El dinero no compra la
felicidad. Se nos vende esta premisa desde niños. Nos preparamos para el
futuro, una quimera que nunca llega, y nos olvidamos de vivir en el presente.
Hablamos no de personas sino de mecanismos, de ‘formas de vida’. Las ‘vidas
vividas’ son una mentira probada que se enmascara de verdad.
Watts nos invita a
tomar el control de nuestra vida. Vivimos condicionados en busca de algo, un
grado académico, un trabajo, dinero, por ello la frustración es siempre una
constante en nuestra vida. La forma en que la persona se diluye en el mecanismo
colectivo del capitalismo y el consumismo ya era claramente perceptible hace
más de 50 años, cuando Watts hacía estas reflexiones; hoy en día es probable
que esto se haya acentuado, por lo cual es aún más importante detenerse a
meditar sobre nuestra relación con el colectivo o con la sociedad, que el
también teólogo británico considera que es un hoax (falsedad articulada de
manera deliberada para que sea percibida como verdad).
Alan Watts pasó gran
parte de su vida intentando enseñar a las personas cómo desaprender lo que
habían aprendido de la sociedad, mostrándoles que existe otro camino más
satisfactorio para llenar su vida. De hecho, en una ocasión afirmó que “un
estudiante intenta aprender algo cada día, un discípulo budista intenta
desaprender algo cada día”.
En su libro La
sabiduría de la inseguridad analiza profundamente la sociedad moderna poniendo
al descubierto algunos de los mecanismos a través de los cuales genera la
epidemia de ansiedad y depresión actuales, así como los sentimientos de
inseguridad y la intolerancia a lo diferente.
Veamos que nos dice
Alan Watts...
CIRCULO VICIOSO
La sociedad actual es
un círculo vicioso.
El filósofo británico
Alan Watts consideraba que la sociedad actual es un “círculo vicioso” ya que
genera deseos insaciables que nos condenan a un estado de ansiedad y
frustración permanente, obligándonos a vivir con la vista puesta en un futuro
que nunca llega.
“Perseguir el futuro es
perseguir a un fantasma que se aleja constantemente y, cuanto más rápido lo
persigas, más rápido avanzará. Esta es la razón por la cual la civilización
vive de manera apresurada, por qué casi nadie disfruta de lo que tiene y
siempre está buscando más y más.
La felicidad no
consiste entonces en realidades sólidas y sustanciales sino en cosas tan
abstractas y superficiales como las promesas, esperanzas y garantías. La
felicidad siempre depende de algo que esperamos en el futuro, estamos
persiguiendo una quimera que siempre nos esquiva”.
La publicidad se ha
encargado de alimentar un consumismo desenfrenado. Alan Watts
Dado que la economía
solo puede crecer si consumimos, la publicidad se ha encargado de alimentar un
consumismo desenfrenado, disfrazado bajo la efímera promesa de la felicidad. El
timo, según Alan Watts, consiste en “atraer sin procurar satisfacción, para
sustituir toda gratificación parcial por un nuevo deseo. Todo conspira para
persuadirnos de que la felicidad está a la vuelta de la esquina con tal de que
compremos un artículo más”.
EL TIMO
El timo de la sociedad
actual.
El mecanismo a través
del cual se convierte a las personas en consumidores se basa en impedirles
pensar para tomar decisiones conscientes, mantenerlas consumiendo
constantemente, en una espiral vertiginosa que las convierte en adictos a la
novedad de manera que la decisión no es si compramos o no, sino qué modelo
compramos.
“El sujeto perfecto
para esta economía es la persona que escucha constantemente la radio, de
preferencia los aparatos portátiles que pueden llevarse a todas partes. Sus
ojos miran sin descanso la pantalla del televisor, el periódico, la revista,
manteniéndose en una especie de orgasmo sin liberación.
A esa manera de narcotizarse
la llamamos nuestro alto nivel de vida, una estimulación violenta y compleja de
los sentidos, que nos hace progresivamente menos sensibles y, así, necesitados
de una estimulación aún más violenta.
Anhelamos la
distracción, un panorama de visiones, sonidos, emociones y excitaciones en el
que debe amontonarse la mayor cantidad de cosas posible en el tiempo más breve
posible.”
La sociedad nos
mantiene distraídos para que busquemos la felicidad a través del consumismo.
Alan Watts
Esta corriente de estimulantes
está pensada para producir anhelos del mismo objeto cada vez en mayor cantidad,
aunque con más estrépito y rapidez.
SOCIEDAD DE CONSUMO
La sociedad de consumo
según Alan Watts.
El problema es que,
para poder consumir cada vez más, para comprar el coche más reciente, cambiar
el móvil cada año, comprar el televisor de última tecnología y tener el
ordenador más potente, nos vemos obligados a trabajar siempre más.
“Para mantener ese
nivel, la mayoría de nosotros estamos dispuestos a soportar maneras de vivir
que consisten principalmente en el desempeño de trabajos aburridos”.
Ese tipo de trabajo,
que no genera ninguna gratificación psicológica y al que le dedicamos al menos
8 horas al día, genera un estado de frustración, desmotivación y desesperanza
que cierra el círculo vicioso y nos lleva a consumir más para poder darle un
sentido a ese “esfuerzo cotidiano”. Pensamos que vale la pena trabajar porque
así podemos comprar esas cosas que nos hacen felices, aunque en realidad esos
productos no son más que un “calmante” para llenar el vacío interior.
Cada vez trabajamos más
para poder consumir más. Alan Watts
Alan Watts va un paso
más allá explicándonos por qué esos objetos realmente no pueden generar
auténtico placer y felicidad. Considera que se tratan simplemente de símbolos
de placer que han sido empaquetados de manera muy atractiva para captar nuestra
atención, pero que en realidad carecen de contenido, por lo que es imposible que
puedan satisfacer nuestras necesidades.
“La civilización
moderna construye para ofrecer una fachada impresionante, más que para
proporcionar un espacio donde vivir”.
LA MANIPULACIÓN
La sociedad moderna nos
manipula.
Por otro lado, también
nos alerta de cómo la sociedad moderna manipula nuestro deseo de seguridad, una
idea que también ha desarrollado largamente el filósofo Zygmunt Bauman
explicando que cuando los estados hacen una dejación cada vez mayor de su
función para garantizar el bienestar de los ciudadanos, no le queda otra carta
que la de la incertidumbre y la inseguridad. Sin embargo, Alan Watts nos
explica por qué la búsqueda de la seguridad es una ilusión que solo sirve para
levantar barreras, apartar lo diferente y, al final, sumirnos en una sensación
de inseguridad aún mayor.
“Una sociedad basada en
la búsqueda de la seguridad no es más que un concurso de retención del aliento
en el que todos están tan tensos como un tambor y tan morados como una
remolacha. Buscamos esta seguridad fortaleciendo y encerrándonos de
innumerables maneras. Queremos la protección de ser ‘exclusivos’ y
‘especiales’, buscando pertenecer a la iglesia más segura, a la mejor nación, a
la clase más alta, al grupo correcto y a las personas ‘agradables’. Estas
defensas conducen a divisiones entre nosotros, y así a más inseguridad
exigiendo más defensas”.
LA SOLUCIÓN
¿Cuál es la solución?
“Rara vez nos damos
cuenta de que nuestros pensamientos y emociones más íntimos no son nuestros.
Pensamos en términos de idiomas e imágenes que no inventamos, sino que nos
fueron impuestos por la sociedad.
Copiamos las reacciones
emocionales de nuestros padres, aprendemos de ellos el temor a la muerte y sus
ansiedades sobre la enfermedad. Nuestro entorno social tiene este poder porque
no existimos al margen de la sociedad. La sociedad es una extensión de nuestra
mente y cuerpo.
Sin embargo, la misma
sociedad de la cual el individuo es inseparable está usando toda su fuerza para
persuadir al individuo de que él está realmente separado. La sociedad, tal como
la conocemos ahora, está jugando un juego con reglas auto contradictorias”.
Trabajamos para poder
consumir, y consumimos para buscar una falsa sensación de seguridad. Alan Watts
Alan Watts nos explica el concepto de “individualización por decreto” que expuso Zygmunt Bauman según el cual, hoy, cada persona se ve obligada a solucionar con los escasos recursos que posee a su alcance problemas que son de naturaleza sistémica y que solo se pueden resolver una macro de un nivel.
La solución, o al menos una de ellas, consiste en desarrollar una mayor autoconciencia partiendo de la aceptación. Cuando aceptamos la incertidumbre, el miedo a la inseguridad desaparece. Cuando aceptamos que solo tenemos el presente, el agobio por el futuro se esfuma. Cuando comprendemos que podemos ser felices aquí y ahora con lo que tenemos y sin importar lo que no tenemos, la necesidad de consumir frenéticamente desaparece.
Entonces tendremos la libertad para construir la vida que realmente queremos vivir.
alan watts
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