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sábado, 1 de octubre de 2016

Los Secretos Del Libro de La Naturaleza - Cap. 2º Primer Escrito



 EL DÍA Y LA NOCHE-II (Primer Escrito)
La naturaleza se manifiesta de muchas maneras: 
mediante el buen tiempo, la lluvia, la niebla,la nieve... 
La sucesión de estaciones - primavera, verano, otoño e invierno y los cambios que ello comporta son como un lenguaje que hay que descifrar. Existe el día y la noche, la actividad y el reposo, la vigilia y el sueño; en todos los niveles encontramos las mismas alternancias. 
El día no representa otra cosa que la actividad, y la noche el reposo. Evidentemente, durante la noche,cuando dormimos, también realizamos un trabajo, pero se trata de un trabajo diferente que no tiene lugar en el consciente, sino en otra región que llamamos subconsciente.
Así pues, el día corresponde al consciente y la noche al subconsciente. El primero es el despertar y la actividad, y la segunda, el sueño y la pasividad. 
También podemos decir que el día representa el consumo pues con la actividad se sobre entiende que hay gasto -, y la noche la recuperación, el restablecimiento. 
El consumo o gasto de energía no dura mucho si no hay una recuperación, es decir, si no restablecemos nuestras fuerzas y recargamos nuestras baterías.
Ahora bien, para recargarse hay que limpiarse y, precisamente, la actividad que realiza durante la noche el subconsciente está ligada a otras muchas, siendo la primera de todas ellas la limpieza:ciertos elementos perjudiciales y tóxicos desaparecen a fin de que la vías respiratorias,circulatorias y eliminatorias se liberen y todos los fluidos sanguíneos, nerviosos, etc..., puedan circular de nuevo. El hombre realiza un gasto considerable de material y energía para estar activo, consciente y vigilante. 
No podéis imaginaros la cantidad de energía que consume el cerebro para mantenerse consciente, así como para permanecer despierto, ¡la energía que precisa, es increíble! Si se agotan las fuerzas y los materiales que le permiten mantenerse despierto, el hombre suele dormirse durante el día para poder recuperar lo que le falta, y a veces le bastan dos o tres minutos para sentirse restablecido y con las baterías recargadas.
El día y la noche los encontramos en todas partes y bajo diferentes formas. ¿Qué son la primavera y el verano? El día. ¿Y el otoño y el invierno? La noche. 
De noche la naturaleza entra en reposo, acumulando nuevas fuerzas para que la primavera y el verano den otra vez sus frutos. Por este motivo en los árboles y las plantas la actividad cambia según las estaciones. Durante el otoño e invierno, el trabajo tiene lugar en las raíces y no alcanza al tronco ni a las ramas: el árbol no tiene hojas, flores, ni frutos. 
Corresponde al trabajo del subconsciente. 
Mientras que durante la primavera y el verano, la actividad cobra fuerzas y se sitúa más arriba, lo que corresponde al trabajo del consciente. 
Luego, una vez más, la actividad vuelve a disminuir y así sucesivamente. Esta alternancia la encontramos en cada mes, en donde también encontramos el día y la noche: durante catorce días la luna crece, lo cual corresponde al día, y luego, durante los otros catorce días, la luna mengua, lo cual corresponde a la noche. 
Cuando la luna está creciente, la actividad se desplaza hacia lo alto, hacia el cerebro, y el hombre puede permitirse el gastar y producir más, ser más activo y enérgico. 
Cuando la luna está menguante, la actividad se desplaza hacia el vientre, el estómago, y los órganos sexuales; en este momento el hombre ya no es tan poderoso con su cerebro, pero si lo es con el subconsciente, es decir, es más sensual, come más,duerme más...Así pues, un mes consta de quince días de claridad y quince de oscuridad. 
También en una jornada hay un día y una noche, e incluso en una hora encontramos el día y la noche. El día es la vigilia, la actividad y el consumo de energía, pero de no existir la noche para prepararlo, aquél no existiría. 
Pongamos un ejemplo: ¿Qué es la gestación? Una noche.
El niño  pasa nueve meses en esta noche: no es consciente, no ve nada, y, al mismo tiempo, tampoco a él le ve nadie, e incluso su propia madre apenas lo siente moverse. 
Como podéis comprobar la existencia es una noche que dura nueve meses y un día que dura noventa años, y en el intervalo habrán otros días y otras noches. 
Naturalmente todo lo que acabamos de comentar hay que entenderlo simbólicamente.
En el Génesis está escrita: «Hubo una tarde y hubo una mañana: primer día... Hubo una tarde y hubo una mañana: segundo día...» La tarde equivale a la noche y la mañana al día. ¿Por qué el Creador empezó por la noche? Porque no puede haber un día si antes no ha habido una noche. 
El día no prepara nada, sólo consume y malgasta lo que ha sido preparado y amasado durante la noche.
Antes de que aparezca el sol, la luna y las estrellas, se necesita una preparación en la oscuridad, en las tinieblas, en la noche. Según la Ciencia iniciática, la noche prepara la llegada del día, y las tinieblas la de la luz. Observad el carbón: es negro, y esta oscuridad precede a la llama que brotará de él. 
Así pues, en primer lugar existen las tinieblas, y a través de ellas surgirála luz, pues son aquéllas las que preparan el nacimiento de la luz. Las tinieblas representan la materia desorganizada, el caos, el trabajo del subconsciente, antes de que surja algo en la conciencia bajo la forma de luz, comprensión, entendimiento. 
Hay que saber trabajar con estas nociones, y el mejor momento de hacerlo con el subconsciente es cuando el cielo está cubierto y no hay sol. 
Hay días que conseguís tener éxito en vuestro trabajo espiritual con el consciente y con el supraconsciente porque el sol brilla y las condiciones atmosféricas y las corrientes electromagnéticas son favorables. 
Sin embargo, cuando estas condiciones son diferentes, ya no podéis hacer el mismo trabajo, y entonces tenéis que cambiar de actividad. Y puesto que este tiempo nublado y pesado corresponde a la noche, deberéis detener la actividad de vuestro cerebro y descender al plexo solar.
El plexo solar es la sede del subconsciente, mientras que el corazón lo es del consciente. El subconsciente está unido al cosmos, a la inmensidad, y representa el aspecto colectivo; por lo tanto, cuando os sumergís en él entráis en la vida universal, en el océano de la vida universal, os unís y os fusionáis con ella; a través del plexo solar vibráis con la inmensidad. 
Y cuando queréis convertiros en un individuo consciente, libre, separado, ascendéis de nuevo al cerebro. 
El cerebro individualiza a los seres humanos y el plexo solar los hace ingresar en la colectividad; con el plexo solar hacéis el trabajo correspondiente a la noche. 
Durante el día os individualizáis, os sentís completamente desligados de los demás, e incluso podéis llegar a oponeros a ellos, a combatirlos. Por el contrario, durante la noche ya no tenéis vida individual, entráis en la vida universal, en la vida cósmica y os fundís con la inmensidad, extrayendo de ella fuerzas para restableceros, exactamente como hacen los peces, que en los mares y en los océanos nadan y se nutren de los materiales disueltos en ellos. 
Los seres humanos emergen y se sumergen en el océano cósmico, y esta alternancia es lo que llamamos el día y la noche, el consciente y el subconsciente, la vigilia y el sueño.
Los alquimistas comprendieron enseguida que las tinieblas preceden a la luz. 
Cuando hablan de «la luz salida de las tinieblas», dan por supuesto que es el resultado de un gran trabajo previo que se hace en la oscuridad. 
Y si se puede trabajar en la oscuridad, ello significa que la oscuridad en realidad no existe. Efectivamente, durante la noche reina una luz deslumbrante que los ojos físicos no pueden percibir porque es una luz astral. 
Lo que resulta tenebroso para algunos es luminoso para otros, y siempre coexisten en el mismo instante la luz y las tinieblas.
Se puede decir que la luz es hija de las tinieblas, porque es el niño que sale del seno de su madre y no a la inversa. 
La luz jamás ha parido la oscuridad porque ésta la rechaza, pero la oscuridad sí ha parido la luz. ¿De qué forma? 
Eso es un misterio: por medio del movimiento. 
Sin movimiento la luz no aparece. En primer lugar hay que frotar, golpear, originar un movimiento que produzca calor, y seguidamente este calor será el que se transforme en luz. Transponiendo este concepto al ser humano, puede decirse que la voluntad es la que origina el movimiento, y éste, a su vez, origina el calor, es decir, el amor; después, al intensificarse, el amor resplandece en forma de luz, inteligencia y sabiduría.
En un principio se encuentra la voluntad o el movimiento. 
La voluntad es algo oscuro, son las tinieblas. 
En ellas hay una actividad que no vemos y que produce calor, que tampoco vemos pero que sentimos. 
Finalmente, al intensificarse el calor aparece la luz. 
Este es exactamente el proceso de la creación. 
Está escrito en el Génesis; «y El Espíritu de Dios se movía sobre las aguas». El agua representa la materia sobre la cual el Espíritu de Dios iba a trabajar. 
Este movimiento del Espíritu produjo el calor y éste se transformó en luz, como lo demuestran las siguientes palabras:«¡Que exista la luz! ». Dios ha creado el mundo con la voluntad - el movimiento -, y con el amor y la sabiduría - el calor y la luz -. 
De la misma forma puede crear el hombre, pues el movimiento se halla en el plexo solar bajo la forma de vida, el calor está en el corazón bajo la forma de amor y la sabiduría en el cerebro bajo la forma de inteligencia. Por otra parte, si tenemos en cuenta la trinidad hindú: Brahma, Vishnúy Shiva, vemos que los Rishis de la India que penetraron en las profundidades de la creación, han situado a Brahma - El Creador - en la región del plexo solar, Vishnú - el Conservador - en el corazón, y Shiva - el Destructor - en el cerebro.
Como podéis ver, ¡cuántas materias nos quedan por profundizar!

Continua....
(Omraam Mikhaël Aïvanhov) 

Los Secretos Del Libro de La Naturaleza -Omraam Mikhaël Aïvanhov Cap. 1º





EL LIBRO DE LA NATURALEZA-1
Todo vive, todo respira, todo palpita y comulga con esta gran corriente que brota de Dios e inunda el universo, desde las estrellas hasta la más diminuta partícula. 
San Pablo decía: «Vivimos y nos movemos en Dios,tenemos nuestra existencia en El».El intercambio es la clave de la vida. La salud o la enfermedad, la belleza o la fealdad, la riqueza o la pobreza, la inteligencia o la estupidez, etc..., dependen de la forma en que el hombre realice estos intercambios. 
Todo es alimento, respiración, intercambios sin fin. 
Cuando comemos,realizamos intercambios en el mundo físico; cuando experimentamos sentimientos, los realizamos en el mundo astral; y cuando pensamos, los realizamos en el mundo mental. Como consecuencia de la manera de alimentarse, de respirar, etc... muchas personas obstruyen los canales de su organismo; el intercambio normal entre la naturaleza y ellos mismos no puede realizarse correctamente, y en consecuencia caen enfermos. 
Lo mismo sucede respecto al intelecto y al corazón. 
Si el intelecto y el corazón no reciben pensamientos luminosos y sentimientos cálidos de forma correcta, y si no rechazan los pensamientos y sentimientos negativos como se rechaza la ceniza y los desperdicios, las personas perecen.
Para ser feliz y vivir plenamente, el género humano debe aprender a realizar correctamente los intercambios y, sobre todo, a abrir su corazón a la naturaleza, a sentir que está ligado a ella,que forma parte de ella. Aquél que abre su corazón a esta corriente divina que atraviesa el universo, realiza el intercambio perfecto, despertándose un nuevo intelecto en él, gracias al cual empieza a captar las cuestiones filosóficas más sutiles. 
Si le preguntamos: «¿Sabe usted que tal filósofo ha escrito lo que usted dice?», No, lo desconoce, pero no es necesario que lo sepa. Lo que verdaderamente conoce es el intercambio, porque lo vive y lo siente. Está muy bien decir que tal pensador ha escrito esto o aquello, pero está mucho mejor aportar pruebas extraídas de la propia experiencia. 
En lugar de leer libros, es preferible unirse con la única fuente verdaderamente inagotable e inmortal: la naturaleza. 
De ahora en adelante, debemos aprender a extraer citas del gran libro de la naturaleza, en el que todo está inscrito, pues los hombres perecerán, y debido a sus imperfecciones, todos ellos se habrán equivocado de alguna manera, mientras que la naturaleza permanecerá eternamente viva y verídica.
Un gran Maestro, un gran Iniciado es un ser que conoce la estructura del hombre y de la naturaleza, así como los intercambios que debe realizar con ella mediante sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos. 
Por esta causa, los orientales afirman que se aprende más permaneciendo cinco minutos junto a un verdadero Maestro, que veinte años en la mejor universidad del mundo. Al lado de un Maestro se aprende la ciencia de la vida, porque todo gran Maestro lleva con él la verdadera vida.
La gran diferencia entre los estudios que se hacen en la Universidad y los de una Escuela iniciática, es que en la Universidad se aprende todo lo que es externo a la vida, y después de varios años de estudios no se ha producido cambio alguno, manteniéndose las mismas debilidades y las mismas imperfecciones. 
Naturalmente, quizá nos hayamos convertido en sabios distinguidos, célebres; quizá hayamos aprendido a manipular instrumentos, a hacer citas, a servirnos de la lengua, e incluso a ganar mucho dinero, pero las posibilidades de deformar la mentalidad de los demás también han aumentado. 
Por el contrario, aquél que estudia la ciencia iniciática experimenta, después de cierto tiempo, una profunda transformación en sí mismo: su discernimiento, su fuerza moral han aumentado, siendo una bendición para los demás.
Estudiar en la Universidad es como analizar un fruto en el laboratorio con la ayuda de procedimientos físicos y químicos; es aprender qué elementos componen la piel, la pulpa, las pepitas, el jugo, pero sin llegar a saborear jamás el fruto, sin llegar a descubrirlo con la ayuda de los instrumentos naturales que Dios ha puesto a nuestra disposición, sin llegar a experimentar los efectos. 
La Ciencia iniciática quizás no os enseñe nada sobre la composición física del fruto, pero os enseñará cómo comerlo, y vosotros, poco después, os daréis cuenta de que todos vuestros engranajes internos se han puesto en actividad, se han vivificado, equilibrado. 
Entonces podréis lanzaros a estudiar el gran libro de la naturaleza; descubriréis en él los aspectos físicos, químicos,astronómicos, mucho mejor explicados que en las obras de los universitarios, y veréis cómo están ligados entre sí. Es útil profundizar en ciertas disciplinas, pues cada una de ellas nos revela un aspecto del universo y de la vida, pero debido a la manera que se estudia actualmente, sólo se profundiza en el lado muerto de las cosas. 
Un día nos daremos cuenta que hay que vivificar las ciencias, es decir, reencontrarlas en todas las esferas de la existencia. Entonces, por ejemplo, las fórmulas matemáticas, las formas y las propiedades geométricas hablarán otro lenguaje, y descubriremos que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos están regidos por las mismas leyes. Esto es lo que yo considero la verdadera ciencia. 
De momento conocemos demasiada astronomía, demasiada anatomía, demasiadas matemáticas..., sin unir estas ciencias entre sí, y sobre todo sin unirlas con el hombre, con su vida.
Os daré un ejemplo. 
Creéis conocer las cuatro operaciones: suma, resta, multiplicación, y división. Pero en realidad no las conocéis en tanto no sepáis que la suma en nosotros es el corazón. 
Sí, el corazón sólo sabe sumar, siempre añade y, a menudo, lo mezcla todo. El que resta es el intelecto. 
En cuanto a la multiplicación, es la actividad del alma, y la división la del espíritu. Considerad al hombre a lo largo de toda su existencia. Cuando es muy pequeño lo toca todo, lo coge y se lo lleva a su boca. 
La infancia es la edad del corazón, de la primera operación, la suma. Cuando el niño se convierte en un adolescente y su intelecto empieza a manifestarse, rechaza todo lo que es inútil, perjudicial o desagradable: está restando. 
Más tarde, se lanza a la multiplicación, y entonces su vida se llena de mujeres, niños, casas, agencias, adquisiciones de todo tipo... Finalmente, envejece y piensa que pronto se va a ir al otro mundo; entonces hace su testamento, distribuyendo sus bienes entre unos y otros: divide.
Empezamos acumulando, a continuación despreciamos muchas cosas. Lo que es bueno debemos plantarlo para multiplicarlo. Aquél que no sabe plantar los pensamientos y sentimientos,no conoce la verdadera multiplicación. 
Mientras que aquél que sabe plantar, pronto ve como florece la cosecha, y a continuación puede dividir, distribuir los frutos recolectados. En la vida nos enfrentamos continuamente con las cuatro operaciones. 
Algo se debate en nuestro corazón que no conseguimos sustraer; o bien nuestro intelecto rechaza un verdadero amigo con el pretexto de que no es sabio ni tiene una posición elevada. A veces multiplicamos lo que es malo y desperdiciamos lo que es bueno. Así pues, debemos comenzar por estudiar las cuatro operaciones dentro de la misma vida. 
Después podremos abordar las potencias, las raíces cuadradas, los logaritmos... Pero actualmente tenemos que conformarnos con estudiar las cuatro primeras operaciones, pues hasta ahora no hemos aprendido a sumar y a restar correctamente. 
A veces adicionamos con pillos rematados y otras veces sustraemos de nuestra cabeza un buen pensamiento, un ideal elevado, porque el primero que llega nos dice que con tales ideas, ciertamente, nos moriremos de hambre.
Todo lo que vemos a nuestro alrededor, todo lo que necesitamos para vivir, todo lo que hacemos tiene un sentido muy profundo. Incluso nuestros gestos cotidianos contienen grandes secretos, pero hay que saber descifrarlos. 
El Maestro Peter Deunov decía: «La naturaleza entretiene a los hombres vulgares, enseña a los discípulos, y sólo desvela sus secretos a los sabios». En la naturaleza todo tiene una forma, un contenido y un sentido. La forma es para la gente vulgar, el contenido para los discípulos y el sentido profundo para los sabios, para los Iniciados.
La naturaleza es el gran libro que hay que aprender a leer. 
Es la gran reserva cósmica con la que tenemos que estar en comunicación. ¿Cómo establecer esta conexión? Es muy simple: se trata del secreto del amor. 
Si amamos la naturaleza, no para nuestro placer o distracción, sino porque ella es el gran Libro escrito por Dios, brota en nuestro interior un manantial que limpia todas nuestras impurezas, liberando los canales que están obstruidos y provocando un cambio,gracias al cual alcanzaremos la comprensión, el conocimiento. 
Cuando viene el amor, los seres y las cosas se abren como flores. Por eso, si amamos la naturaleza, ella hablará en nosotros, porque también nosotros formamos parte de ella.
Jakob Boehme, un gran místico alemán, era zapatero... 
Sin duda había merecido este privilegio en una encarnación anterior, pero un día fue iluminado súbitamente por una luz tan potente que le pareció insoportable: todos los objetos a su alrededor se habían vuelto luminosos.
Enloquecido, abandonó su casa y huyó al campo, pero en plena naturaleza fue todavía peor  porque las piedras, los árboles, las flores, la hierba, todo era luz y ¡él hablaba a través de esta luz!... 
Muchos clarividentes y místicos han pasado por la misma experiencia y saben que en la naturaleza todo está vivo y lleno de luz. A medida que cambian nuestras ideas sobre la naturaleza, modificamos nuestro destino. 
Si pensamos que la naturaleza está muerta, disminuye la vida en nosotros; si pensamos que está viva, todo lo que contiene, piedras, plantas, animales, estrellas..., vivifica nuestro ser y aumenta la fuerza de nuestro espíritu.
Omraam Mikhaël Aïvanhov

La Naturaleza y la respiración. II



Pregunta:

En la Naturaleza siento una fuerza particularmente intensa...


Respuesta:

“En la Naturaleza existe una fuerza especial.

Sabes coger con conciencia todo lo que en ella está, porque es la concientización de estar allí que te ayuda a saborearlo, es el contacto consciente que te ayudas a aprender y a percibir de ella cada expresión.

Camina descalza sobre la tierra, siente su energía, el Amor, siente su fuerza, su sostén.

Abraza un árbol y sientes que entra dentro de ti todo aquello que hace que el árbol crezca muy alto, aquello que lo hace fuerte, aquello que hace que sea de ese color intenso.

Saborea el agua y siente que esa agua no solo te quita la sed, sino que nutre con todo lo que contiene, limpia todo tu Ser.

Cuando tomas el alimento que la tierra te ofrece, presta atención a su sabor, siente con el corazón todo aquello que la Naturaleza regala.

Muchas cosas se despertarán de ti y podrás comprender que ya tienes todo dentro de ti, que no necesitas nada más, nada más.

Así te despegarás de todo lo que es ilusión, sin pensar de dejar, sin sentir de dejar, pero con la alegría de descubrir, de hallar.

Vive conscientemente todos los momentos en los cuales estás en la Naturaleza, no los vivas sin estar allí con la parte más profunda de ti, de lo contrario no aprenderás sus enseñanzas, no obtendrás de ello todos los beneficios, no recogerás sus regalos.”


Pregunta:

En algunos momentos me parece de percibir una música entre los árboles y me vienen ganas de bailar...


Respuesta:

“La danza es la expresión de sentimientos, de sensaciones, de conocimientos.

La música puede hacer despertar in ti aquello que te hará danzar, porque la danza verdadera está dentro, está dentro.

Es algo adormecido, que con los notas de la música se despierta, inicia a moverse, se extiende, se alza, inicia a danzar dentro, y he aquí que luego el cuerpo lo sigue.

El viento tiene sus notas, el fuego tiene sus notas, el agua tiene sus notas.

Todo en la Creación tiene un sonido, una melodía.

Es esta melodía que puedes percibir, que puedes recordar y nacerá en ti el deseo de danzar la danza de la Vida.

De pié escucha el viento, deja que el viento entre dentro de ti: te hará conocer una melodía.

Acércate al agua, siente del agua el parloteo, descubre su melodía, haz que entre, llévala a lo más profundo, para que pueda despertar tu interior.

Acércate al fuego, siente el sonido, la música que sale de las llamas, hazla entrar en la profundidad esta música..., y el cuerpo iniciará a danzar.

Incluso el silencio de la Naturaleza tiene una melodía, es una melodía antigua, la melodía de la Vida... y he aquí que el cuerpo retoma la danza.

Usa la danza como expresión, como lenguaje.

Estas melodías te pueden llevar más allá de la danza, te pueden llevar al Amor, a la unión con el Universo.

Una vez más la Naturaleza se convierte en fuente de enseñanza, de alegría, de crecimiento.

Observa en los detalles como la Naturaleza se expresa, se mueve, vive.

Disfruta esto que ella te ofrece, esto que una flor puede regalarte, cómo una hierba puede curarte, cómo una fruta puede nutrirte.

Llevan dentro de ti los perfumes de la Naturaleza y ellos despertaran en ti tesoros, recuerdos, intuiciones, capacidades.

Toca la tierra, el árbol, las flores para recordar las antiguas artes.

Danza con estos sonidos, con estas músicas, y todo te llevara a unirte con el Todo.”


Pregunta:

En el bosque me siento una Niña.

Respuesta:

“Toda la Naturaleza puede hacerte sentir una niña por Mi amada y protegida. El bosque y la Naturaleza toda ayudan a aprender los lenguajes que un corazón de niño conoce.

Habla a los pajarillos, a las flores, a las plantas, a las mariposas, a todas las Criaturas del bosque, quiérele, acaríciale, escúchale.

Siéntete dentro del bosque como en una casa y escucha quien te habla en el silencio.

Pero lo mismo sucede en una playa delante del mar o en un prado delante de un valle.

Toda la Naturaleza es una ‘Casa’, es una ‘Escuela’.”


Pregunta:

En la Naturaleza me gusta sobretodo ir sola.

Respuesta:

“Existen momentos diferentes para necesidades diferentes, para emociones diferentes.

Momentos en que puedes crear una intensa unión con quien te está cerca en esta bellísima ‘Casa’, puedes aprender con quien te está cerca en esta gran ‘Escuela’, puedes saborear la fuerza que nace del estar juntos.

Pero son indispensables incluso momentos en los cuales sola entras en estas aulas de sabiduría antigua, en estas aulas de preparación, de purificación, de regeneración, de silencio, porque así puedes sentirte unida al Todo, con el Universo, puedes sentir completamente Nuestra Fuerza en la gran fuerza del Todo, puedes sentir la onda de Amor que se crea cuando el corazón está unido a todas las Criaturas, a todos los amigos que allí existen.

Así estarás preparada a todo, sentirás que el camino es un encontrarse, pero también un andar solo, con la propia historia.”


Pregunta:

Siento a la Naturaleza como mi refugio.

Respuesta:

“La Naturaleza es una ‘Casa’ que siempre tiene las puertas abiertas, agua lista para quitar la sed, alimento listo para nutrir, una cama lista para renovar, una ‘Casa’ dónde fortalecerse para luego regresar al mundo aún más fuerte, aún más preparados para vivir serenamente la cotidianidad.

Allí puedes reforzar el cuerpo y el Alma, colmar el corazón.

He aquí porque en aquellos momentos de silencio en los que puedes fundirte con la tierra, con el cielo, con los árboles, con ‘Quien’ allí vive, te sientes en ‘Casa’.

Y más te calmas la sed y te alimentas en esta ‘Casa’, más tendrás la fuerza de donar, ayudar, sin cansarte.

Más te quedarás en esta ‘Casa’, más hallarás tu Esencia.”


Pregunta:

Mientras estaba en la Naturaleza he sentido un Amor nuevo.

Respuesta:

“Has percibido incluso el Amor de aquel mundo invisible que existe en la Naturaleza, invisible pero real.

Has percibido el Amor de la Luz, de la cual has partido y hacia la cual estas yendo.

Has comprendido que todo aquello que creías vida era una pequeña parte de la gran realidad que existe alrededor tuyo.

En esos momentos sientes el Alma y sintiendo el Alma sientes el mundo del Alma, un mundo de paz, de Amor, de Luz; sientes que este mundo existe realmente, vibra intensamente.

Camina con los pies descalzos sobre los prados, siéntate entre las flores y acuéstate en el césped, en la playa, en la tierra y tu cuerpo se reforzará, recibirás la energía que la tierra da, que ‘Quién’ habita allí puede regalarte.

Todo esto despertará emociones inimaginables ahora.

Ama la tierra, ama el cielo, el mar, las estrellas, ama las flores, los árboles y todas la Criaturas de la tierra, del cielo, de los mares y te sentirás amada por el Universo.

Reconocerás vibraciones sutiles, percibirás un mundo para ti desconocido.”

Para percibir más fácilmente la inmensidad que la Naturaleza encierra podemos 'sintonizarnos' con su corazón con nuestra

Respiración


Pregunta:

¿Cuál es la manera mejor para respirar?

Respuesta:

“El corazón debe estar lleno de Luz, el Alma debe ser libre en la Luz para alcanzar la Gran Luz, y todo ocurrirá con dulzura, en armonía.

Puedes experimentar muchas maneras de respirar, no para conseguir algo, sino para comprender mejor lo que tienes dentro de ti, cómo tu cuerpo vibra, y esta comprensión tiene que ocurrir a través del corazón, sin forzar nada.

Luego escucha el cuerpo, tu corazón: te indicarán en ese momento la respiración correcta para ti, en esa situación.

Podría ocurrir que en un momento de fusión total, la respiración no se perciba más desde el exterior, tanto la fusión con la Luz, con el Amor, puede transformar todo.

Que la respiración sea un medio para fundirte en la respiración del Universo, el latido de tu corazón sea un medio para unirte al latido del Universo.

Es indispensable vivir momentos en que se siente la respiración, para llevar dentro de sí el Amor, la Luz, para encontrar la propia paz que abre la puerta a la grande paz.

Vive todo el resto como ayudas para llegar a este momento.

Permanece en él tanto como sea posible, para entrar en unión con el Alma, Conmigo, con la Luz, con el Amor.

Entonces la respiración se volverá dulce y suave, será agradable, armoniosa y tú podrás recibir todo aquello que en esos momentos te donaré a través del aire que respiras, lo que creará alquimias en todo tu Ser.

Siente en el aire el perfume de Mi Amor, el perfume que te transformará.

En los momentos en que te detienes, pídeMe de llevarte Amor y todo lo que te transformará.

Luego imagina de respirar Amor, para que cada célula se convierta en expresión de Amor; de respirar Luz, para que cada célula se convierta en Luz; de respirar algo que todavía no conoces y que transformará tu Ser.

Recoge inspirando todo esto y podrás sentir como cada célula, como todo tu Ser es transformado por la Luz, del Amor.

De esta manera dejarás ir los pensamientos y te unirás al gran latido del Universo, sentirás el lenguaje del Alma, de la Luz.”


Pregunta:

Cuándo la respiración es como si hallara algo...
¿Puedes ayudarme a comprender?

Respuesta:

“Te encuentras a ti mismo, hallas el Todo.

Una brisa fresca te ofrendo, para que tú sientas un perfume nuevo y el deseo de respirar este perfume.

Con Amor llamo tu atención sobre la respiración, porque será un modo nuevo de respirar, de ayudarte a comunicar con el corazón, con el Alma.

Cuando el corazón está cansado o se siente pesado, detente, pídeMe esta brisa nueva e inicia a respirarla dulcemente, continuamente, y hallarás tu Esencia, Mi fuerza que te ayudará a sentir tu fuerza, la calma que te permitirá sentir la unidad con el Cielo y las ayudas del Cielo.

Y he aquí que sintiendo todo esto en profundidad, hallarás a ti mismo, la capacidad de ser intocable, la fuerza, el Amor y te apartarás de todo.

En los momentos en que quieres reforzarte, hallarte, en los momentos en que quieres prepararte para afrontar ciertas situaciones, llámaMe, pídeMe esta brisa e inicia a respirar dulcemente, continuamente, intensamente, sabiendo que la respiración ayuda a dejar ir completamente las dificultades, las ansiedades, los temores.

La respiración te ayudará a sentir de renacer, a llevar dentro de ti todo lo que te sirve y te servirá también más adelante.

Di a ti mismo:

- Ahora respiro la brisa que desde lo alto me es donada y respirando hallo mi Esencia, me encuentro conmigo misma. -

Y hallada, podrás ponerte luego de manera nueva.

Presta mucha, pero mucha atención a la respiración y descubrirás muchas cosas, modificándola cambiarás muchas cosas.

Sigue la respiración que entra y sale de ti dulcemente y sentirás de seguir tu Alma.

Haz esto con gran atención y podrás llevar dentro de ti la paz, la fuerza, la Luz, el Amor que luego sabrás difundir alrededor de ti.

Recuerda de respirar a menudo de esta manera nueva, porque es el entrenamiento que te lleva a obtener, a Ser.

Son la paz, la serenidad y la fuerza del corazón que hacen cambiar la respiración y es la respiración que ayuda a la paz, a la serenidad, a la fuerza, al Amor a entrar en profundidad.

Imagina de respirar lo que te ofrendo en ese momento... sentirás de calmar tu sed, de nutrirte, de renovarte.”


Pregunta:

Respirando conscientemente siento que estoy cambiando…

Respuesta:

“Cambiarás tanto que te sentirás nueva.

Respira intensamente, profundamente, para saber alejarte, no sólo de lo que te rodea, sino también de ti mismo, porque éste es y será un paso indispensable para sentirte nueva.

Siempre será una gran ayuda respirar antes de actuar.

Siempre será una gran ayuda respirar imaginando de dejar ir y de abandonarte, como un Alma en la ola del Amor, en la ola de la Luz.

En el momento en que exhalas intensamente, sientes de dejar ir aquella situación, aquellas palabras, dejar ir como un tiempo habrías actuado, dejar ir esquemas y costumbres.

En el momento en que inspiras, sientes de subir sobre a la ola del Amor, para entrar en la Luz.

Y hecho esto, te encontrarás en aquella calma que te lleva a sentir el corazón y en el corazón la voz del Alma.

No es difícil sentirse nuevo, si se presta atención a todo lo que te he dicho, si existe la respiración del desapego.

Cada uno tiene su modo de respirar y para cada uno aquel desapego ocurrirá de manera diferente.”


Pregunta:

¿Cómo puedo llevar dentro de mí Tu Amor?

Respuesta:

“Con la respiración.

Respira, respira Conmigo el Amor que te estoy donando, porque es diferente de aquel que hasta ahora has llamado Amor, del Amor que hasta ahora has conocido.

Ello debe ser percibido muy lentamente, debe sentirse muy lentamente, debe recordarse muy lentamente, y luego vivido con toda la Esencia. Este es el Amor de la Luz.

Imagina sentir un perfume delicado, tan delicado que solo una gran concentración te permite sentirlo: es el perfume del Amor.

Imagina respirar este perfume y llevarlo dentro de ti, hasta que transforme todo tu Ser a medida que tu Ser florecerá.

Hasta cuando no lo percibirás realmente, imagina de sentirlo, imagina de percibirlo como un dulce perfume delicado y respirarlo para llevarlo dentro de ti.

Conserva en tu corazón el recuerdo de un Amor que convenientemente no recuerdas.

Con la respiración, desciende hasta lo más profundo de tu corazón para redescubrir ese Amor ya conocido, ya vivido, ya emanado.

Sentirás un alegría nueva, intensa, tus ojos brillarán, todo tu Ser resplandecerá, porque la alegría intensa hace resplandecer el Ser.”


Comentario

Querida Alma Luminosa, conoce indudablemente la importancia de la respiración, sabes que la respiración es vida, es la Vida.

Es una cosa tan simple, tan espontánea y natural que nos olvidamos de ello, olvidamos su importancia, sin embargo si no respiramos no vivimos…

Tal vez cuantas cosas naturales, simples, espontáneas no son consideradas importantes justamente por eso.

Muchas técnicas de respiración han sido enseñadas, pero a menudo basta respirar dulcemente, naturalmente y sucede la magia, cuando se respira con el corazón, pensando en la Luz, sintiendo el Amor.

La respiración consciente no es sólo un medio para la salud física y mental, para liberar la mente de preocupaciones, para encontrar la paz, es también un ‘juego’ para llevar dentro y alrededor de nosotros la Luz, el Amor, la alegría.


Aquí están algunas maneras de jugar con este 'juego'.


Juego n° 1

El Universo ha sido creado con la respiración y también nosotros podemos crear con la respiración.

Pide a tu Ángel de ayudarte a conectarte con la Gran Luz, de crear contigo.

Visualiza frente a ti aquellos que deseas en ese momento, imagínalo intensamente, como si lo vieras en una pantalla, inspira la Luz y espirando crea aquella imagen.

Haz esto a menudo, con la certeza que, conectada a la Luz, puedes crear lo que estás visualizando, si es una cosa buena para ti, para tu camino.

No eres tú que crearás, es la Luz que crea a través de ti.

Piensa intensamente, respira intensamente, crea con tu Ángel la realidad que deseas, añadiendo siempre estas palabras: “Si esta está bien para mí, si esta forma parte del proyecto que he elegido, si esta está de acuerdo con mi Alma.”


Juego n° 2

La respiración convierte.

Si deseas ser alegría, puedes convertirte en alegría.

Pide a tu Ángel de venir allí, delante de ti, de donarte Su alegría.

Cierra los ojos y lentamente inspira la alegría que tu Ángel te está regalando, exhala la alegría que ha entrado dentro de ti, inspira alegría y exhala alegría.

Haz esto muchas veces y cada célula se llenaran de alegría a través de la respiración, regalaras alegría y te convertirás en alegría.

Del mismo modo pide a tu Ángel de regalarte Su Amor.

Inspira el Amor que tu Ángel te dona y exhala Amor, repítelo dulcemente, durante un tiempo, imaginando luego de regalar a los demás el Amor que estas recibiendo de tu Ángel.

Sentirás que todo tu Ser vibra de Amor, que todo a tu alrededor vibra de Amor, sentirás de ser envuelta por el Amor, de ser penetrada por el Amor, de convertirte en Amor.

Puedes hacer este juego con todo: con la Luz, con la fuerza, con la alegría, el Amor, la dulzura, con todo aquello que desees que exista en tu corazón, para luego donarlo a tu alrededor, donarlo a quien encuentres en tu camino.

Extraído del libro: Tu mano en la Mía
Autora: Satya

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La Naturaleza y la respiración. I



La Naturaleza y la respiración. I

Comentario

Afortunadamente he vivido mi infancia y mi juventud a contacto con la Naturaleza.

Siempre he sentido esto como un gran regalo, pero sólo he reconocido toda la preciosidad cuando he iniciado mi Camino de crecimiento.

Desde pequeña he amado mucho la Naturaleza y he transcurrido tantos momentos en los prados, en los bosques, entre las flores, a lo largo de un hermoso arroyo.

Sentía que la flor que miraba, el árbol sobre el cual me apoyaba, el agua con la cual jugaba, estaban vivos, los sentía como Criaturas, sentía que ellos conocían mi lenguaje y que ellos tenían su propio lenguaje, aunque si no lo comprendía.

Sentía que entre ellos se hablaban que pertenecían a un gran mundo maravilloso, un mundo de Amor, de armonía, de alegría.

Pasaba horas y horas a observar la labor incesante de las hormigas, los movimientos de tantos insectos pequeños que se descubren sentándose sobre un prado, hurgando entre la hierba.

Me embelesaba observar la forma, los colores de las flores.

Si miras una flor, ves que es bonita, coges su perfume, pero si la observas cuidadosamente entre los pétalos descubres que cada flor es una obra de arte perfecta, una pintura llena de matices en perfecta armonía. En aquel momento tienes la seguridad de que en alguna parte debe existir un gran ‘Artista’, un gran ‘Pintor’.

Cuando sentía estas emociones, salía desde lo más profundo de mi corazón una gran gratitud hacia ese ‘Artista’ maravilloso, ese ‘Pintor’ excepcional, que seguramente amaba su trabajo, sus pinturas.

Entonces dirigía la mirada al cielo y pensaba que ese ‘Artista’ debería de estar allí arriba, en el cielo infinito y le manifestaba mi gratitud, mi alegría, mi Amor.

Miraba los árboles y en el tronco divisaba rasgos de rostros humanos, rostros extraños, cómicos, y sentía que aquel árbol era como una Criatura como yo, con todas las emociones que mi corazón sentía, con una gran sensibilidad.

Estaba convencida que en su tronco existía un corazón que latía.

Descubría que ofrecía refugio a las pequeñas Criaturas que veía entrar en su tronco, que entre sus ramas había pequeños nidos donde moraban los pajaritos que volaba a su alrededor.

Pensaba en el gran Amor que un árbol tiene, con el que sustenta otras pequeñas plantas como la yedra que se apoya en él y puede elevarse así hacia el cielo, vivir en la cima.

Cuando caminaba a lo largo del arroyo, podía divisar un mundo de maravillas: cascadas, pequeñas o grandes tinas naturales dónde sumergirse, bahías atractivas. Era diferente en cada apunto y en cada apunto me donaba una belleza única, hecha de árboles entrelazados, flores y piedras.

Era demasiado bonito para que pudiera permanecer sólo al margen.

Sentía que me llamaba... entonces me quitaba los zapatos, metía los pies descalzos dentro del agua, sentía que el arroyo me recibía y me acompañaba.

Trepaba el arroyo escalando entre las piedras, agarrándome a sus orillas, aun cuando los canales fueran demasiado profundos, continuaba con alegría, con el entusiasmo de quien está viviendo una aventura.

Y en efecto me sentía una pequeña exploradora, que descubría todas aquellas cosas que sólo trepándome al arroyo se podían ver, invisibles para quién miraba desde sus orillas o desde lo alto.

Luego me sentaba junto a él, le agradecía por haberme recibido, acompañado, le agradecía por ser tan bonito, por tener tantas grutas, tantos canales mágicos dónde me refugiaba y que, según yo, nadie conocía, eran solo para mí.

Después de haberle manifestado mi gratitud, mi Amor, mi entusiasmo, lo escuchaba, sentía que le hablaba a mi corazón y me sentía feliz, aunque no comprendía qué cosas estaba susurrándome: era segura que me comprendía y que me donaba su Amor.

Cuando veía pasar los pececillos, los llamaba, extendía la mano en la esperanza que se detuvieran a charlar un poco conmigo. Alguno rozaba mi mano y esto lo tomaba ya como un saludo, lo tomaba como un regalo.

Un poco los envidiaba, porque podían entrar donde yo no lograba, y quizá que maravillas existían en aquellos lugares. Penaba que podrían existir quizá otras Criaturas que vivían bajo el agua, tal vez en aquellas grutas estaban sus casitas, como pequeñas aldeas...

Con la misma convicción sentía que en los bosques vivían Criaturas especiales.

Imaginaba que jugasen a las escondidas conmigo, porque tenía la sensación que me estaban observando.

Seguramente me estaban sonriendo, porque yo no las veía, mientras ellas podían verme...

Me gustaba mucho más pasar mi tiempo así, sola, en mi mundo mágico, que jugar con los otros niños, que se burlaban de mi cuando les contaba todas estas cosas.

Cuando iba a la escuela en las ciudades vecinas, me hacían sentir diferente, porque habitaba en la colina, me hacían sentir inferior y se burlaban de mí.

Esta situación por un cierto periodo me generaba una sensación de malestar y en esos momentos yo también hubiese querido habitar en la ciudad, para ser considerada como mis otros compañeros.

Pero cuando volvía a casa e iba a visitar a mi amigo arroyo, transcurriendo allí mis domingos, comprendía la suerte que tenía de poder ir descalza por mi arroyo, de poder acostarme en el prado, de correr, de saludar a mis amigos los árboles, de vivir momentos hermosos en ese mundo maravilloso.

De niña lloraba a hurtadillas cuando veía cortar la hierba y las florecitas, sentía que sufrían y sabía que luego habrían muerto. Sufría por la hierba y las florecitas que la gente pisaba...

Incluso hoy, naturalmente de manera diferente, siento un poco de tristeza cuando veo cortar la hierba, las flores y desearía poder caminar por los prados sin pisarlos...

En esa época pensaba que fantaseaba un poco mucho, que era realmente un poco diferente, porque mis compañeras pensaban a otras cosas, a otros juegos, a los chicos...

Los Ángeles me han confirmado que mi mundo mágico no era la ilusión de una niña demasiado ingenua, sino que era una hermosa ‘Casa’, una maravillosa ‘Familia’, una gran ‘Escuela’ donde aprender cómo vivir la vida, cómo amar, cómo donar, cómo consagrarse.

Gracias Gran Luz por haberme regalado este mundo maravilloso que esta la Naturaleza.

Gracias Ángeles por haberme ayudado a descubrirla como una ‘Casa’, como una ‘Escuela’.

Gracias porque me acompañáis como una niña a jugar en este mundo mágico, en este mundo de Amor.


Pregunta:

¿Cómo puedo sentir la Naturaleza?

Respuesta:

“Juega con el agua, juega con las hojas, juega con las flores, juega con los árboles, hasta que tu corazón pueda alegrarse, el Alma sentirse libre, respirando la transformación de aquellos lugares, donde todo es nuevo siempre.

Porque donde existen los árboles, el agua corre, las flores crecen, cada día es nuevo, porque existirá una nueva flor, porque no existirá más la flor de ayer, y porque el agua, corriendo, será cambiada.

Y está allí la magia: todo parece igual, sin embargo todo continúa a cambiar.

Observando todo esto, descubriendo todo esto con el corazón, no con los ojos, sino con el corazón, comprenderás la vida, de la vida la esencia, comprenderás el Antiguo, el porqué de este viaje, sentirás la vida.

Despertarás en ti una sensibilidad nueva, una sensitividad nueva, una percepción nueva, una intuición nueva, pero que ya existe dentro de ti.

Y descubrirás, sentirás, conocerás, sin más necesidad de libros o palabras.

En estos lugares, juega con las flores, con las hojas, con el agua, habla con los árboles, canta con los pajarillos, y luego deja entrar todo en ti, abriéndote completamente, escuchando atentamente.

Y todo esto que vibra en estos lugares, todo esto que de Antiguo vuelve a vibrar en estos lugares, vibrará dentro de ti, te ayudará a una grande unión con el Antiguo, te empujará a lo nuevo, te ayudará a unirte a Nosotros, porque allí es más fácil sentirNos.

Y Nosotros allí vibraremos intensamente, intensamente, y Nos sentirás.

Muchos ‘Corazones’ están preparados a este contacto con la Naturaleza, otros lo están menos, por su historia, pero siempre estos lugares pueden ser de gran ayuda.

Y siente el perfume de las flores, pero también del agua y del aire, porque incluso el agua y el aire tienen su perfume, y serán los perfumes a hacerte recordar, a hacer que salgan desde las profundidades tus bellezas.”

Pregunta:

¿Cómo puedo aprender de la Naturaleza?

Respuesta:

“Entre los arboles puedes descubrirte un árbol, como un árbol transformarte, como un árbol andar por el mundo, cuando como un árbol sabrás amar, como un árbol sabrás proteger, como un árbol sabrás recibir cada viajero.

Vete al bosque y quédate allí, delante del mar quédate allí, y de estos siente la fuerza, siente Nuestra fuerza, siente su Amor y Nuestro Amor.

Vete serena y serás un árbol fuerte. No temas, dirige tus ramas hacia el cielo y sonríe al cielo, así sentirás tu savia correr, Nuestra savia.

Observa los árboles para aprender a recibir y donar.

Acompaña a los bosques a la niña que hay en ti y haz que juegue con las hojas, haz que juegue con las flores, haz que hable con las flores y Yo, como una Niña te acompañaré allá.

Mueve las hojas para descubrir lo que está naciendo debajo de ellas, lo que está brotando y también descubrirás qué está brotando en ti.

Haz que juegue así tu Niña, para que se alegre en el descubrir, para que sienta en este juego las emociones que el descubrimiento regala.

Y allí habla a tu Niña y como una Niña habla a las flores.

Siente la alegría de este juego, la alegría de tener una Niña que juega con las flores, que habla con las flores.

Te sentirás una mujer que puede enseñar a una Niña, pero también que sabe jugar como una Niña.

Entonces te será todavía más fácil volver a ser Niña y en la tierra hundir tus manos, entre la hierba llevar tu rostro, hasta que se puedan despertar, con los perfumes de la hierba y de la tierra, recuerdos de unión con la Tierra, con el Cielo.

Juega y haz jugar, acompaña a la Niña que existe dentro de ti y por Mi déjate acompañar.

Sonríe y juega, con el agua, con las mariposas y con el agua aprenderás a fluir en la vida, con las mariposas dejarás volar tu corazón, tu Alma.

Y siéntete Niña, mariposa, siéntete flor, agua, ama a la tierra, ama al cielo.

Estos juegos parecen simples, pero no todos con facilidad en la tierra las manos hunden y el rostros entre la hierba llevan, no todos con el agua y con las flores saben jugar.

Estos juegos te ayudarán a reencontrar la verdadera simplicidad, te ayudarán a saborear nutrientes nuevos, fuentes nuevas de alimentación, a convertirte como la tierra, como el árbol, como la flor, como el agua, como el cielo, entonces te unirás al Cielo, al Universo.

Vete a los prados, a los bosques, a la orilla de un arroyo o cerca del mar para aprender como en una gran escuela.

Muchas melodías alegrarán tu corazón, melodías y notas nuevas, porque allí no sólo los pájaros sentirás cantar.

Para aprender y para alegrarse, vacía tu corazón, tenlo libre de todo lo que no es Amor, no es Luz, no es alegría.”


Pregunta:

Siento que ir a los bosques me ayuda a afrontar lo cotidiano.

Respuesta:

“Existen bosques que regeneran el corazón, nutren el Alma, refuerzan el cuerpo, bosques que llevan a reconectarse con la Esencia, a aprender el lenguaje del Alma.

Existen además los ‘bosques’ que encuentras en la vida y estos son las situaciones difíciles, los acontecimientos dolorosos, los obstáculos, las pruebas.

Gracias a los bosques que te refuerzan, que te nutren, que te regeneran, que te ayudan a volverte una Niña especial que conoce el lenguaje del Alma, encuentras la fuerza para atravesar los ‘bosques’ que la vida lleva, ‘bosques’ dónde se pueden verter lágrimas, sentir temores, no ver la Luz.

Ellos son grandes medios de crecimiento, de evolución, de preparación. He aquí porque os empujamos a ir.

Podrás reforzarte abrazándote a un árbol que se está despertando a la llamada de la primavera y podrás sentirte un árbol que se está despertando a la grande primavera de tu vida.

Viviendo en medio de los bosques que la vida real expresa y la esencia de la vida manifiestan, tendrás más fuerza para vivir tu vida.”

Extraído del libro: Tu mano en la Mía
Autora: Satya

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