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lunes, 6 de junio de 2016

El día y la noche. Cap.2 (Omraam Mikhaël Aïvanhov)



El día y la noche. II

Hay un mundo iluminado en el que todo se distingue claramente: formas, colores, dimensiones, distancias, peligros... y hay otro mundo oscuro donde todo esto se difumina en beneficio de otras realidades. Y el hombre, que pasa una larga noche en el seno de su madre donde se forma y se prepara para salir al exterior, repite toda su vida esta alternancia: tan pronto despierta y sale de la noche, como se duerme y entra de nuevo en la noche. Y si Moisés ha escrito en el Génesis: «Hubo una tarde y hubo una mañana: primer día», se debe a que en el lenguaje esotérico, la tarde, o la noche, precede al día, es decir, a la manifestación.

La manifestación es el día; y la preparación, construcción y formación en la oscuridad y el caos, es la noche. 

La noche precede al día, y las creaciones más importantes se elaboran en la oscuridad. Entonces, ¿cómo se entiende que los Iniciados en la filosofía moral hayan asociado la noche al principio del mal y el día al principio del bien? ¿Por qué las tinieblas han sido siempre el símbolo del Infiemo y la maldad, y la luz el del bien, del Cielo? En realidad todo constituye una sola forma, un aspecto exacto, aunque limitado.

Cuando el sol sale por la mañana, todo se vuelve visible y preciso en el limitado espacio que ilumina: podéis informaros, orientaros, trabajar, calcular e investigar. 

Pero cuando se oculta, todo se difumina, y entonces no distinguís las formas ni los colores, pero veis la inmensidad, el espacio infinito, multitud de estrellas... Es tan grande y tan vasto que casi os hace perder la cabeza. 
Vuestra alma emprende el vuelo, se sumerge en esta inmensidad y se fusiona con otras existencias. 
La paz y la serenidad se apoderan de vosotros, porque ante esta inmensidad lo insignificante desaparece, y finalmente penetráis en la vida universal.

¿Es necesario menospreciar el valor del sol porque haya otros muchos soles en el universo?

No, pero tenemos que aprender el lenguaje de la naturaleza. ¿Cuál es la función del sol? La de individualizarnos, iluminarnos para que podamos estudiar y trabajar en beneficio de nuestra evolución, pues si no existiera sería imposible el hacerlo porque nos perderíamos en la inmensidad. 

El sol es absolutamente indispensable para poder individualizamos y ser conscientes.

El sol, la luna y las estrellas están representados en nosotros mismos. El sol está en nuestra inteligencia en forma de luz, y en nuestros sentimientos en forma de amor. En nuestro organismo está representado por el corazón, que es el centro de donde emana y se distribuye por la sangre para alimentar los órganos, a semejanza del Sol que nutre los planetas. Pero el verdadero centro de nuestra vida es el plexo solar, porque de él proviene la vida. Los rusos llaman a este lugar «jivot», que en búlgaro quiere decir «vida». Para ellos, «jivot» es toda la región del vientre, estómago y plexo solar. En el Evangelio se dice que cuando el hombre se purifique y se convierta en el Templo de Dios vivo, «de su seno brotarán manantiales de agua viva». El agua viva sale del plexo solar, y de ahí recibe también el niño la vida de la madre a través del cordón umbilical.

Si tomamos el Sol como símbolo del intelecto es porque el intelecto representa para nosotros la facultad capaz de iluminar las cosas, hacémoslas ver y comprender. Sin esta luz que proyecta somos ciegos, y si somos ciegos podemos desorientamos y perdemos. El intelecto representa en nosotros el sol en forma de entendimiento, comprensión, claridad y sabiduría. El intelecto es nuestro sol, pero, de momento, un sol que no siempre nos ilumina correctamente.

¿Qué papel desempeña el intelecto? Al igual que el sol, tiene la propiedad de individualizar las criaturas, separarlas de la colectividad y de la inmensidad, para hacerlas conscientes y capaces de estudiar. Por consiguiente es útil, pero al mismo tiempo, corta nuestros lazos con la verdadera realidad - la inmensidad -. Podemos decir que destruye la realidad, porque nos la oculta; exactamente igual que el sol, el cual al impedimos abrazar la inmensidad con las otras estrellas, sólo nos permite ver una pequeña porción de tierra.

Por el momento, y tal como se manifiesta en ciertos pensadores, filósofos y hombres de ciencia, el intelecto es un asesino de la realidad. El es quien nos impide ver y comprender lo esencial, y cuanto más se fían de él, más se apartan del cosmos y de la inmensidad. ¿,Eso será así eternamente? No, porque en los proyectos de la Inteligencia cósmica el desarrollo del intelecto sólo es una etapa. Es evidente que la Inteligencia sabe que si el hombre sólo desarrolla el intelecto, se aislará de todo y terminará por volverse materialista, descreído y ateo. 

Pero también sabe que esto será pasajero, pues este intelecto inferior que mantiene sujeto al hombre al aspecto yerto, mecánico y muerto de la naturaleza, está unido al intelecto superior o cuerpo causal.

Recordad el esquema que representa al hombre con sus seis cuerpos: físico, astral, mental inferior, mental superior, búdico y átmico. En el centro se sitúan el cuerpo mental inferior - «manas», como le llaman los teósofos - y el mental superior o cuerpo causal; ambos están unidos.

Por esto y gracias a sus actividades, el intelecto inferior terminará un día por despertar al intelecto superior. 

El hombre necesita poseer un intelecto que le permita desarrollarse como individuo y dominar el mundo material. 
Si viviese constantemente sumergido en la vida colectiva y universal, sería incapaz de trabajar en la materia. 
Este es el peligro que acecha a los místicos cuando no saben trabajar en ambas esferas y sólo se entregan al mundo nebuloso y lunar. Evidentemente experimentan algunas alegrías y éxtasis, pero sus trabajos terrestres perecen y también su cuerpo físico. Para poder desarrollarse armónicamente hay que trabajar en los dos planos.

El sol nos impide ver el resto de la creación, la cual, sin embargo, existe; en el universo encontramos incluso soles mucho más grandes y poderosos que el nuestro. 

El sol es necesario e indispensable, y aunque su luz nos impida ver la inmensidad, no hay que reprochárselo, porque este trabajo corresponde al intelecto. 
En un pasado lejano, cuando el intelecto de los seres humanos no estaba desarrollado y su conciencia tampoco estaba despierta en el plano físico, su vida era más bien psíquica, astral, habitaban en medio de los espíritus, se desdoblaban fácilmente y visitaban las regiones invisibles en las que veían las almas de los muertos y se comunicaban con ellas. Pero luego, la Inteligencia de la naturaleza decidió desarrollar el intelecto de los seres humanos, y actualmente este intelecto está tan desarrollado que la intuición, la clarividencia y el misticismo han quedado difuminados. Naturalmente algunos han conservado estas creencias, este contacto con las regiones sutiles, pero la mayoría está completamente al margen de todo ello porque trabaja mucho más con el intelecto.

Sin embargo, este intelecto que ahora ensombrece el mundo divino tiene la posibilidad de avanzar y de llegar un día a alcanzar y a unirse con la inteligencia superior, la inteligencia pura y sublime de las causas primeras. En este momento preciso, el hombre conocerá al mismo tiempo el mundo objetivo, concreto y material, y el mundo invisible, sutil, espiritual y divino. No hay que eliminar el intelecto porque de entre todas las facultades que Dios nos ha dado, ésta es precisamente la que nos permitirá reencontrarlo. 

Si no tuviéramos esta inteligencia, aunque sea mediocre y limitada, jamás podríamos encontrar nada.

Dios ha dado este intelecto a los seres humanos para que puedan encontrarlo; y no sería difícil si tuvieran un poco de buena voluntad. Tomemos un ejemplo: cuando se ha cometido un crimen, o unos atracadores han desvalijado un banco, la policía acude buscando indicios y tomando las huellas digitales. ¿Por qué? Sencillamente porque está absolutamente convencida de que todo acto, toda obra tiene un autor. Siguiendo el mismo razonamiento, ¿por qué los seres humanos no reconocen que si existe un universo con unas leyes, con un orden, con una armonía, es porque también hay un autor? ¡Ah, no! Cada cosa tiene su autor, pero la naturaleza con los océanos, las montañas, los soles, las constelaciones, y todos los seres vivos,¡no tiene autor...!

Como veis, éste es un razonamiento inconsistente.

No hay que subestimar el intelecto; nunca he querido disminuir su valor, sino sólo explicar cómo se manifiesta por ahora y en qué límites debe permanecer, sin desconocer su rol que es inmenso, pues gracias a él podemos descubrir al Creador, al Señor. Pero hay que obrar con lógica: si creemos que cada crimen tiene un responsable y la naturaleza toda no lo tiene, caemos en un absurdo total. ¡Para ciertas cosas las personas son incrédulas y para otras son de una credulidad impresionante! No creen en el Creador, ni en la Inteligencia cósmica, ni en el mundo divino, ni en la justicia, ni en la bondad, y sin embargo creen que cosecharán frutos sin haber plantado y sembrado nada. Si conociéramos la reencarnación y sus leyes, sabríamos que no hay que esperar, que hay que preparar el terreno para obtener lo que se pide, y que si hubiéramos trabajado en encarnaciones anteriores, tendríamos todo lo que deseamos en la vida.

Como podéis ver, los seres humanos no creen en la Inteligencia divina, pero sí en la estupidez, en el azar y en el absurdo. Algunos materialistas creen que los átomos se han armonizado entre ellos por azar, de manera que han creado cerebros inteligentes. Pero preguntad a un labrador si es el azar quien gobierna la naturaleza: os responderá que no se cosechan higos en las cepas de los viveros, ni ciruelas en los cardos. Y si sabe esto, también sabe que la inteligencia produce inteligencia, y el absurdo produce absurdo. Entonces, ¿cómo se entiende que los sabios puedan creer que un azar estúpido, insensato y caótico haya creado un mundo tan inteligentemente organizado? ¡Verdaderamente, es inaudito!


Omraam Mikhaël Aïvanhov
Los secretos del libro de la naturaleza
 

http://trabajadoresdelaluz.com.ar/
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

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