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jueves, 6 de agosto de 2015

Los Sueños, El Lenguaje del Inconsciente



Los Sueños, El Lenguaje del Inconsciente
Los seres vivos tenemos una capacidad innata que es la posibilidad de comunicarnos. Cuando nos comunicamos, utilizamos todos los recursos conscientes que poseemos, pero nos olvidamos que existe otro lenguaje ligado a nuestro ser interno, que no sabemos traducir. Este lenguaje es el utilizado en nuestros sueños.
Soñar es un acto necesario para nuestra salud mental así como para poder conectar el consciente con el inconsciente. El acto de soñar es la forma que tiene nuestro ser interno de comunicarse con nosotros, es la manera de saber qué es lo que realmente vive en nuestro interior así cómo poder saber qué es lo mejor para nosotros, por estar ligado este inconsciente o ser interno a nuestro Yo Superior.
El mundo de los sueños, cada vez va adquiriendo más importancia pero aun queda mucho por aprender , así como facilitar la información para que podamos entender su lenguaje al igual que hablamos a diario. La labor de los sueños es facilitarnos el entendimiento, la salud y la vida, creo que son suficientes razones para querer aprender su lenguaje.
Cuando soñamos utilizamos el lenguaje de los símbolos que son palabras, términos, formas o dibujos que poseen significado por sí mismas aparte del corriente o conocido. El símbolo representa algo más que lo que significa en sí.
Para entender los símbolos se tiene en cuenta las tradiciones, culturas, mitos, etc. Todo esto forma un código por el cual se rige el lenguaje de símbolos ligados directamente a nuestro inconsciente. Este ámbito, al cual uniríamos también el subconsciente, se mueve por sensaciones, impresiones, olores, sonidos, formas, colores, etc., en definitiva, aquello que tiene sentido y significado para el ser humano independientemente de su nombre o definición académica. Este sentido y significado es lo que se llama código simbólico o lenguaje de símbolos.
Como puede verse, por tanto, el lenguaje de símbolos nos abre las puertas del inconsciente, utilizando la vía de los sueños. Creo que esto ya le da la suficiente importancia como para entender que este conocimiento se convierte en algo básico y necesario para nuestra vida, para nuestro completo autoconocimiento y desarrollo personal. Pensemos que más del 50% de la información que captamos o percibimos a lo largo del día queda en ese sector de nuestra mente y que esto nos impide hacernos conscientes de nuestra totalidad. Por este motivo, el lenguaje de símbolos, ligado a los sueños, nos habla de un tipo de comunicación interna, mucho más profunda y completa.
Las fuentes de este lenguaje están en las tradiciones y culturas, no es lo mismo el lobo para un nativo americano que para un europeo, para el primero es un animal especial ligado a los maestros mientras que para el segundo es un asesino; los arquetipos universales, los cuales son iguales para todo el mundo como puede ser el concepto de padre, de madre, de ladrón, de prostituta, de rey, etc.; y las creencias, temores y simbolismos propios, como sucede con la caída de dientes que para unos simboliza muerte de un ser querido y para otros pérdida de energía o de salud. Todo ello, nos aportará la información necesaria para la interpretación. Además, deberemos tener muy en cuenta la situación particular del individuo, ya que todo sueño hay que ubicarlos en un contexto específico, por lo que habrá que preguntar lo que consideremos necesario para entender qué es lo que está moviendo a esa persona a tener ese sueño.
Por otro lado, dentro de los sueños pueden distinguirse diferentes tipos, así podremos encontrarnos con los que son meros desahogos de nuestra mente, necesarios para descargar tensiones o preocupaciones del día; vivencias reales que no nos hayan gustado pero variando los resultados; de tipo premonitorio; y el puramente simbólico, el que va ligado a la información que sale de nuestro interior y que necesitamos saber para conocernos mejor y también a vivir mejor.
¡Cuántos errores o enfermedades evitaríamos si hubiésemos entendido lo que nos querían decir ciertos sueños que tuvimos! En este sentido, es muy común soñar que se nos avería el coche porque una parte concreta de él se rompe. Si sabemos que el coche representa nuestro cuerpo y que cada parte de éste va ligada a una parte de aquél, sabríamos cuál es el riesgo que corremos y pondríamos el remedio evitando la enfermedad o el accidente. Así de sencillo, sólo hace falta traducir lo que el sueño nos quiso decir.
Otro sueño muy común es el de vernos caer o sentir que caemos en el vacío sin posibilidad de frenar. A veces vemos el fondo pero en otras ocasiones no es así. Esto se interpreta que estamos en un momento de nuestra vida en el cual tenemos miedo al fracaso, estamos inseguros de nuestras capacidades, sentimos que nuestra vida o nosotros no tenemos seguridad o estabilidad. En este sentido también está relacionado el sueño de que queremos correr y no podemos o de que nos persiguen y no avanzamos sintiendo que cada vez se nos acercan más pero no podemos hacer nada. Vuelven nuestros miedos e inseguridades a aflorar, advirtiéndonos que todo lo que nos sucede está en nuestro interior, que tenemos que trabajar la seguridad, la confianza en nosotros, en nuestras capacidades, en nuestro yo. En el momento en que superamos estos periodos los sueños cesan, si no es así, se pueden volver recurrentes.
La forma más sencilla de aprender a estudiar la simbología de los sueños no es con el típico diccionario, sino por bloques temáticos, es decir, estudiando por ejemplo los elementos y todo lo ligado a ellos. Si tomamos el fuego, veríamos qué quiere decir este elemento y todo lo que esté alimentado por él como los volcanes, las incendios, las fogatas, las chimeneas, etc. Otro ejemplo serían los inmuebles, aquí se verían las diferentes construcciones como son los edificios, las torres, los supermercados, las casas, etc., y así sucesivamente. Este método facilita la capacidad de nuestra mente de relacionar las cosas pues tiene lógica y ésta es la mejor herramienta para ser capaces de aprender. La memoria, sin embargo, es mala consejera pues es frágil, pero cuando algo se entiende ya no se olvida.
Fijaros que forma tan sencilla de interpretar y, por tanto, de saber qué es lo que nos estamos diciendo y cuánto tiempo no perderíamos si lo hubiésemos entendido a tiempo.
Animaros a estudiar este maravilloso lenguaje, pues tendréis la llave para abrir la Gran Puerta interior que tan necesaria es para nuestra evolución y tan difícil de encontrar al no saber el camino. Ahora ya lo sabéis, sólo tenéis que tomarlo.
© 2014 – 2015, Sol Ahimsa. Todos los Derechos Reservados. La reproducción parcial o total de este post deberá indicar la autoría original del contenido mediante una mención y deberá incluir un enlace (link) al post original.

CURANDO CELOS




CURANDO CELOS
Esto es algo que puede resultar difícil de escuchar:
los celos no tienen nada que ver con los demás,
siempre se trata acerca de TI – TU sensación de ser ignorado,
despreciado, no tomado en cuenta y no amado, y subyacente a todo esto,
tu frustrado deseo de controlar a los demás – lo que hacen, lo que quieren,
cómo son atendidos por los demás, quién los ama –
y en última instancia, tu deseo de controlar al universo. 

¡Auch! Suena fuerte.
Los celos como un intento de insurrección que realiza el yo separado
contra su peor amenaza: el amor incondicional. 

Admítelo: Alguien más está recibiendo toda la atención, el amor,
las recompensas, el éxito, la gloria, y a ti te han dejado afuera,
en el frío, aislado, olvidado… todo un fracaso – y nada especial.
Los celos ven al otro como una especie de ‘rival’, un ‘enemigo’,
una ‘amenaza’ para tu camino.
Ellos ven la vida como una gran competencia y a la alegría como un bien sumamente escaso.
Y una vez que tomas este camino, observas un millón de rivales,
un millón de obstáculos para alcanzar tu alegría… 

¡Los celos hacen que tu paz dependa de algo o alguien más! Te dicen: ‘No puedo estar en paz mientras ellos…’ (llena el espacio). Le otorgas a los demás poder sobre ti, y después te molestas porque toman ese poder – ¡que, por cierto, nunca lo hacen! Tú se los asignas a través de tu atención. 

Los celos pueden golpearnos muy fácilmente cuando nos sentimos inseguros
o dudosos acerca de nuestro propio camino.
Con el fin de evitar nuestro propio dolor, y de evitar ser honestos acerca
de nuestras propias inseguridades, desviamos la atención de nosotros mismos hacia los demás y comenzamos a compararnos, a contrastarnos y a luchar mentalmente.
Empezamos a querer lo que aparentemente tienen ellos.
‘¿Por qué ESO no me pasa a MI?’ nos preguntamos. Todo se trata acerca de Mí. Mí mí mí mí.
El ego se nutre de la comparación y de la lucha de poder. 

¿Dónde y cuándo puede comenzar la sanación de los celos?
En el único lugar y tiempo que hay. Aquí y Ahora. 

Comienza por volver hacia tu único punto de poder: este momento presente.
Reconoce tu experiencia, profundamente.
Siente cómo te consumen los celos, su ardor, su dolor, sus punzadas
en la garganta, en el pecho, en tu estómago.
Siente el poder que está presente, la fuerza volcánica de la vida misma,
el poder que crea universos.
Haz a un lado la palabra/etiqueta/concepto ‘celos’ y siente directamente la cruda sensación,
sin juicios y sin tratar de convertirla en algo ‘mejor’. Siente la vida.
Contáctate con tu propia incertidumbre, con tu inseguridad, con tu duda,
con tus sentimientos de impotencia.
Siente a ese viejo amigo – la apremiante necesidad de controlar el mundo desde donde estás. 

¡No le des la espalda! – cuando te alejas de tu inmediata experiencia encarnada,
comienza la separación y, por lo tanto, el miedo.
Tómate un descanso. Comienza a iluminar los puntos heridos
y olvidados en tí a través de tu presencia consciente.
Imbuye de gentileza y amabilidad a esos niños perdidos que hay en ti mismo,
esos niños que habían sido ignorados y que tanto habían anhelado sentirse amados
y comprendidos, esos niños que siempre se habían sentido ‘alejados’ de la vida y de la diversión.
Aquellos que destruirían el universo con tal de llamar tu atención. Siente la inocencia allí... 

Tal vez, desde un lugar de profunda aceptación de ti mismo,
tal y como eres, empezarás a sentir compasión por todo aquel a quien llamaste tu ‘rival’.
Tal vez hasta serás capaz de celebrar su felicidad y sus logros.
Pasarás a formar parte de su abundancia en lugar de convertirte en su juez y jurado.
Serás capaz de aprender de tu ex-enemigo, o por lo menos usarlo como fuente de inspiración.
O podrías olvidarte de todos, hacer a un lado el intento de conocer su experiencia,
¡y simplemente recorrer tu propio camino!
Te darás cuenta que hay espacio suficiente en este universo para que cada quién recorra su propio camino, para que cada quien encuentre su propia felicidad, para que cada quién baile su propia danza.
Incluyéndote a ti. 

La alegría nunca viene del intento de recorrer el camino ajeno,
ni tampoco de evitar que alguien más recorra el suyo propio.
¡Por supuesto que tampoco proviene de intentar tomar la felicidad de alguien más!
Los celos, cuando se resisten y cuando se actúa ciegamente sobre ellos,
terminan lastimándote a ti y a los que te rodean, y crean aún más conflicto y división.
Sin embargo, una vez reconocidos, entendidos, aceptados, e incluso amados,
pueden servir para abrir aún más tu corazón, llevándote hacia un punto de gran humildad,
libre de la horrorosa necesidad de controlar todo y a todos los que te rodean. 

Deja que los celos te sirvan como otra ingeniosa invitación a tu Presencia. Permite que te rompan el corazón de par en par, aquí y ahora. Aprende de ellos cómo ser humilde y a ir más despacio. Deja que te recuerden jamás volver a descuidarte. Reconoce que nunca eres víctima, excepto bajo tu propia percepción. 

Jeff Foster 

Vivimos atrapados entre el pasado y el futuro Eckhart Tolle



Vivimos atrapados entre el pasado y el futuro Eckhart Tolle
La mente humana tiene un elemento L muy grande de disfunción, casi de locura, basta ver la historia del siglo XX. Pero creo que estamos ante un cambio de conciencia.
¿Por qué? 
Recibo a diario cientos de cartas y correos de gente de todo el mundo que está experimentando esa transformación. Cuando se alcance un número crítico, veremos un cambio global.
¿Y en qué consiste ese cambio individual que será global? 
En tomar conciencia de que dentro de la mente hay una voz que constantemente habla: es el diálogo interior.
Ruido... 
Dicen los psicólogos que el 98% de los pensamientos cotidianos son repeticiones de pensamientos antiguos. La mayoría de la gente se ha identificado con esa voz, cree que ella es la voz.
¿Y qué somos? 
El sentido de lo que soy, del yo, deriva de los pensamientos, de esa voz que me cuenta mi historia personal y las cosas con las que me identifico. Pero más allá de este yo superficial hay un yo más profundo con el que hemos perdido el contacto.
¿No somos un conjunto de vivencias y sentimientos? 
Nos identificamos con el pasado y nos proyectamos en el futuro. Nuestra mente busca la realización en el momento próximo: dentro de una hora, un mes o cinco años. Vivimos tratando de llegar al momento siguiente, y eso se ha convertido en un patrón mental que nos hace vivir en un estado perpetuo de insatisfacción, porque no realizamos lo más importante que hay en la vida, que es el momento presente.
¿Cómo cambiar ese patrón mental? 
El primer paso es tomar conciencia de que hay una voz en mi mente que es en realidad un antiguo pensamiento que se repite. El segundo paso es hacerse más consciente de nuestra relación con el momento presente; es decir, preguntarse muchas veces al día cuál es mi relación con el momento presente: ¿trato ese momento como si fuera mi amigo o mi enemigo?
Entiendo. 
O estamos en una situación de oposición al momento presente (no me gusta donde estoy, esto no debería pasar, no me gusta lo que haces...), o simplemente lo utilizamos para llegar al momento próximo en el que me gustaría estar. Así la vida se pierde.
¿Qué hacemos? 

Siendo consciente, tengo el poder de elegir transformar el presente en un amigo. La vida y el momento presente son lo mismo, no aceptarlo es estar contra la vida.
Pero hay trabajos que terminar, proyectos... 
No estoy hablando de tiempo de reloj sino de tiempo psicológico. La mente es una herramienta útil: tengo ese proyecto y le dedico un tiempo de reloj con presencia. La disfunción es proyectarse mentalmente en el futuro, pensar que quieres acabar mientras estás en ello, eso es el estrés. Le daré algunos consejos: empiece por sentir la vida dentro de su cuerpo.
¿Cómo? 
Cierre los ojos y pregúntese cómo puede saber si su mano todavía está ahí; entonces la atención va de la cabeza - donde normalmente reside- a la mano: sentirá una cierta vitalidad en ella. Esa energía, ese calor, puede sentirlo en el resto del cuerpo. Sentir el cuerpo puede ser un ancla para el momento presente. Basta un minuto, pero hay que hacerlo varias veces al día.
¿Sentir la vida más allá de los pensamientos? 
Exacto, cada vez que lo haces estás presente. Otro consejo es tomar conciencia de las percepciones sensoriales. Si quiere entrar en el momento presente, ancle parte de la atención en el cuerpo y el resto en percibir lo que le rodea. La compulsión de nombrar lo que vemos y enjuiciar desaparece.
En el hacer nos perdemos. 
Porque el ruido mental nos controla. Otra práctica es hacer las cosas cotidianas con consciencia, cosas que hasta ahora eran un medio para llegar a un fin. Sienta el agua fría cuando se lava las manos.
No pensar, percibir. 
Así es, introducir poco a poco presencia en la vida, darle calidad. El momento presente no es lo que sucede sino tu consciencia. Debemos introducir esa dimensión en nuestra vida y durante un tiempo la vieja consciencia vendrá y nos perderemos en ella, pero volveremos a despertarnos.
¿Y las emociones? 
Son una reacción del cuerpo a los pensamientos. Si la mente me dice que una situación es mala o desagradable, el cuerpo lo acepta como realidad y tengo emociones negativas. Transformamos casi toda nuestra vida en algo problemático.
El sufrimiento se acumula... 
Los pensamientos crean emociones, emociones que a su vez refuerzan viejos dolores emocionales. Pero si estás presente, el cuerpo dolor, como yo lo llamo, no puede utilizar tus pensamientos. Sabes que sientes frustración o rabia, pero no te identificas con ello.
¿Cómo romper la distancia con los otros? 
Por medio de los pensamientos yo me interpreto a mí mismo, me nombro mi vida como buena o mala, defino mi existencia por medio de palabras. Yo me lo hago a mí mismo y lo hago con las otras personas, ésa es la separación que cada persona siente: la pantalla mental que surge cuando lo único que tienes son tus pensamientos.

NINGÚN PENSAMIENTO O SENTIMIENTO ES UN ERROR




NINGÚN PENSAMIENTO O SENTIMIENTO ES UN ERROR
Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Ningún sentimiento es un error. Todos los sentimientos, sin importar su intensidad, su carácter sorpresivo, su furia, su poder, son huéspedes bienvenidos en tu presencia. Vienen no para destruirte, sino para ofrecerte sus regalos, para simplemente pasar. No son señales de tu fracaso. No necesitan ser resistidos o trascendidos.
Ningún pensamiento es un error. Todos los pensamientos, sin importar lo ‘negativos’, lo extraños, lo oscuros que parezcan ser son tus hijos, partes de ti que anhelan un hogar. Y tú eres ese hogar. Los pensamientos vienen a ti para divertirse en la calidez y protección de tu presencia, se quedan el tiempo que se tengan que quedar y luego se van. No necesitas silenciarlos, bloquearlos, o deshacerte de ellos. No necesitas meditar para que se vayan.
Todos los pensamientos y sentimientos son nubes temporales en el gran Cielo de Ti. No necesitas aferrarte a ellos ni evitarlos; simplemente conócete a ti mismo como el Cielo, inmenso y bondadoso.
- Jeff Foster

SI NO PUEDES AMAR, CUANDO MENOS ESCUCHA




SI NO PUEDES AMAR, CUANDO MENOS ESCUCHA
Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Si no eres capaz de amar a alguien en este momento, cuando menos escúchalo. No te fuerces a amarlo; eso resultaría falso. Respira. Conéctate de nuevo con tu propia presencia. Siéntete abiertamente conectado con el cuerpo, con la respiración, con la tierra. Y escúchalo, incluso si no estás de acuerdo con sus ideas. Honra tus propios sentimientos, también. Y tal vez en un momento dado, a través de escuchar profundamente, comiences a comprender su perspectiva, su experiencia, su viaje, su dolor, sus luchas, incluso si no te agrada lo que dice, o aquello en lo que cree. Tú también has sentido el mismo miedo que él, la misma gran tristeza; también has estado presente mientras olas poderosas de frustración, desesperación, o incluso rabia se han movido a través de ti. Así que aunque tengan historias diferentes, vidas diferentes, podrías quizás comenzar a conectarte con su más profunda experiencia, comprender sus verdaderos anhelos: por amor, por conexión, por sentirse comprendido, por sentirse a salvo, por ser tomado en cuenta. No tienes que tolerar sus palabras o comportamientos. Ni siquiera tienes que volver a verlo. Pero en este momento, ¿podrías mantenerte presente? Sin intentar amarlo, sólo escucharlo, establecido en tu presencia. Poniéndote en sus zapatos por un solo momento, reconociendo que tú estás a salvo en los tuyos. Porque para mucha gente, ser escuchado equivale a ser amado. El hecho de que tú te intereses en su experiencia es muy significativo. Y cuando la gente comienza a sentirse escuchada, y valorada, cosas maravillosas pueden surgir… como cuando las flores se abren cada mañana ante la calidez del Sol.
- Jeff Foster