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lunes, 4 de mayo de 2015

ES HORA



Cuando la Vida me llamó y me dijo,
“Ya es hora de tu regreso”,
sentí que un fuego abrasador recorría todo mi cuerpo.
Siempre esperé este momento y sin embargo le temía.
Un salto al vacío, a la nada.
La pérdida de todo lo que soy.
Los recuerdos ya no aparecen.
Las imágenes no me dicen nada y se alejan.
Sólo siento el silencio,
la angustia del instante en que no hay nada,
peor que la más triste soledad.
Parece hacerse eterno el momento,
ni siquiera la oscuridad existe.
Simplemente… nada.
¿Qué espero?
Mi mente se agotó.
Nada espero,
ni aún siquiera desespero.
Me siento
y en mi silencio cierro mis ojos
y sólo escucho mi corazón,
mi única compañía.
¿Un instante?
¿Una eternidad?
No sé,
todo se borró,
desapareció.
Mi cuerpo ya no es mi cuerpo,
mi alma ya no es mi alma.
Soy,
sin cuerpo,
sin alma.
El Todo y la Nada.
Soy en el no ser.
Existo sin existir.
Vivo en la muerte y la muerte me da la vida.
Permanezco en la impermanencia.
Soy el Todo.
Soy la Nada.
Soy.
Ángel Hache
http://escrito-en-el-viento.blogspot.com.es/

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