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lunes, 15 de junio de 2015

APRECIAR EL SILENCIO




“Estás acostumbrada al conflicto mental. Sientes que si no estás enredada con algún pensamiento, no estás viva…” oía yo éstas palabras en mi interior… “Piensas que si no piensas, piensas, piensas, no pasa nada y es todo lo contrario, pasa y mucho. Cuando no estás atorada en tus patrones mentales y te enfocas en el intervalo entre pensamientos estás contactando tu verdadera naturaleza. En ese instante eres libre. Libre del pasado, libre de juicios, de culpas, libre para experimentar la realidad tal cual es, libre para vivir el presente.
Lo único que tienes es éste instante y sin embargo no lo vives porque lo contaminas con la programación del ayer. La culpa, los juicios, los patrones, las interpretaciones, las expectativas son ideas que vienen del pasado y que empañan tu visión y experiencia del presente. No eres libre para vivir el presente tal cual es porque no eres libre del pasado.
Cuando hay silencio en tu mente, eres libre del condicionamiento y experimentas la aceptación incondicional de todo lo que te sucede. Esta es la experiencia de tu Ser que se manifiesta cuando no estás únicamente enfocada en lo que pasa por la mente. Tú solo ves aquello en donde pones tu atención. Si solamente la pones en los pensamientos, tu visión de la vida dependerá de ellos y seguirás sintiendo insatisfacción y luchando por que las cosas sean diferentes de lo que son. Sin embargo si la atención está en el espacio entre las ideas, en el silencio, contactas la dimensión del Ser donde las cosas simplemente son y no son etiquetadas.
No hay ruido que te impida simplemente estar con lo que esté pasando. No hay nada que te separe de la experiencia misma de la realidad. En ese espacio la aceptación es algo natural, una simple entrega a lo que es. Esto no quiere decir que no vas a desear mejorar o cambiar ciertas circunstancias pero tu vivencia de la realidad aumentará en la medida en que dejes de pelearte con ella y fluyas. Si te das la oportunidad de estar con la vida más allá de tu forma habitual de interpretarla estarás entrando en otra dimensión. Si cada vez que puedas olvidas la etiquetas de “bueno” o “malo” tu perspectiva se amplia. Mientras menos peso tienen tus interpretaciones más importancia cobra el silencio y con éste tu esencia que no puede separarse de la realidad, de la experiencia del aquí y el ahora.
No le creas a todo lo que pasa por tu mente. No tengas miedo de no aferrarte a tus ideas, de dejarlas ir y de experimentarte sin tantas muletas. Tú y tu experiencia son uno y lo mismo. Pregúntate ¿qué eres o quien eres cuando todas las etiquetas se borran? ¿qué queda cuando sólo hay silencio?
Vivir en la cabeza impidiendo el contacto con la realidad no es vida. No busques más la seguridad en tus ideas, en el futuro o en las fórmulas del pasado, penetra en el silencio, dale la bienvenida al presente y VIVE.
(Jocelyn Arellano).

Viaje al Yo Superior - Meditación

Les comparto esta meditación de Leo Paciaroni que te permite conocer y contactar a tu Yo Superior, para remover obstáculos, establecer una relación intima y personal con tu Mente Subconsciente.

Se recomienda escuchar con audífonos ya que contiene frecuencias musicales con ondas Lambda y Epsylon.


LIBRO Desde el Otro Plano (Capitulo IV)



Capitulo IV
Hoy os dejo el Cuarto Capítulo de este relato, Desde el Otro Plano, dedicado a aquellos de mente abierta, capaces de cuestionarse hasta sus creencias más queridas, que estén dispuestos a descubrir sus condicionamientos y, tal vez, tener otra visión de lo que siempre ha sido tomado por cierto, o de aquello que quieren que nos tomemos por cierto (el siguiente capítulo el viernes próximo).

LEER LOS ANTERIORES....
No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra.
(Friedrich Nietzsche)

Arakik se había quedado solo en la Sala de Observación mirando las pantallas que ahora estaban vacías. Percibí su pesar y sus pensamientos:
Si había decidido que Saha volviera no era por ninguna necesidad de sus experiencias o su energía, por lo menos en esta ocasión, sino por el temor a las consecuencias de que siguiera haciendo las preguntas que últimamente estaba haciendo y que continuara profundizando, porque no sólo había sido siempre un problema en sus encarnaciones, sino que ahora también lo era en los espacios que tenían reservados para almas demasiado conscientes, de alguna forma había que cortar con el flujo de ideas que estaba desarrollando porque, ¿cuanto tardaría en darse cuenta…?
Y eso aquí era algo extraordinario, no recordaba que nunca se hubiese producido, en este lugar las almas estaban demasiado felices y adormecidas en la complacencia para despertar, después de las dificultades de la existencia esta felicidad gratuita no era cuestionada, sino que había sido tan prometida que era realmente disfrutada, pero le daba miedo que con Saha se diera la excepción como con tantas otras cosas.
Tampoco él había querido organizarle una vida dura, difícil, pero sabía que eso era lo mejor para que un alma no despertara, porque cuanto mayor es la presión menos espacio queda para poder dedicarse a profundizar, demasiado tiene un alma con intentar resolver sus conflictos y, muchas veces, hasta sobrevivir. Sin embargo, había que guardar un delicado equilibrio porque existía el peligro de que su alma se volviera insensible, como esos receptáculos de psicópatas, pero en este caso debido al dolor y que dejara de sentir para no sufrir más, llegando incluso que se evadiera y no viviera en el cuerpo aunque siguiera atado al mismo, quedándose flotando en esos espacios perdidos de inconsciencia donde nada les podía hacer regresar. Las almas sensibles eran propensas a despegarse de esa forma, incluso en lo que podía considerarse para la mayoría buenas condiciones de vida, y Saha ya en el pasado había demostrado esa capacidad para insensibilizarse y evadirse de su existencia cuando le resultaba demasiado ruda, cuando lo que tenía que hacer para sobrevivir era demasiado duro para su alma, entonces su receptáculo se convertía era una carcasa vacía que sólo existía, hacía lo que tenía que hacer por terrible que fuera y no sentía porque su alma estaba lejos, a saber donde…
Con un alma como esta había que tener cuidado porque no se sabía que podría pasar, pero darle demasiado espacio y que disfrutara de bienestar también sería negativo, antes lo había hecho y había utilizado todo esa fortuna no para sumergirse en los placeres del mundo, sino para profundizar en demasiadas cosas y utilizar el poder que se le había dado no para encumbrarse, sino para ayudar a otros, ¿por qué esta alma se tenía que pasar tanto tiempo analizando y estudiando sus pasadas vidas  y no disfrutando como las demás de este lugar tan magnífico, donde la paz y la libertad parecían no tener límites? Claro que ninguna preguntaba donde estaba el límite…
Las almas que llegaban a este espacio, excepto unas pocas y muy raramente, vivían su tiempo en él como unas merecidas vacaciones y actuaban igual que en vida, donde pocas se afanaban en aprender y saber realmente, rascar la superficie de lo aparente, lo normal era quedarse en las creencias que les dieran seguridades, por fantasiosas que fueran y por poco que se ajustaran a la realidad del mundo que les rodeaban, eso o se dedicaban a disfrutar todo lo posible en todos los momentos posibles siempre que podían, si algo les hacía sentirse bien es que ese algo tenía que ser verdad, ponerse a pensar les hacía sentirse demasiado incómodas sobre lo que les decía su razonamiento como para insistir en ello. Para ellos, como decían, era mucho mejor lo que percibían a través del corazón que la razón, y el corazón era muy fácilmente manipulable, pocos distinguían entre el instinto y la pura emocionalidad, sin más base que la autosatisfacción de los sentidos. En el momento de morir habían tenido la consciencia suficiente para darse cuenta y aceptar lo que les estaba sucediendo, cosa que impidió que se quedaran en los planos más inferiores para reencarnar en el primer cuerpo disponible, y que obligó a capturarlos y traerlos aquí, pero ese hecho en realidad tampoco les hacía ser más conscientes de la realidad, sólo les creaba la feliz ilusión de serlo.
Sea como fuere y por la razón que fuere, pasado un tiempo el común de las almas hasta estaban deseando volver, el deseo de seguir jugando al juego de la vida era para ellas más atractivo que la paz y la serenidad de este lugar; de este modo resultaba fácil mostrarles cómo realizar los deseos que habían dejado por cumplir, como realizar aquellas cosas que sus condicionamientos les habían dejado como deberes, culpas… Esa, la culpa, era una de las grandes formas de hacerles comprender que debían someterse a ciertas experiencia, porque así podrían reparar o mejorar. En el momento de salir de sus cuerpos, y después de contemplar y sentir todo lo que supuestamente habían podido realizar y se había quedado por hacer, aparecer con esa luminosidad que habían sido condicionados a considerar siempre asociada con algo bueno y divino y preguntarles “¿qué has hecho de tu vida?“, producía en ellos un profundo sentimiento de culpa que les llevaba a dejarse guiar fácilmente en el momento de volver. La culpa era algo muy útil, no necesitaba estar respaldada en nada que fuera cierto, sólo que creyeran que eran culpables, y con las creencias que difundían sus Aliados ya se hacía el trabajo necesario para que siempre se sintieran culpables por algo, real o no.
Pero con Saha las cosas no eran así, a pesar de su sensibilidad y de los momentos que nublaban su entendimiento, en todas sus existencias siempre tenía demasiada capacidad para analizar, pensar por sí mismo y demasiada memoria sobre todo lo que vivía, leía, escuchaba, aprendía y experimentaba… Una combinación difícil para que cualquier manipulación durara mucho tiempo, al final encontraba siempre el punto débil de cualquier idea o creencia. Reflexionando sobre ello le vino a la memoria esa conversación que no pretendía ser más que una de las tantas que fortalecen los lazos entre almas y sus guías, pero que le mostró que no era conveniente que permaneciera más tiempo en estos espacios, las preguntas que planeaba eran cada vez más delicadas, y al recordarla me sentí proyectado a ese momento del pasado de su memoria como si fuera presente.
− Me has dicho que no todos vienen aquí a revisar su existencias y experiencias.
− Así es, sólo las almas más conscientes llegan a este lugar de comprensión y de paz, la mayoría apenas se aleja de los planos materiales para reencarnar, por puro impulso, a la primera oportunidad que tengan.
− También me has dicho que la razón por la cual no hay casi nadie aquí con quién encontrarme, que no tengo esas familias de almas que veo otros tienen y que les esperan, es porque que llevo pocas existencias de evolución, que todavía no he creado tantos lazos como ellas.
− Así es.
− Pero si tengo la suficiente consciencia como para llegar a este lugar y no quedarme como otros apegado a los planos más materiales, ¿cómo he llegado a esta consciencia con tan pocas existencias?
La pregunta le dejó por un instante sin posible respuesta, sabía que Saha no era capaz de establecer lazos que le permitieran unirse de una forma tan amable y sencilla con otras almas, pero no era su culpa, era sólo consecuencia de que no ser consciente de que lo que les distanciaba era el distinto tipo de energía que era. Quizás entre los suyos de donde venía pudiera establecer otras relaciones y tuviera esas mismas familias, pero aquí le resultaba difícil y tampoco las demás eran conscientes de esa realidad, que hacía casi como intentar unir cargas energéticas opuestas y, por otra parte, tampoco lo podían permitir: Con aquellas almas con las que había congeniado no convenía que estuviera demasiado cerca, tenía la capacidad innata de liberarlas de sus condicionamientos de una forma natural,  no sabía en qué consistía esa capacidad pero lo hacía y con esos si que forjaba fuertes lazos, pero cada maestro por su cuenta se encargaba de debilitarlos para separarles de Saha, movía demasiadas ideas dentro de ellos, les llevaba a cuestionarse cosas que hasta el momento previo a formar esos lazos no se dudaban. No era extraño que en la comunidad se sintieran tan molestos cada vez que encarnaba, siempre provocaba ese efecto en aquellos a los que se acercaba demasiado.
− No hay un ritmo predeterminado para la evolución, tú has tomado consciencia antes de tu naturaleza espiritual, eso te ha llegado por tener mayor inquietudes, por esforzarte más, siempre es bueno esforzarse, luchar, asumir el sufrimiento, tu lo has hecho… Cuando un alma es así hay que ayudarla a crecer, a evolucionar, por eso has llegado aquí, eres más consciente porque luchas más y te esfuerzas más, no temes ni rehuyes el sacrificio.
Tampoco los halagos hacían el mismo efecto en Saha que en los demás, ya se había dado cuenta, pero no dejaba de intentar seducirlo, siempre era más fácil manejar un alma de esa forma, masajeando su ego, pero en este caso parecía que casi se lograba la reacción contraria.
− En vidas pasadas he conocido almas con las que he establecido fuertes relaciones, hemos sido como hermanos, o hemos compartido intensas experiencias… Pero yo no encuentro a la vuelta nunca ninguno de ellos, sólo te encuentro a ti, y aquí tampoco tengo oportunidad de estar con ellas.
− No es cierto, tú también te has encontrado con alguna de esas almas, ¿por qué dices eso?
− Porque después nos alejemos, no sigo aquí en contacto con ellas como los demás.
− Precisamente por tu propia velocidad de evolución, lo que experimentas y sientes te aleja de ellas, de la misma forma que también te aleja de esos otros grupos de almas que observas, pero a los que sabes no perteneces por esa misma razón, eres más exigente. Como te pasa igualmente cuando encarnas con la mayor parte de quienes te rodean.
Aunque Saha guardó silencio supo lo que pensaba: Esas almas con las que no se relacionaba aquí y que parecía añoraba, eran almas con las que realmente había establecido fuertes lazos cuando estaba encarnado, ¿cómo era posible que estando tan unidos en un vida no lo siguieran estando aquí arriba? Ese silencio le preocupó más que las inadecuadas preguntas.
− ¿Hay algo más que te preocupe?
− No es exactamente preocupación, es que no comprendo y quisiera comprender, porque aquí me siento alejado, pero en mis existencias siempre he sentido ese alejamiento como una soledad dolorosa.
− Pero esa soledad es la que precisamente te ha ayudado a crecer, la que te ha empujado a evolucionar con más fuerza… No deberías tomártelo como algo negativo, porque la soledad es un gran camino para la evolución y el crecimiento, para ascender…
Estas eran siempre razones que ayudaban a convencer a las almas para pasar por ciertos trances dolorosos, especialmente la pérdida de seres queridos, pero sintió que tampoco ya Saha parecía estar convencido, ¿qué le estaba pasando a esta alma endemoniada? ¿A qué venía ahora tantas preguntas? Sabía leer en las almas y descubrir sus más ocultos secretos, pero aquí se encontraba con algo parecido a un muro, por más que le molestara Amfas tenía razón, manejar un alma como esta era mucho más complicado de lo que quería aceptar, quizás sólo alguien de su experiencia y poder estaba realmente capacitado para guiarla, él sentía que no podía ya seguir con esta tarea, pero todavía no quería abandonar, reconocer su error.
Observó a Saha que guardaba silencio con la mirada puesta en algún punto indefinido del espacio infinito.
− ¿De donde venimos?
− Ya conoces todo lo que sobre ello se ha dicho, y sabes que yo no puedo decirte más.
− Pero lo que he aprendido no me dice nada, no entiendo como integrarlo en mi propia experiencia.
− Porque para eso precisamente debes evolucionar, para poder comprender.
− ¿Tú has comprendido?
− Algunas cosas, todavía a mí también me queda por aprender, pero yo también estoy en evolución, ascendiendo como tú.
− ¿Has comprendido por qué venimos a este mundo?
− Así es, para aprender, crecer y evolucionar, y así poder reintegrarnos en la divinidad.
Y entonces Saha se dio la vuelta y le miró de frente, desde abajo porque su altura era mucho menor, los guías siempre debían ser más altos y grandes para que la impresión que causaran en esas almas fuera más grande, que siguieran teniendo poder sobre ellos, pero ahora sintió que esa altura no le salvaba de la invisible mirada de Saha y que esa mirada en realidad partía de algún lugar muy por encima de él, como si a pesar del visible inferior tamaño energético de ese alma frente a él, en realidad quién le estuviera mirando desde arriba fuera Saha.
− Shahai, ¿para qué reintegrarnos en la divinidad, por qué partimos alguna vez cuando, si éramos la divinidad, lo sabíamos todo y conocíamos que en este lugar sólo habría dolor…?
− ¿Sólo dolor?
− Al final sólo dolor, porque la única forma de no sufrir es desprendernos de todo lo que ese espacio significa, deshacerse de sus ataduras aunque sean por el amor más dulce, de los deseos incluso por lo más hermoso o elevado, del amor que es lo más sublime que debemos sentir… Hay que desprenderse de todo, no hay otra forma, ¿para qué amar tanto si, precisamente, debemos abandonarlo todo para poder volver a la divinidad que ya conocía todo eso y sabía lo que sucedería?
Arakik se estremeció, a lo largo de las miles de vidas que había dirigido nunca le habían hecho esa pregunta de una forma tan directa, era una de esas preguntas que nunca ningún guía deseaba escuchar, pero mucho menos de esa forma. En medio del sufrimiento se podía controlar mejor la respuesta y su efecto, cualquier palabra amable servía de consuelo en medio del desgarro del dolor, pero cuando era la razón fría quién preguntaba no era suficiente con palabras consoladoras o generalidades sobre evolución, crecimiento, sacrificio, o que todavía no estaban preparadas para comprender o que desde un plano más elevado cuando ascendieran todo se comprendería, o cualquier de esas generalidades que no respondían a nada pero que fácilmente aceptarían, porque estaban condicionadas para creer que su entendimiento era limitado y que esas materias eran demasiado complejas para ellas, ¿a qué esforzarte en comprender algo para lo que no estás preparado para entender…? Nada de todo eso serviría ahora y menos con un alma como esta, ¿cómo responder algo que pudiera conformar ese alma sin mentirla?
− Shahai, no quiero ofenderte, no quiero parecer orgulloso o impertinente, sólo que no comprendo.
Saha dijo esto desconcertado porque se había dado cuenta de que su pregunta había causado en su maestro algo que era parecido a turbación, como si le hubiese molestado, y ese no era su deseo. Pero eso era algo también que no estaba previsto que ningún alma pudiera hacer, ningún alma debía poder leer el verdadero sentimiento de su maestro, jamás, si Amfas hubiese estado presente le habría quitado en ese mismo momento el control del alma de Saha y Arakik se dio cuenta y se alteró aún más al verse descubierto, apenas podía mantener la calma y serenidad que siempre debía comunicar a su pupilo.
Arakik no respondió, no podía, así que hizo lo único que sabía podía hacer, cambiar su vibración emocional, lo que le comunicaba sin palabras a Saha, porque era sabido que en las almas la emoción siempre termina venciendo a la razón, y más cuando era tan poderosa como la que él podía proyectar; además, expresar una emoción no era mentir, era sólo dejar que el alma interpretara esa emoción y así se engañara a si misma.
Así que empezó a recordar los momentos de lucha desesperada de Saha, de sufrimiento intentando sobreponerse a la desdicha, la confusión y el dolor que había sentido ante desafíos y pérdidas de toda índole, el poder de su determinación y voluntad para superar todo lo que había planificado en sus existencias, incluso esa fútil felicidad del efímero éxito que rápidamente se diluía bajo la necesidad de sobreponerse a un nuevo desafío… Lentamente se fue apaciguando, calmándose al llenarse de la sensación de felicidad que le proporcionaban los recuerdos de las abundantes e intensas experiencias vividas, de las situaciones y lugares tan diversos en los que había experimentado sus existencias… Recordar todo eso fue como volver otra vez a vivir y absorber de nuevo esas experiencias y esa energía tan intensa y poderosa. Poco a poco se fue calmando, tranquilizándose y sintiendo cada vez más pleno y dichoso, sintió que todo lo que había hecho para ganarse y mantener a Saha bajo su guía había merecido la pena, porque había recibido mucho más de lo que le había costado… Esa energía le llenaba total y plenamente, le hacían sentir como si creciera y saciaba sus más profundos deseos, esas experiencias de vida eran una corriente de energía que le llenaba y aliviaba profundamente… Era felicidad densa en estado puro.
Saha sintió ahora ese torrente de felicidad, plenitud, dicha y paz que emanaba de Arakik y no se resistió cuando este le envolvió, abrazándole desde su altura y haciéndole sentir el flujo intenso de esa energía, de esa emoción.
− Hijo mío, no me ofendes, no siento que seas orgulloso ni impertinente, sólo que me emociona comprender cuanto has aprendido y cuanto te has esforzado por evolucionar.
Y al decir esto no mentía, y Saha se acurrucó en el interior esa inmensa corriente de seguridad, felicidad y de paz, más que dejándose envolver en ella aferrándose a la misma…
− Padre, no quiero volver más, estoy cansado, tengo miedo…
− No tengas miedo hijo mío, te acompañaré y nos volveremos a encontrar, porque aquí siempre tendrás tu hogar y yo siempre estaré contigo.
vueloalalibertad.com

LIBRO Desde el Otro Plano ((Paul Éluard) CAPITULO III


Hoy os dejo el Tercer Capítulo de este relato, Desde el Otro Plano, dedicado a aquellos de mente abierta, capaces de cuestionarse hasta sus creencias más queridas, que estén dispuestos a descubrir sus condicionamientos y, tal vez, tener otra visión de lo que siempre ha sido tomado por cierto, o de aquello que quieren que nos tomemos por cierto (el siguiente capítulo el viernes próximo).
Capitulo 3
Una razón por la cual la Tragedia resultó tan atractiva para
el público ateniense −y diríamos universal−, radica en la capacidad
que tuvo de mostrar la inextricable naturaleza del destino,
de la voluntad de los dioses y de la condición humana…
(Roberto Mantilla Sahagún)
Les seguí hasta una inmensa sala, era la biblioteca donde Saha estaba observando o estudiando lo que comprendí eran los registros de sus vidas pasadas. Me di cuenta como, sin girarse, notó las presencias detrás de él y como se estremecía, porque algo le indicaba que no era simplemente Arakik −luego supe que le conocía por el nombre de Shahai, porque ningún alma debía conocer el nombre real de su maestro−, sino que había alguien más y que cuando eso sucedía es que había llegado el momento. Escuché como algo dentro de él decía: “No, no puede ser, otra vez no…” Se giró y mirando hacia arriba se encontró con su maestro en primer lugar y detrás de él, otras dos entidades muy luminosas.
− Sahaxanan, ha llegado el momento de que vuelvas.
− ¿Tan pronto? No quiero volver, no ahora, no.
− Creemos que tienes una gran oportunidad para avanzar en tu evolución, ¿querrás contemplar con nosotros esa posibilidad?
No respondió, sólo se acercó a ellos para seguirlos, pero como si pudiera escuchar una vez más dentro de él percibí que decía algo como: “¿Qué otra cosa puedo hacer?”
Pasamos a otra sala ovalada, más pequeña que la Sala de Observación y más oscura donde destacaba el brillo intenso de un lateral ocupado, hasta tres cuartos de su altura, por unos paneles inmensos delante de los que se elevaba una superficie donde sólo se veían diferentes tonalidades de luces. Arakik hizo un movimiento sobre una de las luces, sin llegar siguiera a tocarla, y empezaron a aparecer sobre los paneles una sucesión de imágenes que mostraban las circunstancia de la futura vida de Saha, el plan de vida que había elaborado para él.
Aganan estaba justo detrás de Saha, más retrasado que los demás, que tenia a su izquierda Arakik y a su derecha Amfas, formando un semicírculo detrás de él que le envolvía con sus energías. Le habían indicado que debía guardar silencio, observar y mantener su energía en proyecciones de felicidad, plenitud y paz. Debía transmitir todas esas sensaciones de forma constante a Saha para apoyar las que emitían Amfas y Ararik. Sin embargo, al fijar mi atención en él me sorprendí al percibir una rara perturbación, tuve la sensación que Saha no era para él un alma extraña, lo cual no tenía sentido.
Los paneles se llenaron de imágenes de lo que sería la vida futura de Saha, el plan del alma trazado…
En ese momento, mientras pasaban las imágenes por esos paneles sentí otra vez dentro de mí la voz de quién me había llevado ahí:
Para que comprendas lo que estás observando, tienes que saber que normalmente no pueden hacer una planificación más allá de unas pocas décadas, al final y a menos que el alma tenga unos condicionamientos muy poderosos la cantidad de variables que pueden darse son infinitas, pero si han hecho una buena programación en los inicios de la existencia con esos condicionamientos, apegos y deseos que un alma arrastra, el resto será como si cayeran unas piezas empujadas por la caída de las otras, con lo corta que es una vida humana no suele haber espacio para corregir mucho, por eso también interesa que las vidas de las almas lo sean, sino pasado cierto límite serían incontrolables. Pero si todo está bien organizado raramente tienen que hacer mucho más, normalmente las piezas seguirán cayendo por si mismas suceda lo que suceda, porque las vidas de las almas una vez en sus receptáculos y en este mundo son como gotas llevadas en las olas del océano, con la misma capacidad de decisión que ellas, aunque crean elegir sólo lo hará a través de los condicionamientos establecidos y las elecciones que hayan escogido para ellas.
Siempre entendí que el plan del alma era algo que elegíamos nosotros, para nuestro bien y evolucionar, le dije, más para probarle que otra cosa, porque ya tenía bastantes dudas después de lo que hasta ahora había observado.
Sería así si pudieras recordar, ¿de que sirve repetir un curso si no recuerdas nada de lo que hiciste el año anterior, si no tienes el menor recuerdo de lo que estudiaste? ¿Sólo para repetir los mismos errores, o acaso crees que vas a adivinar esta vez lo que la vez anterior no conocías, en lo que te equivocaste y así lo podrás evitar? ¿De verdad crees que lo vas a adivinar?
Pero si he evolucionado podré superar lo que antes no pude superar.
Siempre evolucionas y te superas en el campo que sea porque recuerdas lo que hiciste antes y sobre ello construyes. Haces deporte y recuerdas lo que hiciste ayer y cómo lo hiciste y mejoras, haces tu trabajo y recuerdas como lo hiciste ayer y así puedes mejorarlo, haces lo que quiera que sea que hagas y mejoras porque sabes cómo lo hiciste la última vez y sobre ello construyes, ¿acaso crees que para esto es diferente, que puedes construir algo mejor si no sabes qué construiste ayer y cómo lo hiciste? Una cosa es lo que te apetezca creer, otra lo que tu razón te dice, ¿qué te dice tu razón? ¿Que las cosas son así por que sí, porque tú así has decidido creerlo, o que realmente a pesar de tu decisión no tiene sentido?
¿Y no sería negativo recordar a las personas con las que tuvimos conflictos y nos hicimos daño?
No si todos recordaran… Nadie es inocente, en este mundo todos han cometido graves errores por los que necesitan perdón, ¿cómo no perdonar a otros cuando tú no sólo sabes, sino que eres plenamente consciente de lo que has hecho con un recuerdo totalmente vivo…? No podrías dejar de hacerlo, sería la única forma de seguir viviendo en paz. La única forma de cometer una y otra vez esos mismos errores es ignorar el pasado, olvidarlo… ¿No crees? Si quieres avanzar debes dejar de creer en dogmas y empieza a preguntarle a tu razón, piensa por ti mismo, no a través de las ideas de otros.
Al tiempo que intentaba asimilar lo que interiormente me decía, Saha observaba las imágenes en silencio mientras Arakik le explicaba el sentido de ciertas experiencias y las distintas alternativas que parecían ofrecerse, le comentaba de lugares o situaciones que eran para él cuestiones que había deseado en el pasado y que podía considerar como pendientes. Comprendí que buscaba que sintiera que era participe y que tenía elección, pero nada parecía conmoverlo, estaba inmóvil y silencioso. Sólo cuando aparecieron en su existencia, casi en el mismo espacio temporal, dos almas con las que antes había compartido otras experiencias que percibí fueron complicados, se estremeció y girándose hacia Arakik preguntó:
− ¿Otra vez tengo que volver a encontrarme con ellas? ¿No ha sido ya suficiente?
− ¿No quieres que formen parte de tu experiencia futura?
Saha sabía que la pregunta era puramente retórica, si contestaba que no, como otras veces, Arakik le explicaría lo importante que era superar esa experiencia para poder avanzar, dejarla atrás y evolucionar pero adelantándose sólo dijo:
− Creí que ya había dejado esa experiencia atrás, no una, sino varias veces y nunca he deseado por un solo instante volver encontrarme con ellas.
Aunque me pareció que Arakik acusó ese ataque directo hecho con lo que hubiesen sido sus propias palabras, hizo caso omiso y siguió como indiferente con la sucesión de imágenes que se detuvo en un momento impreciso, tal vez alrededor de los treinta y cinco o pocos más años. Se hizo el silencio esperando que Saha dijera algo, que hiciera algún comentario.
Volví a sentir dentro de mi la voz:
Lo normal es que ahora Saha intervenga, porque después de observar su futuro las almas sienten inquietud o curiosidad y hacen preguntas, hay dudas que resolver, cuestiones que negociar. Además, es fundamental para que de esa forma se involucren en su futura existencia, que sientan que son partícipes de las decisiones que ahí se han tomado y sean ellos los que se comprometan, que sientan que es su elección y decisión, su deseo…
Sin embargo, Saha no dijo nada y el silencio se hizo tenso. Notaba en todos menos en Saha la tensión de la espera que esa proyección de paz, felicidad y plenitud que se habían propuesto ofrecer ya no podía disimular.
Al final, después de un momento que me pareció eterno, Arakik que era el único que tenía autoridad para hablarle dijo:
− Creemos que es una gran oportunidad para tu evolución, para crecer, hay grandes momentos de felicidad, tendrás un cuerpo fuerte y sano, con una gran inteligencia, hay muchas cosas positivas o que quisiste vivir en el pasado y que tendrás la oportunidad de realizar, esta vida tiene un buen equilibrio de cosas buenas con desafíos para ayudarte a crecer, pero si quieres cambiar algo…
− Otras veces tuve cuerpos más fuertes y terminaron enfermos por una u otra razón, y otras veces también tuve una gran inteligencia y mi mente se llenó en los momentos más decisivos de una neblina que esa inteligencia no podía traspasar, llevándome a…
No siguió, no hacía falta, sentí que sufría profundamente, el recuerdo de todo ello le era doloroso. Amfas tenía razón, no estaba preparado para volver.
− Pero todo ello te ayudó a crecer y estamos haciendo que puedas superarlo.
− No quiero volverme a encontrar con esas dos almas.
− ¿Por qué?
− Porque no he aprendido nunca nada positivo de mi experiencia con ellas, sólo me han traído sufrimiento y dolor, dolor y sufrimiento inútil que me endurecieron el corazón y envenenaron la sangre. Siempre que me las encontré en otras vidas hicieron todo lo posible por dañarme y a veces hasta lo lograron, no tiene sentido que vuelva una vez más a encontrarme con ellas, no tienen nada que enseñarme, ni tengo nada que aprender de lo que pueda sucederme con ellas.
− Si todavía te afectan es que todavía no has superado la experiencia, por eso las hemos incluido en tu próxima existencia.
El razonamiento era irrebatible, pero no conmovió lo más mínimo a Saha y una vez más mi acompañante intervino, había percibido mis pensamientos:
Efectivamente, no tiene ya nada que aprender ahí, nada de eso servirá a ninguna evolución espiritual, sólo son los elementos clave para generar la energía de lucha y las experiencias conflictivas que se buscan. Aunque en cierto modo le están diciendo la verdad, porque el día que esas almas sean incapaces de ni siquiera inmutarle ya no tendrá sentido seguir introduciéndolas en sus existencias, no se lograría con ello ningún efecto y sería perder el tiempo.
¿Y no sería eso evolución?
Evolución es crecimiento, sobrepasar y empujar más allá los propios limites, pero si sucediera eso no sería evolución porque la respuesta ya está dentro de él como estás viendo y escuchando, ya conoce esa respuesta pero al volver queda olvidada… Por tanto, lograr eso no empujaría más allá esos límites, sólo sería que por fin habría percibido la verdad, se habría dado cuenta…
¿De qué tendría que haberse dado cuenta?
Que intentar superar la experiencia, tal como le programan y hacen creer debe de hacer no le llevará a parte alguna, que lo que debe de hacer es apartarse de la experiencia, vaciarse de ella, que no debe entrar en su juego o, si prefieres decirlo de otra forma, si debe de entrar en la batalla debe de hacerlo sin emoción alguna. Una vez más el problema es que vuelve y no recuerda qué pasó antes, sino no volvería a caer en esa trampa… Esa y otras trampas sólo son efectivas porque las almas no recuerdan, ¿te imaginas cómo sería tu vida, si cada día que fuera a trabajar tuvieras que volver a aprender todo lo que anteriormente habías aprendido porque lo has olvidado? ¿A qué fin serviría eso, qué se ganaría con ello? Si lo piensas bien, desde luego no a tu propio beneficio o, incluso, el de la empresa para la que trabajas…
Mientras intentaba digerir lo que me acababa de decir, que producía un fuerte conflicto interno con mis creencias y me hacía sentirme incómodo, escuche a Saha que decía:
− Entonces, si no se pueden sacar esas dos almas, acepto todas las condiciones y posibilidades tal como que me las has mostrado.
Observé que Amfas y Arakik se sobresaltaban, Aganan tuvo una reacción diferente, pero no sé cómo calificarla, parecía más bien como si se hubiese encogido. Percibí que aquello no era lo esperado, lo que se buscaba era que Saha negociara lo que inicialmente no eran ni con mucho lo más amable, que así sintiera que participaba en las decisiones y que contaba con el apoyo y la generosidad de su maestro haciendo ciertas concesiones, fortaleciendo de esa forma los lazos con este.
− Pero acepto con una condición.
Arakik se volvió a sobresaltar, ¿más condiciones? ¿También Saha le iba a imponer condiciones?
− Después de esta existencia no quiero volver nunca más a este mundo.
Ararik se tomó su tiempo, como si meditara, pero notaba su perturbación interior, sabía que esto no estaba saliendo bien.
− Desearía hacerlo, sería lo que más desearía, pero no puedo prometerte eso porque todos estamos sujetos a la Ley de la Evolución, para liberarnos debemos llegar al conocimiento último, pero ya que has aceptado esos desafíos, tan difíciles, quiero que sepas que llegado el momento en que hayas realizado tu tarea y para compensar tus esfuerzos, recibirás un regalo que te hará saber que has cumplido con el pacto establecido.
− ¿Qué regalo será ese?
− Lo sabrás cuando llegue el momento, no te preocupes, será algo muy deseado por ti y te compensará por todo lo que hayas pasado anteriormente.
Saha miró a esos tres seres de luz que hace un momento transmitían tanta paz y felicidad pero que ahora emitían otra emoción, como si su aceptación les hubiese sorprendido, ¿qué pensarían? ¿Estarían asombrados de su decisión? No, percibió algo que supe que él no debía percibir, esos seres tan imponentes sentían preocupación, ¿por qué?
¿Tal vez porque no esperaban que tuviera el valor de aceptar esa existencia así sin más o… ? No podía comprender los motivos ocultos de cada una de esas tres entidades energéticas, pero comprendía que confluían en un solo punto, preocupación. Sólo se le ocurrió que debía de ser por el amor que hacia un momento sentía le transmitían, que estaban preocupados por él por aceptar esos desafíos porque iba a ser difícil y duro. Sentí que eso no le tranquilizaba, sino más bien todo lo contrario.
− No estoy conforme pero… Que así sea −dijo después de otro largo silencio mirando la pantalla ahora vacía.
Y así, sin saber realmente que hacía, una vez más había sellado el pacto de otro plan del alma que habían creado para él.
− Que así sea… Por ahora hemos terminado, tendremos que revisar algunos detalles para que estés preparado, que sepas reconocer a las almas que tienes que encontrarte, pero si quieres puedes dejarnos ahora.
Percibí que Saha también sabía que ahí tampoco le ofrecían la posibilidad de elegir, sólo era una forma cortés de invitarle a irse, así que salió de la sala lentamente y sentí como si fuera arrastrando la pena detrás de él.
Aganan estaba como fuera de todo esto, parecía un extraño, pero entre Amfas y Arakik la tensión estalló, me di cuenta que ya no tenían motivo para seguir manteniendo energías de felicidad y de paz.
− ¿Regalo? ¡¿A qué ha venido eso?!
− A nada, sólo creí que podía ser la forma de…
− De corregir el error que has cometido con tu empeño en que vuelva ahora, comprendo que eso ayudará a que acepte tener que regresar, que no le tengas que introducir como a otras almas a la fuerza en el receptáculo elegido, pero si algún día llega a recordar tu promesa, ¿qué harás entonces…?
− No tiene por qué recordar en vida lo que aquí se dijo.
− ¿Pero y si llega a recordarlo? ¿Te das cuenta de la situación en que te has puesto y nos has puesto? ¿Te das cuenta que jamás debemos mentirles de forma directa, que sólo debemos dejar que se engañen a sí mismos?
− Es improbable que llegue a recordar en vida nada de lo que aquí se ha establecido, cuando lo hacen sólo suelen recordar lo que les interesa, no lo que les supone cuestionar sus creencias y tener que pensar demasiado, pero de suceder siempre podemos mover algunas circunstancias.
− ¿Mover algunas circunstancias? Le has dado una vida con todo lo bueno que se puede desear, con ilusiones, sueños y capacidad para realizarlos, incluso magníficas experiencias, hasta ahí creí que ibas bien, pero luego introduces casi al mismo tiempo dos almas que harán todo lo posible para arruinar esos sueños, y que lo harán porque ya lo han hecho antes, cosa que sabe muy bien. Destrozarás sus sueños, sus ilusiones, su vida… Te dije que le dejarás en paz y que le facilitaras ser feliz, así hubiese vuelto a ti con la satisfacción y el agradecimiento de una vida placentera y deseando volver a por más… Ya puede ser un buen regalo, porque ese alma no ha sido plenamente capaz de percibir las consecuencias de lo que le has preparado pero yo sí.
− Por eso he introducido esa promesa, siempre podemos hacer que al final esos sueños e ilusiones se hagan realidad, eso fortalecería nuestros lazos y su confianza.
− A eso me refiero, pero si llegas un poco tarde no vas a poder evitar que despierte y ya nunca más crea en ti. Si lo llevas demasiado lejos puede hacerlo incluso con todo lo bueno que a partir de ese momento puedas proporcionarle.
− Que despierte no significa que pueda liberarse, todavía tiene que encontrar la forma de hacerlo, y si al final puede tener esa felicidad que le llene lo más seguro es que se olvide de buscarla y, además y como bien dices, quiera volver a por más.
− Pero despertar es el primer paso, ¿lo recuerdas? Algo que nunca debe de arriesgarse, si sucede no hay vuelta atrás, no hay que arriesgarse a que las almas desafíen sus condicionamientos con preguntas que no deben hacer, un solo condicionamiento clave que caiga y se pueden desmoronar todos los demás… No entiendo lo que has hecho, ¿qué ha pasado y me has ocultado para que nos expongas así…? Saha nos ha desafiado, cosa que las almas no hacen, porque lo que en realidad nos ha dicho es que ya he pasado por planes parecidos antes y no me ha servido de nada, no he ganado nada con ello y eso nos dice que hay algo que no sabemos de Saha o que ya no le controlamos… Aunque… Tal vez, es algo que yo no sé, que no me has dicho, y lo único que sucede es que en realidad ha empezado a despertar y ya has perdido su guía sobre él, que ya no tienes poder sobre él.

EL PUNTO SIN RETORNO




Tienes que respirar en la quietud. Porque el mundo es muy acelerado, y termina demasiado rápido, y tú eres demasiado lento, y maravilloso en tu lentitud. El destino no es destino para ti, y nunca lo fue.
Así es que, conéctate nuevamente con el momento. Comienza donde comenzaste; aquí, en el espacio donde todo aflora. No es sólo una taza de té, un paseo con un amigo, palabras que se dicen o no. Es un romance, los momentos fluyendo entre sí tan plenamente que no hay momentos en absoluto, sólo el impacto y el asombro de estar vivo, en este día de todos los días.
Esta oportunidad de conectarte. Esta cotidianeidad, encarnada. Esta insoportable libertad que amenaza con reventar la tierra. Para suavizar al corazón. Las sombras y la luz. El fuego y las cenizas.
Renunciaría a todo, excepto al horizonte, esta preciosa sensación de avanzar mientras estoy completamente en paz.
Y si tan sólo pudiera verterlo en la más preciosa de las copas y mostrársela a este acelerado mundo.
- Jeff Foster