miércoles, 22 de abril de 2015

24 - TODO



Luce el Sol,
no me quema,
al contrario,
siento su manso calor envolviendo mi ser.
Paz.
Serenidad.
Confianza…

Presente, 
TODO se vuelve presente.
Es todo lo que tengo, 
es todo lo que soy.
En mi pecho, 
en mi alma, 
luce el Sol…
Khai.
http://escrito-en-el-viento.blogspot.com.es/

" Tu yo sagrado"

" Tu yo sagrado"


Sé que en cada momento soy libre para decidir.
La penetración psicológica más importante que puede tener es darse cuenta de que ha estado mirando en la dirección errónea durante la mayor parte de su vida.

Tómese un momento, ahora mismo, para comprender lo que quiero decir. Imagínese en cualquier postura que le apetezca. De pie, sentado, echado, la que le resulte más fácil de imaginar. Ahora observe la representación mental de usted mismo. Lo que ve es alguien está siempre mirando hacia otra parte,
no hacia sí mismo. Siempre mirando fuera de usted. ¡Está mirando en la dirección equivocada!
Ahora imagínese que es capaz de darse la vuelta y mirar en la dirección opuesta. Si de alguna forma pudiese hacer eso, estaría mirando hacia su interior.
Esto no es una forma de gimnasia mental en la que meramente uno se imagina volviéndose y mirando hacia su interior. Estoy sugiriéndole una manera de conocer su identidad espiritual. Estoy sugiriéndole que acepte el reto y tome el sendero de su búsqueda trascendental. A todos nos han enseñado a mirar al exterior en busca de sustento: mirar más allá de nosotros mismos en busca de fuerza, amor, prosperidad, salud, felicidad y satisfacción espiritual. Se nos ha condicionado para creer que recibimos la gracia de la vida de algún punto externo a nosotros. Pero es posible invertir la dirección de nuestros ojos de fuera hacia dentro. Y cuando lo hacemos, encontramos una energía que habíamos percibido pero no identificado.
ENERGÍA DIVINA
En los seres humanos palpita una energía divina. El poder de esta energía impregna todo nuestro ser y nos permite realizar todas las funciones del vasto repertorio de los pensamientos y conductas humanas. En esta energía divina existen dos aspectos. El aspecto externo hace que el corazón lata, los pulmones se hinchen y los sentidos funcionen: en esencia, mantiene vivos nuestros cuerpos. El aspecto interno de esa energía está dormido, pero podemos despertarlo. Este universo interno es más vasto que el externo. El júbilo interior hace que todo el júbilo que se experimenta en el mundo de los sentidos parezca carente de significado. Cuando se experimenta esa luz interna, añade a la vida una brillantez que no se parece a nada que puedan describir las palabras.
Cuando uno descubre su yo más sublime, experimenta esa energía interior y permite que guíe su vida. El adjetivo más corriente para describir esta fuerza interna es “espiritual”. Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, describo una actitud hacia Dios, un viaje interior de iluminación. Hablo de desarrollar las cualidades divinas de amor, perdón, bondad y éxtasis que tenemos dentro. Según mi interpretación, la espiritualidad no es cuestión de dogmas ni de reglas. Es luz, júbilo y concentración en la experiencia del amor y el éxtasis internos, y transmitir esas cualidades al exterior. Al viaje destinado a descubrir su yo más sublime lo llamo “Búsqueda sagrada"
DEFINICIÓN DE SU BÚSQUEDA SAGRADA
La energía esencial que le ha alimentado durante toda su vida es la energía exterior. Ésta energía exterior mantiene la vida, pero no proporciona la sensación de éxtasis y plenitud que anhelamos.
En su libro Mistery of the Mind (El misterio de la mente), Swami Muktananda describe la experiencia de la energía divina:
Un día, esa luz explotará y lo verá todo. Verá que el universo entero existe dentro de ella. La luz divina de la Conciencia comenzará a inundarle los ojos y entonces la verá dondequiera que mire. Verá su luminosidad en la gente, en los árboles, las rocas y los edificios. Verá la misma Conciencia alzándose en
cada pensamiento y sentirá que pasa por su mente; adondequiera que vaya su mente, encontrará su propia Conciencia interior, el creador del mundo. Verá que la totalidad del universo está contenida en usted mismo.
Sabrá que todo –todas las infinitas formas del mundo- no son más que emanaciones de su existencia. Se dará cuenta de que es usted quien se refleja en todas partes, y que es su propio reflejo el que pasa ante sus ojos. Usted tiene dentro de sí este poder de trascendencia sobre la vida dominadas por el ego. Puede darse la vuelta y mirar hacia el interior, descubrir su naturaleza espiritual. Entonces podrá vivir cada uno de sus días, con independencia de lo que pueda estar haciendo, con la sensación de éxtasis que se deriva de hallarse en el sendero de la búsqueda sagrada. Hacer explotar esa luz implica entender quién es uno y qué está haciendo aquí, en esta cosa llamada cuerpo, en este lugar llamado mundo, en este momento de su vida.
Wayne Dyer Parte

¿QUÉ SIGNIFICA SER EL ESPECTADOR?

¿QUÉ SIGNIFICA SER EL ESPECTADOR?

Tómese un momento para reflexionar sobre cómo se ve a sí mismo. Mientras lo hace, piense en lo que significa decir: “Estaba diciéndome a mí mismo que...” Descubrirá que la frase da a entender que usted es dos personas. Una persona es el “yo” que estaba diciendo. La otra es el que recibía las palabras del que hablaba. El yo le hablaba al mí mismo cosa que, cuando uno examina sus diálogos internos, se hace centenares de veces al día. Cuando se cultiva la condición de espectador uno se aparta tanto de la posición del yo como de la del mí mismo. Aquí desde un espacio invisible, ajeno a su cuerpo físico, el espectador se desprende de todas las emociones, sentimientos y comportamientos. Desde ahí, el espectador observa amorosamente el acontecer de toda su vida.
Hace varios años traté un caso en el que la paciente sufría lo que ella llamaba tristeza terminal. Estaba siempre deprimida. Describía sus sentimientos con frases como: “Todas las partes de mi ser están deprimidas. Estoy deprimida cada día, en todo momento. Me despierto deprimida y me voy a dormir deprimida. Al parecer no puedo librarme de esta terrible sensación de depresión”.
Un día le formulé una pregunta que se convirtió en el punto de inflexión de su tristeza. Dígame –le pedí-. ¿hay estado advirtiendo esta depresión con mayor frecuencia en las últimas semanas? Ella respondió: Sí, he advertido que cada vez se expande más. Ahora piense con cuidado antes de responder –proseguí yo- ¿La persona que advierte eso está deprimida? –Ella me pidió que repitiera la pregunta-. ¿La persona que advierte eso está deprimida? –repetí. Quedó demasiado desconcertada como para responder. Pero por primera vez fue capaz de contemplar que existía otro aspecto de ella misma aparte de la depresión.
Ese aspecto era la parte de ella misma que advertía la depresión. Esta que la advertía era la testigo, la observadora, que no había sido atrapada por la depresión.
Esa entidad invisible, sin fronteras, era su yo espiritual. Antes de aquella sesión, la mujer nunca había conocido esa parte de sí misma. Pasé meses enseñándole a dejar de identificarse con los pensamientos y sentimientos deprimentes. Aprendió a desprenderse de ellos y observarlos desde la posición del espectador comprensivo, con independencia de sus pensamientos y de su cuerpo físico. Convertirse en espectador supone un acto de amor. Nos saca del mundo de fronteras y formas y nos permite entrar en un espacio de amor puro. Así pues, comience ahora a advertir realidades de su vida.
Advierta lo plácido que se siente, o cuánta ansiedad tiene. Advierta su apariencia física. Cuánto pesa, lo en forma que se siente y el grado de fatiga. Advierta cuánto tiempo quiere pasar con su familia, en su trabajo, viajando, jugando y rezando. Déjese penetrar por todo lo suyo. ¡Sus uñas, sus hábitos de conducción, su jardín! Ahora examine el número de veces que he usado la palabra “advierte”. Recuerde que existe una actividad llamada advertir, y que incluye al que advierte y al que es advertido. Entonces, concéntrese en ser el que advierte y acostúmbrese a acudir a ese lugar de su conciencia durante su vida cotidiana.
¿POR QUÉ DARLE LA BIENVENIDA A LA CONDICIÓN DE ESPECTADOR? “En mi mundo, nunca nada va mal”. Estas palabras fueron pronunciadas por Nisargadatta Maharaj en respuesta a una entrevistadora que, exasperada, le pidió a Maharaj que hablara de los problemas de su vida.
Para mí, es la afirmación de mayor fuerza que haya oído jamás. La tengo presente cada día de mi vida y he hecho colgar una reproducción de la misma en un lugar estratégico de mi despacho como recordatorio de su supremo valor. La entrevistadora insistió en que Nisargadatta tenía que tener problemas como todos los otros seres humanos. Nisargadatta le dijo: Usted no tienen ningún problema, sólo su cuerpo tiene problemas... en su mundo, nada perdura; en el mío, nada cambia. ¿Por qué diría este iluminado maestro que en su mundo nada iba nunca mal? Yo creo que se debía a que estaba hablando desde la posición del espectador comprensivo. Dentro de todos nosotros existe la dimensión eterna e inmutable de nuestro yo espiritual. Éste es el yo invisible que le habla al yo físico.
Es el pensador de los pensamientos. Este observador comprensivo no se revela con instrumentos científicos y no aparece en las autopsias. Cuando uno es realmente capaz de creer en el dominio espiritual del espectador, entonces nada va mal porque el mal no carece de sentido para el observador. Todo tiene su orden. Nada se cuestiona desde esa perspectiva. Es como vivir en el paraíso, donde están a eternidad y el alma, al tiempo que uno se encuentra en el cuerpo físico. Pero en este espacio, el cuerpo no es el centro de la existencia. No estoy sugiriéndole que se retire y se deshaga de todas sus posesiones materiales con el fin de hallar esa clave para la conciencia superior, aunque, desde luego, es una posibilidad. En cambio, quiero que considere cómo estas palabras de “nunca nada va mal”, de “no tener problemas” y de “vivir en el mundo de lo inmutable pueden aplicarse a su despertar espiritual.
Hay muchísimo que aprender de estas ideas. Cultivar la condición de espectador le pondrá en el sendero donde su yo superior comienza a influir sobre su ego físico en lugar de que suceda lo contrario. Como dice Maharaj: “Dedícale toda tu atención, examínalo con amoroso cuidado, y descubrirás alturas y profundidades del ser con las que no has soñado, absorto como estás en la insignificante imagen de ti mismo”.
WAINE W. DYER TU YO SAGRADO
FOTOGRAFIA: TOMASZ ALEN KOPERA

domingo, 12 de abril de 2015

SIN SOMBRA




Cobíjate en mi luz cuando desanimad@ te encuentres.
Siente mi calor cuando la tristeza te inunde.
Mírame cuando ya no veas nada.
Cuando preguntas por qué sin obtener respuesta,
escucha mi voz.
Hasta ahora no te atrevías a pedirme ayuda,
te refugiabas en tu caverna,
mas aún ahí,
mi luz está contigo.
¡Sal y mírame!
El Sol que cada día te alumbra
es la faceta que de mí puedes ver,
mas hay otra que es tu esencia.
No la busques fuera,
irradia por los poros de tu piel.
Deja que se exprese.
Siénteme en cada respiración.
Que mi luz sea la tuya.
Sin sombra.

Ángel Hache

15. KHAI: TU ESENCIA

15. KHAI: TU ESENCIA

Cuando ya nada esperas,
nada deseas para ti…
Ya estás preparado para ofrecer,
compartir,
dar Khai…

HIJOS DE LA TIERRA Y DEL SOL



HIJOS DE LA TIERRA Y DEL SOL




Adán, 
despiertas de un sueño profundo,
tus rodillas y manos ancladas en el barro.
Mirada escrutadora.
A tu lado mujer impar.
Hijos de la Tierra y del Sol.
Os levantáis con esfuerzo,
primeros pasos vacilantes.
Mano tendida,
mano aceptada.
Contemplada naturaleza,
belleza inigualable.
Pensamientos unidos.
Corazones latiendo al unísono,
sonido es de Amor.
Una senda ante vosotros
comenzáis a caminar.
Ya eones transitados.
Los cuerpos de barro cansados están.
El alma consciente ante la cumbre alcanzada.
Nuevo destino
vislumbran Eva y Adán:
meta estelar,
esencia corporal de Luz.
Nueva entidad.
Juntos de la mano,
Eva y Adán.
Angel Hache.


http://escrito-en-el-viento.blogspot.com.es/




DONDE EL CAMINO TE LLEVE

DONDE EL CAMINO TE LLEVE

Escucho en ti, compañero de viaje, palabras de desaliento: “Estoy ya bastante cansado de tanta manipulación, indiferencia, falta de respeto... ¡No puedo con ello!”
Por lo que me cuentas..., nada nuevo bajo el cielo. Y sí, es triste comprobar cómo algunas personas invocando la espiritualidad y la buena fe de la gente se aprovechan de éstas. Ya deberíamos estar escarmentados de quienes ostentan la “patente”: iglesias institucionalizadas. Pero está claro que el problema no está solamente en instituciones ya caducas, sino y, sobre todo, en el ser humano, por eso no es atacando instituciones como se ataja el problema sino con un cambio profundo del ser. Y algunos no quieren cambiar y sí vivir de los demás, ya sea con beneficio económico y/o personal: se acaban convirtiendo en ególatras.
¿Cómo se puede amar a gente que sólo piensa en sí misma, que hace daño allá por donde va? Se les puede amar y ello no conlleva decir sí a sus propuestas egoístas, a entrar en su juego y ser un peón por el que no se siente nada más que ser un instrumento útil, que cuando no sirve se le echa sin más... ¡Vamos! Como cualquier multinacional capitalista...
La espiritualidad no es una empresa, es nuestra esencia, nuestras raíces y nuestro ser auténtico. Es triste ver cómo en el camino algunos juegan a ser dioses y no Dios. Pero, cada uno tenemos tiempo, el que deseemos, para saber, sentir, que olvidándose de uno mismo es como nos convertimos en Uno mismo.
Vayas donde vayas, estés con quien estés, comprobarás el cáncer que corroe a la humanidad y del que únicamente uno mismo tiene la cura.
Si una puerta se cierra, otra se abre. Si te rechazan, sigue tu camino... hasta que te conviertas en el mismo camino. Entonces verás más allá de las apariencias, llegarás hasta el espíritu ocultado en un rincón del ser, que tímidamente intenta dejarse ver y sentir un poco de calor.
Es cuestión de apertura al amor incondicional. Ofrece tu calor donde el camino te lleve.
Angel Hache.
http://escrito-en-el-viento.blogspot.com.es/

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...