Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
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Tú no puedes ser tus pensamientos, tu relato sobre 'mí y mi vida,' la historia dramática que cuentas cuando te preguntan, "¿Quién eres?"
Puedes estar al tanto de la historia, puedes observar cómo cambia y se transforma a través de los años, días, minutos, momentos, pero no puedes ser la historia, porque eres consciente de ella.
La historia de éxito, de fracaso, de búsqueda espiritual, de una persona iluminada, todas son limitaciones a tu naturaleza.
Si tú estuvieras 'hecho' de pensamientos, nunca serías consciente de los pensamientos.
Si fueras tus pensamientos, desaparecerías cuando los pensamientos desaparecen, aparecerías cuando los pensamientos aparecen, y los límites del pensamientos serían tus propios límites.
Sin embargo, incluso cuando los pensamientos se van, tú permaneces, siempre presente, como el cielo, mientras las nubes de pensamiento se mueven y cambian. Nubes vienen y nubes van, y tú no eres las nubes, las nubes no te contienen, ni te limitan, ni te definen, más bien tú eres lo suficientemente inmenso y espacioso para admitir todas las nubes.
Del mismo modo, tú no puedes ser tus sentimientos. Ni la alegría más intensa, el terror más profundo, y todo lo intermedio; todos los sentimientos pasan, y ninguno se queda, y tú permaneces, indefinido. Eres el espacio para la alegría y la tristeza, la felicidad y el aburrimiento, pero no su esclavo o víctima.
Tú no eres el clima de la mente, más bien el clima de la mente encuentra un hogar en ti, incluso la lluvia, incluso el caos de una tormenta eléctrica.
Tú eres el santuario, el cielo, esta consciencia amorosa.
- Jeff Foster
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