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lunes, 11 de mayo de 2015

APROXIMACIÓN AL PURO AMOR III


Aprender el puro Amor,
es aprender a Amar sin causa ni razón,
sin exigir nada, esperar codiciar o añorar.

Sin preocuparse siquiera, de la forma que sea,
del hecho de que nuestro Amor sea compartido o no lo sea,
percibido o no por el otro.
Amar sumergiéndose enteramente en la beatitud
que resulta del echo de Amar.
Para comprender bien en qué consiste este Amor supremo,
es preciso plantearnos la cuestión fundamental:
¿Qué es el Amor?
Quien trabaja para abrir su corazón según el método indicado,
se da cuenta poco a poco que el Amor es más que el pensamiento.
Es posible que en sus primeros balbuceos
el neófito confunda pensamiento y Amor.
Para él, por ejemplo, amar un objeto significará pensar
con una carga afectiva más o menos grande: “yo amo este objeto”.
Tal equivocación es muy frecuente y a veces inevitable en el debutante,
ella se disuelve, no obstante, por medio de una práctica perseverante.
Al principio el pensamiento puede ser el ujier
que llama a la puerta del corazón.
Pero quien trabaja a nivel del corazón
se da cuenta bastante rápidamente
que el pensamiento “yo amo”
y el hecho de amar son dos cosas muy diferentes.
Cuando piensan “yo amo” no hacen más que formular algo mental
con más o menos sinceridad.
Pero cuando Aman, se acompañe o no de pensamiento,
algo muy diferente se produce:
Una corriente indescriptible fluye de ustedes.
Un frescor vivificante, una fuerza envolvente,
un calor protector, una luminosidad invisible,
un bálsamo relajante, una alegría comunicativa...
Algo, algo maravilloso sale de ustedes,
y eso ciertamente no es un pensamiento.
El pensamiento puede suscitar, recubrir, acompañar al Amor
o destilar de Él, pero el pensamiento no es el Amor.
El Amor es un flujo indecible y silencioso
que corre a través del hombre.
Aquel que progresa en el sendero del corazón
se da cuenta que el pensamiento,
que al principio podía constituir una ayuda,
se vuelve un obstáculo.
Comprende que el pensamiento traiciona al Amor,
lo limita, lo ahoga.
Constata que en ausencia de todo pensamiento,
su Amor es más fuerte, más amplio, más verdadero,
más sutil y más luminoso.
Así, poco a poco,
aprende a Amar en un silencio interior total,
y haciendo esto,
supera el mental.

Puesto en camino por Caminante Willy
http://camino-del-amor.blogspot.com.es/

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