay desacuerdo, conflicto, confusión.  Si no estás en fusión con el todo, hay confusión. Si la fusión con el todo no se está produciendo, con seguridad habrá confusión.  Cada vez que dejas de estar con el todo eres infeliz.

Permitamos que ésta sea la definición de felicidad: estar con el todo es estar feliz; estar con el todo es estar saludable, estar con el todo es estar en santidad.  Estar separado es estar insano, estar separado es estar neurótico, estar separado es perder el estado de gracia.


La caída del hombre no se produce por haber desobedecido a Dios.  La caída se produce por lo que él piensa que es. La caída se produce porque el hombre piensa que él es una entidad separada. Ésta es una tontería: tú no podrías haber existido si tus padres no hubieran estado presentes y los padres de tus padres y los padres de sus padres… hasta llegar a Adán y Eva. Si Adán y Eva no hubieran existido, tú no estarías aquí.

Por tanto, tú estás conectado a la totalidad del pasado.

Además, Adán y Eva son sólo un mito.  El pasado no tiene comienzo, no puede tener ningún comienzo; la idea misma de un comienzo es absurda. ¿Cómo pueden empezar las cosas de repente?  Ésta es una procesión sin principio de eventos. 

Tú estás conectado con todo el futuro, porque sin ti el futuro no será el mismo.  Puede que no seas nadie, pero dejarás tu marca. Todo el futuro, todo el futuro eterno tendrá una cierta cualidad porque tú has existido.  Puede que hayas existido durante setenta años y puede que durante esos setenta años existieras conscientemente sólo durante siete segundos; aun así habrás dejado una marca: el todo no será el mismo. Si no hubieras estado ahí, las cosas habrían sido completamente diferentes. Las cosas serán ahora muy diferentes porque tú has existido. Tú continuarás.  Puede que tú no hagas nada en especial, nada enorme y grande, nada más que una vida ordinaria pero, aun así, afectarás a todo el destino de la existencia.

Pasado, futuro –tú estás conectado-, ésta es la dimensión del tiempo.  Y luego, en el espacio tú estás conectado con todo. 

Esos árboles, el sol, la luna, las estrellas… estás conectado con todo.  Si el sol deja de existir o se enfría, como un día tiene que suceder, porque la energía se está disipando cada día… cuando se enfríe el sol, todos nos enfriaremos inmediatamente. Perderemos vida, porque la vida necesita calor; por tanto, el sol te está dando vida continuamente.  Y recuerda, en la vida no hay un proceso en una sola dirección; no puede ser.  Existe el dar y el recibir: todas las vías van en dos direcciones. 
Si el sol te está dando vida, tú debes estar dándole vida al sol de una u otra forma.  

George Gurdjieff le daba este sentido cuando solía decir a sus discípulos que la luna se alimenta del ser humano.  Existe la posibilidad. Tú te alimentas de los animales, tú te alimentas de los árboles, cada cosa es alimento de algo.  ¿Por qué tendría que ser el hombre una excepción?  Gurdjieff tiene algo de razón en ello. Cada cosa es alimento de otra, entonces ¿por qué tendría que ser el hombre la única excepción, al no ser alimento de nadie?  ¿Es él quien se come toda la existencia y no sirve de alimento para nadie?  Eso no es posible; las cosas están enlazadas. Por eso Gurdjieff inventó la hermosa teoría de que el ser humano sirve de alimento para la luna; la luna se alimenta del hombre, de la consciencia del hombre.


Algo de verdad hay en ello, porque la luna llena enloquece a las personas.  Por eso a los locos se les llama lunáticos, chiflados. Un lunático está chiflado.  El océano se agita. 

Existe la posibilidad de que el ser humano también se agite en la noche de luna llena, porque el noventa por ciento del ser humano es océano y nada más.  Un noventa por ciento de ti es simplemente océano; tú estás hecho de océano. El noventa por ciento es agua, y esta agua tiene las mismas sales que el océano, exactamente en la misma proporción.  Por tanto, cuando se alborota el océano, algo debe estar sucediendo también en tu cuerpo.

Dentro de ti, un noventa por ciento es océano; algo debe estar alborotándose.  Los poetas dicen que escriben hermosas poesías en la noche de luna llena; los animales dicen que algo se vuelve tremendamente romántico en esas noches.  Además, es un hecho bien establecido en la actualidad, que más gente se vuelve loca en las noches de luna llena que en cualquier otra noche. Son pocos los que enloquecen en las noches sin luna, mientras que hay un gran número de personas que se vuelven locas cuando hay luna llena.


Tal vez Gurdjieff tiene algo de razón cuando dice que la luna se alimenta de tu consciencia.  Puede que sea ficción, pero incluso ciertas ficciones contienen alguna parte de verdad, y cuando un hombre como Gurdjieff crea una ficción, tiene que haber algo de verdad en ella.


El todo está conectado.  Estamos comiendo, estamos siendo comidos: por un lado tomamos, por el otro lado damos.  Tú te comes una manzana; un día el manzano se alimentará de tu cuerpo, tu cuerpo se volverá un fertilizante.  Cuando te estás comiendo la manzana nunca se te ocurre pensar que, a lo mejor, tu padre o tu abuelo pueden estar en la manzana, y que posiblemente te estás comiendo a tu abuela o a tu abuelo y que, algún día, tus hijos te comerán a ti.


Todas las cosas están conectadas.  Esta conexión se expresa en la palabra Tao: la conexión, la interconexión, la interdependencia de todo.  Nadie está separado, de ahí que el ego sea absurdo.  Sólo el todo puede decir “Yo”; las partes no deberían decir “yo”.  Si ellas lo tienen que decir, lo deberían decir como un formalismo lingüístico, pero no tendrían que apropiarse el “yo”.


Cuando existes separado de la existencia, existes en la desdicha, porque llegas a desconectarte y nadie más es responsable de ello; lo eres tú.  Cuando estés feliz, observa lo que pasa. 

Cuando estás feliz no tienes ego.  En esos momentos de felicidad, de gozo, de gracia, el ego desaparece súbitamente; tú te estás fundiendo más en el todo; los límites son menos claros, los límites están más difusos.  Cuando los límites quedan completamente difusos, como si el río hubiera desaparecido en el océano, cuando todos los límites quedan difusos y eres uno vibrando con el todo, hay felicidad.

Se dice que en algún lugar, en algún tiempo, vivió un rey.  El rey tenía todo lo que se puede desear: riqueza, poder, incluso salud.  Tenía una esposa e hijos a los que amaba, pero no tenía felicidad.  Triste y sombrío se sentaba en su trono…


Es algo natural.  Cuanto más tengas lo de este mundo, tendrás menos felicidad, porque cuanto más tienes lo de este mundo, más fuerte se vuelve tu ego, más se refuerza tu ego, más se cristaliza; de ahí la infelicidad.  Por eso nunca se ha oído de reyes que hayan sido felices, o muy raramente.  No es sólo una coincidencia que el Buda y Mahavira hayan dejado sus reinos para convertirse en mendigos, y al convertirse en mendigos declarasen: “Ahora nos hemos convertido en emperadores”, debido a que llegaron a ser felices.


Un sannyasin es una persona que ha aprendido el camino del Tao y dice: “He dejado de ser “yo”.  Sólo la totalidad es”. Éste es el sentido de lo que Jesús dice una y otra vez: “Benditos sean los pobres de espíritu; para ellos es el reino de Dios”.  “Pobre de espíritu” es una referencia a la persona que no tiene ego, que es tan pobre que ni siquiera tiene la idea de “yo”, pero que es, por otro lado, la persona más rica.  Por eso dice Jesús: “Aquellos que son los últimos  aquí serán los primeros en el reino de Dios”.  Los más pobres se convertirán en los más ricos. Recuerda que “pobre” no expresa un concepto financiero; “pobre” quiere decir que una persona no es nadie.  Al llegar a ser nadie te conviertes en parte del todo.

Continua en el siguiente capitulo....
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