miércoles, 9 de septiembre de 2015

LIBRO EL SENDERO DEL TAO (OSHO) Capitulo-II


UN HOMBRE QUE SABE CÓMO CONSOLARSE
Capitulo II

Mientras Confucio vagaba por el monte T’ai, vio a Jung
Ch’i Ch’i caminando por el páramo de Ch’ang, con un tosco abrigo de piel y una soga en torno a la cintura, cantando mientras tocaba el laúd.
-Maestro, ¿cuál es el motivo de su alegría? –preguntó Confucio.
-Tengo muchas alegrías.  Entre las innumerables cosas que engendró el cielo, la humanidad es lo más noble, y tengo la suerte de ser humano.  Ésta es mi primera alegría. 
 Hay personas que nacen y no viven un día o un mes, que nunca han abandonado los pañales, pero yo he pasado ya de los noventa.  Ésta es mi alegría.  La pobreza es común a la humanidad, y la muerte es el final.  Así pues, siendo parte del común de la humanidad, y a la espera de mi final, ¿qué sentido tiene preocuparse?
-¡Qué bien! –dijo Confucio-.  He aquí un hombre
que sabe cómo consolarse.




Esta parábola es hermosa, y no sólo hermosa sino muy sutil. 
Si la miras sólo superficialmente, no te darás cuenta del significado.  Las parábolas taoístas no son superficiales. 
Son muy profundas; hay que penetrar en ellas, mirarlas y meditar sobre ellas, sólo entonces conocerás su verdadero significado.  Superficialmente, parece como si esta parábola estuviera a favor de Confucio; superficialmente, parece como si la parábola estuviera diciendo que Confucio es sabio. 
En realidad es precisamente lo contrario.
Hay una oposición enorme, diametral, entre la actitud taoísta y la actitud del confucionismo.  Confucio está lo más lejos posible de la visión taoísta.  Confucio cree en la ley, Confucio cree en la tradición, cree en la disciplina, Confucio cree en el carácter, en la moralidad, en la sociedad, en la educación. El Tao cree en la espontaneidad, en la individualidad, en la libertad. El Tao es rebelde; Confucio es muy conformista.
El taoísmo es el inconformismo más profundo que se ha desarrollado en el mundo, en cualquier época de la historia; esencialmente es una rebelión. 
A tal punto ha sido una rebelión, que los místicos taoístas Lao Tzu, Chuang Tzu y Lieh Tzu no hacen más que ridiculizar la actitud del confucionismo.  Ésta es una parábola sobre la ridiculez.  Lo entenderás cuando te lo explique. Su ridiculez también es muy sutil, no evidente.  Primero comprendamos el sentido superficial.
“Mientras Confucio vagaba por el monte T’ai, vio a Jung Ch’i Ch’i caminando por el páramo de Chiang, con un tosco abrigo de piel y una soga en torno a la cintura, cantando mientras tocaba el laúd.”
El canto, la música, la danza, es el lenguaje de la alegría, de la felicidad. 
Es la expresión de una persona que no es desgraciada.
Pero puede que sea sólo en apariencia, puede que sólo sea una proyección, puede que sólo sea cultivada.  En lo profundo, la situación puede ser precisamente la contraria.  A veces pasa que tú sonríes porque las lágrimas acuden a tus ojos, y si no sonríes empezarán a rodar por las mejillas.
A veces tú mantienes una actitud, una pose cultivada, una máscara de felicidad, porque ¿qué sentido tiene mostrarle tu infelicidad al mundo?  A eso se debe que la gente parezca tan feliz.  Todo el mundo piensa que él es la persona más feliz del más infeliz del mundo, porque conoce su realidad, y sólo las poses de los otros, las poses cultivadas.  Por eso el mundo piensa en lo más profundo: “Soy la persona más desgraciada; además ¿por qué lo soy cuando todo el mundo se siente tan feliz?”.
El canto y la danza son con certeza el lenguaje de la alegría, pero tú puedes aprender el lenguaje sin saber qué es la alegría.  La humanidad ha hecho esto: las personas han aprendido a hacer gestos, gestos vacíos.
Pero Confucio se engaña.  Dice: “Maestro, ¿cuál es el motivo de su alegría?”.  La máscara ha engañado a Confucio; puede que el hombre esté contento, puede que no lo esté. 
Se tiene que mirar al hombre directamente; su naturaleza, no su expresión.  La expresión puede ser falsa: las personas tienen expresiones aprendidas.  Algunas veces… ¿lo has observado?  Alguien sonríe; en los labios hay una hermosa sonrisa, pero mira a los ojos, y los ojos dirán justamente lo contrario.  Alguien te dice una cosa: “Te amo”.  Pero mírale a la cara, a los ojos, a la vibración misma de la persona, y ¡parecerá que te odia!  Pero sólo por cortesía te dirá: “Te amo”.
Confucio miraba sólo la apariencia: esto es lo primero que debe recordarse.  Además, se engañó; se engañó hasta tal punto, que llamó al hombre “maestro”.  Le dice: “Maestro, ¿cuál es el motivo de su alegría?
Ahora bien, una vez más, la alegría no tiene motivo, no puede tener un motivo.  Si la alegría tuviera un motivo entonces no sería alegría en absoluto: sólo se puede gozar sin motivo, sin causa.
Una enfermedad tiene un motivo, pero ¿la salud?  La salud es natural.  Si le preguntas al doctor: 
“¿Por qué estoy saludable?”, él no podrá responderte. 
Si vas al doctor y le dices: “¿Por qué estoy enfermo?”, él te puede responder, porque la enfermedad tiene una causa.
Él puede diagnosticar tu caso y encontrar la razón de tu enfermedad; pero nadie ha sido aún capaz de hallar el motivo por el cual una persona es saludable.  La salud es natural, la salud es lo adecuado.  La enfermedad es lo no adecuado, la enfermedad indica que algo ha estado mal.  Cuando todo está bien, uno se siente saludable.  Cuando uno está en armonía con el todo, uno se siente saludable.  No existe un motivo para ello.  No obstante, Confucio preguntó: “Maestro, ¿cuál es el motivo de su alegría?”.
Lieh Tzu bromea otra vez sobre Confucio; se trata de gente muy sutil.  Está diciendo que toda la actitud equivocada del confucionismo se ubica allí, en la misma pregunta.  Confucio piensa que la alegría tiene motivos.  La alegría no puede tener motivo alguno. La alegría existe, simplemente, sin explicación, es inexplicable.  Cuando está, está; cuando no está, no está.  Cuando no está, puedes encontrar los motivos por los que no está, pero cuando está no puedes encontrar los motivos por los que está, y si puedes encontrar los motivos por los que está, tu alegría es entonces cultivada, no es real, no es auténtica, no es verdadera.  No está fluyendo de lo más profundo de tu ser; tú sólo la estás manejando, la estás manipulando, la estás fingiendo. 
Cuando la alegría es un gozo fingido, puedes encontrar el motivo.  No obstante, cuando la alegría es verdadera, es tan misteriosa, tan primaria, que no puedes encontrar un motivo.
Si le preguntas a un buda: “¿Por qué estás feliz?”, él se encogerá de hombros.  Si le preguntas a Lao Tzu: “¿Por qué estás dichoso?”, te dirá: “No preguntes.  En vez de preguntar por qué estoy dichoso, averigua por qué tú no lo estás”.
Es algo que se parece a un pequeño manantial en la montaña: cuando no hay obstáculos, el manantial fluye; cuando hay rocas en medio, no puede fluir.  
Al remover las rocas no estás creando un manantial, sólo remueves lo negativo, sólo remueves el obstáculo; el manantial ya existía, pero no podía fluir a causa de las rocas.
Cuando quitas las rocas no estás creando el manantial, el manantial ya estaba allí.  Al quitar las rocas has quitado lo negativo, el obstáculo; entonces el manantial fluye. 
En consecuencia, si alguien pregunta: “¿Por qué fluye el manantial?”.  Pues porque está allí; por eso es que fluye.  Si no está fluyendo entonces hay una causa.  Deja que esto penetre en ti profundamente, porque éste también es tu problema.
Nunca te preguntes por qué eres feliz, nunca preguntes por qué uno es dichoso, de otra manera habrás hecho una pregunta equivocada.
Confucio está preguntando algo, y al preguntarlo muestra sus presuposiciones; Confucio cree que todo tiene una causa. 
Si todo tiene una causa, entonces sólo puede existir la ciencia.  Entonces no queda posibilidad para lo religioso, porque la ciencia es una investigación sobre la relación causa-efecto, una investigación sobre la causalidad.  Así es toda actitud científica: dice que al existir algo, debe tener una causa; puede que la conozcas puede que no, pero la causa tiene que existir. 
Si no la conocemos hoy, la conoceremos mañana o pasado mañana, pero la causa tendrá que ser conocida, porque debe haber una causa.  Ésta es la actitud científica: todo puede ser reducido a una causa.
¿Cuál es entonces la actitud religiosa?  La actitud religiosa dice que nada puede ser reducido realmente a su causa.  Lo que puede ser reducido no es esencial.  Lo esencial es, simplemente; existe sin causa alguna: es un misterio.  Éste es el significado del misterio: lo que no tiene causa.
Confucio está haciendo una pregunta de acuerdo a sus presuposiciones, de acuerdo con su filosofía: “Maestro, ¿cuál es el motivo de su alegría?”.
¿Por qué lo pregunta?  Porque si se conoce el motivo, otros también pueden cultivarlo.  Si alguien dice: “Al ponerme de cabeza me vuelvo muy pacífico”, tú también te pones de cabeza y te vuelves pacífico.  Alguien dice: “Soy feliz porque he renunciado al mundo” y tú entonces también renuncias al mundo y llegas a ser feliz.
La felicidad se vuelve, por consiguiente, algo que puede ser manipulado.
Así es la gente: unos imitan a otros y, en realidad, la felicidad no tiene motivo.  El día que entiendas esto podrás ser feliz en cualquier momento.  Si existe una causa, entonces la causa llevará un tiempo. 
Tendrás que practicar, tendrás que practicar mucho.
La actitud radical del Tao en su conjunto expresa que tú puedes ser feliz en este momento.
¿Esto qué quiere decir?  Quiere decir que no existe el motivo, así que no hace falta practicar.  Es sólo un asunto de aceptarlo, ya está presente si lo aceptas.  Si no lo aceptas, actúas como la roca; si lo aceptas, la roca queda removida. 
Es sólo cuestión de aceptarlo.  Dios está ahí, tú lo aceptas; eso es todo.  Si no lo aceptas, él no entrará porque no puede destruir tu libertad, él protege tu libertad.  Si tú dices no, él no va a entrar en tu ser.  Si en tu puerta está escrito que no se acepta a nadie sin tu permiso, él esperará. 
Él ni siquiera va a pedirte permiso; simplemente esperará, porque incluso al pedirte permiso está interfiriendo en tu libertad.  Él esperará.  Él no hará sonar el timbre; simplemente esperará.  Dios está en todas partes, esperando, y espera muy silenciosamente… por eso no se siente su presencia, parece casi ausente.  ¿No lo ves?  Dios parece ser la mayor ausencia en el mundo.  Por eso pueden existir los ateos, y pueden decir: “¿Dónde está tu Dios?  Nosotros no vemos nada”.  
Él no interfiere en absoluto; él te permite una libertad total y la libertad total implica ir contra Dios.
Tu naturaleza está en la dicha.  Tú estás hecho del ingrediente llamado dicha.  No obstante, tienes que admitirlo, tienes que relajarte, tienes que soltarte; no existen los motivos, sólo es necesario soltarse.  En consecuencia, teóricamente, te puede suceder en este preciso momento; no se debe desperdiciar una fracción de segundo.  Si hay una causa, entonces… entonces será necesario un largo tiempo y, aun así, uno nunca sabe: puede que tengas éxito, puede que no.
Capta la diferencia entre la actitud hinduista y la actitud taoísta.  Los hinduistas, los jainistas, los budistas, todos ellos dicen que el karma de vidas pasadas se tiene que limpiar.  Mucho es lo que se tiene que hacer, se necesita una gran disciplina; sólo entonces tendrás la posibilidad de lograrlo.  Ashtavakra, Lao Tzu, Bodhidharma, Lin Chi, todos ellos dicen que no se necesita nada, sólo que lo aceptes.  Relájate, acéptalo y en este mismo momento empezará a fluir en ti.
Confucio dice: Maestro, ¿cuál es el motivo de su alegría?”.  
Dígame cómo lo ha logrado.  Dígame cuál fue su proceso, qué metodología siguió, qué principios qué disciplinas, qué escrituras.  ¿Cómo lo ha logrado?  Ahora Confucio se muestra codicioso.  Quiere alcanzar el mismo estado, en el que cantar es natural y la música fluye y uno celebra.  
Él está tremendamente impresionado con este hombre porque iba “con un tosco abrigo de piel y una soga en torno a la cintura, caminando mientras tocaba el laúd”.
Un hombre pobre no tiene nada que motive su felicidad, no tiene por qué sentirse feliz. 
Si estuviera amargado sería comprensible; si estuviera deprimido sería comprensible. 
Confucio habría pasado delante de él sin notar siquiera su existencia.  Pero este hombre pobre que no tiene nada, con una soga en torno a la cintura, ¿está cantando?  ¿Canta una canción de amor?  ¿Y toca el laúd? 
Confucio está impresionado, magnetizado, pero hace una pregunta equivocada.
Un taoísta no hará jamás una pregunta semejante.  La alegría existe,sencillamente existe.  No tiene ningún motivo, de ahí que no sea posible encontrar un método, sólo la comprensión.
El hombre dijo: “Tengo muchas alegrías”.
Si tienes muchas alegrías, no has entendido qué es la alegría, porque sólo hay una alegría.  No puede haber muchas.
Puede haber muchas enfermedades, pero no puede haber muchas “salubridades”.  Tú puedes tener tu enfermedad, yo puedo tener la mía y alguien más la suya; no obstante, si yo estoy saludable y tú estás saludable y alguien más está saludable, ¿cuál es la diferencia?  ¿Puedes hacer una distinción entre mi salud y la tuya?  No hay ninguna posibilidad; la salud es universal, y la enfermedad es personal. 
La enfermedad proviene del ego, la salud no proviene del ego.  La enfermedad proviene del cuerpo, de la mente; la salud proviene del más allá, y el más allá es uno.  Mi cuerpo difiere del tuyo; naturalmente yo tendré una enfermedad diferente, tú tendrás una enfermedad diferente, pero ¿la salud?  La salud es una, simplemente: tiene el sabor, siempre el mismo sabor, eternamente el mismo.

Alguien le preguntó al Buda: “¿Qué sabor tiene tu estado búdico?”.  Él dijo: “Ve y saborea el mar, saboréalo por todas partes; por esta orilla, por cualquier orilla o en cualquier playa. O ponte en medio del océano y saboréalo, o ve a la otra orilla y siempre encontrarás el mismo sabor, el mismo sabor salado. 
El estado búdico tiene un sabor”.  Todos lo que se han convertido en budas han llegado al mismo sabor. 
La salud tiene el mismo sabor.  Si un niño es saludable, un joven es saludable, un anciano es saludable, todos tienen también un mismo sabor.  Si una mujer es saludable y un hombre es saludable tendrán el mismo sabor.
No obstante, las enfermedades son diferentes. 
En la actualidad, la ciencia médica afirma que incluso cuando dos personas sufren de la misma enfermedad, las dos enfermedades no son las mismas. 
Sucede en consecuencia que si padeces una enfermedad –a lo mejor tuberculosis- y tu esposa sufre la misma enfermedad, las mismas medicinas no servirán para los dos.  Tú necesitas una medicina y tu esposa necesita otra clase de medicina.  Por eso se necesita un médico; de otra manera con el farmacéutico será suficiente.  Si se ha decidido que para la tuberculosis hace falta esta medicina, entonces ¿qué necesidad hay de ver al médico?  El farmacéutico puede suministrarla.
En la actualidad, cada vez más, debido a que la ciencia médica está profundizando en el fenómeno de la salud y la enfermedad, se están dando cuenta de que cada enfermedad lleva consigo una personalidad: va con la persona. 
Por tanto, dicen: no trates la enfermedad, trata a la persona.  No te preocupes demasiado por la enfermedad.  Mira a la persona, a su personalidad en conjunto, su forma de vida, sus actitudes, sus pautas de comportamiento.  Míralos y entonces encontrarás que el nombre “tuberculosis” puede ser el mismo, porque sería muy difícil tener nombres separados para cada cosa, pero cada tuberculoso sufre de una manera diferente y se hace necesario que su tratamiento sea distinto al de los demás.
Las enfermedades son personales, pero ¿la salud?  La salud es impersonal, universal.  Lo mismo la alegría. 
La infelicidad es una enfermedad; la alegría es salud, bienestar.  
Ahora bien, Confucio ha hecho una pregunta equivocada y ha provocado una respuesta equivocada.  Además, obviamente, el hombre no sabe nada sobre la alegría.  Él dice: “Tengo muchas alegrías”, dice muchas.
¿Muchas?  Entonces algo no está bien. La alegría es una.  Cuando dices que tienes muchas alegrías no sabes lo que es la alegría.  Puede que hables de placeres, puede que hables de tus llamados “momentos de felicidad”, que en realidad no son momentos de felicidad, sino de menor infelicidad. 
Una persona es muy infeliz; entonces un día se siente menos infeliz y dice: “Me siento muy feliz”.  Esto es simplemente relativo; esa persona no sabe qué es la felicidad.
Sólo conoces algunas veces una infelicidad muy intensa, y otras veces una infelicidad menos intensa.  Cuando no es tan intensa dice: “Me siento feliz”.  Tú puedes observarlo en ti mismo.  ¿has sabido alguna vez lo que es la felicidad?  ¿Conoces su sabor?  Tú sólo has conocido diferentes estados de infelicidad.
Algunas veces la infelicidad es tan grande que se hace insoportable. 
Algunas veces es soportable, controlable, la puedes tolerar.  Pasas de menos infelicidad a más infelicidad, de más infelicidad a menos infelicidad, pero no sabes lo que es la felicidad, porque una vez sabes lo que es, entonces no es necesario en absoluto ser infeliz, porque tienes la clave.  Puedes abrir esa puerta cada vez que decidas abrirla.  No obstante, tú no puedes abrir la puerta de la felicidad; esto simplemente te indica que no tienes la clave. 
Tú sólo conoces los estados relativos del mismo fenómeno: algunas veces está muy oscuro y no puedes ver en absoluto, otras veces no está tan oscuro, hay penumbra; pero tú no conoces la luz.  La luz no es un estado relativo de oscuridad, la luz no es menos oscuridad.  Recuerda: la luz es una clase totalmente diferente de energía; no tiene nada que ver con la oscuridad.  La luz y la oscuridad no pueden existir juntas en la misma habitación.  La luz es algo positivo, la oscuridad es algo negativo; la infelicidad también lo es.
El hombre dijo: “Tengo muchas alegría.  
Entre las innumerables cosas que engendró el cielo, la humanidad es lo más noble, y tengo la suerte de ser humano. Ésta es mi primera alegría”.
Aparentemente esto parece muy significativo, atrayente. Porque satisface al ego humano.  El ser humano siempre ha pensado de sí mismo que es la creación suprema de la existencia.  El ser humano siempre ha pensado que casi es Dios, y se siente muy feliz.  No obstante, ¿cómo puede ser posible la felicidad con un ego?  La infelicidad viene con el ego.  Y éste es uno de los mayores argumentos del egoísta: el hombre casi es Dios, y esto lo decimos solamente para ser corteses.
En el fondo sabes que Dios es casi como tú.
La idea misma del “yo” lleva consigo una implicación de ser el primero, siendo lo demás secundario.  Friedrich Nietzche es más sincero que muchos otros; él dice: no puedo admitir que Dios exista porque entonces quedo en segundo lugar y no puedo quedar en segundo lugar.  No acepto mi posición de segundón.  Si Dios existe, entonces yo siempre seré secundario. 
No importa cuánto crezca o a dónde llegue, seré secundario, nunca seré primario, el primero.  Esto no es aceptable así que dice: “Dios ha muerto y el hombre es libre”.  
Dios es esclavitud.  Él es consistente, en cierta manera.  Digo “en cierta manera”, porque en el fondo todo el mundo lo piensa así: cada ego quiere ser el primero.
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lunes, 7 de septiembre de 2015

TEJEDORA DE INFINITOS



TEJEDORA DE INFINITOS
Por Bricia Orihuela
"LA MUJER QUE TEJIÓ LA PAZ"
Ella vivia en el mismo mundo que tu, ella tenía las mismas esperanzas que tu... pero ella sabía el secreto para reconectar el cielo y la tierra, y aunque habia llorado lagrimas y lagrimas por la humanidad sufriente, habia cuidado de no manchar su corazón, evitando juzgar a sus hermanos que presos de sus instintos acababan con la creación que ella tanto amaba...
Despues de siglos de reencarnaciones en la tierra, experimentando la mas alta presión del dolor de estas dimensiones, se dio cuenta que su corazón era tan fuerte por que nunca se desconectó de la fuente, que su paloma sagrada volaba de arriba a abajo llenandola de Espiritu Santo mientras transitaba los pantanos mas profundos de la densidad de esta tierra...
Llegó el día que ya no podía ir mas denso... que ya no podia ver mas dolor del que habia visto, que ya no podia sacrificar nada que no hubiera ya sacrificado... era tan profunda su caida que habia olvidado la Diosa que era, y quedó inherte flotando en el Mar del Olvido, cuando del corazón del Sol central desendió su amada llama gemela, cruzando el cuerno del pegacornio para llegar hasta ahi... y en el mundo de dualidad se transformo en león y dragón ... y enmedio de esa llama trina recuperó a la Paloma...
Ella renació una vida más... Y ese día RECORDO, regreso a ella la memoria del Mapa de vuelta... recordó que decidió bajar tan profundo para elevar desde sus raices a la Humanidad Durmiente...
Y comenzó a tejer la red, despertando uno a uno a sus hermanos los Dioses dormidos. .. conectando con sus hermanos despiertos que llegaban de todas partes... Y en el gran circulo de las razas hermanadas se sumó como una más...
Ahora la unidad estaba dada... el respeto era el código de acción, las miradas se cruzaron y supieron que era tiempo de sumar los cuerpos encarnados con los cuerpos de luz... y las naves llegaron... LA CONFEDERACIÓN GALACTICA VIENE EN PAZ...
Ella miraba como todas las profecias tomaban forma y la nueva Tierra surgia...
Y tomaba sus hilos de oro y plata y tejia... los verticales con los horizontales... y a cada punto que tejia, una consciencia mas despertaba... Y no se canzó de tejer...
Ahora la Red está lista...el corazón de la Humanidad vuelve a latir, las raíces serán tomadas para ser elevadas a la siguiente creación...
En el fogón donde calentó su adormecido cuerpo mientras vivió en la tierra, quedan ahora solo las cenizas .. pues ella ha volado ya, a tejer la red de las Aves fénix, aquellas que podran hacer resurgir a GAYHA de sus propias cenizas.... La matriz cristica ha sido tejida y la matriz de redención reconfigurada... las Aves de Fuego ya estan en sus posiciones...
La Paz retornará al mundo desde la Raíz"
Bricia Orihuela

LA CAUSA DE LA SALUD Y/O LA ENFERMEDAD DESDE LA PERSPECTIVA ESOTERICA



LA CAUSA DE LA SALUD Y/O LA ENFERMEDAD DESDE LA PERSPECTIVA ESOTERICA
cuando el curpo físico se vuelve en nuestra contra o a nuestro favor, ¿porqué y cómo?. lean esto:
Por Bricia Orihuela.
¿Sabias que tu cuerpo puede estar a tu favor o en tu contra?
A través de la glandula pineal que vibra conectandose como un super wi-fi, todos los cuerpos humanos nos comunicamos, y nuestro cuerpo se reconoce en los otros cuerpos. Por lo tanto, si "amamos al otro como a uno mismo", el cuerpo considera que eres útil en la colectividad, y te apoya a continuar viviendo, incluso a pesar de tu descuido fisico o situación general, el cuerpo te coloca en sincronia para que estes en los lugares correctos para que conectes con la gente correcta y puedas seguir extendiendo tu misión planetaria. Además de proveerte de una mayor cantidad de gammas (energía ki, energia superior, etc.), para que puedas rendir en el cumplimiento de tu misión.
Muy al contrario, si el cuerpo te detecta tratando mal al projimo, lo considera un ataque personal, considera que estas en contra de la colectividad, y entonces se prepara para "expulsarte de este plano", si, asi es, el cuerpo comienza su AUTO DESTRUCCIÓN, y comienzas a sentirte bloquead@, pues te ha retirado la sincronia, la energia de gammas se reduce considerablemente y comienzas a enfermar, por que los organos se debilitan, aunque tengas el estilo de vida mas saludable, inexplicablemente estas peor que el amigo que se desvela, mal come, no hace ejercicio, pero apoya un movimiento ecologico, cuida a su familia, trata bien a su gato... etc... pero es tu cuerpo diciendote "EL QUE NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR"...
Como la energia de tu cuerpo no te alcanza, entonces buscas energia rapida; carbohidratos simples como azucar, harina procesada, etc. Estimulantes como café, cigarros, drogas... y comienzas a volverte un vampiro energético, queriendo sexo rapido o buscando pleito con los demás para que su pasion o enojo desprenda energia rapida que te sostenga... remplazas las endorfinas que se producen por estados de realización y felicidad, por adrenalina, que te sobreestimula pero al mismo tiempo te auto destruye pues desconecta tu "CIELO Y TIERRA" volviendote un zombie del sistema esperando solamente que su cuerpo logre auto destruirlo por una reacción en cadena...
¿Como me reconcilio con el cuerpo?
Descubre tu misión conscientemente, alimentate luminicamente para recuperar la memoria sagrada de "A que vine" (granos integrales como arroz, maiz, trigo, amaranto, quino, etc), aprovecha cada oportunidad diaria para SERVIR de algo... cuida tu templo cuerpo y estimula a los demás a su auto cuidado... Recupera las funciones del SAGRADO FEMENINO Y EL SAGRADO MASCULINO...
Eres un Ser se Luz en una experiencia humana, solo desde el humano se abordan todas las dimensiones y la co creación sucede.... esperaste cientos de años para encarnar en esta dimensión... el tiempo terrestre corre aceleradamente, ya estamos vibrando en 21 Htz.... EL TIEMPO DE NUESTRA MISIÓN ES HOY, HUMANO DESPIERTA, ¡¡¡TODOS SOMOS UNOOOOO!!! ♡♡♡
Bricia Orihuela

Pensamientos Semanales del 1-7 de Septiembre 2015 (Omraam Mikhaël Aïvanhov)





Pensamiento del martes 1 de septiembre de 2015.

"El silencio es la expresión de la paz, de la armonía, de la perfección, aporta las mejores condiciones para la actividad psíquica y espiritual.

«Aprended a hacer el silencio en vosotros» nos dicen los sabios.

Pero el silencio por sí sólo no aporta gran cosa; en la vida espiritual no puede ser un fin en sí mismo, su verdadera función es permitir el trabajo del pensamiento, de la imaginación creadora.
Cada vez que podáis saborear momentos de verdadero silencio, en vuestra casa o en la naturaleza, esforzaos por crear con el pensamiento algo puro, cálido, luminoso, poderoso. El día que logréis que la atmósfera vibre a vuestro alrededor, todos aquellos que vengan a visitaros o que pasen por estos lugares recibirán un impulso hacia el bien. Contentarse con permanecer inmóviles no sirve de nada. Incluso en la inmovilidad y el silencio, hay que aprender a ser vivos y creadores."


Pensamiento del miércoles 2 de septiembre de 2015.

"El Señor nos invita cada día a su mesa donde da banquetes en compañía de los arcángeles.

Pero igual que en la parábola evangélica del banquete de bodas, sólo somos aceptados si llevamos el traje de fiesta. Este traje es evidentemente simbólico, es el aura, un aura pura y luminosa, cómo son simbólicas las joyas: brazaletes, diademas, collares, etc. que se mencionan en la Biblia y en todos los Libros sagrados. Las piedras preciosas y las perlas con las que están hechas tienen la función de representar las virtudes divinas.
Podéis haceros collares, si os gusta. El número de perlas también puede ser simbólico: 22, 24, 36, 108, 144, etc., pero esto no es lo más importante. Lo esencial es comprender que hacer un collar es un acto lleno de significado: el hilo, es el pensamiento que debe unir entre sí a las poderosas entidades representadas por las perlas; la aguja, es la voluntad que conduce al pensamiento.

Y cuando os ponéis un collar, haya sido hecho o no por vosotros, sed conscientes de que lleváis un objeto lleno de un significado espiritual."


Pensamiento del jueves 3 de septiembre de 2015.

"Alguien dice: «Yo soy sincero y digo lo que pienso, sobre todo a mis amigos» y, ya se ve, ¡lo destruye todo a su paso! La sinceridad es ciertamente una cualidad, pero no hay que estar muy orgullosos de una sinceridad como ésta. ¿Acaso él mismo se preguntó si su opinión era correcta? No, ¿por qué iba a hacerlo?

Os dirá que es libre de pensar lo que quiera, que la libertad de pensamiento es una gran conquista de la humanidad.
De acuerdo, la libertad de pensamiento es una cosa valiosa. Pero sólo si sabemos realmente lo que es el pensamiento. ¡Cuántos llaman «pensar» a cualquier agitación de su intelecto respecto a todo aquello que les conviene o que les disgusta!

Esto es un error: el verdadero pensamiento no está conectado con el placer o el disgusto, ni siquiera empieza en el plano mental inferior, el intelecto, sino en el plano causal*, es decir, presupone el conocimiento de las grandes leyes cósmicas. La primera opinión que viene no es un pensamiento. Muchos pretenden decir lo que piensan, pero si pensaran verdaderamente, se callarían. O sólo hablarían después de haberse preguntado lo que vale su opinión y, si la expresan, cuáles serán las consecuencias."


Pensamiento del viernes 4 de septiembre de 2015.

"Según los casos, el orgullo y la humildad están considerados como cualidades o defectos.

Pero desde el punto de vista espiritual, podemos decir que el orgullo empobrece a los humanos, mientras que la humildad los enriquece.

Observad la actitud del orgulloso: se hincha, está lleno, mientras que el hombre humilde está vacío. Pues bien, es este vacío lo que atrae la plenitud, la plenitud espiritual. Porque en cuanto se produce un vacío en alguna parte en la naturaleza, una fuerza se precipita para colmarlo. Debemos ser humildes para atraer al Señor, porque Él no puede encontrar sitio donde los recipientes ya están llenos: es preciso haberse vaciado en sí mismo para que pueda entrar.
Si decís: «Dios mío, soy un insensato y Tú eres la sabiduría, yo soy pobre y Tú eres la riqueza, yo soy débil y Tú eres la fuerza...» estáis haciendo el vacío en vosotros, y entonces la Divinidad se precipitará para llenaros. Mientras que si os glorificáis con vuestras virtudes y vuestras capacidades, el Señor os dirá: «Puesto que estás tan contento de ti, continúa como eres, no tienes necesidad de Mí.»"


Pensamiento del Sábado 5 de septiembre de 2015.

"La belleza, el encanto, las cualidades morales o intelectuales... cada uno cree saber lo que ama en tal hombre o tal mujer. En realidad, sólo amamos al Único, el Creador que ha hecho a los seres tales como son.

No os engañéis, es a Él a quien amáis a través de todas las criaturas. Cuanto más se manifiesta en ellas lo divino, como bondad, como sabiduría, como belleza, como inteligencia, como fuerza, tanto más las amáis.
Nunca podréis pues encontrar la plenitud y el gozo perfectos si, en el ser al que amáis, no buscáis, más allá de él, una realidad más vasta, más rica.

Muy pronto le habréis dado la vuelta, y os aburriréis, os sentiréis decepcionados. Iréis entonces en busca de otro amor, pero muy pronto llegaréis otra vez al mismo aburrimiento, a la misma decepción.

Y todos los esfuerzos que podáis hacer no van a cambiar nada: hasta que no busquéis ver a la Divinidad en aquel o aquella a quienes amáis, no conoceréis la plenitud, porque os habréis equivocado de camino."


Pensamiento del domingo 6 de septiembre de 2015.

"A través de la nutrición entramos en contacto con la naturaleza, y este contacto puede hacerse de diferentes maneras. Por ejemplo, cogéis una manzana: la peláis, la cortáis en pedazos y os la coméis; entonces experimentáis una cierta sensación.

Y si mordéis la manzana, experimentáis otra.
Id ahora a un huerto, agarrad una rama de un manzano y empezad a morder la manzana sin desprenderla del árbol: ¡qué diferencia! Sentís que la fruta está viva, y experimentáis una plenitud, un gozo que el árbol mismo os comunica, porque está conectado con la tierra y con el cielo y extrae fuerzas de la tierra y del cielo.

Mientras coméis, estáis directamente en contacto con una corriente de energías puras. A través de su fruto, el árbol os ha puesto directamente en relación con el universo..."

Pensamiento del lunes 7 de septiembre de 2015.

"Cuando meditáis, esforzaos por elevaros muy arriba dentro de vosotros mismos, y después en manteneros el mayor tiempo posible en estas alturas.

Elevarse y permanecer en las alturas significa no dejar nunca de ser noble, justo y generoso, lo que supone también saber «descender» para ayudar a los humanos.
Aun viviendo y trabajando en la tierra entre los humanos, debemos evitar descender interiormente, es decir, dejarnos llevar por nuestras tendencias inferiores o participar en empresas egoístas o deshonestas. Permanecer en las alturas, no es imitar a las personas altaneras, inaccesibles y duras que creen que van a rebajarse si tienden la mano a otros más débiles, menos dotados, menos instruidos o de un rango social inferior. Al contrario, y para eso debemos tomar también ejemplo del sol. El sol desciende hasta nosotros, nos calienta con sus rayos, nos ilumina, nos comunica su vida, nos envía sus mensajes. Pero él sigue estando eternamente en las alturas."

Omraam Mikhaël Aïvanhov

domingo, 6 de septiembre de 2015

TE AMO



TE AMO
Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Hola. No nos conocemos, pero te amo. 
Espera. No te asustes. 
Sólo quiero decir: me reconozco en ti.
Detrás de las palabras, de las historias, del ruido y los silencios, sé que yo soy lo que tú eres. La consciencia en sí. Reconociéndose a sí misma como el ‘otro,’ así, el 'otro’ no es ningún 'otro.’
Yo soy tú, en el sentido más profundo. Te conozco íntimamente como yo mismo. Esto es amor.
No somos dos convirtiéndose en uno, amigo, porque el Uno nunca se divide.
No estamos intentando conectarnos, sino conocernos profundamente como aquello que nunca puede desconectarse.
No sé nada 'acerca’ de ti, amigo. Pero eso no importa.
Tu historia es secundaria a este amor. Nuestras historias y futuros palidecen en comparación a lo que arde aquí.
Somos amigos ancestrales; amantes desde hace mucho tiempo. Los cuerpos han cambiado, el drama de la encarnación se ha agotado, pero el amor ha sobrevivido.
Somos ancestrales, y sin embargo frescos. Presentes. Aquí.
E incluso si nunca nos volvemos a encontrar, te amo, más allá de las despedidas y de los saludos. No puedo evitarlo. Es mi naturaleza.
Con amor de ti mismo,
- Jeff Foster

LIBRO EL SENDERO DEL TAO (OSHO) Capitulo-I (III Escrito)










1. Capitulo- (III Escrito)
¿QUIÉN ES VERDADERAMENTE FELIZ?


El rey debe haber sido muy infeliz.  “Debo conseguir la felicidad”, se dijo el rey.  El médico real fue convocado.


-Quiero felicidad.  Hazme feliz y te haré rico.  Si no me haces feliz, te cortaré la cabeza -dijo el rey.


El médico se sintió perdido.  ¿Qué podía hacer?  ¿Cómo hacer feliz a alguien?  Nadie sabe cómo.  Nadie ha sido nunca capaz de hacer feliz a otro.  Pero el rey estaba loco y podía matar.

El médico dijo:

-Tendré que meditar, señor, y consultar las escrituras.  Vendré mañana por la mañana.


Meditó toda la noche y por la mañana llegó a una conclusión: “Es muy simple”.


Había consultado sus libros, pero la felicidad no se mencionaba en los libros de medicina.  El problema era difícil, pero él inventó algo, prescribió un remedio.  Dijo:


-Su majestad, tiene que encontrar la camisa de un hombre feliz y apropiársela.  Entonces obtendrá la felicidad y sabrá en qué consiste.


Era un remedio simple: encontrar la camisa de un hombre feliz y usarla.


El rey se alegró mucho al escuchar esto.  Dijo:


-¿Así de simple?


Entonces le dijo a su primer ministro:


-Ve y encuentra un hombre feliz y tráeme su camisa tan pronto como sea posible.


El ministro se fue.  Fue a ver al hombre más rico y le pidió su camina, pero él le dijo: “Puede usted llevarse todas las camisas que quiera, pero yo mismo soy infeliz, así que enviaré también a mis sirvientes a buscar un hombre feliz y su camisa.  Gracias por su remedio”.


Fue luego a visitar a muchas personas, pero ninguna de ellas era feliz.  No obstante, se mostraron dispuestos a ayudar a su rey: “Podemos dar nuestras vidas para que el llegue a ser feliz.  ¿Qué decir de las caminas?  Podemos dar nuestras vidas pero no somos felices; nuestras caminas no servirán”.


El ministro se sintió entonces muy desgraciado.  ¿Qué hacer? Ahora sería él el culpable; el médico había salido airoso, pero le había dejado con el problema y estaba muy preocupado. Entonces alguien dijo:


-No se preocupe tanto.  Conozco a un hombre feliz.  Usted debe haberlo escuchado alguna vez, en alguna parte; él toca su flauta por la noche, a la orilla del río.  Seguramente le ha escuchado alguna vez.


Él dijo:


-Sí, algunas veces en medio de la noche me he quedado encantado.  ¡Qué bellas notas!  ¿Quién es ese hombre?  ¿Dónde está?


-Esta noche iremos a buscarlo.  Él viene sin falta cada noche.


Efectivamente, esa noche fueron a la orilla del río y encontraron al hombre tocando con su flauta algo tremendamente hermoso.  Las notas tenían tanta gracia que alegraron al ministro, que exclamó:


-¡Ya he encontrado al hombre!


Cuando llegaron allí, el hombre dejó de tocar.


-¿Qué quieren ustedes?


-¿Es usted feliz? –inquirió el ministro.


-Soy feliz, soy felicidad.  ¿Qué quiere usted?


El ministro danzaba de contento.


-Sólo quiero que me de su camisa.


El hombre permaneció en silencio.


-¿Por qué se queda callado? –preguntó el ministro-  ¡Entrégueme su camisa!  El rey la necesita.


-Esto es imposible –dijo el hombre-, porque no tengo camisa alguna.  Usted no puede verlo porque está oscuro, pero estoy sentado aquí, desnudo.  Podría haber dado mi camisa, puedo dar mi vida, pero no tengo camisa alguna.


-Entonces, ¿por qué está tan feliz? –preguntó el ministro-.  ¿Cómo puede estar tan feliz?


-El día que lo perdí todo, la camisa también, alcancé la felicidad… El día que lo perdí todo.  En realidad no tengo nada, ni siquiera me tengo a mí mismo.  Yo no estoy tocando esta flauta; el todo está tocando a través de mí.  Soy una nada, una ausencia, un don nadie…


Éste es el significado de “pobre de espíritu”: uno que no posee nada, que no tiene nada, que no sabe nada, que es un don nadie. El Tao dice: cuando seas una nada llegarás a serlo todo. 

Afirma que eres y serás desgraciado.

Este Tao, este disolverse con el todo, este desaparecer en el cosmos, no se puede enseñar.  Puedes aprenderlo, pero no se puede enseñar.  Por eso Lieh Tzu y otros maestros taoístas no predican nada, no tienen nada que predicar.  Ellos hablan con parábolas.  Tú puedes escuchar el relato, y si lo escuchas realmente, algo se abrirá en ti como si fuera una explosión. 

Por tanto, todo depende de tu forma de escuchar.

El propio Lieh Tzu estuvo en silencio, sin hacer nada, aprendiendo a estar en silencio, aprendiendo a ser pasivo, a ser receptivo, aprendiendo a ser femenino; así es como se convierte uno en un discípulo.  Déjame decírtelo: no hay maestros sólo hay discípulos, porque esto es algo que no se puede enseñar. Entonces, ¿por qué se dice que hay maestros?  El Buda no te puede enseñar.  Lieh Tzu no te puede enseñar; entonces, ¿por qué se les llama maestros?  Por el contrario, si hay un discípulo, él aprende.


Por tanto, un maestro no es alguien que te enseña; un maestro es alguien en cuya presencia tú puedes aprender.  Permite que se conozca la diferencia: un maestro no es alguien que te enseña, porque no hay nada que enseñar.  Un maestro es alguien en cuya presencia es posible aprender.


Un buscador acudió a Jalaluddin Rumi, el místico sufí y le dijo:


-¿Me enseñarás?  ¿Me enseñarás, maestro?


Jalaluddin le observó y contestó:


-¿Me dejarás enseñar?


-¿Por qué no habría de dejarte enseñar? –respondió el hombre-.  He venido a aprender.


-Porque esto es lo más importante; ¿me dejarás enseñar? –dijo Jalaluddin-.  De otra manera no puedo enseñar, porque, en realidad, no es posible enseñar, sólo es posible aprender.  Si lo permites, entonces el aprendizaje florecerá.


Lieh Tzu estuvo con su maestro durante muchos años, sentado en silencio, sin hacer nada, volviéndose más y más pasivo.

Llegó el día en que se volvió absolutamente silencioso; no había un vestigio de pensamiento en su ser, ni una ola.  Su energía estaba completamente presente, era un embalse, un lago plácido sin olas, sin un soplo del viento; entonces lo entendió.

Es algo que se produce en sólo un momento.  La verdad no es un proceso, es un acontecimiento.  No es gradual, no necesita tiempo para producirse.  El tiempo, cuando es necesario, es un tiempo necesario para ti, porque ahora mismo no puedes estar en silencio.  Si puedes estar en silencio, cabe la posibilidad de que se produzca ahora mismo.  Siempre se produce en silencio.


¿Qué se produce en silencio?  Cuando estás en silencio no eres, los límites se disuelven, eres uno con la totalidad.


Permíteme contarte un cuento taoísta.


-Maestro, lo he conseguido –dijo un discípulo de Lao Tzu.


-Si dices que lo has conseguido –contestó Lao Tzu- entonces, es seguro que no lo has conseguido.


El discípulo esperó durante meses.  Entonces, un día dijo:


-Estabas en lo cierto, maestro.  Ahora, eso se ha conseguido.


Primero había dicho “lo he conseguido” y el maestro lo denegó. Luego, después de unos cuantos meses, un día se abrió algo en él como una explosión, así que manifestó: “eso se ha conseguido”.


Lao Tzu le miró con gran compasión y amor, y le acarició la cabeza.  Le dijo entonces:


-Ahora está bien.  Cuéntame pues, qué ha sucedido.  Me gustaría escucharlo ahora.  ¿Qué ha sucedido?


-Hasta el día en que dijiste “Si dices que lo has conseguido, entonces es seguro que no lo has conseguido”, estaba esforzándome.  Estaba haciendo todo lo que podía. 

Estaba intentándolo duramente.  El día en que dijiste: “si dices que lo has conseguido, entonces no lo has conseguido”, lo entendí.  ¿Cómo puedo “yo” conseguirlo, si el “yo” es la barrera?  Así que tuve que dejar que sucediera.

Eso puede ser conseguido y los taoístas incluso lo llaman “eso”. Ellos no dicen “él”; ellos no dicen “ella”; ellos no dicen “Dios padre”.  Ellos no le dan un nombre personal; simplemente dicen “eso”.  “Eso” es impersonal, es el nombre del todo: “Tao” quiere decir “eso”.

-El Tao se ha conseguido –dijo-, y llegó sólo cuando yo no estaba allí.

Lao Tzu dijo:


-Cuéntale a los otros discípulos en qué situación se produjo aquello.


-Lo único que puedo decir es que yo no era bueno, no era malo, no era un pecador, no era un santo, no era esto, no era aquello, no era nadie en particular cuando sucedió eso –respondió el discípulo-.  Yo estaba simplemente en una actitud pasiva, en una tremenda actitud pasiva; era nada más que una puerta, una apertura.  Ni siquiera lo había invitado, porque incluso la invitación habría ido con mi firma.  Ni siquiera lo había invitado…  En realidad me había olvidado de eso por completo. Estaba sentado, nada más.  Ni siquiera estaba buscando, preguntando, averiguando.  Yo no estaba allí, y de repente eso me desbordó.


Así es como sucede.  A ti te puede suceder si te vuelves más y más pasivo.  El Tao es el camino de lo femenino.  Las demás religiones son agresivas, las demás religiones están más orientadas hacia lo masculino.  El Tao es más femenino.
Y recuerda: la verdad sólo viene cuando te encuentra en un estado femenino de consciencia; nunca de otra forma.  Tú no puedes conquistar la verdad.  Esto es una tontería; ni siquiera vale la pena pensar en ello, en que puedas conquistar la verdad. ¡La parte conquistando al todo!  La parte sólo puede permitir, la parte sólo puede dejarse llevar.

Este dejarse llevar se dará si puedes hacer una cosa: deja de aferrarte al conocimiento, deja de aferrarte a las filosofías, deja de aferrarte a las doctrinas, a los dogmas.  Deja de aferrarte a las iglesias y a las religiones organizadas, o de otra forma tendrás falsas concepciones, y estas falsas concepciones no dejarán que la verdad entre en ti.


Una hermosa parábola:


Las golondrinas se posaban en fila a lo largo de los aguilones de la granja, parloteando unas con otras con inquietud, hablando de muchas cosas, pero con el pensamiento puesto sólo en el verano y en el sur, pues se acercaba el otoño y el viento del norte estaba a punto de llegar.

Y de repente, un día desparecieron todas.  Todo el mundo habló entonces de las golondrinas y del sur.


-Creo que me iré al sur el próximo año –dijo una gallina.


El año se terminó y regresaron las golondrinas.  El año se terminó y se posaron otra vez en los aguilones, y en todo el corral se hacían comentarios sobre el viaje de la gallina.


Y una mañana muy temprano, con el viento del norte, súbitamente las golondrinas se echaron a volar mientras sentían el viento en sus alas y una fuerza les llegaba junto con el misterioso, antiguo conocimiento y una fe más que humana.

Se remontaron entonces hacia lo algo y abandonaron el humo de nuestras ciudades.

-Creo que el viento es el adecuado –dijo la gallina, así que extendió sus alas y salió corriendo del corral.  Continuó luego aleteando en dirección a la carretera y siguió un trecho más abajo hasta que llegó a un jardín.


Al atardecer regresó jadeante.  En el corral contó a los pollos y gallinas cómo había ido hacia el sur hasta llegar a la autovía y cómo había visto pasar el tráfico del mundo y llegado luego a campos donde crecen las patatas.  Había visto además los rastrojos que dan de vivir a los humanos y, entonces, al final del camino, había encontrado un jardín sembrado de rosas, de bellas rosas, y al jardinero mismo allí presente.


-¡Qué cosa más interesante –dijeron las aves del corral-, y qué descripción tan hermosa, ¡de verdad!


Pasó el invierno y los meses amargos se alejaron dando paso a la primavera, y con ella a las golondrinas que llegaron otra vez.


Las aves de corral no aceptaron entonces que hubiese un mar en el sur.


-Tendrían que escuchar a nuestra gallina –alegaban.


La gallina se ha convertido ahora en la que sabe.  Sabe qué hay en el sur, pero ni siquiera ha salido del pueblo, sólo ha recorrido una corta distancia camino abajo. 
El intelecto es una gallina.  No puede ir muy lejos.  Pero una vez la gallina sabe algo, te pone sobre aviso; se convierte en un obstáculo.

Abandona tu intelecto, y no perderás nada.  Carga con tu intelecto, y lo perderás todo.  Abandona tu intelecto, y sólo perderás tu prisión, tu falsedad.  Abandona tu intelecto, y tu consciencia se remontará súbitamente hacia lo alto, desplegará sus alas…  y podrás ir al mismo sur, a los mares abiertos a los que perteneces.  El intelecto es un agobio para el hombre.


Una última cosa antes de adentrarnos en la parábola: el Tao empieza con la muerte.  ¿Por qué?  Para empezar, hay algo muy significativo.  El Tao dice que si entiendes la muerte lo entenderás todo, porque con la muerte tus límites se desvanecerán.  Con la muerte, tú desaparecerás.  Con la muerte, el ego será abandonado.  Con la muerte, la mente ya no estará presente.  Con la muerte todo lo que no es esencial será abandonado, y sólo permanecerá lo esencial.


Si puedes entender la muerte, serás capaz de entender en qué consiste el Tao, en qué consiste el camino sin sendero, porque la religión también es una forma de morir, el amor es también una forma de morir, la oración es también una forma de morir. La meditación es una muerte voluntaria.  La muerte es el fenómeno supremo.  Es la culminación de la vida, el crescendo, la cumbre más alta.  Tú conoces sólo una cumbre y esa cumbre es la del sexo, la cumbre más baja de los Himalayas.  Sí, es una cumbre, pero la más baja; la muerte es la más alta de las cumbres.


El sexo es nacimiento: es el comienzo de los Himalayas, la cumbre más baja.  Lo más elevado no es posible precisamente al comienzo.  Poco a poco, las cumbres se hacen más elevadas, y finalmente llegan al máximo.  La muerte es lo máximo, el sexo es el comienzo.  Entre el sexo y la muerte está toda la historia de la vida.


La psicología occidental empieza con la comprensión del sexo. La psicología oriental, la psicología de los budas, empieza con la comprensión de la psicología de la muerte.  La comprensión del sexo es muy primaria; la comprensión de la muerte es lo supremo.


Además, al entender la muerte puedes morir conscientemente. Si mueres conscientemente no volverás a nacer; no será necesario.  Ya habrás aprendido la lección; no serás devuelto otra vez a la rueda de la vida y de la muerte.  Habrás conocido; habrás aprendido.  No será necesario que se te envíe otra vez a la escuela: habrás trascendido.  Si no captas el significado de la muerte, tendrás que ser devuelto.  La vida es un estado de aprendizaje sobre la muerte.


La parábola:


“Cuando Lieh Tzu estaba comiendo a la vera del camino, en la ruta a Wei, vio una calavera centenaria.


Cogió una vara y señaló hacia la calavera y, dirigiéndose a su discípulo Pai Feng, dijo:


“Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido

y nunca morirás.  

¿Crees que es ella la desgraciada?


¿Crees que somos nosotros los verdaderamente felices?”.


Es una declaración muy enigmática, un código que se debe descodificar: “Sólo ella y yo sabemos –dice Lieh Tzu, señalando hacia la calavera centenaria-, que tú nunca has nacido y nunca morirás.”  ¿Por qué dice “sólo ella y yo”?  
La calavera ha muerto de manera involuntaria, ambos están muertos.  Lieh Tzu ha muerto a través de la meditación. 
Lieh Tzu ha muerto porque ya no tiene ego, porque ya no está separado del todo, porque él ya no está.  Ésta es una muerte real, más profunda en verdad que la muerte de la calavera. 
No hay certeza de que el hombre que ha muerto lo haya sabido. No hay certeza: puede que lo haya sabido, puede que no.  Pero hay certeza de que Lieh Tzu lo sabe: su muerte es consciente.

No obstante, él aprovechó la situación.  La parábola aprovecha una situación.  Su discípulo Pai Feng estaba sentado a su lado, la calavera yacía allí y él señaló hacia la calavera: “Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido y nunca morirás”.


¿Quién muere?  Y ¿quién es el que nace?  El ego es el que nace, y el ego muere.  En lo profundo, donde no hay ego, tú nunca has nacido y nunca morirás.  Tú eres eterno, eres eternidad, eres el sustrato mismo, el material del que está hecha la existencia; ¿cómo puedes morir?  No obstante, el ego nace y el ego muere.


Tú nunca has nacido y nunca morirás, pero ¿cómo saberlo? 

Te gustaría esperar a que llegara la muerte?  Eso es muy arriesgado, porque si ves toda tu vida inconscientemente, no hay muchas posibilidades de que te puedas volver consciente cuando mueras.  No es posible, si toda tu existencia ha sido una continuidad de vivencias inconscientes; morirás en la inconsciencia, no serás capaz de saber.  Morirás en estado de coma, no serás capaz de observar y ver qué está pasando.
Ni siquiera fuiste capaz de ver la vida, ¿cómo vas a ver la muerte?   La muerte es más sutil.

Si realmente quieres saber, empieza entonces a volverte más alerta, más atento.  Vive conscientemente, aprende sobre la consciencia, acumula consciencia.  Conviértete en una gran llama de consciencia; entonces, cuando venga la muerte, serás capaz de observarla, serás capaz de verla y sabrás que “El cuerpo está muriendo, el ego está muriendo, pero yo no estoy muriendo porque soy el observador”.  Este observador es la esencia misma de la existencia. 

 A este observador se le llama “Dios” en otras religiones  y “Tao”, según Lieh Tzu y Chuang Tzu, el conocedor, el elemento que conoce, consciencia, atención, estado de alerta.

Empieza a vivir una vida consciente.  Haz lo que estás haciendo, pero hazlo como si fueras un testigo de ello: obsérvalo, continúa observándolo en silencio. 

No te pierdas en medio de las cosas; permanece alerta, permanece distante. 
Empieza con las pequeñas cosas: caminar por la calle, comer, tomar un baño, coger la mano de un amigo, hablar, escuchar; pequeñas cosas, pero permanece, recupéralo otra vez, encuéntralo otra vez.  Esto es lo que el Buda llama plena atención, lo que Gurdjieff llama recuerdo de sí.
Continúa recordando que eres un testigo.  Al comienzo es arduo, duro, porque nuestro sueño es prolongado.  Hemos dormido por muchas vidas; nos hemos acostumbrado a dormir, estamos roncando, metafísicamente.  Es una cosa difícil, pero si lo intentas, poco a poco un rayo de atención empezará a entrar en tu ser.  Es una posibilidad; difícil, pero posible, no es imposible.  Y es lo más valioso que hay en la vida.

“Sólo ella y yo sabemos que tú nunca has nacido y nunca morirás.”  Se que tú nunca morirás porque nunca has nacido, pero no lo sabes.  Mi conocimiento no te va a ayudar, tienes que saberlo tú.  Tienes que convertirte en tu propia comprensión, en una luz para ti mismo.


“Crees que es ella la desgraciada?  ¿Crees que somos nosotros los verdaderamente felices?”.  Entonces él le hace una pregunta a su discípulo: “¿Quién es feliz?  ¿Los que están vivos o los que están muertos?  ¿Quién es realmente feliz?”.   Deja la pregunta. Es un koan: el discípulo tiene que meditar sobre la cuestión.


La parábola no dice nada, termina repentinamente.  Ahora el discípulo tiene que ponderarla.  Ahora tiene que meditar, tiene que estar consciente de la muerte, de la vida, del amor, de esto y de aquello.  También tiene que meditar en la pregunta: ¿Quién es realmente feliz?  ¿Eres feliz sólo porque estás vivo?  No lo eres; el mundo en su totalidad es muy desgraciado. 

En consecuencia se puede deducir una cosa, y se puede deducir incondicionalmente: el simple hecho de estar vivo no es suficiente para ser feliz; hace falta algo más para ser feliz, algo “más”.  Vida más atención consciente, con la luz de la atención consciente la oscuridad del ego desaparece.

En consecuencia, cuando la vida tiene un punto adicional de atención consciente, se producen grandes cosas.  Primero, el ego desaparece, y junto con el ego desaparece la muerte, porque sólo el ego puede morir, dado que el ego ha nacido. 

Con la desaparición del ego desaparece el nacimiento y la muerte.  Con la desaparición del ego tu separación de la existencia desaparece.

Éste es el significado de la crucifixión: el ego es crucificado. Cuando Jesús es crucificado nace Cristo; éste es el significado de la resurrección.  Por una parte crucifixión, por la otra resurrección.


Muere si quieres estar realmente vivo.  Es muy paradójico, pero tremendamente cierto, absolutamente cierto. 

Tal como estás, no estás ni vivo ni muerto.  Tú estás suspendido en el medio por eso hay infelicidad, tensión, angustia. 
Estás dividido: no estás ni vivo ni muerto.  Permanece, o bien completamente vivo, y sabrás lo que es la vida, o bien completamente muerto, y también sabrás lo que es la vida porque la totalidad abre la puerta del Tao.

Se total. El hombre que está dormido no puede ser total para nada.  Si estás comiendo no eres total; piensas en mil y una cosas, sueñas mil y un sueños, simplemente te llenas mecánicamente. 

Puedes estar haciendo el amor con tu compañera o compañero y no estar totalmente presente.  Puedes, tal vez, estar pensando en otras mujeres, hacerle el amor a tu esposa y estar pensando en alguna otra mujer.  O puedes, tal vez, estar pensando en el mercado, en los precios de las cosas que tú quieres comprar, un coche, una casa o mil y una cosas, y hacer el amor mecánicamente.

Se total en tus actos, y al ser total tendrás que estar alerta; nadie puede ser total sin estar alerta. 

Ser total implica no pensar en otra cosa.  Si estás comiendo, estás comiendo simplemente; estás totalmente aquí y ahora. 
El comer lo es todo: no te estás llenando únicamente; lo estás disfrutando.  El cuerpo, la mente, el alma, están todos en sintonía mientras comes: hay una armonía, un ritmo profundo entre los tres niveles de tu ser.  Entonces el comer se vuelve una meditación, el caminar se vuelve una meditación, el cortar leña se vuelve una meditación, el sacar agua del pozo se vuelve una meditación, el cocinar se vuelve una meditación.  Las pequeñas cosas se transforman, se convierten en actos luminosos, y cada acto se vuelve tan completo que adquiere la cualidad del Tao.


Cuando eres total no eres el hacedor.  Entonces Dios es el hacedor, o la totalidad es el hacedor; tú sólo eres un vehículo, un pasadizo, y volverse un pasadizo es dicha, es bendición.

Libro La Voz Interior : Ésta es la primavera de la Nueva Era por Eileen Caddy (1-10 de Septiembre 2015)



Libro La Voz Interior : Ésta es la primavera de la Nueva Era por Eileen Caddy (1-10 de Septiembre 2015)
Publicado por en Universo Espiritual Comunidad.
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Septiembre Se me mostró un profundo pozo oscuro, y en la parte superior había un cubo atado a una cuerda.
Vi cómo el cubo era introducido en el pozo, y al sacarlo de la oscuridad estaba lleno a rebosar de un agua clara y pura. Oí estas palabras : En lo profundo de cada alma se encuentra la pureza del Espíritu. Toma tiempo para buscarla hasta que la encuentres, y a continuación, sácala.
Septiembre, 1
Puedes elevarte a grandes alturas con un corazón lleno de alabanza y gratitud. Pero al igual que la pequeña alondra, tienes que elevarte desde la tierra; has de hacer ese esfuerzo especial. No es necesario que eso suponga tensión, puede ser un esfuerzo ligero, gozoso. ¿Por qué permanecer anclada, cuando la actuación por parte tuya puede hacer que cambie tu vida por completo?.
Ten miras altas, cuanto más mejor.
Espera los acontecimientos más maravillosos, no en el futuro sino ahora mismo. Avanza con paso firme y decidido, sabiendo con un profundo conocimiento interno que alcanzarás las metas que te propones. ¿Por qué no emprendes una acción positiva hoy? ¿Por qué no pones las ruedas en marcha? Una vez hayas cumplido tu parte, recibirás toda la ayuda que requieras, pero no antes.
Ten confianza en tu habilidad para hacer todas las cosas porque estás obteniendo tu sustancia de Mí. Puedes hacer todas las cosas cuando tu fe y tu confianza están depositadas en Mí.
Septiembre, 2
Cuando tu deseo sea traer paz y armonía al mundo, tendrás que encontrar paz y armonía en tu propio corazón.
Supone una pérdida de tiempo hablar de paz. Tienes que buscar y encontrar esa consciencia de paz que nada ni nadie pueden perturbar, y permanecer en ella.
En ese estado de conciencia serás capaz de ser efectiva y de ayudar a traer paz y armonía a las vidas de muchas personas. Hazte consciente de la paz y armonía de tu propia vida en primer lugar y, de la misma manera que una piedra arrojada al medio de un estanque, las ondas se expandirán cada vez más, tocando y cambiando la vida de muchas personas. "Según siembres, cosecharás."
Si siembras desacuerdo y desarmonía, recogerás desacuerdo y desarmonía, mientras que si siembras paz y armonía, la cosecha de paz y armonía será abundante, no sólo para ti, sino para todas las almas con las que entres en contacto.
Septiembre, 3
Da una y otra vez. Nunca trates de guardar nada.
Haz que todo fluya libremente, tanto si se trata de talento como de amor, dinero o posesiones; que circule. Si lo haces, lo verás multiplicarse por mil. La energía vital de tu cuerpo no puede quedar retenida; ha de mantenerse en movimiento y circular, pues sólo de esa manera podrá penetrar una fuerza vital mayor, más nueva, y tú podrás convertirte en un ser vital.
Así es con todas las cosas: permite que se muevan y no detengas su flujo. Observa la vida desplegarse para ti con verdadera perfección. Tienes que ver cada una de tus necesidades satisfechas en el momento justo.
Espera que así suceda, y nunca dejes que las dudas asalten tu conciencia. Sé positiva respecto a todo, independientemente del aspecto que adopten las condiciones externas, y siente esos pensamientos de desdicha desaparecer a medida que quedan reemplazados por otros de riqueza y de abundancia.
Ten una fe absoluta de que todo está muy, muy bien y de que todo está saliendo a la perfección porque está en Mis manos.
Septiembre, 4
Mantén continuamente ante ti la visión de la perfección, la belleza y la armonía, y mírala en todas las personas y en todas las cosas. Que el amor que hay en tu interior se derrame como el agua y que su corriente alcance a todos por igual. No hagas discriminación en tu interior, pues todos sois Míos; todos sois una familia. El amor universal comienza en el interior de cada individuo y se expande hacia el exterior. Cuando cada uno de vosotros se dé cuenta de eso y deje que el amor fluya libremente, sucederán grandes cambios en el mundo, porque es el amor lo que lo transmuta todo: odio, celos, envidia, crítica y codicia. Esas son las cualidades que ocasionan la guerra, la destrucción y la muerte. El amor crea vida, vida eterna y abundante. El amor trae consigo paz, dicha, felicidad y contento auténticos y duraderos. Por encima de todo trae unidad. Por eso, si has vagado por caminos y senderos desviados y has perdido tu norte, vuelve al sendero del amor que conduce directamente hasta Mí, y allí Me encontrarás esperándote en lo hondo de tu ser.
Septiembre, 5
Cuando escojas hacer Mi voluntad y andar por Mis caminos, habrás de hacerlo de todo corazón, con todo lo que eso suponga. Tendrás que estar a las duras y a las maduras si quieres aprender esa lección vital de obediencia instantánea a Mi voluntad.
Sólo cuando lo des todo, lo recibirás todo. En esta vida espiritual no puedes coger las cerezas y dejarte el pastel; o todo o nada. A muchas almas les gusta seleccionar las partes de esta vida que les resultan más atractivas pero ignoran aquellas que no parecen satisfacer sus deseos más bajos. Eso no es llevar una vida espiritual; eso es coger y tomar lo que uno quiere, no lo que se requiere de uno. No puedes esperar que las cosas salgan bien si ésa es tu actitud. Necesito tu completa sumisión y dedicación antes de poder obrar maravillas y milagros en ti y a través de ti. Ahora que ya lo sabes, ¿por qué no haces algo al respecto?
Septiembre, 6
Vive un día cada vez. No intentes apresurarte, haciendo planes para mañana, porque el mañana quizá no llegue nunca. Disfruta al máximo del día de hoy; disfrútalo como si se tratara del último día. Haz todas las cosas maravillosas que anhelabas, no de una forma imprudente o descuidada, sino con verdadero gozo. Hazte como un niño pequeño que no alberga preocupación hacia el mañana y que ha olvidado lo que pasó ayer; tan sólo vive como si el único tiempo presente fuera ahora. Ahora es el momento más emocionante que hayas conocido jamás, así que no te pierdas ni un solo segundo. Vive muy despierta, como de puntillas, lista para lo que pudiera pasar en cualquier momento. Si vives así, estás preparada y abierta ante cualquier cosa que pueda tener lugar. Vendrán cambios y vendrán muy deprisa. Levanta tu corazón con profunda gratitud a medida que venga uno tras otro. Mira siempre lo mejor en cada cambio que ocurra.
Septiembre, 7
La próxima vez que tengas que enfrentarte a un trabajo que no te atraiga, toma tiempo antes siquiera de empezarlo para cambiar por entero tu actitud hacia él. Considera que estás haciéndolo por Mí, y si tu amor por Mí es como debiera, encontrarás un auténtico gozo y delicia en hacer lo que sea a la perfección. Lo que es más, encontrarás que tienes mucho tiempo para hacer lo que hay que hacer. No pierdas el tiempo persuadiéndote de que no tienes tiempo y de que estás demasiado ocupada. Sencillamente, sigue adelante y haz lo que tengas que hacer. Que tu vida discurra con suavidad y de forma pacífica sin sensación de precipitación.
Cuando empieces el día de forma correcta, con un corazón lleno de amor y gratitud y con una sensación de expectación ante un día maravilloso en el que todo va a encajar a la perfección, lo atraerás hacia ti.
Septiembre, 8
Déjame obrar en ti y a través de ti. Deja que Mi amor y Mi luz fluyan libremente en ti y, a través de ti, en el mundo. Date cuenta de que así es como era en un principio, cuando andábamos y hablábamos juntos; date cuenta de que has recorrido un ciclo completo y una vez más has regresado y te has hecho una conmigo, el Amado. No sueñes con ello; tan sólo has de saber que es así ahora y que ya no hay separación. Ya no has de vagar más por el desierto perdida y sola, sin saber qué camino tomar.
Date cuenta de que cada uno de tus pasos está guiado y dirigido por Mí, y en la medida en que te hagas cada vez más consciente de Mí, de Mi divina presencia, ya no podrás perder tu camino nunca jamás. Por eso, da eternas gracias y que tu corazón esté tan lleno de gozo y gratitud que puedas expresarle en todo momento, y que cada aliento tuyo diga: "Gracias, Amado".
Septiembre, 9
Si un alma intenta obtener cuanto pueda de la vida sin dar, no será capaz de encontrar auténtica y duradera felicidad y júbilo, pues lo que proporciona una profunda alegría y contento internos es pensar y vivir para los demás. Nadie puede vivir para sí y ser feliz. Siempre que te encuentres con una sensación de descontento e insatisfacción en la vida, puedes estar segura de que eso se debe a que has dejado de pensar en otras personas y te has quedado demasiado enredada en ti misma.
El modo de cambiar es empezar a pensar en alguien más y en hacer algo por los demás hasta que el yo quede totalmente olvidado. Hay tantas almas necesitadas que siempre hay algo que puedes hacer por alguno de tus semejantes. Así que ¿porqué no abres tus ojos y tu corazón, y dejas que la luz te muestre el camino y que el amor guíe tus actos? Que mi amor te llene y te envuelva, y queda en perfecta paz.
Setiembre, 10
Al plantar una semilla en la tierra, quizá tenga el aspecto de cualquier otra semilla, marrón, seca, sin aparente fuerza vital en su interior. Sin embargo, la pones en la tierra con confianza, y en su momento empieza a crecer. Al crecer, sólo ella sabe en qué se va a convertir.
Tú únicamente sabes lo que has plantado por la etiqueta del sobre, pero tienes confianza en que esa planta concreta, crecerá a partir de esa semilla concreta, y así ocurre. Al plantar las ideas y pensamientos rectos en tu mente, debes hacerlo con completa confianza, sabiendo que sólo lo perfecto brotará de esas ideas y pensamientos. A medida que tu fe y confianza se hagan fuertes e inquebrantables, esos pensamientos e ideas constructivas comenzarán a crecer y a desarrollarse.
De esa forma, puedes llevar a cabo cualquier cosa. Es esa energía interna en el interior de cada uno lo que obra en vosotros. Es el YO SOY dentro de vosotros.
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