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viernes, 6 de mayo de 2016
El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)
RELACIONES
CAPITULO 18 (Tercer Escrito)
Los Sentimientos Positivos.
Los sentimientos más elevados del coraje, la voluntad, la confianza, la capacidad, "el puedo hacerlo", el entusiasmo, el humor, la competencia, la autosuficiencia y la creatividad tienen un efecto emocional: acciones efectivas, operaciones y logros. La reacción de las otras personas reflejará en nosotros cooperación, coraje, respeto, y la voluntad de estar con nosotros.
Además, dado que aumentamos su autoestima, buscan nuestra compañía. Al observar todo esto, vemos que hay una maravillosa recompensa a cambio de nuestra voluntad de dejar los sentimientos negativos que se interponen en el camino de estos sentimientos superiores, que sin esfuerzo logran nuestras metas y objetivos reales.
Cuando operamos en el nivel de la aceptación, la alegría, la calidez, la dulzura, la suavidad, la confianza, la verdad interior, y la fe, los efectos emocionales a los que responde la otra persona son los del amor, la alegría, el placer, la armonía, la paz, la comprensión, y el compartir. Su reacción hacia nosotros será de aceptación y satisfacción, sintiéndose "en sintonía", sintiéndose comprendidos y alegres.
Devolverán automáticamente nuestro amor. Es bastante obvio que estos sentimientos recíprocos logran tener éxito en cualquier empresa en la que puedas estar con la otra persona, ya sea profesional, social, personal o una simple interacción cotidiana.
Conectividad.
Cuando nuestros sentimientos interiores son de paz, serenidad, tranquilidad, quietud, franqueza y sencillez, el efecto sobre las otras personas es aumentar su consciencia junto con la nuestra, y darles un mayor sentido de libertad, perfección, unidad, y de estar en unidad con nosotros mismos.
En su relación con nosotros, sentirán unión; se identificarán con nosotros; entenderán en un nivel profundo; y se sentirán en comunión con nosotros. Como consecuencia de ello, buscarán nuestra presencia, porque en ella se sienten completos, reconocidos y satisfechos.
Experimentarán una mayor consciencia de su propio Ser real. Se sentirán más elevados en nuestra presencia o cuando piensen en nosotros. Su respuesta hacia nosotros será de amor y gratitud por la bendición de nuestra presencia.
En una relación así, las metas son logradas automáticamente y sin esfuerzo. Debido a que no estamos aferrándonos a la negatividad, no hay nada que deseemos ocultar de la otra persona, y esta apertura permite a la otra persona retirar todas las defensas.
Nada se esconde por sentimiento de culpa o miedo, y hay una conexión psíquica muy consciente. Es en este nivel que los llamados fenómenos telepáticos se producen con regularidad. Cuando estamos en total armonía con otra persona, no hay deseo por nuestra parte de retener o guardar ningún pensamiento o sentimientos. Debido a que la otra persona responde de manera similar, hay un saber sin esfuerzo de lo que está cruzando la mente de la otra persona y de lo de que está pasando en su estado emocional. Hay una aceptación total de nuestra propia humanidad y de la del otro.
Si estamos realmente en sintonía con los demás, los perdonamos cuando vemos celos o reactividad pasajera. Nos damos cuenta de que es sólo algo natural. Y sabemos que ellos, a su vez, están al tanto de nuestro resentimiento pasajero.
Sin embargo, lo pasan por alto; están aceptando nuestra humanidad, y entienden la situación. Ellos nos conocen tan bien que reconocen la posibilidad de un resentimiento pasajero en ciertas situaciones, pero saben también, que vamos a dejarlo pasar. Las personas con las que compartimos una relación de amorosa aceptación están conformes con nuestra humanidad y la suya. No importan las emociones superficiales, seguimos siendo conscientes de la orientación compartida del amor, la aceptación y la armonía con los demás y el mundo.
A este nivel de comunicación en realidad se puede llegar con cualquier persona. No tiene que ser alguien con quien estemos íntimamente asociados. Muy a menudo lo experimentamos por primera vez con nuestros amigos con los que hay menos en juego que con los familiares íntimos.
Otra situación en la que ocurre a menudo en el curso de una vida media es con un ex-amante. Con esta persona a la que le hemos revelado tanto, -ahora que ya no hay nada romántico en juego-, puede desarrollarse una amistad en la que ya no es necesario ocultar nada.
Puede haber comunicación verdaderamente abierta, honestidad e integridad. Vemos que esto no es raro en las parejas que se han separado o divorciado. Una vez que la crisis se ha restablecido, se llevan fácilmente e incluso pueden ser sus mejores amigos durante muchos años.
Efecto de los Sentimientos Positivos.
Es obvio que los estados elevados de conciencia tienen un efecto profundo en nuestras relaciones, porque una de las leyes de la conciencia es lo semejante atrae a lo semejante.
Nuestros estados interiores son realmente irradiados a los demás. Nos pueden afectar positivamente los demás incluso cuando no estemos físicamente con ellos.
Los sentimientos son energía y toda energía emite una vibración. Somos como estaciones emisoras y receptoras.
A menor negatividad a la que nos aferremos, más conscientes podemos ser de los otros que están realmente aferrados a nosotros. Cuanto más amamos, más nos encontramos rodeados por el amor. La sustitución de un sentimiento negativo por uno más elevado cuenta para los muchos milagros que uno puede experimentar en el curso de la vida.
Estos se vuelven más frecuentes a medida que uno sigue entregando. A medida que entregamos, la vida se vuelve cada vez más fácil. Hay un constante incremento de la felicidad y el placer, que requiere experimentar cada vez menos y menos del mundo exterior. Hay una disminución de las necesidades y expectativas de los demás. Dejamos de vernos "ahí afuera", por lo que ahora experimentamos lo que proviene de del interior de nosotros mismos. Dejamos la ilusión de que los demás son la fuente de nuestra felicidad. En lugar de buscar obtener de los demás, ahora buscamos dar. Los demás buscan ahora estar con nosotros, en vez de evitarnos. En el libro de Charles Dickens Cuento de Navidad, Scrooge experimentó el placer de dar en vez de buscar obtener de los demás.
La alegría de esa transformación está disponible para todos nosotros. Carl Jung escribió sobre el fenómeno de la "sincronicidad", que también podría haberse llamado "simultaneidad", para explicar la ocurrencia de sucesos que, para el intelecto, parecen no estar relacionados.
Al entregar cada vez más y más, este tipo de experiencia se vuelve común.
Un ejemplo de este fenómeno es la siguiente experiencia relatada por un ejecutivo que había estado practicando la técnica del dejar ir alrededor de un año. Era el presidente de una pequeña empresa, de unos cincuenta empleados.
Habíamos promocionado a un joven prometedor para encabezar una de las divisiones de la empresa. Resultó, sin embargo, que este hombre era muy inmaduro. En lugar de responder con gratitud y cooperación por todo lo que se hizo por él, reaccionó volviéndose grandilocuente, exigente y algo paranoico. El anunció irrumpiría en la siguiente reunión del Consejo Directivo y causaría una gran molestia por sus disparatadas acusaciones y demandas.
A pesar de que todas sus acusaciones podrían haber sido fácilmente refutadas, todo el asunto parecía una terrible experiencia a vivir. Durante días, pareció que simplemente planificaba el odio de sus amenazas. El día de la reunión del Consejo, que iba a ser a la 1 pm, estaba conduciendo por la carretera del parque con pensamientos de ira hacia él.
De pronto lo dejé ir todo; me entregué a él por completo. Empecé a ver al niño asustado en él, y empecé a enviarle amor. Toda mi ansiedad desapareció, y sentí amor compasivo por él. Miré mi reloj y eran las 12:30 pm. Cuando llegué a la oficina, mi secretaria dijo que ese hombre había entrado en la oficina y anunció que estaba todo cancelado; había cambiado de opinión en el último momento. Le pregunté a mi secretaria a qué hora había entrado en la oficina. Ella me dijo que había hecho una anotación particular de la hora, ya que la reunión del Consejo estaba a punto de tener lugar. Ella miró su reloj cuando él había hecho su anuncio sobre su cambio de opinión. La hora era exactamente 12:32 pm.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/
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