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viernes, 3 de junio de 2016

BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS

Viendo la multitud subió al monte y sentándose vinieron a él sus discípulos, y abriendo su boca les enseñaba diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Comentario
El espíritu es la dimensión subjetiva a través de la cual el ser humano vive y ejecuta su vida. La magnitud del mismo se encuentra en función del interés y el apego hacia las manifestaciones del mundo ordinario.
Los pobres en espíritu son aquellos que carecen de grandes ambiciones y que no buscan reafirmarse o perpetuarse en el mundo con sus obras. Se aceptan a sí mismo, a los otros, a la vida y sus acontecimientos, tal como son; no pretenden que las cosas sean como ellos quieren y no sienten la necesidad de dejar sus huellas visibles y perennes en todo lo que hacen. Así mismo, reconocen la levedad y transitoriedad de todo lo existente y no tienen interés en el éxito personal y en que su nombre sea preservado con el paso del tiempo.
Los pobres en espíritu no buscan que el mundo se convierta en el gran escenario de su ego. Se caracterizan por el reconocimiento de su nadidad y por el surgir progresivo en ellos de la condición de desapego. Su nadidad se evidencia por la ausencia de pretensiones y la aceptación de no ser nada especial; el desapego, porque han podido quebrar la dependencia esclavizante del mundo material y sus condicionantes sociales.
Los pobres en espíritu no están llenos de sí mismo, han logrado reducir las dimensiones de su ego y han podido generar un vacío interno que abre paso y permite que algo superior encuentre lugar y pueda penetrar en ellos.
El sermon del Monte
Alejandro Moliné
http://universo-espiritual.ning.com/

DIÁLOGOS CON EL MAESTRO

Maestro, háblame de Dios.
Hijo mío, hablar de Dios es limitarlo de su propia manifestación omnipotente y omnipresente. Dios "es" y se siente con plenitud a través de la realización. 
A mayor realización, mayor comprensión, y aún así, es inalcanzable e infinito. Es como la fuente de la que constantemente brota el agua que da de beber al sediento. 
Tú sólo bebes lo que tu organismo es capaz de contener, pero la fuente sigue manando y parte de Dios se te escapa por tu limitación. Así que, hijo mío ¿cómo puedo yo hablarte de Dios?
Maestro, ya lo estás haciendo con tu ejemplo.
Para hablar de El es necesario "desnudarse", no de ropa sino de prejuicios de concepciones, de tabúes y de credos de los que el hombre está repleto y le someten a una pesada carga que difícilmente puede llevar sobre sus espaldas. Es necesario activar el pensamiento y la razón del sentimiento hacia la síntesis. Solo cuando seamos capaces de "ser" en la síntesis, podremos vislumbrar una idea más completa de la Divinidad.
No te entiendo Maestro.
¿Qué es la síntesis?, ¿qué me quieres decir con esto?
Vuestra estructura mental y vuestra educación ha separado las disciplinas, y no solo las ha separado, sino que las ha hecho antagónicas, por ello habláis de Religión y Política, y cada una tiene sus propios valores dispares; de meditación y acción, y cada una tiene su disciplina; de ciencia y arte; del bien y el mal; de la justicia y la injusticia ...Lo más lamentable de esta anarquía de principios se refleja en las religiones por sí mismas ya que cada una de ellas pretende ser la viva expresión de Dios y terminan por enfrentarse unas con otras llamándose infieles, herejes y organizando Inquisiciones y Guerras Santas.
 
Puede costaros mucho comprender que Dios es a la vez Religión y Política, meditación y acción; ciencia y arte; bien y mal; justicia e injusticia; lágrima y sonrisa. No hay nada, nada en la existencia por insignificante que parezca que no sea Dios o exprese a Dios en su voluntad de ser y estar perfecto en su propia creación. Ni el movimiento de una brizna de polvo pasa desapercibido para la Suprema Inteligencia y queda incorporado con dicha función de síntesis en su ente creadora al igual que en ese mismo instante asimila una guerra mundial o la explosión de una supernova en un lejano confín del cosmos. ¿Puedes imaginarte que para Dios sea un hecho único la alteración de una partícula de tierra en el campo y la explosión de una galaxia?...Si así es para El ¿cómo nosotros los pobres humanos hacemos tantas separaciones y derivaciones de una misma cosa?
Si aprendemos a ver y escuchar en el modelo natural, veremos a un Dios sintético que es a la vez una única cosa y todas dispares y paradójicas. Así es Dios, hijo mío.
¡Ahora comprendo!
No, hijo, no comprendes aún, aunque te esfuerces. Estás prisionero de las formas, por eso me has dicho que perteneces a un grupo espiritual que practica tales o cuales técnicas, pero al decirme esto, me estás mostrando la voluntad de caminar solo en el camino plural de Dios. Si te marginas, sí te clasificas y te colocas etiquetas o ritos estás alejándote de la síntesis, por ello el Gran Maestro dijo: "Solo un mandamiento os doy”, y no dio más, pues sabia que si no nos encarrillaba en un solo principio volveríamos como así ha sido, a crear ídolos y estructuras doctrinales.
 
Pero Maestro, ¡nuestro grupo es positivo y diferente de las religiones que en estos momentos hay en la Tierra!
¿Seguro?
¡Si, si, seguro!
Analiza bien y mira cómo se comportan los fieles de cualquier doctrina en sus templos y cómo lo hacéis vosotros. Solo habréis "llegado" cuando hayáis sublimado vuestro propio templo y destruido las barreras a las que os habéis sometido voluntariamente pues sin querer estáis combatiendo una estructura antigua seudo religiosa formando otra con innovaciones externas pero idéntica en lo fundamental. Antes os sentíais ridículos o contrarios a cantar en las iglesias, y ahora cantáis en la naturaleza otros "mantras". Habéis cambiado la entonación y el entorno pero no la esencia de lo que repetitivamente estáis haciendo desde el principio de la Historia.
Vienen unos innovadores y destruyen el templo viejo para construir otro más reluciente, pero en definitiva, nace para ser posteriormente destruido por los siguientes que han de venir. ¿No está dicho "No quedará piedra sobre piedra de los templos del mundo?"
 
Maestro, nuestro grupo no tiene templos.
Querido hijo, el templo es el cuerpo individual que no requiere de ritos, modos ni disciplinas mentales o espirituales; solo de amor, pero amor con mayúsculas; de vivencia espontánea y positiva; de caricias y de risas; de lucidez y salud; de reposo y de actividad. Ser en definitiva "templo" de un Cristo al que no le gusta ser encadenado a ritologías pues estar en la creación y sintonizar con ella es arar el campo ahora, para luego descansar y volar con el pájaro que te sobrepasa escuchando el canto de la cigarra en tus oídos, y al instante mirar a tu compañera y decirle interiormente: "¡cuánto te amo!", y a la vez ser consciente de que en la tierra de al lado el otro hortelano menos fuerte debe ser ayudado, y a la vez saber que por encima sobrevuela otro planeta, otra galaxia y otro universo, pero a la vez...¡Dios mío, qué tremenda belleza encierra el ser y el vivir libre, libre de verdad! Por eso el santo camina entre el lodo y no se mancha, ve las lágrimas, se lava con ellas pero no llora; da de comer al hambriento pero él está lleno; no sabe leer ni escribir pero es sabio entre los doctos; entierra a los muertos pero es inmortal.¡Dios mío, Dios mío, qué fácil y qué difícil es a la vez!...¡Dios mío, Dios mío, cuán lejos estás y a la vez qué cerca!
 
Y el alumno y el Maestro comenzaron a llorar sin decir una sola palabra, sintiendo el eterno diálogo del sentimiento. Ya no eran necesarios los vocablos para explicar a Dios, Dios eran los dos pero libres, libres al fin de las formas y de los ritos estúpidos. Eran Dios en el incontenible llanto y en el latido de su corazón.
 
Lice Moreno Navajo
http://universo-espiritual.ning.com/

UN VIAJE ESPECIAL


Uno de los grandes interrogantes del ser humano de siempre es si hay vida más allá de la muerte física. Depende de la respuesta que tengamos, comprenderemos más o menos el sentido de la experiencia del SER en esta dimensión y realidad. Muchos son los testimonios de personas que han tenido una experiencia ECM (experiencias cercanas a la muerte) que han ayudado mucho a la comprensión del sentido de esta vida terrenal en la materia.
Pero son muy diversas, como diverso, rico y variopinto es el ser humano. Cada ser humano es un mundo y un universo diferente, todos ellos auténticos aunque distintos, pero sobre todo…formando parte de un mismo SER. Es como una obra de teatro. Un solo escritor y guionista, una sola OBRA, pero diversos y diferentes los protagonistas y actores.

Mi persona tuvo la oportunidad de vivir una experiencia de este tipo, aunque no fue provocada por ningún trauma. Sucedió…sin más. Y si el compartirla puede ayudar a alguien a comprender mejor y a tener más respuestas, pues maravilloso.
Tenía 30 años, y fue en la madrugada del 14 de Junio. Por entonces trabajaba en una guardería, y esa noche me había quedado hasta tarde terminando unos murales para los niños. Cansada ya y con el trabajo terminado, me fui a dormir. A la hora más o menos, me despertó un brote fuerte de calor. La temperatura de mi cuerpo estaba normal, pero la habitación tenía muchísimo calor, aunque el resto de la casa estaba más bien fresquita.
Me levanté y fui a la cocina para beber un poco de agua, y me asomé a la ventana del salón para refrescarme un poco. El cielo estaba estrellado, era una delicia contemplarlo.
Pero de repente un fuerte sopor me invadió, y me apresuré a volver a la cama.
Lo último que recordé fue el hecho de tumbarme, y luego todo lo demás…
A mi izquierda, por encima de mi mesilla de noche, apareció un ser vestido de blanco. Estaba asomado en el lumbral de una puerta que tenía acceso a un paisaje lleno de luz y con una naturaleza envidiable. El se quedó en la misma puerta, y lo único que atravesó el umbral fue su brazo, que con la mano abierta me invitaba a que se la cogiera.
Y así lo hice. Aquel ser, aunque en esta realidad no lo conocía de nada, mi corazón lo reconoció al instante, pues dio un fuerte salto. Le tomé la mano, y al instante fui lanzada a través de un túnel oscuro a una velocidad vertiginosa que me impedía respirar bien.

Era totalmente consciente. Sabía que aquella experiencia la tenían personas que habían sido dadas por muertas y luego habían retornado. Sabía que algo me estaba pasando, quizás estaba abandonando mi cuerpo físico para siempre…me estaba muriendo o lo había hecho ya, y una gran inquietud me sobresaltó. En aquel instante me quedé parada. No podía ir hacia delante, ni tampoco retroceder. Pensé que aquello que me estaba sucediendo era “asunto de un buen AMIGO”, y con esa confianza plena, me entregué a la situación. Y al instante, volví de nuevo a la alocada y frenética carrera hacia lo desconocido.
En mi transición por el túnel, no había nadie más. El silencio más absoluto, la oscuridad y mi propio corazón. Pronto comencé a vislumbrar una luz al fondo del túnel. Luz que en milésimas de segundo me tragó.
Y al otro lado de la Gran Luz…me veo en el interior de una gruta, y delante de una puerta pequeña de madera vieja, bastante estrecha, pues justo pasaba yo. Atravesé el umbral, y al otro lado había una montaña con un valle en el fondo. Tuve que bajar cuatro escalones al atravesar la puerta, y me veo ya bajando la montaña hasta la ladera.
Llego a una ciudad o pueblo pequeño. Parece de noche, pero no hay cielo estrellado. Solo un color azulado-noche brillante, acariciante. Las casas eran de piedra, y brillaban mucho. Era como si la piedra tuviera vida propia. Eran casas bajas, de un solo piso. Llegué a lo que parecía la plaza del lugar. Llena de flores con una fuente en el centro, de la que brotaba hacia arriba un gran chorro de agua azulada que a cierta altura caía como una cascada, produciendo una melodía suave, como un vals, que te invitaba a danzar. Al momento veo que vienen hacia la plaza una cantidad considerable de seres vestidos de blanco, que iban agrupados por familias o parejas. La mayoría de ellos me recocieron, y todos quisieron bailar conmigo al compás de la danza del agua de la fuente. Terminé un poco mareada, pero con mucha paz y plenitud.
Sin embargo, a pesar de la felicidad, de la paz y la belleza del lugar, yo me sentía sola, un poco triste y buscando entre aquellos rostros el del SER al que he amado desde siempre. Pero no lo veo. Y unas lágrimas asomaron por mis mejillas, y exclamé en silencio: ¡Sí, he llegado hasta aquí…pero sigo sola!

Veo que muchos de ellos miraban hacia mí, pero no me miraban a mí precisamente, y sonreían. Y antes de que, movida por mi curiosidad, volviera mi cabeza hacia atrás, sentí sobre mis hombros un fuerte abrazo que me hizo estremecer de pies a cabeza, y vibrar hasta el último pelo de mi cabeza. Cuando me vuelvo, le veo a EL, con sus ojos penetrando en los míos, llenos de Amor, de Eternidad. Dejó un beso en mis ojos, en mis labios y en mi frente, y me dijo: ¡YA NO ESTAS SOLA, NUNCA MAS, SIEMPRE ESTARÉ CONTIGO!.
Y en ese mismo instante siento temblar el suelo que pisaba, como si se tratara de un terremoto. Una tonalidad anaranjada y dorada tomó aquel lugar, y fue cuando veo que estábamos en un mirador hacia el Mar, y de sus profundidades, lentamente…salía un gran SOL que llenaba todo el horizonte. Podía mirarle sin que mis ojos se sensibilizaran. Daba calor, paz. Cuando terminó de salir y cogió cierta altura, volví a sentir SU ABRAZO, mucho más fuerte y profundo y me fundí en EL.
Al día siguiente, desperté sobre la cama. La almohada, las sábanas y la colcha estaban por el suelo. Me dolía el cuerpo y me costó un poco activarlo de nuevo. Me tomé la temperatura y tenía 38 grados. Sin embargo pude cumplir con mis responsabilidades en mi trabajo, porque estaba llena de paz, una paz nunca antes experimentada.
Entonces , aunque la experiencia había sido maravillosa, no comprendí el significado de la misma. Mi alma había tenido la experiencia, pero tendrían que pasar más de 20 años para que mi personita lo comprendiera después de haberlo experimentado.
Lo que sucedió entonces fue una FUSION del alma con su SER. Traje y recordé la experiencia para vivirla día a día y experimentarla en la materia consiguiendo así que mi personalidad la asumiera, la consumara y llegara a fundirse también con EL.

Si estamos en este mundo de la materia, es precisamente para elevar nuestra personalidad hacia EL, hacia el AMOR. Porque solo así, nuestro ego, nuestra personalidad abrirá esa puerta de madera que en su momento su ALMA abrió, la puerta de su Corazón, y permitirá que aquella REALIDAD Y ESTA, sean UNA para siempre. Y cuantos más lo consigamos, esa puerta se hará más grande, y poco a poco, sin darnos cuenta…EL REINO DE LOS CIELOS, NUESTRA VERDADERA CASA, SERÁ EN LA TIERRA.
Muchos recordamos esta experiencia, una mayoría no…pero todos, sin excepción, pasamos por ella. Y nuestro paso por esta realidad, es atravesar el túnel oscuro de la ignorancia, de la densidad, hasta que nuestra mente descubra esa puerta.
La muerte no existe. Tampoco la destrucción. Todo es transformación, mutación, expansión, luz. Solo está ese túnel, parecido al que atravesamos cuando nacemos a esta vida. Cuando nacemos aquí, son las manos del médico o comadrona las que nos reciben.
Al final del túnel…quien nos recibe es la Luz, en nuestro verdadero HOGAR con nuestro VERDADERO Y AUTENTICO SER.

ALMA VIAJERA
http://unbuscadordelaluz.blogspot.com.es/
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Maestría en Felicidad: Claves y enseñanzas para recorrer el camino de la vida plena (Chamalú) Carta-2



Carta-2
Si estás leyendo esta carta, presiento que tomaste la decisión de ser feliz luego de comprender que eres el único responsable de la calidad de tu vida, que estás dispuesto a diseñar nuevos sueños, a permanecer en el asombro de una vida llena de magia, a atreverte a ser tú mismo (pero lo mejor de ti), a cultivar el optimismo en el jardín de tu corazón. 
Un secreto quiero confiarte al inicio de esta carta: la suerte no existe. Llevo unos días reflexionando sobre la felicidad y su sospechosa escasez, parece que hay gente a la que no le conviene nuestro bienestar. 
Había un muchacho vecino, lo veía entrando y saliendo de su casa y de toda situación; era joven, muy joven, se veía lleno de energía, de alegría, se sentía vivo, vibraba su presencia. 
Hace poco lo vi lavando su conciencia en la esquina de su vida. Ya había aprendido a complicarse, a mantenerse preocupado, a darse contra el suelo desde su recién estrenada rigidez, a dejar que la felicidad se le escurriera de las manos. 
Nunca recuerdo haberle visto así, quizá la civilización llegó tarde en su caso, me pregunto si no se habrá dado cuenta de que le estaban enseñando a sufrir. La última vez lo encontré bebiendo una cerveza, quizá intentaba ahogar sus penas, creo que tampoco sabía que ellas ya habían aprendido a nadar. Respiro profundo, me recuesto en este instante, amo estar vivo, palpo mi cuerpo, es el altar portátil que nos prestaron para habitar lo sagrado. 
La alegría de estar vivo ahora se convierte en compromiso existencial. «Estoy vivo», grita mi alma, mi cuerpo se estremece, viviré exclusivamente para fabricar buenos recuerdos y coleccionarlos e invitar a otros a visitar ese museo vivencial. 
Quiero vivir motivado y motivando, desplegar una vida activa
y creativa, positiva y solidaria, desarrollar habilidades existenciales que me permitan surfear tsunamis y resolver conflictos, sembrar alegrías y dejar huellas de magia. 
Ser solidario no es un acto de bondad, es un indicio de ser… humano.
Te confieso que me gusta hacer lo prohibido, nunca me siento tan feliz como cuando me aparto de la norma y dejo que la oveja negra se convierta en felino. Obviamente, el sentido de ubicuidad es necesario, así como la lucidez, porque la rebeldía exige altas dosis de sensibilidad y conocimiento. 
Ser feliz requiere una nueva interpretación de la vida.
¿Te has preguntado últimamente qué percepción tienes de la vida? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste? ¿Coleccionas pensamientos y frases motivadoras? Si quieres ser feliz, no te olvides de jugar, viajar, bailar, cantar, llorar cuando así lo sientas. ¿Sabías que puedes llorar sin interrumpir tu felicidad? Por razones higiénicas no cargues los problemas de los demás. Con frecuencia me encuentro con personas que quiero, caminando con dificultad por la vida. 
Me preguntan cuál es la alfombra que uso para disfrutar tanto la vida. «Ninguna», les respondo. Con no llevar problemas ajenos es suficiente para descubrir su sabor maravilloso. 
No precisas una alfombra roja, necesitas tener los pies fuertes
y ágiles, la mano con alguna caricia inédita y la mirada maquillada con amor. 
Saber desarrollar pensamientos positivos es fundamental en esta época saturada de infelicidad. Te sugiero volverte experto en automotivación, eso te dará las credenciales para motivar a otros, más aun si te especializas en generar empatía. 
Ponerse en el lugar del otro es la clave de las relaciones interpersonales, de donde surgen felicidades multiplicadas.
Es verdad que la felicidad no viene de afuera, pero los demás podrían ayudarnos a pintar nuestro bienestar de colores más intensos. Te recomiendo la amnesia selectiva: descarta de entrada todo lo que no te ayude a crecer, olvida con facilidad las agresiones y la incomprensión; si comprendes que no te comprenden, juegas con ventaja. 
Comienza tu día con entusiasmo, ese es el terreno donde germinará la pasión que te permitirá convertirte en lo que haces, posibilitando que te conviertas en la mejor versión de ti. Aprecia y disfruta las pequeñas cosas de la vida, asegúrate de que, pase lo que pase, tu índice de motivación no descienda. Estar vivo es suficiente buena noticia para estar supermotivado. 
Simplifica y tiñe de creatividad tu vida, usa en todo momento tu imaginación, recuerda que los problemas son temporales; con solo tranquilizarse y esperar, muchas cosas se solucionan automáticamente, sin hacer nada. 
Permanece abierto a lo nuevo, si las cosas no salen bien, solo falta aprender a hacerlas de otra manera, recuerda que el optimismo y el humor son otro punto de vista, quizá el más realista y recomendable.
Sé superimaginativo, sin olvidar que lo imaginado pasará a ser tu realidad. 
Por ejemplo, podrías planear viajes, viajes locos a sitios increíbles, algunos se harán realidad, pero incluso si no los realizas, el solo hecho de haberlos imaginado y planeado genera un movimiento de energía poderoso, altamente saludable. Recuerdo el día en que, en una librería de Washington, compré una guía turística de Bali, la exótica isla de Indonesia. 
Planeé cuidadosamente ese viaje y por diversas circunstancias lo postergué durante once años. 
Planearlo y volverlo a planear se constituyó en placer permanente, hasta que finalmente un día me vi caminando por las calles de esa inolvidable isla, con el placer incrementado por los sueños reiterados. 
Tengo una buena noticia para ti: si no eres perfecto, felicidades, porque el mayor bienestar está reservado a gente que no se complica la vida. Ese también es el camino a la sabiduría: comienza a ser sabio quien no se complica. Simplifica tu vida, presta atención a los instantes y detalles, sueña en grande y a continuación lánzate a lograrlo, no dudes en prepararte, disfruta de ese proceso y mientras tanto no dejes de imaginarlo. Si pudiste imaginarlo, podrás hacerlo realidad. 
Nacemos con la inocencia intacta y la espontaneidad en excelente estado, solo falta aprender el sagrado arte de vivir. 
En ese itinerario, puedes hacer que sucedan las cosas que quieres, pero no a partir de un pensamiento repetido hasta el cansancio ni de una visualización creativa, sino desde la fuerza movilizadora de tu propia energía, vibración poderosa con capacidad de reorganizar los estratos de energía en los cuales navegamos. Recuerda que los pensamientos negativos bajan nuestra calidad vibratoria, es decir, son un mal negocio. ¿Sabías que la gente feliz es más sana y optimista? ¿Que ser optimista lúcido es la mejor manera de ser realista? ¿Que puedes ser innovador y creativo a todo nivel sin pedirle permiso a nadie? 
No olvides visualizarte cada noche feliz y como quieres ser. Camina por la vida flexible y siempre lleno de alegría, recuerda que si quieres, puedes, podrás, sin embargo no temas a la disciplina ni al esfuerzo; tener voluntad es disponer de combustible para hacer realidad casi todo lo que desees, y lo que no se puede de una manera, se podrá de otra. 
Explora y experimenta cosas, es posible que descubras que algunas de ellas incrementan tu bienestar; usa la motivación como un resorte que te impulsa siempre hacia delante. 
La mayoría de la gente sigue haciendo lo mismo que hacían nuestros antepasados remotos cien mil años atrás, cuando se limitaban a comer, descansar, abrigarse y protegerse, además de reproducirse. Pero la vida es mucho más que eso. 
La felicidad será cotidiana si conviertes tu vida en una fiesta de crecimiento y creación. 
Recuerda que la felicidad se autogenera pero necesitamos desafíos que nos induzcan a ir hasta el límite, precisamente a ese lugar donde crece el árbol de la felicidad. 
Entonces no dudes en derrochar creatividad, inventa soluciones nuevas a los mismos problemas de siempre, constrúyete la personalidad que sueñas; te propongo que seas, no un cien por ciento feliz, sino un mil por ciento, para lo cual deberás crear retos para ti, para tener siempre desafíos que te exijan cada vez más, sin dejar de disfrutar de todo el trayecto. 
Te propongo, adicionalmente, acostumbrarte a ver lo bueno en los demás, enseñanzas en todo lo que te pasa y estar constantemente de novio con la vida. 
No olvides que para comenzar a ser feliz, hace falta una fuerte motivación; la motivación existencial es la clave para la felicidad. Recuerda que somos perecederos, pero estamos condenados a ser felices y con el deber de amar, para garantizar así el nivel vibratorio donde ocurre la evolución conciencial. 
Mi alma está hambrienta de crecimiento, la tuya también, solo precisas darte cuenta de que la felicidad es ave migratoria, que se marcha cuando el invierno del absurdo se instala en tu vida, cuando hay déficit de alegría, cuando los crepúsculos no son contemplados desde miradas plenas, ni desde la cima de la montaña de la felicidad. Esta carta no es para los que quieren continuar sufriendo, está reservada para aquellos que se atreven a besar la vida en la boca y celebrar incluso la noche, porque solo contemplarán las estrellas con el agradecimiento 
de haber comprendido la enseñanza: cuando llega la oscuridad a tu vida, vístete de luz para que la fiesta de tu crecimiento continúe, entonces sabrás que estas vivo y tus instantes se volverán transparentes y luminosos. 
Esta noche, te propongo, acuéstate con la felicidad, acaríciala de cuerpo entero, que ningún sollozo por instantes perdidos te impida sentirte vivo y comprometido con ella. 
Mañana, al despertar, no olvides usar ese collar de estrellas reservadas para felices. En la próxima carta quiero confesarte mis secretos para ser feliz.
Chamalú.
Continua....

Maestría en Felicidad: Claves y enseñanzas para recorrer el camino de la vida plena (Chamalú) Carta 1ª



Carta-1
Es un día cualquiera, los momentos se suceden; alguien se despierta para continuar dormido en la rutina cotidiana; ha pasado la noche encerrado en su circunstancia, donde no pasa nada, solo el tiempo en su versión ordinaria; lo extraordinario, al igual que el éxtasis, permanece reservado para quienes perforan la cáscara de lo convencional y bucean hasta las profundidades de una vida que desde su misterio nos aguarda innumerables sorpresas. Te cuento que hoy me encuentro pensativo. Ayer, una nota en el diario informó sobre el fallecimiento de un amigo. Compartimos aula en la escuela, soñamos viajar por todo el mundo, incumplió el acuerdo; nos propusimos ser felices, y tampoco acudió a esa cita suprema. Vivió normalmente infeliz, su insatisfacción no era novedosa, me pregunto si conoció la felicidad, quizá solo esa versión descafeinada que dura lo que vive una emoción, disparada por una buena noticia. Quizá nunca se enteró de que la felicidad es otra cosa, que la infelicidad está inducida, que nos entrenan para ser infelices, por ello la educación es obligatoria, así nadie se da cuenta de que la infelicidad es una mentira, una enfermedad del alma, una intoxicación del espíritu, el modo zombie de vivir. Hoy me siento molesto con la sociedad que va poblando a las nuevas generaciones de información secundaria mientras evita cuidadosamente el conocimiento, por ello hay tanta escasez de pensamiento crítico. 
El perfume de la vida en este tiempo se mezcla con polvos y alegrías sintéticas, conciertos de adicciones que falsifican felicidades. He visto gente indefensa ante tanta manipulación, he contemplado personas con buena intención, luchando en trincheras equivocadas, viviendo una mentira, mintiéndose honestamente, extendiendo todo su tiempo a lo largo y ancho de una falacia. Hoy quiero hablarte, alertarte del riesgo de la infelicidad normalizada. 
Fíjate cuánta gente se adaptó a ella, al punto que en la actualidad la poca gente feliz llama la atención, hasta parece que sufrieran una patología mental. Esta carta, obviamente confidencial, es para ti, para recordarte que la estupidez es el vestuario del infeliz, que la depresión es el síntoma de la infelicidad y a su vez la infelicidad es el síntoma de estar dormido, es decir de vivir muerto, desperdiciando la oportunidad evolucionaria. 
Tú sabes, el tiempo no perdona, no espera, cada instante dura un momento y luego se marcha para no regresar nunca más. 
La infelicidad es la zona del autoengaño, es la cloaca de esta civilización donde nos recomiendan acampar, es llegar tarde a la vida, correr tras objetivos equivocados, vivir con excusas como: estoy ocupado, lo haré mañana, no me lo merezco y tantas otras destinadas a sacarnos del presente, donde ocurre la vida en su versión plena. 
Es necesario recordar que la infelicidad acecha constantemente a quien está desatento. 
Es polvoriento el camino de la infelicidad, constante la penumbra, habitual el desorden; allí la vida está inmóvil, paralizada por el miedo, convencida de que eso es todo, de que la vida es un valle de lágrimas, sin luz y con vacío, sin crecimiento y con una rutina que muerde y destruye silenciosamente. La infelicidad nos arranca de la vida y nos envía de vacaciones al infierno, nos regala un sepulcro y nos invita a ser nuestro propio verdugo, mientras participamos de rituales consumistas que terminan consumiéndonos. 
La desventura es invisible, la gente es entrenada para la infelicidad, por eso tantos la ejercen, algunos incluso revelan una gran experiencia en infelicidades y ramas afines. 
Pero si quieres preservar tu infelicidad y no salir del rebaño, entonces esta carta te será igualmente útil. 
Para quienes se adaptaron a vivir mal, les sugiero, para garantizar el naufragio de sus vidas, no tener tiempo; estar siempre ocupados es fundamental para mantener una buena imagen; la gente muy ocupada en esta sociedad tiene mejor posicionamiento, es más respetada y se constituye en ejemplo para muchos. También es bueno para ser infeliz evitar estar solo, cuanto menos reflexiones, mejor; descarta la meditación, mantente preocupado, juzga a los demás con facilidad y por supuesto sé pesimista, los optimistas son ilusos soñadores con déficit de realismo. Te recomiendo que seas perfeccionista, que exijas a todos hasta el más mínimo detalle, que no toleres ningún error, la rigidez es característica del que dirige, añade a ello el necesario estrés que, junto a una dieta rica en colesterol, que encontrarás en la comida rápida, y al habitual sedentarismo, posibilitarán el respectivo infarto, esa manera elegante de partir de esta vida, donde nada tiene sentido. 
Antes de ello, sin embargo, continúa viviendo como vive la gente con estatus, trabaja sin descanso y solo en actividades que te den mucho dinero, ya el fin de semana y con ayuda de tantos estimulantes y opciones recreativas, podrás desahogarte: la combinación de alcohol, drogas y algunos fármacos funciona muy bien para vivir una vida en su máxima intensidad. 
Si además de ello evitas el contacto con la naturaleza, careces de amigos de confianza y te niegas a ceder a las tentaciones del amar incondicionalmente y todo eso que debilita, tu vida será como la vida de la gente exitosa, envidiada por muchos. ¿Tomaste nota? Si no te sirve a ti, quizá a algún amigo sí. Resulta increíble que para algunas personas el hecho de ser infeliz aún continúa siendo un signo de realismo, cuando en verdad la infelicidad es vivir en deuda con la vida. 
Recuerda esto, cuando una persona feliz y otra infeliz vivieron juntos la misma experiencia, para el primero habrá sido una experiencia interesante, incluso maravillosa, para el otro será un mal recuerdo, una pésima experiencia. 
¿Te das cuenta de que la felicidad o la infelicidad no son inherentes a la situación sino que provienen de una actitud ante la vida? Hay quienes extrañan sus cadenas y prefieren deambular sin rumbo por la vida. ¿Sabías que la infelicidad está asociada a una mentalidad sumisa adaptada al sinsentido? ¿Que la visión limitada conduce a la infelicidad? 
Que la infelicidad ensucia la existencia, la banaliza al punto de convertirla en harapos vulnerables, transportando vacío y sinsentido? ¿Que la infelicidad es el fracaso vivencial de quien en el fondo tiene miedo de ser feliz? Los que programaron la infelicidad de la gente deberían pagar la factura del psicólogo. La filosofía del infeliz se podría resumir en vivir una vida de apariencia; es como si ellos se dijeran a sí mismos: No llores, que nunca nadie te vea llorar, aparenta estar bien, estudia lo que no te gusta, si ello te da dinero es suficiente, luego trabaja en lo que más ganes, no importa si detestas esa actividad, los fines de semana podrás compensar el sacrificio. Con lo que te pagan, podrás comprar de todo, en especial lo que no necesitas, porque lo importante es comprar y que te vean comprando.
No planifiques ni tengas objetivos en la vida, gasta mucho tiempo en internet, entérate de la vida de los demás, es bueno estar informado de todo, eso sin descuidar el celular, del cual siempre deberás estar pendiente; pasar bastante tiempo hablando por teléfono y enviando mensajes está de moda, y, por supuesto, no olvides trasnochar. ¿Te interesa algo así? 
Parece una exageración y, sin embargo, lo practica todo el mundo. Vivir infeliz ya parece una costumbre, una tendencia creciente ejercida por la mayoría. Algunos tienen un estilo personal muy original de ser infelices, mientras otros tienen bastante experiencia en la infelicidad. Algunos se precipitan a vacíos existenciales que forman precipicios autodestructivos, 
un estilo de no vida con malestar desmedido, ruidosa infelicidad que se hunde en la ciénaga de la frivolidad mientras su felicidad se desploma y el amor sale corriendo a refugiarse y buscar consuelo en otra circunstancia vivencial. 
Ten cuidado, que la infelicidad también es contagiosa. 
Se han encontrado familias completas de infelices; no se sabe cómo se pusieron de acuerdo para garantizar una infelicidad unánime y constante. Ten cuidado, porque vivir infeliz es más costoso; es dilapidar la existencia y malgastar la vida, es vivir por debajo de las capacidades que tenemos. 
He querido en esta carta derramar reflexiones sobre la infelicidad, para alertarte de sus riesgos, después de haber perdido varios compañeros en las ciénagas de la infelicidad, vecina del sinsentido y pariente de la depresión, después de haber visto vidas quebrantadas y existencias trágicas purgadas de plenitud. Mi opción es clara: no permitiré que la infelicidad desmantele mis instantes. Si estás de acuerdo con este supremo compromiso, te invito a caminar conmigo. Quiero mostrarte en las próximas cartas los secretos que nutrieron mi felicidad al punto que ahora me cuesta tanto interrumpirla. 
Te espero en la próxima estación. Una advertencia previa: aprender a ser feliz es un viaje sin retorno. 
Bienvenidos los valientes.
Chamalú.
Continua.....

Maestría en Felicidad: Claves y enseñanzas para recorrer el camino de la vida plena (Chamalú) Introducción



Dedicatoria.
A Laura Szmuch, la educadora que reforesta corazones. A María Rocha Flores, por sus insaciables ganas de crecimiento y a todos los que se declaren felices, el mejor acto de rebeldía en este tiempo.
Chamalú


Yo solía ser de las personas que buscaba a la felicidad corriendo, la buscaba en todas partes y al apuro… dentro de una billetera, detrás de una relación, delante de un objetivo o encajada en un futuro que nunca llegó… . Fue entonces cuando, tropezándose en ese apedreado camino, mis pies se encontraron con Chamalú… él y una dosis de sus enseñanzas desviaron mi mirada del camino para dirigirla a mi interior y fue entonces cuando vi por primera vez a la felicidad sentada dentro de mí, esperándome impaciente. Este libro, el cual me honra presentar, en realidad no son solo hojas y letras… es una invitación a tu vida, de la que tal vez hace mucho y sin darte cuenta, te has ausentado. Chamalú tiene la auténtica costumbre de pasar de largo por la mente del lector para conversar directamente con su corazón. La mezcla de su poesía y sabiduría hacen que este libro tenga un sabor completamente nuevo y envolvente, es como sentirse acompañado por él en medio de conversaciones íntimas y grandes enseñanzas. Te invito a que te contagies de su rebeldía, libertad y amor por la vida. Despójate de todo lo que has aprendido hasta hoy sobre la felicidad y permite que las 34 revelaciones, contenidas en las cartas de este libro, sean tu guía al reencuentro con ella por un camino sin metas, sin pasos y sin más esperas. 
Luana Mor



Introducción

El único requisito para ser feliz es darse cuenta de que estamos vivos, en breve visita a la Tierra. 
La felicidad no consiste en tener muchas cosas, sino en saber disfrutar de lo que se tiene; tampoco se trata de carecer de dificultades como la gente cree, sino de aprender y crecer con ellas, porque, en el fondo, la felicidad no es el objetivo, es el medio para cumplir nuestra misión. 
La felicidad tiene los colores del arcoíris; se puede ser feliz de muchas maneras, al punto que ni siquiera el llanto debería interrumpir la felicidad. 
Soy Chamalú y, desde el otoño de mi vida, mientras observo pasar transeúntes y días del calendario, he decidido escribirte. Hoy me levanté tarde. Adentro, corrían los pensamientos, como niños huyendo de la escuela. Me despertó una voz familiar, mi silencio no duró mucho. «Hoy es la fecha elegida para escribir las cartas secretas», me dije a mí mismo y descendí de los brazos de la noche. En mi pueblo aún cantan los pájaros, las flores todavía recuerdan su perfume. «¿Qué es la felicidad?», me pregunto con frecuencia. «Es urgente redefinirla», me respondo mientras el desayuno se modela por mi cuerpo. 
«La felicidad se hace en casa», comienzo a desgranar pensamientos y a transcribirlos. 
Si permitimos que el entorno y sus circunstancias nos hagan felices, también estaremos dándoles poder para hacernos infelices en cualquier momento. La felicidad es voluptuosa por autosuficiente, es una elección, ella se siente soberana, sabe que si fluimos, si nos soltamos, estaremos en el camino a la vida, traducido en acción plena, en pensamiento lúcido, en acción impecable que a su vez incluye una modalidad perceptiva hecha a la medida de cada uno; porque si somos únicos, la felicidad de cada uno será tan íntima como profunda, tan personal como irrepetible.
La felicidad es la chispa de la vida, es suficiente para desentumecer el alma educada de esta civilización; más que un estado de ánimo, es un estado del ser, una frecuencia vibratoria que no es ni debería ser influida desde afuera. 
Felicidad es esa energía que hace crujir cada momento, revistiendo de luz la existencia; es la contemplación total de la vida, es ignorar a la infelicidad y sumergirse en vivir el instante y desde él adherirse a la eternidad, reservada para quienes profundizan. Esta carta, estas claves, sobrevivieron a muchos inviernos aquí. Ahora quiero compartir contigo otro modo de palpar la vida en su versión plena, después de haber constatado que la felicidad no brota de adentro, del trabajo interior, es mentira, porque la felicidad está a favor de la vida.
 ¿Sabías que la felicidad es prosperidad existencial, que ella solo depende de ti, que es escurridiza para quien no aprendió a fluir, que no tiene por qué ser momentánea pues es un estado de conciencia? ¿Sabías que la felicidad es el milagro que tienes permiso de realizar? En el relato fundacional de los indígenas barí, que habitan a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela, su creador les dice: «Serán siempre felices y sonrientes». Por eso ellos creen que es malo enfadarse. 
Para los mayas, de México y América Central, ser feliz es tener el corazón contento. 
Lo mismo creen otras etnias suramericanas como los chunikai, para quienes salud y felicidad son sinónimos; los piara, que conciben la felicidad como el goce de compartir con los otros; y los oriana, quienes consideran que la felicidad es una fiesta. Quizá el hombre urbano y civilizado precise redefinir con urgencia el término «felicidad», porque la definición convencional ensombrece el bienestar y aprisiona la libertad, ingrediente fundamental de la felicidad. 
La felicidad es una manera de ir por la vida, es una provocación impostergable para los que se niegan a ser felices, porque la felicidad no admite máscaras ni simulacros, ella solo se siente cómoda transitando por los senderos de la transparencia y habitando el territorio de la coherencia. 
La felicidad no depende de afuera, de las circunstancias. 
La felicidad es la capacidad de vibrar con cada instante, aprendiendo de todo lo que pasa, creciendo con todo lo que ocurre; es una decisión personal que comienza con dejar de buscar afuera lo que se construye por dentro. 
La piel de la felicidad es suave, está preparada para todo, por eso es la puerta al cielo, a pesar de que en esta época ser feliz es ir en contra de la corriente. 
Felicidad es disfrutar de lo que se tiene, sin renunciar a soñar bienestares mayores. 
La felicidad es una opción, porque comienza con una valiente decisión, una percepción, es decir, una modalidad interpretativa que incluye su propio paradigma, pero también con una actitud susceptible de convertirse en un estilo de vida. 
Es mentira que sea complicado ser feliz, en verdad, solo se trata de darnos el permiso para asomarnos al valor de nuestra vida diaria, elegir la fecha en la que nos declararemos felices y desatar toda la voluntad para que, desde el día elegido, átomos felices pueblen nuestros cuerpos energéticos, hablándonos de ausencias y eternidades, de mariposas con alas transparentes y cosas que son ciertas pero no en esta realidad. Con frecuencia me preguntan si es posible ser feliz en las circunstancias actuales. 
Sin duda la respuesta es afirmativa, empero es preciso, además de redefinir la felicidad, aprender a ser feliz, invertir tiempo y energía en ese aprendizaje y convertir a la felicidad en el ideal más urgente. 
Vivir sin felicidad es una catástrofe, los informativos nos lo recuerdan cada día. Está claro que la felicidad que no brota del interior es mentira, que elegir ser feliz es la mejor decisión, que la felicidad está a la vuelta de la esquina de tu vida, que no es higiénico continuar viviendo con las ganas siempre postergadas, con los anhelos insatisfechos, con el autoengaño a flor de labios, que induce a quienes viven sin felicidad a decir que están bien, cuando resulta indisimulable el olor de su alma podrida. Ocurre que la felicidad está dormida en los dormidos, que precisas olvidar todo lo que te dijeron sobre la felicidad, porque ella es como el aire: no lo puedes atrapar, pero lo puedes respirar. La felicidad la puedes saborear, incluso compartir. Vivir debe ser un reportaje a la felicidad, entonces ella será el mejor lugar para existir dignamente. 
De eso vine a escribirte en estas cartas, quiero compartir contigo los frutos del árbol de mi vida, algunas flores del jardín de mi corazón y el perfume de mi experiencia, disponible al oído atento. Es verdad, he olvidado muchos rostros, sin embargo, mi felicidad está de pie y trajo al entusiasmo consigo, para precipitar tus átomos y decirte: «El futuro ha llegado, la esperanza está presente y los sueños hartos de pasearse a la intemperie de una vida sin bienestar constante». 
Quiero confesarte que he desatado toda mi libertad y en su presencia he hilvanado collares de enseñanzas para quienes quieran, sin más preámbulo, declararse felices. 
No te mueras sin haberte declarado feliz. 
Permite que la semilla del amor germine en el terreno de la felicidad, para que sus frutos de libertad den las semillas de la paz. ¿Sabías que cada instante no vuelve nunca más? 
La próxima cita se llama infelicidad inducida, es decir, lo que no te dijeron de la silenciosa fabricación de la infelicidad… Esto no va a quedar así.
Continua.....