1. Capitulo- (II Escrito)
¿QUIÉN ES VERDADERAMENTE FELIZ?
Estos dos vagabundos están allí sólo para esperar. Esperan la llegada de un hombre, Godot, quien se supone les proveerá de abrigo y sustento.
Mientras tanto intentan pasar el tiempo con pequeñas conversaciones, chistes, juegos y discusiones sin importancia…
Así es tu vida: uno se entretiene mientras tanto con las pequeñas cosas. Lo grandioso va a pasar mañana.
Godoy llegará mañana. Hoy uno discute: la esposa con el marido, el marido con la esposa; asuntos menores: “pequeñas conversaciones, chistes, juegos… tedio y vacío”.
Eso es lo que todo el mundo siente: tedio, vacío… “nada que hacer” es el refrán que resuena una y otra vez… Ellos dicen una y otra vez: “no hay nada que hacer”; y luego se consuelan: “Pero mañana él va a venir”. En realidad, él nunca les ha prometido nada, ellos nunca lo han conocido: es una invención. Uno tiene que inventar. Ante la desdicha uno tiene que inventar el mañana y aferrarse a algo. Tus dioses, tus cielos, tus paraísos, tus mokshas: todo es invención. El Tao no habla de ello.
Esta representación de Samuel Beckett, Esperando a Godoy, es esencialmente taoísta.
En medio del primer acto, dos desconocidos, Pozzo y Lucky, irrumpen en el escenario. Pozzo parece ser un hombre de recursos; Lucky, el sirviente, está siendo conducido a un mercado de las cercanías para ser vendido.
Pozzo describe a los vagabundos las virtudes de Lucky, la más destacada de todas, que puede pensar.
Para enseñárselo a ellos, hace sonar su látigo y ordena: “¡Piensa!”, y sigue a continuación un largo e “histérico monólogo incoherente en el que se mezclan confusamente fragmentos de teología, ciencia, deportes y conocimientos varios, hasta que los otros tres saltan sobre él y lo hacen callar”.
¿En qué consiste tu pensamiento? Qué quieres decir cuando declaras, “¿Estoy pensando?”. ¿Es un “histérico monólogo incoherente en que se mezclan confusamente fragmentos de teología, ciencia, deportes y conocimientos varios…” hasta que llega la muerte y te silencia? ¿En qué consiste todo tu pensamiento? ¿En qué puedes pensar? ¿Qué hay que pensar? ¿Cómo puede uno llegar a la verdad a través del pensamiento? El pensamiento no puede proporcionar la verdad.
La verdad es una experiencia y la experiencia, acontece sólo cuando cesa el pensamiento.
Por tanto, el Tao dice que la teología no va a ayudar, que la filosofía no va a ayudar, que la lógica no va a ayudar, que la razón no va a ayudar. Puedes continuar pensando y pensando y ello no será más que invención, una pura invención de la mente humana para ocultar su propia estupidez.
Y así puedes seguir y seguir, un sueño puede dar lugar a otro, y ese otro sueño puede llevarte a otro… sueños dentro de sueños dentro de sueños; así es toda filosofía, toda teología.
Sueños dentro de sueños, dentro de sueños… Así prosigue la mente. Una vez empiezas a soñar, aquello no tiene final, y lo que llamas pensar es mejor llamarlo soñar. Eso no es pensar.
Recuerda, la verdad no requiere del pensamiento; requiere experiencia. Cuando ves el sol y la luz no piensas en ellos, lo ves. Cuando te encuentras una rosa no piensas en ella, la ves. Cuando la fragancia llega a tu nariz, la hueles; no piensas en ello. Cuando estás cerca de la realidad no es necesario pensar. Entonces la realidad es suficiente, entonces la experiencia es suficiente.
Cuando estás lejos de la realidad, piensas: reemplazas la realidad por el pensar. Una persona que ha comido bien no va a soñar por la noche que ha sido invitada a un festín.
Una persona que ha pasado hambre durante el día seguramente soñará esa noche, que ha sido invitada a un festín. Una persona que está sexualmente insatisfecha soñará con objetos sexuales. Así es toda la psicología freudiana: sueñas con cosas que te hacen falta en la vida; sueñas para compensar. Todo el enfoque taoísta también es así. Lo que dice Freud respecto al sueño, respecto al pensamiento, lo menciona el enfoque taoísta sobre el pensamiento como tal. Y el sueño es sólo una parte del pensamiento; nada más.
El pensamiento es un sueño con palabras; el sueño es un
pensamiento con imágenes. Esa es la única diferencia.
El sueño es una forma primitiva del pensamiento, y el pensamiento es una forma más evolucionada del sueño, más civilizada, más culta, más intelectual, pero es lo mismo, sólo que las imágenes han sido reemplazadas por palabras y, en cierta forma, debido a que las imágenes han sido reemplazadas por palabras, se ha alejado aún más de la realidad, porque la realidad está más cerca de las imágenes que de las palabras.
Lieh Tzu no es un pensador. Permite que esto se grabe en ti profundamente; eso te ayudará a entender sus parábolas.
Lieh Tzu es un poeta, no un pensador, y cuando digo “poeta” me refiero a alguien que cree en experimentar, no en especulaciones.
El poeta está en la búsqueda. Su búsqueda se dirige a la belleza, pero la belleza no es más que la verdad vislumbrada. La verdad, cuando la vislumbras sólo por un momento, aparece como belleza. Cuando la verdad se realiza completamente, entonces llegas a saber que la belleza era sólo una función de la verdad. Dondequiera que existe la verdad existe la belleza: esa es una sombra de la verdad. Cuando la verdad es vista a través de velos, es belleza; cuando la belleza está desnuda, es verdad.
Por tanto, la diferencia entre el poeta y el místico no es muy grande. El poeta se está acercando; el místico ha llegado.
Para el poeta sólo hay vislumbres de la verdad; para el místico la verdad se ha convertido en su propia vida. El poeta sólo es transportado algunas veces al mundo de la verdad y luego vuelve a caer. Para el místico la verdad se ha convertido en su morada: él vive en la verdad.
Los poetas están muy cerca de lo religioso. Los pensadores, los filósofos, los razonadores, los teólogos, los científicos están muy lejos: la totalidad de su enfoque es verbal. El enfoque poético es existencia y el enfoque del místico es existencial por excelencia: es absolutamente existencial.
Tao quiere decir “existir en el camino”, y existir de tal forma que el camino y tú no sean dos cosas. Esta existencia es una; no estamos separados de ella. La separación, la idea de separación es muy ilusoria. Estamos unidos entre todos; somos una totalidad. No somos islas, somos un continente. Tú estás en mí, yo estoy en ti. Los árboles están en ti, tú estás en los árboles.
Es un todo interconectado.
Basho ha dicho que es como si se tratase de una vasta telaraña. ¿Lo has probado? Toca la telaraña en cualquier punto y toda la telaraña empezará a sacudirse, a temblar: el todo vibra. Toca la hoja de un árbol y habrás hecho vibrar con ella a todas las estrellas. Es posible que no lo puedas ver ahora mismo, pero las cosas están tan profundamente relacionadas que es imposible no tocar las estrellas al tocar una hoja, la pequeña hoja de un árbol.
La totalidad es una; la separación no es posible. La idea misma de separación es el obstáculo. La idea de separación es lo que llamamos ego. Si estás en el ego no estás en el camino, no estás en el Tao. Cuando se abandona el ego estás en el Tao.
Tao significa “existencia sin ego”, vivir como parte de este todo infinito y no vivir como una entidad separada.
Ahora bien, se nos ha enseñado a vivir como entidades separadas, se nos ha enseñado a tener nuestra propia voluntad. Las personas vienen a mí y me preguntan: ¿Qué debemos hacer para desarrollar nuestra fuerza de voluntad?”.
El Tao está contra la voluntad, está contra la fuerza de voluntad, porque el Tao está por el todo y no por la parte. Cuando la parte existe dentro del todo, cada cosa es armónica. Cuando la parte empieza a existir por su cuenta, todo se vuelve inarmónico, hay desacuerdo, conflicto, confusión. Si no estás en fusión con el todo, hay confusión. Si la fusión con el todo no se está produciendo, con seguridad habrá confusión. Cada vez que dejas de estar con el todo eres infeliz.
Permitamos que ésta sea la definición de felicidad: estar con el todo es estar feliz; estar con el todo es estar saludable, estar con el todo es estar en santidad. Estar separado es estar insano, estar separado es estar neurótico, estar separado es perder el estado de gracia.
La caída del hombre no se produce por haber desobedecido a Dios. La caída se produce por lo que él piensa que es. La caída se produce porque el hombre piensa que él es una entidad separada. Ésta es una tontería: tú no podrías haber existido si tus padres no hubieran estado presentes y los padres de tus padres y los padres de sus padres… hasta llegar a Adán y Eva. Si Adán y Eva no hubieran existido, tú no estarías aquí.
Por tanto, tú estás conectado a la totalidad del pasado.
Además, Adán y Eva son sólo un mito. El pasado no tiene comienzo, no puede tener ningún comienzo; la idea misma de un comienzo es absurda. ¿Cómo pueden empezar las cosas de repente? Ésta es una procesión sin principio de eventos.
Tú estás conectado con todo el futuro, porque sin ti el futuro no será el mismo. Puede que no seas nadie, pero dejarás tu marca. Todo el futuro, todo el futuro eterno tendrá una cierta cualidad porque tú has existido. Puede que hayas existido durante setenta años y puede que durante esos setenta años existieras conscientemente sólo durante siete segundos; aun así habrás dejado una marca: el todo no será el mismo. Si no hubieras estado ahí, las cosas habrían sido completamente diferentes. Las cosas serán ahora muy diferentes porque tú has existido. Tú continuarás. Puede que tú no hagas nada en especial, nada enorme y grande, nada más que una vida ordinaria pero, aun así, afectarás a todo el destino de la existencia.
Pasado, futuro –tú estás conectado-, ésta es la dimensión del tiempo. Y luego, en el espacio tú estás conectado con todo.
Esos árboles, el sol, la luna, las estrellas… estás conectado con todo. Si el sol deja de existir o se enfría, como un día tiene que suceder, porque la energía se está disipando cada día… cuando se enfríe el sol, todos nos enfriaremos inmediatamente. Perderemos vida, porque la vida necesita calor; por tanto, el sol te está dando vida continuamente. Y recuerda, en la vida no hay un proceso en una sola dirección; no puede ser. Existe el dar y el recibir: todas las vías van en dos direcciones.
Si el sol te está dando vida, tú debes estar dándole vida al sol de una u otra forma.
George Gurdjieff le daba este sentido cuando solía decir a sus discípulos que la luna se alimenta del ser humano. Existe la posibilidad. Tú te alimentas de los animales, tú te alimentas de los árboles, cada cosa es alimento de algo. ¿Por qué tendría que ser el hombre una excepción? Gurdjieff tiene algo de razón en ello. Cada cosa es alimento de otra, entonces ¿por qué tendría que ser el hombre la única excepción, al no ser alimento de nadie? ¿Es él quien se come toda la existencia y no sirve de alimento para nadie? Eso no es posible; las cosas están enlazadas. Por eso Gurdjieff inventó la hermosa teoría de que el ser humano sirve de alimento para la luna; la luna se alimenta del hombre, de la consciencia del hombre.
Algo de verdad hay en ello, porque la luna llena enloquece a las personas. Por eso a los locos se les llama lunáticos, chiflados. Un lunático está chiflado. El océano se agita.
Existe la posibilidad de que el ser humano también se agite en la noche de luna llena, porque el noventa por ciento del ser humano es océano y nada más. Un noventa por ciento de ti es simplemente océano; tú estás hecho de océano. El noventa por ciento es agua, y esta agua tiene las mismas sales que el océano, exactamente en la misma proporción. Por tanto, cuando se alborota el océano, algo debe estar sucediendo también en tu cuerpo.
Dentro de ti, un noventa por ciento es océano; algo debe estar alborotándose. Los poetas dicen que escriben hermosas poesías en la noche de luna llena; los animales dicen que algo se vuelve tremendamente romántico en esas noches. Además, es un hecho bien establecido en la actualidad, que más gente se vuelve loca en las noches de luna llena que en cualquier otra noche. Son pocos los que enloquecen en las noches sin luna, mientras que hay un gran número de personas que se vuelven locas cuando hay luna llena.
Tal vez Gurdjieff tiene algo de razón cuando dice que la luna se alimenta de tu consciencia. Puede que sea ficción, pero incluso ciertas ficciones contienen alguna parte de verdad, y cuando un hombre como Gurdjieff crea una ficción, tiene que haber algo de verdad en ella.
El todo está conectado. Estamos comiendo, estamos siendo comidos: por un lado tomamos, por el otro lado damos. Tú te comes una manzana; un día el manzano se alimentará de tu cuerpo, tu cuerpo se volverá un fertilizante. Cuando te estás comiendo la manzana nunca se te ocurre pensar que, a lo mejor, tu padre o tu abuelo pueden estar en la manzana, y que posiblemente te estás comiendo a tu abuela o a tu abuelo y que, algún día, tus hijos te comerán a ti.
Todas las cosas están conectadas. Esta conexión se expresa en la palabra Tao: la conexión, la interconexión, la interdependencia de todo. Nadie está separado, de ahí que el ego sea absurdo. Sólo el todo puede decir “Yo”; las partes no deberían decir “yo”. Si ellas lo tienen que decir, lo deberían decir como un formalismo lingüístico, pero no tendrían que apropiarse el “yo”.
Cuando existes separado de la existencia, existes en la desdicha, porque llegas a desconectarte y nadie más es responsable de ello; lo eres tú. Cuando estés feliz, observa lo que pasa.
Cuando estás feliz no tienes ego. En esos momentos de felicidad, de gozo, de gracia, el ego desaparece súbitamente; tú te estás fundiendo más en el todo; los límites son menos claros, los límites están más difusos. Cuando los límites quedan completamente difusos, como si el río hubiera desaparecido en el océano, cuando todos los límites quedan difusos y eres uno vibrando con el todo, hay felicidad.
Se dice que en algún lugar, en algún tiempo, vivió un rey. El rey tenía todo lo que se puede desear: riqueza, poder, incluso salud. Tenía una esposa e hijos a los que amaba, pero no tenía felicidad. Triste y sombrío se sentaba en su trono…
Es algo natural. Cuanto más tengas lo de este mundo, tendrás menos felicidad, porque cuanto más tienes lo de este mundo, más fuerte se vuelve tu ego, más se refuerza tu ego, más se cristaliza; de ahí la infelicidad. Por eso nunca se ha oído de reyes que hayan sido felices, o muy raramente. No es sólo una coincidencia que el Buda y Mahavira hayan dejado sus reinos para convertirse en mendigos, y al convertirse en mendigos declarasen: “Ahora nos hemos convertido en emperadores”, debido a que llegaron a ser felices.
Un sannyasin es una persona que ha aprendido el camino del Tao y dice: “He dejado de ser “yo”. Sólo la totalidad es”. Éste es el sentido de lo que Jesús dice una y otra vez: “Benditos sean los pobres de espíritu; para ellos es el reino de Dios”. “Pobre de espíritu” es una referencia a la persona que no tiene ego, que es tan pobre que ni siquiera tiene la idea de “yo”, pero que es, por otro lado, la persona más rica. Por eso dice Jesús: “Aquellos que son los últimos aquí serán los primeros en el reino de Dios”. Los más pobres se convertirán en los más ricos. Recuerda que “pobre” no expresa un concepto financiero; “pobre” quiere decir que una persona no es nadie. Al llegar a ser nadie te conviertes en parte del todo.
Continua en el siguiente capitulo....
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