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viernes, 5 de junio de 2015

UN DÍA CUALQUIERA



Te levantas un día cualquiera. Todo parece rutinario, organizado, sin sobresaltos y… sin embargo, un instante, un segundo, ¡todo ha cambiado! Ya no habrá más rutina, todo lo que estaba construido se ha desmoronado como un castillo de naipes, quedan las cartas… caídas, que hay que recomponer una a una, pero ya nada será igual. La Vida te acaba de mostrar, puede que de una forma brusca, que lo pasado es eso, pasado. A partir de ahora hay que empezar de cero, aunque con la memoria de una “vida pasada” en esta misma existencia.
"Me he quedado sin el trabajo por el que me esforcé tantos años en conseguir…" "El camión que se quedó sin frenos acabó estrellándose contra el banco, en el que casualmente me encontraba esperando el bus que me llevaría a casa a descansar un día más…" "Me ha abandonado aquella persona que creía sería quien me acompañaría toda la vida…" "Perdí todo el dinero que había atesorado debido a una desacertada decisión…" "Comprendí…"
Sea como sea, la Vida hoy es diferente. Me ha llevado a estar cara a cara ante mí, desnudo, sin adornos, ni siquiera un objetivo… ¡vacío de cuerpo y alma! ¿Y ahora qué? ¿Aún espero algo o tiro la toalla? Ahora soy como un niño, sin edad, con la mirada expectante ante un incierto futuro, viniendo de un pasado que se me escapa por segundos, son vagos los recuerdos… y a cada segundo se desvanecen aún más.
Este instante que ahora vives es el que te has regalado para sentir la Vida de un modo que nunca imaginaste, ser consciente de aquello que pasó de refilón anteriormente y dejaste escapar. Ahora puedes abrir los ojos al verdadero ser que eres y que esperaba, en silencio, el momento en que pudieras mirarte cara a cara, ya sin miedos irracionales, sin posesiones efímeras… Como un recién nacido, tienes toda una vida por delante, una oportunidad de oro que no has de despreciar.
Un día cualquiera ya no serás quien fuiste: despertarás de un largo letargo, de sueños que se esfuman cada amanecer. Un día cualquiera saldrás, cual mariposa, del capullo en el que te encerraste. Morirás al pasado y saldrás volando, conociendo de primera mano una dimensión que te llevará a explorar al ser que eres, siempre fuiste y serás.

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