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domingo, 15 de marzo de 2015

MUDRAS SANADORES - Shiva Linga Mudra


La mano derecha, con el pulgar extendido hacia arriba, descansa sobre la palma de la mano izquierda que adopta la forma de un cuenco. Los dedos de la mano izquierda están juntos. Las manos están situadas a la altura del abdomen y loscodos se abren hacia los lados y hacia delante.
Según lo necesite, tantas veces como quiera o 2 veces al día durante 4 minutos.
La mano derecha en este mudra simboliza la fuerza masculina, el falo de Shiva, que en la mitología india encarna el aspecto destructor de la más alta divinidad.
De la misma manera que el falo simboliza un inicio, Shiva representa la divinidad que facilita este nuevo comienzo en la medida que destruye algo, con el fin de crear las condiciones necesarias para la renovación. Si las flores no se marchitaran, no habría tampoco frutos, o si en nuestro organismo no se destruyeran las células gastadas, se producirían excrecencias, etc. Se trata de un círculo eterno que debe funcionar de forma impecable también en nosotros, tanto en el ámbito físico como en el anímico-mental. Una fuerza interior, que todos tenemos en reserva, lo mantiene en funcionamiento, y esta fuerza está
asignada al Elemento Agua. Este acumulador se alimenta de la respiración. Por eso es tan importante la calidad óptima de la respiración. El Elemento Agua actúa sobre el borde exterior de la mano y en el centro de la mano, mientras que el pulgar actúa como un conductor de la energía que se asimila a través de los
pulmones.
Este mudra se emplea contra el cansancio, la insatisfacción, el abatimiento, las depresiones o para aliviar el agotamiento tras haber tenido que soportar una prolongada tensión o sobrecarga. También se puede practicar en los tiempos de espera, mientras aguardamos los resultados de una exploración médica, por
ejemplo. Este mudra ayuda a que prosperen los procesos de curación, sin que importe el estado ni el tipo de enfermedad. Y por lo que se refiere a las curaciones, hace muchos más milagros de los que se conocen.
No lo olvide cuando tenga necesidad de curarse.
Imagine que su mano izquierda es un almirez y la derecha un pisón. Durante los primeros movimientos respiratorios deje caer en su mano izquierda en forma de grava oscura todo aquello que le pone enfermo; con el borde de la mano derecha convierta lo que haya quedado en arena fina que podra soplar de su mano.
Después permanezca sentado y deje que la energía terapéutica fluya por la punta del pulgar derecho en el cuenco que forma su mano, es decir, en su almacén de fuerzas.
Mientras, pronuncie varias veces y con fervor la siguiente
afirmación:
Afirmación: La luz sanadora atraviesa cada célula de mi cuerpo, desprende lo que tiene que ser desprendido y regenera lo que tiene que ser regenerado. ¡Gracias!
Tashi delek

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