Movido por un profundo sentimiento de hermandad, este mensaje cruza tu sendero envuelto en un brillante halo de energía cristalina que te hace emocionar.
Trae a tu presente la imagen de lo que estás manifestando al vibrar, con persistente entrega, en la frecuencia del amor.
Tus acciones hacen de la Tierra un majestuoso templo, a cielo abierto, donde reverdece la Unidad.
Viniste a servir pulsando.
Lo estás haciendo. Te acompaño. Vamos sonriendo. Emanemos paz.
Esta es la fulgurante impronta que los medios de comunicación todavía no muestran, pero tu bello espíritu siente. Contemplala por favor: ¿acaso están de rodillas, peleando o creyéndose culpables?
Están de pie, hermosamente juntos. Sintiendo. Hermanados en la paz.
Sus manos revelan que han despertado a la luz que, desde dentro, religa corazón con corazón. Se fusionan en un nítido latido, sin fronteras, que irradia la indescriptible alegría del esperado reencuentro.
Esta es la destellante señal que marca el cambio consciente. Es la manifestación genuina de lo que permite plasmar tu esencia al vibrar, con nobleza y maestría, en los espacios densos.
Sos un vibrante portal por donde fluye la gracia que activa la armonía.
Seguí confiando. Continuá alumbrando. El llamado a la Unidad resuena bien alto. Retumba inmaculado.
Todo tu corazón lo siente y tu cuerpo se estremece al percibirlo, amplificando su luz con fe, amor y sabiduría.
Internamente reconocés que este será un período de intensos contrastes, pues la energía que ingresa al planeta potencia el estado de cada persona.
Si en tu camino se presentan baches de confusión, cansancio o duda, recordando esta imagen sabrás que lo que hacés tiene un sentido sagrado que la mente social no puede ver, pero el corazón de la existencia siente.
Gracias a tu tarea luminosa otros despiertan, se reconocen, se abrazan y vuelven a experimentarse unidos.
Se está configurando una nueva realidad.
Se está gestando una refinada humanidad.
Con cada acto consciente emitimos un destello divino que recorre las estrellas e ilumina el firmamento, anunciando al universo que en la Tierra ya hay hombres y mujeres que laten en Unidad.
Vamos por más y más corazones abiertos.
Vamos por más y más seres humanos despiertos. Acudimos a religar. Extendé tus alas. Desplegá tu mágico espíritu. Con amor, con fervor, emanemos paz.
(Por Julio Andrés Pagano)
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