miércoles, 10 de febrero de 2016

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)


Capitulo II (Segundo Escrito)
Los Sentimientos y Los Mecanismos Mentales
Tenemos tres maneras principales de manejar los sentimientos: supresión, expresión y escape.
Vamos a desarrollar cada uno de ellas. 
La supresión y la represión. Estas son las formas más comunes con las que tapamos nuestros sentimientos y los dejamos a un lado. En la represión, esto sucede inconscientemente; en la supresión, sucede conscientemente.
No queremos que nos molesten nuestros sentimientos y, además, no sabemos qué más hacer con ellos. 
Sorteamos el sufriendo a través de ellos y tratamos de seguir funcionando como mejor podemos. 
Los sentimientos que elegimos para ser suprimidos o reprimidos lo son en conformidad a los programas conscientes e inconscientes que llevamos con nosotros por costumbre social y educación familiar. 
La presión de los sentimientos suprimidos se manifiesta luego como irritabilidad, cambios de humor, tensión en los músculos del cuello y la espalda, dolores de cabeza, calambres, trastornos menstruales, colitis, indigestión, insomnio, hipertensión, alergias y otras condiciones somáticas.
Cuando reprimimos un sentimiento, es porque hay tanta culpa y miedo por la sensación que ni siquiera puede ser sentida. 
Se ve instantáneamente surgiendo en el inconsciente apenas amenaza con emerger. El sentimiento reprimido es luego manejado de varias maneras para asegurar siempre que se mantiene reprimido y fuera de la consciencia. 
De estos mecanismos utilizados por la mente para mantener el sentimiento reprimido, la negación y la proyección son quizás los métodos más conocidos, ya que tienden a ir juntos y reforzarse el uno al otro. 
La negación deriva en bloqueos importantes de las emociones y la maduración.
Generalmente viene acompañada por el mecanismo de la proyección.
Como consecuencia de la culpa y el miedo, reprimimos el impulso o el sentimiento, y negamos su presencia en nosotros mismos. En lugar de sentirlo, lo proyectamos sobre el mundo y en los que nos rodean. Experimentamos la sensación como si perteneciera a "ellos". "Ellos" se convierten entonces en el enemigo, y la mente busca y encuentra justificación para reforzar la proyección. La culpabilidad se sitúa en las personas, los lugares, las instituciones, los alimentos, las condiciones climáticas, los acontecimientos astrológicos, las condiciones sociales, el destino, Dios, la suerte, el diablo, los extranjeros, los grupos étnicos, los rivales políticos, y otras cosas fuera de nosotros mismos. La proyección es el principal mecanismo utilizado en el mundo de hoy. Es responsable de todas las guerras, los disturbios y los desórdenes civiles. Incluso se anima a odiar al enemigo para convertirse a sí mismo en un "buen ciudadano".
Mantenemos nuestra propia autoestima a costa de los demás y, con el tiempo, esto deriva en descomposición social. El mecanismo de la proyección subyace a todo ataque, violencia, agresión, y toda forma de destrucción social. 2. Expresión.
Con este mecanismo, la sensación es canalizada, verbalizada, o afirmada por el lenguaje corporal, y se representan en un sinfín de demostraciones en grupo.
La expresión de los sentimientos negativos permite dejar salir sólo la suficiente presión interior para que, de este modo, el resto pueda ser suprimido.
Este es un punto muy importante a entender, porque muchas personas en la sociedad de hoy creen que expresar sus sentimientos les libera de ellos. Los hechos demuestran lo contrario.
La expresión de un sentimiento, en primer lugar, tiende a propagarlo y darle mayor energía. 
En segundo lugar, la expresión del sentimiento simplemente permite que el resto sea suprimido al margen de la consciencia. El equilibrio entre supresión y expresión varía en cada individuo ya que depende de aspectos como su formación temprana, las actuales normas culturales, las costumbres, y los medios.
Expresarse está ahora de moda como resultado de una interpretación errónea de la obra de Sigmund Freud y el psicoanálisis. Freud señaló que la supresión era la causa de la neurosis; por lo tanto, se pensó erróneamente que la expresión era la cura. Esta mala interpretación se convirtió en una licencia para la auto-indulgencia a costa de los demás. Lo que en realidad dijo Freud, en el psicoanálisis clásico, era que el impulso o sentimiento reprimido debía ser neutralizado, sublimado, socializado, y canalizado por los instintos constructivos del amor, el trabajo y la creatividad.
Si volcamos nuestros sentimientos negativos en los demás, lo experimentarán como un ataque, y a su vez, se verán forzados a suprimir, expresar, o escapar de esos sentimientos; por lo tanto, la expresión de la negatividad deriva en el deterioro y la destrucción de las relaciones. Una alternativa mucho mejor es asumir la responsabilidad de nuestros propios sentimientos y neutralizarlos. Entonces, sólo los sentimientos positivos permanecen y son expresados. 
Escape. El escape es la evitación de los sentimientos a través de la diversión. Esta evitación es la columna vertebral de las industrias del entretenimiento y los licores, así como la ruta del adicto al trabajo. El escapismo y la evitación de la consciencia interior es un mecanismo socialmente tolerado. Podemos evitar a nuestros propios yoes interiores y tapar nuestros propios sentimientos a través de una interminable variedad de búsquedas, muchas de las cuales con el tiempo se convierten en adicciones a medida que nuestra dependencia a ellas crece. La gente está desesperada por seguir inconsciente. Observemos cómo a menudo las personas encienden la televisión en el momento en que entran en una habitación y luego caminan por ella en un estado de cuasi- insomnio, siendo constantemente programados por los datos que provienen en ella. Las personas están aterrorizadas con la idea de enfrentarse a sí mismas. Temen incluso un momento de soledad. De ello, las constantes actividades frenéticas: la interminable socialización, el hablar, el enviar mensajes de texto, leer, escuchar música, trabajar, viajar, hacer turismo, ir de compras, comer en exceso, los juegos de azar, ir al cine, tomar píldoras, el uso de drogas y las fiestas de cóctel. Muchos de los mecanismos anteriores de escape son erróneos, estresantes e ineficaces. Cada uno de ellos requiere cantidades crecientes de energía en y de por sí. Se requieren enormes cantidades de energía para mantener el control sobre la presión creciente de los sentimientos suprimidos y reprimidos. Hay una pérdida progresiva de consciencia y un freno en el crecimiento. Hay una pérdida de creatividad, energía, e interés genuino en los demás. El crecimiento espiritual se detiene y, finalmente, se desarrollan de enfermedades físicas y emocionales, dolencias, envejecimiento y muerte prematura. La proyección de estos sentimientos reprimidos resulta en problemas sociales, trastornos, y el aumento del egoísmo y la crueldad que caracteriza a nuestra sociedad actual. Por encima de todo, el efecto es la incapacidad para verdaderamente amar y confiar en otra persona, lo que resulta en el aislamiento emocional y el odio a uno mismo. En contraste con lo anterior, ¿qué sucede cuando en lugar de esto nos liberamos de un sentimiento? La energía detrás de ese sentimiento es instantáneamente entregada y el efecto neto es la descompresión. La presión acumulada comienza a disminuir a medida que lo soltamos constantemente. Todo el mundo lo sabe, cuando soltamos, nos sentimos mejor inmediatamente. La fisiología del cuerpo se cambia. Hay mejoras detectables en el color de la piel, la respiración, el pulso, la presión sanguínea, la tensión muscular, la función gastrointestinal, y la composición química de la sangre. En un estado de libertad interior, todas las funciones del cuerpo y los órganos se corrigen en general en dirección a la normalidad y la salud. Hay un aumento inmediato en la potencia muscular. La visión mejora y nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos cambia para mejor. Nos sentimos más felices, más cariñosos y más relajados. Los Sentimientos y el Estrés Se presta mucha atención y publicidad al tema del estrés sin una comprensión verdadera de su naturaleza esencial. Se dice que somos más propensos al estrés que nunca. ¿Cuál es la causa esencial del estrés? Ciertamente no los factores desencadenantes externos. Ellos son meros ejemplos del mecanismo que hemos descrito como ‘la proyección’. Son "ellos" o "eso" que se piensa que es el culpable cuando, de hecho, lo que estamos sintiendo es simplemente la descompresión de la presión interior de las emociones reprimidas. Son estos sentimientos reprimidos los que nos hacen vulnerables al estrés externo. El verdadero origen del "estrés" es en realidad interno, y no externo como a la gente le gustaría creer. La predisposición a reaccionar con miedo, por ejemplo, depende de la cantidad de miedo que ya esté presente en nosotros para ser desencadenado por un estímulo. Cuanto más miedo interior tenemos, más cambia nuestra percepción del mundo a una expectativa precavida y temerosa. Para una persona miedosa, este mundo es un lugar aterrador. Para la persona enfadada, este mundo es un caos de frustración y aflicción. Para la persona culpable, este es un mundo de tentación y pecado, lo ven en todas partes. Lo que tenemos adentro colorea nuestro mundo. Si renunciamos a la culpa, veremos inocencia; sin embargo, una persona con sentimiento de culpa sólo verá el mal. La regla básica es que nos centramos en lo que hemos reprimido. El estrés resulta de una presión acumulada de nuestros sentimientos reprimidos y suprimidos. La presión busca alivio, y así los acontecimientos externos sólo desencadenan lo que hemos estado guardando, tanto consciente como inconscientemente. La energía de nuestros sentimientos bloqueados emerge de nuevo a través de nuestro sistema nervioso autónomo y causa cambios patológicos que provocan los procesos de enfermedad. Un sentimiento negativo inmediatamente provoca una pérdida del 50% de la fortaleza muscular del cuerpo y también reduce nuestra visión, tanto física como mental. El estrés es nuestra reacción emocional a un factor o estímulo desencadenante. El estrés está determinado por nuestros sistemas de creencias y sus presiones emocionales asociadas. No es el estímulo externo, por tanto, lo que causa el estrés, sino nuestro grado de reactividad. 
Cuanto más entregados estemos, menos propensos somos al estrés. El daño causado por el estrés no es más que el resultado de nuestras propias emociones. 
La efectividad del dejar ir para reducir las reacciones del cuerpo al estrés se ha demostrado en estudios científicos (véase el Capítulo 14). Muchos programas de reducción de estrés ofrecidos hoy en día a menudo pierden el punto esencial. Tratan de aliviar las secuelas del estrés en lugar de eliminar la causa del estrés en sí mismo, o se concentran en los acontecimientos externos. Esto es como tratar de bajar la fiebre sin corregir la infección. Por ejemplo, la tensión muscular es el resultado de la ansiedad, el miedo, la ira y la culpa. Un curso sobre técnicas de relajación muscular va a tener un efecto beneficioso muy limitado. Sería mucho más eficaz, en cambio, eliminar el origen de la tensión subyacente, que es la ira, el miedo, la culpa y los demás sentimientos negativos.

Bendición


Bendición
Puede sentirse. Puede percibirse. En el majestuoso corazón de la Madre Tierra el Sol comienza intensamente a brillar, para que sus hijos despierten, se abran y vuelvan a recordar que la más pura, simple y sagrada religión es la que religa corazón con corazón, para que todos compartan su divina esencia. Es en ese cálido y radiante compartir que este mensaje obrará como si fuese una bendición, ayudándonos a cambiar la percepción, para sanar creando un nuevo pasado.

¿Acaso crear un nuevo pasado es algo que resulta imposible? Nada es inamovible. Todo fluye. Todo vibra, y lo que percibimos cambia según varía nuestro enfoque. Al recordar, al evocar, la memoria selectiva insufla vida a cada uno de los fragmentos de nuestra propia historia, con la misma impronta vibratoria con que se registró, por eso hoy no podemos sentirnos agradecidos al revivir hechos que categorizamos como tristes o hiriente. Sin embargo, esto puede cambiar.
Crear un nuevo pasado no significa negar nuestro historial de vida. Tampoco implica creer que nada sucedió. Por el contrario, hay que aceptar y asimilar lo vivido, honrando lo sucedido en el camino del dolor, pues se trata de un aprendizaje muy aleccionador y valioso. El punto de giro radica en ser conscientes de que esos recuerdos que nos lastiman fueron memorizados en un contexto denso y limitado, por el accionar de la mente, en donde teníamos cerrado el corazón.
Al elevarnos en la frecuencia del amor comprendemos que esas experiencias tuvieron su razón de ser para poder crecer y seguir evolucionando. Por eso, al sentir que en la adversidad está la oportunidad para movernos desde el corazón, descubrimos el aspecto positivo de eso que sólo creíamos negativo. Así, modificando la percepción, contemplamos el bello y sutil esplendor de cada vivencia. Así nos equilibramos. Así sanamos y creamos un pasado sabiamente unificado.
Lo habíamos olvidado, pero todos contamos con la armónica habilidad de contemplar nuestros pasos desde la perspectiva integradora del corazón, para dejar de cargar con pesadas mochilas emocionales que bloquean la luz del Sol. Por eso este mensaje se manifiesta como si fuese una clara y redentora bendición, que en los latidos de la Madre Tierra nos abraza y recuerda que al abrimos, y cambiar nuestra percepción, volvemos a amarnos y sentirnos hermanos de corazón.
(Por Julio Andrés Pagano)

sábado, 6 de febrero de 2016

EL PRINCIPIO DE VIBRACIÓN



“Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.”

Esta ley nos indica que todo en el Universo está en vibración y que nada permanece inmóvil. La materia, la energía, el espíritu, son solamente el resultado de estados vibratorios diferentes.

El espíritu representa el extremo polar de las vibraciones más rápidas, cuya frecuencia es tan elevada que parece estar en reposo absoluto. El otro polo lo forma la materia extremadamente densa. Dice el hermetismo que entre ambos polos hay millones y millones de diferentes intensidades y modos de vibración. Sabemos que las moléculas que componen la materia están en constante vibración, y que a su vez, los átomos que las forman, también están en constante movimiento y vibración. A su vez, los electrones y protones también están vibrando rapidísimamente.

Sin temor a equivocamos podemos afirmar que no hay nada en el Universo que no sea “materia mental vibrando en diferentes frecuencias”. La luz, el calor, el magnetismo, la electricidad, son solamente diferentes modalidades vibratorias. Aquel plano misterioso conocido con el nombre de “cuarta dimensión”, es solamente un estado vibratorio de alta frecuencia. Si una persona pudiera hacer vibrar su cuerpo físico a una muy elevada frecuencia por segundo, llamémosla frecuencia X, penetraría físicamente en el mundo de la cuarta dimensión.

Sin embargo, no es aquella remota posibilidad lo que debe interesarnos, sino lo que se refiere al control de las propias vibraciones. En efecto, nuestros pensamientos, emociones, deseos, o impulsos, son solamente estados vibratorios. Nuestro cuerpo físico es un conjunto de sistemas que vibran a una misma frecuencia, y la salud es solamente la armonía vibratoria del cuerpo. Enfermedad es desarmonía, y la muerte es la rotura de la cohesión vibratoria de los sistemas biológicos.

En el terreno de nuestra vida personal todo gira en torno a la vibración; si estamos alegres es por una vibración positiva, la tristeza es una vibración negativa. Nuestro pensamiento nos hará ser más o menos inteligentes de acuerdo a nuestra vibración mental. Cada persona tiene un largo de onda mental que le es propio, de acuerdo a la frecuencia vibratoria de su inteligencia; mientras más corta es la onda mental, más inteligente será el sujeto, y viceversa.

La dificultad para comunicarse que tienen las personas, proviene de sus diferentes largos de onda mental, las cuales, al no coincidir en sus frecuencias vibratorias, impiden la mutua comprensión. Si queremos comunicarnos con un individuo, y que nos entienda realmente, debemos esforzarnos por adaptar nuestra onda mental a su estado vibratorio, a fin de establecer una perfecta afinidad.

Esto explica las diferencias sorpresivas que se producen entre dos personas que normalmente se entienden bien; una de ellas ha variado notablemente su largo de onda mental, ya sea alargándola o acortándola, dejando al otro “fuera de frecuencia”, tal como si pretendiéramos sintonizar una emisora determinada en una frecuencia que no le corresponde.

Existen diversos motivos por los cuales se producen caídas vibratorias en la gente. Problemas de salud, estados depresivos, inercia, conflictos internos y abulia intelectual, son algunas de las principales causas. En cuanto a los sujetos que tienen permanentemente una onda muy larga (de baja frecuencia), esto se debe a la falta de preparación intelectual del individuo.

También influye de manera muy poderosa en las vibraciones de la gente, el medio ambiente, ya que vivimos en un océano de vibraciones, las cuales nos impactan constantemente, despertando en nosotros fuerzas de calidad similar. El espacio cósmico y terrestre que nos rodea, está saturado de vibraciones, y ellas influyen de manera determinante en las personas.

En los habitantes de una ciudad, por ejemplo, se puede apreciar, al observarlos, un ambiente vibratorio positivo o negativo, y lo mismo ocurre al visitar el hogar de alguna familia, donde sentiremos de inmediato una irradiación cálida y positiva, o bien, una fuerza que nos repele. Lo que ocurre en nuestras habitaciones, es que la irradiación vibratoria de las personas que allí viven, penetra en la construcción material, impregnándola con energías positivas o negativas, las cuales son captadas fácilmente por los visitantes. Es por eso que hay lugares que al visitarlos despiertan en nosotros una tristeza intolerable, que llega en algunos casos hasta una profunda depresión con tendencia al suicidio.

Estamos, simplemente, recibiendo los estados anímicos de quienes vivieron o trabajaron en ese lugar. Los hábitos de conducta, los estados emocionales, los pensamientos habituales, y las normas morales y espirituales del individuo, determinan la bondad o inconveniencia de sus estados vibratorios, lo que a su vez influye de manera decisiva en su vida cotidiana. Las familias y grupos de humanos en general, se constituyen en vórtices de energía, los cuales dejan sentir su poder en quienes entran en contacto con ellos.

Las vibraciones se van acumulando en el individuo, es decir, éste va haciendo acopio de buena o mala vibración, y hay momentos en los que el sujeto es una verdadera bomba de tiempo por la fuerza en estado latente que tiene en sí mismo, destructiva o creadora, la cual, con el influjo de un detonante adecuado, se descargará violentamente, produciendo acontecimientos favorables o negativos.

Esta fuerza tiene la particularidad de afectar intensamente a las personas que entran en contacto con el sujeto que vibra de manera intensificada, pudiendo resultar éstas, contagiadas con lo que el “emisor” siente. Tal caso ocurre cuando alguien nos cuenta sus penas, por ejemplo, y el afectado, después de esto, queda en excelente estado de ánimo, y nosotros, en profunda condición depresiva. Tal vez, uno de los profesionales más afectados por este fenómeno, sea el psiquiatra, quien se contagia con las lacras mentales de sus pacientes, y ellas empiezan a perjudicarlo a él.

Aquellos sitios donde se da rienda suelta a las pasiones inferiores, tales como bares o casas de prostitución, son centros de vibraciones inferiores y negativas que perjudican notablemente a los, parroquianos. Todo hombre que quiera tener éxito en sus empresas personales o que desee aumentar su capacidad de realizar cosas, ya sea en el terreno espiritual o material debe, por medio de la autodisciplina, elevar sus vibraciones para no ser afectado por aquello que se denomina “mala suerte” o desgracia.

Es preciso, practicar una rígida higiene mental, a fin de no ser afectado por lo negativo del ambiente en el cual nos desenvolvemos. Existen fuerzas tan poderosamente negativas que pueden matar a una persona, ya que su tono o nota básica, es destructiva o desintegradora. Sabemos que existen sonidos (vibraciones) que pueden destruir la cohesión de la materia (infrasonidos), o bien, que pueden producir un efecto curativo medicinal (ultrasonidos). Conocido es el poder del rayo laser (vibración), cuya luz puede perforar el material más duro.

El sapiens busca de manera inconsciente un remedio para sus desarmonías vibratorias, y recurre para esto a la buena música, la cual restablece el equilibrio interno. Sin embargo, existen ritmos musicales de tal disonancia que crean estados negativos dentro de las personas. El sonido de ciertos instrumentos posee cadencias de tal índole, que provoca bajo ciertas condiciones, estados de profunda tristeza, como es el caso de la quena, especie de flauta indígena. Conocemos también el pernicioso efecto de los ruidos que sobrepasan ciertos decibeles de potencia, y que provocan una considerable fatiga nerviosa que repercute en la pérdida de la eficiencia humana, tanto en lo manual como en lo intelectual.

La vibración de la palabra humana tiene también poderosos efectos bienhechores o perniciosos en quienes la escuchan. Hay personas de gran simpatía personal, pero cuya voz, sin tener un tono desagradable, resulta repelente. Esto depende del resultado del choque de las oscilaciones sonoras. Si aquellas que recibimos son armónicas a las nuestras, sentiremos simpatía y agrado, y viceversa. La gente no se da cuenta en qué medida se le acoge bien o mal de acuerdo a las vibraciones que se emiten.

Es simple comprobar la influencia de las energías oscilantes del individuo. Existe un experimento muy simple para esto y que consiste en tener dos grupos de pequeñas plantas de interior, las cuales se deben separar en dos facciones. A una de ellas es preciso hablarle todos los días, tal como si fueran seres racionales, expresándoles por medio de las palabras, pensamientos de amor, amistad y fortaleza. El otro grupo se deja abandonado a su propia suerte. Con el correr de los días se verá cómo las plantitas regalonas se ponen mucho más hermosas y crecen más rápidamente, aunque tengan exactamente la misma tierra, luz, y riego que las otras.

Otra experiencia muy simple consiste en comprobar nuestro poder de inducción vibratorio sobre la gente. Para esto, es necesario dirigirse a alguien que nos tenga notoria antipatía.

Venciendo el rechazo que esta persona nos provoque, nos esforzaremos en sentir por ella una profunda simpatía y cordialidad, y después de poco, veremos cómo cambia radicalmente y pasa a tener una gran amistad por nosotros. Muchas veces, somos nosotros mismos quienes provocamos rechazo en la gente por nuestra hostilidad hacia ellas.

A través del principio de vibración es posible comprender que las maldiciones existen efectivamente, pero no tienen nada de sobrenatural; son solamente la condensación y proyección de vibraciones fuertemente destructivas. Con las bendiciones ocurre el mismo fenómeno, pero como se comprenderá, a la inversa.

Cuando una pareja de amantes se dice palabras de amor, el goce que experimentan no se debe solamente al conocimiento de que son amados, sino a la influencia vibratoria de la palabra.

Reflexionando un poco en esto, es posible concebir la existencia de palabras mágicas, que son solamente la combinación de letras que producirán fenómenos oscilatorios. El tradicional grito del karate, por ejemplo, estaba originariamente concebido con el fin de paralizar efectivamente al adversario, para lo cual tenía que ser emitido en tono y frecuencia determinada, ya que de lo contrario no producía ningún efecto.

El estudiante atento que medite sobre el principio de vibración, podrá llegar a comprender cosas de la más grande importancia; el que no tiene ojos para ver ni oídos para escuchar, permanecerá en la antesala del misterio.
EL HOMBRE ESTELAR.
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EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA


“Como arriba es abajo; como abajo es arriba.

Este principio hermético se refiere a la similitud que, existe entre los diversos planos o clasificaciones vibratorias que existen en el ordenamiento del Universo. La gran escala de la vida va desde la materia al espíritu, existiendo en el medio una infinita escala vibratoria. Dentro de esta gama, las mismas leyes que actúan en lo denso, por ejemplo, obrarán también en lo espiritual o sutil.

Existe una correspondencia o similitud entre todos los fenómenos cósmicos, y el estudio de estas analogías permite llegar a lo desconocido partiendo de lo que ya se sabe. La astrología, por ejemplo, se basa en la premisa de que el hombre es un microcosmos, es decir, que tiene en su interior una réplica análoga al Universo, y que por medio de este esquema vital estamos unidos a los planetas de nuestro sistema solar e influenciados por ellos. La carta celeste del horóscopo pretende llegar al trazado de nuestra estructura vital interna por medio de la ley de correspondencia.

Los planetas manifestarán su influencia a través de las diferentes partes de nuestro cuerpo, con las cuales se corresponden. Sabemos, por ejemplo, que Aries corresponde a la cabeza y Piscis a los pies, existiendo una simpatía entre el signo zodiacal, el planeta que lo rige, y la zona del cuerpo sobre la cual domina. Un talismán es un objeto mediante el cual se pretende establecer una relación magnética entre el sujeto que se desea proteger y la fuerza cósmica correspondiente. El Cosmos influencia al hombre con sus energías, pero a la vez, es influenciado por éste.

Existe aquí un principio de retroalimentación, cuyas exactas proyecciones no podemos vislumbrar. Se dice que si una persona tira una piedra a un lago, este acto simple llegará algún día a influenciar los confines del Universo de alguna manera. Existe la unidad universal, en el sentido de que todo está unido a todo; no podemos separarnos de la gente ni de nuestro medio ambiente. Tú mismo, lector, estás unido por un hilo invisible a cada habitante de nuestro planeta y a todo ser que existe en el Cosmos.

Si odias a alguien, te estás destruyendo a ti mismo; si quieres vengarte de una persona, lo que pongas en movimiento caerá finalmente sobre ti. Recordemos los principios cristianos, que se basan en puro hermetismo: “No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti”, o “Amaos los unos a los otros”. Este principio de correspondencia se explica porque Todo es mente; el Universo es mental. La energía mente es un nexo común de todo lo que existe.

Tal como existen correspondencias externas (con lo externo), también las hay dentro de nuestro cuerpo, y también en relación al sexo opuesto. Obsérvese por ejemplo la similitud entre las amígdalas y los testículos o los ovarios, entre el espermatozoide y el bulbo raquídeo con el cerebro, o la relación entre este último y el sexo. En este caso, habitualmente la pérdida de sensibilidad en lo sexual deriva en una mayor sensibilidad intelectual, y viceversa. Esto se comprueba en la satiriasis, que generalmente lleva a un deterioro de la inteligencia. Con respecto a los sexos opuestos, podemos ver como el pene se corresponde con el clítoris, y el útero con la próstata.

La magia simpática es el arte de establecer correspondencias artificiales entre una persona y una figura de cera, un talismán, una planta o cualquier objeto. De este modo, las influencias recibidas por el muñeco de cera, derivarán finalmente hacia el sujeto que sirvió de modelo. Basándose en este mismo principio, un individuo puede entrar en correspondencia con un árbol o una planta, y traspasarle su propia enfermedad, con la mejoría equivalente.

La acupuntura nos muestra un caso del ventajoso empleo de las equivalencias corporales, donde el estímulo en el lóbulo de una oreja puede sanar una cefalalgia. A primera vista es muy difícil pensar que puede haber una relación entre lóbulo de la oreja y nuestra cabeza, pero la experiencia concreta prueba que la hay. Es posible por medio de las agujas que se utilizan en la acupuntura curar muchas enfermedades o provocar insensibilidad al dolor; todo esto por la correspondencia.

Es de máximo interés el estudio del aforismo hermético “Como es arriba es abajo; como es abajo es arriba”, ya que nos explica los lazos de influencia recíproca que existen entre un individuo y la naturaleza terrestre y celeste. El medio ambiente, al irradiar sus fuerzas sobre nosotros, provoca cambios en nuestro interior y en los acontecimientos que diariamente nos ocurren.

A la inversa, nuestra condición psicológica y nuestro estado mental se proyectan hacia la naturaleza, y como consecuencia de esto, se producen en nuestras vidas sucesos fastos o nefastos. Este aforismo hermético tiene una gran aplicación práctica que se desvelará sólo al estudiante acucioso. Por nuestra parte sólo daremos algunos ejemplos:

Una persona mantiene su habitación en desorden y totalmente, desaseada. Este hecho material, de naturaleza física, repercute de inmediato en lo psicológico del sujeto, quien se convierte, intelectual y emocionalmente en una réplica de la situación física que mantiene. Su psiquis será el retrato de su habitación, y viceversa.

Esta misma persona del ejemplo anterior se dedica un día a efectuar un escrupuloso aseo y ordenamiento de su pieza. Como consecuencia de esto, realiza también una cuidadosa limpieza de su psiquis, sintiéndose especialmente alegre, “liviano”, y confortable.

Un sujeto amargado y negativo se encuentra habitualmente con gente que lo rechaza instintivamente, y que sin darse cuenta cómo, pueden llegar a odiarlo.

Una mujer se cree fea y se siente poco atractiva. Aun cuando sea en verdad “fascinante”, su estado mental rechazará al sexo opuesto.

No creemos necesario explicar mayormente estos casos. Dentro del tema que estamos tratando, y por la importancia enorme que reviste, consideraremos en forma especial lo que se refiere a la relación establecida entre los actos jurídicos que obligan al sujeto y la dependencia y falta de libertad que sobreviene en el plano de la energía. Vamos a suponer, para ilustrar esto, que una mujer no se lleva bien con su marido, y se separa de hecho, pero sin divorciarse.

Por este hecho ella seguirá unida firmemente a su esposo, y si él es un sujeto negativo que le desea cosas malas, esta dama no podrá aislarse de estas fuerzas; las recibirá y seguramente la perjudicarán, aun cuando esté diez años viviendo separada de su ex compañero. ¿Cuál es la razón de esto? La causa reside en nuestro aforismo “como es arriba es abajo; como es abajo es arriba”, ya que por existir un contrato jurídico entre ambos cónyuges, ellos están, en verdad, indisolublemente ligados, por lo menos mientras el contrato tenga vigencia legal.

La ley de los hombres proyecta su influencia hasta el mundo de la energía, llamémoslo “plano astral”, “plano mental”, o “cuarta dimensión”, para designar un lugar de vibraciones muchísimo más sutiles que las materiales. Lo mismo que en el caso anterior ocurre con personas naturales que se unan a través de un contrato para formar una persona jurídica, lo cual ocurre en el caso de una sociedad comercial, por ejemplo.

Mientras la escritura de constitución de la sociedad esté vigente, los socios permanecerán unidos, y cada uno de ellos afectará la vida de los demás, de una manera positiva o negativa, y a la vez, recibirá también de ellos una fuerza que determinará sucesos importantes en su vida. De ahí el peligro de unir nuestras vidas con personas afectadas por un karma muy pesado o negativo, el cual, en caso de una ligazón jurídica, caerá indefectiblemente sobre nosotros.

A través de este principio de correspondencia es posible entender la crueldad inmensa que significa el condenar a un delincuente a cadena perpetua, ya que por haberlo dictado así la ley del sapiens, este sujeto continuará prisionero indefinida o permanentemente, aún después de su fallecimiento. Cadena perpetua significa, en el fondo, cárcel después de la muerte.

Para que no reine la desesperación en quienes están en este trance y lean este libro, quiero aconsejarles que practiquen una especie de defensa mental para liberarse junto con la muerte. Este “sortilegio”, por llamarlo así, consiste en repetir todos los días la siguiente oración: “me libero de la ley de los hombres y me entrego a la justicia divina”.

Es preciso advertir que para que ésta fórmula surta efecto y el sujeto se libere realmente, es preciso sentir profundamente lo que se está diciendo, ya que si se repite mecánicamente, con seguridad fracasará. Es diferente el caso cuando se condena al reo a la pena capital, ya que en este trance, la muerte lo libera.

Debemos también señalar la importancia enorme que tiene para la especie sapiens, los descubrimientos u observaciones astronómicas, ya que si un sujeto cualquiera descubre una nueva estrella con su telescopio, y ésta emite energías sutiles de carácter destructivo (todos los cuerpos emiten energía, a la cual podemos denominar “energía masa”) estas fuerzas llegarán hasta nuestro planeta en forma intensa, ya que se ha creado una vía mental para ello.

Los templos del antiguo Egipto estaban construidos de manera que si en ciertas épocas del año una persona miraba hacia el cielo desde una abertura o ubicación previamente establecida, veía una estrella, conocida por los constructores, con lo cual se pretendía establecer un contacto mental para que el observador recibiera la influencia positiva de aquel astro.

Es preciso advertir que esta enseñanza sobre las siete llaves herméticas es de carácter básico, para que el estudiante descubra todo lo que permanece oculto, o se dice entre líneas.

Quiero terminar este comentario sobre el principio de correspondencia honrando el recuerdo de los extraordinarios egipcios, quienes poseyeron conocimientos herméticos extraordinarios antes de llegar a su decadencia. El vulgo siempre ha comentado, al igual que los arqueólogos ignorantes, que en Egipto la gente era tan ignorante que adoraba Dioses animales, lo cual se considera el colmo de la decadencia moral. Por nuestra parte; debemos decir que esto era la manifestación de la sabiduría hermética antigua. Me explico: los egipcios tenían Dioses animales no para adorarlos, sino para que fueran adorados por los animales comunes y corrientes (los no instituidos Dioses).

El objeto de crear Dioses animales era el de mantener la pureza y elevación de la raza humana, al impedir por meDios “mágicos” que los animales penetraran en la escala humana, encarnando como sapiens. En el capítulo “La ilusión del conocimiento verdadero” hemos hablado sobre la corporización de la energía conciencia, lo cual viene al caso en este tema, para explicar que los animales al recibir la irradiación de la conciencia del hombre asimilan en parte la energía de la chispa divina, fuego mágico que los capacita para entrar por primera vez a la escala humana al morir como animales. Se comprende que esto ocurre de preferencia con animales domesticados o que por alguna razón especial tienen un contacto sostenido con el hombre. Un perro de circo, por ejemplo, ya está muy cerca de la vibración humana.

No puedo dejar menos de hacer una pausa al imaginar la sonrisa burlona de quienes creerán, con toda seguridad, en la debilidad mental de quien escribe. Creo que los comprendo perfectamente, ya que si por mi parte no hubiera tenido la oportunidad de comprobar hasta la saciedad la veracidad absoluta de la ciencia hermética, si fuera un neófito en la materia y estuviera leyendo este libro, pensaría lo mismo que ellos.

Por el contrario, si los lectores incrédulos pudieran cambiarse con mi persona por algunos minutos por medio de una transmigración mágica, me darían completamente la razón. El problema reside en que es preciso vivir la experiencia hermética para que ésta confirme lo que ya se había logrado aprehender por medio del instrumento intelectual. Me siento también obligado a señalar que en el hermetismo no se cree ni se deja de creer; simplemente, se comprende o no se comprende.

Prosiguiendo con la explicación de los Dioses animales, debemos decir que cuando un animal encarna por primera vez como ser humano, será un sujeto de bajísimo nivel, con instintos animales muy fuertes, y que seguramente hará un grave daño a la sociedad, ya sea por convertirse en un delincuente o al pervertirse moralmente por carecer de los frenos adecuados para controlar los instintos.

Este sujeto-animal, tiene que elevarse muy gradualmente de nivel a lo largo de muchas reencarnaciones. Se comprende que si muchos animales se convierten en ejemplares de sapiens, la humanidad se enfrentaría a una grave crisis, y eso es lo que ocurre precisamente en este momento.

Por medio de la magia ritual los sacerdotes egipcios sacrificaban un perro, por ejemplo, y lo momificaban enterrándolo en un lugar secreto. Este perro recibía un nombre y era ungido en el momento de su muerte como “Dios de los perros”. Este animal se convertiría así en el guardián oculto que impediría el ingreso de perros a la escala humana, para lo cual había sido especialmente preparado. Nos reservamos la explicación completa y profunda de esta operación mágica, la cual sólo serviría para satisfacer la curiosidad del vulgo.

Solamente falta agregar que de ninguna manera un hombre puede reencarnar como animal, y que no todas las personas reencarnan, pero esto es tema aparte.

EL HOMBRE ESTELAR

viernes, 5 de febrero de 2016

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



El MECANISMO DE DEJAR IR : capítulo 2
¿Qué es?
Dejar ir es como el cese repentino de una presión interna o la caída de un peso. Se
acompaña de una repentina sensación de alivio y ligereza, y el incremento de la
felicidad y la libertad. Se trata de un mecanismo real de la mente y todo el mundo lo
ha experimentado en alguna ocasión.
Un buen ejemplo es el siguiente. Estás en medio de una intensa discusión;
estás enfadado y molesto, cuando de repente ves que todo es absurdo y ridículo. Y
empiezas a reír. La presión se alivia. De la ira, el miedo y la sensación de sentirte
atrapado de repente te sientes libre y feliz.
Piensa en lo maravilloso que sería poder hacer eso en todo momento, en
cualquier lugar, y en cualquier situación. Que pudieras sentirte siempre libre y feliz y
nunca ser acorralado por tus sentimientos enfrentados. De esto trata toda la técnica:
dejar ir consciente y frecuentemente a voluntad. Entonces estás a cargo de lo que
sientes, y ya no estás a merced del mundo y de tus reacciones hacia el. Ya no eres
la víctima. Esto es emplear la enseñanza básica de Buda, que elimina la presión de
la reactividad involuntaria.
Llevamos con nosotros un enorme almacén de sentimientos negativos
acumulados, actitudes y creencias. La presión acumulada nos hace miserables y es
la base de muchas de nuestras enfermedades y problemas. Estamos resignados a
ello y lo explicamos como la "condición humana". Tratamos de escapar de ella de mil
maneras. La vida humana media se emplea en tratar de evitar y huir de la confusión
interior del miedo y la amenaza de la miseria. La autoestima de todos está
constantemente amenazada tanto desde dentro como desde fuera.
Si echamos un vistazo a la vida humana, vemos que es esencialmente una
larga lucha elaborada para escapar de nuestros miedos internos y las expectativas
que han sido proyectadas sobre el mundo. Se intercalan periodos de celebración
cuando hemos escapado momentáneamente de los miedos internos, pero los
miedos siguen ahí esperándonos. Nos hemos vuelto temerosos de nuestros
sentimientos internos porque tienen tal enorme cantidad de negatividad que
tememos quedar sobrepasados si realizamos una observación más profunda.
Tenemos miedo de estos sentimientos porque no tenemos ningún mecanismo
consciente con el que manejar los sentimientos cuando provienen del interior de
nosotros mismos. Debido a que tenemos miedo a enfrentarnos a ellos, continúan
acumulándose y, finalmente, en secreto empezamos a buscar como adelantar la
muerte para que todo el dolor termine. No son los pensamientos o los hechos los
son dolorosos, sino los sentimientos que los acompañan. Los pensamientos en y por
sí mismos no son dolorosos, ¡sino los sentimientos que subyacen en ellos!
Es la presión acumulada de los sentimientos la que provoca los
pensamientos. Un sentimiento, por ejemplo, puede crear literalmente miles de
pensamientos durante un tiempo. Pensemos, por ejemplo, en un recuerdo doloroso
de los primeros años de vida, una pena terrible que se ha ocultado. Observa todos
los años y años de pensamientos asociados a ese simple suceso. Si pudiéramos
entregar la sensación de dolor subyacente, todos esos pensamientos
desaparecerían al instante y nos olvidaríamos del suceso.
Esta observación está en conformidad con la investigación científica. La teoría
científica de Gray-LaViolette integra la psicología y la neurofisiología. Su
investigación demostró que el tono de los sentimientos organiza los pensamientos y
la memoria (Gray-LaViolette, 1981). Los pensamientos son archivados en el banco
de la memoria de acuerdo a los diferentes matices de los sentimientos asociados a
esos pensamientos. Por lo tanto, cuando renunciamos o apartamos un sentimiento,
nos estamos liberando de todos los pensamientos asociados.
El gran valor de saber cómo entregar es que todos y cada uno de los
sentimientos se puede dejar en cualquier momento y en cualquier lugar en un
instante, y puede hacerse continuamente y sin esfuerzo.
¿Cuál es el estado de entrega? Significa estar libre de sentimientos negativos
en un área determinada para que la creatividad y la espontaneidad puedan
manifestarse sin la oposición o la interferencia de los conflictos internos. Estar libres
de conflictos internos y expectativas es dar a quienes comparten nuestra vida la
mayor libertad. Nos permite experimentar la naturaleza básica del universo, que,
según se descubrió, es manifestar el mayor bien posible en cada situación. Esto
puede sonar filosófico, pero, cuando se hace, es empíricamente cierto.



¿QUÉ VA MAL EN EL MUNDO?
Un día mientras estaba en contemplación, la mente dijo:
"¿Qué va mal en el mundo?"
"¿Por qué no permanecemos felices?"
"¿Dónde están las respuestas?"
"¿Como abordar el dilema humano?"
"¿Estoy chiflado o es el mundo el que se ha vuelto loco?"
La solución a cualquier problema parece sólo traer un alivio breve, ya que es
la base del problema siguiente.
"¿Es la mente humana la jaula de una ardilla sin esperanza?"
"¿Todo el mundo está confundido?"
"¿Sabe Dios lo que El está haciendo?"
"¿Dios ha muerto?"
La mente siguió parloteando:
"¿Alguien tiene el secreto?"
No te preocupes, -todo el mundo está desesperado. A algunos les parece
guay. "No puedo ver el porque de todo este alboroto", dicen. "La vida parece sencilla
para mí." ¡Tienen tanto miedo que ni siquiera pueden verlo!
¿Qué dicen los expertos? Su confusión es más sofisticada, envuelta en
impresionante jerga y elaborados mecanos de construcción. Han predeterminado
sistemas de creencias con los que tratan de exprimirte. Parece que funcionan por un
tiempo y, luego, se acaba regresando de nuevo a nuestro estado original.
Solíamos poder contar con instituciones sociales, pero han pasado a la
historia; nadie confiará en ellas nunca más. Ahora son más perros guardianes que
instituciones. Los hospitales son controlados por múltiples agencias. Nadie tiene
tiempo para los pacientes, que se pierden en la confusión. Recorren con mirada baja
los pasillos. No hay médicos ni enfermeras. Se encuentran en las oficinas haciendo
el papeleo. Toda la escena está deshumanizada.
"Bueno", dices, "ha de haber algún experto que tenga respuestas." Cuando
tienes molestias, vas al médico o al psiquiatra, a un analista, a un trabajador social, o
a un astrólogo. Te haces de una religión, filosofía, vas a Seminarios de
Entrenamiento Erhard (est, siglas en inglés), o te das un empujoncito con las EFT
(Técnicas de Liberación Emocional). Equilibras los chakras, pruebas con alguna
reflexología, acudes a la acupuntura de la oreja, a la iridología, a la sanción con
luces y cristales.
Meditas, cantas un mantra, bebes té verde, te interesan los Pentecostales,
espiras fuego y hablas en lenguas. Consigues centrarte, aprendes NLP
(Programación Neuro-Lingüística), intentas las realizaciones, trabajas las
visualizaciones, estudias psicología, te unes a un grupo Junguiano. Haces Rolfed,
pruebas lo psicodélico, te hacen una lectura psíquica, corres, te ejercitas tipo jazz,
vas a colonias, te interesas por la nutrición y el aerobic, te cuelgas boca abajo, llevas
joyas psíquica. Consigues mayor visión, bio- feedback, terapia Gestalt.
Visitas a tu homeópata, quiropráctico, y naturópata. Pruebas la kinesiología,
descubres tu Anagrama tipo, equilibras tus meridianos, te unes a un grupo de
elevación de la conciencia, tomas tranquilizantes. Consigues algunos chutes de
hormonas, pruebas las sales de células, equilibras tus minerales, ruegas, suplicas e
imploras. Aprendes la proyección astral. Te haces vegetariano. Comes solamente
repollo. Pruebas la macrobiótica, lo orgánico, no comes OGM (Organismos
Genéticamente Modificados). Te reúnes con curanderos Nativos Americanos, haces
una cabaña de sudación. Pruebas las hierbas chinas, la moxicombustión, el shiatsu,
la acupresión, el feng shui. Vas a la India. Encuentras a un nuevo gurú. Te quitas la
ropa. Nadas en el Ganges. Miras fijamente al sol. Te afeitas la cabeza. Comes con
los dedos, te vuelves realmente sucio, y te duchas con agua fría.
Cantas cantos tribales. Revives vidas pasadas. Tratas la regresión hipnótica.
Gritas un grito primario. Golpeas las almohadas. Haces Feldenkraised. Te unes a un
grupo de encuentros matrimoniales. Vas a Unity. Escribes afirmaciones. Haces un
esquema de visión. Pruebas el re- nacer. Tiras el I Ching. Tiras las cartas del Tarot.
Estudias Zen. Tomas más cursos y talleres. Lees montones de libros. Haces el
análisis transaccional. Recibe clases de yoga. Entras en el ocultismo. Estudias
magia. Trabajas con un kahuna. Haces un viaje chamánico. Te sientas debajo de
una pirámide. Lees a Nostradanus. Te preparas para lo peor.
Vas a un retiro. Ayunas. Tomas aminoácidos. Tienes un generador de iones
negativos. Te unes a una escuela de misterios. Aprendes el apretón de manos
secreto. Tratas de tonificarte. Pruebas la terapia del color. Pruebas las cintas
subliminales. Tomas enzimas cerebrales, antidepresivos, remedios florales. Vas a
balnearios de salud. Cocinas con ingredientes exóticos. Buscas extrañas rarezas
fermentadas de lugares lejanos. Vas al Tíbet. Vas a la caza de hombres santos.
Juntas las manos en un círculo y las elevas. Renuncias al sexo y a ir al cine. Vistes
túnicas amarillas. Te unes a una secta.
Pruebas las infinitas variedades de psicoterapia. Tomas medicamentos
milagrosos. Te suscribes a un montón de revistas. Pruebas la dieta Pritikin. Comes
sólo pomelo. Te leen la palma de la mano. Piensas los pensamientos de la Nueva
Era. Mejorar la ecología. Salvar el planeta. Te leen el aura. Llevas un cristal.
Obtienes una interpretación astrológica sideral Hindú. Visitas a una trans- medium.
Vas a terapia sexual. Pruebas el sexo Tántrico. Eres bendecido por algún Baba. Te
unes a un grupo de anónimos. Viajas a Lourdes. Te sumerges en aguas termales.
Te unes a Arica. Usas sandalias terapéuticas. Te enclaustras. Consigues más prana
y exhalas la negatividad negra rancia. Pruebas la acupuntura con agujas de oro. Le
echas un vistazo a la vesícula biliar de las serpientes. Intentas la respiración chakra.
Obtienes un aura limpia. Meditas en Keops, la gran pirámide de Egipto.
Tu y tus amigos habéis intentado todo lo anterior, ¿que decís? ¡Oh, la
humanidad! ¡Tu maravillosa criatura! ¡Trágica, cómica y sin embargo tan noble!
¡Tanto coraje para seguir buscando! ¿Qué nos impulsa a seguir buscando una
respuesta? ¿El sufrimiento? Oh, sí. ¿La esperanza? Por supuesto. Pero hay algo
más que eso.
Intuitivamente, sabemos que en algún lugar hay una respuesta definitiva.
Tropezamos por caminos oscuros en cul-de-sacs y callejones sin salida; Somos
explotados y llevados, estamos desencantados y hartos, y seguimos intentándolo.
¿Dónde está nuestro punto ciego? ¿Por qué no podemos encontrar la
respuesta?
No entendemos el problema; por eso no podemos encontrar la respuesta.
Tal vez sea ultra sencilla, y es por eso que no la podemos ver.
Tal vez la solución no está "ahí fuera", y por eso no la podemos encontrar.
Tal vez tenemos tantos sistemas de creencias que estamos ciegos a lo obvio.
A lo largo de la historia, algunos individuos han alcanzado una gran claridad y
han experimentado la solución definitiva a nuestros problemas humanos. ¿Como
llegaron allí? ¿Cuál fue su secreto? ¿Por qué no podemos entender lo que tenían
que enseñar? ¿Realmente es casi imposible o próximo a la desesperanza? ¿Qué
pasa con la personalidad media que no es un genio espiritual?
Multitudes siguen caminos espirituales, pero escasos son los que finalmente
tienen éxito y realizan la verdad última. ¿Por qué es así? Seguimos rituales y
dogmas, y celosamente practicamos la disciplina espiritual, -¡y nos estrellamos de
nuevo! Incluso cuando funciona, el ego rápidamente viene y nos atrapa con el
orgullo y la presunción, pensando que tenemos las respuestas. Oh, Señor, ¡sálvanos
de los que tienen las respuestas! ¡Sálvanos de los justos! ¡Sálvanos de los
benefactores!
La confusión es nuestra salvación. Para los confundidos, todavía hay
esperanza. Aférrate a tu confusión. Al final es tu mejor amiga, tu mejor defensa
contra las letales respuestas de los demás, contra el no ser violado por sus ideas. Si
estás confundido, sigues siendo libre. Si estás confundido, este libro es para ti.
¿Qué hay en este libro? Habla de un método sencillo para llegar a una gran
claridad y trascender tus problemas en el camino. No mediante la búsqueda de
respuestas, sino deshaciendo las bases del problema. El estado alcanzado por los
grandes sabios de la historia está disponible; las soluciones están dentro de
nosotros y son fáciles de encontrar. El mecanismo de la entrega es sencillo y la
verdad es evidente de por sí. Opera en la vida cotidiana. No existe un dogma o
sistema de creencias. Verificarás todo por ti mismo, por lo que no puedes ser
engañado. No hay dependencia de ninguna enseñanza. De ello se desprende el
dictamen "Conócete a ti mismo"; "La verdad os hará libres"; y "El reino de Dios está
en vosotros" Funciona para el cínico, el pragmático, el religioso y el ateo Funciona a
cualquier edad o pasado cultural. Funciona para la persona espiritual y para la
persona no espiritual por igual.
Debido a que el mecanismo es de tu propiedad, nadie te lo puede quitar.
Estás a salvo de la desilusión. Descubrirás por ti mismo lo que es real y lo que son
solo programas mentales y sistemas de creencias. Mientras todo esto sucede, te
volverás más saludable, más exitoso con menor esfuerzo, más feliz, y más
capacitado para el auténtico amor. Tus amigos advertirán la diferencia, los cambios
son permanentes. Ya no "subirás" para luego caer. Descubrirás que hay un maestro
automático dentro de ti.
Con el tiempo descubrirás tu Ser interior. Inconscientemente siempre supiste
que estaba allí. Cuando te encuentres con él, entenderás lo que los grandes sabios
de la historia estaban tratando de transmitir. Lo entenderás porque la Verdad es
evidente por sí misma y está en tu propio Ser.
Este libro está escrito contigo, el lector, siempre en mente. Es fácil, no
requiere esfuerzo y es agradable. No hay nada que aprender o memorizar. Te
volverás más luminoso y feliz a medida que lo leas. El material se iniciará
automáticamente y te ofrecerá la experiencia de la libertad a medida que leas las
páginas. Vas a sentirte eliminando peso. Todo lo que hagas será más agradable.
¡Estás dirigiéndote hacia unas sorpresas agradables en tu vida! ¡Las cosas van a ir a
mejor y mejor!
Está bien ser escéptico. Nos han sacado del camino dorado antes, así que se
tan escéptico como quieras. De hecho, es aconsejable evitar el entusiasmo efusivo.
Es una predisposición para una posterior decepción. Por tanto, en lugar del
entusiasmo, la observación tranquila te servirá mejor.
¿Existe una cosa así y gratis en el universo? Oh, sí, sin duda existe. Es tu
propia libertad que has olvidado y no sabes cómo experimentar. Lo qué se te está
ofreciendo no es algo que tenga que ser adquirido. No es algo que sea nuevo o esté
fuera de ti mismo. Ya es tuyo y sólo tiene que ser despertado de nuevo y
redescubierto. Emergerá por su propia naturaleza.
El propósito de compartir este enfoque no es más que el de ponerte en
contacto con tus propios sentimientos y experiencias internas. Además, hay mucha
información útil que tu mente querrá saber. El proceso de la entrega se iniciará
automáticamente, porque es de la naturaleza de la mente buscar alivio al dolor y el
sufrimiento y experimentar una mayor felicidad.
Dr. DAVID R HAWKINS.

Sintiendo

Lo que hace mucho tiempo fue profetizado, lo que por largamente fue anunciado y aguardado, ya se está haciendo realidad. Esta es la nueva luz del Sol naciente, que en todos los continentes sus rayos comienza a desplegar. Su cálida y vibrante energía es fuente inagotable del más puro amor, el cual anuncia, dentro del centro de cada corazón, la luminosa llegada de la Era Dorada. Dichosos los que sientan abrirse y con la Madre Tierra celebren el inicio de esta etapa celestial.

En consonancia con el incremento de esta vibración, millones de seres humanos comenzarán a emitir diferentes llamados a co-crear espacios en donde una nueva consciencia de unidad en la diversidad pueda plasmarse. Será en esa mágica, creativa y muy sentida interacción que desde bien dentro surgirá una profunda y emotiva comunión, que pondrá de manifiesto que al vibrar desde el corazón gestamos armónicos y reluciente puentes conscientes entre la Tierra y el Sol.

Es ahora cuando cada uno comenzará a redescubrir cómo su particular manera de fluir hace la gran diferencia, ya que Acuario es la era cuyo contexto vibracional nos anima a sumar gotas de paz y amor, para dinamizar la corriente fresca y cristalina que transmuta la oscura sequedad de la desesperanza, en una potente alabanza que alienta el despertar. De ese modo, todos juntos podremos recordar que elegimos vivir este período histórico para abrir el corazón y así brillar.

¿Podés imaginar lo que será contemplar el fruto de lo que con tanta pasión hemos sembrado? ¿Podés dimensionar lo que será cuando todos se reconozcan hermanos y dejen las armas para cimentar las bases de un mundo más sensible y desbordante de amor? Aún parece una utopía, pero tu alma viajera y la mía saben que ya no hay lugar para la deshumanización. Sólo hay que esperar que los primeros rayos del nuevo Sol atraviesen las gotas, creando un arco iris triunfal.

Ese momento de gloria quedará inmortalizado en la memoria colectiva como el florecimiento de una valerosa generación que, habiendo aprendido de lo vivido en el camino del dolor, supo abrirse, honrar y bendecir cada vivencia, para emprender con alegría y elevada consciencia la senda iluminada del amor. Todos recordarán que el Sol naciente marcó el inicio de la esperada Era Dorada, que fue coronada por la bellísima luz crística que brotaba dentro de cada corazón


Julio Andres Pagano
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