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viernes, 14 de agosto de 2015

Wayne W. Dyer: ¿El primer amor? La Autoestima



La propia-estima no puede ser verificada por los demás. 
Tú vales porque tú dices que es así. Si dependes de los demás para valorarte, esta valorización estará hecha por los demás.
Puede ser que tengas una enfermedad social, una enfermedad que no se pueda curar con una simple inyección. Es muy probable que te haya infestado el virus del desprecio a ti mismo; y el único remedio conocido para esto es una buena dosis masiva de amor propio, o amor a ti mismo. Pero quizá, como mucha gente en nuestra sociedad, tú has crecido con la idea de que está mal amarse a sí mismo. Piensa en los demás, nos dice la sociedad. Ama a tu prójimo, nos predica la Iglesia. Lo que nadie parece recordar es lo de ámate a ti mismo, y sin embargo es eso precisamente lo que vas a tener que aprender para lograr tu felicidad en el momento-presente.
De niño aprendiste que amarte a ti mismo, algo natural en aquel entonces, era lo mismo que ser egoísta y consentido. Aprendiste a pensar en los demás antes que en ti mismo, a darles mayor importancia porque de esa manera demostrabas que eras una “buena” persona. Aprendiste a anularte y te alimentaron con conceptos como el de “debes compartir tus cosas con tus primos”. No importaba que fueran las cosas que más querías, tus tesoros personales, o que ni papá ni mamá pudieran no estar compartiendo sus juguetes de adultos con los demás. Incluso puede que te hayan dicho a menudo que “los niños callan cuando hablan los adultos” y que “debes saber cuál es tu lugar”.
Los niños se consideran hermosos e importantes por naturaleza, pero al llegar a la adolescencia los mensajes de la sociedad ya han echado raíces. La desconfianza en sí mismos está en pleno apogeo. Y con el pasar de los años esta sensación recibe constantemente refuerzos. Después de todo no debes andar por el mundo amándote a ti mismo. ¡Qué pensarán de ti los demás!
Las indirectas son sutiles y la intención que las alienta no es mala, pero logran mantener a raya al individuo. Empezando con los padres y la familia y siguiendo con el colegio y los amigos, el niño aprende estos encantadores modales sociales que son como la marca de ley del mundo de los adultos. Los niños nunca actúan así entre ellos a menos que sea para darles gusto a los mayores. Que digan siempre por favor y gracias, que hagan una venia, que se levanten cuando entra un adulto en la habitación, que pidan permiso para levantarse de la mesa, que aguanten las eternas caricias en las mejillas y las sobadas de cabeza de los adultos. El mensaje es muy claro: los adultos son importantes; los niños no cuentan. Los demás tienen importancia; tú eres insignificante. No te fíes de tu propia opinión era el corolario número uno, y había un enorme paquete de refuerzos que venían bajo el título de “buena educación”. Estas reglas encubiertas por la palabra “modales” te ayudaban a internalizar los juicios de los demás a expensas de tus propios valores. No es sorprendente pues que estas mismas preguntas y dudas, estas mismas definiciones que te niegan como persona persistan en la madurez. ¿Y cómo logran introducirse estas dudas de uno mismo? Quizá tengas problemas en el importante tema de amar al prójimo.
Pero el amor a los demás está relacionado directamente con el amor que te tienes a ti mismo.

El amor: Sugerencias para una definición

El amor es una palabra que tiene tantas definiciones como personas hay para definirlo. Prueba ésta a ver cómo te va. La capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para si mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisficiera o te gustase. Puede que ésta sea una definición practicable pero el hecho es que muy pocas personas son capaces de adoptarla para sí mismos. ¿Cómo puede llegarse al punto de poder dejar que los demás sean como quieren y eligen ser sin insistir para que se pongan a la altura de lo que esperas de ellos?
Muy sencillo. Amándote a ti mismo. Sintiendo que eres importante, hermoso y que vales mucho. Cuando hayas reconocido lo que vales y lo bueno que eres no tendrás necesidad de que los demás apoyen y refuercen tu valor y tus valores ajustando su conducta a tus instrucciones. Si estás seguro de ti mismo y tienes confianza en lo que piensas, no querrás ni necesitarás que los demás sean como tú. En primer lugar, tú eres un ser único. Por otro lado eso los privaría de su individualidad, y lo que te gusta en ellos son precisamente esos rasgos que los diferencian y hacen que sean lo que son.
La cosa empieza a armarse. Logras amarte a ti mismo y de pronto eres capaz de amar a los demás, y eres capaz de hacer cosas por los demás al poder dar y hacer cosas para ti mismo primero que nada. Así no tendrás necesidad de artimañas para amar y dar. No lo harás porque esperas retribución o gratitud sino por el auténtico placer que sientes al ser generoso y amante.
Si tu ser no vale nada, o no es amado por ti, entonces es imposible dar.
¿Cómo puedes dar amor si no vales nada? ¿Qué valor tendría tu amor?
Y si no puedes dar amor, tampoco puedes recibirlo. Después de todo, ¿qué valor puede tener el amor que se le da a una persona que no vale nada? El estar enamorado, el poder dar y recibir, todas esas cosas empiezan con un ser que es capaz de amarse totalmente a sí mismo.
Toma por ejemplo el caso de Noah, un hombre maduro que pretendía amar tiernamente a su mujer y a sus hijos. Para demostrarles su cariño les compraba regalos caros, les costeaba vacaciones lujosas y tenía buen cuidado, cuando se ausentaba en viajes de negocios, de firmar siempre sus cartas con la palabra “amor”. Sin embargo Noah nunca lograba decir a su mujer y a sus hijos que los amaba. Y tenía el mismo problema con sus padres a quienes quería mucho también. Noah quería pronunciar las palabras que a menudo le pasaban por la cabeza y sin embargo se atoraba cada vez que trataba de decir “Te amo”.
En la mente de Noah las palabras “Yo te amo” lo dejaban al descubierto. Si él decía “Yo te amo” alguien tenía que contestar “Yo también te amo, Noah”. Su declaración de amor tiene que encontrarse con una afirmación de su propio valor personal. El decir esas palabras implicaba un riesgo demasiado grande para Noah, porque podrían quedar sin respuesta y entonces todo su valor se ponía en duda. Si, por otro lado, Noah pudiese empezar con la premisa de que él era amable o querido, no tendría ninguna dificultad en decir “Yo te amo, o “Yo te quiero”. Y si no le respondían con el deseado “Yo también te amo, Noah”, él vería que eso nada tiene que ver con su propia autovaloración puesto que ésta estaba intacta desde antes de que siquiera empezara a hablar. Si su amor era correspondido, era problema de su esposa, o de quien sea que Noah amara en ese momento. Podría ser que él deseara el amor de la otra persona, pero éste no sería indispensable para su autovaloración.
Puedes desafiar todos tus sentimientos de acuerdo a tu habilidad de amarte a ti mismo. Recuerda siempre que en ningún momento y en ninguna circunstancia es más sano odiarse a sí mismo que amarse a sí mismo. Incluso si te has portado de alguna manera que te desagrada, odiarte a ti mismo sólo te llevará a inmovilizarte y a perjudicarte. Y en vez de odiarte a ti mismo, trata de tener sentimientos positivos. Que la equivocación o el error te sirvan de lección; haz el propósito de no repetirlos pero no los asocies con tu autoestima o autovaloración.
He aquí el meollo tanto del amor a uno mismo como a los demás. No confundas nunca tu propio valor (que es un valor dado) con tu comportamiento o con el comportamiento de los demás hacia tu persona. Y, lo repito, no es fácil. Los mensajes que nos manda la sociedad son abrumadores. “Eres un niño malo”, en vez de “Te portaste mal”. “Mamá no te quiere cuando te comportas de esta manera”, en vez de “A mamá no le gusta cómo te portas”. Las conclusiones que sacas de este tipo de mensajes son:
“Ella no me quiere, debo ser un desastre” en vez de “no le gusto a mamá".
Ésa es su decisión; y aunque no me gusta que así sea, sigo creyendo que soy importante. En su libro “Knots” (Nudos) el doctor R. D. Laing resume el proceso de internalización de los pensamientos de los demás para equipararlo con la propia autoestima.
Mi madre me ama. Yo me siento bien.Yo me siento bien porque ella me ama.
Mi madre no me ama. Yo me siento mal. Yo me siento mal porque ella no me ama.
Yo soy malo porque me siento mal. Yo me siento mal porque soy malo. Yo soy malo porque ella no me ama. Ella no me ama porque yo soy malo.
No es fácil deshacerse de los hábitos de la niñez. Es muy posible que la imagen de ti mismo se base todavía en las opiniones de los demás. Si bien es cierto que tus primeras ideas respecto a ti mismo las aprendistes de la opinión de los adultos, no es cierto que tengas que cargar con ellas para siempre. Sí, es difícil desligarse de las viejas cadenas y limpiar las heridas abiertas, pero es aún más difícil aferrarse a ellas si uno considera las consecuencias que esto implica. Con un poco de práctica y entrenamiento mental, podrás hacer unas elecciones de amor a ti mismo que te sorprenderán.
¿Quiénes son las personas que aman con facilidad? Son acaso las personas que tienen un comportamiento autodestructivo? No, jamás. ¿Son las que se humillan y se esconden en un rincón? No, por cierto. El volverse eficiente, el lograr dar y recibir amor eficazmente empieza en casa por uno mismo, con el propósito de terminar con los comportamientos emanados de la baja valoración de sí mismo que se han convertido en una costumbre y en una manera de vivir.

Wayne W. Dyer

Emmet Fox: Reflexionemos…



Emmet Fox: Reflexionemos…
Un curso avanzado de Metafísica
A muchas personas les gustaría asistir a lo que llaman un curso avanzado en metafísica. Vale la pena analizar brevemente esa idea. ¿Qué se podría impartir en un curso avanzado que no esté en las lecciones ordinarias? En las clases habituales de metafísica se enseña que Dios es el único poder, y que el mal es insustancial, que forjamos nuestro propio destino mediante nuestros pensamientos y nuestras creencias, que cuando oramos no importan las condiciones, que el tiempo , el espacio y la materia son ilusiones humanas, que hay una solución para todo problema, que el hombre es el Hijo de Dios y que Dios es bien perfecto, que Jesucristo es el único que enseñó toda la Verdad sobre Dios y que en realidad lo demostró. Una vez que el estudiante ha obtenido comprensión intelectual correcta de estas realidades, y que las ha digerido – al menos parcialmente – lo único que le falta es desarrollar su comprensión demostrando esas realidades en la práctica.
Esta, desde luego, es tarea que todos afrontamos. Así vemos que el verdadero curso avanzado es el que nosotros mismos damos al demostrar en los problemas prácticos de la vida cotidiana, mediante el logro de la salud, la armonía y la libertad. Cada vez que superamos una dificultad al averiguar la Verdad de ese obstáculo, Dios nos enseña algo nuevo e invaluable que no se podría expresar verbalmente o en un libro. Todos debemos trabajar ahora mismo en el curso avanzado, mediante la práctica regular y constante de la presencia de Dios. “Es estéril la fe sin obras”. Santiago 2:20.
No se esfuerce
En la oración o en el tratamiento como en muchas otras cosas mientras menos nos esforcemos mejor. En efecto: el esfuerzo se derrota a sí mismo. Rece pausadamente, tranquilamente, sin tensiones. Cuando una persona intenta nadar por primera vez, casi siempre empieza batiendo violentamente el agua, en un esfuerzo por mantenerse a flote. Eso, por supuesto, es un error. Lo que ocurre es que la persona se agota y no logra avanzar. Más tarde, cuando un instructor eficiente le ha enseñado como se nada, la persona entra al agua y con unos cuantos movimientos suaves, casi sin esfuerzo, llega al extremo opuesto de la piscina.
Después, sólo es cuestión de tiempo y práctica constante para que la persona se convierta en un nadador experto. Igual sucede con el tratamiento. Vuélvase a Dios tranquilamente, con fe y confianza, y afirme que El abre el camino en la mejor forma, o que le resuelve ese problema en particular. Que su oración sea una visita sin prisas a Dios. Recuerde que El se preocupa por usted y que para El nada es imposible. Luego de gracias y espere los resultados. “Pues todo el que invocare el nombre del Señor será salvo”. Romanos 10:13.
Siete puntos en la oración
Cuando usted reza, usted se conecta con la Casa del Poder. La oración diaria, cuando de la se hace un hábito, se convierte en una cuerda irrompible a la que puede asir su vida. La oración más poderosa es una visita desinteresada a Dios. Cuando la oración se convierte en una carga, o incluso en una obligación, es hora de renunciar a ella. Si usted está preocupado, o su mente parece anegada, ensaye una búsqueda al azar en la Biblia o en su libro espiritual favorito. Sea receptivo ante Dios. No trate siempre de decirle cosas. “Cesad y reconoced que yo soy Dios”. Rece con calma. No trate de apresurar al Señor. Si usted puede librarse de la sensación de urgencia, sus demostraciones llegarán mucho antes de lo esperado.
Así es la vida
Por alguna razón uno fabrica ciertas creencias y luego tiene que vivir con ellas. Cuando usted crecía, personas bien intencionadas le decían muchas cosas negativas, a manera de consejo, y por lo tanto le implantaban los temores. Esos temores lo acompañan hoy, consciente o inconsciente. Otros problemas los trae uno al nacer. Uno afronta los temores encarnados, como en un drama. Lo que tememos en nuestro corazón se nos presenta en las acciones de otras personas, en las condiciones en que uno trabaja, en un desorden en alguna parte del organismo, etc. Gracias a Dios, no es necesario, como regla, escudriñar las honduras del subconsciente en busca de esos temores. Ese es el método que emplean ciertas modalidades de psicología moderna.
En la enseñanza espiritual, como ofrece la Biblia, aprendemos que al curar espiritualmente los síntomas (lo cual no equivale, por supuesto, a encubrirlos, sino a curarlos) el miedo o la falsa sugestión que causó los síntomas también desaparece, y el paciente queda libre. Rece a diario en procura de paz mental, de sabiduría y de comprensión de Dios. Cuando en su vida aparece una falta de armonía, aléjela mediante la comprensión espiritual. Mientras más visite a Dios, aunque sólo sea por unos segundos en cada ocasión, más felicidad hallará en su existencia. “Reconcíliate, pues, con El, y haz la paz”. Job 22:21
Deme una afirmación
A veces la gente me pide que le de una afirmación. Al parecer creen que la repetición de una frase mágica va a resolverles el problema. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Su problema está en usted, debido a una creencia errónea o a un proceso mental equivocado. La única manera de librarse de su problema consiste en cambiar su creencia, o en alterar el falso proceso mental. El temor siempre está presente donde no hay armonía y una afirmación no lo destruirá por sí misma. Usted debe negarse a que lo intimide el aparente peligro, sea lo que sea, y poner su confianza en el Amor de Dios. Entonces el temor iniciará su retirada.
Cuando usted necesita orientación para afrontar una decisión importante, la forma de obtenerla consiste en pensar y en creer que Dios lo guía. Esa creencia le dará orientación. Una afirmación suele ser útil como recordatorio de lo que usted debe creer, pero es el cambio en el proceso de su pensamiento del error a la Verdad, el que trae la demostración, no la mera repetición de una frase. “Y orando, no seáis habladores, como los gentiles” Mateo 6:7.

Reflexión sobre estos tiempos



Reflexión sobre estos tiempos:

En estos tiempos de tantas dificultades, de caos e incertidumbre, es cuando debemos detenernos y reflexionar sobre lo que está ocurriendo, por qué, qué debemos hacer, pero sobre todo, qué debemos aprender.

Vemos los efectos del calentamiento global, del cambio climático, manifestándose en casi todo el planeta de diferentes formas climáticas y geológicas; vemos como poco a poco se han creado las condiciones para el nuevo orden mundial; vemos el deterioro moral, de valores, a todos los niveles, incluyendo la corrupción institucionalizada en los gobiernos y hasta en las religiones; vemos la crisis económica tanto individual como gubernamental, con sus repercusiones en el sector privado, etc.

Muchos de nosotros habíamos sido advertidos de que muchas de estas cosas que ya están ocurriendo iban a suceder. Lo que no sabíamos era cuando.

A mi modo de ver nos han estado preparando de diferentes formas, hemos recibido información por diferentes medios y muchas advertencias desde hace años.  Incluso desde hace varias encarnaciones. Muchas personas creyeron que no les tocaría vivir en estos tiempos. No es lo mismo decir que viene el lobo que tenerlo de frente…

Pero lo más importante de todo es que, desde el punto de vista de mis creencias, nosotros mismos escogimos venir en estos tiempos antes de encarnar. Creo que se nos dio la oportunidad de venir en esta etapa en que la Tierra está pasando por un ciclo de grandes transformaciones, en que le toca regenerarse para cambiar de dimensión. Creo que se nos ofreció una gran oportunidad para, junto con la Tierra trascender estos mundos densos de tercera dimensión, hacia mundos más sutiles.

Por eso me parece que debemos hacer una especie de ejercicio interior y buscar dentro de nosotros mismos cual es la preparación más importante que debemos hacer. No hay duda de que siempre es bueno tomar ciertas medidas y guardar alimentos, agua, medicamentos, etc., por si ocurriera una catástrofe en la que debamos sobrevivir por nuestra cuenta por un tiempo. Pero la preparación principal es la interna, y es algo que es individual. Muchos sienten miedo, especialmente a lo desconocido, a la forma en que podrían ocurrir ciertos eventos, a si va a sentir dolor, nos preocupamos por nuestros familiares, etc.

Urge hacer esa introspección. Debemos preguntarnos qué hemos hecho con toda la información que hemos recibido, si la hemos procesado. Debemos ‘vernos’ internamente, con honestidad, tal cual somos, y preguntarnos si verdaderamente sabemos quien Soy, que Soy. Cuando puedas contestar esas preguntas, sentirás una liberación y ya no sentirás miedo a lo que pueda pasar. El miedo paraliza, te impide seguir adelante, te estanca, no te permite ver lo que tienes de frente, aunque sea una ayuda que te vienen a ofrecer. Cuando logres descubrir quien ERES, te sentirás más aliviado y podrás concentrarte en lo que es esencial a la VIDA, a tu propósito del alma, a tu evolución. Sabrás que estar aquí y ahora tu lo escogiste cuando estabas en plena conciencia, por lo que sabías que podías manejar la experiencia, sabías que tienes la capacidad para manejarlo. Las experiencias vividas nos han ayudado en ese proceso. Por eso no debes permitir que los miedos te atrapen, tu espíritu sabe lo que debes hacer, sabe que puedes con lo que te toque vivir. Los miedos lo único que hacen es impedir que te conectes con tu ser interior, con tu Yo Soy y dejarte guiar por éste. Tu espíritu no dejaría que pases por algo que no puedas manejar, por algo que no estás preparado aún para manejar. Tampoco el Gran Espíritu.

Una vez te conectas con ese Yo Soy, mantén esa conexión siempre, en todo momento, hazte conciente de su Presencia. Visualízala: eres Luz.  Esa Presencia te dará la fuerza que necesitas, la sabiduría, la paz... Te recordará que nunca estás solo. Es entonces que te darás cuenta de que hay una fuerza Superior moviendo todos los hilos de tu existencia y de los universos. Te darás cuenta que hay un Plan, y que ese plan está en proceso de cumplirse. Que hay un Orden Divino, que hay unas leyes universales que también se cumplen siempre.

Debemos confiar en ese Plan, en ese Orden Divino, en el cumplimiento de esas leyes.
Debemos confiar en que no vamos a pasar por nada para lo cual no estemos preparados.
Debemos confiar en que si nos conectamos con nuestro Ser, sabremos lo que debemos hacer, y que vamos a recibir la ayuda que sea necesaria.

Pero debemos estar claros en que no es lo que nosotros creemos que necesitamos, es lo que los Maestros, los seres de Luz y el Gran Espíritu saben que necesitamos, que es esencial a nuestra evolución, al propósito de nuestra alma…
Aunque eso implique desencarnar en una catástrofe.  

Una amiga me recordó ayer lo que dice una parte de la Gran Invocación*: 

‘Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida, que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres; el Propósito que los Maestros conocen y sirven.’

Aquí los dejo con esta reflexión, con mucho respeto,  y espero que les ayude de alguna manera, para manejar todo lo que tenemos de frente y lo que pudiera pasar.

Nilda Ruiz

Evangelio Según Tomas. TEXTO APÓCRIFO GNÓSTICO (Segun Mahatma Gandhi)




Evangelio Según Tomas. TEXTO APÓCRIFO GNÓSTICO
Publicado por Oskaring en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Los cuatro evangelios están íntimamente relacionados con el magisterio del fuego. Estos Evangelios son totalmente simbólicos, escritos en lenguaje de las parábolas; aquellos que interpretan todo literalmente piensan que el sembrador del Evangelio Crístico salió a sembrar y que la semilla cayó en pedregales, etc. Pero no entienden el sentido de tal parábola, porque éste en sí mismo pertenece al lenguaje simbólico del centro emocional superior. El nacimiento en el establo de Belén nos indica una iniciación. Cristo nace siempre en el establo del hombre.
La estrella que vieron los Reyes Magos la ven todos los Místicos durante el estado de Éxtasis. Es la estrella que anuncia la Iniciación. Esa es la Estrella que guía a los Devotos del Fuego. El evangelio apócrifo de Tomás es uno de los manuscritos en lengua copta encontrados en el Alto Egipto en el año de 1945, al parecer cerca de Nag Hamadi (Alto Egipto). Lo que a continuación transcribimos es un extracto de este importante e interesante manuscrito que te invitamos a conocer y reflexionar, como parte de los trece volúmenes que forman la biblioteca gnóstica, encontrada en la fecha ya mencionada.
Jesús ha dicho: Si aquellos que os guían y os dicen; Mirad, el Reino está en el Cielo, entonces los pájaros del cielo os aventajarán, si os dicen que está en el mar, entonces los peces os aventajarán Pero el Reino está en nuestro interior y fuera de vosotros. Cuando os conozcáis, entonces seréis reconocidos y sabréis que sois hijos del padre que está vivo. Pero si no os conocéis estaréis en la pobreza y sois la pobreza. Jesús ha dicho: Conoce lo que está delante de tu cara y lo que está oculto ante ti será desvelado; pues no hay nada escondido que no será manifestado.
Sus discípulos le interrogaron y le dijeron: ¿Quieres que ayunemos? ¿Cómo rezaremos? ¿Daremos limosna? y que observaremos en asunto de alimentación? Si ayunáis os atribuiréis un pecado, y si rezáis seréis condenados y si dais limosna haréis daño a vuestros espíritus. Y si entráis en algún país y vais a los campos, si se os recibe comed lo que pongan delante de vosotros, curad a los que de entre ellos estén enfermos. Lo que en efecto entrare en vuestra boca no os mancillará, pero lo que sale de vuestra boca eso es lo que contaminará. Jesús dice: No mintáis y lo que aborrezcáis, no lo hagas, pues todo está desvelado ante el cielo. No hay nada en efecto, escondido que no será manifestado y no hay nada de cubierto que quedará sin ser desvelado.
Jesús ha dicho: he aquí que el sembrador salió, llenó su mano, arrojó las simientes. Algunas por una parte cayeron sobre el camino; los pájaros vinieron, las cogieron. Otras cayeron sobre espinas, éstas ahogaron su simiente y el gusano las comió. Y otras cayeron en buena tierra y dio buen fruto. Arriba: produjo sesenta por medida y ciento veinte por medida.
Los discípulos dijeron a Jesús; Dinos cómo será nuestro fin y Jesús dijo; ¿Habéis pues descubierto el principio para que busquéis el fin. Pues, ahí donde está el principio allí será el fin. Bienaventurado aquel que era antes de haber sido. Jesús ha dicho: Os escogeré uno entre mil y dos entre diez mil y ellos permanecerán siendo uno solo. Sus discípulos dijeron: Haznos conocer el lugar donde tú estás, puesto que es necesario para nosotros que lo busquemos. El les dijo: ¡que el que tenga oidos, oiga! Hay luz en el interior de un hombre de luz y éste ilumina al mundo entero. Si él no ilumina , son las tinieblas.
Jesús ha dicho: Ama a tu hermano como a tu alma; vela por él como por las niñas de tus ojos, Jesús ha dicho la pajita que está en el ojo de tu hermano, tu la vez, pero la que está en tu ojo, no la ves. Cuando hayas arrojado la viga fuera de tu ojo, entonces verás expulsar la pajita fuera del ojo de tu hermano. Jesús ha dicho: Lo que oigas en tu oreja y en la otra oreja, proclama sobre vuestros techos. Nadie en efecto enciende una lámpara para ponerla bajo un celemín ni la pone en un sitio escondido; sino que la pone sobre el lampadario, para que quien entre y salga vea su luz.
Jesús ha dicho: No os inquietéis desde la mañana a la noche y desde la noche a la mañana por lo que vestiréis. Sus discípulos dijeron ¿en que día te revelarás a nosotros y en que día te veremos? Jesús dijo: Cuando dejéis vuestra vergüenza, cuando toméis vuestros vestidos, los pongáis debajo de vuestros pies como los niños pequeños y los pisoteéis, entonces veréis al hijo de Aquel que está vivo y no temeréis. Muchas veces habéis deseado escuchar estas palabras que os digo y no tenéis a ningún otro de quien oírlas. Días vendrán en los que me buscaréis y no me encontraréis.
Jesús ha dicho: El que haya blasfemado contra el Padre se le perdonará y el que haya blasfemado contra el Hijo se le perdonará pero el que haya blasfemado contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en la tierra ni en el cielo. Jesús ha dicho: No se cosechan las uvas sobre las espinas y no se cogen los higos sobre los zarzales: no dan frutos en efecto. Un hombre bueno produce una buena cosa de su tesoro; un hombre malo produce cosas malas de su tesoro malo que está en su corazón y dice cosas malas, pues de la sobre abundancia del corazón produce malas cosas.
Jesús ha dicho: No le es posible a un hombre montar dos caballos, tirar con dos arcos y no le es posible a un servidor servir dos amos, o bien honrará a uno y ofenderá al otro. Ningún hombre bebe vino viejo y no desea beber enseguida vino nuevo. Y no se vierte vino nuevo en odres viejos, por miedo a que se desgarren y no se vierte vino viejo en otro nuevo, por miedo a que lo estropee. No se cose un remiendo viejo a un vestido nuevo, pues se produciría un desgarrón.
Jesús ha dicho: Yo digo mis misterios a los que son dignos de mis misterios. Jesús ha dicho: había un hombre rico que tenía mucho dinero. Dijo: emplearé mi dinero en sembrar, cosechar, plantar, llenar mi granero de frutos de manera que no me falte nada. He aquí lo que pensaba en su corazón y aquella misma noche murió. Que aquel que tenga oídos, oiga.
Jesús ha dicho: Un hombre tenía invitados y cuando hubo preparado la comida envió a su sirviente para convidar a los invitados. Este fue hacia el primero y le dijo: Mi amo te invita y el otro dijo: Tengo que cobrar dinero de ciertos comerciantes que tienen que venir a mi casa por la noche iré a darle mis órdenes. Me excuso para la cena. Fue hacia otro y le dijo: Mi amo te ha invitado y éste le dijo: He comprado una casa y se me exige un día, no estaré disponible. Fue hacia otro y le dijo: Mi amo te invita. Este le dijo: Mi amigo va a casarse y soy yo quien hará la comida, no podré ir. Me excuso para la comida. Fue hacia el otro y le dijo: Mi amo te invita. Este le dijo: He comprado una granja, voy a ella para recibir las rentas, no podré venir. Me excuso. El servidor volvió y dijo a su amo: aquellos a los que tú has invitado a la comida se han excusado. El amo dijo a su servidor: Sal fuera a los caminos; a aquellos que encontrares, tráelos para que coman. Los compradores y los mercaderes no entrarán en los lugares de mi Padre.
Jesús ha dicho: El Reino del Padre es parecido a un mercader que tenía un fardo y que encontró una perla. Este mercader era sabio: vendió el fardo y compró para él la perla sola. Vosotros también, buscad el tesoro que no deja de permanecer allí donde la polilla no se acerca para comer y donde el gusano no destruye…
Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres. Mahatma Gandhi

LA URGENCIA DE UNA TRANSFORMACIÓN - Eckhart Tolle.


La vida, ya sea de una especie o de una forma individual, muere, o se extingue, o se impone por encima de las limitaciones de su condición por medio de un salto evolutivo siempre que se ve enfrentada a una crisis radical, cuando ya no funciona la forma anterior de ser en el mundo o de relacionarse con otras formas de vida y con la naturaleza, o cuando la supervivencia se ve amenazada por problemas aparentemente insuperables.

Se cree que las formas de vida que habitan este planeta evolucionaron primero en el mar. Cuando todavía no había animales en la superficie de la tierra, el mar estaba lleno de vida. Entonces, en algún momento, alguna de las criaturas se aventuró a salir a la tierra seca. Quizás se arrastró primero unos cuantos centímetros hasta que, agobiada por la enorme atracción de la gravedad, regresó al agua donde esta fuerza prácticamente no existe y donde podía vivir con mayor facilidad. Después intentó una y otra vez hasta que, mucho después, pudo adaptarse a vivir en la tierra, desarrolló patas en lugar de aletas y pulmones en lugar de agallas. Parece poco probable que una especie se hubiera aventurado en semejante ambiente desconocido y se hubiera sometido a una transformación evolutiva a menos que alguna crisis la hubiera obligado a hacerlo. Quizás pudo suceder que una gran zona del mar hubiera quedado separada del océano principal y que el agua se hubiera secado gradualmente con el paso de miles de años, obligando a los peces a salir de su medioambiente y a evolucionar.
El desafío de la humanidad en este momento es el de reaccionar ante una crisis radical que amenaza nuestra propia supervivencia. La disfunción de la mente humana egotista, reconocida desde hace más de 2.500 años por los maestros sabios de la antigüedad y amplificada en la actualidad a través de la ciencia y la tecnología, amenaza por primera vez la supervivencia del planeta. Hasta hace muy poco, la transformación de la conciencia humana (señalada también por los antiguos sabios) era tan sólo una posibilidad a la cual tenían acceso apenas unos cuantos individuos aquí y allá, independientemente de su trasfondo cultural o religioso. No hubo un florecimiento generalizado de la conciencia humana porque sencillamente no era todavía una necesidad apremiante.
Una proporción significativa de la población del planeta no tardará en reconocer, si es que no lo ha hecho ya, que la humanidad está ante una encrucijada desgarradora: evolucionar o morir. Un porcentaje todavía relativamente pequeño pero cada vez más grande de personas ya está experimentando en su interior el colapso de los viejos patrones egotistas de la mente y el despertar de una nueva dimensión de la conciencia.
Lo que comienza a aflorar no es un nuevo sistema de creencias ni una religión, ideología espiritual o mitología. Estamos llegando al final no solamente de las mitologías sino también de las ideologías y de los credos. El cambio viene de un nivel más profundo que el de la mente, más profundo que el de los pensamientos. En efecto, en el corazón mismo de la nueva conciencia está la trascendencia del pensamiento, la habilidad recién descubierta de elevarse por encima de los pensamientos, de reconocer al interior del ser una dimensión infinitamente más vasta que el pensamiento. Por consiguiente, ya no derivamos nuestra identidad, nuestro sentido de lo que somos de ese torrente incesante de pensamientos que confundimos con nuestro verdadero ser de acuerdo con la vieja conciencia. Es inmensa la sensación de liberación al saber que no somos esa “voz que llevamos en la cabeza”. ¿Quién soy entonces? Aquel que observa esa realidad. La conciencia que precede al pensamiento, el espacio en el cual sucede el pensamiento, o la emoción o la percepción.
El ego no es más que eso: la identificación con la forma, es decir, con las formas de pensamiento
principalmente. Si es que hay algo de realidad en el concepto del mal (realidad que es relativa y no
absoluta), su definición sería la misma: identificación total con la forma: las formas físicas, las formas de pensamiento, las formas emocionales. El resultado es un desconocimiento total de nuestra conexión con el todo, de nuestra unicidad intrínseca con “todo lo demás” y también con la Fuente. Este estado de olvido es el pecado original, el sufrimiento, el engaño. ¿Qué clase de mundo creamos cuando esta falsa idea de separación total es la base que gobierna todo lo que pensamos, decimos y hacemos? Para hallar la respuesta basta con observar la forma como los seres humanos se relacionan entre sí, leen un libro de historia o ven las noticias de la noche.
Si no cambian las estructuras de la mente humana, terminaremos siempre por crear una y otra vez el mismo mundo con sus mismos males y la misma disfunción.
Eckhart Tolle: de Una Nueva Tierra.

Reflexiónes para el Alma



Cuando Buda dice: "Todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo", significa que debes desarrollar la aceptación.
Buda no quiere decir que si el otro es un delicuente, tú seas un delincuente; o si el otro es un asesino, tú seas un asesino; o si el otro es un ladrón, tú seas un ladrón, etc... (lo mismo con el egoísmo, la envidia, el odio, el rencor, etc.).
Lo que Buda quiere decir con esta reflexión es que si el otro es unasesino y a ti te molesta, te incomoda, sientes malestar interior, es porque no lo has comprendido, y por tanto, no lo has aceptado. Pones resistencia ante la delincuencia, o ante la violencia, o ante el egoísmo. Poner resistencia es negar, no aceptar, y esto te causa sufrimiento.
Puede ser que una persona delincuente, haya tenido una infancia muy dura y, para sobrevivir y poder alimentarse, haya recurrido a la delincuencia.
O puede ser que un ser lleno de odio y rencor, haya tenido una infancia con mucha falta de amor de su madre y esto le cause un terrible sufrimiento.
O puede ser que un ser haya sufrido abusos en su infancia o su padre era un abusador, y esté repitiendo el mismo patrón.
Cuando juzgamos a los demás, sin comprenderlos, sin saber qué tipo de experiencias han vivido, sin saber su historia y lo mucho que sufren y han sufrido, es cuando debemos mirar en nuestro interior. Porque no significa que los demás sean "malos" (esto es solo un juicio de la mente, del ego), sino que es nuestra falta de comprensión, falta de aceptación, y falta de amor incondicional.
Y esto es lo que debemos resolver en nosotros mismos.
En el momento en el que llegas a aceptar verdaderamente lo que te molesta de los demás, automáticamente deja de afectarte. Entonces, ves las cosas (la vida) desde otra perspectiva, con más comprensión, con más compasión, con más amor.
Y en este estado, surge el perdón de forma natural.