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miércoles, 27 de julio de 2016

El Amor.


El Amor.

Siempre quisimos saber (de forma consciente o no) qué es el amor profundo ya que todos intuimos ningún deseo de oponernos a ÉL. Siempre anhelamos vivir desde ese otro estado de ver las cosas tal como son, desde la única realidad que nos reviste de naturaleza ecuánime y conectada al sabor de la felicidad, donde desaparece todo olor de ego, autoridad, toda norma, toda frontera... El amor no tiene bandera, ni escalas, no existen los niveles, el amor no evalúa, ni juzga, no conoce la superficialidad, ni la importancia vana del resultado de las cosas porque no espera nada.

Sentimos estos cuatro atributos del amor:

1.- EL AMOR ES SILENCIOSO: no necesita gritar nada a nadie porque todos somos aquello que ES.

2.- EL AMOR NO TIENE AGENDA: no es un doy para recibir, no es un contrato compra-venta porque amar es dar.

3.- EL AMOR NO SE VANAGLORIA A SÍ MISMO: carece de toda vanidad, de todo ego porque el amor vive desnudo de intereses superfluos y siempre se da ya que el Amor es Vida.

4.- EL AMOR CUMPLE A LA PERFECCIÓN LOS TRES ATRIBUTOS ANTERIORES.


Imagina que estás en un estado en el que los ojos se te quieren salir de sus cuencos para poder ir a todas partes y al mismo tiempo, imagina ahora que puedes hacer lo que acabas de leer, que tus ojos lo pueden ver todo y, en todos los lugares donde estas, vivencias continuamente un bienestar que ninguna droga puede ofrecer. En toda estancia, momento o escena, sientes la montaña más nevada y el mar más cálido, el fuego que no quema y una lluvia dorada junto a un inmenso y deleitante arco iris que contiene millones de colores. Ahora, suelta todas estas palabras y respira un estado musical sin fondo, una sintonía sin forma, sin poder etiquetar la procedencia porque tienes en ti la paz más profunda jamás sentida antes. Inmensa paz te sumerge por dentro y por fuera sin poder expresar ni una sola palabra, ni un solo fonema, ni un solo problema.

Ahora, no imagines, ahora, siente sin ninguna duda todo lo que percibes de lo que lees y de lo que no lees, de lo que te traspasa y de lo que se está comenzando a fundir dentro de algún lugar de ti. Palpa en tu interior las lágrimas nacidas en alguna zona "secreta" para observar desde esa agua cristalina, espontánea, un estado que recuerdas como una semilla de infinitos frutos. No hablo de tu verdad ni de la mía, hablo de lo que en el fondo de nuestros corazones suscita lo evidente y la palabra que no encuentro. Y cuando no encuentras las palabras que buscas para decirte lo que siento, llegan las emociones desnudas, tu mar y el mío unidos de una mano enlazando alegrías sin nombres. Entonces sabes que, cuando no puedes, DAS, porque cuando no puedes negarle nada al amor, éste crece, te inunda, te hace suyo y ÉL de ti. Y ya empiezas a descubrir que siempre has querido SER así, que no pones condiciones para sentir de esta forma innombrable, ilimitada, y que mereces reventarte por dentro hacia fuera.

Y descansas, descansas por un momento de tanta dicha que te desborda pero al instante siguiente quieres seguir embarcado contigo en el espacio del vacío silencioso que lo llena todo, lo inunda todo de ti, contigo y con todos. Quieres que todos sientan lo mismo y en tu corazón así sucede esta extraña seguridad que ha venido para quedarse. Es como si los demás quisieran tocarte algo que imaginan desconocer. Algo que dicen no encontrar... y tú... te quedas mirándolos con sonrisa amorosa y te ríes, te ríes y te ríes y no pueden ver que no duele ni da miedo. Has dejado atrás el mundo de los modales y naturales suenan tus risas por todas partes, porque no buscas nada, porque ya lo tienes todo, porque ya no esperas nada, porque ya no huyes en busca de la autoridad teatral que te salve de ti mismo. Así ahora quieres estar para siempre, y, nada ni nadie pueden detener la seguridad en la que te has convertido.

EL AMOR AMA IGUAL QUE QUIEN EN VERDAD ERES TU ERES EL AMOR Para mi amor de siempre: EL AMOR ES UN PROFITEROL DE CHOCOLATE Y CREMA HECHO POR LAS MANOS DE MI ALMA GEMELA (Leticia)



LA VERDAD
Leticia R. Villaseñor & Javier G. Delgado
 

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