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miércoles, 20 de abril de 2016

Enseñanzas Taoistas de Hua Hu Ching

31
El Tao no va y viene.
Está siempre presente en todas partes, lo mismo que el cielo.
Si tu mente está nublada, no lo verás, pero eso no significa que no esté allí.
Cualquier infelicidad es creada por la actividad de la mente.
¿Puedes abandonar palabras e ideas, actitudes y expectativas?
En este caso, el Tao surgirá a la vista.
¿Puedes permanecer en calma y mirar dentro? En este caso, verás que la verdad está siempre disponible, siempre sensible. 

32
El ego dice que el mundo es vasto y que son minúsculas las partículas que lo forman.
Cuando las minúsculas partículas se juntan, aparece el vasto mundo.
Cuando se dispersa el vasto mundo, dice, aparecen las partículas.
El ego está hechizado por todos esos nombres e ideas, pero la verdad sutil es que mundo y partícula son lo mismo; ni el uno es vasto, ni la otra es minúscula.
Cualquier cosa es igual a cualquier otra cosa.
Los nombres y los conceptos solamente bloquean tu percepción de esta Gran Unidad.
Por ello, es sabio ignorarlas.
Quienes viven dentro de sus egos están continuamente desconcertados: luchan frenéticamente por conocer si las cosas son grandes o pequeñas, si existe o no un propósito para juntarse o dispersarse, si el universo es ciego y mecánico o la creación divina de un ser consciente.
En realidad, no existen fundamentos para tener creencias o hacer comentarios sobre estas cosas. Por el contrario, mira tras ellas y discernirás la verdad profunda, silenciosa y completa del Tao.
Acéptalo tota1mente y desaparecerá tu desconcierto. 
33
Lo mismo que el mundo puede revelarse como partículas, el Tao puede revelarse como seres humanos.
Aunque el mundo y las partículas no son la Misma cosa, tampoco son algo diferente.
Aunque el cuerpo cósmico y tu cuerpo no son la misma cosa, tampoco son algo diferente.
Mundos y partículas, cuerpos y seres, tiempo y espacio: son todas expresiones transitorias del Tao.
Invisible, inaprensible, el Tao está más allá de cualquier intento de análisis y clasificación.
Al mismo tiempo, su verdad está allí a donde te dirijas.
Si puedes dejarlo partir de tu mente y rodearlo con tu corazón, vivirá dentro de ti para siempre. 

34 
Todas las cosas del universo van de lo sutil a lo manifiesto y regresan de nuevo.
Tanto si se trata de la forma de una estrella o de una persona, el proceso es el mismo.
Primero, existe la energía sutil.
A continuación, se hace manifiesta y cobra vida.
Después de un tiempo, la vida se acaba, pero la energía sutil continúa, bien volviendo al reino sutil, en donde permanece, o uniéndose de nuevo a las cosas manifestadas.
El carácter de tu existencia viene determinado por las energías a las que te conectas.
Si te unes a energías toscas, amar a una persona, odiar a un clan, rechazar una experiencia o condescender habitualmente en otra, llevarás una serie de vidas pesadas y encadenadas.
Esto puede continuar durante un largo y aburrido tiempo.
El proceder del ser integral es unirse a las cosas más elevadas.
Aferrándose a lo que es refinado y sutil, atraviesa los reinos refinados y sutiles.
Si entra en el mundo, lo hace ligeramente y sin apego.
De este modo, puede ir a cualquier lado sin dejar siquiera el centro del universo. 
35
El conocimiento intelectual existe dentro y fuera del cerebro.
Como el cerebro es parte del cuerpo, que debe un día perecer, esta serie de hechos, por grandes e impresionantes que sean, también perecerán.
Sin embargo, la percepción interna es una función del espíritu.
Como el espíritu te sigue ciclo tras ciclo de vida, muerte y renacimiento, tienes la oportunidad de cultivar la percepción interna de forma continua.
Refinada con el tiempo, la percepción interna se hace pura, constante e inalterable.
Éste es el principio de la inmortalidad. 

36
Es completamente posible para ti lograr la inmortalidad y experimentar la alegría y, la libertad absolutas para siempre.
La práctica de la virtud sin distinciones es medio para alcanzar este fin.
Practicando la bondad y la generosidad, tu vida se armoniza de manera natural con el Camino Integral. Armonizando tu vida con el Camino Integral, empiezas a eliminar las barreras ilusorias entre personas y sociedades, entre oscuridad y luz, entre vida y muerte.
Al eliminar estas ilusiones, obtienes la compañía de los seres espirituales supremos.
En su compañía, estás protegido de las influencias negativas y tu energía vital no puede ser disuelta.
Es así como logras la inmortalidad.
Recuerda: no se trata de que quienes cultivan la  plenitud de sí mismos no encuentren dificultades en la vida.
Se trata de que ellos entienden que las dificultades constituyen el camino mismo hacia la inmortalidad:
no obstante, afrontándolas con calma y abiertamente, aquéllos se desarrollan y, evolucionando alegremente en respuesta a las mismas, se hacen tan naturales, tan completos y tan eternos como el mismo Tao. 
37
Una persona superior cuida del bienestar de todas las cosas.
Lo hace aceptando la responsabilidad de la energía que manifiesta, tanto activamente como en el reino sutil.
Cuando mira un árbol, no ve un fenómeno aislado, sino raíces, tronco, agua, tierra y sol: cada fenómeno relacionado con los demás, y el árbol, surgiendo de este estado de relación.
Mirándose a sí mismo, ve la misma cosa.
Árboles, animales, humanos o pájaros: insectos, flores y pájaros:
Estas son imágenes activas de las energías sutiles que fluyen desde las estrellas a través del universo. Encontrándose y combinándose entre sí y con los elementos de la tierra, hacen surgir todas las cosas vivas.
La persona superior comprende esto y entiende que sus propias energías desempeñan un papel en ello.
Comprendiendo estas cosas, respeta a la tierra como a su madre, al cielo como a su padre, y a todas las cosas vivas como a sus hermanos y hermanas.
Cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo.
Dándoles a ellos, sabe que se da a sí mismo. En paz con ellos, está siempre en paz consigo mismo. 
38
¿Por qué correr en pos de la verdad?
Esta vibra en cada cosa y en cada no cosa, desde la punta de tu nariz.
¿Puedes estar en calma y ver la verdad en la montaña?, ¿en el pino?, ¿en ti mismo?
No creas que la descubrirás acumulando más conocimiento.
El conocimiento crea duda, la duda te hace tener hambre de más conocimiento.
No te puedes saciar comiendo de este modo. La persona sabia se alimenta de algo más sutil: Se alimenta de la comprensión de que lo que tiene nombre nació de lo que no tiene nombre, de que todo ser fluye del no ser, de que el mundo que se puede describir emana de una fuente indescriptible.
Encuentra esta verdad sutil dentro de su propio ser y llega a estar completamente satisfecho. Así pues, ¿quién puede permanecer tranquilo y contemplar el ajedrez del mundo?
Los insensatos siempre están haciendo movimientos impulsivos, pero los sabios saben que la victoria y la derrota se deciden por algo más sutil.
Saben que existe algo perfecto antes de que se haga ningún movimiento.
Esta perfección sutil se deteriora cuando se aprenden acciones artificiales; así pues, conténtate con no alterar la paz.
Permanece en silencio.
Descubre la armonía en tu propio ser.
Acéptala totalmente.
Si puedes hacer esto, lo obtendrás todo y el mundo sanará de nuevo.
Si no puedes hacerlo, te perderás para siempre en la sombra. 

39
Si vas en búsqueda del Gran Creador, volverás con las manos vacías.
El origen del universo es en última instancia incognoscible, un gran e invisible río que fluye eternamente a través de un fértil valle.
Silencioso y no creado, crea todas las cosas.
Todas las cosas nacen del reino sutil al mundo manifestado mediante la relación mística del Yin y el Yang.
El dinámico río Yang empuja hacia delante, el tranquilo valle Yin es receptivo, y mediante su integración nacen las cosas a la existencia.
A esto se conoce como el Gran Tai Chi.
El Tai Chi es la verdad integral del universo.
Todo es un Tai Chi: tu cuerpo, el cuerpo cósmico, la forma, la apariencia, la sabiduría, la energía, las uniones de las personas, la dispersión del tiempo y de los lugares.
Todo ello nace mediante la integración del Yin y del Yang, se mantiene y se dispersa sin la dirección de ningún creador.
Tu creación, tu autotransformación, la acumulación de energía y sabiduría, la disminución y el término de tu cuerpo: todas estas cosas tienen su lugar por sí mismas sin la acción sutil del universo. Por ello, no es necesario el esfuerzo agitado. Sé simplemente consciente del Gran Tai Chi. 

40
Las leyes naturales del universo son inviolables:
La energía se condensa en sustancia.
Los alimentos se toman por la boca y no por la nariz.
La persona que olvida respirar se amorata y muere.
Sencillamente, no pueden descartarse algunas cosas.
Forma parte también de la ley cósmica el que lo que dices y lo que haces determina lo que sucede en tu vida.
La persona ordinaria piensa que esta ley es externa a sí misma y se siente encerrada y controlada por ella.
Así pues, sus deseos perturban su mente, su mente perturba su espíritu, y ella vive en una constante agitación consigo misma y con el mundo.
Gasta toda su vida en la lucha.
La persona superior* reconoce que ella y la ley sutil son una misma cosa.
Por ello, se desarrolla de acuerdo con ella, actuando con moderación y clarificando su mente.
Al comportarse de este modo, se encuentra en armonía con todo lo que es divino y está iluminado.
Pasa sus días bebiendo de la serenidad y respirando satisfacción.
Esta es la verdad profunda y simple: Eres el dueño de tu vida y de tu muerte. Lo que haces es lo que eres.
*En el sentido de "sabio", persona realizada o de "espíritu superior". ( N. del T.) 
Traducción del  Maestro Ni Hua Ching por BRIAN WALKER
http://universo-espiritual.ning.com/

Enseñanzas Taoistas de Hua Hu Ching


21 
Todo momento es frágil y huidizo. 
Por hermosos que sean, no pueden conservarse los momentos del pasado. 
Por gozosos que sean, no pueden guardarse los momentos del presente. 
Por deseables que sean, no pueden atraparse los momentos del futuro. 
Pero la mente se desespera por fijar el río en un lugar: poseída por las ideas del pasado, preocupada por las imágenes del futuro, pasa por alto la simple verdad del momento. 
Quien pueda disolver su mente descubrirá de repente el Tao a sus pies, y tendrá la claridad a mano. 

22 
¿Cómo puede verse la Unidad divina? 
¿En hermosas formas, en pasmosas maravillas, en inspiradores milagros? 
El Tao no está obligado a presentarse de esta forma. 
Siempre está presente y siempre está disponible. 
Cuando se agota el lenguaje y se disuelve la mente, se manifiesta por sí mismo. 
Cuando se cultivan la claridad y la pureza, se revela a sí mismo. 
Cuando la sinceridad es incondicional, se desvela a sí mismo. 
Si deseas ser vivido por él, lo verás en todas partes, incluso en las cosas más ordinarias. 

23 
La suprema verdad no puede expresarse en palabras. Por ello, el maestro supremo no tiene nada que decir. 
Simplemente se dona a si mismo como servicio, y nunca se preocupa. 

24 
La conciencia sutil de la verdad del universo no ha de considerarse como un logro. 
Pensar en términos de logro es colocarla fuera de tu propia naturaleza. 
Esto es erróneo y engañoso. 
Tu naturaleza y la naturaleza entera del universo son la misma cosa: indescriptible, pero eternamente presente. 
Ábrete simplemente a esto. 

25 
No todos los caminos espirituales conducen a la Unidad Armoniosa. 
De hecho, la mayoría son rodeos y distracciones y no otra cosa. 
¿Por qué no confiar en la evidencia y simplicidad del Camino Integral? 
Viviendo con sinceridad incondicional, erradicando toda dualidad, celebrando la igualdad de las cosas, cada uno de tus momentos morará en la verdad. 

26 
Existen dos clases de bendiciones. 
La primera consiste en las bendiciones mundanas que se ganan haciendo buenas obras. 
Estas tienen relación con la mente y, por tanto, están confinadas al tiempo y al espacio. 
La segunda consiste en la bendición integral que recae sobre quienes realizan la conciencia de la Gran Unidad. 
Esta conciencia te libera de los vínculos de la mente, el tiempo y el espacio para volar libremente a través de la armonía ilimitada del Tao. 
Existen igualmente dos clases de sabiduría. 
La primera es la sabiduría mundana, que consiste en una comprensión conceptual de tus experiencias. 
Como es posterior a los mismos acontecimientos, necesariamente te impide tu comprensión directa de la verdad. 
La segunda, la sabiduría integral, implica una participación directa en cada momento: el observador y lo observado se disuelven en la luz de la conciencia pura, y no existen conceptos ni actitudes mentales para disminuir esa luz. 
Las bendiciones y la sabiduría que corresponden a quienes practican el Camino Integral y conducen a otros a el, son mil millones de veces mas grandes que todas bendiciones y sabidurías mundanas combinadas. 

27 
No pienses que un ser integral tiene la ambición de iluminar a los que no son conscientes o de elevar a las personas mundanas al reino de lo divino. 
Para él, no existe yo y el otro, y, por ello, nadie a quien elevar; ni cielo ni infierno y, por tanto, ningún destino. 
En consecuencia, su única preocupación es su propia sinceridad. 

28 
Es tentador considerar los vastos y luminosos cielos como el cuerpo del Tao. 
Sin embargo, eso sería un error. 
Si identificas el Tao con una forma particular, nunca lo verás. 

29 
No pienses que puedes alcanzar la conciencia total y la completa iluminación sin una disciplina y prácticas apropiadas. 
Eso es egomanía. 
Los rituales adecuados canalizan tus emociones y la energía de la vida hacia la luz. 
Sin la disciplina para practicarlos, caerás constantemente retrocediendo en la oscuridad. 
He aquí el gran secreto: 
Lo mismo que la elevada conciencia de la verdad sutil se obtiene por medio de la conducta virtuosa y de las disciplinas constantes, también es mantenida por medio de ellas. 
Los seres altamente evolucionados conocen y respetan esta verdad. 

30 
Las palabras nunca pueden portar en sí mismas la belleza de un árbol; para comprenderlo, debes verlo con tus propios ojos. 
El lenguaje no puede captar la melodía de una canción; para comprenderla debes oírla con tus propios oídos 
Lo mismo ocurre con el Tao: la única forma de entenderlo es experimentándolo directamente.
La verdad sutil del universo es inexpresable e impensable. 
Por ello, las enseñanzas supremas son sin palabras. 
Mis propias palabras no son la medicina, sino una receta, no un destino, sino un mapa para que lo alcances. 
Cuando llegues allí, silencia tu Mente y cierra tu boca. 
No analices el Tao. 
Esfuérzate, por el contrario, en vivirlo: en silencio, sin división, con todo tu armonioso ser. 
Traducción del  Maestro Ni Hua Ching por BRIAN WALKER
http://universo-espiritual.ning.com/