domingo, 31 de mayo de 2015

CARTA ABIERTA A EL SER UNO…



CARTA ABIERTA A EL SER UNO…  Conozco a un chico que es un alma antigua, ha trascendido muchos estados y siente en su interior que su partida de este mundo es próxima, sea porque el creador venga a buscarlo o bien de forma intencionada consciente acabando con su vida.

 Hola hermanos, tengo una pregunta a ver si me pueden ayudar... Conozco a un chico que es un alma antigua, ha trascendido muchos estados y siente en su interior que su partida de este mundo es próxima, sea porque el creador venga a buscarlo o bien de forma intencionada consciente acabando con su vida. Yo soy una persona vitalista y no comprendo ésta última forma de salir de aquí, o sea "Acabando con su vida". ¿Contemplan este tema en alguno de sus artículos? Salir de esta dimensión de forma intencionada. Esta persona no tiene depresión o estados de tristeza. Me gustaría poder entenderlo…Muchas gracias… Norma.

RESPUESTA: Estimada Norma… EL SER UNO nos dice en sus libros que el desencarne del alma debe ser siempre "Natural" el suicidio no entra dentro de las directrices universales o de lo que nosotros llamamos ELEVACIÓN. Transponer las Leyes Divinas sería un retraso enorme en el camino de tu amigo. Primero porque si él está aquí en este tercer grado, tercer plano y tercera dimensión es por algo. Segundo si él no lo descubre, entonces su venida a este grado, plano y dimensión fue en vano, tendrá que regresar más veces hasta descubrirlo. Dile a tu amigo que pensar en irse en esa forma "CÓMODA" pensando que se sentará a la diestra de Dios Padre, es huir del verdadero trabajo que tiene que hacer, con él mismo y con todo lo que lo rodea. La verdadera ELEVACIÓN del Espíritu es aquí en este mundo y con todo lo que nos ha tocado experimentar y vivir. 

Pensar como tu amigo es dejar llevarse por las inquietudes del “Sentir-Emocional-Inferior” y del “Pensar-Emocional-Inferior”, factores importantes que debemos transmutar antes de pensar en salir de este planeta. Todos nosotros, absolutamente todos, estamos en esta realidad llamada Planeta Tierra para superar y transmutar nuestras emociones, ya que estas son el mayor flagelo psíquico que nos mantienen atrapados y al servicio de las Sensaciones placenteras del Ego. La mayor equivocación en el camino espiritual es el EGO, el cual nos hace creer en nuestra ingenuidad que ya se llegó a la máxima elevación y que el Padre nos estará esperando con los brazos abiertos. Esta creencia pertenece a las religiones de este planeta, pero el universo no funciona de esta manera. Sabemos que todo se logra por Merecimiento y llegar a la máxima elevación significa un trabajo Interno arduo, constante, voluntarioso, valiente y con los 12 sentidos bien colocados para no caer en Ensueños del Sub-consciente y en las Fantasías Ególatras del Alma.

Muchas veces, la voz interior no viene del Espíritu o de los Ángeles, Dios y más nombres que le damos. No siempre viene del lado positivo de nuestra alma, a veces viene de ese lado oscuro y distorsionado que no quiere morir. La voz interior que nos indica “Quitarnos la vida para estar junto a Dios” no viene del Espíritu ni de almas desencarnadas y elevadas. Debemos saber reconocer y diferenciar cuando surgen sentimientos dentro de nosotros, hay que analizarlos objetivamente y correctamente para no cometer errores. Una voz interior que sugiere al ser el quitarse la vida, viene del lado oscuro y de la fantasía del Ego. A veces cuando el ser trabaja con consciencia y comienza a elevar su frecuencia, la energía-negativa que aún vive dentro de él no desea su avance, entonces le hace creer, que él debe estar cerca del creador y para ello debe quitarse la vida… es la mejor forma para que el negativo triunfe y ¿Cómo lo hace?... eliminando a ese Ser que está trabajando y llegando a las metas que se propuso. El negativo es muy sutil y sabe por dónde convencer a su víctima, lo envuelve en la mística y ensueño para trabar su avance energético, de esta manera logrará su objetivo que es: Eliminarlo para que no continúe y para que no ayude a los demás… Una trampa muy sutil del Ego. 

Si él pasa las pruebas, entonces el universo determinará cuándo él debe desencarnar y lo llevará en el momento que debe ser y en el tiempo que su alma necesitó, sin necesidad de provocar artificialmente el desencarne del alma. Atentar contra el templo CUERPO-MATERIAL es ir en contra de las LEYES DIVINAS, ya que ese cuerpo le fue dado por el universo, para que el alma pueda trabajar su interioridad. Si el alma no sabe agradecer la oportunidad que está recibiendo y rechaza ese cuerpo, entonces ese cuerpo le será dado a otra alma que si desea hacer y cumplir su trabajo interno. Ley de Causa y Efecto… Camino del Ser.

VENID



Ven, si te encuentras sin fuerzas, te cansaste de esperar, si te quedaste sól@ en el camino, si ni aún la soledad te acompaña. 
Ven, si la enfermedad te persigue, si el dolor no te abandona. 
Ven, si tus pensamientos te atormentan, si no puedes vivir, si te falta la respiración y te ahogas. 

Ven, si la pobreza es tu única compañía, si la riqueza no te llena. 
Ven, si te preguntas : ¿por qué a mí? y no obtienes respuestas. 
Ven, tú que ya nada esperas porque todo lo has vivido. 
Ven, si tu mente te atormenta, si el desamor, el odio, el rencor te rompen el corazón. 
Ven, si por amar te persiguen. 
Venid a mí, tomad mis manos, os llevo donde la Paz no es una quimera, sino el aire que respiráis. 
Sí. Venid conmigo a mi Templo, donde el Amor es mucho más que una palabra, un sentimiento, un pensamiento: es la VIDA misma. 
Venid.
Ángel Hache
http://escrito-en-el-viento.blogspot.com.es/

LA MONTAÑA




Cuanto más ascendía por la montaña, más tenía la sensación de ir hacia el interior, pero de qué. Miraba el imponente paisaje, montañas cuyas cumbres lucían nevadas, impolutas. ¿Quién podría sobrevivir en estas tierras?
Hacía largo tiempo que había iniciado este viaje, pero nada sale como uno desea, quizás algo en mí me guiaba, y yo, ya sin objetar nada, me dejaba llevar.
Cuando niño, uno imagina una vida de adulto donde todo está en orden, siguiendo las estelas dejadas por los antepasados, dando sólo un paso más en la supervivencia de la especie humana. Quizás no haya grandes pretensiones, salvo algún sueño que uno siente que nunca se hará realidad, un destino anodino. Pero en lo más profundo de mi ser algo se revela y se niega a aceptar tal existencia…
Casi sin darme cuenta me vi envuelto en una espiral de situaciones que derrumbaron mi estatus mental. Acontecimientos, que sin pretenderlos, me “hablaban” de otra realidad que convivía con ésta. No ha sido obra de un día ni dos, sino de años, décadas… Un hecho inexplicado llevaba, no a otro, sino a un “acoso y derribo” y cuando todo parecía volver a la estabilidad, vuelta a empezar. Ocurrían en días y fases lunares concretas, queriendo decir que hay una inteligencia tras ellos, que la casualidad nada tiene que ver en todo esto. Me negaba una y otra vez a encajarlo, de nada me servía.

De este modo emprendí un viaje precedido de un extraño sueño, en que mi muerte parecía ser el eje central, me equivoqué…
Me llevó a rincones del planeta, que más bien eran mis propios “rincones”. Pude ver cara a cara toda la podredumbre que se escondía agazapada, esperando el momento propicio para ver la luz y apoderarse de ella. ¡La luz! ¡Qué palabra…! La luz que parecía guiarme se apagaba, de tal modo que durante un tiempo sólo percibía sombras, las mías. No me dejaban vivir en paz…, el mundo se había convertido en mi enemigo y luché contra él. Y éste me tragó.
Era necesario emprender este peregrinaje a la fuente pasando por las cloacas. Me resistía a vivir una agonía perpetua y saqué fuerzas de mi flaqueza. Supe el valor de la voluntad, había vivido demasiado tiempo sin conocerlo, guiado por fuerzas ajenas a mí, por la inercia de una civilización que vive su propia tribulación, que también era la mía.
Cuando toqué fondo, en la noche más oscura, en que mis propios demonios se presentaron cara a cara, antes ocultos tras una apariencia angelical, supe que iba a morir. Mi muerte fue sólo el comienzo. Un chasquido, un fogonazo de luz, hizo que todo cambiara… Un acto de voluntad… ¡la mía!, determinó el giro inesperado. Y las sombras desaparecieron como si nunca hubieran estado. Mi inconsciencia, mi existencia dormida estaba despertando a otra realidad y ésta estaba aquí, donde siempre estuvo.
Así es como me encontré ascendiendo a la cumbre de mi montaña interior.
Y en este paisaje, aparentemente inerte, supe que estaba y está lleno de vida. Esperas que la experiencia de la ascensión sea tan personal que en ella no haya nadie, quizás por la fuerza de la costumbre, de la “vieja costumbre”, pero no fue así. Ni siquiera iba sólo, pues otras y otros peregrinos estaban, un tiempo, como yo, caminando por estrechas sendas, y cuando éstas desaparecían, escalando con las propias manos, siempre con la mirada puesta, no en la cumbre, sino compartiendo con quienes estaban al lado, viviendo su propio ascenso, su metamorfosis. Ya no importaba el destino, el trayecto en la montaña se había transformado en el propio fin. De este modo experimenté en mí el renacimiento, me convertí en la misma montaña, me fusioné con ella y comprendí que estaba formada y habitada por quienes emprendieron su propio peregrinaje a la fuente tiempo atrás.
La Luz ilumina el interior de la montaña, fuera, en su cumbre, la nieve perpetua refleja los rayos del sol como un faro que nos guía en la noche oscura del alma. Tras ésta, hay un amanecer colmado de vida, la muerte ha quedado atrás.

LA EXPERIENCIA DEL ILUMINADO


Seguramente el lector sentirá cierta curiosidad por saber cómo es la vida de un Iluminado y, en qué modo difiere de la suya propia. Si llegar a la Iluminación resulta un empeño tan exigente como hemos descrito – ¿Es que vale la pena? ¿No sería mejor conformarse y aceptar las cosas tal como parecen ser?
La respuesta a esta pregunta es un asunto puramente individual. Sólo uno mismo puede determinar si todavía está dispuesto a creer en las vanas promesas de la vida material o si, habiendo tomado consciencia de su falsedad, no le queda otro anhelo que volar hacia el infinito en las alas de la Libertad.
Decía Maharaj que uno puede morir cien veces sin una interrupción en el barullo mental. O, conservar el cuerpo y, morir sólo en la mente. Y remataba: “La muerte de la mente es el nacimiento de la Sabiduría”. 
Con esto quería decir que no es la muerte física la que pone fin a la tortura del pensamiento automático, sino la Iluminación. La Iluminación es la muerte de la mente, o sea, del sentido de ser una “persona”.
El “ser soñado”, o “persona”, teme a la muerte, porque ésta representa el fin de sus apegos, adicciones y dependencias. Siempre está buscando cómo sobrevivir, cómo sacar ventaja, cómo protegerse; se esconde detrás de una coraza de auto-defensa. El buscador de la Verdad, por el contrario, busca morir a todo apego mediante el trabajo de des-condicionamiento y las diferentes formas de “oxigenar” la mente que ya hemos mencionado. Y, el Sabio Iluminado, es el que ha trascendido el aspecto personal del Ser y se ha liberado de todos sus apegos e impedimentos. No se le puede considerar una “persona”.

Pero escuchemos las palabras de Maharaj, que es quien, en todo caso, puede darnos testimonio directo desde esa Realidad:
“No soy una persona en el sentido que usted le da a la palabra; aunque a usted le parezca una persona, soy el Océano Infinito de la Conciencia en el que todo ocurre. Estoy más allá de toda existencia y cognición, soy pura Bienaventuranza del Ser. No hay nada de lo que me sienta separado, por consiguiente soy todo, nada es yo, yo soy nada. El mismo poder que hace que el fuego arda y el agua fluya, que las semillas germinen y el árbol crezca, me hace responder las preguntas de usted. No hay nada personal en mí, aunque el lenguaje y el estilo puedan parecer personales. Una persona es un conjunto de pautas de pensamiento y deseo y, de las acciones resultantes; en mi caso no hay tal pauta. No hay nada que desee o tema ¿Cómo podría considerárseme una persona?”* 
El Iluminado carece de miedo, lo cual no quiere decir que actúe de manera temeraria o irreflexiva. Más bien quiere decir que, al ver las cosas sin la distorsión del temor o el apego, las ve tal como son y, hace lo correcto sin dejarse confundir por las emociones y los condicionamientos.
“No tengo miedo porque no soy nada que pueda experimentar miedo o pueda estar en peligro. No tengo forma ni nombre. El apego a la forma y el nombre es lo que teje el miedo. No tengo apegos, soy Nada, y la Nada no tiene miedo a nada. Por el contrario, todo le tiene miedo a la Nada, porque, cuando una cosa toca la Nada, se convierte en Nada. Es como un pozo sin fondo, cualquier cosa que cae allí, desaparece”.*
El miedo y, la consciencia de ser un individuo separado (ego o persona), son una y la misma cosa. La Unidad (léase Dios, lo Supremo, etc.) no puede experimentar miedo porque no está separada, es completa en sí misma, no existe nada que pueda amenazarla.
Al igual que la luz pura, al atravesar un prisma, se descompone en colores sin dejar de ser luz; la Unidad, al atravesar el prisma de la ´sensación de ser´, se descompone en multiplicidad, sin dejar de ser la Unidad. Al identificarse con cada una de estas aparentes individualidades, que son meramente reflejos de sí misma, asume las limitaciones de cada una de ellas, incluyendo el miedo a la muerte. Pero la Unidad o, Iluminación, no es la aniquilación, dice el Iluminado, sino “Un estado más Real, Consciente y Feliz de lo que se pueda pensar. Sólo que ya no hay conciencia de ser un individuo”.
Pero sigamos escuchando a Maharaj:
“Mi mundo no está lleno de personas y cosas, sino que está lleno de mí mismo. Parece que oigo, hablo y actúo, pero para mí todo eso simplemente sucede, como para usted sucede la digestión o la transpiración. El cuerpo/mente se encarga de ello, dejándome a mí fuera. Así como usted no necesita preocuparse por que le crezca el pelo, yo no necesito preocuparme por la palabras y las acciones. Simplemente ocurren y me dejan indiferente, pues en mi mundo no hay nada que pueda marchar mal.” *
Estas citas nos dan una idea aproximada de lo que significa la Iluminación, aunque es bueno aclarar que el término “Iluminado” es un contrasentido porque, cuando la Iluminación tiene lugar, la identificación personal desaparece. No hay “nadie” que se “ilumine”.
“Un Iluminado dispone de un modo espontáneo de percepción no-sensorial, que le hace conocer las cosas directamente, sin el intermedio de los sentidos. Él está más allá de lo perceptible y lo conceptual, más allá de las categorías de tiempo y espacio, de nombre y forma. Él no es ni lo percibido ni el percibidor, sino el factor simple y universal que hace posible el percibir”.*
“Una vez que ve que no hay nada en este mundo que pueda tener por propio, usted mira el mundo desde fuera como mira una obra en un escenario o, una película en la pantalla, admirando y gozando, pero realmente impasible. Mientras usted imagine ser algo tangible y sólido, una cosa entre otras cosas, realmente existiendo en tiempo y espacio, vulnerable y breve, naturalmente estará ansioso por sobrevivir y crecer. Pero cuando se conoce a sí mismo como algo más allá del tiempo y del espacio – en contacto con ellos sólo en el punto del aquí y ahora; por otro lado todo-penetrante y todo-abarcante, inaccesible, inalcanzable, invulnerable, entonces ya no tendrá miedo. Conózcase a sí mismo como es – no hay otro remedio contra el temor”.*
Llegados a este punto, haremos una reflexión final: La ciencia nos dice que el universo se originó mediante una gran explosión o “big bang” que ocurrió hace miles de millones de años. Esta es una apreciación basada en el tiempo. De haber hablado sobre el asunto, yo intuyo que Maharaj lo hubiera hecho desde la intemporalidad, haciéndonos ver que el “big bang” está ocurriendo en este mismo instante. ¿Qué más “big bang” que la explosión incalculable de nuevos seres que están naciendo ahora mismo en los tres reinos – mineral, vegetal y animal? ¿Qué más “big bang” que lo Desconocido irrumpiendo en la esfera de lo conocido a través del vientre de una madre? ¿Qué más “big bang” que el espacio infinito expandiéndose continuamente más… y más…y más?
El “big bang” es el momento de la Creación. Ocurre aquí y ahora, o sea, en todas partes en todo momento, dando lugar a la dualidad, al tiempo y al espacio. Es una fuerza centrífuga; es decir, dirigida hacia fuera, desde la Unidad, hacia la variedad y la multiplicidad. Un potencial latente invisible que se desborda en lo visible, generando la infinitud de seres, formas y mundos temporales que conocemos.
Cuando “alguien” se “Ilumina”, la energía comprometida en su mundo se recoge sobre sí misma, reabsorbiéndose en esa Conciencia Pura, Auto-existente, Auto-radiante, Bienaventurada, Inmutable, Amorosa e Indescriptible que llamamos Dios. Es el retorno del hijo pródigo a su verdadero hogar: el Ámbito Sagrado de la Existencia.
“Cuando muere un Iluminado, él deja de existir en el mismo sentido que un río deja de existir cuando entra en el océano; el nombre y la forma ya no existen, pero el agua permanece y se hace una con el mar. Cuando un Iluminado se une a la mente universal, toda su bondad y sabiduría se convierten en la herencia de la humanidad y elevan a todo ser humano”.*

Guía espiritual para tiempos desesperados

Busca personas de paz



Sólo relaciónate y Únete con personas que estén en la luz, en la paz, en la armonía, o sea que sus acciones sigan lo que dicen sus palabras…
Todo ser que su energía sea inferior a la luz, a la paz, a la armonía, a la unidad, te conviene alejarte de ese ser, respetando su decisión de experimentar el sufrimiento y el dolor en su vida.
Ya que aunque tu tengas buena fe, estar con una persona que es como un agujero negro (atrapa la luz de alrededor y no deja escapar a nadie a salvo), esta persona tarde o temprano lo pagara su mal rollo constante hacia ti, y hacia los seres que están a su lado…
A no ser que seas masoquista ( respeto al que disfruta de que le hagan daño), es conveniente que un ser amargado, que no se quiere así mismo, y esta en plena autodestrucción, y negatividad constante, es mejor que te alejes, ya que tu serás la diana de sus acciones negativas, aunque sean inconscientes, por lo tanto una persona que no se ha trabajado el inconsciente, a través de pensamientos positivos, que se cree que por arte de magia su no consciente se va a arreglar sin ayuda, sin auto observación, por ejemplo, meditaciones no mentales, método Silva, Programación neuro lingüística, o la más barata, la meditación zen, que es escuchar tu respiración y entender lo que sientes…
meditaEstar con personas que no hayan trabajado personalmente…y atraigan negatividad a su vida, y atraigan seres oscuros y situaciones oscuras o negativas o malignas, es porque en su inconsciente, o sea en su mente no consciente, están instaladas programas negativos de pensamientos negativos, desde niños, heredados de sus padres, y de sus familiares….
A veces, cuando alguien hace de pinche tirano, o sea del que mal mete contra uno y los demás, y le gusta hacer sufrir a los demás, es mejor alejarse.
de un maltratador hay que alejarse, de un manipulador, de un tirano hay que alejarse, de un ser egoísta hay que alejarse.
Cuando sabes tu sin que te des cuenta que eres un egoísta? cuando estas solo…
asume tu propia responsabilidad de lo que haces, y dices, y ya no vale echar la culpa a los demás..Mensaje canalizado de alma a alma por Juanca Lopez. Julio 2013
Por Juanca López. JuancaAhm@gmail.com
Puedes Difundir mis Publicaciones, Siempre Indicando el Autor y la Fuente o Copyright.
Página Web de Juanca López desde la Unidad del Ser:

PERDONARSE A SÍ MISMO



Perdonarnos a nosotros mismos produce los siguientes
efectos:
- Nos obliga a desentrañar nuestros procesos internos y a
conocernos mejor.
- Nos demuestra que somos falibles y débiles y que, por
tanto, necesitamos mejorar y nos hace falta el perdón tanto como
a los demás.
- Restaura la armonía perdida entre nuestros vehículos. Nos
hace sentir en paz con nosotros mismos y con los demás.
- Nos hace aprender rápidamente las lecciones derivadas de
nuestras actuaciones, con lo que avanzamos más deprisa en
nuestra evolución.
- Nos obliga a, una vez comprendido lo negativo de nuestra
actuación, esforzarnos por no reincidir.
- Si somos capaces de sentir todo el dolor que hemos
producido, de nuestro átomo simiente desaparece ese acto
nuestro, ya que hemos aprendido la lección que la ley natural
pretendía enseñarnos. Con ello, nuestra estancia en el Purgatorio,
en su día, será más breve. En eso consiste el Ejercicio Diario de la
Retrospección que a todos los miembros de la Fraternidad
Rosacruz se nos recomienda realizar cada noche, antes de
dormirnos, repasando nuestra conducta, en todos los sentidos,
durante la jornada que acaba.
Pero, ojo: Para perdonarnos a nosotros mismos, para que
se borre del átomo simiente del cuerpo físico, son necesarios dos
requisitos: el sincero arrepentimiento y el sincero propósito de
enmienda, más, si procediese, la restitución de lo sustraído. Y,
fijémonos: “arrepentimiento y propósito de la enmienda”. Pero,
¿del acto o de la intención? Está claro que de ésta, porque ello
llevará consigo lo primero.
Y ha de ser así porque no cabe engañar a nuestro átomo
simiente. No sirven la disculpa ni la excusa ni la justificación. El
átomo simiente ha grabado fiel e imparcialmente todo lo sucedido
en nuestro pensamiento y en nuestras emociones así como en
nuestro entorno, con toda exactitud, de modo que nos resulta
imposible ocultar ni falsear nada. Por eso el arrepentimiento ha de
ser sincero, verdadero; y por eso el propósito de la enmienda ha
de ser sincero y honesto. De otro modo, los pecados seguirán en
el átomo simiente y, cuando llegue el momento, en el Purgatorio
tendremos que experimentar todo el daño que hicimos.
Francisco Manuel Nácher

sábado, 30 de mayo de 2015

Vivir en el presente, pero sólo en apariencia (OSHO)


Vivir en el presente, pero sólo en apariencia
El hombre parece estar en el presente, pero eso es sólo apariencia. El hombre vive en el pasado. Pasa a través del presente, pero sigue estando enraizado en el pasado. El presente no es un tiempo de verdad para la conciencia ordinaria. Para la conciencia ordinaria, el tiempo real es el pasado, el presente es sólo una conexión entre el pasado y el futuro, sólo un paso momentáneo. El pasado es real y el futuro también, pero el presente no tiene realidad para la conciencia ordinaria.

El futuro no es nada más que una prolongación del pasado. El futuro no es más que el pasado proyectado una y otra vez. El presente parece no existir. Si piensas en el presente, no lo encontrarás… porque en el momento en que lo encuentres, ya habrá pasado. Y un momento antes, cuando aún no lo habías encontrado, estaba en el futuro.

Para una conciencia búdica, para un ser despierto, sólo el presente existe. Para la conciencia ordinaria, inconsciente, dormida como un sonámbulo, el pasado y el futuro son reales, pero el presente es irreal. Sólo cuando uno despierta el presente se hace real, y el pasado y el futuro se vuelven irreales.

¿Por qué es así? ¿Por qué vives en el pasado?

Porque la mente no es más que una acumulación de pasado. La mente es memoria… todo lo que has hecho, todo lo que has soñado, todo lo que quisiste hacer y no pudiste hacer, todo lo que has imaginado en el pasado, eso es tu mente. La mente es una entidad muerta. Si miras a través de la mente, nunca encontrarás el presente, porque el presente es vida, y la vida nunca se puede abordar a través de un medio muerto.

 La mente está muerta.

La mente es como el polvo que se acumula en un espejo. Cuanto más polvo se acumula menos espejo es el espejo. Y si la capa de polvo es muy gruesa, como ocurre en ti, el espejo no refleja nada.
Todo el mundo acumula polvo. No sólo lo acumulas, te aferras a él. Lo consideras un tesoro. El pasado ya se fue. ¿Por qué te aferras a él? No puedes hacer nada con él, no puedes retroceder, no puedes deshacerlo… ¿por qué te aferras a él? No es un tesoro. Y si te aferras al pasado y crees que es un tesoro, es lógico que tu mente quiera revivirlo una y otra vez en el futuro. Tu futuro no puede ser otra cosa más que tu pasado modificado… un poco retocado, un poco más decorado, pero va a ser lo mismo porque la mente no puede pensar en lo desconocido. La mente sólo puede proyectar lo conocido, lo que ya sabes.

Te enamoras de una mujer y la mujer muere.

 ¿Cómo vas a encontrar ahora otra mujer?

La otra mujer va a ser una forma modificada de tu difunta mujer; es la única manera que conoces. Hagas lo que hagas en el futuro, no será más que una continuación del pasado. Puedes cambiarlo un poco…un apaño por aquí, otro por allá… pero la parte principal seguirá siendo la misma.

Estaba el mulá Nasruddin en su lecho de muerte y alguien le preguntó: «Si te concedieran otra vida, ¿cómo la vivirías, Nasruddin? ¿Harías algún cambio?» Nasruddin consideró la cuestión con los ojos cerrados, se lo pensó, lo meditó, y después abrió los ojos y dijo: «Sí, si me concedieran otra vida, me peinaría con raya en el medio. Siempre quise hacerla, pero mi padre siempre insistió en que no me peinara así. Y cuando mi padre murió, el pelo se me había condicionado de tal modo que ya no podía peinarme con la raya en el medio.»

¡No te rías! Si te preguntan qué harías si volvieras a vivir, introducirías pequeños cambios como ese. Un marido con una nariz ligeramente distinta, una esposa con un tipo ligeramente distinto, una casa más grande o más pequeña… pero todo eso es como peinarse con la raya en el medio: trivialidades, cosas no esenciales. Tu vida esencial seguiría siendo la misma. Lo has hecho muchas, muchísimas veces. Se te han concedido muchas vidas.

Has vivido muchas veces; eres muy, muy antiguo. No eres nuevo en este mundo, eres más viejo que el mundo, porque has vivido en otros mundos, en otros planetas. Eres tan antiguo como la existencia; y así debe ser porque eres parte de ella; Eres muy antiguo, pero has repetido los mismos patrones una y otra vez. Por eso los hindúes lo llaman la rueda de la vida y la muerte: una “rueda” porque sigue repitiéndose a sí misma;. Es una repetición: los mismos radios suben y bajan, bajan y suben.

La mente se proyecta a sí misma, y la mente es el pasado, así que tu futuro no va a ser distinto del pasado. ¿Y qué es el pasado? ¿Lo que has hecho en el pasado?

Hayas hecho lo que hayas hecho, bueno, malo, esto, aquello; lo que sea ello crea su propia repetición. Esa es la teoría del karma. Si estuviste furioso anteayer creaste un cierto potencial para volver a enfurecerte ayer. Y cuando lo repetiste, le diste más energía a la ira. Hiciste que el estado irascible arraigara más, lo regaste; así que hoy lo volverás a repetir con más fuerza, con más energía.

Y mañana volverás a ser víctima del hoy.
Cada acción que ejecutas, incluso cada cosa que piensas tiene su manera de persistir y repetirse una y otra vez, porque crea un canal en tu ser. Empieza a absorber energía de ti. Estás irritado, se te pasa el mal humor y crees que ya no estás irritado.

Pues te equivocas. Aunque se ha pasado el mal humor, no ha ocurrido nada. La ira estaba en la superficie hace unos minutos; ahora ha pasado al subconsciente, a las profundidades de tu ser. Allí aguardará a que vuelva a llegar su momento. Si has actuado de ese modo, la has reforzado.

Le has permitido seguir viviendo. Le has vuelto a dar poder, energía. Está palpitando como una semilla bajo tierra, esperando la oportunidad y la estación adecuadas, y entonces brotará.

Todo acto se auto perpetúa, todo pensamiento se auto perpetúa. En cuanto cooperas con él, le estás dando energía. Tarde o temprano, se convierte en habitual. Lo harás y no serás tú el que actúa; lo harás sólo por la fuerza de la costumbre. La gente dice que la costumbre es una segunda naturaleza y no es una exageración. Al contrario, es quedarse corto. De hecho, la costumbre acaba por convertirse en la primera naturaleza, y la naturaleza pasa a un plano secundario. La naturaleza se convierte en algo parecido al apéndice de un libro, o a las notas a pie de página, y la costumbre pasa a ser el texto principal del libro.

Has vivido basado en hábitos… eso significa que los hábitos viven básicamente por medio de ti. El hábito persiste, tiene una energía propia. Claro que esa energía te la quita a ti, pero tú cooperaste en el pasado y sigues cooperando en el presente. Poco a poco, el hábito se convertirá en el señor, y tú serás sólo un sirviente, una sombra. La costumbre dará las órdenes, será quien mande, y tú serás sólo un sirviente obediente. Tendrás que obedecer.

Sucedió una vez que un místico hindú llamado Eknath partió de peregrinación. La peregrinación iba a durar por lo menos un año, porque tenía que visitar todos los lugares sagrados del país. Por supuesto, era un privilegio acompañar a Eknath, así que con él salieron de viaje mil personas.

Llegó también el ladrón del pueblo y dijo:



-Sé que soy un ladrón y que no soy digno de ser miembro de tu grupo religioso, pero dame una oportunidad también a mí. Me gustaría ir en la peregrinación.

-Será difícil -dijo Eknath-, porque un año es mucho tiempo y puedes empezar a robar cosas a la gente. Puedes causar problemas. Por favor, renuncia a esa idea.
Pero el ladrón era insistente.

-Dejaré de robar durante un año, pero tengo que ir. Te prometo que durante un año entero no le robaré nada a nadie.

Eknath accedió. Pero antes de una semana empezaron los problemas, porque empezaron a desaparecer cosas de los equipajes de la gente. Pero lo más desconcertante era que nadie las estaba robando. De la bolsa de un viajero desaparecían cosas, pero tras unos días de búsqueda se encontraban en la bolsa de algún otro. Y el hombre en cuya bolsa se encontraban decía: «Yo no he hecho nada. De verdad que no sé cómo han llegado estas cosas a mi bolsa.»

Eknath sospechaba, así que una noche fingió dormir pero se mantuvo despierto y vigilando. El ladrón apareció a eso de la medianoche, en medio de la oscuridad, y empezó a cambiar cosas de los equipajes de unos a los equipajes de otros. Eknath lo atrapó con las manos en la masa y le dijo:
-¿Qué estás haciendo? ¡Me lo habías prometido!

-Y cumplo mi promesa -dijo el ladrón-. No he robado ni una sola cosa. Pero tengo esa vieja costumbre… en mitad de la noche, si no he cometido alguna fechoría, me resulta imposible dormir. ¿Voy a pasarme todo un año sin dormir?

Tú eres un hombre compasivo. Deberías tener compasión de mí. ¡Y no estoy robando! Las cosas se encuentran siempre. No van a ninguna parte, sólo pasan de una persona a otra. Y además, dentro de un año tendré que empezar a robar otra vez, así que me viene bien practicar.

Los hábitos te obligan a hacer ciertas cosas; eres una víctima. Los hindúes llaman a esto la teoría del karma. Cada acción que repites, o cada pensamiento -porque el pensamiento es también un sutil acto de la mente-, adquiere más y más poder cada vez. Y entonces estás en sus garras. Eres prisionero del hábito. Entonces vives como un preso, como un esclavo. Y la prisión es muy sutil; la prisión está constituida con tus hábitos y condicionamientos y con los actos que has realizado. Rodea todo tu cuerpo y estás atrapado en ella, pero tú sigues pensando que eres tú quien actúa, y engañándote a ti mismo.

Cuando te enfureces, crees que lo estás haciendo tú. Lo racionalizas y dices que la situación lo exigía: “Tuve que enfadarme, de lo contrario el niño se habría escapado”. Si no me enfadara, las cosas irían mal, y la oficina sería un caos. Los criados no hacen caso; tuve que echarles una bronca para que se hicieran las cosas. Tuve que ponerme furioso para poner a mi mujer en su sitio. Esto son racionalizaciones. Así es como tu ego sigue pensando que todavía eres tú quien manda. Pero no eres tú.

La ira surge de antiguas pautas que vienen del pasado. Y cuando surge la ira, tú procuras encontrar una excusa. Los psicólogos han experimentado con esto y han llegado a una misma conclusión que la sicología esotérica oriental: el hombre es una víctima, no es el que manda. Los psicólogos han colocado a personas en total aislamiento, con todas las comodidades posibles. Se les proporcionaba cualquier cosa que necesitaran, pero no se les permitía establecer ningún contacto con otros seres humanos.

 Vivían en aislamiento en una celda con aire acondicionado. Sin trabajar, sin preocupaciones, sin problemas… pero los viejos hábitos persistían. Una mañana, sin ninguna razón aparente -porque se le proporcionaban todas las comodidades, no había preocupaciones, no había excusas para irritarse-, el sujeto sufría un repentino ataque de ira.

Está dentro de ti. A veces, de pronto te sientes triste sin razón aparente. Otras veces, te sientes feliz, o te sientes eufórico, extático. Un hombre privado de relaciones sociales, aislado a todo confort, con todas las necesidades satisfechas, pasa por todos los estados de ánimo por los que pasaría si se relacionara. Eso significa que algo sale de dentro, y tú lo achacas a otro. Eso no es más que una racionalización.

Te sientes bien, te sientes mal, y esas sensaciones burbujean desde tu propio subconsciente, desde tu propio pasado. Nadie es responsable, excepto tú. Nadie puede ponerte furioso y nadie puede ponerte contento. Te pones contento tú solo, te pones furioso tú solo y te pones triste tú solo. Si no te das cuenta de esto, seguirás siempre siendo un esclavo..

El dominio de uno mismo se adquiere cuando uno se da cuenta: «Soy absolutamente responsable de todo lo que me ocurre. Ocurra lo que ocurra, sin condiciones, el responsable absoluto soy yo.»
Al principio, esto te pondrá muy triste y te deprimirá, porque si puedes cargar a otro con la responsabilidad, te sentirás bien porque no has actuado mal ¿Qué puede uno hacer cuando su esposa se comporta de un modo tan desagradable? Tienes que enfadarte.

Pero recuérdalo bien: tu esposa se porta de manera desagradable por sus propios mecanismos internos. No está siendo desagradable contigo. Si tú no estuvieras, sería desagradable con los niños. Si los niños no estuvieran, sería desagradable con la vajilla; tiraría los platos al suelo. Habría roto la radio. Algo tendría que hacer, porque le venía el mal humor. Fue pura casualidad que te encontrara a ti leyendo el periódico y se pusiera desagradable contigo. Fue pura coincidencia que tú estuvieras a mano en un mal momento.

Tú estás enfadado, pero no porque tu mujer estuviera desagradable; ella proporcionó la situación, eso es todo. Ella te dio la oportunidad de ponerte furioso, una excusa para ponerte furioso, pero la ira estaba burbujeando ya. Si tu mujer no hubiera estado ahí, tú te habrías enfadado de todos modos… con algún otro, con alguna idea, pero la ira tenía que hacerse presente: Era algo que venía de tu propio subconsciente.

Todo el mundo es responsable, totalmente responsable de su propio ser y su conducta. Al principio, te resultará deprimente ser tú el responsable, porque siempre has pensado que querías ser feliz… ¿cómo vas a ser tú el responsable de tu infelicidad? Tú siempre has querido estar en paz… ¿cómo vas a ponerte furioso tú solo? Y por eso echas las culpas a otro.

Si sigues echando las culpas a otros, recuerda que seguirás siempre siendo, un esclavo, porque nadie puede cambiar a los demás. ¿Cómo vas a cambiar a otro? ¿Alguien ha cambiado alguna vez a otro? Uno de los deseos más incumplidos del mundo es el de cambiar a otro. Nadie lo ha conseguido jamás. Es imposible, porque el otro tiene su propia existencia y tú no puedes cambiarle. Puedes echarle las culpas al otro, pero no puedes cambiarle. Y como len has echado la culpa al otro, nunca te darás cuenta de que la responsabilidad básica es tuya. El cambio básico que se necesita hay que hacerlo en tu interior.

Así es como quedas atrapado: si empiezas a pensar que eres el responsable de todas tus acciones; de todos tus estados de ánimo, al principio te sentirás muy deprimido. Pero si eres capaz de superar esa depresión, pronto te sentirás más ligero, porque te has liberado de los demás. Ahora puedes actuar por tu propia cuenta.

Puedes ser libre; puedes ser feliz. Aunque todo el mundo sea desdichado y no sea libre, para ti será igual. Y la primera libertad consiste en dejar de echar las culpas a otros; la primera libertad consiste en saber que el responsable eres tú. Entonces muchas cosas se hacen posibles de inmediato.

Si sigues cargando a otros con la responsabilidad, recuerda que seguirás siendo siempre un esclavo, porque nadie puede cambiar a los demás. ¿Cómo vas a cambiar a otro? ¿Alguien ha cambiado alguna vez a otro? Te ocurra lo que te ocurra… Si te sientes triste, cierra los ojos y contempla tu tristeza. Sigue el camino que indica, profundiza en ella. Pronto llegarás a la causa. Puede que tengas que hacer un largo recorrido, porque toda tu vida ha influido; y no sólo esta vida, sino otras muchas vidas.

Encontrarás muchas heridas en tu interior, heridas que duelen, y debido a esas heridas te sientes triste… son tristes; esas heridas no han cicatrizado; están vivas. El método de retroceder hasta el origen, del efecto a la causa, las curará. ¿Cómo las cura? ¿Por qué las cura? ¿Qué fenómeno interviene en ello?

Cuando retrocedes, lo primero que tienes que hacer es dejar de echar las culpas a otros, porque si echas las culpas a otros irás hacia fuera. Y entonces todo el proceso saldrá mal; estarás intentando, encontrar la causa en otro. «¿Por qué se pone desagradable mi mujer?» Y el «por qué» sigue penetrando en la conducta de tu mujer. Has dado mal el primer paso, y todo el proceso saldrá mal.
«¿Por qué soy desdichado? ¿Por qué estoy enfadado?» Cierra los ojos y súmete en profunda meditación. Túmbate en el suelo, cierra los ojos, relaja el cuerpo y siente porqué estás enfadado.

Olvídate de tu mujer; eso es una excusa. Y de A, B, C, D… déjate de excusas. Sigue profundizando en ti mismo, penetra en la ira. Utiliza la ira misma como si fuera un río; fluye con la ira y la ira te llevará hacia dentro. Encontrarás sutiles heridas dentro de ti.

Tu mujer te pareció desagradable porque tocó una de esas sutiles heridas, algo que duele. Siempre has pensado que no eres guapo, que tu cara es fea, y eso deja una herida interior. Cuando tu mujer se pone desagradable, te hace consciente de tu cara. Te dice: «¡Anda y mírate en el espejo!» Cosas que duelen. Has sido infiel a tu mujer, y cuando ella quiere ponerse desagradable, lo saca a relucir: «¿Por qué te reías con aquella mujer? ¿Por qué estabas sentado tan a gusto con aquella mujer?» Ha tocado una herida. Has sido infiel, te sientes culpable; la herida está viva.

Cierra los ojos, siente la ira, déjala surgir en su totalidad para que puedas verla entera, ver lo que es. Y entonces, deja que esa energía te ayude a moverte hacia el pasado, porque la ira procede del pasado. No puede venir del futuro, eso está claro. El futuro aún no ha llegado a existir. No está viniendo del presente. Esta es la teoría del karma.

No puede venir del futuro, porque el futuro aún no existe; no puede venir del presente, porque tú no sabes nada del presente. El presente sólo lo conocen los que están despiertos. Tú vives sólo en el pasado, así que tiene que venir de alguna: parte de tu pasado.

La herida tiene que estar en algún lugar de tu memoria. Retrocede. Puede que no haya una sola -herida, sino muchas, grandes y pequeñas. Profundiza más y encuentra la primera herida, la fuente original de toda la ira.

Conseguirás encontrarla si lo intentas, porque está ahí. Está ahí; todo tu pasado sigue estando ahí. Es como una película, enrollada y esperando en tu interior. Desenróllala y empieza a buscar en la película. Así es el proceso de retroceder hasta la causa original. Y he aquí la belleza del proceso: si puedes retroceder conscientemente, si puedes sentir una herida conscientemente, la herida se cura al instante.

¿Por qué se cura? Porque la herida se crea por la inconsciencia, por no ser consciente. La herida forma parte de la ignorancia, del sueño. Cuando retrocedes conscientemente y contemplas la herida, la conciencia es una fuerza curativa. En el pasado, cuando se produjo la herida, se produjo en la inconsciencia.

Te pusiste furioso, fuiste poseído por la ira, hiciste algo. Mataste a un hombre y has estado ocultándoselo al mundo. Puedes ocultárselo a la policía, puedes ocultárselo a los tribunales y a los jueces, pero ¿cómo vas a ocultártelo a ti mismo? Tú lo sabes, y duele. Y cada vez que alguien te da la oportunidad de ponerte furioso, te entra miedo porque podría volver a ocurrir, podrías matar a tu mujer. Retrocede, porque en ese momento en el que mataste a un hombre o te portaste como un loco porque estabas muy furioso, estabas inconsciente. Esas heridas se han conservado en el subconsciente. Ahora tienes que ir allí conscientemente.

Retroceder significa ir conscientemente hasta cosas que hiciste en la inconsciencia. Retrocede. Solo la luz de la conciencia puede curarte; es una fuerza curativa. Todo lo que puedas hacer consciente quedará curado, y ya no dolerá más. Una persona que retrocede se libera del pasado. Y entonces el pasado ya no funciona, entonces el pasado ya no tiene poder sobre ella y el pasado queda terminado. El pasado ya no tiene sitio en su ser. Y cuando el pasado no tiene sitio en tu ser, quedas accesible para el presente, pero no antes.

 Necesitas espacio. El pasado ocupa mucho sitio en tu interior, es un basurero lleno de cosas muertas, no hay espacio para que entre el presente. Ese basurero no para de soñar con el futuro, así que la mitad del espacio está lleno de cosas que ya no existen y la otra mitad está llena de cosas que aún no existen. ¿Y el presente? Simplemente, está esperando a la puerta. Por eso el presente no es más que un paso, un paso que va del pasado al futuro, sólo un paso momentáneo.

Termina con el pasado; si no terminas con el pasado, vivirás una vida fantasma. Tu vida no es auténtica, no es existencial. El pasado vive a través de ti, lo muerto sigue acosándote. Retrocede… Siempre que tengas ocasión cada vez que ocurre algo en ti, felicidad, infelicidad, tristeza, ira, celos… cierra los ojos y retrocede. Pronto adquirirás eficiencia para viajar hacia atrás. Pronto serás capaz de retroceder en tiempo y entonces se abrirán muchas heridas.

Cuando esas heridas se abran en tu interior, no te pongas a hacer nada. No hay necesidad de hacer. Limítate a mirar, observar, contemplar. La herida está ahí… tú sólo mírala, dale a la herida tu energía de observación, mírala. Mírala sin hacer ningún juicio… porque si juzgas, si dices:..«Esto es malo, no debería ser así», la herida se volverá a cerrar. Y entonces tendrá que esconderse. Cada vez que condenas, la mente intenta ocultar cosas.

Así es como se crean el consciente y el subconsciente. Por lo demás, la mente es una sola; no hay necesidad de división alguna. Pero si tú condenas, entonces la mente tiene que dividirse y meter algunas cosas en la parte oscura, en el sótano, para que no las veas y no haya necesidad de condenar.

No condenes, no aprecies. Limítate a ser testigo, un observador distanciado. No niegues. No digas: «Esto no está bien», porque eso es una negación y habrás empezado a suprimir.
Distánciate. Limítate a mirar y observar. Mira con compasión y se producirá la curación.

No me preguntes por qué ocurre, porque es un fenómeno natural. Es como cuando el agua se calienta a cien grados y se evapora. Nunca preguntas: «¿Por qué no ocurre a los noventa y nueve grados?» Nadie puede responder esa pregunta. Simplemente ocurre que a los cien grados el agua se evapora. No hay que preguntar, la pregunta es irrelevante. Si se evaporara a los noventa y nueve grados, también preguntarías por qué. Si se evaporara a los noventa y ocho, preguntarías por qué. Simplemente, es natural que el agua se evapore a los cien grados.

Lo mismo ocurre con la naturaleza interior. Cuando una conciencia distanciada y compasiva llega a una herida, la herida desaparece, se evapora. No hay un porqué. Simplemente, es natural, así son las cosas, así es como ocurre. Cuando digo esto, lo digo por experiencia. Inténtalo, que la experiencia también es posible para ti. Esta es la manera.
Osho, Conciencia

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