domingo, 18 de octubre de 2015

Pensamiento Semanales del 11-18 de Octubre de 2015.Omraam Mikhaël Aïvanhov




Pensamiento Semanales del 11-18 de Octubre de 2015.Omraam Mikhaël Aïvanhov
Pensamiento del domingo 11 de Octubre de 2015.
"Las palabras «vida» y «muerte» evocan espontáneamente en los humanos la vida y la muerte físicas, cuando éstas sólo son en realidad aspectos muy limitados de estos dos estados. Y si todos saben lo que son la vida y la muerte en el plano físico, para los planos psíquicos ya no lo tienen tan claro: ignoran cuándo están muertos y cuándo están vivos.
En los planos psíquico y espiritual, es la renuncia a las manifestaciones inferiores de la vida lo que hace que estemos cada vez más vivos. Si no, lo que llamamos vida es en realidad la muerte. Evidentemente, hagamos el bien o el mal, podemos decir que vivimos; pero también podemos decir que no cesamos de morir: si no morimos a la estupidez, morimos a la sabiduría; si no morimos al odio, morimos al amor. Llamémoslo como queramos, la vida y la muerte siempre van juntas: a lo largo de nuestra existencia, tenemos que elegir continuamente entre la vida y la muerte, entre una forma de vida y una forma de muerte. Y lo que unos llaman muerte, otros lo llaman vida. "
Pensamiento del lunes 12 de Octubre de 2015.
"Cada prueba con la que os encontráis debe servir para vuestra evolución. Por eso no debéis rebelaros pensando que sois víctimas de una injusticia por parte del destino. Alguien dice: «¡Yo no me merecía eso!» ¿Cómo puede saber lo que se merece? No se conoce: no conoce su pasado lejano, tampoco conoce demasiado su presente, y sólo tiene una vaga idea de su futuro. Entonces ¿cómo puede pretender que el destino o el Señor sean injustos con él?
Incluso cuando en un proceso los jueces condenan a un inocente – ¡la historia está llena de errores judiciales! – detrás de esta injusticia, en realidad hay una justicia. Eso ha podido suceder incluso con santos, con Iniciados, con grandes Maestros: algunos fueron encarcelados, quemados, crucificados... En apariencia, era injusto; pero en realidad estas pruebas tenían un sentido, y ellos debían aceptarlas o bien para pagar una deuda del pasado, o para comprender ciertas verdades que sin ellas no habrían comprendido, o para hacerse más fuertes. El pensamiento de una injusticia divina impide a los humanos evolucionar. Suceda lo que suceda, no deben sentirse víctimas de una injusticia: de esta manera darán un gran paso hacia adelante."
Pensamiento del martes 13 de Octubre de 2015.
"Escuchar la interpretación de una orquesta o cantar una coral podría inspirar a los humanos a reflexionar sobre la armonía que debería reinar entre ellos. Desgraciadamente, incluso al salir después de un magnífico concierto en el que todos han vibrado al unísono, no pensarán que deberían hacer algo para continuar viviendo en esta armonía y en esta belleza.
La desarmonía es el estado que está más propagado en el mundo, tan propagado que todavía en nuestros días se producen todo tipo de enfrentamientos, incluso en las religiones y movimientos espirituales. No sólo se oponen unos a otros, sino que también en el interior de cada religión, de cada movimiento espiritual, reinan las mismas incomprensiones, los mismos conflictos. Y el Señor se rasca la cabeza cuando ve todo este caos que se genera en su nombre. Así pues, ¿por qué no considerar al Señor de ahora en adelante como un director de orquesta que está ahí para que reine la armonía? Él es quien posee el diapasón verdadero. Cuando los humanos logren armonizarse, serán como instrumentos que producirán una maravillosa sinfonía."
Pensamiento del miércoles 14 de Octubre de 2015.
"Los saltos de obstáculos, el esquí, las carreras de coches, la escalada de montaña, etc., son deportes difíciles que exigen muchos esfuerzos, paciencia y resistencia, pero son también deportes peligrosos, y sin embargo muchos hombres y mujeres no dudan en practicarlos. ¡Y qué interés, qué admiración suscitan en aquellos que los miran! ¿Por qué? Porque estas pruebas deportivas, que son juegos, son una imagen de las dificultades que todos tenemos que afrontar en la vida cotidiana: correr, saltar, luchar, nadar, escalar cimas... Así pues, ya que estos juegos son una imagen de los problemas que debemos resolver todos los días, ¿por qué no tomarnos nuestros problemas cotidianos como juegos?
De ahora en adelante, cuando os encontréis ante una dificultad, en vez de sentiros agobiados e irritados, decíos: «Ésta es otra ocasión para realizar una hazaña, ¿qué tengo que hacer para conseguirlo?» Sí, son este tipo de desafíos los que debéis proponeros de vez en cuando a vosotros mismos. Y veréis que no sólo las pruebas os parecerán más fáciles de soportar, sino que en cada victoria ganaréis mayor confianza en vosotros mismos. "
Pensamiento del jueves 15 de Octubre de 2015.
"El que tiene demasiada confianza en sí mismo, provoca a los demás: se crea enemigos, y así pierde una parte de su tiempo en enfrentamientos y ajustes de cuentas. Que se cuestione un poco y se diga: «Yo no soy ni tan sabio, ni tan bueno, ni tan fuerte. No es pues en mí mismo en quien debo tener confianza, sino en Aquel que es omnisciente, todo amor y todopoderoso.» Así, gracias a esta duda con respecto a sí mismo, y gracias a su fe en Dios, permitirá que el Señor penetre en él y se manifieste a través suyo, y por todas partes a donde vaya, será un factor de paz y de armonía.
Cuando hayáis aprendido a ser humildes ante el Señor, Él se manifestará a través de vosotros y entonces obtendréis el verdadero poder, el poder espiritual. Vuestra salvación está en la toma de conciencia de que vosotros sois, por vosotros mismos, poca cosa, que vuestra grandeza viene de Dios. Podéis creer en vosotros, pero sólo con una condición: si, a través de este ser que llamáis «yo», es en Dios en quién creéis."
Pensamiento del viernes 16 de Octubre de 2015.
"Existe una analogía entre las habitaciones de los hombres y la estructura de su psiquismo. Pongamos el ejemplo de una habitación de una casa: está hecha de un techo (del que suspendemos las lámparas), de paredes (con las puertas y las ventanas) y del suelo. Pues bien, techo, paredes y suelo corresponden a los tres dominios del pensamiento, del sentimiento y de la acción.
La luz del pensamiento, es decir la sabiduría, la inteligencia, el conocimiento, viene de arriba, del techo. El sentimiento corresponde a las paredes, en donde están las puertas y las ventanas que permiten comunicarnos con el exterior. Para dar a estas paredes un aspecto más agradable, se cuelgan cuadros, espejos, y en las ventanas se ponen cortinas. Las ventanas, que tienen cristales, representan los ojos; por eso debemos limpiar a menudo los cristales, los ojos de nuestro corazón, para dejar entrar la luz. Finalmente, la acción es el suelo, sobre el que nos desplazamos para llevar a cabo nuestras diferentes actividades. Ahí tenéis una página del Libro de la naturaleza viviente, este libro que nunca terminaremos de estudiar. "
Pensamiento del Sábado 17 de Octubre de 2015.
"¿A dónde les llevará a los humanos la práctica de la filosofía, de las ciencias y de las artes si primero no están vivos y bien alimentados? Es verdad que en las universidades y las academias se les proporciona a los estudiantes muchos conocimientos, pero no se les alimenta. Por eso los vemos a menudo con las piernas vacilantes, con el corazón vacío y con niebla ante los ojos. En la escuela de los grandes Iniciados, por el contrario, se alimenta bien a los estudiantes y cuando se han vuelto fuertes y robustos, se les pone a trabajar, se les da un arado, se les explica cómo labrar y sembrar la tierra. Diréis: «¿Qué? ¿Hay que labrar y sembrar una tierra? ¿Qué tierra?» La que todos poseemos: su cabeza.
Los que saben labrar y sembrar buenas simientes en su propia tierra, comerán hasta la saciedad toda su vida. Los demás sólo verán crecer malas hierbas, que no sólo no les serán útiles, sino que les perjudicarán y perjudicarán a su entorno. "
Pensamiento del domingo 18 de Octubre de 2015.
"A veces pasa a través de vosotros una idea divina que os maravilla: os sentís transportados a un espacio de libertad, de pureza y de luz... En realidad, esta idea es un ser espiritual que os ha visitado. Porque una idea no es únicamente un proceso mental, no es sólo una abstracción: es una entidad viva que trata de manifestarse a través de vosotros. Y si, en vez de conservar preciosamente esta idea y de poneros a su servicio, os preguntáis lo que va a aportaros en el plano material, o cómo van a juzgaros vuestra mujer, vuestros hijos o vuestros vecinos, expulsáis al ser divino que había venido a vuestro encuentro y os priváis de algo muy valioso.
Retened bien esto, y de ahora en adelante, o cuando una idea divina venga a visitaros, limpiad y purificad todo vuestro ser interior para que permanezca en vosotros y os aporte la abundancia y la belleza."
Omraam Mikhaël Aïvanhov

LIBRO EL SENDERO DEL TAO (OSHO) Capitulo-IV (II Escrito)



Capitulo 4 (II Escrito)
Es Mejor Estar Quieto, Es mejor estar Vacio.
Existe un relato taoísta:

El duque Huan, sentado en lo alto de su salón, leía una vez un libro mientras el carretero P’ien fabricaba una rueda a sus pies.  Dejando a un lado su martillo y su cincel, P’ien subió los escalones y dijo al duque:
-Me atrevo a preguntar a su alteza por las palabras que ocupan su lectura.
El duque respondió:
-Las palabras de los sabios.
-¿Están vivos esos sabios? –preguntó P’ien.
-Están muertos –respondió el duque.
-Entonces –dijo P’ien- lo que usted, mi gobernante, está leyendo, son únicamente escorias y sedimentos de esos ancianos.
El duque respondió:
-¿Cómo puedes tú, carretero, decir algo sobre el libro que estoy leyendo?  Si te puedes explicar, muy bien.  Si no puedes hacerlo tendrás que morir; te mataré.
Estaba furioso.  ¡Esto era demasiado!  Cómo un carretero puede decirle al príncipe: “¡Lo que usted está leyendo son escorias y sedimentos de esos ancianos muertos!”.
El carretero dijo:
-Su sirviente mirará este asunto desde el punto de vista de su propio arte.  Cuando construyo una rueda, si procedo con suavidad, es bastante placentero, pero el acabado no es fuerte; si procedo con violencia, resulta forzado y las uniones no ajustan.  Si los movimientos de mi mano no son demasiado suaves ni demasiado violentos, se lleva a cabo la idea de mi mente, pero no puedo explicar cómo hacerlo con la palabra hablada.
No demasiado forzado, no demasiado suave, justo en el medio, equilibrado.
El carretero añadió:
-Pero no puedo explicar cómo hacerlo con la palabra hablada, cómo lograr este punto medio absoluto entre el esfuerzo y el no-esfuerzo, entre el hacer y el no-hacer.  No puedo decir cómo hacerlo por medio de la palabra hablada; hay que encontrar el punto, pero no puedo expresarlo. Lo conozco, pero no puedo expresarlo.  No puedo enseñárselo a mi hijo, ni siquiera a mi hijo, tampoco mi hijo puede aprenderlo de mí.  No hay forma de enseñarlo y no hay forma de aprenderlo.  Aprender y enseñar, enseñar y aprender.  Esto sólo puede hacer con las cosas externas, y aquél es un sentimiento interno.  Es así hasta tal punto que estoy cumpliendo setenta años y todavía tengo que elaborar ruedas en mi vejez.  Pero esos ancestros, junto con lo que no pudieron manifestar, están muertos y desaparecidos.  Por tanto, lo que tú mi gobernante, estás leyendo ¡no son más que escorias y sedimentos!

Él está diciendo: “Estoy vivo, le tengo cogido el punto a eso, pero no puedo transmitirlo, no puedo transferir mis conocimientos.  Estoy vivo y tengo el conocimiento, y amo a mi hijo y me gustaría ser capaz de transmitírselo.  Estoy muy viejo, tengo setenta años, y aún así tengo que trabajar.  Si pudiera enseñar a mi hijo, me retiraría.  Pero si en vida no puedo transmitirlo, ¿cómo pueden esos viejos sabios que están muertos transmitir algo que sólo puede ser experimentado?  No puede ser transmitido mientras el sabio está vivo.  ¿Cómo puede entonces transmitirse si el sabio hace ya siglos que no existe?  Usted sólo está perdiendo su tiempo señor”, le dijo.  “Todo esto es basura”.
Este anciano es un hombre del Tao.  Los taoístas tienen hermosas parábolas como ésta: un hombre ordinario, un hombre pobre, un carretero; nadie lo conoce, pero él tiene una visión.  El método taoísta en su totalidad afirma que sólo la experiencia te puede dar la clave.  Se puede preguntar, se puede responder, pero esto no tiene un valor definitivo.  Para conocer el sabor debes comer, para saber lo que es el amor debes amar.  No hay forma de transmitirlo; por eso, en lugar de responder, Lieh Tzu dijo: “Lo mejor es estar quieto…”.
Sí, valor no es el nombre para eso: estar quieto… ¿Y qué quiere decir él con “estar quieto”?  tú estás agitado constantemente, nunca te estás quieto.  Incluso cuando te sientas como una estatua estás agitado.  Tu mente se está moviendo continuamente va de uno a otro lado; se te tira y se te empuja de un deseo al otro.  Cuando no hay deseo, ni siquiera el deseo de alcanzar lo supremo, entonces uno está quieto.
La negación de todos los deseos es lo que se entiende por vía negativa.  Cuando se niegan todos los deseos, súbitamente estás quieto.  No hay dónde ir, no hay hacia dónde moverse.  No sopla viento alguno.  El deseo es el viento que sigue soplando en tu interior y mantiene tu llama interna agitada, por eso no estás quieto.  Ni siquiera mientras duermes estás quieto.  Ni siquiera mientras estás sentado en meditación, silenciosamente, estás quieto.
Precisamente, el otro día, alguien estaba diciendo: “En la meditación los pensamientos siguen, no se detienen; en realidad vienen más”.  Cuando tú estás ocupado con tu vida ordinaria de cada día, no te llegan tantos; tú estás ocupado, absorto.  Pero cuando estás sentado sin hacer nada, entonces toda tu energía se va a los pensamientos.  Entonces surge una gran tormenta en tu ser: pensamientos y pensamientos, e incluso algunas veces ni siquiera puedes imaginar ¡qué clase de pensamientos!  Memorias del pasado: algo que sucedió hace treinta años surge repentinamente.  O pensamientos del futuro; puede que tu esposa ni siquiera esté embarazada y tú estés pensando: “Una vez que haya nacido el niño, ¿a qué colegio lo enviaremos?”.  Cosas imposibles siguen yendo y viniendo, y tú sabes que son tonterías.  Muchas veces las reconoces y quieres dejarlas, pero te sientes impotente.
Los pensamientos no se pueden detener en forma directa; permite que esto se entienda muy profundamente.  Deja que se asiente en tu ser.  Los pensamientos no se pueden detener directamente, porque los pensamientos no son más que sirvientes de los deseos.  Cuando se presenta un deseo no puedes detener los pensamientos.  El amo está ahí; los sirvientes tiene que seguirlo.
Tú quieres detener los pensamientos.  Es una tontería, una idiotez: tu esposa ni siquiera está embarazada y tú estás pensando en el niño que ha crecido y va a la universidad.  ¿A qué universidad enviarlo?  ¿A Cambridge o a Oxford?  Y tú estás muy inquieto: ¿Adónde enviarle?  ¿Cuál será la mejor?  Y de repente lo reconoces, ¡qué tontería!  Es una idiotez.  Entonces, ¿por qué surge?
No se trata del pensamiento mismo.  Tú tienes un deseo, tienes una ambición.  Muchas cosas se han quedado sin satisfacer.  Tú quisieras satisfacerlas por medio de tu hijo.  El hijo no es otra cosa que la personificación de tu ambición.  Tú querías ir a Oxford, pero no pudiste hacerlo; te gustaría ir en la forma de tu hijo.  Por eso ha surgido la idea, ha surgido el pensamiento.  Han pasado treinta años, y de repente algo sale a la superficie.  Nada es repentino, nada deja de ser causado en la mente.  Si algo surge, esto quiere decir que hay algo en ello; no se le puede llamar simplemente una estupidez y dejarlo.  Hace treinta años alguien te insultó y todavía no lo has dejado pasar.  La herida todavía duele.  Te sientas en silencio y la herida sale a la superficie.  Ocupado en las mil y unas cosas del mundo, tú lo olvidas, pero cuando no estás ocupado, ha herida se abre.  La herida empieza a enviarte mensajes: “Haz algo al respecto.  Todavía no hago daño.  Todavía no he sido curada.   ¡Haz algo al respecto!”.  ¿Cuántas veces la herida se te ha manifestado, y cuántas veces has decidido vengarte o hacer algo?  Y el dolor de la herida regresa una y otra vez, y todavía tienes el deseo de vengarte del enemigo que te ha insultado.
Esto no concierne al pensamiento, concierne al deseo.  Analiza tus pensamientos y siempre hallarás que son los sirvientes y que en algún lugar oculto está el amo, protegido por los sirvientes.  Mata al amo y los sirvientes desparecen.  Si continúas matando a los sirvientes nada pasará: el amo seguirá trayendo nuevos sirvientes.  Mientras el amo esté vivo seguirá trayendo nuevos sirvientes.  Tú podrás seguir matando a los viejos; él proporcionará otros nuevos.
Los pensamientos nunca se detienen por sí mismos.  Sólo se detienen cuando la mente que desea desaparece.  Éste es el significado de “lo mejor es estar quieto”.  Esa es la forma taoísta de decir “no desees”.  Por eso se dice incluso el deseo de conocer a Dios, de llegar a Dios, es una barrera.  Permanece quieto, simplemente, sin deseos, como si nada se tuviera que hacer, como si nada fuera a suceder.  Mantén una carencia absoluta de esperanzas, porque la esperanza no es otra cosa que un nombre nuevo para el deseo.  La esperanza es el deseo con un nombre hermoso.  El deseo como nombre es un tanto feo, el deseo es algo un tanto desnudo, expuesto.  La esperanza es un deseo vestido.  Permanece sin esperanza. Nada va a pasar.  Nunca sucede nada.  No hay futuro, así que abandona toda ambición.  Sólo existe este momento, así que no corras de aquí para allá.  No tiene sentido, es de neuróticos, es de locos.  Sólo relájate en este momento; simplemente se.  Éste es el significado de “lo mejor es estar quieto…”.
Y la diferencia se tiene que entender.  Si vas a donde un profesor de yoga, él te dirá cómo estar quieto.  Él te dirá qué postura te ayudará a estar quieto, cómo respirar, qué ritmo facilitará la quietud, si debes cerrar los ojos completamente o sólo mirar a la punta de la nariz.  Él te dará indicaciones, ayudas; él te dará un mapa.
Los taoístas no tienen mapa alguno.  Dicen que si practicas una postura determinada y miras tu nariz y respiras de una forma correcta, impondrás una cierta quietud, pero no será verdadera.  Es cultivada, es algo que se practica, es falsa.  La quietud verdadera viene de la comprensión, de la comprensión de que el deseo es inútil.
Trata de comprenderlo.  En el Tao no hay ejercicios, no existe algo como los Sutra yoga de Patanjali.  No existen las “ocho ramas del yoga”.  No se te da una postura, una disciplina, una clase de moralidad… No se te dice qué comer, cuándo acostarse y cuándo levantarse por la mañana.  Nada se te dice, porque se considera que todas estas cosas pueden darte una experiencia falsa de la quietud, pueden forzarla.
Y esto se tiene que entender.  Cuando te sientas en una postura determinada, puedes ayudar a que la mente se quede un poco más quieta.  Si el cuerpo está totalmente quieto, la mente se queda ligeramente quieta, porque la mente y el cuerpo no son dos cosas; la división no es completamente clara.  La mente y el cuerpo están unidos.  Aunque se diga que eres cuerpo y mente, eres cuerpomente, una sola palabra.  El “y” no es correcto, déjalo.  “Mentecuerpo” “psicosomático”.  La mente es tu cuerpo más profundo, y el cuerpo es tu mente más externa.  Por tanto, cuando el cuerpo está quieto, naturalmente algunas vibraciones de quietud llegan a la mente más profunda.  Eso crea una base física y tú sientes algo de quietud.
Míralo de otra forma.  Cuando te enojas, ¿qué haces?  Aprietas los dientes, cierras los puños.  ¿Por qué?  ¿Es que no puedes enojarte sin más, sin apretar los dientes y los puños?  Inténtalo un día: enójate simplemente, sin apretar los puños, sin apretar los dientes.  Permanece relajado en el cuerpo e intenta enojarte y verás que es imposible.  ¿Cómo puedes enojarte si no tienes la ayuda del cuerpo?  Y después, un día, prueba lo siguiente: sin enojo alguno aprieta los puños y los dientes; muestra únicamente el gesto de enojo y verás que una forma de enojo surgirá repentinamente en ti.  Tú te puedes llegar a enojar sólo creando los síntomas; eso es lo que hacen los actores.  El actor tiene que actuar en momentos en los que puede no sentirse enojado y tiene que estarlo.  ¿Qué se supone que tiene que hacer?  Él hará la parte corporal y la parte mental le seguirá.  Él no se está sintiendo feliz, pero tiene que hacer la parte corporal; se muestra feliz, y una forma de felicidad le sigue en consecuencia.
Cuerpo y mente van juntos.  Los taoístas dicen que esto se debe entender, pues de lo contrario crearás una quietud falsa.  La quietud que se crea con la postura corporal no es la quietud real; es un truco.  Tiene casi los mismos efectos químicos que cuando tomas un tranquilizante; es una droga.
Si te pones a ayunar, sentirás mucha quietud, porque la química del cuerpo cambia; el cuerpo tiene menos trabajo que hacer, está más relajado; el estómago no tiene nada que hacer, está más relajado.  Y si el estómago no tiene nada que hacer, más energía se libera desde el estómago hacia la cabeza.  Eso lo sabes; cuando comes demasiado te sientes somnoliento, porque el estómago se apodera de toda la energía disponible para digerir el alimento.  La cabeza no es muy importante –es un lujo-, por tanto, cuando el estómago necesita la energía, la energía va al estómago y abandona la cabeza inmediatamente.  Debido a eso empiezas a sentirte somnoliento; los ojos se van cerrando y tú empiezas a dormir.  Esto implica simplemente que la energía se ha desplazado de la cabeza al estómago.  Te quedas dormido.
¿Lo has observado?  Cuando no has comido bien, te resulta difícil dormir, porque cuando el estómago no tiene de qué ocuparse, se libera energía.  La energía va inmediatamente a la cabeza y ésta empieza a funcionar, a fantasear y a pensar.
Por tanto, cuando una persona está ayunando, al tercer o cuarto día siente mucha quietud.  Pero éste es un cambio químico, no es una quietud real.  Proporciónale alimento y la quietud desaparecerá.  ¿Qué tipo de cambio es éste entonces?  Si una persona continúa ayunando durante muchos días, sentirá que surge en ella una cierta falta de sexualidad, brahmacharya.  Esto es falso porque el alimento tiene que suministrar energía sexual.  Si no se le da alimento al cuerpo, no se crea energía sexual, la energía sexual desaparece.  Después de tres semanas de ayuno, un hombre perderá interés por las mujeres y una mujer perderá interés por los hombres.  Así es como han caído en el engaño muchas personas religiosas.  Piensan que han logrado el brahmacharya, el celibato.  Esto no es brahmacharya; es una forma de impotencia.  Se pierde vigor, se pierde vitalidad.  Y luego empiezan a tenerle miedo a la comida, entonces no pueden comer bien, porque en cuanto comen bien, se suministra energía a los órganos sexuales y la energía sexual vuelve a surgir.
El Tao tiene un enfoque totalmente diferente.  No plantea el cultivar. Plantea el comprender.
“Lo mejor es estar quieto…”.  Mediante la comprensión.  Mediante la atención consciente.
“…Lo mejor es estar vacío.  En la quietud y en la vacuidad encontramos una morada…”.
En la vacuidad y la quietud… ¿Qué es la vacuidad?  La vacuidad quiere decir que tú no eres.  La idea que tienes normalmente de lo que eres no es más que una acumulación de todas tus acciones.  Has hecho esto, has hecho aquello, has ganado un premio, has tenido éxito en los negocios, tienes una enorme cuenta bancaria, eres famoso, eres el autor de muchos libros, has hecho muchas cosas.  Todas estas cosas juntas te permiten ser alguien.  La vacuidad implica dejar todo lo que has hecho, olvidar todo lo que has hecho.  Olvida el pasado; es debido al pasado que sientes que eres alguien.  Sólo piensa: si tu pasado se pudiera derrumbar en este preciso momento, ¿quién serías tú?  Si en este preciso momento, por milagro, se viniera abajo tu pasado, ¿quién serías tú?  No sabrías quién eres.  Por tanto, lo que eres es tu pasado, y según los taoístas, “vacío” quiere decir dejar el pasado.  Una vez te has desconectado del pasado, estás vacío.  Entonces no sabes quién eres, porque todas las ideas que tienes de ti mismo vienen del pasado, son creaciones del pasado.  Medita precisamente en este hecho.  Si no hay pasado, ¿quién eres tú?
Ramana Maharshi solía pedir a sus discípulos que meditasen únicamente sobre una cosa: ¿quién soy yo?, tarde o temprano comprenderás que no eres nadie.  No eres el cuerpo ni eres la mente, tampoco eres el hijo de alguien o el padre de alguien; ni un rico, ni un pobre.  No eres nadie.
El día que llegues a ser nadie llegarás a saber quién eres.  Tú eres ese nadie.
“Lo mejor es estar vacío.  En la quietud y en la vacuidad encontramos una morada…”.
El vacío es tu hogar.  Te conviertes en un templo, en un santuario.  En este vacío arde la llama de tu consciencia, y esa llama es la de la divinidad, la del Tao.  Ésta es la vía negativa.
“Al dar y recibir perdemos el sitio”.
Cuando empiezas a dar y recibir, a hacer esto, a no hacer aquello, a relacionarte, a conectar con la gente, pierdes tu lugar, pierdes tu llama interior, pierdes contacto con tu interior.  Esto pasa sólo al comienzo.  Lieh Tzu se dirige a un buscador principiante, por eso habla así.  Al comienzo pasará.  Cada vez que estés solo, tranquilo, quieto, te sentirás súbitamente centrado, arraigado; sentirás el tremendo gozo de no ser, de ser nadie.  Tu “ser nadie” será luminoso, estará lleno de luz, de fragancia, de bendición y de belleza.
Pero al comienzo sucederá una y otra vez que al relacionarte con otro lo perderás: perderás tu espacio interior.  El peligro está en que empieces a tener miedo de relacionarte.  Al comienzo está bien tener miedo, pero si eso se vuelve un hábito y el miedo llega a arraigarse, entonces es peligroso.  Este peligro se ha dado en Oriente, en el pasado.  Mucha gente llegó a tener miedo de relacionarse: los budistas escaparon de la vida, los taoístas escaparon a los Himalayas o a las montañas para no estar en contacto, porque “al dar y recibir perdemos el sitio”.
Pero Lieh Tzu no le da este sentido.  Él dice: “Sí, al dar y tomar cuando vamos al mercado se pierde la meditación.  Primero logra la meditación, luego ve allí una y otra vez y procura estar cada vez más alerta, a fin de que un día puedas ser capaz de relacionarte como de permanecer solo, de estar en el mercado y aun así de no estar allí, de estar en la multitud y aun así estar solo”.  Esto es lo más elevado.  Es algo que no se le puede decir a un principiante.  Es algo que sucede sólo cuando se ha llegado a ser un maestro.
Lieh Tzu le dice al principiante: “Entonces tú sabrás quién eres y entonces verás repentinamente que al dar y tomar pierdes una y otra vez”.  Tú ganas algo y luego, cuando conectas, cuando te relacionas –con la esposa, con el marido, con los hijos, en el mercado, con el cliente, con el jefe-, lo pierdes.  Una y otra vez, gánalo: cuando tengas tiempo, vuelve a conectar otra vez contigo mismo.  Poco a poco, poco a poco… lentamente.  Un día verás que puedes estar en el mercado y permanecer tan solitario y silencioso como en cualquier parte.  Entonces te has convertido en un loto: estás en el agua, pero el agua no te toca.
Primero desarróllalo, evoluciona –lo que suele llamarse en sánscrito shunya- al cero, al vacío, y luego tráelo al mundo.  Lo perderás una y otra vez, es verdad, pero no trates de escapar del mundo por esto, no te vuelvas un escapista.  Es un desafío.  Y el punto más elevado se logra cuando nadie puede alterar tu espacio interior, nadie, ninguna situación puede alterarlo.  Entonces, por primera vez llegas a ser un poseedor.  Entonces eres el poseedor y ello te posee.  Entonces eso es tuyo, realmente tuyo.  Pero si algo puede hacerlo desaparecer, entonces eso no es aún tuyo por completo.  Lo has tocado, pero aún no has sido su poseedor.
Me gustaría contarte una historia:

En un país lejano vivía un inventor ingenioso que se había vuelto chiflado un poco jugando con la televisión.  En el curso de sus experimentos fabricó una especie de espejo mental al que llamó psicoscopio, por medio del cual una persona podía  ver su estado mental con la misma claridad con que podía ver su cuerpo físico a través de una lupa.
Una vez fue perfeccionado el instrumento, se abrió una fábrica para producirlo y se dio a conocer en el país con la publicidad adecuada.  Pronto hubo un montón de pedidos.  Las esposas lo compraban para sus esposos –atención, las esposas lo compraban para sus esposos- y los esposos lo compraban para sus esposas y cuñados.  Los padres lo compraron para sus hijos, e incluso los hijos lo compraron para sus padres.  Los empresarios hicieron grandes pedidos para sus empleados.  Se sabe, o quizás es sólo un rumor, que únicamente un individuo en todo el país, confesó haberlo comprado para su propio uso. El alborozado inventor se vio nadando en la abundancia: se vendieron millones de estos artefactos.
Entonces, casi con la misma celeridad, las ventas descendieron y sin más cayeron a cero.  Los investigadores que se enviaron a recorrer el país informaron de que las casas de empeño estaban abarrotadas de psicoscopios, mientras millares de ellos se habían estropeado accidentalmente o habían ido a parar misteriosamente a la basura.
Desesperado, el inventor se dedicó a una nueva tarea.  Le dio un sentido opuesto al funcionamiento del instrumento, a fin de que idealizara el estado mental reflejado.  De esta manera la persona se veían a sí mismas no como eran, sino como querían aparecer, con sus defectos arreglados y coloreados de rosa, y su fealdad encubierta de inocencia.  Al final del año, por lo visto, la compañía declaró dividendos del cincuenta por ciento.
La mayor parte de la gente no quiere verse a sí misma como es, ni le gustaría dar una segunda mirada a un espejo mental.  Pero aquellos que validan las ilusiones que nos hacemos de nosotros mismos pueden obtener de nosotros prácticamente lo que sea.
Recuerda, estar vacío es llegar a una situación en la que te verás tal como eres.  Las personas temen esto, no quieren percibir esta situación interior.  Tienen sus imágenes ideales, sus propias imágenes hermosas, decoradas.  Tienen miedo de que, al interiorizar, esas imágenes se derrumben.  Tienen que derrumbarse y desaparecer porque son falsas y no pueden ser reales.  De ahí que nadie interiorice.  Todos los maestros en el mundo, ya sean los del camino de la vía afirmativa o los del camino de la vía negativa, todos los maestros han insistido en una cosa: tienes que acceder a tu realidad, a lo que eres de verdad.  Pero nadie los escucha.  Incluso cuando las personas quieren saber quiénes son, están esperando realmente tener la misma personalidad que proyectan.  Cuando empiezan a trabajar, llegan las dificultades; surge la fealdad; se siente la malicia, la ira terrible, el odio, los celos.  Todo un infierno irrumpe y uno empieza a tener miedo y escapa y vuelve a aferrarse a una personalidad ideal. 
Eso no vale mucho.  Recuerda, uno tiene que conocerse tal como es.  Abandona todos los ideales.  Son hermosos pero ponzoñosos; son ilusiones.  Si no abandonas todos los ideales que tienes sobre ti mismo, todas las imágenes que has creado en tu impotencia a fin de ocultarte para enmascarar tu realidad… abandona esas máscaras, permanece quieto, permanece vacío y mira en tu ser. Sea lo que sea.  Al comienzo será una experiencia casi infernal, pero ese es el precio que tenemos que pagar.  Si tienes suficiente valor y puedes perseverar, pronto desaparece el infierno, se van las nubes y el sol brilla en un firmamento despejado.  Entonces llegas a tu paraíso interior.
El infierno y el cielo están en tu interior.  El infierno es sólo tu circunferencia.  El cielo es tu mismo centro.  Tú eres el centro del ciclón.  El Tao dice que en realidad no se debe hacer nada.  Uno simplemente tiene que penetrar en su propio ser.

EN NUESTRO CAMINO ESPIRITUAL...LOS 10 ERRORES MÁS CONOCIDOS, por HORACIO VALSECIA.





EN NUESTRO CAMINO ESPIRITUAL...LOS 10 ERRORES MÁS CONOCIDOS, por HORACIO VALSECIA.
Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, buscamos la
perfección en nuestras vidas. Tratamos de mejorar nuestro carácter, costumbres, ideas, alimentación, y hasta la vida social. A veces, hacemos sacrificios con el fin de alcanzar una vida más plena y feliz; sin embargo, muchas veces no llegamos al estado de éxtasis o plenitud que anhelamos. La decepción puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos emprendido, o en el peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal punto de pensar que Dios se ha olvidado de nosotros. Cualquiera sea la reacción, ésta sólo nos está señalando que hemos cometido un error. Y un error puede ser corregido.
El Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos haciendo, la computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la señal eléctrica correcta. El Universo tiene sus teclas y la metafísica nos enseña. ¿Cuáles son? Algunas escuelas esotéricas han tergiversado estas enseñanzas, quizá sin ninguna mala intención, con lo que han llevado a muchas personas a cometer errores y a frustrarse en sus expectativas.
Algunos de los errores más comunes son los siguientes:
1. ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O EN ÁNGELES, O EN CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA.
Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder que nosotros. Nuestra mente percibe que hay algo allí afuera que puede, por ejemplo, lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las enseñanzas espirituales, TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede hacernos daño.
En realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal. Este ejercicio podría decir: "Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo amor en todas partes". En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.
Muchas personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden transformar su situación personal, lo que encierra un error. No son los pensamientos lo que determinan nuestra realidad sino nuestras creencias. Solamente los pensamientos que hemos interiorizado y tomado como nuestra verdad son los que se manifiestan. Dicho de otra manera, aquello que sentimos internamente que es así es lo que toma forma en el mundo externo.
La mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la mayoría de los cuales son negativos. Las afirmaciones son necesarias para lograr implantar una creencia nueva en nuestra mente subconsciente y la repetición de estas afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le agregamos la emoción o sensación que acompaña a esa idea, no la interiorizamos como una verdad dentro de nosotros. La repetición de palabras carentes de emoción no es efectiva. Por lo tanto, si yo repito: "Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo", pero no me siento realmente seguro, de nada me servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales, meditaciones o visualizaciones que fomenten las creencias de paz, armonía y prosperidad.
2. ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN
Se puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen de cierta enfermedad, para que mejoren su situación económica, su vida afectiva, y demás. La mayoría de estos ejercicios se parecen más a una forma de manipulación que a una verdadera ayuda espiritual. Primero y principal: si se va a ayudar a otro, hay que asegurarse de que la persona lo pida y lo necesite. Si esto no se da, tenemos que trabajar con lo que estamos percibiendo, porque el problema es algo personal que nos atañe a nosotros mismos y no a la persona que está sufriendo.
La mayoría de los problemas son sólo momentos de prueba que está viviendo un individuo; son necesarios y muy útiles para el despertar de su conciencia. Nunca sabemos en realidad desde afuera cuán importante puede ser para cada persona la situación que está atravesando en determinado momento. Podemos percibir esa situación como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero cualquiera sea nuestra interpretación, nunca será correcta ni completa.
El enviar la luz a la persona podría acelerar o entorpecer su ritmo personal. Nuestra intervención es innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta angustia o dolor. Personalmente, recuerdo que una vez se acercó un amigo íntimo a decirme que estaba muy preocupado por mi situación. Yo le respondí que su preocupación no me ayudaba, que si realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía que confiar en mí y saber que mi Guía Interior me revelaría en el momento adecuado lo que yo necesitaba hacer. En lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación difícil, comienza por enviarte luz a ti mismo para que tu Guía Interior te haga ver la Verdad que está operando en dicha situación.
3. CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE
No vamos hacia Dios, YA ESTAMOS EN DIOS. Todo lo que nos rodea forma parte del gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro Espíritu es Perfecto y Completo; no puede ni tiene que evolucionar. En realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no existe. Lo que queremos significar con eso es el despertar de nuestra Conciencia [lineal] a esa perfección y cuanto más rápido lo hacemos, más plenos y felices vivimos.
Tal vez el error provenga de las enseñanzas religiosas que nos dicen que Dios está en el cielo, como si nosotros estuviéramos separados de Él. Nosotros y el cielo somos UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a vivenciarlo [ser o no ser, esa es la cuestión]; en eso consiste nuestra Evolución de Conciencia o Despertar Espiritual.
4. ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR ENFERMO O ATRAVESANDO ALGÚN TIPO DE CRISIS
En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de sus seres queridos; sin embargo, eso sólo aumenta el pesar. Si interpretamos nuestro pesar desde otro nivel, esto significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la crisis que en la solución. Cuando te afliges por la enfermedad de un ser querido, agravas esa enfermedad, le das más fuerza y poder. La solución es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está actuando y que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido, si así lo desea dicha persona.
Lo mismo ocurre con cualquier tipo de problema o crisis. Si nos afligimos, es porque nuestro ego ha aceptado que hay una fuerza más potente que el Poder Divino.
5. CREER QUE UNO HA SIDO ELEGIDO POR DIOS
Muchas personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten especiales y evolucionadas. Sienten que Dios los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución; que la información que va a recibir es muy importante y no puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso. Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida.
Esta forma de arrogancia también se ve en las religiones que se sienten propietarias de Dios. Si uno no sigue su culto, está perdido. En el Universo existe un solo Dios y es el mismo para Todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todos adoramos al mismo Dios.
Todos somos iguales ante los ojos de Dios. Para Él, nadie está más adelante ni más atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación como ser especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo divino.
6. SACRIFICARSE POR OTROS
No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.
El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por la pareja, por la profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la institución religiosa a la que pertenece, por la empresa que da trabajo. La lista podría ser interminable y no es más que un muestrario de la acción equivocada de nuestro ego.
El sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano, usará su postura como válida para exigir algo de ellos; el novio o novia que cambia su rutina y deja de hacer ciertas actividades por el otro tratará después de exigir lo mismo.
La próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del amor. Haz las cosas con amor o no las hagas.
7. DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO
Es cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos cristales cuarzos) produce cambios en nuestra vibración personal y que pueden ayudarnos en el proceso curativo. También es cierto que algunas figuras, imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos estimulan; a veces para bien, otras para mal.
Las estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces, estrellas de David y demás nos recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen. Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su santo protector, su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina a ese objeto. Dios es Omnipresente: está aquí, allá y en todas partes.
Lo peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o éste se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección y que, en consecuencia, las energías negativas pueden afectarla.
Vivimos en un Universo Mental. Todo lo que Creemos se hace Realidad. ¿Por qué no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos realmente.
8. CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO
Sentir que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que la presencia de otros nos devuelve la luz es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con lo que escuchas de afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento los problemas de tu vida personal lo decepcionarán.
Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior.
No eres el salvador ni la guía de nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo. El mejor Guía con que contamos está dentro de Nosotros. Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino más corto y más feliz, nos da la idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos encontrar. Por eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si vives deprisa, tenso, angustiado y con un ritmo acelerado, seguramente no oirás la voz de tu intuición y buscarás guías externas.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio. Evita idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que la Guía más válida y acertada está siempre dentro de ti.
9. CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA
Tendemos a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que nos enseñan son adelantadas y que ya han superado muchas pruebas en su vida. En algunos casos, esto es totalmente cierto; en otros, no. El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior. Debes recordar que cualquier forma de idealización o selectividad corresponde al terreno del ego.
Los verdaderos Maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen disfrazados de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás. Son aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a prueba.
Todas las religiones del mundo enseñan que Dios es Amor, que vivir con Dios significa expresar Amor a los demás. Algunas personas asisten a templos, iglesias, o escuelas esotéricas, donde reciben esta información, pero luego van a sus casas y se pelean con sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus jefes, a los políticos, a los animales, a individuos de otras razas o culturas. Ellos todavía no han aprendido la lección y la vida los llevará a enfrentarse una y otra vez con la misma situación o persona hasta que aprendan a mostrar amor.
Haciendo una comparación con la enseñanza tradicional, los líderes espirituales o religiosos son los libros que nos dan la información; las personas que nos traen problemas son los Maestros que nos toman el examen para ver si pasamos la prueba o no. Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos pega. Esto ocurre hasta que aprendemos a amar la situación. Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.
10. CREER QUE UNO NO PUEDE ENOJARSE, TEMER, O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO ESPIRITUAL
Esta creencia nos lleva a una gran represión de la ira y de los enojos, que hacen su reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crítica o rechazo. Mientras estamos en el plano terrenal, vivimos las sensaciones y las emociones de este plano. Algunas de ellas son muy placenteras, otras no.
El tener un conocimiento intelectual acerca de la acción destructiva de ciertas emociones no las hace desaparecer. Uno puede saber lo malo que es el enojo y, sin embargo, no puede evitar enojarse. En realidad, uno sí puede evitar enojarse, o asustarse o angustiarse, pero eso exige un entrenamiento. Durante dicho entrenamiento, hay momentos en que podemos dominar la rabia y la ansiedad, y otros en los que nada puede calmarnos.
Una vez que aparece el enojo, lo mejor es descargarlo de la manera más positiva posible. Es mucho peor reprimirse e intentar decir: Todo está bien en mi mundo, cuando uno internamente está sintiendo el deseo primitivo de querer atacar a alguien.
La mayoría de las personas que transitan el terreno espiritual son muy exigentes consigo mismas y pretenden erradicar completamente de sus vidas este tipo de reacciones. Esto no resulta desacertado pero se logra a través de un proceso. Sé amable contigo mismo y, de vez en cuando, date el permiso necesario para maldecir, golpear un almohadón, gritar, llorar y expresar, como mejor te resulte, todas las emociones negativas que te toca vivir.
La mayoría de los errores aquí enunciados están generados por la actitud crítica de nuestro propio ego. El ego no puede desaparecer porque necesitamos de él para actuar en este plano. La solución es ponerlo alineado con nuestro Espíritu.
Amablemente, le podemos decir al ego que: "A partir de ahora, deberá seguir las indicaciones de un nuevo Maestro amoroso, amable, paciente y permanente, que nunca juzga y que sabe que siempre estamos haciendo lo mejor". Si seguimos las indicaciones de nuestro Maestro Interior, nunca podemos fallar.


martes, 13 de octubre de 2015

LIBRO EL SENDERO DEL TAO (OSHO) Capitulo-IV (I Escrito)







Capitulo 4 (I Escrito)

Es Mejor Estar Quieto, Es mejor estar Vacio.
Ahora esta hermosa parábola:

Alguien le preguntó a Lieh Tzu:


-¿Por qué le das valor al vacío?  En el vacío no hay valoración.


Naturalmente, ¿qué valor puede tener el vacío?  Se le ha condenado en todo el mundo.   A excepción de los taoístas y los budistas, nadie entiende lo que es el vacío; se le condena. 

En Occidente se dice: “La mente vacía es el taller del diablo”. Ahora bien, ¿puede haber una peor condenación?  ¿El taller del diablo?   ¿Una mente vacía?  Y los taoístas y los budistas dicen que la meta está en la mente vacía.

Cuando estás totalmente vacío, ¡Dios viene!  El diablo sólo puede existir en una mente activa, nunca en una mente inactiva.  El diablo sólo puede existir en una mente ocupada, no en una mente desocupada.  El diablo sólo puede moverse en los pensamientos, puede utilizar los pensamientos y los deseos.  ¿Cómo podría usar el vacío?  Y parece que ellos están en lo cierto.  Hitler no está vacío, tampoco Gengis Khan, tampoco Tamerlane: son personas muy activas.  El diablo ha entrado en el mundo a través de ellos.  Bodhidharma está vacío, Lieh Tzu está vacío, Nagarjuna está vacío; el diablo ni siquiera se les ha acercado.  Nada malo ha salido jamás de esta gente vacía; sólo bien, y sólo lo bueno ha florecido.  Su fragancia ha sido grandiosa.  Han pasado siglos, pero su fragancia está más fresca que nunca.


Normalmente, nunca se ha pensado que el vacío tenga un valor, así que el que interroga parece estar en lo correcto. 

Él dice: “¿Por qué le das valor al vacío?  En el vacío no hay valoración”.

¿Qué clase de valor?  ¿Qué puedes hacer con el vacío?  El valor se produce con el uso.  Trata de comprenderlo: el valor se produce cuando algo es útil.  ¿Cómo puedes valorar algo que no lo es?  No sólo no es útil, sino que no tiene entidad.  ¿Cómo puedes valorarlo?  Sin embargo, éste es el enfoque de lo negativo.


Lao Tzu dice: “La habitación tiene valor, no por las paredes, sino por el vacío interior”.  Tú utilizas la habitación, no las paredes.  Por supuesto, cuando tú haces la casa haces las paredes, no el vacío; nadie puede hacer el vacío.  El vacío es eterno, pertenece a la naturaleza, a la existencia; no está hecho por el ser humano.  Las casas están hechas por el ser humano, no el vacío.  Pero ¿qué ed lo que utilizas?  ¿Utilizas las paredes o utilizas el espacio interior?  La palabra “habitación” es adecuada.  “Habitación” quiere decir espacio.  Tú usas el espacio, la espaciosidad.  La pared, ¿cómo se atraviesa? 

¿Cómo entras y sales?  Por la puerta.  La puerta está vacía. “Puerta” quiere decir lo vacío, lo que no es, de ahí que puedas entrar y salir.  Tú utilizas la puerta, no usas la pared.  Tú usas la habitación, no las paredes.  ¿Qué utilizas cuando le das uso a una vasija de barro?  ¿Las paredes de barro o el vacío interior? Cuando vas al pozo a sacar agua y traerla a casa, ¿qué utilizas? El vacío de la vasija de barro.  El vacío es valioso y ese vacío ha sido creado por ti.

Los taoístas dicen: todo lo que no es creado por el ser humano es valioso.  Lo que es creado puede tener un valor relativo, un valor de mercado, pero no es realmente valioso; no tiene valor. Los objetos creados por el hombre son comodidades. 

Por supuesto, si vas al mercado y empiezas a vender vacío, nadie lo comprará.  No tiene valor y la gente se reirá.

Lao Tzu va atravesando el bosque, y el bosque está siendo talado.  Miles de carpinteros están cortando los árboles. Entonces se acerca a un árbol grande, un árbol realmente grande; mil carretas de bueyes pueden descansar a su cobijo; además es muy verde y hermoso.  Él envía a sus discípulos a preguntar a los carpinteros por qué no se ha cortado ese árbol todavía.  Les dicen: “No es utilizable.  No se puede hacer nada con él.  No se pueden hacer muebles, no se puede utilizar como combustible: produce mucho humo.  No sirve; por eso no lo hemos cortado”.  Y Lao Tzu dice a sus discípulos: “Aprendan de este árbol.  Vuélvanse tan inútiles como este árbol, entonces nadie los cortará”.


La inutilidad tiene un gran valor.


Lao Tzu dice: “Mira, observa este árbol.  Aprende algo de este árbol.  Este árbol es grandioso.  Mira, los otros árboles ya no existen.  Eran útiles, por tanto ya no existen.  Uno de los árboles era muy recto, por eso ya no existe.  Seguramente era muy egoísta, derecho, orgulloso de ser alguien; ya no está.  Este árbol no es recto, ni una sola rama está recta.  No es orgulloso en absoluto; por eso existe”.


Lao Tzu dice a sus discípulos: “Si quieres vivir largo tiempo vuélvete inútil”.  Recuerda, sin embargo, que para él la palabra “inútil” significa no volverse una mercancía, no volverse un objeto.  Si te conviertes en un objeto, serás vendido y comprado en el mercado, y te volverás un esclavo.  Si no eres un objeto, ¿quién te puede comprar y quién te puede vender?


No dejes de ser la creación de la existencia, de la naturaleza. 

No te conviertas en una mercancía humana y nadie será capaz de utilizarte.  Y si nadie es capaz de utilizarte, tendrás una hermosa vida propia, independiente, libre, gozosa.  Si nadie te puede utilizar, nadie te puede reducir a ser un instrumento. Nunca serás insultado, porque en esta vida no hay un insulto mayor que convertirse en un instrumento.  Unos y otros te van a utilizar; a tu cuerpo, a tu mente, a tu ser.

Lao Tzu dice: vuélvete una no-entidad para que nadie te mire, y puedas vivir  tu vida como tú quieras vivirla.  Que nadie venga a interferir contigo.


Sucedió que el discípulo de Lao Tzu, Chuang Tzu, se volvió muy famoso, así que el emperador envió a sus ministros para invitarle a convertirse en el primer ministro.  Lao Tzu se enojó mucho.  Dijo:


-Debes haber hecho algo equivocado, ¿o si no por qué ha llegado a interesarse el emperador por ti?  Tienes que haber demostrado que eres de alguna utilidad.  Tienes que haber desoído mis enseñanzas, ¿o si no, cómo es que el emperador se ha interesado por ti?  Ahora no vas a poder descansar jamás.


Se una no-entidad, a fin de que nadie llegue siquiera a pensar que puedes ser de alguna utilidad.  Hay inutilidad que es tremendamente útil.  Lao Tzu la llama la “utilidad de la inutilidad”.  Pero ciertamente no hay en ella valor alguno, no al menos un valor de mercado.  Normalmente tú quieres llegar a tener algún valor –como doctor, ingeniero, pintor, poeta, mahatma-, quieres llegar a ser alguien valioso, alguien que se vuelve indispensable para el mundo.  Te sientes muy feliz si la gente viene y te dice: “Cuando te hayas ido nunca seremos capaces de reemplazarte”.  Te sientes tremendamente feliz, pero ¿qué te están diciendo?  Te están diciendo: “Eres un objeto que estamos utilizando”.

Cuánto más indispensable te vuelvas, más quedas reducido a ser un objeto y más pierdes tu libertad.  Si puedes morir como si nada hubiera pasado, si desapareces del mundo y no queda siquiera una huella, entonces…



Ocurrió que un gran taoísta murió y Lieh Tzu fue a dar el pésame, pero miles de personas se habían reunido allí.  Esto le sorprendió, así que no presentó sus respetos al hombre muerto y a su cuerpo muerto y se dispuso a irse.  Algunas personas le siguieron y le dijeron:


¿Por qué se va?  Usted había venido a presentar sus respetos al difunto, ¿por qué se marcha?


-Este no puede haber sido un hombre del Tao –respondió Lieh Tzu-. Hay tanta gente llorando y gimiendo que de alguna manera él se ha vuelto indispensable en sus vidas.  Él debe haber demostrado que es de alguna utilidad.  ¿Por qué sino, está llorando y gimiendo esta gente, como si su padre hubiera muerto o su madre hubiera muerto o su hijo hubiera muerto?  ¿Por qué está llorando y gimiendo esta gente?  Él no debe haber sido completamente inútil.  Alguna utilidad seguramente ha tenido, por eso me voy.  Él no ha seguido al maestro correctamente.


Su enfoque implica que hay un valor, un valor supremo en ser nadie, en estar vacío, en no ser útil.  Cuando no eres útil para la humanidad, te vuelves tremendamente útil para la existencia. Entonces la existencia empieza a fluir a través de ti, entonces te conviertes en un vehículo, porque al estar tan vacío ella puede fluir a través de ti.  Te vuelves un bambú hueco, la existencia puede cantar su canción a través de ti.  Cuando tú permites que los labios humanos canten una canción a través de ti, la existencia es denegada.

-No hay valoración en el vacío –dijo el hombre-.  ¿Por qué valoras el vacío?


Lieh Tzu contestó:


-A eso no se le puede llamar valor.


Es algo tan valioso que únicamente le puedes llamar invaluable. No se le puede llamar valor.  Valor significa mercancía, valor significa que algo puede ser definido en términos de utilización humana, lo cual puede llegar a ser un medio pero no un fin. 

El fin no puede ser valorado en el sentido ordinario del término.  Por ejemplo, si alguien te dice: “Tú amas, pero ¿cuál es el valor del amor?”.  ¿Qué dirás?  Tú dirás: “Al amor no se le puede dar un valor”.  El amor no tiene valor en el mismo sentido que un automóvil tiene valor, o que una casa tiene valor.  El dinero tiene valor.  La salud tiene valor, pero ¿el amor?  El amor es lo supremo, el fin.  Tú amas por el amor en sí, el cual no es medio para otra cosa más; es un fin en sí mismo. Su valor es intrínseco, su valor está en sí mismo; no está orientado hacia fuera.

Si alguien pregunta: “¿Cuál es el valor de la vida?”.  Con seguridad dirás: “A eso no se le puede llamar valor”.


“¿Por qué estás viviendo?”.  Dirás: “Porque disfruto estando vivo”.  Pero ¿cuál es el valor?  “Valor”…  no hay ninguno.  Todo lo que es supremo no tiene valor en el sentido ordinario de la palabra.  Pero gracias a lo supremo todo lo demás es valioso.  Por tanto, a eso no se le puede llamar valor, aunque todo valor existe debido a ello.


Tú vas a la oficina, trabajas; eso se puede valorar.  Ganarás mil dólares al mes.  Y luego vienes y le das mil dólares a tu esposa porque amas a esa mujer.  Tú trabajas para ella, trabajas para tus hijos; los amas.  El amor no tiene valor.  Tu trabajo tiene valor, pero, finalmente, todo lo que tiene valor se pone a los pies de lo que no tiene valor o es invaluable.


Recuerda, el fin no puede tener valor alguno.  Por eso los taoístas dicen que la vida no tiene propósito.  Esto sorprende a la gente.


Un día un hombre vino a mi y dijo:


-¿Cuál es el propósito de la vida?


-No hay propósito –le contesté-.  La vida es, simplemente.


No quedó satisfecho.  Dijo:


-Vengo de muy lejos.  –Venía de Nepal.  Y añadió-: Soy un anciano, un profesor retirado.  No me despidas con las manos vacías.  He venido a preguntar solo una cosa: ¿cuál es el propósito de la vida?


Yo le respondí:


-Si te pudiera despedir con las manos vacías entonces tu viaje habría tenido un propósito, porque tener las manos vacías es el fin.


-No hables con acertijos –dijo él-.  Dime simplemente, en un lenguaje clarísimo, ¿cuál es el propósito de la vida?


Este hombre no pudo entender que estaba haciendo una pregunta absurda.  La vida no puede tener propósito alguno, porque si la vida tuviera algún propósito entonces una cosa se convertiría en algo más valioso que la vida y volverá a surgir la pregunta: ¿cuál es el propósito de eso?  Si decimos: “La vida es para llegar a la verdad”, entonces la verdad se convierte en el propósito real.  Pero entonces ¿cuál es el propósito de la verdad?  Si decimos: “La vida es para buscar a Dios”, entonces surge la pregunta: “¿Cuál es el propósito de Dios, o de llegar a Dios, o de realizar a Dios?”.  Al final tienes que dejar la palabra “propósito”; finalmente tienes que dejarla.


Sí, a eso no se le puede llamar valor, a eso no se le puede llamar propósito, y si puedes entender esta revelación se producirá mucha luz en ti.  La vida no tiene propósito ni valor.  El amor no tiene propósito ni valor.  Esto quiere decir que Dios, la Vida, la Verdad, el Amor son simplemente cuatro nombres para la misma cosa.  No hay diferencia porque sólo puede haber una cosa que no tenga propósito alguno; todo lo demás le debe a ella su propósito.  Es lo máximo, la misma cumbre.


Precisamente la otra noche una mujer dijo:


-Para mí es muy difícil entender lo que quieres expresar al decir “Dios”, porque no creo en Dios.  Me gustaría entenderlo, pero cuando utilizas la palabra “Dios” algo no funciona bien en mi cabeza: empiezo a cerrarme.


-Haz algo muy simple –le dije-: Cada vez que mencione a “Dios”, léelo como “Vida”; esto bastará.  Cada vez que diga “Dios” escúchalo como “Vida”, tradúcelo inmediatamente como “Vida”.  Ella se sintió feliz.


¡Qué inflexibles somos con las palabras!  Si digo: “Dios”, eso crea negatividad en algunos; si digo “Vida”, eso crea negatividad en otros.  Y yo sólo estoy cambiando el nombre… y una rosa es una rosa es una rosa, no importa el nombre que se le de.  Tú puedes llamarla “jazmín” pero la rosa sigue siendo la rosa.


Sólo hay “uno”, que es el supremo.  Diferentes personas le han dado nombres distintos.  Más allá de él no existe nada, por tanto no puede ser valioso para algo más.  No lo puedes usar como referencia, porque no hay nada más allá de él; él es el más allá.


Lieh Tzu dijo: “A eso no se le puede llamar valor.  Lo mejor es estar quieto, lo mejor es estar vacío.  En la quietud y en la vacuidad encontramos una morada; al dar y recibir perdemos el sitio”.


“Lo mejor es estar quieto”.  Ahora, más que responder qué es un valor o por qué el vacío es un valor, la insistencia de Lieh Tzu está en la experiencia.  El enfoque taoísta es básicamente existencial.  No hay una creencia en especulaciones abstractas y conceptos.  Se dice: tú puedes experimentarlo, por tanto ¿para qué recurrir a un conocimiento de segunda mano?  En realidad Dios no puede ser nunca de segunda mano; tiene que ser de primera mano.  Tú no puedes recurrir a mi Dios; mi Dios es mi Dios.  Tú tendrás que dirigirte a tu propio Dios.  Por supuesto, cuando lo hayas hecho te darás cuenta de que mi Dios y tu Dios son lo mismo, pero tú tendrás que llegar a ello por ti mismo; es algo que tiene que florecer en tu propio ser.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...