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domingo, 20 de marzo de 2016

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



MIEDO
Capitulo VI (Segundo Escrito)
El Efecto Curativo del Amor
El miedo es tan pandémico en nuestra sociedad que constituye la emoción predominante que gobierna nuestro mundo, como sabemos.
El miedo también fue la emoción predominante entre los miles de pacientes tratados durante las décadas de práctica clínica.
El miedo es tan extenso y toma tantas formas que no hay suficientes páginas en este libro para enumerar todas sus variedades.
El miedo se relaciona con nuestra supervivencia, por lo que tiene un trato especial en nuestras mentes. Para la mayoría de la gente, el miedo es tan omnipresente que su vida constituye realmente un conjunto gigantesco de dispositivos de compensación para conquistar sus miedos. Sin embargo, incluso esto no es suficiente, por lo que los medios nos presentan una y otra vez situaciones de miedo, como en las noticias de esta mañana: "Un grupo terrorista amenaza con envenenar el suministro de alimentos".
Estos titulares son constantes, como si quisieran dar a la mente todas las oportunidades para que dominara la más temida de todas las emociones. Como la letra de una canción dijo, "Estamos atrapados entre el miedo a la vida y el miedo a morir."
Cuando todos los dispositivos de compensación de la mente fallan y el miedo se vierte en la conciencia en ataques de ansiedad o fobias evidentes, se etiqueta a la persona como paciente de una neurosis de ansiedad.
Es una información a destacar que el tranquilizante Valium es el fármaco más vendido en los Estados Unidos. Los temores tienden a aumentar. Así, el paciente típico con fobias muestra una extensión progresiva del miedo en más y más ámbitos de su vida, lo que le lleva a más y más restricciones de su actividad, y, en casos severos, a una total de inmovilización.
Este fue el caso de una paciente llamada Betty. Betty tenía treinta y cuatro años, pero parecía mucho mayor porque estaba delgada y demacrada. Entró en la oficina cargada completamente de bolsas de papel, en las que se encontró más tarde que contenían 56 botellas diferentes de preparaciones de herboristerías, vitaminas, suplementos nutricionales, además de varias bolsas de comida especial. Su miedo había comenzado como una fobia a los gérmenes y pronto todo a su alrededor parecía estar posiblemente contaminado con gérmenes. Tenía muchos miedos en relación a la salud y a contraer enfermedades contagiosas, y había progresado ahora a un miedo al cáncer. Creía cada historia terrible que leía, así que tenía miedo a casi todos los alimentos, al aire que respiraba, y que la luz del sol tocara su piel. Llevaba ropa blanca porque tenía miedo de los tintes a los materiales. En la oficina, nunca se sentaba porque tenía miedo a que la silla pudiera estar contaminada.
Cada vez que necesitaba una receta, pedía que fuera escrita en el centro de un talonario de recetas que no hubiera sido tocado. Además, quería arrancar la página del talonario ella misma; no quería que yo la tocara porque posiblemente llevaba los gérmenes del último paciente de haberle dado la mano. Llevaba guantes blancos en todo momento. Pidió ser tratada por teléfono ya que tenía demasiado miedo como para volver a hacer el viaje a la oficina de nuevo. A la semana siguiente por teléfono, me dijo que tenía miedo de levantarse. Llamaba desde su casa aún desde la cama porque ahora tenía miedo a salir a la calle.
Había desarrollado miedo a los ladrones, a los violadores, y a la contaminación del aire. Al mismo tiempo, tenía miedo a quedarse en casa en la cama por miedo a que pudiera empeorar y, para agravar todos sus otros temores, tenía miedo a estar perdiendo la cabeza. Le preocupaba que la medicación no le ayudara y que pudiera tener efectos secundarios, pero le preocupaba no tomarla por miedo a no mejorar. Ahora, decía que tenía miedo a que pudiera ahogarse con las píldoras y había dejado de tomar sus pastillas, incluso las del herbolario, menos aún la medicación prescrita. Sus temores eran tan paralizantes que cada acción terapéutica era bloqueada totalmente.
No iba a permitirme hablar con su familia. Tenía miedo a que se enteraran de que estaba visitando a un psiquiatra y pensaran que estaba loca. Yo estaba totalmente desconcertado y atormenté a mi cerebro durante semanas pensando cómo podía ayudarla. Finalmente, lo dejé. Experimenté el alivio de la entrega al entregarme totalmente: "No hay absolutamente nada que yo pueda hacer para ayudarla. Lo único que me queda por hacer es quererla." Y, así que, eso es lo que hice. Sólo pensaba en quererla, y con frecuencia le enviaba pensamientos cariñosos. Le di tanto amor como el que posiblemente le di cuando hablamos por teléfono y, finalmente, después de un par de meses de "terapia de amor", ella mejoró lo suficiente como para venir a la oficina. A medida que pasaba el tiempo, mejoró y sus miedos e inhibiciones comenzaron a disminuir, aunque nunca desarrolló ninguna interiorización. Estaba demasiado preocupada para hablar de cuestiones psicológicas, decía, así que durante meses y después con el tiempo años de tratamiento, lo único que hice fue quererla.
Este caso ilustra un concepto que previamente hemos presentado en el capítulo sobre la apatía; y es que, una vibración más elevada, como la del amor, tiene un efecto curativo sobre la vibración más baja, como en el caso de la paciente, el miedo. Este amor es un mecanismo de reafirmación, y muy a menudo podemos calmar los temores de otra persona por nuestra mera presencia física, y por la energía cariñosa que les proyectamos y con la que les envolvemos. No es lo que decimos, sino el hecho mismo de nuestra presencia lo que tiene el efecto curativo. Podemos aprender otra de las leyes de la conciencia: El miedo es curado por el amor. Este es el tema central de una serie de libros escritos por el psiquiatra Jerry Jampolsky (por ejemplo, Amar es Liberarse del Miedo).
Esta fue también la base para la curación en el Centro de Curación por la Actitud en Manhasset, en Long Island, del que fui co-fundador y consejero médico. La curación por la Actitud tiene que ver con la interacción del grupo con los pacientes que tienen enfermedades mortales y catastróficas, y todo el proceso de la curación tiene que ver con dejar ir el miedo y reemplazarlo con el amor. Este es el mismo mecanismo de curación demostrado por los grandes santos y sanadores iluminados, cuya mera presencia tiene el poder de curar debido a la intensa vibración de amor que irradian. Este poder sanador, -base de la curación espiritual-, también se transmite por los pensamientos cariñosos.
Las multitudes de personas a través de la historia registrada que se han curado con sólo este tipo de amor son legendarias.
En la historia reciente, por ejemplo, a la Madre Teresa se le atribuye la curación de un gran número de personas por estos mismos mecanismos del amor incondicional y la presencia iluminada. Para las personas que no están familiarizadas con las leyes de la conciencia, este tipo de curas parece milagroso.
Pero para aquellos que están familiarizados con las leyes de la conciencia, tales fenómenos son comunes y de esperar. Los niveles elevados de conciencia son en sí mismos capaces de sanar, transformar e iluminar a otros. El valor del mecanismo de la entrega es que, al dejar ir los bloques para amar, nuestra capacidad de amar aumenta progresivamente, y la energía amorosa tiene la capacidad de sanarnos a nosotros mismos y los demás.
El único inconveniente de este tipo de curaciones es que a menudo la curación se mantiene mientras se esté próximo a una persona capaz de irradiar altos niveles de amor, pero la enfermedad vuelve cuando la gente deja su presencia, a menos que ellos mismos hayan aprendido a elevar su propia conciencia. "Bueno", podrías preguntar, "si enviar pensamientos de amor tiene un poder sanador, ¿cómo es que vemos a todos esos enfermos en los hospitales, cuyas familias son tan solícitas? ¿Por qué el amor de la familia no cura al paciente?" La respuesta es ver el tipo de pensamientos que están siendo enviados por la familia al paciente. Si los examinamos, encontraremos que son principalmente pensamientos de angustia y miedo, acompañados de culpa y ambivalencia. Podríamos imaginar el amor como la luz del sol y los pensamientos negativos como las nubes. Mientras que nuestro más elevado, Ser superior es como el sol, todos los pensamientos negativos, las dudas, los miedos, los enfados, y los resentimientos que tenemos atenuar la luz del sol y, finalmente, la luz llega a través de ellos sólo débilmente. Fue Jesucristo quien dijo que todos nosotros, por la fe, potencialmente teníamos el poder de curar.
El santo, la persona de elevada conciencia, es por definición alguien que ha eliminado las nubes de la negatividad e irradia completamente el poder curativo del sol. Esa es también la razón por la que los seres santos tienen tal poder magnético que atraen multitudes a su presencia física.
Por ejemplo, cuando fue el cumpleaños del fallecido santo Indio Sri Ramana Maharshi, habían 25.000 personas de pie ante el sofocante sol tropical, hombro con hombro, como un solo hombre para celebrar su presencia y desearle lo mejor.
A medida que consistentemente dejamos nuestros miedos y resistencia y permitimos que sean entregados, la energía que estaba atada al miedo es retirada y ahora se vuelve dispone para brillar como energía de amor. Por tanto, el amor incondicional tiene el mayor poder de todos, y ese amor es el poder de los santos famosos. El amor incondicional es también el poder de la madre y el padre, cuya presencia es tan esencial para el aprendizaje del amor en los niños cuando crecen. Fue Sigmund Freud quien observó que lo más afortunado que nos puede pasar es crecer siendo el hijo predilecto de nuestra madre. ¿Qué pasa con aquellos de nosotros que no tuvimos la feliz experiencia de ser rociados con el amor incondicional a medida que crecimos? Existe la creencia generalizada de que si no tuviéramos esta experiencia, estaríamos de alguna manera lisiados o con cicatrices de por vida; en realidad, esto no es así. Una persona que ha experimentado una gran cantidad de amor en sus primeros años de vida tiene menos miedo y un buen comienzo, pero este amor es inherente a todos nosotros. Por la naturaleza misma de nuestro ser y por la propia naturaleza de la energía vital que fluye a través de nosotros y nos capacita para respirar y pensar, todos tenemos el mismo nivel de vibración de la energía del amor en nosotros. Si, al buscar en nosotros, vemos que hemos permitido que la experiencia de nuestra propia naturaleza sea bloqueada por extensos temores, después podremos redescubrir el amor en nosotros al utilizar el mecanismo de entrega y, por tanto, dejar ir las nubes de la negatividad.
Al redescubrir este amor interior, redescubrimos la verdadera fuente de la felicidad.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

El MECANISMO DE DEJAR IR (Dr. David R Hawkins.)



MIEDO
Capitulo VI
Las muchas caras del miedo nos son familiares a todos nosotros. Hemos sentido flotar libremente la ansiedad y el pánico.
Hemos estado paralizados y congelados por el miedo, con las palpitaciones y la aprehensión que le acompañan.
Las preocupaciones son miedos crónicos. La paranoia es su extremo. En las formas más leves de miedo, estamos simplemente incómodos. En las más graves, nos volvemos asustadizos, cautelosos, bloqueados, tensos, asustados, tímidos, sin palabras, supersticiosos, estamos a la defensiva, somos desconfiados, nos sentimos amenazados, inseguros, temerosos, suspicaces, tímidos, atrapado, culpables y llenos de pánico escénico.
Existe el miedo al dolor y al sufrimiento, el miedo a vivir, el miedo a amar, el miedo a la proximidad, el miedo al rechazo, el miedo al fracaso, el miedo a Dios, el miedo al infierno, el miedo a la condenación, el miedo a la pobreza, el miedo al ridículo y a la crítica, el miedo de ser atrapado, el miedo a la insuficiencia, el miedo al peligro, el miedo a la desaprobación, miedo al aburrimiento, el miedo a la responsabilidad, el miedo a toma de decisiones, el miedo a la autoridad, el miedo al castigo, el miedo al cambio, el miedo a la pérdida de la seguridad, el miedo de la violencia, el miedo a perder el control, el miedo a los propios sentimientos, el miedo a la manipulación, el miedo a ser descubierto, el miedo a las alturas, el miedo al sexo, el miedo a ir por nuestra cuenta y ser responsables, y el miedo al propio miedo. Hay, además, una causa de miedo de la que mucha gente es inconsciente: el miedo a las represalias. Este temor surge del deseo de esquivar, devolver el golpe, y atacar.
Al dejar el miedo, nos encontramos con lo que hay detrás de el, que a menudo es la ira hacia el objeto del propio miedo. La voluntad de dejar el miedo y superarlo ya nos pasa al siguiente nivel, que es la ira. El hecho de que podamos hacer frente a esta combinación de sentimientos de miedo / ira y entregarlos nos pasa instantáneamente al orgullo y el coraje.
El Miedo a Hablar en Público Un excelente experimento es dejar el miedo al propio miedo. Cuando dejamos de estar preocupados por el miedo, nos damos cuenta de que es sólo un sentimiento.
De hecho, el miedo es mucho más tolerable que la depresión. Sorprendentemente, para una persona que ha estado en depresión profunda, el resurgir del miedo es bienvenido. Es mejor sentir miedo que desesperanza. Para entender cómo el miedo se refuerza a sí mismo, tenemos que detenernos y ver otra de las leyes de la conciencia: Lo que uno mantiene en su mente tiende a manifestarse. Lo que esto significa es que cualquier pensamiento que mantenemos consistentemente en la mente y consistentemente le damos energía tenderá venir a nuestra vida de acuerdo a la misma forma en que nuestra mente lo ha mantenido. Por lo tanto, el miedo engendra pensamientos temerosos.
Cuanto más mantengamos estos pensamientos en la mente, más probable es que el acontecimiento temido ocurra en nuestra vida, lo que a su vez refuerza nuestro miedo.
Como médico pasante, tuve miedo a hablar en público. En cuanto pensaba en levantarme delante de mis colegas médicos para presentar el caso de un paciente, la voz me fallaba de puro miedo. Debido al mantenimiento de ese miedo, surgió la inevitable situación que hizo necesario tener que presentar el caso de un paciente en una reunión de personal. Después de leer algunos párrafos de la historia clínica, la voz comenzó a fallar y debilitarse y finalmente se detuvo. El mismo miedo que había mantenido en la mente sucedió y, por supuesto, esa aparición reforzó el miedo a hablar en público y llevó a la apatía sobre ello.
A partir de entonces, durante muchos años, el sistema de creencias limitante operó: "No puedo hablar en público, no soy orador”. Todas y cada una de las ocasiones para hablar fueron evitadas, con la consiguiente pérdida de autoestima, anulación de actividades, y limitación de metas profesionales. A medida que pasaban los años, el miedo tomó una forma un tanto diferente.
El sistema de creencias fue: "No quiero hablar, porque podría ser un orador malo y aburrido. "Por último, surgió una ocasión en la que era necesario hablar en una reunión pública.
Hubo una oportunidad de sentarse y encontrar el coraje para enfrentar el miedo. El diálogo interior era: "¿Que es la peor que podría suceder? Bueno, podrías ser terriblemente aburrido". Esto trajo a la mente todos los aburridos discursos dados por los demás, y entonces se hizo posible aceptar que un discurso aburrido era en realidad algo común y ciertamente no el fin del mundo. Hubo un abandono de la soberbia y la vanidad tras ese miedo. Sí, podría suceder que el discurso fuera terriblemente aburrido. El fatídico día finalmente llegó. El documento estaba escrito de modo que todo lo que se necesitaba era leerlo. Sí, hubiera sido mucho más interesante hacerlo improvisado, pero había el reconocimiento y aceptación del miedo, por lo que el discurso fue escrito con anterioridad. Llegó el momento de subir al podio. A pesar del miedo interior y la lectura en un tono de voz plano, se logró la hazaña.
Después algunos amigos me dijeron: "Ese fue técnicamente un buen discurso pero, chico, sin duda aburrido”. Al yo interior, sin embargo, no le importaba; estaba jubiloso por haber tenido el coraje y la aceptación para enfrentar la situación y de hecho hacerlo. El hecho de que fuera aburrido era irrelevante. Lo importante es que lo había hecho todo. La autoestima aumentó porque el miedo y la inhibición se habían superado, y las charlas ya no tenían que ser evitadas. De hecho, la práctica se desarrolló al comenzar todas las presentaciones con una advertencia al público: "Soy uno de los oradores más aburridos del mundo y, de hecho, puedo ser bastante tedioso." Sorprendentemente, esto provocó la risa de la audiencia. Sus risas significaban la aceptación de nuestra común humanidad, por lo que los temores se despejaron.
Se descubrió que el humor es valioso para hablar en público.
Es una manera de ser simplemente uno con la humanidad de la audiencia y de descubrir su compasión. Una vez que nos unimos a ellos en la compasión, podemos sentir su aliento de ánimo. Nos encantan aliviar el miedo y aceptarnos, y a ellos les encanta volver a hacer lo mismo que ellos mismos temen. Una vez que esta evolución de los niveles de la emoción se hace, se produce el placer de hablar en público. Encontramos que una parte de la mente puede ser muy divertida cuando se presenta la ocasión. Finalmente, con la entrega total, la lectura de un discurso preparado se dejó y se convirtió en habla improvisada.
Con la mayor experiencia, el hablar en público fue mejorando, lo que generó más compromisos. Esto permitió que apareciera en los medios de comunicación nacionales en programas de entrevistas en la televisión. Es un gran paso empezar siendo demasiado miedoso incluso para leer la historia de un caso delante de unos pocos pasantes a disfrutar de hablar a millones de espectadores en una cadena de televisión en el Show de Barbara Walter.
Todos obtenemos grandes beneficios al liberarnos de una inhibición por miedo y alcanzar un buen funcionamiento, ya que el proceso de aprendizaje automáticamente se vierte en muchas otras áreas de nuestra vida. Nos volvemos más capaces, más libres y felices y, con ello, la paz interior de la mente.
Dr. David R Hawkins
http://rosacastillobcn.blogspot.com.es/

LOS CUATRO MIEDOS QUE NOS ATENAZAN (SABIDURÍA TOLTECA)




Miedo a la soledad
Hay dos opciones que se pueden considerar:
La primera es que el ego trabaja en su banal causa de hacerte creer que realmente estás solo, que tu estás unido a los demás, con el fin de sentirte protagonista de la vida y encontrar el reconocimiento, en todos los niveles que te imagines, en la familia, en la pareja, en el grupo de amistades, en el trabajo y en la sociedad.
La segunda opción es que el espíritu desea que recuerdes que eres parte de una Totalidad. Que tú siempre estás unido a la energía integradora de Dios, que se manifiesta en una llama interior que tú posees, una luz que debes expandir. Cuando le das fuerza a esa luz interior, comienzas a mirar con los ojos de tu corazón y empiezas a ser consciente de que siempre tienes compañía. Es la compañía con tu ser interior y con tu Creador Supremo. Llegarás a comprender que la soledad es una maravillosa oportunidad de la vida para compartir contigo mismo; y justamente en este momento, empezarán a aparecer aquellas personas que vibrarán con tu misma sintonía e intensidad.
Miedo a la escasez
Superar el miedo a estar escaso, sin dinero u oportunidades para ser cada vez más abundante requiere de un trabajo contigo mismo. Debes darte la oportunidad para considerar que tus emociones sientan ese “deseo de merecer lo mejor para tu vida”. El sentimiento de víctima, es una señal de que el fantasma del miedo esta invadiéndote.
Hay una palabra de siete letras que, cuando la repites, empieza a dar claridad al estado de abundancia que hoy tienes. Esta palabra es “GRACIAS”.
Cuando agradeces por todo cuanto tienes en este momento y por lo que llegará a ti, comienzas a ser perceptible de todas las cosas que Dios te ofrece cada día.
Gracias Dios por abrir los ojos este día de hoy, por poder respirar un día más.
Gracias por la cama donde duermo, por las situaciones que parecen adversas, pero me dejan sabiduría.
Gracias Dios, por la sonrisa que me regalo esa persona que no conozco.
Gracias Dios, por Tener trabajo, por la comida caliente, por la taza de café.
Agradece y, en poco tiempo, todos tus deseos comenzaran a materializarse.
Miedo a la enfermedad
La enfermedad es un desequilibrio de tu estado de conciencia.
Cuando empiezas a sentirte débil, está claro que perdiste tu fortaleza interior.
“Enfermedad”, es una palabra compuesta del latín “in-firmus”, que significa “sin firmeza”.
Si comienzas a erradicar las auto-culpas, estarás dejando las cárceles del saboteo mental y te liberarás de estas ataduras.
El filosofo Platón dijo: “Mente sana en cuerpo sano”.
Piensa positivo respecto de ti mismo.
La enfermedad se contagia, perjudicando a otro ser, como se puede contagiar la salud.
Reconcíliate con el pasado, perdona íntimamente en tu alma todos los sucesos de dolor y llena tu corazón de alegría, perdón y paz.
Permanece también en silencio, porque Dios te hablará en este espacio de meditación.
El remedio para la enfermedad es el amor. Te darás cuenta que, de todos los medicamentos, el amor también crea adicción.
Conviértete en un “adicto al amor”, llénate de amor, ya que nadie puede otorgar lo que no tiene, da amor y recibirás a cambio amor.
Estarás cada vez mas sano y lleno de vitalidad.
El mundo necesita que estés saludable, para poder cumplir tu rol de ser un gestor de cambios en este planeta, que necesita curar su alma.
Si hay algo de lo que podemos estar seguros es que, cuando Dios lo disponga, partiremos de esta vida, no antes, ni después. Cuando el médico nos da la primera palmada para que comencemos a respirar, se activa la cuenta regresiva, ese tic-tac que nos indica que vamos yendo hacia el día en el que debamos parar.
Es por eso que la vida es un constante pre-parar, es decir, una invitación a trascender en cada instante vivido, hasta que llegue tu turno de parar.
Miedo a la muerte
Cierra tus ojos un momento e imagina que hace una semana que has muerto y que estás en el cementerio visitando tu propia tumba. Miras tu lápida y lees tu nombre, tus fechas de nacimiento y de partida de este mundo. A continuación, piensa en cual es la frase que escribiría la humanidad acerca de ti, en tu propia lápida: ¿Qué dirían de ti?
¿Que fracasaste en muchas de las áreas de tu vida?
¿Que la gente agradece que hayas partido, porque les hiciste la vida amarga?
O, qué sienten profundamente tu partida y que dejaste un espacio vacío en la humanidad, que nunca nadie podrá llenar.
¿Qué diste? ¿Qué cediste? ¿Qué donaste? ¿A quién ayudaste? ¿De qué te privaste?
Escribe en un papel que es lo que deseas que quede grabado en la piedra, cuando partas de este mundo. Trabaja, día tras día, para acercarte a este enunciado que declaras.
El miedo a la muerte se supera, cuando tu meta es proyectarte en la trascendencia de tu entrega, bondad, generosidad, desprendimiento, altruismo, amor al prójimo, capacidad de despojarte, sin condiciones, sin esperar retribuciones, que vivirás en la memoria y los corazones de quienes hiciste contacto en la vida e hiciste felices.

(Antigua Sabiduría Tolteca)

LAS 9 CARTAS VERSIÓN DEFINITIVA (CRISTO VUELVE)



CRISTO VUELVE, Revela la verdad sobrecogedora
Segunda  Carta de Cristo (Quinto Escrito)
ESTA ES LA VERDAD TRAS MI CRUCIFIXIÓN, Y TODO LO DEMÁS QUE HAS OÍDO SON CONJETURAS HUMANAS QUE SURGIERON DE LA PRÁCTICA JUDÍA DE LAS OFRENDAS QUEMADAS EN EL TEMPLO.
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Yo era un regalo del ‘Padre’ para la humanidad para ayudarla a superar su ignorancia de las Leyes de la Existencia, y a encontrar la verdadera Senda de la Vida que les dirigiría a la alegría, a la abundancia y a la integridad perfecta del Reino del Cielo.
Éstas eran las percepciones, los deseos, las intenciones y objetivos y los pensamientos que llevaba dentro de mi mente y de mi corazón. Ésta era la estructura mental – emocional terrenal que cubría mi consciencia espiritual oculta dentro de la cabeza y figura de ‘Jesús.’ Era mi consciencia espiritual canalizada en las formas de pensamiento y sentimiento arriba mencionadas la que me obligaba a emprender un viaje de tres años para llevar a la gente lo que yo creía, de todo corazón, que era el rescate de su propia forma ciega de pensar y sentir, la cual creaba sus propias vidas turbulentas.
Verdaderamente creía que si solamente se pudiera demostrar a la gente todo lo que se me había dado a comprender, se daría cuenta de su locura anterior y se esforzaría por cambiar su forma de pensar y pondría pie en el Camino de la Vida que dirige hacia el Reino de los Cielos. Con este propósito, estaba dispuesto a dar mi vida. A causa de la interpretación errónea atribuida a mi misión por los maestros judíos, mi verdadero mensaje ha sido deformado hasta no ser reconocible y el propósito de estas Cartas es el de traer a la gente de esta Nueva Era, la verdad de lo que realmente hablé a las multitudes en Palestina.
Por consiguiente, volviendo a mi narración de aquellos días, déjame retroceder a un día especial que dio fruto entre mis oyentes que produjo una impresión duradera en las mentes de mis discípulos. Por lo tanto, para mí también, fue un día especialmente significativo. Me libré de la presión de la gente, para ir a las colinas a rezar y meditar, para recargar mis pilas espirituales, haciendo una profunda y fuerte conexión más potente con el ‘Padre’ que se hallaba dentro de mí. Esta conexión se oscurecía tan rápidamente dentro de mi consciencia al estar ocupado entre las multitudes que estaba exhausto. Al llegar a la cueva que utilizaba cuando me encontraba en esa zona, saqué el jergón que estaba escondido debajo de una roca y me acosté para dormir.
En lugar del sueño, sin embargo, sentí en seguida el influjo de la Vida Divina, el ‘Padre,’ y se disolvió el cansancio mientras mi cuerpo se cargó con el Poder que es la Fuente Creativa de Todo Ser. Fui elevado en consciencia hacia dentro de una Luz dorada y, mientras viajaba hacia arriba dentro de esa Luz, de repente se cambió en el más puro color blanco y sabía que en consciencia,
estaba ya en los umbrales del Equilibrio que es el Eterno, el Universal, la dimensión Infinita más allá de toda concepción de la mente humana.
Observé la LUZ, pero yo no era de ELLA, tampoco ELLA estaba poderosamente dentro de mí, puesto que ésta fue la dimensión de ‘Dios’ del vacío, el no- forma del Equilibrio Universal.
Pero ELLO se comunicó conmigo y me infundió con Su AMOR incandescente. Grabó en mí, una vez más, que ELLO era el AMOR ‘Proceso Creativo – Perfeccionador – Sanador’ AMOR que gobierna toda existencia. Sabía que dondequiera que hubiese falta, al final habría saciedad, igual que las aguas fluyen hasta llenar un lago. Donde hubiera miseria, habría alegría porque era la NATURALEZA del Universal moverse dentro de cualquier cosa que tuviera necesidad, para traerle plenitud y alegría.
Sabía que donde no hubiera crecimiento, surgirían las circunstancias para promocionar el crecimiento. Sabía que donde hubiera un sentimiento de fracaso, se suministrarían retos para estimular a la gente hacia el éxito y la auto – confianza. ‘Vi’ que este TRABAJO AMOROSO constantemente iniciado por el ‘Padre’ en las vidas de la gente sobrecargada, puede no ser reconocido como un ‘regalo de AMOR’ por los receptores. ¡Podían estar tan hundidos en su apatía y sentimientos de fracaso, en su creencia de que nada bueno podía ‘tocarlos’, que no veían nada en sus vidas más allá de sus propias creencias y sentimientos! Por lo tanto se quedarían arraigados a su propio infierno auto – creado.
No había necesidad de sentir lástima por nadie. La única necesidad era tener el corazón compasivo y una determinación de traer la Verdad para sanar la ignorancia. El don más grande que un hombre podría dar a otro era la iluminación de la ignorancia de la existencia y sus leyes cósmicas, puesto que la VERDAD era: Cada alma está abrazada dentro del Universal, y el grado del influjo a través de la ACTIVIDAD AMOROSA del ‘Padre’ en sus vidas depende enteramente de la receptividad del individuo.
Comprendí que lo que la gente necesitaba oír con urgencia, era aquello de lo que yo acababa de enterarme. Necesitaban ‘ver’ y comprender completamente la intención y el propósito y el potencial del AMOR, el cual era la misma sustancia de su ser.
A causa de su falta de fe puede que (se) echasen a un lado la ACTIVIDAD AMOROSA del ‘Padre’ como si fueran más bien ‘desafíos inductores de penas’, y así rendirse ante el fracaso para siempre. Ahora, vi con más claridad aún que fui enviado para despertar a la gente a todas las posibilidades de auto – desarrollo, de prosperidad y de alcanzar alegría y felicidad; pero dependería de ellos que despertasen y que aprovechasen lo que se les ofrecía. Me acuerdo de que esta inspiración duró toda la noche, y por la mañana me levanté sintiéndome vivo como nunca antes.
Se me había clarificado el mensaje.
Había visto, aún más claramente, la Realidad del ‘Padre,’ y sabía que podría salir aquel día a encontrarme con la multitud a transmitirle el poder y la vida de lo que me había sido enseñado.
Al bajar de la cueva, llegué a una roca grande que daba a un precipicio escarpado. Cuando me senté, podía mirar sobre la ciudad que íbamos a visitar aquel día. Sentía aquel ‘Proceso de Perfeccionamiento’ – ese Impulso que Hace Integro el ‘Padre’- surgir a través de mí y anhelaba compartir Aquello con los demás antes de que los problemas del diario vivir LO ahogasen, y que perdiese su poder y empuje dentro de mi consciencia humana.
Mis discípulos se reunieron conmigo poco después. Al entrar en la ciudad, hablaban con la gente y dirigían a las multitudes que acudían a que se moviesen hacia un terreno pendiente más allá de las casas. De pie sobre una roca grande en medio de ellos, empecé a hablar. Descubrí que la pasión y la alegría - el deseo, el anhelo y la convicción - se vertieron espontáneamente en las palabras que pronuncié. - Estás profundamente hostigado y fatigado. Tus tareas te agobian más al hacerte mayor, tu estómago a menudo está vacío, tus ropas raídas, los demás te hacen enfadar, y sientes que no hay fin a tus infortunios y a la aflicción de tu espíritu. - Pero esto no es la verdad referente a tu existencia. La intención de tu vida era muy diferente. Si pudieras ver más allá de tus sentimientos – si tan sólo pudieras elevar tu mente para contactar con el ‘Padre’ que está dentro de ti, podrías ‘ver’ y saber lo que debería ser el estado de tu existencia. Te darías cuenta de que estás creado para disfrutar de la abundancia, la protección, la buena salud y la felicidad. -
Pero dado que a diario vives atemorizado del ‘bien y el mal’ y crees y esperas esto, más que creer en el ‘Padre’ que es abundante VIDA y AMOR dentro de ti, suministrándote todo lo necesario para tu salud y bienestar, son tus experiencias temerosas del ‘bien y el mal las que atraes a tu vida y a tu cuerpo. ¡Tus creencias en el ‘bien y el mal’ oscurecen – SE OBCECAN – contra todo lo que el ‘Padre’ tiene guardado para ti si simplemente quieres creer en el ‘PADRE AMOR !’ - Juzgas tu hoy y esperas de tus mañanas lo que has experimentado en el pasado. Y así, los males de tu ayer se repiten continuamente en el futuro. - Estás esclavizado por tus recuerdos y por tu fe constante de que lo que ocurrió en el pasado debe volver una y otra vez para cargar y herirte. - No necesitas sanar tu cuerpo o intentar mejorar tu vida, necesitas sanar tus creencias. -
Te he dicho que no hay nada sólido bajo el sol. - Si pudieras curar tus creencias, alinear tus creencias con la verdadera Intención del ‘Padre’ para ti, las creencias erróneas que gobiernan tu cuerpo y vida se disolverían como la bruma ante el sol. - Cada circunstancia tuya enseguida volvería a la Intención Divina que está detrás de toda creación. - Comprobarías que para cada dificultad, para cada falta de cualquier índole, hay siempre un remedio para poner fin a la dificultad, siempre hay algo para llenar tu cesta para satisfacer tu necesidad. - ¿Qué piensas que ocurre cuando me vienen los enfermos y les impongo las manos? - ¿Estoy pensando en la enfermedad? ¿Estoy preguntándome si la persona será curada? ¿Tengo miedo que el ‘Padre’ pueda estar durmiendo o tan lejos que no me escuche? - Nada de eso. Si éstos fueran mis pensamientos incrédulos, no habría curación. - Cuando alguien se me acerca para que le cure, enseguida me regocijo porque sé que el ‘Poder’ que es el ‘Padre’ está dentro de mí, preparado y esperando sanar en el momento en que se lo pido. Doy gracias porque sé que la ‘Voluntad del Padre’ es la salud, no la enfermedad. Por lo tanto rezo para que la ‘Voluntad del Padre’ sea hecha en el enfermo. Mientras quito la creencia en la enfermedad del cuerpo del enfermo, SABIENDO que la ‘Voluntad del Padre’ de salud, está entrando en su sistema, así que la apariencia – la apariencia de enfermedad- cambia y se convierte en la realidad de la ‘SALUD – PADRE’, y el cuerpo se vuelve íntegro de nuevo. - La enfermedad no es más que un bajón de la vitalidad – una reducción de la VIDA – dentro de la parte afectada. Restablece la “VIDA – PADRE” a la verdadera Intención y Plan de tu sistema y el sistema entero funcionará debidamente. - Te han dicho que Dios envía las enfermedades, las plagas, la hambruna, la destrucción de las naciones cuando ellas no guardan sus leyes; te han dicho que tu mismo eres castigado por un Dios enojado por los pecados que has cometido. ¿Qué es el castigo – sino maldad so pretexto de bondad? - Yo te digo que el mal no viene de Dios. ¿Cómo puede Dios estar en las dos partes – el bien y el mal? Es tan sólo en tu mente que se concibe el bien y el mal; tan sólo en tu corazón lo piensas y sientes.
Estos pensamientos y sentimientos no tienen nada que ver con el verdadero Dios que es el ‘Padre’ dentro de tu interior, trayéndote todo lo bueno si tan sólo así lo crees. - Es tu creencia en el bien y el mal, y el bien y el mal en tu corazón, lo que te trae la enfermedad. - En realidad, vives dentro del Reino del Cielo, y el Reino del Cielo está dentro de ti, y estás gobernado por el ‘Padre’ pero dado que crees en los castigos de Dios, crees que solamente los sacrificios en el Templo te salvarán, crees que eres heredero de la enfermedad, la pobreza y la miseria; creas con tu mente, las mismísimas cosas que no quieres. - No estés abatido – regocíjate y estáte contento y sabe que aquellos que experimentan falta, lejos de ser castigados y abandonados por Dios, aunque hayan pecado, son verdaderamente bendecidos. - El hombre que no tiene nada es rico en el Poder del ‘Padre’ si tan sólo LE hace caso; confía en Ello, y vive dentro de Ello. - Dado que, cuando está saciado tu estómago y tu cuerpo conoce el confort y tu mente y tu corazón están a gusto, crees que no tienes ninguna necesidad urgente o actual del ‘Padre’ para que sea activo dentro de ti para saciar tus necesidades.
Tú crees que por tus propios pensamientos y manos satisfaces tus propias necesidades con facilidad, de modo que cuando hablas de ‘Dios’ tan sólo puedes hablar de lo que has oído decir a otros.
Tú mismo, no tienes ninguna experiencia directa de ‘Dios.’ - Observa a los ricos. Están hundidos, atados, inmersos en sus propias riquezas. Se levantan por la mañana, se ocupan de sus asuntos diarios, sin saber nada del ‘Poder del ‘Padre’ que está en su interior. Piensan los pensamientos que aumentarán sus riquezas, los pensamientos que fomentan el ‘ego,’ envían órdenes que cargan a aquellos que les sirven, viven sus vidas según su propia elección. Por consiguiente, dado que extraen su vida limitada tan solo de su propio pensamiento limitado que surge de sus mentes y corazones corporales, se enferman y experimentan tanta miseria como el hombre que no tiene nada.
No se dan cuenta que tan sólo viven a medias porque no están en contacto con la FUENTE de la VIDA, el ‘Padre,’ que está dentro de ellos. Tampoco ‘ven’ nunca que mucho del bien que ha surgido en sus vidas no es de su propio plan sino que es el TRABAJO AMOROSO del ‘padre’ que está oculto en ellos. -
Los líderes religiosos están a gusto en sus propias comodidades en los puestos de autoridad. No tienen necesidad de nada más allá que sus propias satisfacciones físicas. Porque no tienen ningún conocimiento personal de Dios, tienen que leer de sus Libros Santos las palabras habladas por hombres santos hace mil años y contar a la gente lo que piensan que significan. -
Pero todo lo que dicen procede de sus propias pequeñas mentes que están aprisionadas dentro del confort de sus vidas, hundidas en la expectación de lo que comerán y beberán y en qué atuendo vestirán para impresionar a la gente.
No saben nada de la inspiración que dio a luz las palabras pronunciadas por los profetas hace tantos siglos. Tampoco saben si esas palabras son realmente las que necesitas escuchar en este momento, ya que los tiempos cambian. -
Créeme, los hombres ricos y los líderes religiosos son fuertes en las cosas de la tierra y no quieren salir de todo aquello que les aporta seguridad y que les hace mantenerse en sus tradiciones y observancias. Cualquier desvío sacudiría los cimientos de sus creencias y por lo tanto de sus vidas.
Así, construyen defensas mentales en contra del influjo del Poder del ‘Padre.’ También se enferman y, a su manera, conocen la miseria como los que no tienen ninguna comodidad terrenal. - No hay diferencia entre los que tienen poco en la vida y aquellos que lo tienen todo, puesto que los ricos y los pobres por igual se enferman, hacen enemigos y se encuentran solos -
Pero es enorme el potencial que tú ganarías en comparación con lo que los religiosos y los ricos jamás pudieran esperar ganar: en salud, felicidad, compañerismo y éxito en tus caminos elegidos de vida. Y cuando todo esté cumplido, sabrás que las oportunidades, la habilidad, la inspiración, todo, procedía del ‘Padre’ que está en tu interior, porque sabrás que nunca podrías haber hecho tales cosas si no las hubieras pedido al ‘Padre’ que está dentro de ti para ayudarte a utilizar todos tus talentos, para poner abundante comida en tus despensas y ropa en tus espaldas, y felicidad y una buena vida para tus hijos. Todas estas cosas haría el ‘Padre,’ si tan sólo se lo pidieras – y creyeras – y supieras - y recordaras siempre – que es la Naturaleza del Padre crear y luego proveer abundantemente para toda Su creación. -
Tal como tu no privarías deliberadamente a tus hijos de las cosas que necesitan, así tu ‘Padre’ nunca te privará deliberadamente de todo lo que necesitas para una vida feliz. Si eres pobre es porque todavía no has comprendido la naturaleza del ‘Padre,’ tampoco has comprendido que debes trabajar con el ‘Padre’ para cubrir tus propias necesidades.
Debes inmediatamente tomar las oportunidades divinas que se te presentan para ayudarte a salir adelante. - Si pudiera mostrarte y hacerte ver y creer que cuando te lamentas, tu tristeza es conocida por el ‘Padre.’ Con el tiempo tu pena se convertiría en alegría, si tan sólo volvieras hacia el ‘Padre’ y observaras lo que el trabajo del ‘Padre Amoroso’ está haciendo para ti. Encontrarías consuelo más allá que cualquier cosa que hubieras pensado posible. -
Eres bendito cuando tienes hambre y cuando tienes sed, porque el ‘Padre’ conoce tus necesidades. En breve esas necesidades serán saciadas, si dejas de lamentarte y empiezas a rezar al ‘Padre’ y pides – creyendo que vas a recibir. - ¿Cómo puedes creer que para comer y para ir bien vestido se debe ir primero al Templo a ofrecer un sacrificio, quemando a las propias criaturas vivas del ‘Padre’, para compensar tu pecado? ¿No ves que los seres vivos que quemas han sido creados para disfrutar de la vida igual que tu has sido creado para disfrutar de la vida? Han sido creados para ser una bendición y son benditos en la tierra igual que tú has sido creado para ser una bendición y ser bendito, puesto que ésta es la naturaleza del ‘Padre Amoroso’ que se revela en su creación. -
Si puedes recordar que ‘lo que realmente se cree’ es lo que se recibe, ¿no ves que esta creencia Judía de sacrificios de seres vivos en el templo no te trae más que miseria? Cree en el castigo y castigo recibirás. Cree en matar y en la destrucción como camino correcto para alcanzar a Dios y eso es lo que experimentarás, asesinato y destrucción.
Si tienes hambre y sed es porque das la espalda al ‘Padre’ que está dentro de ti. Al consentir en tus pensamientos temerosos, ansiedades y sentimientos de desesperanza, tú estás creando las mismas condiciones que quieres rectificar. Tú mismo te estás haciendo todas estas cosas malas a ti mismo. -
Por consiguiente, aun más bendito eres cuando tienes hambre y sed de bondad y por hacer contacto con tu ‘Padre’ que está dentro de ti, porque entonces sin duda serás saciado hasta cien veces más. - Bendito eres cuando te atacan y te roban porque verás a Dios – en - acción al quedarte quieto en perfecta confianza, y verás suceder la liberación. - Bendito eres cuando estás enredado en conflicto, y aún así puedes ser compasivo con tu prójimo y ser el conciliador; llevas en el corazón el amor que es del ‘Padre’ y eres verdaderamente hijo del ‘Padre’. -
Bendito eres cuando te han agraviado profundamente y puedes perdonar y ser misericordioso absteniéndote de buscar justicia o los medios para perseguir a quien te agravió.
Te pones directamente en armonía con el amor que es ‘Dios – activo – dentro de ti’, y de la misma manera recibirás misericordia en momentos de apuro. - Los más benditos de todos son los puros de corazón, porque éstos se han librado de todo enojo, odio, rencor, y falta de amabilidad – y están delante del mundo como el Amor – hecho – visible.
Conocerán la Realidad llamada ‘Dios’ y conocerán que la Realidad es el ‘Padre’ dentro de ellos. - ¿Cómo puedo ayudarte a ver esta gran verdad? ¿Cómo puedo ayudarte a ver la realidad del Reino de los Cielos, el Reino de Dios?
No tienes que estar mirando al cielo porque no es ahí donde verás la actividad del ‘Padre’ tan claramente que debe, sin duda, fortalecer tu fe. Es aquí, donde, a través de los siglos, la gente ha cometido el gran error de mirar hacia dentro en sus sueños, en su imaginación, creando por sí mismos un Jehová que no existe. No encontrarás al ‘Padre’ en algún lugar en los cielos por encima de ti.
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Igual te resuena e igual no te resuena la verdad de alguien o el mensaje de alguien, está perfecto lo importante es el mensaje y no el mensajero....y repitiendo si te resuena tómalo si no déjalo pasar... no es para ti... mas también justo es a esto que se nos invita a no tener ningún ídolo, ningún Avatar, nadie a quien seguir... solo sigue tu propio corazón… justo de esto habla de los falsos profetas marcando a alguien en particular... pues todos somos maestros y alumnos a la vez y no en si el vehículo llamado cuerpo, y no la personalidad, sino el mensaje que llega a través nuestro o a través de los otros.

LAS 9 CARTAS VERSIÓN DEFINITIVA (CRISTO VUELVE)



CRISTO VUELVE, Revela la verdad sobrecogedora
Segunda  Carta de Cristo (Cuarto Escrito)
Escucharían mis enseñanzas y quedarían perplejos ante lo mucho que les quería decir. Era imprescindible que primero les explicara el fondo de todo lo que me había sido revelado en el desierto.
Les conté que a pesar de mi modo de vida anterior imprevisible, siempre había sentido una profunda compasión hacia la gente.
Fue mi compasión lo que me hizo dar la espalda al ‘dios’ presentado por los Rabinos. Cuando hablé de mi total rechazo de un Jehová castigador, vi la duda y el sobresalto en sus caras.
En detalle les expliqué que me preguntaba cómo era posible hablar de un Dios ‘bueno’, habiendo tanto sufrimiento sobrellevado por niños inocentes. Mientras hablaba vi cómo gradualmente sus caras se relajaban. Continuaba poniendo en palabras mis dudas y enojo de antes, hasta ver cambiar sus expresiones por las de aprobación y luego total acuerdo. Descubrí que les había expresado sus propias dudas y preguntas, las cuales, nunca antes habían tenido el valor de admitir. Hablando juntos, sentí el alivio de que ya no estaban solos en su resistencia secreta ante las enseñanzas de los Rabinos. Les dije que llegó el momento de cuando empecé a darme cuenta con mayor claridad que estaba malgastando mi vida.
Quise cambiar y sentí con fuerza que debía ir a Juan el Bautista como punto de partida, para comenzar una nueva forma de vida. Les describí lo que ocurrió durante mi bautizo y en las seis semanas en el desierto. Les expliqué que todos mis pensamientos, creencias, actitudes, arrogancia y rebeldía previa fueron paulatinamente limpiados de mi consciencia mientras pasaba por las profundas revelaciones y las visiones que me mostraron la ‘Realidad’ que ahora llamaba el ‘Padre.’ Expliqué la ‘Naturaleza’ del ‘Padre’ y que esta Naturaleza Divina también estaba compuesta por la Voluntad Divina. Les dije que era el hombre en sí quien por su pensar erróneo y su comportamiento equivocado se apartaba del ‘Padre’ en su interior, y que era únicamente el hombre, primero al arrepentirse y luego mediante la purificación mentalemocional, quien podría volver a encontrar su propio camino de vuelta y el contacto pleno con el ‘Padre.’ Cuando esto se cumpliera, la ‘NATURALEZA’ plena del ‘PADRE’ sería liberada en la mente, corazón, cuerpo, alma, en el entorno y en las experiencias de la persona. Al suceder esto, tal persona entraría en el Reino del Cielo donde reina el ‘Padre’ y también el Reino del Cielo se establecería dentro de la consciencia de la persona. Entonces habría alcanzado el propósito que hay detrás de su existencia. Mientras hablaba con mis discípulos, vi sus reacciones reflejadas en sus caras.
Toda duda había desaparecido - ahora había luz de cierta comprensión y alegría. Estos jóvenes se convertían en entusiastas creyentes exclamando: - ¡Estas sí son buenas nuevas! Sin embargo, después de la primera aceptación de todo lo que había dicho, había veces que se preguntaban si todo lo que había dicho era verdad. Esto lo comprendí. Estar dispuesto a deshacerse de la imagen de ‘Jehová’ tan profundamente grabada en sus mentes requería mucha valentía. Hubo veces que hablaron entre sí y se preguntaron quién era este hombre que pretendía maravillas.
¿Y si me seguían y resultara que realmente era un mensajero de Satanás? ¿Entonces qué? Serían severamente castigados por Jehová. Tenían mucho que perder – su posición social como jóvenes, hombres sobrios y trabajadores, su reputación como comerciantes y artesanos, la pérdida de ingresos, y el obstáculo más grande de todos, el probable enojo y rechazo de sus familias. ¿Qué recibirían de recompensa?
Les dije que no les podía prometer ninguna recompensa terrenal por su ayuda en propagar el ‘evangelio de la buena nueva.’ No tenía ninguna duda que dondequiera que fuéramos nos darían alimento y refugio y que la gente nos acogería bien.
Tan sólo podía prometerles la Verdad de que el ‘Padre’ conocía sus necesidades, que les serían satisfechas, y que les mantendría sanos. También les podría prometer que al ir al ‘Padre’ y al confiar en el ‘Padre’ en cada paso del camino, estarían felices como nunca lo habían sido antes. Experimentarían el Reino del Cielo ellos mismos según el punto en que echasen a un lado las exigencias del ‘yo’ y sirvieran a los demás. Serían testigos de las curaciones, y éstas les aumentarían la fe y les darían la valentía para sobrellevar las incomodidades del viaje. Y así empezamos nuestra misión de propagar la ‘BUENA NUEVA’ del ‘EVANGELIO del REINO.’
Envié a estos hombres jóvenes delante de mí a la ciudad que habríamos de visitar. Al entrar, se le decía a la gente que se juntase para escuchar la ‘Buena Nueva del Reino del Cielo.’ La gente se quedaba sorprendida y querían saber más pero los discípulos les instaban a que trajesen a los amigos y vecinos y que se enteraran ‘al llegar Jesús,’ y que habría curaciones para su gente enferma. Ilusionados, muchos corrían para ayudar a difundir la ‘buena noticia’ y pronto estaban juntos formando una gran multitud.
Yo, que me había rebelado con tal pasión contra las homilías religiosas con caras largas amenazando violencia, castigos y condenación para los pecadores, ahora caminaba con alegría para encontrarme con estas multitudes.
Tenía mi ‘Buena Nueva’ para compartir con ellas para animarles el día, y sanación de los malestares y aflicciones, para llenar de alegría sus vidas. Donde antes me moví entre la gente de manera egoísta y con las manos vacías, aceptando su buena voluntad y a veces sus limosnas con poca gratitud, venía ahora con una abundancia de posibilidades vivificantes para todos aquellos dispuestos a escuchar mis palabras y a tomar pasos para mejorar su calidad de vida.
Quiero que tú que estás leyendo estas páginas, comprendas plenamente mi posición en aquel momento, mi estado de consciencia después de mi iluminación en el desierto, y la persona que yo presentaba a mis paisanos como ‘Jesús.’ Ha habido tantas conjeturas que estoy a punto de contarte la verdad.
Nací teniendo, al madurar, un buen físico, con fuertes rasgos aquilinos, un intelecto extraordinario, una afición por la mímica y la risa - pero, como tantos de vosotros hoy, no cuidaba mis talentos terrenales. Al entrar en el desierto, mi cara y mis modales podrían llamarse ‘degradados’ de lo que deberían ser. Mientras que había empezado a examinar y a rebelarme en contra de lo que me había convertido, mi intelecto también había padecido por el mal-uso, constantemente ocupado en discusiones y discordias sobre la religión y entregándome al habla frívolo e irrespetuoso.
La gente se reía conmigo.
Caía bien a la gente con quien frecuentaba, pero por supuesto no me respetaban. Por eso fue el asombro de aquellos que me habían conocido, cuando les hablé en la sinagoga de Nazaret. Mientras mi madre me asistió para recobrar la salud, hice poderoso uso del conocimiento y la iluminación que me fue dado en el desierto.
Esto me hizo volver a ser el hombre que debiera ser.
Cuando empecé mi misión, era completamente consciente de que era el único con el supremo conocimiento de los secretos de la creación y de la existencia en sí. Por lo tanto podría decir con toda confianza: - Nadie, excepto yo, ha visto al Padre. Sabía que todo en lo que creían los hombres de todo corazón era falso - no era la verdad. Sabía que yo había sido especialmente hecho y diseñado por el ‘Padre’ para esta misión.
Había sido bendecido abundantemente con la energía física, la vitalidad del habla y la habilidad de idear parábolas llenas de significado, para hacerme capaz de transmitir el mensaje con éxito y de tal modo que nunca fuera olvidado.
Además de eso, comprendía a mis paisanos muy bien debido a la larga asociación con ellos y conocía sus esperanzas más abrigadas, sus temores más desesperados; sabía lo que les hacía reír y lo que les llevaba a la mímica y a la mofa de los ricos y pomposos; sabía también con qué profundidad tantos jóvenes y mayores sufrían con valentía y en silencio.
Conocí y experimenté una profunda compasión por el pueblo que vivía atemorizado - o soportaba - el látigo verbal de los Fariseos, y se inclinaba ante las leyes de impuestas de los Romanos.
Sabía cómo su orgulloso espíritu Judío fue herido por los gentiles conquistadores a quienes estuvieron obligados a hacer honores con los saludos verbales de mano o rodilla, y sin embargo a quienes despreciaban tras las puertas cerradas. Sabía y comprendía completamente las vidas y el pensamiento del pueblo. Antes había pensado sus pensamientos, había sentido sus resentimientos, sobrellevado su clase de angustias en los momentos de carencia, me había sentido impotente en las garras del gobierno Romano. Ahora sabía que nada de este sufrimiento era realmente necesario. Sabiendo ya la Realidad de la existencia, la Realidad del ‘Dios’ universal, podía percibir claramente la insensatez de las autoridades judías, quienes imponían una forma de vida pesada sobre el pueblo, la cual era totalmente errónea y en total contradicción con la Verdad del Ser.
La situación me causaba un profundo enojo. Por lo tanto, sabía que había sido moldeado y definido para convertirme en un instrumento purificado de la Acción Divina en Palestina – impulsado por mi pasión por la VERDAD e incitado por mi compasión hacia mi prójimo. Desde entonces me llamaba el ‘Hijo del Hombre’ porque sabía exactamente lo que padecía la humanidad en sus vidas cotidianas. Lo que es más, tenía perfecta confianza en poder alcanzar mis objetivos al traer la Verdad a la gente y así ser instrumento para cambiar la calidad de sus vidas. Por esa razón, aunque sabía al principio de mi misión que habría que pagar un precio por todo lo que me proponía hacer – dar la vuelta al mundo judío de arriba abajo y desde dentro para fuera – estaba dispuesto a darle la cara, pasar por ello, no podía eludirlo, porque amaba a la gente con el AMOR del ‘Padre’ que fluía a través de mi corazón y de mi ser. Pues la esencia del AMOR del ‘Padre’ es la de DAR – dándose y convirtiéndose en un ser visible y en existencia visible, y creciendo, nutriendo, sanando y saciando todas las necesidades de toda la creación hecha visible. Sabía que yo era el regalo de salvación del ‘Padre’ para la gente – para el mundo – y NO como suponían y enseñaron todos estos siglos – la salvación del castigo dado a los pecadores por un Dios enojado – SINO – para salvar a la gente de la repetición diaria de los mismos errores del pensar mal – el pensar mal que crea sus infortunios, la pobreza, la enfermedad y la miseria.
Porque amaba tan profundamente a la raza humana, estaba dispuesto a enseñar y a sanar desafiando a los Sacerdotes Judíos. Estaba dispuesto a morir en la cruz por lo que verdaderamente había ‘visto’ en el desierto, sabía de todo corazón, y quería compartir hasta la última gota de mi habilidad en hacerlo.
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Igual te resuena e igual no te resuena la verdad de alguien o el mensaje de alguien, está perfecto lo importante es el mensaje y no el mensajero....y repitiendo si te resuena tómalo si no déjalo pasar... no es para ti... mas también justo es a esto que se nos invita a no tener ningún ídolo, ningún Avatar, nadie a quien seguir... solo sigue tu propio corazón… justo de esto habla de los falsos profetas marcando a alguien en particular... pues todos somos maestros y alumnos a la vez y no en si el vehículo llamado cuerpo, y no la personalidad, sino el mensaje que llega a través nuestro o a través de los otros.

LAS 9 CARTAS VERSIÓN DEFINITIVA (CRISTO VUELVE)



CRISTO VUELVE, Revela la verdad sobrecogedora
Segunda  Carta de Cristo (Tercer Escrito)
Todas las bendiciones de abundancia y salud estaban disponibles gratuitamente para el que amara a Dios con la mente, el corazón y el alma y que viviera estrictamente según las leyes de Dios.
Cuando terminé, hubo un gran silencio en la sinagoga. Sentía que la congregación había experimentado algo extraño y poderoso que les había elevado a un plano más alto de pensamiento y no quise que nada interrumpiera la tranquilidad trascendente de aquel momento. Luego empezaron a murmurar entre ellos.
Se preguntaron quién era. Algunos estaban convencidos de que era Jesús, la persona cuya familia se conocía bien en la aldea, pero otros no lo podían aceptar, puesto que había hablado con autoridad.
Desgraciadamente, sentí despertar mis antiguas reacciones hacia estos hombres religiosos. Sabía que me habían despreciado antes, de modo que esperaba su rechazo. Mis viejas actitudes de desafío volvieron y se pusieron furiosos conmigo.
Por mis propias reacciones humanas, invité al desastre. Y casi lo conseguí. Los más jóvenes, alentados por los mayores, corrieron hacia mí y me arrastraron hasta lo alto del acantilado para arrojarme a la muerte pero recé a mi ‘Padre’ para que me salvara. De repente, parecían tan alterados que apenas sabían qué hacían y se volvieron unos contra los otros, y pude escabullirme y escapar. Fue extraño. Parecía que no se daban cuenta de que me iba.
Muy sacudido por la experiencia, logré enviar un mensaje a mi madre, diciéndole que me marchaba de Nazaret enseguida y bajaba a Cafarnaún, una ciudad señorial junto al mar de Galilea.
Al principio, pensé unirme con antiguos conocidos pero, por intuición, sentía que esto no sería lo correcto. De modo que, en todo el camino y al entrar en la ciudad, pedí orientación y ayuda a mi ‘Padre’ para encontrar alojamiento. No tenía dinero y no pediría limosna. Al caminar por la calle, vino hacia mí una mujer de edad mediana, pesadamente cargada de cestos sobre los brazos.
Su rostro estaba triste. Parecía que había estado llorando.
Sin reflexionar, la paré y le pregunté dónde podría encontrar alojamiento. Brevemente respondió que normalmente me ofrecería una cama pero que tenía en casa a su hijo muy enfermo. Añadió que había ido a comprar provisiones para alimentar a los ‘consoladores’ que ya se habían reunido para llorar la muerte de su hijo cuando éste muriese. Mi corazón se sentía afligido por ella pero también se regocijaba. En seguida había sido dirigido hacia alguien a quien podría ayudar. Expresé mi pesar y me ofrecí a llevar sus cestas a casa. Me miró por un momento, preguntándose quién podría ser, pero aparentemente estaba satisfecha por mi aspecto y conducta. De camino, expliqué que quizás podía ayudar a su hijo. - ¿Es usted médico? - me preguntó. Contesté que no había recibido formación médica, pero que sin embargo podría ayudarle.
Al llegar a su casa – grande y bien construida de piedra, que indicaba buena situación social y prosperidad - me llevó hasta su marido diciendo: - Este hombre dice que puede ayudar a nuestro hijo. Malhumorado, inclinó la cabeza, sin decir nada.
La mujer, Miriam, me llevó diciendo que estaba muy afligido y enfadado. - El chico es nuestro único hijo entre muchas hijas, y culpa a Dios por darle al niño la enfermedad. Miriam se echó a llorar. - Si habla así contra Dios, ¿qué más penas se nos cargarán? - me preguntó. - Tranquila – dije - pronto verás bien a tu hijo de nuevo. Ella dudaba pero me dirigió hacia la habitación donde estaba acostado el chico. Hacía calor, el ambiente era sofocante y estaba lleno de tristes consoladores charlando. Pedí a la madre que desalojara la habitación, pero los visitantes se resistían. Querían ver lo que sucedería y solamente se marcharon a disgusto cuando Miriam llamó a su marido para que les hablase.
Les oía discutiendo con el padre en la habitación de al lado. ¿Qué pensaba que podría hacer ese hombre, si el médico no había sido capaz de ayudar al chico? El padre entró en la habitación para ver por sí mismo. Su hijo estaba más pálido que un muerto y tenía mucha fiebre. La madre explicó que no transigía la comida y que tenía suelto el vientre. Estaba así desde hacía varios días, había perdido mucho peso y el médico había dicho que nada más podía hacerse. Probablemente moriría. Puse las manos sobre la cabeza del niño y recé, sabiendo, y silenciosamente dando gracias de todo corazón porque la Vida del ‘Padre’ fluiría a través de mis manos y dentro de su cuerpo.
De este modo el trabajo de curación se llevaría a cabo. Sentí calor extremo y un hormigueo en las manos, y el Poder vertiéndose en su frágil cuerpo. Me sobrevino una oleada de gratitud.
¡Qué grande, qué maravillosa era la ‘Vida del Padre’ al liberarla para hacer SU trabajo natural de curación! Su madre y su padre, angustiados, preguntándose qué ocurriría, se habían cogido de la mano y miraron con gran atención. Al ver cómo el color de su hijo gradualmente cambiaba del blanco a un rubor más sano, exclamaron atónitos deleitándose. Después de algún tiempo, el niño me miró, diciendo alegremente: - Gracias, estoy bien ahora. Tengo hambre y quiero comer algo. Su madre se rió de contento abrazándole, pero también algo preocupada: -
No puedo darte comida, hijo mío. El médico se enfadaría. Le había avisado que no tomara nada excepto agua. Sonreí y dije: - Está curado. Le puedes dar pan y vino, y lo aguantará.
Su padre, Zedekiah, se regocijaba de gratitud. Después de abrazar a su amado hijo, se volvió hacia mí y me dio la mano calurosamente. Dándome palmaditas en el hombro sin parar, meneando la cabeza, era incapaz de hablar por las lágrimas que corrían por sus mejillas. Recobrando la compostura, pasó al salón y dijo a la gente: - ¡Mi hijo, casi muerto, ha recobrado la plenitud de vida de nuevo!
Un gran clamor de júbilo, regocijo, incredulidad, preguntas, risas y felicitaciones siguieron a sus palabras. La madre del niño se quedó parada, la cara toda sonrisa. Después de eso, no hubo necesidad de pedir alojamiento.
Cuando Zedekiah contó a los atónitos ‘consoladores’ que el chico estaba curado, y el joven, mismo, apareciera sonriente en la puerta, pidiendo comida de nuevo, los ‘consoladores’ todos, me rodearon y me invitaron a sus casas. Sin embargo, preferí quedarme con el padre del niño, que decía que tenía muchas preguntas que hacerme; esperaba que se las pudiera contestar. Después de colocar sobre la mesa la comida y el vino, todo el mundo fue invitado a comer hasta saciarse, Zedekiah se sentó y me hizo su primera pregunta. Dijo: - Has hecho algo que ningún sacerdote ni médico podría hacer. La curación proviene solamente de Dios. Aunque seas forastero, percibo que debes venir de Dios. - Sí - respondí.
Y la gente murmuraba, asombrada. - Esta enfermedad que ha tenido mi hijo ¿Era un castigo por algo que hice mal en el pasado? Y ¿cómo podría cometer un pecado tan grave que Dios quisiese quitarme mi único hijo? Muchas de las personas asintieron con la cabeza al escuchar estas palabras. - Has hecho la pregunta que más quisiera contestar, Zedekiah. Dios nos da la VIDA y el ser.
No nos la arrebataría como un hombre arrebatara algún tesoro a otro porque está enfadado con él. Así se comporta el hombre.
No Dios. Y Dios no está sentado sobre un trono en alguna parte del cielo como se sientan los reyes en sus tronos gobernando a la gente. Éste es el proceder humano, y una creencia humana no es la verdad. La manera de Dios está muy por encima de cualquier cosa que la mente humana pudiera concebir o imaginar. Solamente yo he ‘visto’ a Aquello que nos ha dado el ser y sé que Ello no es la clase de ‘dios’ que nos enseñan los Rabinos.
Vi que Ello es el ‘Amor Perfecto’ y por esta razón prefiero hablar del ‘Padre’ puesto que he visto que Obra dentro de cada ser vivo, manteniéndolo en un estado de buena salud, tal como un padre humano trabaja para mantener a sus hijos bien alimentados, vestidos, y protegidos dentro del calor de un hogar. LO he ‘visto’ dentro de todas las cosas del mundo.
¿Cómo puede ser? - preguntó un hombre dudando. No es posible que un ‘ser’ individual de ninguna clase esté en todas partes al mismo tiempo. - Pero el aire está en todas partes aunque no se ve. Sin embargo, sabemos - sin ninguna duda - que es real y muy importante para nuestra existencia.
Si no hubiera aire y no pudiéramos respirarlo, nos moriríamos.
El movimiento del aire, que llamamos viento, no se ve pero lo vemos agitar las hojas y mover las nubes por el cielo; por tanto, sabemos que el aire está alrededor y encima de nosotros y que es fuerte. Y ahora te pregunto: - ¿Cuál es la parte más real y más valiosa del hombre – su cuerpo o su mente? Algunos respondían que era su cuerpo, de lo contrario no tendría lugar en la tierra, no podría trabajar, no podría verse, no sería conocido. Otros decían que pensaban que su mente era más importante que su cuerpo.
Y yo contesté: - Su mente es la parte más importante de él puesto que sin la mente, no se podría impulsar el cuerpo. No se podría beber, dormir, mover, planificar ni vivir. Sin embargo, la mente no se ve. Simplemente sabemos que tenemos una mente a causa de los pensamientos que produce, y porque los pensamientos modulan algún tipo de actividad en nuestras vidas.
Creemos que la mente funciona a través del cerebro. Sí, es así. Puesto que ¿cómo podría el cerebro, nacido de la carne, producir pensamientos, sentimientos, ideas o planes? Ya debes de tener claro que es así, que el ‘Padre’ está presente en todas las cosas; Ello es la ‘mente’ que dirige tras la mente humana, obrando Sus grandes hazañas dentro de todo ser viviente. Sabemos que es así, porque vemos las maravillas de su obra. Vemos el crecimiento de nuestros hijos. Vemos el alimento que comen convertido milagrosamente en otra sustancia que nutre y hace que crezcan.
Cómo sucede, no sabemos, ni siquiera lo podemos imaginar. Si lo supiéramos, seguiríamos sin saber qué puso en marcha tal proceso de vida tan importante dentro de los cuerpos vivos de cada especie. Mira de qué manera más decididamente maravillosa son diseñados y creados los cuerpos de cada especie, expresamente para transformar la clase de alimento que comen en nutrición que hace que crezcan el hueso, la sangre y la carne. -
Ya que tú nos demuestras estas cosas, vemos que son verdaderamente maravillosas - exclamó un joven. - ¡Lo son! ¡Lo son! Vemos a los jóvenes cuerpos pasando por sus varias etapas de desarrollo, y vemos a sus mentes al compás del desarrollo físico hasta que los mozos y las jóvenes empiezan a anhelar encontrar pareja y a convertirse en padres ellos mismos. Luego se cumple la gran obra de concepción y el crecimiento de la semilla dentro de la matriz continúa, hasta que el niño llega a su pleno desarrollo. - ¡Piensa! ¿Quién determina todo este constante crecimiento tan metódico dentro de la mujer? ¿De dónde vienen los planes que gobiernan el correcto desarrollo de la cabeza, el cuerpo y los miembros, los cuales no varían de una mujer a otra, y de una especie a otra? ¿Quién decide el momento exacto del comienzo del nacimiento – los medios físicos por los cuales el niño sale de la matriz, la provisión de la leche para el niño? - ¡Piensa! ¿Es la madre? No, no es la madre. Ella no es más que testigo de todo lo que ocurre dentro de ella desde el momento en que su marido haya estado con ella y haya sembrado su semilla para unirla con la suya. ¿Dios hace todas estas cosas desde lejos? ¿Sus pensamientos alcanzan a cada hombre y mujer, para decidir cuándo estas cosas deben ocurrir? No, es el Poder Creativo de la Mente, la Vida Inteligentemente Amorosa que está dentro de toda cosa viva la que realiza todo este trabajo. Vemos el amor de los padres hacia su descendencia, sea ave, animal u hombre. ¿De dónde viene ese amor?.
Proviene del Poder de la Mente Creativa – el Amor Perfecto – del ‘Padre’ que está dentro de nosotros. Es porque el ‘Padre’ hace el trabajo en las plantas, los árboles, las aves, los animales y en el hombre en sí, que hoy estamos aquí, vivos, respirando, comiendo, durmiendo, teniendo hijos, envejeciendo, y luego muriendo para pasar a otro lugar más feliz. Todo esto es el trabajo del ‘Padre’ que está activo dentro de nosotros. ¿Cómo se puede negar la verdad de todo lo que os he dicho esta noche? Hoy, habéis visto a un joven moribundo vuelto a la plenitud de la vida en poco tiempo. ¿Fui yo quien le curó? Nada de eso. Por mí mismo no puedo hacer nada. Fue la VIDA, que es el Padre activo dentro de todas las cosas, que vino con toda su fuerza para reparar un cuerpo enfermo y a traerlo de regreso a la plena salud, porque yo creí que ELLA LO haría y no dudé. Hubo suspiros de satisfacción en el salón. Nueva luz, nuevo interés, incluso se veía una nueva dulzura en sus caras. -¿Porqué, entonces, sufre el hombre tan lamentablemente? - preguntó Miriam. - Porque cuando el hombre es concebido, cuando la VIDA toma forma dentro de la semilla, ELLA toma la humanidad la cual LO separa de cualquier otro individuo en el mundo, para hacerlo una figura aislada, no unido a ningún otro, solitario, íntimo, SU propia persona. ELLO es sujeto a – es controlado por dos fortísimos impulsos en su naturaleza terrenal: el de aferrarse a todas aquellas cosas que tanto desea y el de rechazar y apartar todo lo que no quiere. Estos dos impulsos básicos en el hombre están presentes en cada cosa que hace a través de su vida y son enteramente responsables por los apuros que se buscan.
Aunque el ‘PADRE’ está activo dentro del hombre, ÉL no tiene nada de humanidad dentro de ÉL. - Por tanto, el ‘PADRE’ no sostiene nada, no rechaza nada, no condena nada, ni siquiera ve ‘la maldad’. Todo lo que hace el hombre que él llama pecado es tan sólo de este mundo y se castiga solamente en este mundo – puesto que es una LEY de la EXISTENCIA TERRENAL, como sabéis, que todo lo que se siembra es lo que se cosecha. Dado que el hombre extrae su VIDA y su MENTE de la del ‘PADRE,’ el hombre mismo es creador en pensamientos, palabras y acciones.
Lo que piensa, dice, hace y cree, se le devuelve de la misma manera más adelante. No hay castigo del ‘PADRE’ - cualesquiera que sean las penas que lleguen a la humanidad, proceden enteramente de su propio obrar. La gente susurraba que ésta era totalmente una nueva enseñanza y que tenía aún más sentido que todo lo que les habían enseñado antes. Varias voces me exhortaban a contarles más. - Te digo, en mí has visto la VIDA activa como curación; sígueme y oirás del CAMINO que debes seguir para encontrar la felicidad; en mis palabras encontrarás la VERDAD de la Existencia hasta ahora no revelada por ningún hombre. 
Se ha dicho del Mesías que contará los secretos que han estado ocultos desde el comienzo de la creación. Te digo, en verdad, que estos secretos los oirás de mí. Si escuchas atentamente, y captas su significado, y pones en práctica su verdad, y te aferras a sus leyes, serás hecho nuevo y entrarás en el Reino del Cielo. Después de hablar, la gente permaneció callada durante un momento y luego hubo un clamor de conversación emocionada, pero Zedekiah se puso de pie y dijo que era hora de que la casa se calmara.
Su hijo necesitaba dormir, y su mujer y sus hijas también estaban cansadas de tanto llorar. Se planeaba que a la mañana siguiente bajase al puerto y se me trajese a la gente enferma. Y así, podía lanzarme a la misión y todo se arreglaba rápidamente de la mejor manera posible. Parecía que si no curaba, no habría interés ni aprobación de todo lo que se les había contado.
La curación demostró la verdad de lo que quise enseñar, y mis enseñanzas explicarían las razones por las que era capaz de traerles la curación del ‘Padre.’ Al despertar a la mañana siguiente, me sentía maravillosamente vivo con la expectación de las cosas maravillosas por venir. Después de desayunar, salí con Zedekiah hacia el puerto, con el corazón radiante por el amor hacia todos los que pasaban. Les saludé cálidamente, diciéndoles que tenía ‘buenas noticias’ para aquellos que quisieran escuchar.
Al llegar al muelle, encontré a hombres, mujeres y niños sentados en el suelo, esperando mi llegada. Algunos extendieron las manos implorando. Parecían muy enfermos, algunos lisiados, y muchos otros cubiertos de llagas.
Su estado lastimoso me dañaba el corazón pero ahora podía regocijarme también porque sabía que no era la ‘Voluntad del Padre’ que estuviesen así. ¡Todo lo contrario! El ‘Padre’ era Él mismo toda curación, toda salud, todo bienestar. Esto lo había probado la noche anterior y en mi casa. Estaba exultante porque podría demostrar esta maravillosa verdad a las multitudes que me rodeaban. Una cara vieja y triste me llamó la atención.
Era arrugada, flaca y torcida. Fui hacia ella y arrodillado a su lado, coloqué mis manos sobre su cabeza y enseguida el flujo del ‘Poder del Padre’ a través de mis manos vibró por su cabeza hasta que sacudió todo el cuerpo con la Fuerza de la Vida dando energía a sus miembros. La gente viendo esto se quedó atónita, y algunos se preguntaron qué podría estar haciéndole, pero otros callaron sus objeciones.
Gradualmente sus miembros empezaron a desdoblarse, a alargarse y a ponerse derechos; su rostro se transformó con la alegría de volver a sentir su fuerza. Le ayudé a incorporarse, luego se puso de pie ella sola con orgullo. Estaba tan abrumada por la alegría que se puso a llorar y luego riéndose se puso a bailar, llamando a la gente: - ¡Alabad a Dios! – dijo - ¡Alabad a Dios! - y otros que estaban allí repetían la frase. Todos estaban profundamente conmovidos por lo que habían visto. La aglomeración de gente apretujándose contra mi persona era tal que Zedekiah se ofreció a controlarla.
De modo ordenado, y ayudado por otros de los espectadores impacientes, dirigió ordenadamente a los enfermos hacia mí, para que les pudiera atender según sus necesidades más profundas.
Por fin, sintiéndome cansado, mi anfitrión me invitó a su casa para cenar. Despidió a aquellos a quienes no había podido curar por falta de tiempo. Les aseguró que volvería al día siguiente. Fue una noche festiva – tanto de qué hablar – tanto que celebrar – tanto que enseñar – tanto que aprender – y en todo aquello, ciertamente la gente reconocía la ‘buena nueva’. Sabía que había sido aceptado por muchos por decir la verdad de lo que había visto en el desierto.
Y así siguió durante muchos días. La gente venía a verme de todas partes. Zedekiah y otros amigos suyos me ayudaron a controlar a la multitud para que yo pudiera curar y enseñar. La gente escuchaba encantada. Hablaron entre ellos mismos acerca del ‘Padre’ y estaban deseosos de aprender más acerca de las ‘ataduras y las cadenas’ que ataban a la gente a su miseria.
La aglomeración se hizo tan grande, que pronto me di cuenta de que tendría que buscar a mis propios ayudantes en los cuales pudiera confiar para asistirme. Era hora de que Zedekiah volviera a llevar su empresa de cuero la cual había estado descuidando.
Fui a las colinas para rezar acerca de cómo ‘elegir a mis discípulos.’ Cuando me vino la convicción de que sería guiado para hacer la elección, volví a Cafarnaún. Sentía un fuerte impulso por bajar al puerto para hablar con unos hombres a quienes había visto escuchando muy atentos a mis enseñanzas.
 Si dejaran sus redes para unirse a mí, quedaba por ver.
Pero cuando les llamé, Simón, Andrés, Santiago y Juan vinieron enseguida, contentos de asistirme en mi obra de curación y enseñanza. Otros también se unieron a mí al empezar el trabajo entre la gente.
Dejé a mi anfitrión, la casa de Zedekiah, asegurándome él cálidamente que yo podía volver en cualquier momento. Y así fue como comencé mi misión como maestro y sanador yendo sin rumbo dondequiera que hubiera necesidad a través de las ciudades y las aldeas. Antes de partir reuní a los jóvenes que habían consentido y estaban deseosos de ayudarme.
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Igual te resuena e igual no te resuena la verdad de alguien o el mensaje de alguien, está perfecto lo importante es el mensaje y no el mensajero....y repitiendo si te resuena tómalo si no déjalo pasar... no es para ti... mas también justo es a esto que se nos invita a no tener ningún ídolo, ningún Avatar, nadie a quien seguir... solo sigue tu propio corazón… justo de esto habla de los falsos profetas marcando a alguien en particular... pues todos somos maestros y alumnos a la vez y no en si el vehículo llamado cuerpo, y no la personalidad, sino el mensaje que llega a través nuestro o a través de los otros.