martes, 10 de marzo de 2015

MEDITARE (PARAMAHANSA YOGANANDA.)


MEDITARE
AMADO DIOS,PUESTO QUE NO ES POSIBLE
EJECUTAR NINGUN COMPROMISO TERRENAL SIN UTILIZAR
LAS FACULTADES RECIBIDAS DE TI,RENUNCIARE A
TODO CUANTO PUEDA IMPEDIRME CUMPLIR MI
COMPROMISO DE MEDITAR DIARIAMENTE EN TI.
HOY MEDITARE,SIN TENER EN CUENTA CUAN
CANSADO CREA ESTAR.MIENTRAS ME ESFUERZO POR
MEDITAR,NO CONSENTIRE SER UNA VICTIMA DE LOS
RUIDOS QUE DISTRAEN LA ATENCION.TRANSFERIRE MI
CONCCIENCIA AL MUNDO INTERIOR.
ATRAVESANDO LA PUERTA DE LA MEDITACION,
ME ADENTRARE EN EL DIVINO TEMPLO DE LA PAZ
ETERNA Y ADORARE ALLI A DIOS ANTE EL ALTAR DEL
CONTENTAMIENTO SIEMPRE RENOVADO.PARA ILUMINAR
SU TEMPLO EN MI INTERIOR,ENCENDERE EN
ESTE EL FUEGO DE LA FELICIDAD.
MEDITARE REGULARMENTE PARA QUE,GUIADO
POR LA LUZ DE LA FE,PUEDA YO ENTRAR EN EL REINO
INMORTAL DE MI PADRE CELESTIAL.
MADRE DIVINA,PARA VERTE,ARRANCARE EL ESTRELLADO
VELO DEL FIRMAMENTO,RASGARE LA CUBIERTA
DEL ESPACIO,HARE QUE SE DESVANEZCA LA
ALFOMBRA MAGICA DE LOS PENSAMIENTOS Y DEJARE
DE CONTEMPLAR LAS PELICULAS CINEMATOGRAFICAS DE
LA VIDA QUE DISTRAEN MI ATENCION.
SE QUE ES POSIBLE TOMAR PLENA CONCIENCIA
DE DIOS A TRAVES DE LA MEDITACION Y LA PERCEPCION
INTUITIVA,MAS NO POR MEDIO DE UNA MENTE AGITADA.
ABRIRE MIS OJOS A LA DICHA DE LA MEDITACION
Y VERE ASI COMO SE DESVANECE TODA OSCURIDAD.
ME BAÑARE EN EL SAGRADO MANANTIAL DEL
AMOR DE DIOS QUE SE OCULTA TRAS LOS MUROS DE
LA MEDITACION.
POR MEDIO DE LA MEDITACION,HARE QUE MI
AMBIENTE INTERNO SE VUELVA PERFECTO,PARA QUE
SE TORNE ASI INVULNERABLE A TODA INFLUENCIA ADVERSA
PROCEDENTE DEL EXTERIOR.
EMPEZARE CADA DIA MEDITANDO EN EL SER SUPREMO.
EN EL TEMPLO DEL SILENCIO,DESCUBRO EL ALTAR
DE TU PAZ,Y EN EL ALTAR DE LA PAZ,DESCUBRO TU
GOZO SIEMPRE RENOVADO.
DEJAME OIR TU VOZ,¡OH SEÑOR!,EN LA CUEVA
DE LA MEDITACION.AL ENCONTRAR EN MI INTERIOR
LA PERPETUA FELICIDAD CELESTIAL,REINARA LA PAZ EN
MI CORAZON,TANTO CUANDO ESTE EN SILENCIO
COMO EN MEDIO DE MIS ACTIVIDADES COTIDIANAS.
CADA ESTRELLA DEL CIELO,CADA PENSAMIENTO
PURO EN MEDIO DE MIS ACTIVIDADES COTIDIANAS.
CADA ESTRELLA DEL CIELO,CADA PENSAMIENTO
PURO Y CADA BUENA ACCION SERAN PARA MI VENTANAS
A TRAVES DE LAS CUALES PODRE CONTEMPLARTE.
VIERTE TU CONCIENCIA EN LA INFINITUD A TRAVES
DEL OJO ESPIRITUAL,CON UNA CONCENTRACION Y
DEVOCION SIN LIMITES.LIBERA TU ALLMA DE LA PRISION
DEL CUERPO Y SUMERGELA EN EL VASTO OCEANO
DEL ESPIRITU.
PARAMAHANSA YOGANANDA.

Dharma “Filosofia De La Conducta”, de Annie Besant (CAPITULO 1 LAS DIFERENCIAS)





CAPITULO 1
LAS DIFERENCIAS

Al hacer nacer, sucesivamente, las naciones sobre la tierra, Dios da a cada una -una palabra especial- la palabra que debe decir al mundo, la palabra particular que viene de lo Eterno y que cada una debe pronunciar. Echando una ojeada a la historia de las naciones, podemos sentir resonar esta palabra, saliendo de la boca colectiva del pueblo, pronunciada en sus actos, contribución de este pueblo a la humanidad ideal y perfecta. Para el antiguo Egipto, la pa­labra fue Religión; para la Persia, la palabra fue Pureza; para la Caldea, la palabra fue Cien­cia; para la Grecia, fue Belleza; para Roma, Ley; para la India en fin, la mayor de todas, el Eterno da una palabra que resume todas las de­más -la palabra DHARMA.- He aquí lo que la India debe decir al mundo. Pero no podemos pronunciar esta palabra tan significativa, tan grande por la potencia que encierra, sin inclinarnos a los pies de aquel que es la más alta personificación del Dharma que el mundo haya visto jamás; sin inclinarnos ante Bhishma, el hijo de Ganga, la más valiente encarnación del Deber. Retroceded conmigo por un momento cinco mil años atrás y ved a este héroe, acostado en su lecho de flechas sobre el campo de batalla de Kurukshetra. Allí el tiene a la Muerte en jaque hasta el momento en que suene la hora favorable. Allí encontramos mon­tones de guerreros degollados, montañas de ele­fantes y caballos muertos. En nuestro camino tropezamos con piras funerarias y gran canti­dad de armas y carros destrozados. Llegamos hasta el héroe extendido en su lecho de flechas, traspasado por centenares de ellas y reposando su cabeza sobre una almohada de flechas, por­ que él ha rehusado los cojines de suave plu­món para no aceptar más que la almohada de flechas preparada por Arjuna. Bhishma, cum­plidor del Dharma, siendo muy joven todavía, por el amor a su padre, por amor al deber filial, había hecho un gran voto: el de renunciar a la vida de familia y a la corona por cumplir la voluntad de su padre y satisfacer el Corazón paternal y Shantanu, con su bendición, le ha­bía otorgado una favor maravilloso: que la muerte no podría venir a él más que a su lla­mamiento y a la hora en que él consintiere en morir. Cuando Bhishma cayó, el sol estaba en su declinación austral y la estación no era pro­picia para la muerte de un hombre que no debía volver. Usó por tanto, el poder que le había dado su padre y rechazó la muerte hasta que el sol viniese a abrirle el camino de la paz eterna y de la liberación. Extendido ahí du­rante muchos y largos días, martirizado por sus heridas, torturado por las angustias del inútil cuerpo que le servía de vestidura, vio venir hacia él con numerosos Rishis, a los últimos reyes arios. Shri Krishna vino también para ver al fiel guerrero. Allí vinieron los cinco príncipes, hijos de Pandu, los vencedores de la gran guerra. Bañados todos en lágrimas rodea­ron a Bhishma y le adoraron, llenos del deseo de recibir sus enseñanzas. A este héroe sumido en tan crueles angustias vino a hablar Aquel cuyos labios eran los de Dios. Él lo libró de la fiebre, le concedió el reposo del cuerpo, la lu­cidez del espíritu y la calma interior y después le ordenó enseñar al mundo la significación del Dharma, a él que durante su vida, lo había en­señado siempre, que nunca se había separado del camino del justo, que como hijo, príncipe u hombre de Estado, había seguido siempre el sendero estrecho. Los que le rodeaban solici­taron sus lecciones y Vasudeva le pidió que les hablara del Dharma, puesto que Bhishma era digno de enseñarlo (Mahabarata, Shanti Parva, § 54). Entonces se aproximaron a él los hijos de Pandu, teniendo a su cabeza a su hermano ma­yor Yudhisthira, jefe de los guerreros que ha­bían herido a Bhishma a golpes mortales. Yu­dhisthira temía acercarse y hacer preguntas, pensando que siendo en realidad suyas las fle­chas disparadas por tal causa el era responsable de la sangre de su primogénito y que no era conveniente solicitar sus enseñanzas. Viéndole vacilar, Bhishma, que con espíritu equilibra­do, había seguido siempre el sendero difícil del deber sin separarse a derecha ni izquier­da, pronunció estas memorables palabras: “Si el deber de los Brahmanes es practicar la caridad, el estudio y la penitencia, el deber de los Kchatriyas es sacrificar su cuerpo en los combates. Un Kchatriya debe inmolar a sus padres, abuelos, hermanos, preceptores, pa­rientes y aliados que vinieren a presentarle batalla por una causa injusta. Tal es el deber marcado, oh Keshava. Un Kchatriya que sepa su deber, inmole en el combate hasta a sus mismos preceptores si estos apareciesen llenos de pecado y concupiscencia y olvidados de sus juramentos. Interrógame, hijo, sin ningún “temor”. Entonces, lo mismo que Vasudeva, hablando a Bhishma, le había reconocido el derecho de hablar como maestro, éste, dirigiéndose a su vez a los príncipes, expuso las cualidades nece­sarias a los que quieren pedir aclaraciones sobre el problema del Dharma. Que el hijo de Pándu, dotado de inteligencia, dueño de si mismo, pronto a perdonar, justo de espíritu, vigoroso y enérgico, me haga preguntas. Que el hijo de Pándu, que siempre, por sus buenos oficios, honra las personas de su familia, sus huéspedes, sus servidores y los que dependen de él, me haga preguntas. Que el hijo de Pándu en quien están la verdad, la caridad, las penitencias, el heroísmo, la dul­zura, la destreza y la intrepidez, me haga pre­guntas” (Ibíd. § 55.) Estos son algunos de los trazos que caracte­rizan al hombre que quisiera comprender los misterios del Dharma. Estas son las cualidades que vosotros y yo debemos tratar de desenvolver en nosotros para poder comprender las en­señanzas, para ser dignos de solicitarlas. Entonces comenzó aquel discurso maravilloso, sin igual entre los discursos de la tierra. Ex­puso los deberes de los reyes y de los vasallos, los de cada categoría de hombres, deberes distintos y correspondientes a cada período de la evolución. Todos vosotros deberíais conocer este grandioso discurso y estudiarlo no por su be­lleza literaria, sino por su sublimidad moral. Si solamente pudiéramos seguir el camino que Bhishma nos ha trazado ¡cuanto se aceleraría nuestra evolución! ¡ Como vería la India apro­ximarse la aurora de su redención! La moralidad, asunto relacionado estrecha­mente con el Dharma y que no se puede com­prender sin saber lo que significa el Dharma­ es, para algunos, una cosa muy simple. Esto es cierto visto a grandes rasgos. El bien y el mal, en las acciones ordinarias de la vida, están de­lineados de una manera clara, simple y recta. Para el hombre poco desenvuelto, para el de inteligencia estrecha, para el poco instruido, la moralidad parece bastante fácil de definir. Pero para aquellos de profundo saber y de elevada inteligencia, para los que evolucionan hacia los niveles superiores de la raza humana, para los que deseen comprender los misterios, la mora­lidad es cosa muy difícil. “La moralidad es muy sutil” decía el prín­cipe Yudhisthira, llamado a resolver el proble­ma del matrimonio de Krishna con los cinco hijos de Pandu. Una autoridad más alta que el príncipe había hablado de esta dificultad. Shri Krishna, el Avatar, en su discurso pronunciado sobre el campo de batalla de Kurukshetra, ha­bía hablado precisamente de la dificultad que tenía para saber actuar. He aquí sus palabras:
“¿Qué es la acción? ¿Qué es la inacción? Sobre este punto los mismos sabios están perplejos. Es preciso distinguir la acción -distinguir la acción ilícita- distinguir la inacción. Misterioso es el sendero de la acción” (Bhagavad Gita, IV, 16-17.) Misterioso es el sendero de la acción. Mis­terioso, porque la moralidad no es como creen los espíritus simples, una e invariable para todos, puesto que cambia con el Dharma de cada uno. Lo que para uno es bueno, para otro es malo y viceversa. La moralidad es una cosa individual; depende del Dharma del hom­bre que actúa y no de lo que a veces se llama el bien y el mal absolutos. Nada hay absoluto en un universo sometido a condiciones variables. El bien y el mal son relativos y deben ser juzgados relativamente al individuo y a sus deberes. Por eso el más grande de todos los Maestros ha dicho con respecto al Dharma ­y esto nos guiará en nuestra errante marcha: Más vale el Dharma propio, aun desprovisto de mérito, que el Dharma de otro, aunque se cumpla bien. Vale más la muerte que se encuentra al cumplir el Dharma propio. El Dharma de otro está colmado de peligros (Ibid, III, 35.) Él repite este pensamiento al final de su in­mortal discurso y entonces dice, cambiando los términos de manera de arrojar nueva luz sobre el asunto: Vale más el Dharma propio, aun desprovisto de mérito, que el Dharma de otro bien cumplido. Aquel que se amolda al Karma indicado por su propia naturaleza, no se ex­pone a pecar (Ibid, XVIII, 47), – Desen­vuelve más aquí estas enseñanzas y determina para nosotros sucesivamente el Dharma de las cuatro grandes castas. Los mismos términos que él emplea nos dan la significación de esta pa­labra que tan pronto se traduce por el Deber, como por la Ley o la Religión. Ella significa todo esto y mucho más aun, por que su sig­nificación es mucho más profunda y más vasta que todo lo que esas palabras expresan. Veamos las palabras de Shri Krishna concerniente al Dharma de las cuatro castas: los Karmas de los Brahmanes de los Kchatriyas, de los Vaish­yas y de los Shudras. ¡oh Parantapa,! han sido “distribuidos según los gunas nacidos de sus diferentes naturalezas”. La serenidad, el im­perio sobre si mismo, la austeridad, la pureza, la prontitud al perdón, lo mismo que la rec­titud, la sabiduría, el conocimiento, la creen­cia en Dios, Son el Karma del Brahman, na­cido de su propia naturaleza. El valor, el es­plendor, la firmeza, la destreza, la temeridad que en el combate hace desconocer la fuga, la generosidad, las cualidades del dominador son el Karma del Kchatriya. nacido de su propia naturaleza. La agricultura, el pastoreo y el comercio son el Karma del Vashya, nacido de su propia naturaleza. Actuar como servidor es el Karma del Shudra, nacido de su propia naturaleza. El hombre alcanza la perfección por la aplicación de cada uno a su propio Karma. Dice enseguida: Es mejor el Dharma propio, aun sin mérito, que el Dharma de otro bien cumplido. Aquel que se amolda al Karma indicado por su propia naturaleza no se expone a pecar. Ved como las dos palabras Dharma y Karma son tomadas la una por la otra. Ellas nos dan la clave que nos servirá para resolver nuestro problema. Permitidme primero daros una de­finición parcial del Dharma. No puedo daros claramente, de una vez, la definición completa. Os daré la primera mitad y me referiré a la segunda en su oportunidad. La primera mitad es esta: El Dharma es la naturaleza interior que ha alcanzado, en cada hombre un cierto “grado de desarrollo y florecimiento”. Esta naturaleza interior es la que modela la vida exterior, la que se expresa por los pensamien­tos, palabras y acciones y a la que el nacimiento físico ha colocado en un medio favorable a su crecimiento. Lo primero que hay que compren­der bien es que el Dharma no es una cosa ex­terior como la ley, la virtud, la religión o la justicia. Es la ley de la vida que se desarrolla y modela a su propia imagen todo lo que le es exterior. Para tratar de elucidar este tema difícil y abstruso, lo dividiré en tres partes principales. Primera, las diferencias, porque los hombres tienen Dharmas diferentes. En el pasaje antes citado ya se hace mención de cuatro grandes clases. Un examen más atento nos demuestra que cada individuo tiene su propio Dharma. ¿Cómo comprender lo que este debe ser? A me­nos de comprender hasta cierto punto la natu­raleza de las diferencias, lo que las ha produ­cido, su razón de ser, el sentido que nosotros demos a la palabra diferencias; a menos de comprender como cada hombre muestra por sus pensamientos, palabras y acciones el nivel que ha alcanzado; a menos de comprender todo esto, nosotros, no podemos comprender el Dharma. ­En segundo lugar, vamos a hablar de la evolución porque necesitamos seguir estas diferen­cias en su evolución. Por último, debemos abor­dar el problema del bien y del mal porque nuestro estudio nos lleva a responder a esta pregunta: ¿Cómo debe conducirse un hombre en la vida? Seria inútil pediros seguirme en pensamientos de una naturaleza difícil si, en consecuencia, no debemos poner en práctica los conocimientos adquiridos y esforzarnos en vivir de acuerdo con el Dharma, mostrando así al mundo lo que la India ha tenido la misión de enseñar.

EL "KOAN"




Un "koan" (el método del zen) es un acertijo que no puede resolverse, pero en el que hay que pensar. 
Durante horas, durantes seis, ocho, diez, doce, y a veces durante dieciocho horas, el discípulo no hace más que sentarse absorbido, observando el problema desde todos los ángulos, teniendo en cuenta todas las posibilidades; intentando penetrar en él desde éste o aquel lado. 
Intenta desentrañar el problema desde todas las direcciones, en todas las dimensiones, a fin de hallar la solución. 
Llega ante el maestro y se encuentra de nuevo enfrentado a sí mismo.
Poco a poco se van agotando todas las posibilidades. Ya ha pensado en todo lo pensable. Ahora da la impresión de que no existen más posibilidades, de que no se puede ir más allá. Y entonces, un día, empieza simplemente a observar el acertijo, y no se manifiesta pensamiento alguno.
Cuando la mente no puede con algo, abandona. 
Cuando la mente demuestra su impotencia ante algo, abandona.
Esa es la cuestión, observar el acertijo sin que surja pensamiento alguno. Y cuando no surge ningún pensamiento entonces puedes ver en el acertijo… que es absurdo.
Sí, ya habías pensado que era absurdo en muchas ocasiones anteriores, -de hecho, sabías que lo era, que no podía resolverse-, pero eso también provenía de la mente, no se te había revelado. 
Esa era la solución de tu mente: no se puede resolver, ¿para qué preocuparse entonces? Abandónalo, olvídate de ello, no puede resolverse. Pero eso también salía de la mente.

Un día, cuando la mente dejó de funcionar de puro agotamiento, cuando perdió toda su pericia, toda su eficacia, cuando toda su inteligencia ha demostrado no servir de nada, desaparece. 
Y en esa rendija, aparece la revelación. 
En esa rendija puedes ver, y ves por primera vez.
En esa rendija el pensar no está, pero tiene lugar el conocer, y esa es la cuestión de la transformación.

Cuando se detiene el pensamiento y surge el conocer, cuando los pensamientos desaparecen y aparece la claridad, puedes ver que la verdad no es algo que pueda pensarse, sino que ha de verse.
Por eso, a quienes alcanzan la verdad se les llama a veces visionarios, y no pensadores. 
La han visto. Han entrado en ella, no han pensado en ella, no son grandes filósofos ni lógicos. Son personas sin mente, son personas más allá de la mente. Miran directamente, sin ningún pensamiento entre ellos y la realidad. Lo que se revela tal cual es, en su talidad. La mente ya no está ahí, funcionando a través del pensamiento. No hay más oleadas, en un espejo. Y sólo refleja lo que es.

Si se tiene algo más en lo que pensar, entonces no es el auténtico fin. Si crees que sigue habiendo algo en lo que pensar, entonces éste no es el auténtico fin; la mente no desaparecerá. No puedes obligarla. No podrás hacerlo, porque la mente está ahí. Todo eso lo está haciendo la propia mente, y todo lo que se haga a través de la mente no hace sino reforzar la propia mente. 
Si todavía tienes algo en lo que pensar, si sientes que la mente todavía puede proporcionarte alguna respuesta, si todavía mantienes la mínima confianza en la mente, entonces no has llegado al verdadero final.

Cuando se alcanza el final de verdad, el pensar se detiene y comienza el ver. Y en este ver radica la revolución, el cambio radical, la mutación, la transformación.
Entonces no hay palabra, pensamiento o imagen. Nada, sólo la nada. Has llegado al final de la mente, o llámalo el fin del mundo. 
El mundo que finaliza no es la realidad, pero sí que es el comienzo del Ser. 
El mundo que acaba es la enfermedad desapareciendo; y al otro lado aparece la salud. Estarás sano por primera vez y completo.

Osho

LA MUERTE DEL EGO Y EL RESURGIMIENTO DEL SER


El zen es solo dar un paso… el periplo de un único paso.
Puedes llamarlo el último paso o el primero, no importa. Es el primero y el último.
Toda la enseñanza zen consiste en una única cosa: cómo saltar a la nada, cómo llegar al final de tu mente, que es el final del mundo.
Cómo permanecer de pie en ese acantilado frente al abismo y no asustarse, cómo reunir coraje y dar el último salto. Es la muerte. Es suicidarse.
Pero el crecimiento espiritual sólo puede surgir del suicidio (la muerte del ego), y sólo hay resurrección (morir y renacer en una nueva consciencia, un nuevo ser) siendo crucificado.
Si se comprende bien, entonces el símbolo cristiano de la cruz, tiene un enorme significado.
Jesús está en la cruz, y ese es el acantilado. Muerte y resurección.
Cuando mueres en la mente, naces en la consciencia.
Cuando mueres en el cuerpo, naces en el cuerpo universal.
Cuando mueres como ego, naces como Dios.
Cuando mueres en tu pequeño territorio, te esparces por toda la existencia… te conviertes en existencia.
El fin de la mente es el fin del mundo, porque el zen dice que la mente es el mundo.
Por lo general, cultivamos y reforzamos la mente, la hacemos cada vez más capaz, hábil, eficaz. Eso es lo que hacemos en escuelas, colegios y universidades. Eso es lo que significa educación, aprender.
El zen es un tipo de desaprendizaje.
Enseña cómo desechar lo que se ha aprendido, enseña a volver a ser niños, a existir de nuevo sin mente.
La mente provoca todo tipo de miserias: la mente nunca está en el presente, lo pasa por alto.
¡Y sólo existe el presente! La mente siempre está en el pasado, o en el futuro, pero nunca permanece en el presente.
El zen dice que a menos que deseches la mente, nunca te podrás sintonizar con la existencia, ni podrás palpitar con el latido del universo. Si no desechas la mente, seguirás viviendo en un mundo particular que tú mismo has creado; no vives en el mundo real.
La inteligencia nunca surge de la mente. La inteligencia sólo surge cuando se ha descartado la mente.
La mente bloquea la fuente de la inteligencia. Permanecer en la mente es poco inteligente. Lo inteligente es estar más allá de la mente.
La meditación es la búsqueda de esa inteligencia, de cómo dejar de aprender, de cómo desechar el conocimiento, de cómo abandonar todo el pasado acumulado.
Un hombre que vive en la no-mente vive sin muerte, porque muere a cada instante. Nunca acumula, nunca mira hacia atrás, nunca mira hacia delante; simplemente está aquí. Su ser es en este momento. Fluye con el momento. De hecho, carece de biografía y de sueños de cara al futuro. Vive tal como llega la vida.
Y el zen dice que la mente puede ser de utilidad en el mundo, pero no en lo que respecta a lo esencial. Lo esencial no puede pensarse, porque está más allá del pensamiento. Tú eres lo esencial.
Nace un niño y él es lo esencial. El pensamiento aparecerá a continuación; el niño acumulará conocimiento y escribirá muchas cosas en la página de su vida. Y se convertirá en un conocedor de esto y lo otro y se identificará con ser médico, ingeniero, profesor. Pero en el momento en que nació era simplemente pura consciencia, frescura, una página en blanco, sin nada escrito, ni siquiera con su propia firma. No tenía nombre ni idea acerca de quién era. Eso es la inocencia primigenia, y eso es lo esencial.
Nunca perdemos nuestra esencialidad, no es posible. Es nuestra naturaleza más íntima, y por ello no hay forma de perderla. Pero puede nublarse.
Somos antes que el pensamiento, somos mientras el pensamiento está ahí, seremos cuando el pensamiento haya desaparecido. Siempre estamos aquí. Pero cuando surge el pensamiento es muy difícil saber quiénes somos y qué es exactamente esta consciencia.
Pensar es una distracción, una perturbación.
Únicamente recuperamos el contacto con lo esencial cuando desaparece el pensamiento.
Si uno piensa en ello, se puede pensar y pensar y pensar, y luego, al ver que el pensamiento no lleva a ninguna parte, éste se detiene por sí mismo.
Si uno piensa hasta el final del todo, se manifestará automáticamente un estado de no pensamiento. Este fin del pensamiento llega final y naturalmente, y eso es lo que propone el zen.
Y el método que utiliza el zen para esto se llama "koan".
Un "koan" es un acertijo, muy especial, un acertijo que es imposible solucionar, un acertijo que no puede solucionarse a través de su formulación. Piensas y piensas… Hay que pensar, cavilar y meditar sobre ello.
Osho 

lunes, 9 de marzo de 2015

Libro Enseñanzas Taoista Maestro Hua Hu Ching (Capitulo 1-10)


1
Yo enseño, el Camino Integral de unidad con el gran y misterioso Tao.
Mis enseñanzas son simples; si intentas hacer de ellas una religión o una ciencia, éstas te eludirán.
Profundas, aunque simples, contienen toda la verdad del universo.
Quienes desean conocer toda la verdad, disfrutan realizando los trabajos y servicios que les llegan.
Cuando los han acabado, disfrutan limpiándose y alimentándose.
Cuando se han cuidado a sí mismos, vuelven al maestro para instruirse.
El camino simple conduce a la paz, a la virtud y a la abundancia.
2
Los hombres y las mujeres que desean ser conscientes de toda la verdad deben adoptar las prácticas del Camino Integral.
Estas disciplinas consagradas calman la mente y conducen a la armonía con todas las cosas.
La primera práctica es la de la virtud indiscriminada: cuida a aquellos que lo merecen; también, y de igual modo, cuida a los que no lo merecen.
Cuando extiendes tu virtud en todas direcciones sin discernimiento, tus pies se hallan firmemente plantados en el camino que regresa al Tao.
3
Quienes desean encarnar el Tao han de aceptarlo todo.
Aceptarlo todo significa en primer lugar no tener cólera ni resistencia hacia ninguna idea o cosa, viva o muerta, con forma o sin forma.
La aceptación es la verdadera esencia del Tao. Aceptarlo todo también significa apartarse de cualquier concepto de separación: hombre y mujer, yo y otro, vida y muerte.
La división es contraria a la naturaleza del Tao. Renunciando al antagonismo y a la separación se entra en la unidad armoniosa de todas las cosas.
4
Cualquier salida del Tao contamina el espíritu. La cólera es una salida, la resistencia es una salida, el ensimismamiento en uno mismo es una salida.
A lo largo de muchas vidas el fardo de las contaminaciones puede hacerse grande.
Sólo hay una manera de purificarse de estas contaminaciones, y consiste en practicar la virtud. ¿Qué se quiere decir con esto?
Practicar la virtud es ofrecer desinteresadamente ayuda a los demás, dar sin limitación alguna el propio tiempo, capacidades y posesiones, en cualquier ocasión y lugar en que se necesiten, sin prejuicio alguno relativo a la necesidad de la persona que los necesita.
Si tu disponibilidad a dar felicidad es limitada, también lo será tu disponibilidad a recibirla.
Este es el sutil proceder del Tao.
5
¿Piensas que el universo está agitado?
Ve al desierto por la noche y contempla las estrellas.
Esta práctica deberá dar respuesta a la pregunta. La persona superior dispone su mente como el universo dispone las estrellas en el cielo. Conectando su mente con el origen sutil, la calma.
Una vez calmada, ésta se expande de manera natural y, al final, su mente se vuelve tan vasta inconmensurable como el cielo nocturno.
6
El Tao hace surgir todas las formas, pero él mismo no tiene forma.
Si intentas representar su imagen en tu mente, lo perderás.
Es como clavar una mariposa con un alfiler: se capta la forma, pero se pierde el vuelo.
¿Por qué no contentarse simplemente con vivirlo?
7
La enseñanza del Camino Integral continuará mientras exista un Tao y alguien que desee encarnarlo.
Lo que está dibujado hoy día en estos pergaminos aparecerá de formas diferentes dentro de muchas generaciones.
Sin embargo, estas cosas nunca cambiarán: Quienes deseen alcanzar la unidad, deben practicar la virtud sin hacer distinciones.
Deben disolver todas las ideas de dualidad: bueno y malo, hermoso y feo, alto y bajo.
Serán obligados a abandonar cualquier desviación mental nacida de creencias culturales o religiosas.
De hecho, deberán mantener sus mentes libres de cualquier pensamiento que interfiera con su comprensión del universo como una unidad armoniosa.
El comienzo de estas prácticas es el comienzo de la liberación.
8
Confieso que no hay nada que enseñar: ni religión, ni ciencia ni cuerpo de informaciones que regresar tu mente al Tao.
Hoy hablo de esta manera, mañana de otra, pero el Camino Integral permanece siempre más allá de las palabras y más allá de la mente.
Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas.
9
Quien desee la admiración del mundo hará bien en amasar una gran fortuna y en gastarla después.
El mundo responderá con admiración conforme al tamaño de su tesoro.
Por supuesto, esto no tiene ningún sentido. Deja de luchar por la admiración.
Coloca tu interés en el Tao. Vive de acuerdo con él, comparte con los demás las enseñanzas que llevan a él, y serás bañado por las bendiciones que fluyen de él.
10
El ego es un mono que salta a través de la selva: totalmente fascinado por el reino de los sentidos, cambia de un deseo a otro, de un conflicto a otro, de una idea centrada en sí misma a la siguiente.
Si lo amenazas, realmente teme por su vida. Deja partir a ese mono.
Deja partir los sentidos. Deja partir los deseos. Deja partir los conflictos. Deja partir las ideas.
Deja partir la ficción de la vida y de la muerte. Permanece simplemente en el centro, observando.
Y después olvídate de que estás en él.

365 Meditaciones Semanales Tao Deng Ming Dao #16-28 de Febrero 2015



Perfección
El héroe baja de la montaña,
Radiante de poder,
Pero una pelea con un anciano polvoriento
Rápidamente lo tumba al suelo.
Antaño, los hombres y mujeres jóvenes que querían ser extraordinarios entrenaban en la montaña con un maestro famoso. Lejos de las distracciones de la sociedad, aislados en la limpieza, se mantenían en una alta cima y no bajaban hasta que hubiesen alcanzado gran habilidad.
Tales personas eran héroes, el pináculo del desarrollo. Sin embargo, en su subsecuente deambular por el mundo, tales héroes frecuentemente encontraban a algún viejo que podía superarlos rápidamente. Ya sea en el debate filosófico o en habilidad física, siempre había algún oscuro trotamundos que podía eclipsar incluso al mayor de los héroes. ¿Por qué? Porque el héroe sólo tenía perfección, la fuerza de la juventud, y coraje. Los viejos tenían la ventaja de la experiencia y la sabiduría.
Siempre habrá en el mundo personas mejores que tú. Aprende a reconocer a aquellos mayores que son más sabios que tú, y respétalos. Date cuenta de que tú mismo no serás grande hasta que hayas vivido largo tiempo.
Perfeccionarse uno mismo es difícil pero no raro. Tener perfecta sabiduría es raro en verdad.
Orden
Construye tu vida ladrillo sobre ladrillo.
Vive una vida de verdad,
Y mirarás hacia atrás a una vida de verdad.
Vive una vida de fantasía,
Y mirarás hacia atrás a vanas ilusiones.
Lo bueno de hoy está basado en lo bueno de ayer. Es por eso que deberíamos estar constantemente atentos a nuestras acciones. Toma por ejemplo a la gente frugal. Reciclan las sobras de lo que cocinan en montones de abono. Prefieren comer en casa que en restaurantes. No desperdician el agua. Compran con cuidado. No gastan su dinero en frivolidades. Ese es exactamente el tipo de cuidado que necesitamos para la espiritualidad.
No deberíamos malgastar nuestros esfuerzos en entretenciones; deberíamos, en cambio, concentrarnos en esfuerzos más importantes para nosotros. No deberíamos reunir información al azar; deberíamos en cambio tratar de ordenarla en un todo integral, acrecentando así nuestras habilidades para nuestra propia ventaja. No deberíamos decir mentiras descuidadamente, porque entonces estaremos divorciados de la verdad que buscamos.
El que nuestras vidas sean magníficas o despreciables depende de nuestro ordenamiento de detalles cotidianos. Debemos organizar los detalles en una composición que nos satisfaga. Sólo entonces tendremos significado en nuestras vidas.
Etiquetas
No me llames seguidor del Tao.
Seguir el Tao es un esfuerzo intensamente personal en el cual pasas cada minuto de tu tiempo con el pulso universal. Sigues el fluido e infinitamente cambiante Tao y experimentas su miríada de maravillas. No querrás nada más que estar vacío ante él -un espejo perfecto, abierto a cada matiz.
Si pones etiquetas sobre quién eres, hay separación del Tao. Tan pronto como aceptes las designaciones de raza, sexo, nombre o asociación, te defines en contraste con el Tao.
Es por eso que quienes siguen el Tao nunca se identifican a sí mismos con el nombre Tao. No se interesan por las etiquetas, por el estatus o por el rango. Todos tenemos la misma oportunidad de ser con el Tao.
Rechaza las etiquetas.
Rechaza las identidades.
Rechaza el conformismo.
Rechaza el convencionalismo.
Rechaza las definiciones.
Rechaza los nombres.
Profetas
Los profetas tienen sus secretos
Y su cierta magia.
Yo no soy un profeta.
Sólo conozco lo ordinario.
Ese es mi Tao.
Los profetas del Tao son una categoría especial. Hombres y mujeres que son reconocidos expertos en meditación, filosofía, geomancia, brujería, artes marciales, ciencia, matemáticas, literatura, pintura, poesía, sagradas escrituras, historia, música y liturgia. Pueden hacer cosas extraordinarias: pueden responder cualquier pregunta. El vasto número de secretos que cada uno de ellos personifica es asombroso. El grado de extraordinaria habilidad que dominan es formidable.
Son grandiosos, pero eso es todo.
Quienes siguen el Tao se esfuerzan por la perfección, pero son cautelosos sobre ser llamados profetas. Ese es un rol limitado. Ser un profeta representa una gran trampa cebada con la tentación de la auto importancia. El objetivo último de seguir el Tao es trascender la identidad. Quienes se llaman a sí mismos profetas o incluso maestros maximizan sus identidades.
Es mucho mejor no ser un profeta, y evitar las responsabilidades, las limitaciones y las tentaciones. Es mucho mejor ser oscuro y ser tomado por estúpido. Que alguien te llame por un título es una interferencia que no necesitas. Cuando estás viendo la mayor maravilla de tu vida, lo último que quieres es que alguien te tape la luz.
Araña
La mente en el centro
Irradia a las ocho patas,
Creando una suprema telaraña
Para tamizar el Tao.
La araña es una perfecta criatura del Tao. Su cuerpo es una elegante expresión de su mente: teje hermosos hilos, y sus patas son perfectamente idóneas para crear su telaraña y caminar sobre ella. Desde su centro, una araña irradia su mundo con una frugal economía.
La postura de una araña respecto del Tao es el establecer un patrón. Su mente determina ese modelo. Se da cuenta del fluir del Tao y no hace nada que interfiera con ello. Simplemente crea su diseño y espera que el Tao le traiga el sustento. Lo que venga a ella, lo acepta. Lo que no venga a ella no le preocupa.
Una vez que la telaraña está establecida, una araña no piensa en expandirse de manera antinatural. No le hace la guerra a sus vecinos, no busca aventuras en otros países, no trata de volar a la luna, no construye fábricas, no trata de esclavizar a otros, no trata de ser intelectual. Es simplemente quien es y está satisfecha con eso.
Estrés
Las presiones del trabajo son abrumadoras.
Las responsabilidades son pesadas.
Cuando cierro los ojos,
Las demandas de los demás son todo lo que veo.
A veces las responsabilidades pueden volverse tan grandes que no puedes mantener tu equilibrio mental. Tu atención se dispersa. Los sentimientos de frustración llevan a una tremenda infelicidad. Te duele adentro. No duermes lo suficiente, comes mal, y discutes con los demás.
Los sabios podrían vivazmente declarar que todo eso es la insensatez de la humanidad. Sin duda tienen razón, pero las palabras de los sabios son demasiado elevadas cuando estamos mendigando en el polvo por nuestra supervivencia. Muchos de nosotros debemos enfrentar esas presiones, al menos por el momento. Aunque nos gustaría escapar de esta locura, no seríamos capaces de renunciar a la sociedad de una vez.
Cuando uno está bajo estrés, la conciencia del Tao es imposible. Si estás luchando en el campo de batalla, o luchando en la oficina, o luchando en tu hogar, o luchando en tu mente, no hay tal cosa como estar con el Tao. Si estás enrevesado en ese tipo de vida, deberás contentarte con enfrentar valientemente tus problemas -hasta que no puedas hacer otra cosa que renunciar.
Cada momento que estés con tus problemas, no estás con el Tao. Lo mejor que puedes hacer es recordar que nuestro estrés no es la realidad absoluta.
Prisión
Nuestra subjetividad
Es un espejado
féretro lleno de púas.
Nos rodeamos con los reflejos de nuestras propias identidades. Pensamos sólo en nosotros mismos, no en el Tao. Todo lo que nos importa es la supervivencia y la gratificación. ¿Cuando veremos que todo lo que hemos hecho es rodearnos de nuestras propias ilusiones?
No vemos el mundo como realmente es. Ignoramos el dilema de nuestra existencia. Somos como idiotas acicalados dentro de un féretro espejado. Mientras acrecentamos nuestras ilusiones, la caja se hace más pequeña. Pronto desarrolla púas -los arpones de nuestro propio egotismo- sólo que estamos tan absortos en nosotros mismos que no notamos las puntas. Estamos demasiado enamorados de nosotros mismos. Andamos con afectación, esponjamos nuestro cabello. Y nuestro ataúd sigue haciéndose más y más pequeño.
Algunos tienen éxito en salir de esa trampa, pero están tan apegados que arrastran su féretro detrás de ellos por un largo tiempo. Aquellos que arrastran sus ilusiones con ellos están sólo un paso más adelante que quienes están atrapados en ellas. Sólo cuando nos damos cuenta de nuestra verdadera naturaleza desaparece el féretro.
Cuerpo
Yo no soy este frágil cuerpo.
No somos nuestros cuerpos. Esta puede parecer una afirmación extraña. Después de todo, no hay otro objeto en esta tierra al que conozcamos más íntimamente. ¿Por qué no habríamos de identificarnos con él?
¿Qué hay de nuestros cuerpos que sea tangible? Por supuesto tiene sustancia, ¿pero cómo explicamos la voluntad? Un cadáver es tan tangible como un ser vivo, pero nadie confundiría los dos. Algo misterioso explica las diferencias entre un cuerpo vivo y uno muerto. Algo nos anima.
Es la mente la que dirige la energía. ¿Pero qué de la mente podemos llamar definitivo? Es como una llama parpadeante: En ningún punto podemos determinar sus contornos exactos. Mientras más de cerca nos examinamos, más sutiles se vuelven las distinciones. Todo se vuelve bastante indistinto. Nos aferramos obstinada pero fútilmente a la impresión de que podríamos encontrar algo al reducir las cosas.
Es todo bastante confuso. Pero una cosa es segura: No soy este cuerpo frágil.
Matriz
Este frágil cuerpo
Es la matriz
Para la mente y el alma.
No podemos permitirnos el descuidar nuestro cuerpo, incluso si reconocemos que no debemos identificarnos exclusivamente con él. De hecho, en la búsqueda de nuestro verdadero yo, nuestra existencia física es el mejor lugar donde empezar. Podemos alterar nuestras vidas por cómo comemos y nos ejercitamos, y podemos agilizar nuestra búsqueda manteniéndonos saludables. Si estamos libres de bloqueos físicos y de dolor, podemos identificar mucho mejor nuestro yo interior.
En la búsqueda de la mente y el alma, es sabio entender que el cuerpo no es el yo verdadero, pero es también sabio el mantener el cuerpo. No debería haber ni negación ni mortificación de la carne, pero se requiere de una persona sabia tanto para mantener el cuerpo como para mirar más allá de él.
Juventud
Has dejado el hogar demasiado pronto:
Los borrachos te asustan, los derrochadores te manosean.
¿De qué sirve la joya de un ermitaño?
La gente joven necesita compasión y guía, no oscuro misticismo. He aquí algunas pautas para la gente joven:
Recuerda siempre que tú eres tu propia persona. No le rindas tu mente, tu corazón o tu cuerpo a ninguna persona. Nunca comprometas tu dignidad por ninguna razón.
Mantén tu salud con una dieta razonable, higiene, ejercicio y una vida sana. No te enganches en las drogas o la bebida.
El dinero no es nunca tan importante como tu cuerpo y tu mente, pero debes trabajar y ganarte la vida. Nunca dependas de otros para mantenerte.
Elije a tus amigos y a tu situación de vida con cuidado, porque te influenciarán. Encuentra un mentor en el que puedas confiar, uno que pueda responder todas tus preguntas, pero nunca cedas la responsabilidad sobre tu propia vida. Nadie vive tu vida por ti.
Una buena educación es siempre de gran valor.
Las emociones son transitorias y no son una buena manera de tomar decisiones. Cada día, debes tomar decisiones. Todo lo que haces tendrá efectos irrevocables sobre tu vida. Antes de bajar por algún sendero, considéralo con cuidado. Los ríos muy raramente revierten su curso.
Conoce la maldad, pero tú mismo no hagas mal. Recuerda, hay una salida a los engaños de la vida. Cuando te canses del mundo, encuentra alguien que te muestre el Tao.
Meta
¿Qué es un arquero
Sin un blanco?
No es suficiente el tener la filosofía del Tao. Uno debe actuar. Las acciones, no las palabras, son las importantes. Pero el mero movimiento no tiene sentido. Uno debería tener propósito.
Las metas de corto plazo nos ayudan a determinar cada etapa de nuestras vidas y a experimentarlas completamente. Las metas de largo plazo nos dan perspectiva y continuidad. Las metas de corto plazo nos ayudan a comprender la temporalidad de la vida y, más aún, nos proveen de una manera de beneficiarnos de esa temporalidad. Las metas de largo plazo le dan enfoque a las experiencias que acumulamos.
Nuestras metas deberían ser enteramente personales. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Hay sólo una meta universal: una muerte elegante sin arrepentimientos.
Utopía
Reza un millón de veces por la paz mundial, me dijeron.
Reza tres veces al día para acabar todas las guerras.
Practica austeridades para liberar a todos los seres vivos.
Pero las miserias del mundo nunca han disminuido.
Periódicamente, algunos grupos religiosos proclaman que si todos sólo hiciéramos algo como rezar, se solucionaría algún problema social fundamental. Se ha afirmado que la devoción espiritual podría afectar las guerras, las hambrunas, las enfermedades, la economía y la sobre-población.
Sólo los esfuerzos personales pueden ser espirituales. Lo que hagas con tus diarias devociones es simplemente por tu propio bien. Una vez que llevas los ideales a gran escala, son puestos en riesgo por las contradicciones de la vida.
No hay utopía. Nunca la habrá. Sólo hay el valiente intento de cada persona de vivir espiritualmente en un mundo donde la espiritualidad es casi imposible.
Corazón
Imagina tu corazón como un loto abierto
Desde su centro sale un niño carmesí,
Puro, virginal e inocente.
Una meditación da esta instrucción:
Imagina tu corazón abriéndose en un rojo loto.
Desde su centro sale un niño carmesí.
Saca a ese niño de tu cuerpo e imagina que él o ella flota sobre tu cabeza. Tú, como un niño, sostienes un sol en cada mano mientras cada pie se apoya en una luna.
Mantén esta imagen por tanto tiempo como puedas.
Es difícil sacar a ese niño. Cuando tratas, te das cuenta de cuántas defensas has construido alrededor de ti. También te das cuenta de cómo las experiencias de la adolescencia y de la adultez te han manchado. A veces, podrías incluso dudar de que tengas todavía un yo puro e inocente para sacar. Pero cada uno de nosotros lo tiene. Cada uno de nosotros debe encontrar dentro ese niño carmesí y sacarlo. Porque esa criatura representa la época en que nuestras energías estaban completas y nuestros corazones no estaban preocupados por la duplicidad del mundo y de nosotros mismos.
Deng Ming Dao

365 Meditaciones Semanales del Tao Deng Ming Dao (1-8 Febrero 2015




Deterioro
La niebla enfría el cielo hacia lo gris,
Las noches llegan más temprano.
Todos conocen el deterioro,
Pero pocos disciernen su frontera.

Aunque es verano y hay varios meses cálidos por delante, es posible sentir que los cielos ya han comenzado a descender. Casi imperceptiblemente, la fruta está madurando en los árboles y las noches se están alargando una vez más. Es demasiado pronto para hablar de otoño, y sin embargo la próxima estación está en camino.

¿Por qué nunca nos preparamos para el deterioro? Todos nos damos cuenta de que es un fenómeno válido -sabemos sobre la caída de los imperios, del envejecimiento de los héroes, de la disminución de nuestra propia habilidad -pero no siempre estamos conscientes de que acerca. Con frecuencia nos damos cuenta demasiado tarde de que estamos en un período de declinación, y no estamos preparados. Se necesita de una persona sabia para percibir el momento en que las cosas comienzan a cambiar.

El verano no se desvanece en un día. Nuestras acciones deben estar en concordancia con los tiempos. Tal como la declinación del verano es gradual, nuestras acciones también deberían ser acordes al ritmo del cambio. Aunque la declinación pueda estar aproximándose, debemos calcular qué tan rápido o tan lento están sucediendo los eventos. Si somos demasiado precipitados -como quien nota la primera brisa fresca e inmediatamente se pone la ropa de invierno- estaremos reaccionando en forma exagerada. Es importante pensar en el deterioro como algo natural e inevitable. Por lo tanto no deberían haber valores emocionales comprometidos. Simplemente sucede, y eso es todo.

Poesía

Cualquier cosa es tema para un poema:
Un catálogo de equipo de boxeo, un collage de otros poemas,
El rastro serpentino del incienso, la piel de un ciervo, viejos zapatos puntiagudos patituertos,
El paisaje urbano de vidrio y acero, los ojos almendrados de un santo, el llanto de pequeñas flores,
La luz del sol sobre paredes blancas, la sombra azul de una mujer encorvada,
Una trampa para ratones que saltó, una gota de sangre en la cuneta,
El descenso en picada de una gaviota buscadora, la fría bahía cubierta de blanco, el aroma a eucalipto,
El verde pasto de briznas quebradas, los terrones de tierra fértil.
Cualquier cosa es tema para un poema.

Incluso al dormir, escribe un poema.
Cuando camines, escribe un poema.
Mientras ames, escribe un poema.
Incluso votando, escribe un poema.
Cuando estés enojado, escribe un poema.
Mientras sueñes, escribe un poema
Escape

Le dicen inútil
Y sin embargo la presionan por logros.
"Quiero un bebé."
Pelean entre ellos,
Y le reprochan por estar distante.
"Mis amigos se divierten tanto."
Se obsesionan con el dinero,
Y compran su lealtad.
"No puedo soportar esto cada día."
Ella es inocente.
Ellos tienen ambiciones.

Había una niña que era tanto una buena alumna como una buena atleta. Su familia no encontraba que eso fuera suficiente. La presionaban a pasar todo el tiempo estudiando o practicando para su próxima competencia deportiva. Finalmente, no pudo soportarlo más. Escapó.

Su familia estaba totalmente convencida de que era un secuestro. En tantas familias le dicen a una niña cuan inútil es. ¿Es de extrañarse que quede embarazada? A un niño le dicen cuan perezoso es. ¿Es de extrañarse que se rebele como un acto de individualidad?

Cuando los padres exigen sin comprensión, frustran el desarrollo. El forzar a los niños a satisfacer las ambiciones parentales destruye la individualidad. Antes de que los padres culpen a sus hijos, deberían primero mirar cómo fueron criados sus hijos e hijas.

Posesión

Un niño pequeño conduce
Cien patos hacia el lago
Con un palo borlado:
Una masa de excitado blanco.

Un niño pequeño puede comandar a una bandada entera de patos con un delgado palo. Los patos bajan contentos al lago a jugar en el barro. Al final, por supuesto, terminan como cena de alguien.

Obedecen al palo porque responden a su acondicionamiento. En realidad no necesitan obedecerlo. No necesitan ser la comida de alguien. Respecto del niño, él está haciendo su trabajo, pero no es el dueño de los patos en un sentido último. Ejerce su poder sobre ellos y ellos responden, sin embargo, ninguno se da cuenta de que su vínculo es provisorio.

Así mismo, la posesión de propiedad es sólo una construcción artificial. Si podemos recordar que la posesión es algo que existe sólo por definición, entonces podemos dejar la posesividad, el estar a la defensiva y la codicia. ¿Qué importa cuánto dinero o tierra dices que tienes? No puedes realmente poseerlos.

Ni siquiera posees tu cuerpo. La posesión última significaría control total. Nunca envejecerías. Podrías hacerlo tan bello como quisieras. Nunca sufrirías accidentes. Pero el hecho es que todos estamos atrapados en carne que envejece, que se deteriora, que se enferma, y que puede ser destruida por accidentes bastante menores. No posees tu cuerpo. Vives en una cáscara prestada. ¿Por qué no buscar la verdad que va más allá del cuerpo?

Compostura

Aunque puede que tenga que matar
O sufrir ella misma la muerte,
Una persona con compostura permanece desapasionada.
Nada es nunca destruido,
Nada es nunca creado.
Todo es infinito.

Para la mayoría de la gente, matar es una abominación. Si tuvieran que matar, estarían horrorizados y sus emociones serían incontrolables. Del mismo modo, si fueran amenazados de muerte, tendrían miedo y lucharían por mantenerse vivos.

Estas dos situaciones suponen un apego extremo a lo que conocemos y a cómo quisiéramos permanecer. Ambas situaciones indican una visión fundamentalmente limitada del mundo. Asumimos que estamos verdaderamente destruyendo a alguien. Pero aunque este cuerpo pueda ser asesinado, el alma no puede ser asesinada. Cada alma no es sino una parte de una infinita alma cósmica.

Puedes sustraer numerosas almas del mundo, y el número de almas no sería disminuido. Numerosas almas pueden nacer, y el número de almas no sería aumentado. Nada es verdaderamente destruido, y nada nace verdaderamente. Sólo cambian las apariencias.

Por lo tanto, la gente con compostura ve las transformaciones del mundo con calma. No se alarman con las diferentes permutaciones de los fenómenos. Saben que esas son todas meras manifestaciones externas de una indefinible, ilimitada e infinita realidad. 

Umbral

¿Por qué llorar por un capullo
Cuando la mariposa ha salido volando?

La muerte es una de las pocas cosas dadas en la vida, y sin embargo le tememos. Negamos su presencia o con inmadurez rehusamos tomarla en cuenta. En la vida, en que tan pocas cosas son lo suficientemente estables para servirnos como verdaderos puntos de referencia, la muerte es una de nuestras pocas seguridades.

La muerte no es un final. Es una transformación. Lo que muere es sólo nuestro sentido de identidad, el que era falso para empezar. La muerte es el umbral de esta vida. Más allá de él hay algo más, algún misterio. Sólo podemos estar seguros de que es distinto a esta vida.

Que no nos avergüence admitir que nadie conoce la muerte definitivamente. Lo más cerca a lo que podríamos llegar es a una experiencia supuestamente cercana a la muerte, la cual, por definición, no puede ser la muerte en si misma. Alternativamente, podemos examinar a otras personas que han muerto. Podemos mirar un cadáver. Cuando lo hacemos, vemos que sea lo que fuese lo que animaba ese cuerpo ya no está en acción. ¿Es ese cuerpo nuestro querido amigo? No. Lo que sea que haya sido lo que era la persona que conocimos, se ha ido. ¿Qué sentido tiene el llorar sobre una cáscara sin vida en un ataúd?

La muerte define los límites de la vida. Entre esos límites, hay una estructura sobre la cual basar las propias decisiones. Cuando uno estime que la propia vida ha sido completa, uno puede usar la muerte como el portal para salir de esta existencia.

No Dualidad

No contemples
Como mera actividad.
Se vacío contemplando vacío.

Una vez que uno comprende que la naturaleza última de esta existencia es el vacío, uno entiende que estar vacío es el único verdadero modo de meditación. Nótese que el vacío no es el objeto de la meditación -el formar la pareja meditador y objeto crea una relación dualística entre el yo y el entorno que lleva a que uno se pierda.

En la meditación estamos buscando unidad. Necesitamos algo que nos saque de los modos dualísticos normales que son el origen de todas nuestras dificultades. Por lo tanto, la única meditación verdadera es una que no nos ponga en una relación de observador y objeto. Cualquier objeto, no importa qué tan sagrado, sigue reforzando la ilusión de que hay una realidad fuera de nosotros. Lo que estamos tratando de obtener es la verdadera visión interior: No hay diferencia entre nuestra realidad interna y externa.

La meditación suprema es el darse cuenta de que nosotros mismos estamos vacíos de distinciones, de que nuestro sentido de identidad es sólo el resultado de apegos dualísticos. Junto con eso, deberíamos comprender que realmente no hay nada que contemplar, nada sobre lo que pensar.

Deng Ming Dao.
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