martes, 26 de abril de 2016

LA MENTE



LA MENTE
En la Época Atlante del Período Terrestre, los Señores de la
Mente irradiaron de sí mismos y depositaron en nuestro ser el núcleo de la sustancia que actualmente estamos tratando de organizar como mente.
Le fue conferida al ser humano para dar objeto y propósito a sus acciones pero, como el ego era extraordinariamente débil y la naturaleza pasional muy fuerte, la mente naciente se fundió con el cuerpo de deseos, dando por resultado la Astucia, que fue la causa de toda la maldad que se difundió en el tercio medio de la Época Atlante.
Como la mente es el último de los vehículos humanos formados, no puede considerarse de modo alguno como un cuerpo. No es más que un eslabón, una envoltura para que el ego la utilice como punto de enfoque o concentración. Sin embargo, es el instrumento más valioso que posee el espíritu, especialmente en la obra de la creación.
Nosotros, como egos, nuestro Espíritu Humano, funcionamos
directamente en la sutilísima sustancia de la Región del Pensamiento Abstracto que hemos especializado dentro de la periferia de nuestra aura individual. Desde allí contemplamos las impresiones que produce el mundo externo sobre el cuerpo vital, por intermedio de los sentidos, junto con los sentimientos y emociones generados por ellos en el cuerpo de deseos, que se reflejan en la mente.
En nuestra actual etapa de la evolución, podemos decir que la
mente nace a la edad de 21 años, pero la esencia de la mentalidad, su culminación, solo se alcanza alrededor de los 49 años.
La mente es el medio concentrador, merced al cual las ideas
concebidas por la imaginación del espíritu pueden ser proyectadas en el universo material. Al principio no son más que formas mentales pero, cuando el deseo de realizar las posibilidades imaginadas ha puesto al ser humano a trabajar en el Mundo físico con este fin, entonces las llamamos "realidades" concretas.
Sin embargo, actualmente, la mente no está enfocada en forma
que permita dar una imagen clara y verdadera de lo que el espíritu
imagina. No tiene un foco único y nítido y da imágenes nebulosas. De ahí la necesidad de la experimentación, para demostrar la impropiedad de la primera concepción y producir nuevas imágenes o ideas hasta lograr la verdadera imagen producida por el espíritu en la sustancia mental y reproducirla en la sustancia física.
En el mejor de los casos, solo podemos modelar con nuestra
mente las imágenes que tienen relación con la forma, porque la mente humana no comenzó sino en el Período Terrestre y se encuentra actualmente en su etapa primitiva de desenvolvimiento, o sea su "etapa mineral." Por eso estamos confinados en nuestras operaciones a las formas, a los minerales. Podemos imaginar toda clase de maneras de trabajar con las formas minerales de los tres reinos inferiores; pero podemos hacer poco o nada con los cuerpos vivientes. Es verdad que podemos injertar una rama viva en un árbol vivo, o una parte viva de un animal en otro, o clonar un animal; pero, en realidad, no estamos operando con la vida sino con sus formas solamente. Estamos creando circunstancias o condiciones nuevas; pero la vida que ya moraba en esa forma es la que continua subsistiendo. Poder trabajar con la vida está actualmente más allá del poder del ser humano, hasta que su
mente haya sido vivificada.
En el Período de Júpiter, que seguirá al presente terrestre, la
mente habrá sido vivificada hasta cierto punto, y entonces el ser
humano podrá imaginar formas que vivirán y crecerán y se
reproducirán, como las plantas.
En el Período de Venus, cuando su mente haya adquirido
"Sentimiento" o "Sensación," podrá crear cosas vivas, que crezcan y tengan sensaciones y deseos y se muevan, como los animales.
Y, finalmente, cuando alcance la perfección, al final del Período
de Vulcano, podrá imaginar en existencia seres que vivirán, crecerán, sentirán deseos y pensarán, como hoy hacemos los humanos.
Con las noticias mentales recibidas del espíritu, forma nuestras
conclusiones en la Región del Pensamiento Abstracto, concernientes a los asuntos a que se refieren. Esas conclusiones son ideas. Por el Poder de la voluntad proyectamos las ideas a través de la mente, donde toma forma concreta como pensamientos-forma o imágenes mentales tomadas de la Región del Pensamiento Concreto.
Las ideas pueden proyectarse contra el cuerpo de deseos con el fin de despertar el sentimiento de interés o de indiferencia que impela a la acción inmediata.
i.- El siguiente mundo, tras el del Pensamiento y más denso que
él, es el Mundo del Deseo. Este mundo está formado por materia,
llamada de deseos, y que también tiene como característica el que está permanentemente en movimiento. Pero ese movimiento, a diferencia de lo que hace la materia del Mundo del Pensamiento, no piensa, sino que siente, crea ininterrumpidamente deseos, emociones, sentimientos, pasiones, etc. También en este mundo ocurre como en el del Pensamiento, pero aquí los objetos propios de ese mundo no son pensamientos, sino deseos, emociones, sentimientos, etc., cada uno con su contenido emocional propio. Nuestro vehículo correspondiente a este mundo es el llamado Cuerpo de Deseos o Cuerpo Astral o Emocional, que es el penúltimo cuerpo que recibimos a lo largo de la evolución, ya que nos fue dado en el Período Lunar, cuando la oleada de vida de los ángeles alcanzó su estadio humano. Se encuentra en su estadio vegetal. Nuestro Espíritu utiliza su materia para formar nuestros deseos, emociones, sentimientos y pasiones.
j.- El mundo siguiente, descendiendo desde el origen y
aumentando la densidad de su materia, es el Mundo Físico. También éste mundo se divide en dos Regiones: la superior, llamada Región Etérica, y la inferior, denominada Región Química.
k.- En el Mundo Físico, la característica de su materia es la inercia de modo que, si no se la mueve, permanece en reposo.
l.- La Región Etérica, que es el dominio de las fuerzas que
producen las actividades de la vida y de las formas, permitiendo a éstas vivir, moverse y propagarse, se compone de cuatro subplanos, con materia de densidad creciente a medida que descienden, pero con funciones distintas según el éter de que están compuestos.
m.- Cuando hablamos de nuestro Vehículo Etérico, Cuerpo
etérico o Cuerpo Vital, nos referimos a la cantidad de materia de esas cuatro subdivisiones de la Región Etérica que nuestro Espíritu ha incluido en su aura para utilizarla en la presente encarnación. Nuestro cuerpo Etérico, pues, posee materia de los cuatro Subplanos Etéricos y lo recibimos en el Período Solar, cuando los Arcángeles estaban en su estadio humano.
n.- El subplano más elevado está formado por el Éter Reflector,
cuya materia almacena todos los sucesos, fenómenos y vivencias producidos en la Tierra. Es lo que se llama la Memoria de la
Naturaleza.
o.- La porción de Éter reflector de nuestro Cuerpo Vital es la que
permite que los pensamientos impresionen el cerebro, y guarda los sucesos y vivencias de esta vida, accesibles fácilmente a la voluntad.
Se la denomina Memoria Consciente. Si se refiere al resto de las
vivencias y sucesos, a los que ordinariamente no tenemos acceso voluntario, se la denomina Memoria Subconsciente. Y, si se refiere a las vivencias de vidas anteriores, se la denomina Memoria Supraconsciente.
p.- Las memorias Consciente y Subconsciente se hallan
almacenadas en el Éter Reflector, mientras que la Memoria
Supraconsciente se encuentra en el Espíritu de Vida, pero
estrechamente conectada al Éter Reflector. Por eso, mediante la
hipnosis, se puede acceder a la memoria de vidas pasadas. Y por eso, cuando se alcanza determinado grado de evolución, esas vidas se recuerdan también, espontáneamente, con toda claridad.
q.- El segundo Éter en densidad, es el Éter de Luz o Lumínico.
Su materia es la que hace posible la percepción, los sentidos, el calor de los cuerpos, el movimiento, la circulación de la sangre, la función clorofílica y la circulación de la savia en los vegetales, etc.
r.- El tercer Éter es el Éter de Vida o Vital, y tiene por misión
principal hacer posible la reproducción, la perpetuación de las
especies.
s.- Y el cuarto y último Éter, el más denso, es el Éter Químico,
que permite que asimilemos y excretemos, haciendo posible la
subsistencia del cuerpo físico.
t.- La Región Química del Mundo Físico está compuesta por los
sólidos, líquidos y gases y es la que nos es más familiar, pues en ella se desarrolla nuestra vida consciente y de su materia está formado nuestro Cuerpo Físico, que es nuestro vehículo correspondiente a este Mundo, el más antiguo que tenemos, ya que lo recibimos en el Período de Saturno, cuando los Señores de la Mente pasaban por su estadio humano.
u.- Los tres vehículos inferiores (cuerpos Físico, Etérico y de
Deseos) más el Mental, constituyen nuestra Personalidad o Yo
Inferior que, a través de los tiempos, ha acabado por adquirir cierta independencia y cierta voluntad propias que opone a la voluntad
espiritual y provoca la lucha en que consiste el recorrido del llamado Sendero, que todos los humanos hemos de transitar.
v.- Como el Cuerpo Mental o Mente es un Período (varios
millones de años) más joven que el Cuerpo de Deseos, éste se le impuso enseguida y, desde entonces, prácticamente el cuerpo mental trabaja para satisfacer los deseos, dando lugar a la astucia. Sólo, cuando vamos desarrollando y fortaleciendo la mente y logramos contraponer lo que es lógico o conveniente o bueno o preferible o razonable a lo que deseamos (ejemplo típico, el del fumador que desea dejar su vicio y ve cómo su razón lucha con sus deseos), logramos que la mente se imponga. Y ésa es la doble gran labor de nuestra época:
por un lado, que la mente logre imponerse a los deseos y sólo hagamos lo que proceda hacer, dando lugar al nacimiento del discernimiento; y que nuestros deseos sean razonables y positivos y elevados y, sobre todo, altruistas, guiados por la Sabiduría y el Amor. Recordemos que la meta de la evolución consiste en llegar a “pensar con el corazón y amar con la mente”.
w.- Millones de años e innumerables vidas nos hemos
identificado con nuestra Personalidad, especialmente con los
vehículos más antiguos: el cuerpo físico, el etérico y el de deseos. Y, como es la mente, el vehículo más reciente, y que aún se halla en su estadio mineral, el que nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia, casi todos creemos que somos nosotros los que pensamos aunque, la que en realidad lo hace es ella y, además, dada su naturaleza, casi siempre por su cuenta, mientras no es controlada por la voluntad, nota clave del Espíritu Divino, el superior de nuestros tres Espíritus.
Pero no somos nuestra mente. Ésta es sólo un instrumento del
Espíritu. La prueba está en que, si queremos pensar, pensamos y, si no queremos, no pensamos. Luego, somos dos cosas distintas. Y lo mismo sucede con el Cuerpo de Deseos (si queremos desear algo o
sentir algo, lo hacemos y, si no, no), el Cuerpo Vital (si queremos ver algo, lo vemos y, si no, no) y el Cuerpo Físico (si queremos hacer lago, lo hacemos y, si no, no). Y, como no es posible que el que manda y el que obedece sean una misma cosa, queda claro que los vehículos son distintos del Espíritu y pueden – y deben – ser dominados por él.
No hemos de perder de vista que los distintos mundos y, dentro
de ellos, los distintos planos, se compenetran unos a otros, de modo que los menos densos compenetran a todos los más densos y, además, los exceden en tamaño, sobresaliendo de ellos. Y así, el Espíritu Divino compenetra y excede al Espíritu de Vida, y éste al Espíritu Humano, y éste a la Mente, y ésta al Cuerpo de deseos, y éste al cuerpo Etérico, y éste al Cuerpo Físico. Y que esa compenetración hace que estén todos esos mundos y planos íntimanente unidos, de modo que cualquier incidencia en uno de ellos, afecta a todos los que lo compenetran y a los por él compenetrados.
Hay que tener presente también que, aunque todos nuestros
Espíritus y vehículos se representan situando arriba los menos densos y debajo los más densos, en realidad, dado que todos se compenetran, no hay arriba ni abajo, y todos los menos densos están en todos los más densos. Así es posible comprender la omnipresencia de Dios, ya que compenetra a toda su creación, y la inexistencia de distancias en los planos superiores. Y la afirmación de Cristo de que “el reino de los Cielos está dentro de nosotros.”
3.-Cuando una forma mental o pensamiento en enviado por la mente al Cuerpo de Deseos, una vez en éste, pueden ocurrir varias cosas:
A) Que el pensamiento produzca Interés, en cuyo caso se
despertará una de las dos fuerzas gemelas: la de Atracción o la de Repulsión.
a) Si la de Atracción, la fuerza centrípeta se despierta, toma el
pensamiento, presta vitalidad a la imagen y la envuelve en materia de deseos. Entonces el pensamiento puede obrar sobre el cerebro etérico e impulsar la fuerza vital hacia los apropiados centros cerebrales, nervios y músculos que ejecutarán la acción necesaria. En esta forma se gasta la fuerza del pensamiento y la imagen subsiste en el éter del cuerpo vital como memoria del acto y del sentimiento causado por él.
b) La de Repulsión es la fuerza centrífuga, y si esta es despertada por el pensamiento, habrá una lucha entre la fuerza espiritual (la voluntad humana), dentro del pensamiento-forma y el cuerpo de deseos. Esa batalla es la que se entabla entre la conciencia y el deseo, entre la naturaleza superior y la inferior. La fuerza espiritual, a pesar de la resistencia, tratará de envolver el pensamiento-forma en la materia del cuerpo de deseos necesaria para manipular el cerebro y los músculos. La Fuerza de Repulsión tratará de dispersar la materia apropiada y expulsarla del pensamiento. Si la energía espiritual es fuerte, puede abrirse camino hasta los centros cerebrales y mantener su envoltura de materia de deseos mientras manipula la fuerza vital, compeliéndola así a la acción, y entonces dejará sobre la memoria una impresión vívida de la batalla y de la victoria. Si la energía espiritual se gasta antes de que se haya producido el acto, será sobrepasada por la fuerza de Repulsión y será archivado en la memoria como todos los demás pensamientos-formas cuando han agotado su energía.
B) Si la forma de pensamiento produce el sentimiento neutral de
indiferencia y, consecuentemente, no provoca una acción inmediata, entonces aquellas imágenes pueden proyectarse directamente sobre el éter Reflector, junto con los pensamientos originados por las mismas, para ser empleados en el futuro. El espíritu que trabaja a través de la mente tiene acceso instantáneo al archivo de la memoria consciente y puede resucitar en cualquier tiempo cualquiera de las imágenes que allí se encuentran, y vigorizarlas con nueva fuerza espiritual y proyectarlas contra el cuerpo de deseos compeliéndolo a la acción.
Cada vez que tales imágenes se emplean, ganan en fuerza,
eficiencia y nitidez, y compelerán a la acción en el sentido apropiado más eficientemente que en las ocasiones previas, porque abre canales en el cerebro, por así decirlo, y produce el fenómeno del crecimiento y vigorización del pensamiento por la repetición.
C) La tercera forma de emplear el pensamiento se da cuando el
pensador lo proyecta hacia otra mente para que actúe como sugestión, para proporcionarle informaciones, etc., como en la telepatía, por ejemplo; o puede ser dirigido contra el cuerpo de deseos de otra persona para compelerla a la acción, como en el caso de un hipnotizador que influye sobre su víctima a distancia. Entonces obrará precisamente de la misma manera como si fuera el propio pensamiento de la víctima. Si está de acuerdo con la idiosincrasia de ésta, obrará en la forma indicada arriba. Si es contrario a su naturaleza, obrará como se describió también en ese supuesto. Todo este proceso es el que se sigue cuando interviene la voluntad. Cuando tiene lugar inconscientemente, como consecuencia sólo de la naturaleza de las materias mental y de deseos, es cuando se producen esos pensamientos, deseos y emociones que suelen terminar en miedos, manejando recuerdos, elaborándolos con experiencias similares o asociadas y, proyectándolas al futuro donde, como no son fruto de la
voluntad consciente, no se realizarán, pero servirán para producirnos sentimientos y emociones negativos y como materia prima para futuras elucubraciones, acabando por transformarse en hábito, con consecuencias negativas en todos los planos.
Cuando el acto designado por una forma de pensamiento ha sido realizado o su energía se ha agotado en vanas tentativas para realizar su objeto, gravita nuevamente en torno de su creador, llevando consigo el recuerdo indeleble de la jornada. Su éxito o fracaso se imprime en los átomos negativos del éter Reflector del cuerpo vital de su creador, donde forma esa parte de la memoria de la vida del pensador que se denomina memoria subconsciente.
Este recuerdo es mucho más importante que la memoria a la que tenemos acceso consciente, porque esta última está formada por percepciones de los sentidos, imperfectas e ilusorias, y es la que llamamos memoria voluntaria o consciente. Pero memoria involuntaria o subconsciente se forma de otra manera, estando fuera de nuestro dominio actualmente. Así como el éter lleva a la película sensible de la cámara oscura una impresión fidelísima del paisaje, hasta en sus menores detalles, sin tener en cuenta si el fotógrafo los ha observado o no, así también el éter contenido en el aire que inspiramos, lleva consigo una imagen fiel y detallada de todo nuestro alrededor. Y no solamente de las cosas materiales, sino también de las condiciones que existen en cada momento en nuestra aura.
El más fugaz sentimiento, pensamiento y emoción se transmite a
los pulmones, donde se inyecta en la sangre. La sangre es uno de los productos más elevados del cuerpo vital, porque es el vehículo que lleva el alimento a todas las partes del cuerpo y es también el vehículo directo del Ego. Las imágenes que contiene se imprimen sobre los átomos negativos del cuerpo vital, para servir como árbitros del destino del hombre en el estado post mortem.
La memoria consciente y la subconsciente, se refieren
completamente a las experiencias de esta vida, y se componen de las impresiones de los acontecimientos archivados en el cuerpo vital.
Dichas impresiones pueden ser modificadas o borradas, en lo que llamamos el olvido de los pecados y cuyo cambio o desaparición definitiva dependen de la eliminación de esas impresiones del éter del cuerpo vital.
Hay también una memoria supraconsciente. Es, por así decirlo, el archivo o almacén de todas las facultades adquiridas y conocimientos conseguidos en las vidas anteriores, aunque quizás latentes en la presente encarnación. Este recuerdo está grabado indeleblemente en el Espíritu de Vida. Se manifiesta ordinariamente, aunque no en toda su extensión, como la conciencia y el carácter que animan todos los pensamientos-forma, algunas veces como consejero, otras compeliendo a la acción con irresistible fuerza y hasta contradiciendo a la razón y al deseo. En muchas mujeres, que tienen el cuerpo vital positivo, y en las personas avanzadas de cualquier sexo, cuyos cuerpos
vitales se han sensibilizado por una vida pura y santa, por la oración y por la concentración, esta memoria supraconsciente, inherente al Espíritu de Vida, está ocasionalmente por encima de la necesidad de envolverse en materia mental o de deseos para compeler a la acción.
No siempre necesita correr el riesgo de verse sujeta y hasta sometida por el proceso del razonamiento. Algunas veces, en forma de intuición o de enseñanza interna, se imprime directamente sobre el éter reflector del cuerpo vital. Cuanto más dispuestos nos encontremos a recoger y seguir sus dictados, tanto más a menudo hablará para nuestro eterno beneficio. La intuición es esa vocecita que nos aconseja ante cualquier elección y a la que casi nunca obedecemos para luego arrepentirnos de no haber seguido sus sugerencias..
Por sus actividades durante las horas de vigilia, el cuerpo de
deseos y la mente están constantemente destruyendo el vehículo denso. Cada pensamiento, cada movimiento, destruye tejidos. Por otro lado, el cuerpo vital se dedica de lleno a restaurar la armonía y reconstruir lo que los otros vehículos están destruyendo. Sin embargo, no puede siempre compensar completamente los estragos causados por los impulsos, sentimientos y pensamientos. Gradualmente, va perdiendo terreno y, por último, llega un momento en que se paraliza.
Los átomos etéricos se “salen”, por así decirlo, de los átomos físicos.
El fluido vital cesa de circular por los nervios en la cantidad necesaria; el cuerpo se hace pesado; el pensador se encuentra cohibido por su pesadez y se ve obligado a salir de él, llevándose el cuerpo de deseos consigo. Esta salida de los vehículos superiores deja al cuerpo denso interpenetrado por el cuerpo vital en el estado, sin sentido, que llamamos sueño. El sueño, sin embargo, no es en manera alguna un estado inactivo, como se supone generalmente. Si así fuera no habría diferencia en el cuerpo al despertar por la mañana y su fatiga sería igual de grande. Por el contrario, el sueño es un período de intensa actividad y, cuanto más intensa es ésta, tanto más grande es su valor, porque elimina los venenos resultantes de los tejidos destruidos por las actividades físicas y mentales del día. Los tejidos son así reconstruidos y el ritmo del cuerpo restablecido. Cuanto más perfectamente se realiza este trabajo, tanto mayor es el beneficio que el sueño aporta.
4.-La consciencia es la certeza de nuestra propia existencia y de
nuestro entorno. Desgraciadamente, no estamos acostumbrados a ser conscientes de lo que hacemos la mayor parte del día. Y, en cuanto dejamos de enfocar la atención (la voluntad) sobre el cuerpo mental y el de deseos, éstos, siguiendo su natural manera de expresión, piensan y desean y elucubran y sueñan y proyectan y recuerdan y se emocionan, y sienten y fantasean libremente.
La consciencia, que es, pues, el saber que estamos existiendo y
decidiendo y actuando en nuestro entorno o en nosotros mismos, es fundamental. La vida es una permanente sucesión de elecciones, decisiones y adaptaciones, pues cada decisión, nacida de una elección, hace cambiar inevitablemente el entorno (físico, emocional o mental) y nos obliga a una adaptación. Por ejemplo: si decidimos salir de esta habitación, habremos de adaptarnos inmediatamente a una nueva temperatura, a otro nivel de humedad, a nuevos ruidos, a otros estímulos ópticos, etc.; recordaremos momentos similares ya vividos y los efectos asociados; desearemos algo y sentiremos algo. Con ello se incrementará el deseo o el asentimiento, si es positivo, o el rechazo, si es negativo y ambos nos afectarán.
Hay que considerar también que una decisión supone siempre
elegir una entre varias posibilidades, eliminando todas las otras con todas las consecuencias que de ellas podrían derivarse en el futuro y que nunca volverán.
La consciencia se debe a la atención, a la concentración, por un
instante, para decidir (cuando no hemos automatizado alguna vivencia, como conducir, pues entonces no decidimos conscientemente, salvo si surge algo que no estaba previsto en lo mecanizado) Por eso, cuanto más conscientes somos es cuando más nos concentramos. Pero sólo somos conscientes de lo que decidimos estudiar o hacer y de nada más, porque la mente no puede ocuparse de más de un asunto a la vez.
5.-Como lo importante para nuestra evolución es adquirir la mayor
cantidad de experiencia posible en este mundo físico, empleando los cuatro vehículos de la Personalidad, físico, etérico, de deseos y mental, y como sólo podemos aprender conscientemente cuando nos concentramos sobre algo, es claro que la concentración mental se convierte en la herramienta clave de nuestra evolución .
Tan importante es la concentración que es uno de los ocho pilares sobre los que se apoya la evolución que la Filosofía Rosacruz puede proporcionar y que son: la observación, la retrospección, la meditación, el discernimiento, la oración, la contemplación, la adoración y, por supuesto, la concentración.
Pero, ¿qué es la concentración? ¿Qué es lo que la caracteriza?
Sencillamente, que nos hace ser conscientes de lo que está sucediendo ahora, ser dueños de nuestra mente y de nuestra personalidad toda, y nos permite ser lo que realmente somos: un espíritu plenamente consciente de su existencia y de su poder sobre sus instrumentos, esos cuatro cuerpos en los que se ve obligado a vivir mientras quiere actuar en este mundo: el físico, el etérico, el de deseos y el mental.
La concentración consiste en enfocar el pensamiento en un
solo punto, así como los rayos del Sol son enfocados por medio de una lente. Cuando se difunden sobre la superficie de la tierra entera no dan sino un calor moderado, pero, aún unos pocos rayos solares enfocados a través de un cristal ordinario, pueden hacer arder el material inflamable sobre el cual se enfocan y, como todos sabemos, es ésa la causa de muchos incendios forestales. Similarmente, cuando se cuela el pensamiento a través del cerebro como el agua a través de un cedazo, no es de valor pero, cuando se concentra sobre cierto objeto, aumenta en intensidad y alcanza el propósito que encierra, para el bien o para el mal.
Se nos dice también por las Enseñanzas Rosacruces que la
oración, correctamente realizada, es más efectiva que la concentración.
¿Por qué? Porque la oración bien realizada supone la concentración, es decir, el vivir en el presente, pero, además, supone el contacto con los planos superiores, que se apresuran a llenarnos de energías y vibraciones positivas proporcionales a nuestra devoción, a nuestras miras y a la elevación alcanzada, ya que la naturaleza odia el vacío y nuestro envío de energía a los planos superiores es respondido por energía de dichos planos que rellena el vacío producido.
Nuestro cuerpo de deseos está formado por materiales de las siete regiones del Mundo del Deseo y, en proporción a nuestros
requerimientos, según son determinados por la naturaleza de nuestros pensamientos, cada pensamiento se viste de materia de deseos en consonancia con su naturaleza.
Sobre este particular, dice Max Heindel en otra de sus obras: que la mayoría de los hombres dejan la vida física con el mismo
temperamento con que vinieron a ella, pero el estudiante rosacruz debe conquistar sistemáticamente todos los arrebatos del cuerpo de deseos y asumir su propio dominio. Esto puede efectuarse por la concentración sobre elevados ideales, lo que vigoriza el cuerpo vital y es mucho más eficaz que las oraciones corrientes. El "ocultista científico" emplea la concentración con preferencia a la oración porque la primera se realiza con ayuda de la mente, que es fría e insensible, mientras que la oración está dictada generalmente por la emoción, casi siempre egoísta. Pero, cuando es dictada por la devoción pura e impersonal hacia elevados ideales la oración es muy superior a la fría concentración. Nunca podrá ser fría, porque vuela con las alas del Amor, la emanación del místico hacia la Deidad.
Esto se aplica al pensamiento formado y expresado en la oración.
Si es egoísta, atrae a sí mismo una cubierta compuesta de sustancia de las regiones inferiores del Mundo del Deseo, pero si es noble,
inegoísta y altruista, vibra con el tono superior de las regiones de la Vida Anímica, de la Luz Anímica y del Poder Anímico. Y se envuelve en este material, agregándole vida y luz a nuestra naturaleza espiritual.
Aún cuando oremos por otros, es dañino pedir algo material o
mundano. Es permisible pedir salud, pero no prosperidad económica.
"Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y lo demás se lo dará por añadidura", es el mandamiento. Cuando cumplamos con ese mandamiento podemos estar seguros de que todas las demás cosas nos serán dadas. Por lo tanto, cuando oremos por un amigo pongamos todo nuestro corazón y alma en la petición de que él pueda permanentemente buscar el Camino, la Verdad y la Vida porque, habiéndolo encontrado y siendo el más grande de todos los tesoros, no le será negada nunca ninguna necesidad real.
En uno de los libros de nuestra Fraternidad, se dice textualmente:
Pregunta:¿Por qué la mañana es el momento mejor para la
concentración?
Respuesta: El objeto de los ejercicios, tanto el de la mañana
como el de la noche, es poner al discípulo en contacto consciente con los mundos invisibles, y no hay momento mejor para ello que la mañana, porque durante la noche el espíritu se retira del cuerpo denso y entra en el mundo invisible, dejando al cuerpo dormido en el lecho, y la vuelta del espíritu por la mañana es lo que hace que el cuerpo se despierte y concentre su atención en el mundo material por medio de los órganos de los sentidos. Debe cerrar sus sentidos en tal forma que no vea ni oiga nada en su habitación. Cuando lo consiga, las escenas del Mundo del Deseo se presentarán ante su visión interna. Primero, esporádicamente, después, más y más claramente, conforme la práctica lo vaya perfeccionando.
El poder de la concentración mental puede también emplearse
para curar y ayudar, y no faltan ejemplos para probar esta afirmación.
Podemos, por lo tanto, decir que la concentración es la aplicación directa del poder del pensamiento a la consecución de cierto objeto definido, que puede ser malo o bueno, de acuerdo con el carácter de la persona que la practica y con el propósito para el cual desea usarlo.
La concentración es también imposible en los casos en que los
seres queridos de un moribundo, que están presentes a la hora de la muerte, prorrumpen en alaridos y en lamentaciones histéricas en el momento en que exhala el último suspiro y continúan así en los días siguientes. El espíritu, que está en aquellos momentos en estrecho contacto con el mundo físico, se verá muy afectado por la pena de los seres queridos y, por lo tanto, le será imposible enfocar su atención todo lo atentamente que es preciso, en la contemplación del panorama de su vida y, de este modo, la impresión efectuada en el cuerpo de deseos no será tan profunda como si el espíritu que parte pudiese hacerlo en paz y sin perturbación. La consecuencia será una vida, con todas las experiencias que conllevaba, totalmente perdida.
La concentración, pues, es clave, tanto para la vida física
como para la vida espiritual.
Relata Max Heindel que, una alumna recién fallecida, en una de
las muchas veces que le visitó, se lamentó diciendo que le parecía muy difícil seguir progresado en el estudio de la Astrología. Max Heindel
le aconsejó que continuase asistiendo a las clases y le sugirió que procurase buscar a algún ser en la "otra parte" que pudiera ayudarla en tal estudio. A esto, ella exclamó impacientemente: "¡Oh, sí!, por supuesto, yo asisto a las clases; lo he venido haciendo así desde mi partida; también he encontrado un amigo que me ayuda; pero no se puede imaginar lo difícil que es concentrarse aquí en cálculos matemáticos, en la lectura de un horóscopo o en cualquier otro asunto, pues la más pequeña corriente de pensamiento lo lleva a uno a miles de leguas de distancia del objeto de su estudio o concentración.
Yo suponía que era muy difícil el concentrarse cuando estaba en el cuerpo físico, pero aquella dificultad no tiene punto de comparación con los obstáculos que aquí encuentra el estudiante."
El cuerpo físico le servía a ella de áncora, y eso nos ocurre a
todos. Su calidad de denso es precisamente una defensa contra las influencias perturbadoras, de las que los cuerpos espirituales más sutiles no nos pueden proteger. Nos capacita igualmente para llevar nuestras ideas a conclusiones lógicas con mucho menor esfuerzo de concentración del que es necesario en un plano donde todo se halla en tan incesante y febril movimiento. De este modo estamos
gradualmente desenvolviendo la facultad de contener nuestros
pensamientos en un punto durante la existencia en este mundo.
Existió un tiempo (los dos primeros tercios de la Época Lemúrica)
en que la raza humana vivía en un estado libre de pecado, cuando el pesar, el dolor y la muerte eran desconocidos. No es que no existieran, como existen los silogismos en el Mundo del Pensamiento. Tampoco el tentador personal de la Cristiandad es un mito, pues los espíritus de Lucifer, puede muy bien decirse que son ángeles caídos y su tentación contra el hombre consistió en una concentración de la conciencia humana sobre la fase material de la existencia, por lo que cayó bajo la ley de la decrepitud y de la muerte, que reinan en este plano.
Max Heindel se pregunta: ¿Cuál es, generalmente, el mayor
obstáculo para nuestro progreso en el trabajo espiritual? Y responde terminantemente: la falta de concentración.
Un filósofo y monje budista nos dice cómo disfrutar de una buena
taza de té: “Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una taza de té. Sólo siendo conscientes del presente, nuestras manos sentirán el calor de la taza. Sólo en el presente aspiraremos el aroma del té, saborearemos su dulzura y llegaremos a apreciar su exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el futuro, dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena taza de té. Y, cuando miremos al fondo de la taza, su contenido habrá desaparecido.”
6.- La materia mental está, como hemos dicho, en movimiento
constante, porque es así su naturaleza. Piensa continuamente,
manejando los datos que tiene del pasado y proyectándolos al futuro combinados en mil formas, junto con los acontecimientos
almacenados en la memoria, no sólo la consciente, sino la
subconsciente y aún la supraconsciente: miedos, fobias, tendencias, etc.. Y todo eso lo hace espontáneamente, de modo natural, hasta que la voluntad se concentra sobre un tema y entonces, esa materia mental se aquieta y obedece a la voluntad pensando, razonando o juzgando lo que se le haya sometido.
La mente, como instrumento que es, puede – y debe .- ser
manejada por la voluntad. Pero teme esa subordinación, se resiste a ella – lo mismo que se resiste el alimento a ser asimilado y nos exige la digestión, con un considerable desgaste de energía - pues va contra su natural costumbre. Por eso nos resulta tan difícil concentrarnos en algo, si es elevado, como las matemáticas, que tanto nos asustan y, sobre todo, dejar la mente en blanco, es decir, sin pensar nada, parada, misión, para algunos, prácticamente imposible y que hay que practicar.
La mente está aún en su estadio mineral, es decir, poco
evolucionada. Y, como su estado natural es el del movimiento
continuo y compenetra el cuerpo de deseos, y éste al cuerpo vital, asiento de la memoria., dejada en libertad, piensa y elucubra y raciocina y proyecta y juzga y recuerda y combina experiencias y sentimientos...todo ello sin ningún sentido ni ningún fin concreto ni ninguna utilidad, sino sólo como expresión o consecuencia de su natural modo de ser y de manifestarse. Algo parecido a esos pozos volcánicos de lodo que burbujean continuamente sin ningún objetivo concreto. O el agua en ebullición, verdadera imagen del caos, privado de orden, de sistema, de permanencia y de objetivo.
Por ejemplo: si estamos enfermos, evocará a amigos o conocidos que lo estuvieron y, luego, nos atribuirá en el futuro sus experiencias si fueron desgraciadas, con lo que nacerá nuestro miedo. Contra este hábito hemos de salir al paso con el contrario positivo. De modo, lo que la mente preverá y deseará para nosotros será positivo.
7.- Voy a referirme ahora a unos trabajos míos sobre le tema del
tiempo, asunto que toda la vida me ha sugestionado e intrigado. El primero se titula “La ilógica e interminable búsqueda de la felicidad” y es éste:
LA ILÓGICA E INTERMINABLE BÚSQUEDA DE LA
FELICIDAD
La vida es hermosa. Pero no nos damos cuenta. Nos la pasamos
esperando que llegue algo que la hará feliz. Y, esperando ese algo, que nunca llega, aunque miles de veces parece próximo, se nos pasa y se nos acaba sin habernos proporcionado ese momento de felicidad.
Curiosamente, sólo hallamos atisbos de plenitud y de dicha
recordando momentos pasados, que entonces no nos parecieron
especialmente felices, o imaginando momentos futuros, adornados con toda suerte de circunstancias deseables.
Sin embargo, ni el pasado ni el futuro existen. Y, por tanto, la
felicidad que pueden proporcionarnos es una felicidad artificial, de ficción y que no acaba de satisfacernos.
Pero, ¿qué hacemos con el presente? Desgraciadamente, se nos escurre entre los dedos sin que nos paremos a estudiarlo, de tan preocupados como estamos por ese momento feliz, tan esperado y que, no sé por qué misteriosa razón, ubicamos siempre en el futuro.
Tratemos, desde hoy, sin embargo, de mirar al presente, ese presente que siempre está ante nosotros, en nosotros, y puede que nos llevemos una grata sorpresa. Porque, mientras nos sentimos desgraciados, el mundo que nos rodea está preñado de belleza, de armonía, de gracia, de equilibrio, de música, de felicidad...Y, mientras, ciegos a todo menos a nuestro egoísmo, nosotros lamentamos cualquier contratiempo, a nuestro alrededor cantan los pajarillos y las plantas abren sus capullos y ríen los niños y el sol transforma en diamantes las gotas de rocío y las nubes dibujan mil figuras en el cielo y la mar arrulla continuamente a la playa adormecida y las mariposas adornan el cielo y las flores lo llenan todo con sus aromas...Y nosotros, ciegos y sordos y ajenos a todo, excepto a nuestra fantasía egoísta, no vemos nada ni oímos nada ni percibimos nada y nos sentimos solos y olvidados y desamparados y desgraciados, en medio de la dicha y la plenitud y la alegría y la vida, que lo llenan todo, que lo constituyen todo...
¿Por qué no damos un frenazo en esa estúpida huida hacia delante en que hemos convertido nuestra existencia, y disfrutamos la belleza y la plenitud y la armonía de que está repleto cada instante? Es sólo cuestión de intentarlo, de mirar dentro de las cosas y dentro de nosotros mismos, y pronto veremos la mano de Dios que, incesantemente, vela por nosotros, nos ayuda, nos acaricia, nos protege y nos empuja suavemente hacia delante posada en nuestro
hombro...
Cada instante, pues, cada persona, cada animal, cada ser, cada
acontecimiento, están llenos de vida, de luz y de amor. Sólo tenemos que mirar, y veremos. Y dejaremos de sentirnos desgraciados. Y de esperar ese momento en que nos llegará la felicidad que ya tenemos y que no habíamos aprendido a ver ni a disfrutar.

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



AMOR
Capitulo XII (Tercer Escrito)

Unidad 
A medida que el estado avanza, toda la existencia tiene un significado diferente, y nos volvemos conscientes del ser interior y la esencia de todas las cosas, en lugar de sólo su forma. Debido a este cambio de percepción, la perfección de todas las cosas se revela. Esta experiencia está fuera del tiempo; no hay pasado ni futuro. En su vibración más elevada, el amor no ve separación entre el individuo y el resto del universo. 
Nos sentimos en total unidad con todas las cosas. 
En este estado, la unidad total de todas las cosas tiene un mayor sensación de Realidad que las percepciones ordinarias del yo en el mundo, y que sólo puede ser descrita como profundidad. 
A medida que se producen los cambios internos, nuestro estilo de vida puede o no mostrar un cambio para el observador externo. 
Sin embargo, los hábitos y el comportamiento, aunque puedan parecer ser los mismos, ya no son compulsivos o guiados. 
A menudo se pueden eliminar, modificar o cambiar sin molestias indebidas. Por otra parte, en efecto, pueden haber cambios repentinos en el estilo de vida, incluyendo cambios importantes en la profesión, debido al cambio de valores internos y a la expansión de los intereses y la visión. 
Ahora que estamos conectados a una dimensión mayor, puede haber una inmersión en ella a través de la contemplación, la meditación, el arte, la música, los gestos, la lectura, la escritura, la enseñanza, y la participación en los grupos espirituales con objetivos similares. 
El dejar ir se vuelve ahora más automático y continuo.
Los períodos de quietud interior y belleza comienzan a ocurrir con mayor frecuencia y duración. Estos pueden ocurrir a un nivel muy profundo. 
Curiosamente, es posible que sean seguidos de episodios de gran agitación interior y lucha. Estos períodos de intenso trabajo interior se producen porque ya no podemos tolerar la negatividad. Ahora que tenemos un mayor poder de conciencia, somos capaces de llegar al fondo y manejar los problemas en los niveles más profundos de la conciencia. 
Estos pueden ser problemas tales como los relativos al origen de nuestra identidad o concepto del yo.
Pueden también suceder avances de gran serenidad y paz después de períodos prolongados de entrega continua, como se ve en el siguiente ejemplo. 
En un momento dado, estando en un estado de alegría constante, se produjo un acontecimiento que trajo a la consciencia un conflicto que se originó en la manera más profunda en la que podemos relacionarnos con los demás. 
Fue difícil de ver y experimentar, pero debido a que el estado predominante tenía tal elevada energía, fue posible dejar que el conflicto interior saliera y dejar que siguiera su curso, para ser resuelto de una vez por todas. 
Siguió durante diez días seguidos, incesantemente, y en ese período de tiempo, el enfoque fue el de entregar constantemente el conflicto y dejarlo ir sin tratar de alterarlo de ninguna manera. Durante un tiempo, el conflicto interior parecía que podría ser interminable; sin embargo, la experiencia previa con el proceso de la entrega había confirmado que todos los sentimientos, tarde o temprano se vencen, si seguimos dejando que se vayan. 
Desplazarse temporalmente a una pequeña cabaña en medio del bosque intensificó el proceso porque no habían otras distracciones. A continuación, se profundizó en el origen del conflicto y los sentimientos más dolorosos vinieron con toda su fuerza. Hubo una gran confusión interna, a veces incluso agonía y desesperación. Determinado a no dejar o permitir ningún bloqueo en el flujo del proceso, por último, el fondo de la fosa se alcanzó y se llegó hasta la negra desesperación de la intensidad abrumadora. A pesar de ello, se supo que todo iba a ir bien, ya que la identificación principal no era con la desesperación, sino con la entrega en si. 
Finalmente, toda resistencia a la desesperación fue total y completamente dejada. Instantáneamente se desvaneció. 
La desesperación, que había sido abrumadora y casi insoportable, ¡se desvaneció en un instante! En su lugar, se produjo una profunda paz más allá de lo descriptible. 
Era infinita en su dimensión, curiosamente poderosa y totalmente inexpugnable. 
Hubo un profundo silencio interior, y se detuvo toda percepción del tiempo. En lugar de "tiempo", solo había el movimiento de los fenómenos del mundo sucediendo. 
Al día siguiente la experiencia continuó y, de hecho, fue incluso fortalecida. Después, por curiosidad, hubo una re-entrada en el mundo para ver como sería experimentar la vida ordinaria en este estado de conciencia. 
Incluso al caminar por la Quinta Avenida de la Ciudad de Nueva York, la misma profunda quietud, armonía y paz prevalecían. Esta penetrante paz y quietud parecía subyacer a todo el caos superficial, el ruido y la confusión de la ciudad. 
Era como si el poder y la fuerza de esa dimensión de la quietud fuera el poder que permitía que todo pasara y se mantuviera todo junto en una unidad continua. 
En la esencia de esa quietud había un poder ilimitado, y estaba claro que se trataba del mismo poder que contrarrestaba y equilibraba la negatividad colectiva de la ciudad. 
Como era fuera, era dentro. Del mismo modo, era evidente que este mismo poder cohesivo es el que también contrarresta la negatividad de la personalidad. 
Sin oposición, esa negatividad destruiría a la personalidad y al cuerpo con ella. Hemos dicho en apartados anteriores que las emociones inferiores están asociadas a una acumulación de energía en los centros de energía inferiores del cuerpo llamados "chakras". A medida que nuestra conciencia se eleva, debido a que dejamos ir la negatividad, esta energía tiende a subir a  los centros superiores de modo que, en el nivel del amor, la energía se ha desplazado hasta el chakra del corazón. 
A medida que el amor se vuelve incondicional y siempre- alegre, la dimensión personal del amor da paso al amor universal. 
En general, podemos decir de una persona que ha alcanzado el nivel del amor que es "de gran corazón" o " todo corazón". Esta frase expresa el cambio de interés y enfoque de la vida de la persona hacia aquello que es amor. 
Este cambio de enfoque hacia lo alto va acompañado sobre todo de un cambio de la percepción, un punto de vista diferente del que caracteriza el foco de atención de una persona que está involucrada en las emociones negativas. 
Por ejemplo, cuando una persona está en un estado de ánimo bajo, un caballero anciano de pie descuidadamente vestido en una esquina sería percibido como un "vago". 
Con esta caracterización van otros pensamientos negativos tales como: “Podría ser peligroso, -evitémosle"; "Nos está costando impuestos- probablemente en bienestar"; "La policía debería limpiar las calles de vagabundos"; "Él debería estar en la cárcel o en un hospital mental". 
Por el contrario, la persona que está en un estado de amor podría verlo como una persona interesante, cuyo rostro refleja una gran cantidad de experiencia de la vida, carácter y sabiduría. Puede parecer como un alma liberada que mas o menos ha terminado con el mundo y se ha convertido en un ser, más allá del hacer y el tener. 
Hubo un encuentro con un hombre así en la Quinta Avenida, durante ese estado de quietud interior total descrito anteriormente. Mientras caminaba por la acera, el anciano caballero percibió ese estado de quietud interior con una sola mirada y, a cambio, se descubrió totalmente. 
Los ojos miraban ampliamente de tal modo que nada se ocultaba, y el alma se abrió completamente para ser leída. 
Era evidente que era un hombre que se había dado cuenta de su propio Ser interior verdadero y estaba totalmente en paz. 
Era, de hecho, parte integrante de esa poderosa energía positiva y amorosa que sostenía a toda la ciudad. 
Con esa mirada compartimos nuestra unidad, -nuestra unidad atemporal. A pesar de ser extraños, nuestras almas se unieron y resonaron la una con la otra. El único Ser irradió. 
Esa unidad era la energía que contrarrestaba toda la negatividad de la Ciudad de Nueva York en ese momento. 
En nuestra mirada abierta, había una unidad cósmica (calibra como verdadero). Hubo un saber interior totalmente silencioso de que la unidad reflejaba una energía infinita que estaba contrarrestando toda la negatividad de la Ciudad de Nueva York en ese momento, porque el poder que se compartía era infinito. Sin un contrapeso, la ciudad se auto-destruiría. 
Hubo un estado silente, prevalente, e infinito de conciencia. Hubo un momento profundo en el que una de las leyes de la conciencia fue verificada por experiencia: El Amor es la Ley Suprema del Universo (la afirmación calibra en 750).
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/


El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



AMOR
Capitulo XII (Segundo Escrito)

Amor Incondicional 
Por la continua entrega, experimentamos el estado del amor incondicional (calibrado en 540), el cual es raro y le sucede sólo al 0.04% de la población. Esta energía es milagrosa, suma, no es selectiva, es transformadora, ilimitada y no requiere esfuerzos, es radiante, piadosa, santa, difusa, misericordiosa y generosa. Se caracteriza por la alegría interior, la fe, el éxtasis, la paciencia, la compasión, la persistencia, la esencia, la belleza, la sincronicidad, la perfección, la entrega, el éxtasis, la visión, y la apertura. Renunciamos a ver al yo personal como agente causal. Todo sucede sin esfuerzo por sincronicidad. 
La alegría emana de la experiencia interior subjetiva de nuestra propia existencia. El poder de la alegría es subjetivo,
y no proveniente de ningún origen externo o interno a uno mismo. Así, la energía para que el motor funcione es inagotable. Podemos bailar en éxtasis toda la noche en una capilla con velas, como si bailáramos con la Fuente de la Vida Misma. En ese estado, la perfección innata y la impresionante belleza de todo lo que existe brilla como una radiación luminosa, como la infusión de la energía espiritual facilita la transfiguración de la percepción de la visión, de lo lineal a lo no lineal, y de lo limitado a lo ilimitado. 
Aunque el funcionar en el mundo sigue siendo posible en las vibraciones más elevadas del amor (los altos 500s), podemos llegar a salir de la arena ordinaria del comercio y abandonar nuestro medio social y ocupación anterior. 
En tales estados, lo "milagroso" es común. Lo que se llama "sobrenatural" se ve sucediendo todo el tiempo, inexplicable por la razón, la lógica, o la causa y el efecto. 
Está claro que ninguna "persona" hace milagros. 
Ocurren espontáneamente y por su propia cuenta cuando las condiciones son las adecuadas. 
El desarrollo de un ego espiritual se evita por la constatación de que los fenómenos son un don más allá de nuestro propio yo personal; somos sólo canales del Amor, no su origen. 
El progreso espiritual, se sabe, es resultado de la Gracia, y no resultado de nuestros esfuerzos personales. 
La gratitud por el estado reemplaza al orgullo del logro. 
El proceso de la entrega continúa cada vez más profundamente, a medida que dejamos toda duda, todos los sistemas de creencias, todas las percepciones, todas las posiciones, todas las opiniones, y todos los apegos. 
Estamos dispuestos a entregar todos los apegos, incluso el apego al exquisito estado de éxtasis, que está más allá de la descripción. 
Por la humildad, todas las opiniones acerca de los demás son entregadas. En cierta manera, nadie puede ser distinto a como es. El amor conoce esta verdad y no toma posición. 
El amor aumenta lo positivo de los demás y no sus defectos. 
Se centra en la bondad de la vida en todas sus expresiones. 
El amor incondicional es un amor que no espera nada de los demás. Cuando nos hemos convertido en amor, no tenemos limitaciones o exigencias sobre los demás ni de que manera deberían ser para ser amados. Los amamos sin importar como son. ¡Incluso si son odiosos! Sentimos pena por los delincuentes que vieron en una vida de crímenes su mejor opción. 
Cuando el amor es incondicional, no hay apegos, expectativas, intenciones ocultas, o recuento de quien da qué a quién. Nuestro amor es incondicional por lo que somos y por lo que son. Se entrega sin requisitos. Ninguna cadena ata. 
No esperamos nada a cambio cuando damos. Hemos entregado todas las expectativas conscientes e inconscientes de la otra persona. El amor ilumina la esencia y, por tanto, la amabilidad de los demás. Esto es por lo que el amor abre el corazón. 
En lugar de la percepción, que percibe, el corazón sabe. 
La mente piensa y discute, pero el corazón sabe y continúa. 
Así incluso cuando las personas cometen errores, las amamos. Los pensamientos nos dicen una cosa, pero el corazón nos dice otra. La mente puede ser crítica y no estar de acuerdo, pero el corazón es amor sin importar a qué. 
El corazón no pone ninguna condición sobre lo que está ahí fuera. Sólo la mente hace eso. El amor no exige nada. 
Una clave para hacer el Amor incondicional es la voluntad de perdonar. Con el perdón, los acontecimientos y las personas son recontextualizados simplemente como "limitados", -no "malos" o "antipáticos". Con la humildad, estamos dispuestos a entregar nuestra percepción de un acontecimiento pasado. Oramos por un milagro para ver la verdad sobre la situación 
o la persona, y entregamos todas nuestras opiniones al respecto. Observamos las recompensas que hemos estado recibiendo al mantener nuestra percepción en lo que ocurrió, y dejamos cada pequeña recompensa: el placer de la auto-compasión, de "tener razón", de ser "agraviado", y por nuestros resentimientos. 
Con el tiempo, entregamos la idea misma del perdón. 
Perdonar a alguien significa que todavía estamos viendo a la persona o situación como "equivocada" y, por lo tanto, en la necesidad de ser perdonada. La verdadera entrega significa dejar ir completamente el verlo de tal manera. 
Cuando entregamos nuestra percepción completamente, abandonando todo juicio, entonces toda la situación es transfigurada y vemos a la persona adorable. Dado que todo juicio es realmente juicio a uno mismo, nos hemos liberado en el proceso. 
En el nivel del amor incondicional, amamos a todos y todo, -incluso a Adolf Hitler. Le vemos como una persona que fue poseída por energías negativas, y estamos dispuestos a perdonar a Hitler, que no pudo evitar lo que le pasó. 
Fue vencido por el mal. En lugar de odiar el mal, sentimos tristeza y compasión por la gente que ha sido sobrepasada por tal negatividad. Hitler hizo lo que creía que debía hacer por honor. Esa fue su contextualización en ese momento. 
Fue capturado por ciertos ideales y creencias presentes en su tiempo. Incluso con Hitler, entonces, podemos ver que él estaba dedicado, y pensó que estaba siendo útil en lo que hizo. 
En la Segunda Guerra Mundial, los pilotos kamikazes estaban haciendo lo que pensaban que debían hacer por su país. 
Y a pesar de que estaban tratando de bombardearnos y matarnos, no es necesario odiarlos. Podemos respetar su voluntad de dar su vida por su país. Podemos ver que todo el que viola la ley del Amor es en realidad víctima de algún sistema de creencias de la sociedad o de las presiones de su época.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)




AMOR
Capitulo XII
En el nivel del amor, somos sincero, generoso, cuidadosos, afectuosos, misericordiosos e indulgentes. El amor es protector, colaborativo, edificante, holístico, y atento. Se caracteriza por la calidez, la gratitud, el aprecio, la humildad, la plenitud, la visión, la pureza de intención, y la dulzura. 
El amor es una forma de ser. Es la energía que se irradia cuando los bloqueos a el han sido entregados. Es más que una emoción o un pensamiento, -es un estado de ser. 
El amor es eso en lo que nos hemos convertido a través del camino de la entrega. Es una manera de estar en el mundo que dice: "¿Cómo puedo ayudarte?¿Cómo puedo consolarte? ¿Cómo puedo prestarte dinero cuando no lo tienes? ¿Cómo puedo ayudarte a encontrar un trabajo? ¿Cómo puedo consolarte cuando has sufrido una pérdida importante en tu familia?" Amar es una manera a través de la cual iluminamos el mundo. El Amor en la Vida Cotidiana Todo el mundo tiene la oportunidad de contribuir a la belleza y la armonía del mundo, mostrándose bondadoso con todos los seres vivos y, por tanto, apoyando el espíritu humano. Aquello que libremente nos da la vida fluye de nuevo a nosotros porque somos igualmente parte de esa vida. Al igual que las ondas en el agua, todo don retorna al dador. Lo que afirmamos en los demás, en realidad lo afirmamos en nosotros mismos. Una vez que estamos dispuestos a dar amor, rápidamente se deduce el descubrimiento de que estamos rodeados de amor y que simplemente no supimos cómo acceder a el. El amor está en realidad presente en todas partes, su presencia sólo tiene que ser realizada. El amor se expresa de muchas maneras. El niño memoriza una cancioncilla que le enseñó su padre, y todavía es capaz de decirla ochenta años más tarde. El marinero dirige la nave a través de un terrible tifón durante tres días, sin parar, sin comida ni bebida, cuando todos sus compañeros están mareados. El doctor ama y ora por todos sus pacientes sin que ellos lo sepan. 
La madre limpia los pantalones sucios de su niño con diarrea, diciendo: "Cariño, no es culpa tuya”; “No pudiste evitarlo". 
La esposa se levanta temprano cada mañana sólo para hacerle el café a su marido como le gusta. El perrito espera junto a la puerta que su dueño regrese y mueve el rabo cuando entra por la puerta. El gato ronronea. El pájaro cantor canta. Por lo general, la gente piensa en el amor como amor "romántico", "Meloso" y "encantador". Pero el amor romántico es sólo una pequeña parte de una vida humana. Hay muchos otros tipos de amor que no son el amor personal, romántico, e infunden nuestra experiencia cotidiana: el amor a las mascotas, el amor a la familia y los amigos, el amor a la libertad, el amor al propósito, el amor a la patria, el amor a los atributos, el amor a la creación, el amor como virtud, el amor como el entusiasmo, el amor como perdón, el amor como aceptación, el amor como motivación, el amor como apreciación, el amor como bondad, el amor como esencia de las relaciones, el amor como energía en un grupo (por ejemplo: Alcohólicos Anónimos), el amor como admiración, el amor como respeto, el amor como valor, el amor como los lazos fraternales de la unidad (amigos, compañeros de clase, marineros, compañeros de equipo), el amor como amistad, el amor como lealtad, el amor como afecto, el amor como estima, el amor como auto-sacrificio del amor maternal, el amor como devoción. "El amor es una cosa esplendorosa", como dice una canción popular. 
Por experiencia, esta afirmación es cierta. Cuando hemos entregado todas las resistencias al amor y dejamos los sentimientos negativos que bloquean el amor, entonces el mundo está radiante con el esplendor del amor.
 En el nivel del amor, este resplandor ya no está oculto para nosotros.
El Amor Cura 
El amor facilita la curación. Transforma la vida. Esto lo vemos en la historia real de un cazador de patos que cambió repentinamente al presenciar un acto de amor. 
Un día, fue a cazar patos, lo que hacía a menudo por diversión. Como era habitual, vio un pato volando, le disparó, y lo vio caer al suelo, gravemente herido. Para su asombro, vio de repente como la pareja hembra del pato herido inmediatamente voló hasta situarse por encima de su compañero y extendió sus alas sobre él para protegerlo. Al ver su amor, el corazón del cazador dio un vuelco; nunca volvió a cazar. 
Una vez que te vuelves amor, hay ciertas cosas que nunca puedes volver a hacer. Y hay ciertas cosas que puedes hacer en el campo de energía del amor que son imposibles de otra manera. Por otra parte, la gente hace cosas por ti que no harían por los demás. El amor hace posible lo milagroso sin etiquetarlo de "milagroso". El amor tiene un efecto de transfiguración. 
A veces, es mejor no decirle a la gente que la amas porque se asustarán y pensarán que tienes proyectos para ellos o que quieres algo de ellos. Francamente, algunas personas le tienen miedo y sospechan del amor; por lo tanto, ama a esas personas sin decírselo. El Amor es una forma de ser que lo transforma todo a su alrededor debido a la radiación de esa energía. 
Esto sucede por sí mismo. No tenemos que "hacer" nada, y ni siquiera llamarlo de ninguna manera. El amor es la energía que silenciosamente transfigura cada situación. 
Esto significa que gente que están odiando, en nuestra presencia, de repente estarán dispuestas a perdonar a los demás. Podemos ver a la persona transformarse justo frente a nosotros. Al dejar ir la ira, podrían decir: "Bueno, no hay ninguna razón para estar tan enfadado con él... él es demasiado joven para saber hacerlo mejor". Encontrarán una excusa para defender a la persona, en lugar de atacarla. El amor nos da poder, y a las personas que nos rodean, para hacer cosas de las que no seríamos capaces de otra forma. El perdón es un aspecto del amor que nos permite ver los acontecimientos de la vida desde el punto de vista de la gracia. Nos perdonamos por los errores que cometimos cuando estábamos menos evolucionados. Es útil ver al ego o la pequeña parte de nosotros mismos como un lindo osito de peluche. El osito de peluche no es "malo"; nosotros no odiamos o regañamos al osito. Nos encantó y lo aceptamos como lo que es: 
un animal pequeño y lindo que no conoce nada mejor. Trascendemos los aspectos más pequeños de nosotros mismos al aceptarlos y amarlos. 
Vemos el ego como "limitado" y no "malo". En el campo de energía del amor, estamos rodeados de amor, y este trae gratitud. Estamos agradecidos por nuestra vida y por todos los milagros de la vida. Estamos agradecidos por los perritos y los gatitos, porque ellos representan el amor. Estamos agradecidos por cada acto de bondad de los demás, su afecto, cuidados y consideración. Finalmente, nos acabamos convirtiendo en amor. Todo lo que hacemos y decimos, cada movimiento que hacemos, es potenciado por el amor del que nos hemos apoderado. 
Ya sea hablando a una gran audiencia o acariciando al perro, la energía del amor se siente rebosante. 
Queremos compartir lo que lo mantenemos en el corazón como experiencia del saber interior, y mantenemos en el corazón para todos y todo, lo estuvieran sintiendo. Oramos para que la experiencia interior del amor infinito por todo nos rodee, incluyendo a los animales. Nuestra vida es una bendición para todo lo que nos rodea. Reconocemos a los demás y a nuestros animales el don que ellos son para nosotros. El amor emana del corazón. Cuando estamos en presencia de personas que se aman las unas a las otras, recogemos esa energía. 
El amor por nuestros seres queridos, mascotas y amigos es el amor de la Divinidad para nosotros. Cuando nos acostamos por la noche, damos las gracias por haber estado rodeados de amor todo el día. Cada momento es posible sólo por el amor. 
La escritura de este libro es sólo posible por el amor. 
En el estado del amor, nos despertamos cada mañana y damos gracias por otro día de vida, y tratamos de hacer la vida mejor para todos los que nos rodean. Debido a la presencia del amor, las cosas van mejor; los huevos se fríen mejor, el patito consigue salvarse; el gatito consigue alimentarse; y el perrito de la perrera es adoptado y llevado a una casa. 
Compartimos nuestro amor con todo lo que nos rodea, todas las formas de vida: gatitos, perritos, las demás personas, todos los seres vivos. Sí, incluso los villanos. Si en nuestro trabajo vemos que hemos de capturar a un villano, tratamos de hacer su vida más tolerable. Le decimos: "Siento tener que ponerle una pistola en la cabeza, pero ese es mi trabajo." Tratamos de ser tan amables y generosos como podamos ser, sin excepción. Cuanto más amamos, más podemos amar. El amor es ilimitado. El amor engendra amor. Es por ello que los psiquiatras recomiendan tener una mascota. Un perro, por ejemplo, lleva amor y expande el amor en el corazón de su dueño. El amor prolonga la vida. De hecho, ¡hay investigaciones documentadas de que tener un perro prolonga la vida de su propietario diez años! Sólo piensen en todos los ejercicios extraños, dietas y otros regímenes que las personas hacen por añadir un tiempo relativamente pequeño a su vida, ¡cuando pueden tener un perro y añadir diez años! El amor tiene un poderoso efecto anabólico. El amor incrementa las endorfinas, que son las hormonas que mejoran la vida. Vives diez años más teniendo un perro en tu vida porque un perro mascota cataliza la energía del amor, y esa energía del amor sana y prolonga la vida. 
La energía del amor tiene la capacidad de sanar nuestros cuerpos cuando las condiciones son las adecuadas. En el nivel físico, debido a la prevalecía de un estado mental positivo, las enfermedades físicas a menudo se resuelven por si mismas. Algunas enfermedades se curan automáticamente sin que se les haya prestado ninguna atención especial, y la que aún quedan por lo general responden a las técnicas de la conciencia. 
Las enfermedades persistentes que no responden al tratamiento son vistas como significativas kármicamente, simbólicamente, o espiritualmente. En general, existe una consciencia decreciente del cuerpo, que ahora lleva sus asuntos y parece cuidarse por sí mismo. Ya no nos identificamos como un cuerpo. 
Hay una pérdida del interés por las cuestiones de salud a un nivel puramente físico, y hay momentos en los que la consciencia del cuerpo desaparece por completo, a menos que nos centremos en ella por alguna razón en particular. 
La comprensión intuitiva reemplaza progresivamente al "pensamiento", que comienza a desaparecer. 
Con el tiempo, el "pensamiento" y sus procesos mentales es reemplazado por el "conocimiento" espontáneo e intuitivo. 
La lógica es traspasada. Esto ocurre porque, al más alto nivel de vibración, todo en el universo está conectado con todo lo demás. Nuestra comprensión se desarrolla como "revelación" desde este campo interconectado. El conocimiento es holístico en lugar de limitado. Debido a la tranquilidad interior, tenemos la capacidad de percibir los pensamientos y sentimientos de los demás a un nivel no verbal. La comunicación no verbal con los demás se hace posible y común. Ya no se experimentan emociones negativas ya que el pequeño yo ha sido trascendido, absorbido en el Ser superior. Los fenómenos emocionales son así transformados. La pérdida, por ejemplo, se experimenta como una decepción transitorio o arrepentimiento, y no con sufrimiento.
 Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

lunes, 25 de abril de 2016

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)


ACEPTACIÓN
Capitulo XI
En la aceptación, disfrutamos de la experiencia de la armonía. Nos sentimos como si los acontecimientos estuvieran fluyendo. Nos sentimos seguros. Podemos estar al servicio a los demás sin sentimiento de auto-sacrificio. 
Existe el sentimiento: "Estoy bien", "Estás bien", y "No pasa nada". Es un sentimiento de pertenencia, conexión, plenitud, amor, comprensión y sensación de ser comprendidos. 
Es un sentimiento de cariño, calidez y autoestima. Debido a la seguridad de este estado, podemos permitirnos ser indulgentes, apacibles y naturales. Hay alegría, y nos sentimos "en sintonía" y relajados. Se da la sensación de que todo está bien sólo para nosotros.
Todo Es Perfecto Tal Como Es.
En el estado de la aceptación, existe la sensación de que nada necesita ser cambiado. 
Todo es hermoso y perfecto de la manera que es. 
El mundo está para ser disfrutado. 
Hay compasión por los demás y por todos los seres vivos. 
En este estado estamos automáticamente nutriendo y apoyando a los demás sin ninguna sensación de sacrificio. 
Debido a la seguridad interior y la sensación de abundancia, hay generosidad y la facilidad de dar, sin expectativas de retorno o necesidad de guardar registro, como el de: "Esto es lo que hago por ti". 
Cuando estamos en un estado de aceptación, amamos a nuestros amigos en lugar de ser críticos, y estamos dispuestos a amar a pesar de sus limitaciones, las cuales estamos dispuestos a pasar por alto. La manera en la que la gente se nos presenta a partir de este espacio es que todo el mundo está haciendo lo mejor que puede con lo que tiene en ese momento. 
Vemos que toda la vida está evolucionando hacia su perfección, y estamos en sintonía con las leyes del universo y de la conciencia. 
En este estado realmente comenzamos a entender el amor. 
En el nivel de la aceptación, el amor se experimenta como un estado estable, una condición permanente de una relación. 
El origen del amor es visto dentro de nosotros mismos, emanando de nuestra propia naturaleza y llegando a incluir a otros. 
En el estado del deseo, por el contrario, hablamos de estar "enamorados", como origen de la felicidad y se piensa que el amor está fuera de nosotros mismos. 
Cuando estamos en el nivel de energía inferior del deseo, buscamos el ser amados. Parece que sea algo a "conseguir". 
En el nivel de la aceptación, sin embargo, irradiamos nuestro amor naturalmente desde la esencia de nuestro ser, porque muchos de los bloqueos de su consciencia han sido entregados. Descubrimos que este amor es nuestra naturaleza interior y que aparece espontánea y automáticamente cuando los bloqueos son eliminados. Esto es lo que los grandes maestros quieren dicen con nuestra verdadera esencia interior, nuestro verdadero Ser. Es objetivo de nuestro Ser interior trascender el ego, que se compone de todos nuestros sentimientos negativos, programas y pensamientos, por lo que somos capaces de experimentar la esencia interior. 
Hay muchos caminos que nos llevan al estado de aceptación, y esta es la puerta que nos conduce finalmente a los siguientes estados más elevados, descritos como los niveles de conciencia del amor y de la paz. Para muchas personas que han estado entregando durante un tiempo, este objetivo último reemplaza progresivamente a todos las demás. Morar en los estados del amor incondicional y la paz imperturbable se convierte en la meta interior, más importante que cualquier otro logro.
La Aceptación del Ser y de los Demás.
En el nivel de la aceptación, debido al gran cambio en la forma en que percibimos a los demás, ahora nos volvemos conscientes de la inocencia interior más allá de la desesperación y las luchas impulsadas por el miedo que nos han oscurecido a nosotros y a nuestros vecinos, amigos y familia. 
Los grandes maestros han dicho que la negatividad que vemos en una persona o en la sociedad se debe en realidad a la ceguera, la ignorancia y la inconsciencia. 
Esta inocencia interior, una vez que es percibida en los demás, también se percibe en nosotros mismos. Todo lo que hicimos, lo hicimos simplemente porque no supimos hacer nada mejor en ese momento. Si hubiéramos sabido hacerlo mejor en ese momento, lo habríamos hecho de esa manera. 
"Pareció una buena idea en ese momento", decimos. 
Vemos la misma ceguera operando en los demás, y podemos ver más allá de sus defectos de carácter y ver en él al niño inocente. Una vez que vemos nuestra inocencia, hay una identificación con los demás y dejamos de sentirnos solos y estresados. 
Somos capaces de ver la inocencia incluso tras un arrebato o comportamientos aparentemente horribles. 
Vemos el interior de una persona y vemos al animal asustado que simplemente no conoce nada mejor. 
Somos conscientes de que, si se sienten acorralados, seguramente nos atacarán y morderán. 
Es solo que no se da cuenta de que nuestras intenciones son pacíficas, por lo que se erizan salvajemente. 
En el estado de la aceptación, es posible perdonar nuestro propio pasado, así como el de los demás, y sanar los resentimientos del pasado. 
También es posible ver el don oculto de los sucesos pasados sobre los que hemos estado resentidos, -incluyendo su posible significado kármico. 
A partir de este nivel, es posible crear un contexto diferente desde el que ver el pasado y por tanto sanarlo. 
Con la realización final del nivel de la aceptación, nos sentimos seguros sobre el futuro y podemos pasar a los niveles del amor y de la paz. La razón y la lógica se convierten en herramientas para el cumplimiento de ese potencial. 
Otra de las características del nivel de la aceptación es que ya no estamos preocupados por los juicios moralistas, de lo "bueno" y lo "malo". Simplemente se vuelve evidente lo que funciona y lo que no funciona. Es fácil ver lo que es destructivo y lo que es óptimo, sin juzgar nada como "malo". 
Se elimina la culpa, que acompaña a todos los juicios contra los demás y contra nosotros mismos. Vemos entonces el significado de la frase: "No juzguéis, para que no seáis juzgados". 
En la aceptación, hemos dejado la culpabilidad interna que condenaba incluso con nuestros impulsos humanos más básicos. Podemos disfrutar de nuestra condición física sin la aversión moralista o la auto-gratificación compulsiva. 
Aceptamos que los demás han llegado a su conocimiento de la vida y sus puntos de vista éticos de una manera que tenga sentido para ellos, incluso si sus creencias y comportamientos son muy diferentes de los nuestros. Cuando vemos la inocencia en todo el mundo, realmente podemos cumplir el "ama a tu prójimo como a ti mismo", y, así, el dejar ir, nos ha permitido alcanzar una meta elevada, sin siquiera el intento consciente de ello. 
El nivel de la aceptación se caracteriza por una actitud desinteresada y de servicio. Esto es consecuencia de la entrega de los sentimientos negativos que crea el pequeño yo, lo que elimina nuestra identificación con él. 
En cambio, la armonía y la paz interior son experimentadas como la naturaleza de nuestro Ser superior. 
Debido a que se ha renunciado a los programas negativos, se da la aparición de una mayor creatividad, inspiración e intuición. Hay la certeza de que nuestras propias necesidades serán satisfechas; por lo tanto, hay un cambio en las relaciones de modo que la atención se centra en el bienestar y la felicidad de los demás. Esto se ve facilitado por el hecho de que, en este nivel, ya no hay ninguna necesidad en forma de dependencia de otras personas, ya que no hay nada que sintamos que necesitemos "obtener" de ellos. 
En una relación de cariñosa aceptación, a las imperfecciones menores ya no se le da una importancia grave y son pasadas por alto. En la aceptación, hay una creciente despreocupación por "el hacer", y un creciente enfoque sobre la cualidad de ser, y la perfección de nuestra propia capacidad interna para ser generosos y amar. Aunque los sentimientos negativos todavía pueden surgir, son menos frecuentes y se manejan con mayor facilidad. En general, el funcionamiento es ahora muy fácil, y las actividades diarias se vuelven casi imperceptibles debido a su menor esfuerzo.
La Responsabilidad Personal.
El sello distintivo de este estado es la toma de la responsabilidad de nuestra propia conciencia. 
El interés por la meditación y los diversos métodos de la contemplación interior es común. 
Los asuntos espirituales y éticos se vuelven importantes. Podemos, por ejemplo, asistir a retiros religiosos si somos religiosos, o podemos comprometernos con lo espiritual o con los esfuerzos humanitarios si nos orientamos a esas esferas. 
El mundo se ve armonioso, y cualquier alteración de esa apariencia es observada como una proyección de nuestros propios conflictos internos. 
En este nivel, se da la consciencia de que todos los sentimientos negativos son nuestros propios problemas, y ya no hay que buscar más su resolución fuera de nosotros mismos. 
Hay una seriedad en cuanto al crecimiento de nuestra propia conciencia y auto-consciencia, y un centrarse en perfeccionar la cualidad de esa misma conciencia. 
En este nivel, podemos empezar a desarrollar un interés por la filosofía, la investigación científica, y los clásicos espirituales que exploran el potencial más elevado de la mente y el espíritu humano. Lo que se vuelve cada vez más importante es en lo que nos estamos convirtiendo, y no lo que tenemos o hacemos. 
En este nivel, asumimos el reto de cumplir con nuestro potencial interior de grandeza y fomentar el potencial y los sueños de los demás. Si testamos el músculo en este estado, lo probamos fortalecido; somos relativamente inmunes a las influencias negativas, tales como el debilitamiento de las vibraciones de las luces fluorescentes, los tejidos sintéticos, o los edulcorantes artificiales. 
Se da un fuerte compromiso con la salud y el bienestar, y el mejorarnos a todos los niveles. 
Los problemas de salud son a menudo considerados como problemas en los niveles psicológicos, emocionales o mentales, y se buscaron y encontraron los recursos que ayudaron a resolver las cuestiones en todos esos niveles. 
El poder de la auto-sanación está ahora disponible. 
En la aceptación, tenemos la libertad de estar en el presente. Una vez que hemos aceptado nuestra propia naturaleza verdadera y las formas en las que el universo se refleja en nuestro mundo, ya no hay arrepentimiento por el pasado, ni tampoco existe el miedo al futuro. 
El miedo al futuro no existe mas cuando el pasado se ha curado. Esto se debe a que en la habitual egoorientación del estado de conciencia, el ego tiende a proyectar el pasado sobre el futuro, y un pasado que es visto negativamente se convierte en miedo cuando es proyectado sobre un imaginario futuro. 
Nuestro dejar ir de las energías inferiores de la culpa, el miedo, la ira y el orgullo han aliviado el peso del pasado y despejado las nubes sobre el futuro. 
Afrontamos el presente con optimismo y estamos agradecidos de estar vivos. Vemos que el ayer se fue, el mañana no ha llegado todavía, y que sólo tenemos el hoy. 
En resumen, pues, el nivel de conciencia de la aceptación es el que todos deseamos alcanzar, ya que nos permite encontrar la libertad de la mayoría de problemas de la vida y de experimentar satisfacción y felicidad.

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



CORAJE
Capitulo X (Segundo Escrito)

Consciencia de los Demás 
El estilo de vida en este nivel demuestra un equilibrio entre el trabajo, el placer y el amor. 
No existe la necesidad de la sobre-ambición o la "adicción al trabajo", aunque las personas en el nivel del coraje son capaces de una producción de energía considerable, si la situación lo requiere. Debido al haber dejado ir tanta negatividad, existe el deseo y la capacidad de amar y de tener relaciones amorosas. Estas ahora asumen la misma importancia que los esfuerzos por la supervivencia. Hay seguridad en lo profesional, y en el área del trabajo existe una preocupación por el bienestar de los demás. La gente en este nivel característicamente afirma que quiere que sus trabajos tengan algún beneficio para el mundo. Quieren sentir que hay un mayor sentido en su trabajo que el de solo el salario. El crecimiento personal es importante, y existe la consciencia en este nivel de que nuestra vida está ya sea positiva o negativamente, influyendo en quienes nos rodean. En los niveles inferiores de la conciencia, que se caracterizan por el egoísmo, hay tanta preocupación por la ganancia de uno que hay poca energía o pensamientos en relación a nuestros efectos sobre los demás. 
En el nivel del coraje, ya no nos identificamos únicamente con el pequeño yo. El mundo ya no es visto como la privación o el castigo del mal padre. En lugar de ello, el mundo es visto como un desafío y presenta oportunidades para el crecimiento, el desarrollo y las nuevas experiencias. 
Por lo tanto, este nivel se caracteriza por el optimismo y la sensación de que con los hechos correctos, la educación y la orientación, tarde o temprano, la mayoría de los problemas pueden ser resueltos satisfactoriamente.
Los niveles inferiores limitan nuestra conciencia hacia la implicación personal, pero en este nivel las cuestiones sociales se vuelven importantes, y se emplea energía en ayudar a superar los problemas sociales y ser útil a los menos afortunados. 
Por lo tanto, la generosidad se vuelve posible, no sólo económicamente, sino también en una actitud generosa. 
Se deriva placer de la defensa de causas y de apoyar los esfuerzos de los demás. 
Esta energía crea nuevos trabajos, negocios, industrias y soluciones políticas y científicas. La educación, aunque no siempre en el sentido académico, se vuelve importante. 
En el nivel del coraje, empezamos realmente a ser conscientes. Nos concebimos teniendo libertad y la capacidad de elegir. 
Ya no tenemos que ser víctimas, y la libertad en el sentido psicológico, emocional y espiritual es posible. 
Por lo tanto, mucha menos rigidez está presente, y debido a la flexibilidad y a la capacidad para implicarse y el genuino amor por los demás, la gente en este nivel son buenos padres, jefes, empleados y ciudadanos. Existe la capacidad de ponernos en el lugar del otro y la preocupación por los sentimientos de los demás, así como también por su bienestar general. 
A pesar de que los sentimientos negativos inferiores aún tienden a ocurrir, ellos no predominan ni determinan el propio estilo de vida; esto es, lo que hacemos incluso estando asustados. 
Las personas en este nivel son la columna vertebral de un país. Son las personas a las que recurrir cuando es necesario hacer algo por el bien común. Ellos son de fiar y se puede contar con su disposición a aceptar la responsabilidad. 
En este nivel, se da la conciencia social y el humanitarismo. Como base de las decisiones morales, la culpa toma el asiento de atrás por el bienestar de los demás. Es a partir de este nivel que tomamos dichos tales como: "El éxito genera éxito". 
Ya que del adecuado funcionamiento, se da una retroalimentación positiva, lo que refuerza la confianza y permite una mayor auto-exploración, así como también del mundo. 
Aunque el esfuerzo sigue siendo necesaria para alcanzar las metas, es mucho menor que en los niveles inferiores. 
Hay una mayor satisfacción y gratificación porque hay una mayor recompensa con menor esfuerzo que el que sería necesario para superar el miedo. 
Hay mucha mayor capacidad, no sólo para buscar ayuda, sino para poder utilizarla y beneficiarse de ella. 
El dinero se utiliza de una manera mucho más constructiva, y hay una preocupación por cómo los gastos afectarán la vida de los demás. 
El dinero no se gasta únicamente para la auto-gratificación, el auto-engrandecimiento, o el auto-enriquecimiento, sino que es visto como una herramienta para el logro. 
Este nivel es el primero en que la verdadera consciencia espiritual se vuelve posible. Debido al afloramiento del egoísmo y la renuncia de la identificación con el pequeño yo, hay una vivencia de energías más elevadas y la esperanza de una mayor consciencia. 
En los niveles inferiores, Dios se ve desde la coloración emocional de ese nivel. Así, en la apatía, toda la relación con Dios es desesperada, si es que siquiera se puede considerar. 
En el nivel del sufrimiento, uno se siente irremediablemente separado de la ayuda de Dios. Cuando se sobrepone la culpa, la persona se siente indigna de cualquier relación con Dios, y espera el castigo en lugar del amor. 
En el nivel del miedo, el miedo puede ser tan grande que el problema de Dios no puede ni siquiera ser afrontado, por lo que el tema es borrado de la conciencia, y Dios es visto como temible, castigador, vengativo, celoso y enojado. 
En el nivel de la ira, Dios es visto como privativo, arbitrario, caprichoso, y fallido. 
En el nivel del orgullo, existe el egoísmo sobre la propia posición religiosa o espiritual, caracterizada por la rigidez, la inflexibilidad, la intolerancia, la propensión hacia la exclusividad, el fanatismo, el espíritu de clan, la discusión religiosa y la guerrera. 
En el nivel del coraje, estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de nuestra posición religiosa o espiritual.
La mayor consciencia a menudo da lugar a la aparición de la búsqueda espiritual, y la búsqueda de la verdad en su sentido religioso o espiritual verdaderamente despierta. 
Esto puede derivar en una reafirmación de nuestra posición anterior, pero a partir de ahora desde un punto de vista totalmente nuevo, -el de la elección. 
Se pueden producir cambios, que pueden ser lentos y graduales, o repentinos. En este nivel, se da el despertar de la conciencia y la comprensión de nuestras creencias y puntos de vista que son ahora el resultado de nuestra elección, y no sólo el resultado de la ciega programación anterior. 
Hay una búsqueda del sentido, y esto puede ocurrir en el plano de la ética y del humanitarismo y no en el área específicamente indicada como religión oficial. Investigamos nuestra función social y papel en el mundo, y nos preguntamos por el valor de nuestras vidas, y no sólo para nosotros mismos sino también para los demás. 
Carl Jung dijo que la personalidad saludable es igualmente equilibrada entre el trabajo, el ocio, el amor, y un aspecto de la personalidad llamado espiritualidad, que también podríamos definir como la búsqueda del sentido y el valor. 
Estas investigaciones traen trastornos internos pero también momentos de aceptación y paz. Hay momentos de comprensión intuitiva que nos invitan a continuar la búsqueda, para averiguar si hay algo más allá del mundo físico y material y sus fenómenos en constante cambio. 
Este nivel de conciencia es un buen punto de partida para observar y dejar más sentimientos negativos. 
En este nivel, tenemos la energía, la capacidad, la auto-confianza y la voluntad de adquirir nuevas destrezas y someterse a los necesarios pasos de aprendizaje. 
En este nivel, hay un deseo de auto-superación y la constatación de que son posibles mejores estados de ánimo. 
El nivel del coraje sabe que no es necesario soportar el dolor y el sufrimiento de las emociones negativas o su interferencia con las satisfacciones de la vida. 
En el coraje, ya no estamos dispuestos a pagar el coste de la negatividad. Estamos preocupados por los efectos de nuestros sentimientos negativos sobre el bienestar de los demás con los que estamos estrechamente asociados. 
La mayoría de las personas que han aprendido la técnica del dejar ir seguirán utilizándola hasta que hayan alcanzado este nivel de conciencia. 
En este nivel, los problemas más importantes de la vida están ahora bajo control. Están experimentando la satisfacción profesional y el éxito. 
Las necesidades materiales están provistas. 
Los principales problemas en las relaciones se han enderezado. Ya no estamos experimentando conscientemente el dolor y el sufrimiento, y existe la satisfacción de haber crecido y haberse desarrollado en ciertas áreas. Cuando nos acomodamos, existe la tentación de dejar de usar la técnica y sólo reanudarla en situaciones de emergencia, o cuando de nuevo los sentimientos negativos se vuelvan dolorosos y requieran de nuestra atención. 
Sin embargo, hay más aún a ser tenido en cuenta. 
Porque siempre hay un sentimiento operando que puede ser entregado, la continuación de ese proceso conducirá a mayores y mayores beneficios. 
La entrega continua traerá cambios constantes y sutiles, especialmente en los niveles de la sutil consciencia en nuestra capacidad de amar. 
Anteriormente, la habíamos comparado a la radiación del amor, que surge de nuestro aspecto más elevado, hacia la energía de la luz solar. Hemos tomado nota de que, a medida que la oscuridad de las nubes de la negatividad son retiradas, esta energía y nuestra capacidad de aceptarla e irradiarla hacia fuera, aumenta progresivamente. 
En el nivel del coraje, nuestra capacidad de amar está ahora mucho más fortalecida, y tiene poder para apoyar y animar a los demás, prestándoles fortaleza a lo que es positivo y constructivo en ellos. 
Ayudar a su desarrollo nos brinda el placer de ver su crecimiento y su creciente felicidad. 
Esta capacidad en nosotros puede crecer y ser incluso más fuerte. Puede llegar a ser cada vez más potente y auto-gratificante, y también más beneficiosa para los demás. Podemos utilizar el coraje para reforzar nuestro deseo de crecer más allá de nuestro estado actual, porque en este nivel, ya estamos recibiendo indicios de que existe algo en nosotros que había pasado hasta ahora desapercibido. 
Éstos son indicados por los repentinos episodios de perfecta quietud y paz en los que tenemos una gran claridad, comprensión y sensibilidad a la belleza. 
Descubrimos que fue a través de la música, -y no por ella- que experimentamos nuestra mente de repente quieta, y, en ese momento de quietud, se nos permitió experimentar una dimensión mayor. Pudieron haber unos segundos fugaces en los que nos sentimos en completa identificación y unidad con los demás, como si no existiera separación. 
Estos momentos son el punto álgido de la vivencia de nuestro verdadero Ser interior. El recuerdo de esos momentos nunca se olvida. Cuando por primera vez empieza a suceder, no sabemos lo que significan. Creemos que son "accidentales". "Sólo por casualidad." Los atribuimos a los sentimientos sobre los acontecimientos externos, como la belleza de una puesta de sol, un pasaje sinfónico, o un gesto cariñoso. 
Pero, a medida que investigamos más a fondo, vemos que estas fueron sólo las circunstancias que permitieron que otra cosa sucediera. Ellas no fueron la causa. Permitieron que una cierta quietud de la mente tuviera lugar, y debido a esa quietud, se nos permitió un momento en el que fuimos capaces de experimentar alguna otra cosa que no era el parloteo de nuestra mente con su incesante e incansable juego de sensaciones, sentimientos, pensamientos, emociones y recuerdos. En los momentos en los que el tiempo parece haberse detenido, captamos lo que es posible. 
Estos momentos son tan gratificante que se atesoran para toda la vida. Cuando se producen, se experimenta algo que es muy impresionante. ¿Podría ser que, más allá de las turbulencias del mundo y de nuestra propia mente, hubiera silencio? ¿Un reino de paz que siempre está esperando?
 

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)


CORAJE
Capitulo X
El sello distintivo del coraje es el reconocimiento y el sentimiento: 
"Yo puedo". Es un estado positivo en el que nos sentimos seguros, hábiles, adecuados, capacitados, vivos, amados y dando, entusiasmados en general por la vida. 
Estamos capacitados para el humor, la actividad, la confianza y la claridad. 
En este estado, nos sentimos centrados, equilibrados, flexibles, felices, independientes y autosuficientes. 
Podemos ser inventivos, creativos y abiertos. 
En el coraje, hay una gran cantidad de energía, acción, dejar ir, capacidad para "estar ahí", para ser espontáneos, resistentes, ingeniosos y alegres. En este estado, podemos ser muy eficaces en el mundo. 
El Coraje de Dejar El nivel del coraje es muy útil en el mecanismo de la entrega. En el coraje, sabemos que: "puedo observar mis sentimientos", "no tengo que tener miedo de mis sentimientos nunca más", "puedo manejarlos", "puedo tomar la responsabilidad", "puedo aprender cómo aceptarlos y estar libre de ellos", "estoy dispuesto a correr riesgos, a dejar los viejos puntos de vista y a explorar otros nuevos", "estoy dispuesto a ser feliz y compartir mi experiencia con otros"; "me siento con voluntad y capaz." 
A menudo es fácil dar el salto desde cualquiera de los sentimientos inferiores hasta el coraje simplemente al afirmar nuestro coraje de observar y manejar nuestros sentimientos. 
La mera voluntad de observarlos y empezar a manejarlos aumenta nuestra autoestima. 
Si, por ejemplo, tenemos un miedo y no están dispuestos a verlo, luego nos sentimos mermados y nuestra autoestima disminuye. Si estamos dispuestos a observar el miedo, examinarlo, reconocer su presencia, ver cómo ha inhibido nuestra vida, y comenzar a entregarlo, entonces nuestra autoestima aumenta, sin importar si el miedo desaparece o no. Todos sabemos que se necesita valor para enfrentar el miedo. Defendemos a las personas que se enfrentan a sus miedos y tratan de hacer algo al respecto. 
Ese valor es una de las características de la nobleza y hacen a una persona verdaderamente grande. 
A pesar de toda su programación negativa, y a pesar de todo su miedo, la gente valiente avanza por la vida, sin ninguna garantía, ni siquiera el conocimiento de que las cosas van a ir a mejor. Así que el coraje aumenta nuestra autoestima y nos trae el respeto de los demás. 
Ya no necesitamos sentirnos avergonzados.
Veamos el ejemplo de un hombre que sufrió de un terror permanente a las alturas. Había trabajado para liberarse del miedo durante varios años y había conseguido estar mucho mejor, pero aún quedaba mucho por dejar. 
Esto fue evidente cuando se fue al Gran Cañón con un amigo. Al principio, se apartaba unos seis metros del saliente. 
En años anteriores, no habría ido ni siquiera al mismo bloque. Ahora estaba allí, vacilante. El amigo le cogió la mano, diciendo: "Ven al borde conmigo." Y así lo hizo.
No dejaba de entregar el miedo mientras caminaba hacia adelante y podría realmente estar justo al lado del borde, aunque la verdad es que no, no sin sentir una incomodidad considerable. Cuando dejaron el borde del cañón, el amigo le miró con aprobación y dijo: "Bueno, ¡al menos lo hiciste! 
Sé el mucho coraje que te tomó". A pesar de que no había superado totalmente el miedo, al trascender una barrera interna, se había ganado su propio respeto y el respeto de los demás. 
Cuando tenemos estas experiencias rompedoras, comenzamos
a percibir el miedo de manera diferente y dejamos de estar avergonzados por ello. 
Detenemos lo que permite invalidar nuestro verdadero valor. Esto aumenta nuestra fortaleza interior y nuestra propia aprobación. A su debido tiempo, los temores subyacentes que requieren coraje para superarlos disminuyen hasta el punto de pasar a la aceptación. 
Auto-Empoderamiento 
En el nivel del coraje, el énfasis está en el hacer. 
Ya sabemos que somos capaces de atender nuestras propias necesidades y las de los demás, y sabemos que, si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo, podemos obtener lo que queremos. 
Por lo tanto, la gente en el nivel del coraje son los hacedores del mundo. Debido a que sólo podemos dar lo que nosotros ya tenemos, la gente en el nivel del coraje puede apoyar y alentar a los demás. Esto es debido a que son capaces de dar y también de recibir, y hay un equilibrio entre el dar y el recibir que se produce naturalmente. 
Los niveles de conciencia hasta este momento se ocuparon principalmente de la ganancia. Ahora, en el nivel de coraje, hay un mayor poder y energía. Tenemos la capacidad de dar a los demás, porque las demás personas ya no se ven como un medio de ayuda, supervivencia o apoyo. Cuando estamos en el estado del coraje, sentimos nuestro propio poder interior, fortaleza y la autoestima. Sabemos que tenemos la capacidad para marcar la diferencia en el mundo, y no sólo ganar algo de el para nosotros mismos. Debido a la auto-confianza interior, estamos mucho menos preocupados por la seguridad. 
El énfasis ya no está en lo que la gente tiene, sino en lo que hacen, y se han convertido. Con el coraje, se da la voluntad de tomar riesgos y dejar las anteriores seguridades. 
Existe la voluntad de crecer y beneficiarse de las nuevas experiencias. Esto implica la capacidad de admitir los errores sin caer en la culpa y la auto-recriminación. 
Nuestra sensación de autoestima no disminuye al observar las áreas que necesitan mejoras. Somos capaces de admitir la presencia de problemas sin ser afectado. Como resultado, la energía, el tiempo y el esfuerzo se disponen a la auto-mejora. En este nivel, las afirmaciones de la intención y el propósito son mucho más poderosas y los resultados previstos tienden a manifestarse. 
Somos mucho más emprendedores y creativos, porque nuestras energías no son empleadas en la constante preocupación por la supervivencia emocional o física. 
Debido a una mayor flexibilidad, existe la voluntad de examinar las cuestiones a fin de cambiar el significado y el contexto global. 
Hay una disposición a arriesgar los paradigmas cambiantes. 
Un paradigma es una visión del mundo en su conjunto, y sólo está limitado por lo que consideramos posible. 
A medida que las viejas maneras de ver las cosas son cuestionadas, nuestra visión del mundo comienza a extenderse y expandirse. Lo que antes se consideraba imposible se vuelve ahora posible y con el tiempo se experimenta como una nueva dimensión de la realidad. 
Existe la capacidad de observarnos a nosotros mismos para examinar nuestros sistemas de creencias, hacer preguntas y buscar nuevas soluciones. 
En el nivel de coraje, estamos dispuestos a hacer cursos de superación personal, aprender las técnicas de la conciencia, y arriesgarnos al viaje de búsqueda de nuestro propio Ser verdadero, la realidad interior. 
Existe disposición a experimentar la incertidumbre, los periodos de confusión y el malestar temporal, ya que, bajo la incomodidad temporal, tenemos una meta trascendente a largo plazo. La mente que está operando en el nivel del coraje hace afirmaciones como: "Puedo manejarlo"; "Lo haremos"; "El trabajo se hará"; "Podemos verlo en perspectiva"; "Todo pasará". 
Si ponemos a prueba la fortaleza muscular de una persona con la kinesiología cuando esté en el estado del coraje, el nivel del "yo puedo manejar eso", tendrá un resultado positivo y se mantendrá en la fortaleza durante nuestro desafío. 
Aunque todavía se da la vulnerabilidad a los pensamientos o energías negativas, -como las que emanan de las luces fluorescentes o los edulcorantes artificiales-, el campo de la 
bio-energía es más radiante que el de los estados inferiores, negativos. Debido a que el coraje es un campo de energía de fortaleza, más resistente, las enfermedades físicas son menos propensas a ser un aspecto predominante de la vida. 
Pueden haber residuos crónicos de enfermedades que se originaron a partir de los niveles inferiores de la conciencia, pero por lo general están estabilizados. En el coraje, hay una sensación general de fortaleza y de bienestar.
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