Pensamiento del martes 15 de diciembre de 2015.
"Una medicina que se limite a intervenir allí donde se ha declarado el mal, no está basada en los mejores principios, porque el resto del organismo puede también sufrir algunos trastornos o insuficiencias que no se curarán con los cuidados que se den a una sola parte del cuerpo. Para cumplir perfectamente su papel, la medicina debe tocar el ser entero, purificarle y ponerle en armonía con el universo, para que cada órgano, cada parte del cuerpo se beneficie de esta mejora.
La aparición de trastornos en un punto del organismo debería ser la ocasión de considerar todo el conjunto para volver a poner todo en buen estado. Si tenéis en cuenta esta recomendación, no sólo van a desaparecer vuestras indisposiciones actuales, sino también otras anomalías que todavía están disimuladas en alguna parte que esperan el momento de manifestarse. Que el cardiólogo se ocupe del corazón, el neumólogo de los pulmones, que el cirujano extirpe los tumores, y así sucesivamente, todo eso está muy bien. Pero incluso cuando no están verdaderamente enfermos, los humanos tampoco gozan verdaderamente de buena salud porque se ocupan de cada parte de su cuerpo por separado. La medicina del futuro enseñará a trabajar de forma diferente: una pequeña anomalía será la ocasión para mejorar el organismo entero."
"Una medicina que se limite a intervenir allí donde se ha declarado el mal, no está basada en los mejores principios, porque el resto del organismo puede también sufrir algunos trastornos o insuficiencias que no se curarán con los cuidados que se den a una sola parte del cuerpo. Para cumplir perfectamente su papel, la medicina debe tocar el ser entero, purificarle y ponerle en armonía con el universo, para que cada órgano, cada parte del cuerpo se beneficie de esta mejora.
La aparición de trastornos en un punto del organismo debería ser la ocasión de considerar todo el conjunto para volver a poner todo en buen estado. Si tenéis en cuenta esta recomendación, no sólo van a desaparecer vuestras indisposiciones actuales, sino también otras anomalías que todavía están disimuladas en alguna parte que esperan el momento de manifestarse. Que el cardiólogo se ocupe del corazón, el neumólogo de los pulmones, que el cirujano extirpe los tumores, y así sucesivamente, todo eso está muy bien. Pero incluso cuando no están verdaderamente enfermos, los humanos tampoco gozan verdaderamente de buena salud porque se ocupan de cada parte de su cuerpo por separado. La medicina del futuro enseñará a trabajar de forma diferente: una pequeña anomalía será la ocasión para mejorar el organismo entero."
Pensamiento del miércoles 16 de diciembre de 2015.
"La cuestión de la castidad, de la continencia, generalmente está mal planteada por la religión. ¿Por qué? Porque en realidad el acto del amor en sí mismo no es ni bueno ni malo: solamente es el resultado de lo que el hombre y la mujer son capaces de hacer con él. Si no han trabajado sobre sí mismos para purificarse, para ennoblecerse, para iluminarse, con este acto comunican a su pareja ciertas influencias nocivas. El amor verdadero debe mejorarlo todo en el ser que amáis, debe elevarle, reforzarle, iluminarle. Que se exprese después físicamente o no, es secundario. Podemos amar a alguien sin tocarle jamás, y envenenarlo a su vez con este amor.
Sólo tenéis pues que plantearos una cuestión para juzgar sobre la calidad de vuestro amor: el ser que amáis, ¿acaso se desarrolla con vuestro amor? Si se marchita, si se debilita, si pierde la alegría de vivir, preguntaos qué habéis hecho para estropear a esta criatura. Deberíais haberla cultivado como una flor en un jardín, y no tenéis por tanto que sentiros demasiado orgullosos. Ahora sólo os queda buscar la forma de reparar vuestros errores. Vuestro amor debe hacer crecer a un ser. Si veis que se expande gracias a vuestro amor, entonces solamente podéis alegraros, y dar gracias al Cielo."
"La cuestión de la castidad, de la continencia, generalmente está mal planteada por la religión. ¿Por qué? Porque en realidad el acto del amor en sí mismo no es ni bueno ni malo: solamente es el resultado de lo que el hombre y la mujer son capaces de hacer con él. Si no han trabajado sobre sí mismos para purificarse, para ennoblecerse, para iluminarse, con este acto comunican a su pareja ciertas influencias nocivas. El amor verdadero debe mejorarlo todo en el ser que amáis, debe elevarle, reforzarle, iluminarle. Que se exprese después físicamente o no, es secundario. Podemos amar a alguien sin tocarle jamás, y envenenarlo a su vez con este amor.
Sólo tenéis pues que plantearos una cuestión para juzgar sobre la calidad de vuestro amor: el ser que amáis, ¿acaso se desarrolla con vuestro amor? Si se marchita, si se debilita, si pierde la alegría de vivir, preguntaos qué habéis hecho para estropear a esta criatura. Deberíais haberla cultivado como una flor en un jardín, y no tenéis por tanto que sentiros demasiado orgullosos. Ahora sólo os queda buscar la forma de reparar vuestros errores. Vuestro amor debe hacer crecer a un ser. Si veis que se expande gracias a vuestro amor, entonces solamente podéis alegraros, y dar gracias al Cielo."
Pensamiento del jueves 17 de diciembre de 2015.
"Incluso al final de vuestra existencia podéis seguir siendo jóvenes si habéis comprendido lo que es verdaderamente la vida: una transformación incesante, una adaptación. Para la Ciencia espiritual, no hay jóvenes ni viejos, sino sólo seres que tienen la tarea de trabajar sobre sí mismos para mantener e intensificar la vida en ellos.
Nadie debe decir: «Han pasado los años, soy viejo y no puedo hacer más esfuerzos». El que cree justificar su inercia con su edad, disminuye el número de días que le quedan todavía para alegrarse, porque introduce en él la imagen de la vejez, y esta imagen actúa muy negativamente sobre su estado psíquico y también sobre su estado físico. Que se concentre por el contrario en la juventud esforzándose por aprender siempre algo nuevo, para seguir abierto a la vida. Porque eso es la juventud, la verdadera juventud. Con los años, el cuerpo físico, por supuesto, pierde vigor y resistencia; pero incluso en el momento de la muerte, una mirada, una sonrisa, pueden tener todavía la expresión de la juventud."
"Incluso al final de vuestra existencia podéis seguir siendo jóvenes si habéis comprendido lo que es verdaderamente la vida: una transformación incesante, una adaptación. Para la Ciencia espiritual, no hay jóvenes ni viejos, sino sólo seres que tienen la tarea de trabajar sobre sí mismos para mantener e intensificar la vida en ellos.
Nadie debe decir: «Han pasado los años, soy viejo y no puedo hacer más esfuerzos». El que cree justificar su inercia con su edad, disminuye el número de días que le quedan todavía para alegrarse, porque introduce en él la imagen de la vejez, y esta imagen actúa muy negativamente sobre su estado psíquico y también sobre su estado físico. Que se concentre por el contrario en la juventud esforzándose por aprender siempre algo nuevo, para seguir abierto a la vida. Porque eso es la juventud, la verdadera juventud. Con los años, el cuerpo físico, por supuesto, pierde vigor y resistencia; pero incluso en el momento de la muerte, una mirada, una sonrisa, pueden tener todavía la expresión de la juventud."
Pensamiento del viernes 18 de diciembre de 2015.
"El ojo en el centro de un triángulo es un símbolo muy extendido en el cristianismo y en ciertos movimientos espirituales. Representa al ojo de Dios que lo ve todo. Eso no significa que, como creen ingenuamente algunos, Dios se ocupa de anotar todas las buenas y las malas acciones de los humanos para castigarles o recompensarles después. Este ojo de Dios está en realidad en el hombre mismo y si es capaz de sentir esta mirada que «sondea los riñones y los corazones», como se dice en la Biblia, avanzará por el camino de la luz sin riesgo de extraviarse. Hasta que la conciencia espiritual de un ser no esté suficientemente desarrollada, esta vigilancia es necesaria y saludable.
En la vida corriente, el que es consciente de sus deberes no necesita ser vigilado, trabaja incluso mejor si se siente libre. Pero en el plano espiritual del que hablamos, para que la vigilancia del ojo de Dios ya no sea necesaria, el ser humano debe haber alcanzado un grado muy elevado de desarrollo, y debe en particular haber adquirido la plena conciencia de la importancia de la obra cósmica en la que participa. Hasta que no haya alcanzado este nivel de conciencia, esta vigilancia será su salvaguardia, y no sólo debe aceptarla, sino también pedirla. "
"El ojo en el centro de un triángulo es un símbolo muy extendido en el cristianismo y en ciertos movimientos espirituales. Representa al ojo de Dios que lo ve todo. Eso no significa que, como creen ingenuamente algunos, Dios se ocupa de anotar todas las buenas y las malas acciones de los humanos para castigarles o recompensarles después. Este ojo de Dios está en realidad en el hombre mismo y si es capaz de sentir esta mirada que «sondea los riñones y los corazones», como se dice en la Biblia, avanzará por el camino de la luz sin riesgo de extraviarse. Hasta que la conciencia espiritual de un ser no esté suficientemente desarrollada, esta vigilancia es necesaria y saludable.
En la vida corriente, el que es consciente de sus deberes no necesita ser vigilado, trabaja incluso mejor si se siente libre. Pero en el plano espiritual del que hablamos, para que la vigilancia del ojo de Dios ya no sea necesaria, el ser humano debe haber alcanzado un grado muy elevado de desarrollo, y debe en particular haber adquirido la plena conciencia de la importancia de la obra cósmica en la que participa. Hasta que no haya alcanzado este nivel de conciencia, esta vigilancia será su salvaguardia, y no sólo debe aceptarla, sino también pedirla. "
Pensamiento del Sábado 19 de diciembre de 2015.
"Por pequeña que sea, una piedra preciosa es una partícula de materia capaz de retener una fuerza cósmica. Pero no debéis contar con ella pensando que vaya a protegeros, que vaya a curaros, a daros poderes o a abriros las puertas del mundo espiritual; si no sabéis cómo considerarla y utilizarla, no os servirá de nada.
Las piedras preciosas ya están preparadas por la naturaleza para captar ciertas energías del cosmos y proyectarlas, difundirlas. Pero no basta con poseerlas para beneficiarse de sus virtudes. Cada piedra es semejante a una antena y, lo mismo que a una antena, hay que darle una función, unos mensajes que transmitir. Detrás de esta piedra, hay fuerzas que giran, que vibran, pero vosotros debéis fijarlas y orientarlas para que os puedan servir en vuestro trabajo."
"Por pequeña que sea, una piedra preciosa es una partícula de materia capaz de retener una fuerza cósmica. Pero no debéis contar con ella pensando que vaya a protegeros, que vaya a curaros, a daros poderes o a abriros las puertas del mundo espiritual; si no sabéis cómo considerarla y utilizarla, no os servirá de nada.
Las piedras preciosas ya están preparadas por la naturaleza para captar ciertas energías del cosmos y proyectarlas, difundirlas. Pero no basta con poseerlas para beneficiarse de sus virtudes. Cada piedra es semejante a una antena y, lo mismo que a una antena, hay que darle una función, unos mensajes que transmitir. Detrás de esta piedra, hay fuerzas que giran, que vibran, pero vosotros debéis fijarlas y orientarlas para que os puedan servir en vuestro trabajo."
Pensamiento del domingo 20 de diciembre de 2015.
"Mostraos cada día agradecidos por la vida que habéis recibido de Dios, esta vida que os permite descubrir tantas riquezas. Dad gracias por la felicidad de tener salud, una familia, amigos... Y pensad también en todos los malos encuentros, en todos los accidentes que pueden ocurrir a lo largo de la jornada y de los que os habéis escapado. Cuando volvéis a casa sanos y salvos después de haber viajado en coche, ¿pensáis acaso en dar gracias al Cielo? Puede haber tantos accidentes en la carretera, ¡y a veces ha faltado tan poco!
Cuando pronunciáis la palabra «gracias», es como si hicieseis brotar en vuestra alma un manantial de luz, de paz y de gozo. Y este manantial inunda todas vuestras células. Poco a poco, sentís que algo en vosotros se vivifica, se fortalece, se ilumina. De esta manera, el día en que tengáis que afrontar grandes pruebas, no sólo no os derrumbaréis, sino que seréis capaces incluso de seguir dando gracias. No lo olvidéis: la capacidad de dar gracias en las pruebas os ayuda a superarlas. "
"Mostraos cada día agradecidos por la vida que habéis recibido de Dios, esta vida que os permite descubrir tantas riquezas. Dad gracias por la felicidad de tener salud, una familia, amigos... Y pensad también en todos los malos encuentros, en todos los accidentes que pueden ocurrir a lo largo de la jornada y de los que os habéis escapado. Cuando volvéis a casa sanos y salvos después de haber viajado en coche, ¿pensáis acaso en dar gracias al Cielo? Puede haber tantos accidentes en la carretera, ¡y a veces ha faltado tan poco!
Cuando pronunciáis la palabra «gracias», es como si hicieseis brotar en vuestra alma un manantial de luz, de paz y de gozo. Y este manantial inunda todas vuestras células. Poco a poco, sentís que algo en vosotros se vivifica, se fortalece, se ilumina. De esta manera, el día en que tengáis que afrontar grandes pruebas, no sólo no os derrumbaréis, sino que seréis capaces incluso de seguir dando gracias. No lo olvidéis: la capacidad de dar gracias en las pruebas os ayuda a superarlas. "
Pensamiento del lunes 21 de diciembre de 2015.
"Cada uno de vosotros lleva en sí mismo generaciones de seres humanos de los que es descendiente. Por eso, cuando lográis triunfar sobre vuestras debilidades, arrastráis a toda esta familia que os habita por el camino de la luz y de la liberación. Pero no sólo hacéis el bien a toda vuestra ascendencia, lo hacéis también a vuestra descendencia, porque le transmitís las riquezas interiores que vosotros habéis adquirido. Ésta es una dimensión de la vida interior que es bueno conocer.
Trabajar sobre uno mismo es tanto más importante en cuanto que al hacerlo mejoramos a generaciones enteras, porque les legamos los frutos de nuestros esfuerzos. Nadie vive y actúa solamente para sí, cada uno vive y actúa para un gran número de otras criaturas con respecto a las que tiene grandes responsabilidades. "
"Cada uno de vosotros lleva en sí mismo generaciones de seres humanos de los que es descendiente. Por eso, cuando lográis triunfar sobre vuestras debilidades, arrastráis a toda esta familia que os habita por el camino de la luz y de la liberación. Pero no sólo hacéis el bien a toda vuestra ascendencia, lo hacéis también a vuestra descendencia, porque le transmitís las riquezas interiores que vosotros habéis adquirido. Ésta es una dimensión de la vida interior que es bueno conocer.
Trabajar sobre uno mismo es tanto más importante en cuanto que al hacerlo mejoramos a generaciones enteras, porque les legamos los frutos de nuestros esfuerzos. Nadie vive y actúa solamente para sí, cada uno vive y actúa para un gran número de otras criaturas con respecto a las que tiene grandes responsabilidades. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov'
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