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lunes, 31 de agosto de 2015

Libro La Voz Interior : Ésta es la primavera de la Nueva Era por Eileen Caddy (21-31 Agosto 2015)




Agosto, 21
Todo el mundo ha tenido la experiencia de haberse quedado completamente turbado ante alguna cosa que alguien ha dicho o hecho.
En lugar de afrontarla enseguida, quizás hayáis permitido que ésta afectara vuestro comportamiento entero, hasta encontraros totalmente bloqueados e incapaces de ayudar a nadie.
Quizá incluso habíais empezado el día con las mejores intenciones, con amor hacia todos en vuestro corazón, decididos a ver lo mejor allí donde pusierais la mirada. La próxima vez que suceda, reconoced lo que está sucediendo e inmediatamente elevad vuestra conciencia. Llamadme. Que vuestra mente se mantenga firme en Mí, para estar completamente conscientes de Mí y de Mi divina presencia. Veréis la diferencia que eso supone.
Si sois capaces de dirigir rápidamente vuestros pensamientos hacia Mí y hacia Mi amor divino cuando os encontréis en una situación negativa, todo puede cambiar completamente. Recordad esa idea la próxima vez. Intentadlo y comprobad cómo funciona.

Agosto, 22
No importa donde estés o lo que estés haciendo.
YO ESTOY contigo siempre. Pero a menos que seas plenamente consciente de eso, puedes pasar por la vida como una persona ciega, sin percibir las maravillas y las bellezas que te rodean, abriéndote paso a tientas en la oscuridad. Cuando eres consciente, tienes ojos para ver y oídos para escuchar. Todas las cosas pequeñas de la vida toman un sentido nuevo y más hondo. No das nada por hecho, y ves un plan y un propósito en todo lo que está ocurriendo en tu vida. Encuentras auténtico gozo en todo lo que tiene lugar en tu vida. Ves con los ojos del Espíritu. Comprendes las cosas importantes de la vida, y la vida está llena a rebosar de alegría y felicidad. Comienzas a apreciar que no hay nada fortuito en todo lo que está sucediendo. Reconoces Mi mano en todo, y tu corazón se llena de amor y gratitud.

Agosto, 23
Que el poder del Espíritu fluya en ti y a través de ti. Ábrete a ese poder infinito y date cuenta de que su verdadero secreto reside en mantenerte en estrecho contacto conmigo, en beber de la infinita, eterna fuente. Está siempre aquí para que de ella beban todas las almas que están dispuestas a utilizarla rectamente para beneficio de todos. Tienes que estar dispuesta; tienes que pedir antes de poder recibir. No se te impondrá antes de que estés preparada. ¿Crees que conmigo todas las cosas son posibles? ¿Lo aceptas como un hecho o todavía albergas dudas y temores que estropean la perfección de tu vida? Hay un ritmo perfecto en toda la vida, y cuando guardas ese ritmo fluyes con ella sin esfuerzo alguno, y encuentras gozo e inspiración al hacerlo. ¿Por qué no, pues, seguir ese ritmo, ir al compás y disfrutar de la vida al máximo?

Agosto, 24
Explora tu corazón. ¿Hay algo en ti que esté causando desunión y división? ¿Hay algún malentendido, celos, envidia o algo negativo que te haga perder los estribos? Tendrás que enfrentarte a ti misma con ecuanimidad y de un modo directo y ser muy honesta contigo misma. Sabrás sin asomo de duda si eres esa pieza de arenisca que deja trazar sobre sí la trama perfecta de Mi plan. Si te encuentras incómoda y te descubres poniendo excusas e intentando justificar tus acciones y tus pensamientos, puedes estar segura de que hay algo en lo profundo de ti que necesita cambiar. Cuando reconozcas de qué se trata, que eso no te deprima; por el contrario, empieza desde ahí mismo, y a partir de ahí comienza a cambiar toda tu actitud. YO ESTOY siempre aquí para ayudarte. Llámame y Yo te ayudaré a vencer todo lo que parezca interponerse en el camino impidiéndote sentirte una con todo.

Agosto, 25
Jamás pienses que no tienes nada que ofrecer. Tienes una inmensidad que dar, y comprobarás que cuanto menos lo pienses, mejor resultará. Cuanto más pienses y vivas para los demás y puedas olvidar el yo completamente en el servicio a otros, sin un solo pensamiento respecto a lo que puedas obtener de la vida, más feliz serás. Nunca des con una mano y quites con la otra. Cuando des algo, sea lo que sea, ofrécelo sin que quede ni rastro de apego, para que pueda usarse de un modo completamente libre. Cuando des, que tu donación sea hecha con abundancia, con libertad y de todo corazón, y después olvídate de ella. Ese principio se extiende a los regalos a todos los niveles, materiales o espirituales, tangibles o intangibles. Sé siempre generosa en tu donación, y jamás temas sufrir pérdida alguna, pues si lo haces, eso no es dar de verdad. Con la donación verdadera, no carecerás de nada.

Agosto, 26
Tienes un tremendo trabajo por hacer. Es el trabajo silencioso de crear más amor en el mundo. Es como la levadura en la masa, que obra sin que se note, y sin embargo, sin ella el pan sería una masa dura. Por tanto, ama a las almas con las que te encuentras, ama a tu entorno y ama a las almas que en apariencia son tus enemigas. Hay mucha mayor gracia en amar a los aparentemente imposibles de amar que en amar tan sólo a las almas que te aman a ti. Siente la necesidad de amor que tienen todas las almas, y déjate convertir en un canal para que el amor fluya satisfaciendo esa necesidad.
A medida que cada individuo aprenda a amar sin buscar recompensa, el peso del mundo se aligerará, pues el amor lleva un elemento de liviandad allí donde había peso y oscuridad. El amor empieza en cada individuo, por eso mira en tu propio corazón y manifiéstalo. Ofrécelo libremente y con auténtica alegría.

Agosto, 27
Da gracias por todo. Mantén tu corazón abierto de par en par y que tu sentimiento de gratitud se vierta en una corriente sin término. ¡Hay tanto que agradecer! La gratitud te mantiene con los ojos abiertos a Mí y a Mis maravillas. Por eso, no te pierdes nada, y Me ves en todo lo que está ocurriendo. Sabes que hay un diseño y un plan atravesando toda tu vida; por tanto, nada es casual. Cada contacto es el apropiado, cada acto está guiado. Debes tener una fe completa para poder vivir de esa forma, fe en que tu vida está siendo guiada y dirigida por Mí. Eso quiere decir que en primer lugar tienes que entregarte por entero a Mí para usarte como quiera. Tienes que aprender que sólo cuando lo das todo lo recibes todo. Solamente podrás hacerlo cuando hayas aprendido a amarme con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con toda tu fuerza; pues sin amor no puedes dar estos pasos, no puedes llevar esta vida. Por eso, abre tu corazón y ama.

Agosto, 28
Aprender a poner lo prioritario en primer lugar es vitalmente importante, pues sólo cuando lo prioritario sea puesto en primer lugar saldrá todo a la perfección. Explora tu corazón y mira qué es lo que estás poniendo en primer lugar. ¿Eres tú misma y tu bienestar? ¿Es tu trabajo y tus circunstancias materiales? ¿Estás contenta de ir por la vida completamente ignorante de Mí, confiando en que podrás seguir igualmente sin Mi ayuda y en que no Me necesitas? Tienes la entera libertad de adoptar la actitud que desees. Nadie te detendrá. Pero debes estar dispuesta a asumir las consecuencias cuando las cosas no salgan. Recuerda, cuando sabes lo que está bien y escoges seguir tu propio camino, la responsabilidad que tienes es incluso mayor, pues ni siquiera puedes utilizar como argumento la ignorancia. Nunca te pongas la excusa de que hay tanto que hacer que no hay tiempo para que todo encaje. Te digo que cuando pones lo prioritario en primer lugar, hay tiempo para todo.

Agosto, 29
Debes hacer tu propio trabajo en esta vida espiritual.
YO ESTOY siempre aquí para ayudar a las almas que se ayudan a sí mismas, pero tu tienes que dar el primer paso. Nunca aprenderás ninguna lección si todo se te da hecho. No puedes enseñar a un niño si se lo haces todo. Tienes que dejar que haga las cosas por sí mismo. No importa que al principio sus acciones sean muy lentas o vacilantes, tienes que quedar al margen y ser muy paciente. Con mucha paciencia y con mucho amor, Yo tengo que quedar al margen y ver cómo haces tu propio trabajo y cometes errores. Pero recuerda siempre : te beneficiarás de tus propios errores; nada es en vano.
En todo momento estás aprendiendo nuevas lecciones y avanzando por el camino espiritual. Cada paso, por pequeño que sea, te lleva más cerca de la meta, que es darte cuenta de tu Unidad conmigo; hasta que, con el tiempo, te des cuenta de que no hay separación y de que todo es uno, y de que tu eres parte de esa vida gloriosa y una.

Agosto, 30
¿Te preguntas en ocasiones por qué estás donde estás, haciendo lo que estás haciendo? ¿Albergas alguna duda en tu mente? Busca en lo profundo de tu corazón, y responde a estas preguntas con honestidad.
A continuación, si crees que todavía eres de los que dudan, toma tiempo para detenerte, para buscar iluminación desde el interior y para averiguar dónde encajas en todo el vasto conjunto. Te puedo asegurar que no es casual que estés donde estás. La vida quizás haya sido dura contigo. Tal vez hayas tenido que pasar muchas pruebas. Tal vez te hayas sumergido incluso en el temible horno. Puedes estar segura que detrás de todo ello hay una razón: que toda la escoria sea completamente consumida y no quede nada sino el oro puro -el YO SOY interno-, para que pueda obrar en y a través del YO SOY y traer Mis maravillas y glorias a la vista de todos.

Agosto, 31
Para aprender las leyes de la manifestación, hay lecciones vitalmente importantes: la paciencia, la persistencia y la perseverancia. Tienes que aprender la obediencia implícita y estar dispuesta a seguir Mis instrucciones, por absurdas que parezcan. Tan sólo cuando esas lecciones se han aprendido y puesto en práctica las cosas más maravillosas comienzan a ocurrir en tu vida, y empiezas en verdad a contemplar cómo se viven y se demuestran Mis leyes. Recuerda siempre: tienes que hacer algo, tienes que vivir una vida y no limitarte a pasar tu vida orando, esperando que algo ocurra. La oración es necesaria, pero no es suficiente. Tienes que aprender a llevar una vida que todos puedan ver. Hablar de la fe no basta. Tienes que vivir de modo tal que todas las almas que te rodeen puedan ver lo que significa vivir según la fe, lo que significa poner tu fe y confianza enteras en Mí, el Señor tu Dios, la divinidad en tu interior.

La sanación es posible cuando ‘tú’ dejas de interponerte…



La sanación es posible cuando ‘tú’ dejas de interponerte…
Deja que cada quien pase por lo que tiene que pasar en el momento presente. Todo el mundo está agotado y desea descansar. Están cansados de luchar, cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y pretender, y grandes olas de energía están siendo liberadas a través de su cuerpo.
Mantente presente con ellos. Olas de tristeza, desesperanza, miedo, vergüenza y culpa están emergiendo en este momento. Permite que todas esas energías salgan a la luz, deja que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, deja que lloren, griten, rujan, rían, que se caguen en sí mismos si así es como tiene que ser. No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. Quédate a su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Toma su mano, pero no hagas el intento de componerlos, de cambiarlos, de que dejen de experimentar lo que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas prematuras.
Si comienzas a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte para 'sanarlos’, o 'salvarlos’, o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les parezca 'bien’, acéptalo - es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos. No los trates como víctimas o como inválidos. No los confundas con aquello que tú crees que son. Honra el poder que se mueve dentro de ellos; valida su experiencia, absolutamente. Confía en la impredecible inteligencia del sanar, y sabe que sus 'síntomas’ podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse. Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado.
A veces, nuestros corazones necesitan romperse completamente para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más poderoso. Permite que tu cálida presencia le recuerde a tu amigo su propia cálida presencia, tan estable, tan apacible, tan libre, tan profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí. Recuerda que lo que realmente son jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser arreglados, y que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error.
El amor es todo lo que importa. La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio, y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces nos encontramos y nos regalamos un abrazo.
- Jeff Foster

Confiando en la Vida







Confiando en la Vida
Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Confiar en la vida no es conseguir lo que quieres, lo que esperas, deseas o anhelas. Confiar es saber que, independientemente de si logras lo que creías haber querido, de alguna manera siempre obtendrás alimento nutritivo para despertar. Que toda situación, acontecimiento o relación te sacudirá lo suficiente - o más que lo suficiente - para enfocarte, para ayudarte a recordar quién eres realmente, para recordarte la gran pregunta original ‘¿Quién soy?’, la más íntima de todas las pregunta. Los conflictos de la vida sacarán a relucir ciertas partes en ti - pensamientos y sentimientos - para que te des cuenta de su desesperada necesidad de ser tomados en cuenta en tiempo real, saliendo hacia la superficie para ser vistos e iluminados por la siempre presente luz de tu amorosa consciencia, para ser acogidos en tu natural abrazo. Las situaciones sólo se convierten en 'problemas’ cuando olvidamos la franca invitación que se nos hace a conocer la vida en sus propios términos, para abarcar lo inabarcable, para tocar la oscuridad con nuestra indestructible luz.
Confía en que lo que tiene que suceder sucederá, y lo que tiene que ser expresado se expresará, que las elecciones se harán o no, que el dolor surgirá o no, y así, 'confianza’ dejará de ser una palabra necesaria, porque la vida es demasiado íntima como para ser nombrada, y tú estás demasiado cerca de ti mismo como para alejarte.
- Jeff Foster

¿Cómo hallar la Luz? Nos habla Osho



¿Cómo hallar la Luz? Nos habla Osho
El estar constantemente centrado en la Iluminación interior y en el infinito néctar interno es el baño preparatorio para la adoración.
Por lo tanto, ¿cuál es la manera de entrar en ella y cómo mantenerse centrado? ¿Cómo alcanzarla? ¿Cómo hallar esa luz?
Dos o tres cosas. Una, siempre que afirmas que existe la luz, ¿qué quieres decir? Yo digo, «La habitación está iluminada» ¿Qué quiero decir con ello? Quiero decir que puedo ver.
Nunca se ve la luz, sólo se ve lo iluminado. Puedes ver las paredes, no la luz; puedes verme a mí, no la luz.
Se ve lo que se ilumina, nunca a la luz en sí misma, porque la luz es tan sutil que no se puede ver.
No es un fenómeno evidente. Por eso inferimos que la luz existe. Es una inferencia, no un conocimiento del hecho. ¡Es sólo una deducción! Debido a que soy capaz de verte, deduzco, asumo, que existe la luz. ¿Cómo voy a verte sin luz?
¡Nadie ha visto la luz ! ¡Nadie! Y nadie la verá nunca. 
Pero empleamos las palabras «Veo luz» y con ello significamos que «Veo cosas que no podrían ser vistas sin luz». Cuando dices que hay oscuridad, que no hay luz, ¿qué quieres decir? Tan sólo que «Ahora no puedo ver las cosas». 
Cuando no puedes ver los objetos, deduces que no hay luz. Cuando puedes ver los objetos deduces que hay luz. De modo que la luz es una inferencia incluso en el mundo exterior, externo. Por esto, cuando uno tiene que entrar, cuando uno está listo para ir hacia adentro, ¿qué queremos decir con luz?
Si puedes percibirte a ti mismo, si puedes verte a ti mismo, eso significa que ahí hay luz. Es extraño pero nunca pensamos en ello. Toda la habitación está a oscuras, no puedes afirmar que haya algo en ella, pero si puedes afirmar una cosa: «Yo existo». ¿Por qué? Tampoco te ves a ti mismo. La habitación está totalmente a oscuras, nada se puede ver, pero sobre una cosa estás seguro y es de tu propio ser. No hay necesidad de pruebas, no hay necesidad de luz. Sabes que existes, sientes que existes. Ahí debe de haber una sutil claridad. 
Puede que no seamos conscientes de ella, podemos ser inconscientes o muy escasamente conscientes, pero está ahí.
De modo que dirige tu mirada hacia adentro. Cierra todos tus sentidos de modo que no exista una percepción de ninguna luz exterior. Penetra en la oscuridad, cierra tus ojos e intenta ahora entrar, ver en ella. En primer lugar puede que percibas sencilla-mente oscuridad; es debido a que no estás acostumbrado a ella. 
Sigue penetrando. Intenta mirar en la oscuridad en que estás metido. Penétrala y poco a poco irás percibiendo muchas cosas dentro. Una iluminación interior comienza a funcionar. 
Puede ser tenue al comienzo. Comenzarás a ver tus pensamientos porque los pensamientos son objetos interiores. ¡Son cosas! Comenzarás a tropezar con los muebles de tu mente.
Allí hay muchos muebles, muchas memorias, muchos deseos, muchas pasiones insatisfechas, muchas frustraciones, muchos pensamientos, muchos pensamientos-simiente, muchas cosas . Cuando empiezas a percibirlas, intenta primero penetrar la oscuridad. Entonces una lucecita comenzará a manifestarse y te volverás consciente de muchas cosas. Es como cuando entras repentinamente en una habitación a oscuras: no eres capaz de distinguir nada. Pero quédate ahí. Acomódate a la oscuridad, deja que tus ojos se acomoden a la oscuridad. Los ojos han de adaptarse, y eso lleva tiempo. Cuando vienes del exterior, de un jardín iluminado por el sol a tu habitación, tus ojos han de reajustarse a sí mismos. A tus ojos les llevará un poco de tiempo, pero se adaptarán.
Si uno emplea constantemente sus ojos para ver las cosas que tiene cerca, por ejemplo si uno lee sin cesar, se vuelve corto de vista porque un exceso de visión de cerca fija el mecanismo de los ojos. Por eso cuando quiere ver una estrella lejana, no puede verla porque el mecanismo se ha encasquillado. No es flexible. Lo mismo ocurre en el interior: debido a que hemos estado mirando al exterior continuamente, durante vidas, el mecanismo se ha quedado fijo y no podemos mirar hacia adentro.
Pero inténtalo, haz un esfuerzo, mira en la oscuridad.
No tengas prisa, porque el mecanismo ha sido fijado durante muchas vidas. Los ojos han olvidado completamente el mirar hacia adentro. Nunca los has empleado para este propósito. Mira pues dentro de la oscuridad, observa la oscuridad y no te impacientes. Penetra la oscuridad, continúa penetrándola y al cabo de tres meses serás capaz de ver en su interior muchas cosas que nunca hubieras pensado que estuvieran allí. 
Y ahora, por primera vez, tomas consciencia de que los pensamientos son sólo objetos. Y cuando te vuelves consciente, puedes colocar un pensamiento donde tú quieras. Si quieres expulsarlo, puedes expulsarlo.
Pero ahora no eres capaz de expulsarlo. Ahora no eres capaz de eliminar ningún pensamiento porque no eres capaz de agarrarlo. Desconoces incluso que sea un objeto que puede ser cogido y puede ser expulsado. No sabes en dónde están localizados; no sabes de dónde vienen. 
Todo el mundo dice, «No quiero tener miedo; no quiero enojarme». Pero no pueden hacer nada por evitarlo porque desconocen de dónde proviene esa ira, cuál es su raíz, dónde tiene esa ira su reserva, dónde se acumula esa ira. Desconoces sus raíces.
Todo pensamiento es un objeto. Tiene una reserva acumulada. Por eso, cuando un pensamiento llega, es sólo como una hoja de un gran árbol. No puedes cortarla y tirarla pues otra hoja brotará. Las raíces están ahí; el árbol está ahí. Cuando te vuelvas consciente, incluso sólo un poquito, de que los pensamientos están ahí, de que los deseos están ahí - la ira, la pasión, la lujuria - de que todo está ahí, no empieces a combatirlo. Tan sólo obsérvalos, porque con el observar te volverás más consciente, y con el luchar nunca te volverás consciente. No luches, ¡observa! «Observar» es la palabra, el mantra. Observa sin descanso, y cuanto más observes, más empezarás a sentir que la luz está ahí. La luz está ahí, sólo que tus ojos han de adaptarse.
¡Observa! Con el observar, los ojos se acomodarán. Y cuando haya más luz y todo se vuelva claro, cuando no haya un rincón oscuro, te volverás el amo de tu mente. Podrás excluir lo que quieras, podrás reordenar como quieras. Y una vez te vuelvas el amo de tu mente, te volverás consciente de dónde es que proviene la luz, de dónde está su origen. El sol no está ahí, está afuera. No has ni tan siquiera encendido una vela, y todo se ha iluminado. ¿De dónde proviene esa luz? Primero te darás cuenta de las cosas que son iluminadas, luego te volverás el amo de los objetos de tu mente y luego empezarás a ser consciente de dónde proviene esa luz, de cuál es su fuente. Empezarás a ser consciente de una flor floreciendo. Luego empezarás a ser consciente de dónde proviene esa luz. Entonces podrás conocer el sol.
Tendrás que proceder únicamente de un modo indirecto, desde un objeto iluminado hacia la fuente de la luz. De nuevo la luz no es lo que se ve; de nuevo verás al sol. Empieza primero por percibir los contenidos de la mente. Luego, más y más, la mente se irá aclarando. Luego tomarás consciencia de dónde procede esa luz. Justo en el centro de la mente está su origen. ¡Entonces entra en el origen! Ahora podrás olvidarte de la mente, tú eres el amo. Podrás decir a la mente: «¡Detente!» y la mente se detendrá.
La consciencia es necesaria para ser el amo. Nunca intentes lo contrario: primero ser el amo y luego ser consciente. Nunca funciona, nunca puede funcionar así. Eso no es posible.
Sé consciente, y el convertirte en el amo llegará. Te vuelves el amo. Entonces acude al origen, entra en el origen de dónde procede esa luz. ¡Ve! ¡Entra en la Iluminación! Esa entrada en la Iluminación es el «baño». Te has vuelto el amo de tu mente. Ahora puedes convertirte en el amo de la vida misma; ahora puedes convertirte en el amo de la consciencia misma. Y una vez bañado en esa Ilu-minación, en esa fuente de luz, serás capaz de contemplarte a ti mismo en tu eternidad. En este instante, todo el pasado y el futuro estarán ahí. Este instante es eterno. Eres tan puro que el tiempo en su totalidad se junta en ti. El pasado purificado crea un futuro purificado, y este momento se vuelve eterno.
Observa, sé consciente, observa en profundidad los conte-nidos de la mente. Entonces te harás consciente del origen; luego entra en el origen. 
Es pavoroso, porque todo lo que has conocido como ti mismo, morirá. Este baño es una muerte, una perso-nalidad, todo morirá, porque la personalidad, la identidad, el ego, todos están en el polvo, en el polvo acumulado alrededor de tu ser. 
Sólo el ser permanecerá sin nombre ni forma. Y este sutra dice que este es el baño preparatorio. Sólo ahora eres capaz de entrar, y sólo hasta aquí tienes que esforzarte. En el instante en que eres purificado, en el instante en el que has atravesado este baño, en el instante en que los karmas se han disuelto, no necesitas ya hacer ningún esfuerzo.
Desde ese punto, Dios se convierte un campo gravitacional. Has entrado ahora en el Campo de la Gracia. Es lo mismo que la gravitación en la Tierra, pero has de entrar en el campo. Para las naves espaciales tenemos que hacer un arreglo fundamental: deben desprenderse de la atracción de la Tierra, salirse del campo de gravedad. Trescientos veinte kilómetros alrededor de la Tierra, envolviéndola, está el campo. Si estás bajo la acción del campo serás traído de regreso. Si traspasas los trescientos veinte kilómetros, la Tierra deja de poder influenciarte.
Lo Divino no puede tirar de ti al menos que estés totalmente puro, a menos que te vuelvas luz. Entonces, con igual velocidad, entras en lo Divino. De modo que esta entrada en la luz es el último esfuerzo. Una vez has sido purificado comienzas a gravitar. No necesitas moverte, eres atraído. Esta gravedad se conoce como Gracia: la fuerza de gravedad de lo Divino es la Gracia. La Gracia no es realmente una ayuda, ¡no! Es sólo una ley. Dios no otorga la Gracia solamente a algunos, no es así. No es parcial. La Tierra no es gravitacional únicamente para algunos. En el instante en que entras en el campo, la ley empieza a hacer su trabajo.
No digas pues que Dios otorga la Gracia, no digas que Dios es generoso, no digas que tiene compasión. No es cierto. Dios significa «La Ley de la Gracia». La ley comienza a operar. Una vez entras en su campo, la ley comienza a operar. Una vez te conviertes tú mismo en la luz, la ley comienza a trabajar y tú comienzas a gravitar.
Dije que la luz es la base de la vida. Incluso la ciencia coincide en esta frase. La ciencia acaba en este punto, no hay más allá para la ciencia. La religión tiene un más allá porque la religión dice que incluso más allá de la luz se halla la Existencia.
Otra cosa: la luz existe, por eso la luz posee dos cualidades: que es luz y que es existencia. Aun la luz no es lo supremo, pues posee dos cualidades: luz y existencia. La religión dice que la existencia puede darse sin luz, pero que la luz no puede darse sin existencia. Así que hay un paso más: la religión dice, «Dios es pura Existencia». Por eso, para la gente realmente religiosa, esta palabra o esta frase de «Dios es», es una falacia porque «Dios» y «es» significan lo mismo.
Una mesa «es», pero decir «Dios es» no es correcto. El hombre «es» porque puede «no ser», así que el hombre y «ser» son dos cosas concatenadas. Pero pueden ser separadas. 
Pero «Dios es» no es correcto porque Dios quiere decir «ser».
O sea, es tautológico, repetitivo. Decir «Dios es» es tan absurdo como decir «Es es» o «Dios Dios». «Dios es» significa lo mismo que «Dios Dios» o «Es es». No tienen sentido, son absurdas.
El «ser» es Dios. Por eso la religión lo reduce aún más y dice que cuando entras en la luz, entras en el «Ser», en la Existencia, en Eso. De modo que la luz es el aura de Eso. Cuando entras en la luz, entras en el aura. Pero en el instante en que entres en el aura serás succionado sin dilación. ¡Sin dilación!
Y ahora otra cosa. Dije que la luz se mueve a la más alta velocidad posible: 300.000 km por segundo. ¡Cuánto avanza la luz en un sólo segundo, en un minuto, en una hora, en un año! La unidad con la que los físicos miden su movimiento es el año luz. Un año luz significa la distancia que recorre la luz en un año a esta velocidad. Todavía esto es un movimiento en el tiempo. Es muy rápido, pero aún así a la luz le toma tiempo el desplazarse. Como dije, la luz no requiere de medio alguno, no necesita ningún vehículo, no necesita energía prestada, pero aún así la luz requiere de tiempo. Así para la religión, la luz necesita de algo sin lo cual es incapaz de desplazarse. Por eso la luz aún depende del tiempo.
La religión dice que debemos ahondar aún más para encontrar algo que no requiera ni siquiera de esa dependencia del tiempo. Para nosotros eso no tiene sentido. ¿Cómo se va a mover la luz sin medio alguno? Pero la ciencia afirma que se mueve. 
Y es así. La religión dice, «No te alteres. ¿Cómo puede existir Dios sin tiempo?» El «es», y Dios se mueve sin tiempo; la consciencia se mueve sin tiempo.
La luz posee la velocidad más elevada según las mediciones de la ciencia, pero en cierto modo es la más alta debido a que no puede decirse que la Existencia posea una mayor velocidad.
En realidad la Existencia se mueve sin depender del tiempo. 
No es cuestión de velocidad. No podemos decir cuanto se mueve en un segundo. El movimiento es absolutamente absoluto. 
No hay intervalo. 
Por eso cuando uno penetra en esta Iluminación, es succionado. Incluso la palabra «succionado» requiere de cierto tiempo para ser pronunciada, pero el mismo fenómeno de ser succionado es intemporal.
Cuando digo «succionado», conlleva un tiempo, se pierde un tiempo. 
Pero, en realidad, cuando alguien entra en la Iluminación, no se requiere ni ese tiempo. No hay un intervalo. Eres succio-nado y más allá de esa luz está Dios, el templo. Esta luz únicamente te baña, te purifica, como un fuego.
Te purificas. Y en el instante en que eres purificado: la entrada, la explosión.
Con la luz te vuelves inmortal, pero todavía percibes. Percibes que has penetrado en la inmortalidad. Pero al entrar en Eso, en el «ser», no percibes ni tan siquiera la inmortalidad. La vida y la muerte carecen ahora de sentido, sólo existe el «ser». 
Tú «eres», sin condiciones. 
Esa condición de «ser» es lo Supremo para la religión.
La luz es el campo, la mente está alrededor del campo y nosotros estamos alrededor de la mente, vivimos fuera de la mente. Por eso uno ha de entrar en la mente, luego en la luz y luego en lo Divino. No obstante nos mantenemos vagando alrededor, fuera de la mente. Este estado de estar siempre fuera de casa se ha vuelto un hábito fijo. Nos hemos olvidado de que vivimos en la terraza. Es cómodo, la terraza es un sitio cómodo para estar afuera. Por eso es por lo que nos hemos quedado ahí: es cómodo. Podemos desplazarnos por el exterior siempre y, puesto que nuestros deseos y nuestra mente están siempre en el exterior, vivimos en la terraza. De modo que en cualquier momento, a cualquier oportunidad de irnos, nos vamos.
Hemos olvidado el que hay un hogar y que este salir afuera es convertirse en un mendigo. Entrar en la casa significa que has de girar la vista ciento ochenta grados y que has de utilizar tus ojos de una nueva manera, y que tendrás que atravesar una noche oscura. Tan sólo debido a un hábito fijo.
Los místicos cristianos han hablado mucho sobre «la noche oscura del alma». Esta es la noche oscura, debido a que nuestros ojos están fijos. Como dije, uno se vuelve miope, otro se vuelve hipermétrope. Y si continúa mirando a lo lejos, se vuelve incapaz de ver de cerca. Y si continúa mirando cerca, se vuelve incapaz de ver a lo lejos. Los ojos se vuelven fijos. 
Se vuelven mecánicos, pierden flexibilidad. Así como unos se han vuelto mío-pes y otros hipermétro-pes, nos hemos vuelto «externo-pes». Hemos de desarrollar la «interiorización» (*).
Puede que conozcas la palabra «interiorizar», pero puede que nunca hayas oído la palabra «externo-pe». 
Sabes que es «interio-rizar», pero carece de sentido a menos que entiendas que significa «externo-pe». Nos hemos vuelto «externo-pes», fijos en lo externo; hemos de desarrollar el «interno-pe», la interiorización. Siempre que tengas tiempo, cierra tus ojos, cierra tu mente al exterior y trata de penetrar en ella. 
Al comienzo te hallarás en una noche oscura. No habrá nada más que oscuridad. No seas impaciente. Espera y observa y poco a poco la oscuridad se irá disipando y serás capaz de percibir muchos fenómenos internos. Y únicamente cuando te vuelvas consciente del mundo interno, sólo entonces podrás darte cuenta dónde está el origen de donde procede esta luz. Entonces entra en el origen. A esto los Upanishads le llaman «el baño».
¡Cuán estúpida es la mente humana! Lo ritualizamos todo y se pierde el significado. Sólo permanecen entonces los estúpidos rituales. Así nos bañamos antes de acudir al templo. Y no hay ni templo ni baño. El templo está adentro y el baño también. Y este baño, dicen los Upanishads, es el baño en la Iluminación interna.
La luz es en realidad el puente entre lo Divino y el mundo.
Lo Divino crea al mundo al crear la luz. La luz es la primera creación, y luego la luz se condensa y sobreviene la materia; luego la luz crece; digo que la luz crece, y luego aparece la vida; entonces la vida crece y aparece el amor.
Luz, vida, amor, esas son las tres capas. No te quedes en la segunda. O retrocede a las raíces o asciende hasta la semilla otra vez, a las flores. Desciende hasta la luz o asciende hasta las flores. Y hay dos caminos. Uno es el camino del conocimiento. «Conoci-miento» significa descender hasta la luz. Con «Gyana Yoga» el verdadero secreto que se oculta es éste: descender hasta la luz. Y luego está el «Bakti Yoga», el camino de la devoción, que significa ascender hasta el amor.
* N. del T.- Juego de palabras en inglés entre: short-sight=mirar de cerca =miope; far-sight = mirar de lejos = hipermétrope; out sight = mirar hacia afuera, sin equivalente en castellano; e insight= mirar hacia adentro = interiorizar.
Un Buda desciende, una Meera asciende. Un Mahavira baja, un Chaitanya sube. Hablan lenguajes muy contradictorios.
Ha de ser así porque uno habla de ir hacia las raíces, hasta la fuente, y el otro habla de ir hacia las flores, hacia el final, hacia el clímax, hasta la cima. Por una parte están Buda, Mahavira, Patanjali; su lenguaje es árido. Tiene que ser así porque están regresando al origen. No hay poesía, no puede haberla porque no se están dirigiendo hacia las flores. 
Hablan de un modo científico. Un Patanjali habla como un científico: de leyes. Un Buda siempre dice, «Haz esto, y esto sucederá. Al hacer esto, sucede esto otro. Esta es la causa y éste es el efecto».
Hablan en términos muy científicos, hablan en términos de matemáticas, muy áridos. Hablan en prosa, nunca hablan en poesía. No pueden, ¿cómo va ha hablar en poesía un científico? Está escarbando en la fuente. No se preocupa en absoluto de las flores. Está escarbando en profundidad en busca de las raíces. ¿Cómo va a hablar poéticamente? Chaitanya, Meera, hablan un lenguaje distinto. Bailan, cantan porque están ascendiendo hasta las flores. Y la floración no puede suceder sin bailar y cantar, sin celebrar la vida misma. Por eso es por lo que Buda y Mahavira aparecen como anti-vida, porque van hacia las raíces. Y Chaitanya y Meera aparecen como muy afirmativos. Aman la vida porque ascienden.
Ambos caminos alcanzan la misma meta. El tomar uno u otro depende de ti. Si tienes una mente muy científica, matemática, sin poesía es mejor que sigas el que desciende hasta la luz. 
Si posees una mente orientada a la prosa, entonces baja.
Pero si tienes una actitud estética, poética, si eres capaz de bailar y cantar y celebrar, no te dirijas entonces hacia las raíces. Dirígete hacia las flores. Llegarás a lo mismo, porque una vez llegues a las flores alcanzarás la semilla. La flor es de nuevo la futura semilla.
Si bajas a las raíces, te desplazas. Desde la vida, te desplazas. La vida es sólo un puente. Es una fonda, no una meta. Ve a una u otra orilla, pero la vida no ha de ser estática. Debe ser un movimiento más allá de sí misma. A una orilla o a otra, esto o eso.
Básicamente éstas son las dos dimensiones del movimiento. ¡Escoge una! El quid no es cuál es la mejor. Depende de ti, de la que sea mejor para ti. Las dos son iguales. Pero para ti no pueden ser equivalentes. Para ti, una debe de ser preferencial. Depende de ti. Explora cuál es la tuya.
La que denomino poética es ilógica, sensitiva, de la clase emocional que es capaz de amar totalmente, profundamente. La del conocimiento no es emocional, no es del tipo sensitivo. Es lógica hasta la médula. Así algunas personas son lógicas, intelec-tuales, orientadas hacia el conocimiento. Siente la diferencia. Si eres del tipo cognitivo, tu elección es el conocimiento. Si eres del tipo emocional, orientado al corazón, tu búsqueda no es en pos del saber, tu búsqueda es en pos del sentir, del ser. Y ambos son distintos en su comienzo.
Al final son lo mismo, pero al comienzo son diferentes. 
Si acudes a Meera y le dices que éste es el camino para conocer la Verdad, Meera te dirá. «¿Y qué voy a conseguir con conocer la Verdad? ¿Qué ganaré con ello? Quiero amar la Verdad».
Pero, ¿cómo amar la Verdad? Por eso es porque los baktas nunca hablan de la Verdad. Hablan del Amado, hablan del Amigo. ¡Hablan en términos del sentimiento! El decir «Dios es la Verdad» les parece algo matemático. Vinoba dice que Dios debe de ser un matemático. No es que Dios lo sea, sino que la mente de Vinoba es matemática. Su propio amor hacia las matemáticas convierte Dios en un matemático. 
Para un Pitágoras, Dios es un matemático. Depende de ti.
Si sientes a Dios como a un amado, como un amigo, como un amante, si no puedes imaginarte a Dios como la Verdad, entonces asciende, sube en vertical hacia el florecimiento.
Así tu meditación será más creativa. Crea poesía, crea pintura, crea danza, crea cantos, y mediante todos ellos alcanzarás la Iluminación.
Pero si tu inclinación es hacia el conocimiento, el llamar a Dios el Amado es un absurdo. ¡Que quieres decir con ello? ¿Cómo va a ser la Verdad un amante? Llamar a Dios, padre, es un sinsentido. ¡Cómo va a ser Dios un padre? Debe ser la Verdad. Por eso si tu clase pertenece a la cognoscitiva, muévete en vertical: desciende. Sumérgete en las profundidades, no en las alturas. Ve hacia las raíces, hacia la fuente. Cuando alcances tu conocimiento y cuando un bakta alcance lo que siente, llegaréis al mismo centro. Pero un bakta asciende y un gyani desciende.
Este sutra es para aquellos cuya búsqueda es en pos del conocimiento porque los Upanishads pertenecen a la clase que busca el conocimiento. No son para devotos. Pero menciono esto únicamente para que te des cuenta pues, de que a veces, algo puede que te atraiga en gran medida pero puede que no pertenezca a tu tipo. No te dejes engañar. 
La atracción no significa nada. La atracción no significa nada a menos que se de una sintonía interior. Puede que te sientas atraído, pero no funcionará. Debes de empezar a percibir que «Esta es mi inclinación; así es como soy». Entonces no escuches a nadie. Nos creamos mucha confusión unos a otros porque nadie sabe de lo que está hablando.
Si eres una persona inclinada hacia el corazón, no escuches al intelecto, no escuches los argumentos, no discutas. Di tan sólo, «Soy una persona que se inclina hacia el corazón. 
No me importan para nada las explicaciones». 
No escuches los razonamientos porque te confundirán.
Y puede que a veces te sientas atraído porque el opuesto tiene una atracción sexual. Sucede que una persona emocional puede ser influenciada en gran medida por una intelectual, pues carece de esa dimensión, y uno comienza a percibir que aquello de lo que carece es importante. Y tú no podrás convencer a un intelectual, pero él si te convencerá a ti. No puedes argumentar por ti mismo, pero el sí puede por él mismo. Por eso tu ego se siente herido y empiezas a imitar. Dejas de lado tu tipo y puede que, durante muchas vidas, no seas capaz de reencontrarlo porque cuando un proceso comienza es muy difícil el volver atrás.
Y nunca confundas a nadie. Si percibes que alguien es del tipo emocional, no discutas con él aunque esto no te satisfaga. No discutas, no argumentes, no digas nada. Déjalo que se sumerja en sí mismo.
Somos tan violentos que nadie permite a nadie que perma-nezca consigo mismo. Todo el mundo anda en busca del otro, todo el mundo trata de convertir al otro a su propio modo de ser sin saber que puede estar destruyendo una gran posibilidad. Insiste en ser tú mismo. No hay ninguna arrogancia en ello. 
Es una sencilla ley el decir, «déjame que sea yo mismo». 
Pero cuando empiezas a hablar utilizando los términos del otro, antes o des-pués terminarás por ser succionado por ellos.
Por eso si eres del tipo emocional di directamente, «No me importan para nada la lógica u otro tipo de argumentaciones». No discutas, no emplees los mismos términos o el mismo lenguaje. Tan sólo di, «Soy irracional. Tengo fe sin tener una sola prueba, pero la fe me funciona y no necesito más».
Algo fatal le ha sucedido a la mente humana y es que los intelectuales se han declarado a sí mismos como la única clase posible. Han obligado a todo el mundo a aceptar el punto de vista de que son el único tipo correcto y que todos los demás están errados. La educación les pertenece, las escuelas les pertenecen, las universidades les pertenecen.
Crean literatura, crean razonamientos, crean pruebas, contra-pruebas, crean filosofías. Se han vuelto excesivamente dominantes y el tipo emocional se está sintiendo inferior: siente que está de más. En realidad, no hay educación emocional, sólo educación intelectual. Esta no conoce el lenguaje de la emoción, no conoce los argumentos de la emoción, no conoce la lógica del corazón. No conoce nada y por tanto se siente culpable. Si tiene fe, si se desarrolla en amor hacia lo Divino, se siente culpable, siente que está equivocada. Nunca te sientas así. Percibe siempre tu propio pulso, lo que eres, lo que es tu naturaleza; y luego decide. O más bien, deja que tu naturaleza decida.
Esos son pues los dos caminos: o bien ser bañado en la luz interior o ser bañado en el amor interno. Y entonces estarás en el umbral, en los límites dónde la gracia empieza a ejercer su acción. Entra, y halla la fuente, o sal, y descubre al amado.
Recuerda esto también: si has de encontrar la fuente, entra. 
Si has de encontrar al amado, sal. Para buscar las cosas, has de salir; para buscar al amado, también has de salir. La actitud es distinta, pero el movimiento es el mismo. Encontrar al amado quiere decir descubrir Eso en todo lo que te encuentras. Sal y sigue indagando y llegará un momento en que nada queda excepto tu amado. Entonces eres bañado en amor, y éste será el resultado.
O, entra. Si te desplazas hacia adentro puedes descartar hasta la palabra Dios. En los viejos textos de yoga, no se menciona a Dios en absoluto. E incluso en los textos más modernos, se menciona a Dios sólo como medio. Para alcanzar Eso, Dios es mencionado como medio. Y puedes descartarlo; es prescindible.
Por eso un Buda puede culminar sin ningún concepto de Dios, un Mahavira puede llegar sin ningún concepto de Dios, pero una Meera no puede llegar sin concepto de Dios. Un Chaitanya no puede llegar, porque Dios no es algo prescindible si tu camino es el del amor, porque entonces ¿dónde encontrarás al amado?
Pero, ¡muévete! No permanezcas estático en la vida. ¡Ve hacia la luz o hacia el amor!

TU VIDA ES TUYA




TU VIDA ES TUYA
Publicado por Liliana Leonor Rios en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo. Sólo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchas personas que te aprecian, admiran y te quieren.
Me gustaría que siempre recordaras de que ser feliz no es tener el cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracsos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y periodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia. Es atravesar desiertos fuera de sí. Más ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a DIOS cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.
Es saber hablar de sí mismo.
Es tener coraje para oír un "NO".
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir "ME EQUIVOQUÉ".
Es tener la osadía de decir "PERDONAMÉ".
Es tener sensibilidad para expresar "TE NECESITO".
Es tener capacidad de decir "TE AMO".
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz...
Que en tus primaveras seas amante de la alegría.
Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.
Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.
Pues así serás cada vez mas apasionado por la vida.
Y descubriras que...
Ser feliz no es tener una vida perfecta.
Sin usar lágrimas para regar la tolerancia.
Usar las perdidas para refinar la paciencia.
Usar los fallos para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas.
Jamás desistas de las personas que amas.
Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible.
Y TÚ UN SER HUMANO ESPECIAL.

Pensamientos Semanales del 22-31 Agosto de 2015 (Omraam Mikhaël Aïvanhov)




Pensamiento del Sábado 22 de agosto de 2015.

"¿Habéis decidido caminar por el camino de la luz?
No penséis que eso os va a preservar de las desgracias y de los accidentes de la vida. Tenéis razón en tomar esta decisión, pero esto no os pondrá a resguardo de las pruebas. Para estar libre de pruebas, hay que haber liquidado todas las deudas del pasado. Si todavía las arrastráis con vosotros, sigáis o no una Enseñanza espiritual, viváis o no en la luz, nada os liberará de ellas, debéis pagar vuestras deudas.
Ahora estáis en el buen camino, esto está claro; os aplicáis en hacer el bien de ahora en adelante, eso también está claro, pero debéis saber que este bien que ahora hacéis dará resultados en el futuro y no de inmediato. Así pues, cuando paséis dificultades, debéis aceptarlas y decir: «Señor Dios, eso no puede destruir el buen trabajo que estoy haciendo. Sé que aceptando estas pruebas, me libero. Así pues, no me rebelo, no pido evitar todo eso, sino que continúo mi trabajo.»"

Pensamiento del domingo 23 de agosto de 2015.

"Sean cuales sean las circunstancias, el placer nunca debe ser tomado como criterio. O al menos hay que saber que se trata de un criterio muy insuficiente. Porque, lo que procura placer generalmente a los humanos a menudo alimenta más a sus instintos que a su alma y a su espíritu. Sólo hay que ver dónde encuentran el placer: comer, beber, seducir a hombres y mujeres, jugarse el dinero, vivir en el lujo, abusar del poder, vengarse, etc., las posibilidades no faltan. ¿Pero a dónde van así?
Al buscar el placer, cada uno sólo piensa en sí mismo.
Su placer es para él; no busca el placer de los demás, sino únicamente el suyo. De esta manera estrecha su campo de conciencia y, para obtener este placer y para defenderlo, a menudo se ve obligado a emplear unos métodos detestables; entonces exige, amenaza. Y cuando se ve privado de este placer, se muestra violento, vengativo, y los demás que le encuentran insoportable, se lo muestran. Entonces, ¿qué beneficios puede sacar verdaderamente de todo eso?"

Pensamiento del lunes 24 de agosto de 2015.

"Dios nos ha dado la vida, pero para estar verdaderamente vivos, no debemos quedarnos sin hacer nada. Reforzar y hacer más bella y sutil esta vida que hemos recibido, esto depende de nosotros.
La vida tiene infinidad de grados. El que se queda en sus grados inferiores sólo puede entrar en comunicación con las realidades que se encuentran en su nivel. Interiormente corta la conexión con la Fuente divina, y eso le produce la sensación de que nada tiene sentido, de que para él no existe ningún poder superior que gobierne el universo, llámese Dios u otro nombre. Cuando uno se queda tan abajo en su conciencia, ¿cómo puede captar algo de las realidades sublimes?, ¿cómo puede alegrarse de la existencia de Dios? No le siente, ni dentro de sí mismo ni en el exterior. Para sentir la vida divina debemos divinizar primero nuestra propia vida. Sólo la vida divina en nosotros puede despertar los centros espirituales que van a permitirnos sentir la presencia de Dios dentro de nosotros, así como en todos los seres y en todas las cosas."

Pensamiento del martes 25 de agosto de 2015.

"Los humanos consideran sus defectos y sus debilidades como obstáculos para su desarrollo. Esto es verdad, pero no del todo. Si en vez de dejarse debilitar y abatir por ellos, buscan cómo ponerlos a trabajar, descubrirán que les pueden ser útiles. Diréis: «¿Cómo que útiles? Hay que combatir los defectos, hay que aniquilarlos.» Ya habéis intentado hacerlo ¡y habéis visto que no es tan fácil! ¿Acaso habéis sido vosotros los vencedores?...
Todas estas tendencias inferiores que consideráis debilidades son en realidad fuerzas. Aprended a sentir todas las energías que representan. Si expulsáis a todos vuestros adversarios, si suprimís todo aquello que se os resiste, ¿quién trabajará para vosotros?, ¿quién os servirá?... La sensualidad, la codicia, la vanidad, la ira, todo eso son fuerzas. Decidíos a movilizarlas, y os ayudarán a avanzar en la dirección espiritual que hayáis decidido tomar."

Pensamiento del miércoles 26 de agosto de 2015.

"La mujer tiene la vocación de ser la educadora del hombre. Con sus pensamientos, sus sentimientos, su actitud, puede incitarle a hacer actos de valor, de generosidad, y aunque no siempre parezca evidente, el hombre no pide otra cosa que ser inspirado por ella.
Por eso, cuando las mujeres sólo piensan en la satisfacción de sus deseos, de sus placeres, dejan de lado su verdadera vocación. Diréis: «¡Pero la mujer es mucho más débil que el hombre! ¿Cómo va a poder imponerse a él para educarle?» No es necesario que se  imponga. Hay actitudes, miradas, expresiones que son más eficaces que todas las palabras.
Y la mujer tiene todavía otro medio de educar al hombre: educando a sus hijos; y estos hijos toda su vida respetarán a las mujeres debido a su madre. Gracias a la influencia cotidiana que pueden tener sobre sus hijos, las madres son capaces de formar unos caracteres rectos, nobles y generosos."

Pensamiento del jueves 27 de agosto de 2015.

"Todos los objetos opacos obstaculizan el paso de la luz, y al obstaculizarla, proyectan una sombra.
En la naturaleza, se encuentran algunos minerales más o menos translúcidos: el cristal de roca, las piedras preciosas... En cuanto al vidrio, que es una fabricación humana, es un magnífico invento.
Este invento del vidrio que, gracias a su transparencia permite que la luz entre en las casas, ha aportado grandes mejoras en la vida de los humanos.
Pero aportaría aún mucha más si éstos tratasen de realizar esta transparencia en su vida interior para dejar pasar a través de sí mismos la luz divina. Hasta que no logremos desprendernos de nuestras impurezas, proyectamos sombras alrededor de nosotros. Por eso, aquel que quiere hacer el bien no siempre lo consigue. Para hacer el bien debe volverse transparente: la luz le atravesará y por dondequiera que pase, dejará tras de sí una atmósfera cristalina."

Pensamiento del viernes 28 de agosto de 2015.

"El ser humano ha venido a la tierra para hacer un trabajo, y en primer lugar un trabajo sobre sí mismo, para poder superarse, sobrepasarse. Cada día vemos a la gente que va al trabajo, pero los esfuerzos que hacen son sobre todo para asegurarse su subsistencia, su seguridad material, su bienestar y el de sus parientes. No piensan en hacer un trabajo psíquico que les permitiría dominar todas las situaciones. Los creyentes cuentan con el Señor para estar protegidos, y es incluso por eso que le dirigen sus plegarias. En cuanto a los no creyentes, esperan ayuda y socorro de la sociedad.
Pues no, los humanos deben saber que ni el Señor ni la sociedad les pondrán a resguardo. Han sido enviados a la tierra para aprender, para desarrollarse, y las dificultades, las pruebas con las que se encuentran están ahí justamente para obligarles a ello, no se pueden escapar. Así que, en vez de correr por todas partes para protestar, exigir y pedir ayuda, cada uno debe hacer un trabajo interior porque es dentro de sí mismo donde encontrarán primero los remedios, los consuelos y la esperanza."

Pensamiento del Sábado 29 de agosto de 2015.

"Algunos dicen: «¿Para qué esforzarse en ser honestos, buenos y generosos puesto que por todas partes, tanto en la sociedad como en la naturaleza, reina la ley de la jungla? ¿Por qué debería ser yo una excepción?» ¡Cuántas veces se oye este razonamiento! Pero los que hablan así tienen solamente en cuenta lo que ven en la tierra que no representa más que una parte de la verdad. Si echasen un vistazo hacia el cielo, verían que está también el sol, y el sol, es la otra mitad de la verdad. Mientras que en la tierra, los animales, y a menudo los humanos también, no hacen más que absorber, engullir, tomar y saquear, el sol, en cambio, no hace más que brillar, irradiar, dar, para que nosotros tengamos vida, calor y luz. ¿Estaríamos nosotros aún con vida si no existiese otra ley, la ley del amor y del sacrificio, que no es la ley de la tierra, sino la del sol?...
Así pues, si todo lo que veis en la tierra os desanima y entristece, pensad en el sol, aceptad sus leyes, imitadle, y volveréis a encontrar el ánimo y el gozo."

Pensamiento del domingo 30 de agosto de 2015.

"Dios ha hablado y continúa hablando a través de toda la creación y en el corazón del hombre mismo. No es pues exacto decir que ha hablado solamente a tal profeta, a tal fundador de una religión. Sería más justo decir que algunos seres Le escuchan y Le oyen mejor que otros. Dios habla, no cesa de hablar, y cada uno Le oye según su nivel de conciencia.
Habría que añadir también que lo que los seres han oído y relatado estaba necesariamente determinado por la situación, los problemas y la mentalidad de su tiempo. En lo que respecta a los grandes principios, todos han dicho lo mismo. Pero cuando entramos en el detalle, nos vemos obligados a admitirlo: algunas prescripciones eran sin duda aceptables y hasta necesarias hace algunos siglos o milenios, porque respondían a ciertas necesidades y representaban entonces un verdadero progreso, pero en nuestros días, ya no pueden ser aceptadas, ya no pueden adaptarse."

Pensamiento del lunes 31 de agosto de 2015.

"La estabilidad, he ahí un tema del que no les gusta mucho oír hablar a los humanos... Ser estable, ¡que monotonía, qué aburrimiento!, ¡necesitan tanto los cambios!... ¿Pero quién les dice que la estabilidad es incompatible con el cambio? Nos está permitido cambiar muchas cosas en nuestra vida, siempre que nunca abandonemos nuestro alto ideal. Aquel que ha decidido caminar por el camino de la luz, debe velar para conservar siempre esta orientación, suceda lo que suceda.
Debéis comprender bien esto: estabilidad no significa ausencia de movimiento. Si os encontráis con un Maestro verdadero, nunca le veréis rígido, petrificado.
Al contrario, físicamente, y sobre todo con su pensamiento, se desplaza sin cesar para instruirse, para visitar a aquellos que le necesitan. Interiormente, en sus convicciones, permanece inmutable: ninguna seducción de ningún tipo hace mella en él. Ser estable es ser fiel a sus compromisos interiores, es proseguir contra viento y marea el camino hacia arriba. "

Omraam Mikhaël Aïvanhov

domingo, 30 de agosto de 2015

El poder transformador del Silencio


Fotografiar Azul silencio por Maja Topčagić en 500px
Detrás de todas las manifestaciones de la vida existe un poder único, una Realidad única. Esta forma está más allá de todas las formas, de todos los modos per se expresa a través y mediante los modos y las formas que existen, visibles e invisibles.
Nosotros podemos abrirnos a este poder creador yendo también más allá de nosotros mismos, yendo más allá de nuestras personas. Esto se realiza abriéndonos al silencio. El silencio nos conecta con esta fuerza creadora y entonces nos convertimos en canales directos, en expresiones directas de esta acción creativa constante.
El silencio es el poder más grande que existe. Porque todo lo que existe son aspectos parciales del silencio. Todo lo que existe se genera en lo que no existe, en lo que no aparece. Todo lo que existe son aspectos parciales de algo que está más allá de lo que llamamos existencia manifiesta. Abrirse al silencio es abrirse al potencial total, incondicional.

Efectos del silencio

a) En primer lugar, nuestra mente se aclara, se armoniza y se ahonda. Nuestra vida es una permanente "centrifugación" hacia nuestro exterior de todas nuestras impresiones, ideas, datos, en una constante mezcla entre sí. En el silencio permitimos que todo esto se pose y se estructure por sí mismo. En el silencio conseguimos que nuestra consciencia capte lo que existe en profundidad detrás de las capas más aparentes de nuestra mente, de nuestra afectividad y de toda nuestra sensibilidad.
b) En el silencio, por el hecho de ahondar el punto de la consciencia, aumenta la potencia de nuestra mente y de toda nuestra personalidad de un modo extraordinario. Gracias al silencio se desarrolla nuestra sensibilidad interna, es decir, que nos capacitamos para afinar nuestra percepción, percepción sutil. Esta percepción abarca, en las vías supraconcientes, todas las vías intuitivas. En las vías conscientes, el poder captar en profundidad el presente de la persona y sus situaciones. Y, a nivel subconsciente, nos vincula con toda la vida en cualquiera de sus formas y manifestaciones.
c) Percibimos, descubrimos, vivenciamos esta unidad profunda que hay detrás de toda la multiplicidad de formas y manifestaciones. Lo vivenciamos como experiencia y deja de ser una idea o creencia.
d) Gracias al silencio profundo viene la paz. La auténtica paz, la paz de la que surge luego toda actividad.
e) Nos conduce a la realización de la identidad propia que hay en cada uno de nosotros. Nos lleva a descubrir la persona que se encuentra detrás de todas las manifestaciones personales y a la persona que está detrás de todas la manifestaciones que atribuimos al exterior.
f) Gracias al silencio podemos acumular fuerzas físicas, afectivas, mentales y espirituales para la acción posterior.
g) Nos ponemos en sintonía con el poder creador único, y éste se expresa entonces en nosotros y a través de nosotros. Descubrimos que nosotros somos expresión de algo que está más allá de nosotros y que esta consciencia de realidad de lo que está más allá es algo siempre nuevo, siempre diferente, y no obstante, siempre idéntico.
Es decir, que el silencio es el campo más revolucionario de la vida. Así, nuestra vida, al abrirse al silencio y al vivir desde el silencio es, en sí misma, una creación constante. Ya no somos nosotros quienes quieren producir un resultado, somos la creación. Todos nuestros actos se convierten en una expresión de este proceso creativo. Ya no vivimos pendientes de juicios, de objetivos, vivimos descubriendo en cada momento esta profundidad inmensa del instante que, también en cada momento, se derrama, se vierte al exterior de un modo totalmente nuevo, imprevisto, creativo. Todos los actos de la vida se convierten en actos de una importancia total, porque dejamos de tener preferencia respecto a las cosas, respecto a los objetivos. Dejamos de comparar y de juzgar porque descubrimos que lo esencial es esta Realidad que se está expresando. Lo que da sentido a las cosas no son las cosas, ni las consecuencias de las cosas, sino la razón de ser, el por qué de las cosas. Y este por qué o razón de ser es esta presencia inmutable y eterna que está detrás de cada momento de manifestación. En ese instante, los actos más pequeños de nuestra vida, los más elementales, como las cosas más grandes, todo tiene la misma trascendencia, porque todo parte de la misma realidad eterna.
Vivir de esta manera implica vivir en una unidad constante con todo, porque todo es expresión en el instante de la misma fuerza que nos está animando a nosotros mismos. Lo que nosotros vivimos como "yo" y lo que vivimos como mundo son dos aspectos de la consciencia total. En lo sucesivo, cuando miramos, por ejemplo, a la naturaleza, no necesitamos catalogarla, ponerle nombres, diferenciarla o compararla, ni con otra naturaleza ni con nosotros mismos.
La percepción, el sujeto y la cosa percibida forman una sola unidad, un campo único. Deja, pues, de existir esta distinción de sujeto-objeto presente en el mundo ordinario y todo se convierte en un inmenso campo de consciencia expresión constante de esta Realidad eterna.

Hacia el silencio. Requisitos

Existen unos requisitos que son esenciales cumplir para poder ir hacia el silencio.
Mientras estemos teniendo interiormente problemas de deseos, de emociones, de conflictos, nos será muy difícil vivir en silencio, porque estos deseos, estos miedos, estas complicaciones que están reprimidas en nuestro interior, buscan constantemente una solución y huida. De esta forma, nuestra mente está siendo constantemente empujada a pensar, soñar imaginar. La gran dificultad que tenemos para poder estar en paz es la propia guerra que está en marcha en nuestro interior.
Por ello, para alcanzar el silencio, es necesario primero que solucionemos ese estado de guerra. Y esto sólo lo lograremos cuando aprendamos a vivir la actividad, la acción, la lucha y el esfuerzo. Tan sólo el vivir la vida de cada día mucho más consciente, intensa e inteligentemente, es lo que va permitiendo que vayamos liquidando todas estas cuentas pendientes que mantenemos con la vida en nuestro interior.
Sólo después de esto viene la paz. De otro modo, la paz no la podemos buscar, porque toda paz que busquemos será un artificio, no es la verdadera paz. La paz no hay que buscarla, viene ella sola. La paz está siempre ahí, lo único que nos impide vivirla es precisamente todas las cargas que tenemos dentro de fuerzas, de problemas, de emociones.
Por lo tanto, el primer requisito para llegar a descubrir el silencio es que el silencio sea consecuencia de una acción total, de una acción consciente, en donde no huyamos de las cosas, en donde no estemos jugando al escondite con nosotros mismos ni con ningún aspecto de la vida, donde afrontemos las dificultades y movilicemos todos nuestros recursos mentales, afectivos, vitales, morales y de todo orden. Sólo una vida vivida en intensidad es la que luego va acompañada por la auténtica paz.
Gracias al esfuerzo de vivir de un modo intenso, consciente, la personalidad se organiza, se estructura y se fortalece. Nuestra mente adquiere la capacidad de controlar sus impulsos y coordinar todas las fuerzas internas en relación con el exterior.
Estamos en esta vida por una razón inteligente. Y la vida, tal como funciona, a pesar de todo, tiene un fin bueno, necesario, que es que aprendamos a distinguir lo que es superior de lo que es inferior, y aprendamos a hacer que en nosotros lo superior dirija a lo inferior. Y si esto no se hace se produce conflicto y dolor en la vida de las personas.
Para el trabajo de estructuración de la personalidad y actualización de los recursos que tenemos en nuestro interior es absolutamente necesario tener acceso a un nivel superior de silencio. También es imprescindible que estemos orientados, de un modo estable, hacia el descubrimiento de lo más importante, de la verdad. En la práctica del silencio también es esencial que en todo momento mantengamos la autoconsciencia y que tengamos la máxima lucidez.

La práctica del silencio

El silencio, el reposo de nuestro yo personal, nos debería acompañar, y lo podemos ejercitar, en la vida cotidiana y en todas las prácticas de trabajo interior.

El silencio consciente

El silencio consciente nace cuando uno se da cuenta de su capacidad de influencia en el entorno a través del poder distorsionador de la palabra que brota de la ignorancia y de la falta de conocimiento de uno mismo. El silencio es el escenario imprescindible para que se produzca el encuentro con la claridad de percepción que conduce a lo real.
La forma más elevada de silencio interior es la que surge de la consciencia. Únicamente de la consciencia y de su silencio podemos ver el ruido disonante de aquello que llamamos nuestro interior como del exterior. La consciencia y el silencio que le acompaña nos permiten obrar adecuadamente.

Hay algo más allá de la mente que habita en el silencio del interior de la propia mente

Detrás de todas las variadas manifestaciones de la vida existe un poder único, una inteligencia única. Esta realidad está más allá de todos los diferentes modos y formas de la existencia, visibles e invisibles y se expresa a través y mediante ellas. Los seres humanos podemos abrirnos a este inmenso poder creador llevando nuestra consciencia más allá de nosotros mismos, yendo más allá de la limitación de la propia personalidad. Y esto ocurre cuando se es consciente y uno se abre al silencio. La consciencia y el silencio que de ella nace conecta con esta fuerza creadora y, de esta forma, el ser humano se convierte en un canal, en una expresión directa de esta acción creativa constante y eterna. Abrirnos por la consciencia al silencio es abrirnos al potencial total e incondicionado.
La consciencia y su silencio transforman la vida. Al entrar en ellos se ve y se escucha la vida con una actitud silenciosa, acogedora, receptiva y benevolente. La mente entonces se aclara, se permite que surja la armonía y se aprecia con profundidad la totalidad de la vida.
Parte del existir consiste en un volcar hacia el exterior impresiones, sentimientos y pensamientos, todo ello mezclado entre sí. En este silencio se permite que todo ello “se pose” y se estructure por sí mismo. En el silencio, la consciencia capta lo que existe en profundidad detrás de las capas más aparentes de la mente, de la afectividad y de toda la sensibilidad.
En el silencio consciente la percepción se afina y aumenta la potencia de la mente y de toda la personalidad de un modo extraordinario. Gracias a él se desarrolla la sensibilidad, que llega hasta la percepción sutil. Esta percepción abarca todas las vías intuitivas, el poder captar en profundidad el propio presente en todas las situaciones y vincula a la persona con toda la vida, en cualquiera de sus formas y manifestaciones.
Por el silencio consciente se percibe, se descubre y se vivencia la Unidad profunda que hay detrás de toda la multiplicidad de formas y manifestaciones. Se vive como una realidad, y deja de ser una idea o creencia más o menos romántica. Gracias al silencio profundo viene la paz, la auténtica paz, la paz de la que surge luego toda auténtica actividad, todo obrar adecuado. El silencio consiente conduce a la realización de la identidad propia que hay en cada alma. Lleva a descubrir a la persona que se encuentra detrás de todas las manifestaciones personales y a la persona que está detrás de todas las manifestaciones que atribuimos al exterior. También se puede reponer y acumular fuerzas físicas, afectivas, mentales y espirituales que permiten obrar adecuadamente. En él se sintoniza con el poder creador único y éste se expresa entonces en uno mismo y a través de uno. Descubrimos que somos la expresión de algo que está más allá de nosotros y que esta consciencia de lo que en realidad está más allá es algo siempre nuevo, siempre diferente, y no obstante, siempre idéntico.
Al abrirse nuestra vida a la consciencia y a su silencio experimentamos una Creación constante, tanto que nos damos cuenta que somos la misma Creación. Ya no somos nosotros quienes deseamos producir un resultado, sino que somos la Creación. Todos nuestros actos, pensamientos y sentimientos, se convierten en una expresión de este proceso creativo. Con este conocimiento dejamos de vivir en un nivel superficial, pendientes de juicios y de deseos. Vamos descubriendo, a cada momento, la profundidad misma del instante. Todos los actos de la vida se convierten en actos de una importancia total. Dejamos de tener preferencia respecto a las cosas, respecto a los objetivos; dejamos de comparar y de juzgar porque descubrimos que lo esencial es esta Realidad que se está expresando. Lo que da sentido a las cosas no son las cosas, ni las consecuencias de las cosas, sino la razón de ser, el por qué de las cosas; y este por qué o razón de ser está empapado de la presencia inmutable y eterna que está detrás de cada momento de manifestación. En ese instante, los actos más pequeños de nuestra vida, los más elementales, como las cosas más grandes, todo tiene la misma trascendencia, porque todo parte de la misma realidad eterna.
Vivir de esta manera implica vivir en una Unidad constante con todo, porque todo es expresión en el instante de la misma fuerza que nos está animando a nosotros mismos. Lo que nosotros vivimos como "yo" y lo que vivimos como mundo son dos aspectos de la consciencia total. En lo sucesivo, cuando miramos por ejemplo a la naturaleza no necesitamos catalogarla, ponerle nombres, diferenciarla o compararla, ni con otra naturaleza ni con nosotros mismos. La percepción, el sujeto y la cosa percibida forman una sola Unidad, un campo único. Deja, pues, de existir esta distinción de sujeto-objeto presente en el mundo ordinario y todo se convierte en un inmenso campo de consciencia expresión constante de esta Realidad eterna.