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martes, 2 de junio de 2015

La Meditación Budista – parte 3




La Meditación Vipassana
Para la mayoría de la gente el fruto inmediato de la práctica budista es un estado de mayor calma, positividad y conciencia, junto con una sensación de crecimiento, plenitud y satisfacción. Sin embargo todas estas cualidades, por positivas que sean, no son todo el objetivo de la meditación. Son cualidades deseables pero sujetas al cambio. Incluso el ser humano más sano puede verse afectado por el cambio cuando este sucede con la adversidad, la enfermedad, vejez o muerte. En estas situaciones necesitamos ser algo más que seres humanos saludables.
Los budistas usan prácticas de meditación Vipassana como métodos para fomentar la visión clara. Existe un gran número de prácticas Vipassana; quizás la mayoría de las muchas técnicas de meditación budista son de esta clase. No sería muy útil describir ninguna de ellas en detalle en un articulo como éste, sin embargo todas cuentan con ciertas características comunes. Todos los métodos Vipassana deben practicarse por meditadores experimentados. El primer estadio común en las meditaciones Vipassana consiste en el establecimiento de una calidad meditativa firme usando alguna de las practicas Samatha. Una vez que se ha establecido esta calidad meditativa, la persona tiene que dejar que su atención se centre en algo que represente o simbolice algún aspecto de la realidad última; esta representación puede darse por medio de palabras o de una imagen visual. Dejamos que este “símbolo” impregne la conciencia serena y concentrada del meditador, de tal forma que pueda llevar a una visión clara y genuina de la verdad que representa. Otra forma de llegar a Vipassana es cuando una vez que se establece el estado meditativo, la persona puede concentrarse en la naturaleza misma de la mente, o puede volverse intensamente consciente de su experiencia de cada instante, con el objetivo de alcanzar una visión clara de la naturaleza de la realidad que se está experimentando.


Ya se ha observado que la visión clara, dentro del contexto budista, no se refiere únicamente a una comprensión intelectual. Es importante que esto quede claro. Nuestra mente racional ocupa tan solo una pequeña parte de nuestra psique. Un entendimiento intelectual del mundo o de nuestra persona puede ser una revelación, sin embargo no es suficiente para cambiar nuestra conducta o nuestra perspectiva. La visión clara genuina impregna y altera nuestro ser en su totalidad. Para experimentar una visión clara y verdadera necesitamos encontrarnos en un estado especial y más elevado. Necesitamos establecer los cimientos de la meditación Samatha antes de que pueda ser eficaz nuestra meditación de la visión clara. No es posible alcanzar la meta del budismo, la Iluminación simplemente leyendo libros, estudiando o filosofando, por valiosas que puedan ser estas actividades.
El Objetivo Último
El objetivo último de la meditación Vipassana es permitir que la visión clara madure hasta, el punto en que cause, lo se ha llamado, “un giro en el asiento más profundo de la conciencia” (Paravritti). Una vez que esto ha sucedido no hay retroceso: ha ocurrido un cambio tan profundo y fundamental que no es posible regresar a las antiguas formas de ver la vida. A partir de este punto todo nuestro ser se desplaza hacia la Iluminación.
Fuente: budismo.com

La Meditación Budista – parte 2



Dos métodos tradicionales de meditación Samatha
La mayoría de las técnicas de meditación Samatha utilizan un objeto de concentración, que puede ser el proceso de la respiración, un disco de color, la llama de una vela, incluso un mantra o una emoción positiva tal como el amor Universal. De todos éstos diferentes objetos probablemente el que más se usa es la respiración. Esta práctica, generalmente conocida como “el seguimiento de la respiración”, es descrita por el Buda con detalle en los escritos tempranos y se usa, con variaciones, en la mayoría de las escuelas budistas. Otra práctica de meditación Samatha es el “desarrollo del amor Universal”, en la que el meditador genera un poderoso sentimiento de amor Universal hacia sí mismo y hacia otros, usando este sentimiento como el objeto de concentración.
Estas dos técnicas de meditación nos proporcionan una forma directa de trabajar en nuestra persona y de cultivar dos cualidades de central importancia para el desarrollo meditacional: la concentración y la sensitividad.
El seguimiento de la respiración
El seguimiento de la respiración permite desarrollar un nivel de concentración que raramente se experimenta en nuestra vida normal; para muchos después de hacer esta meditación es una revelación sentirse tan conscientes. La conciencia que se desarrolla en la meditación empezará a tener un efecto en nuestros estados mentales de todos los días, dando más claridad y más espacio en nuestra vida, con una nueva libertad para actuar de una forma más creativa.
Desarrollo de amor Universal
La práctica del desarrollo del “amor Universal” proporciona una forma directa de trabajar con las emociones, incrementando la autoestima y el cariño por otras personas. Muchas personas que hacen esta práctica por primera vez se sorprenden al ver que es posible sentir emociones tan positivas e intensas. Si los efectos de la meditación se refuerzan con un comportamiento ético, estos sentimientos pronto empezarán a extenderse a toda nuestra vida, donde parecerá tener un efecto casi “mágico”, mejorando nuestras relaciones interpersonales y a través de ellas, toda nuestra vida.
Niveles de profundidad en la meditación Samatha
Todas las técnicas Samatha tienen el objeto de inducir estados de concentración, unificando en la conciencia partes de nuestro ser de una manera armoniosa, tranquila y clara. Si estamos llevando una vida ética en un ambiente favorable, que fomenta la satisfacción y las emociones positivas, cuando se medita se llega a transformar el vagabundeo mental que hay en la cabeza para dar lugar a sentimientos agradables de ligereza, quietud y tranquilidad. Empezarán a disolverse los conflictos internos, reemplazando los elementos inquietos y egoístas por perspectivas mas amplias y objetivas. Al desarrollar estados meditativos puede que se experimenten olas de gozo, que parecen surgir de las profundidades de aquel que medita; en algunas personas estas olas serán tan fuertes que producirán profundos y agradables escalofríos. Por otra parte, uno se saturará de emociones cálidas, de tal forma que se fundirá la parte emocional y la parte mental en una sola facultad, experimentándose todo con una nueva luz, más clara y brillante. Los meditadores más experimentados pueden alcanzar estados aún más profundos, hasta llegar a niveles de inspiración en los que se disuelven los límites normales entre uno y el resto del mundo. Entonces pueden surgir en algunas personas los denominados poderes sobrenaturales, tales como la capacidad de ejercer un efecto benevolente en la experiencia de otros.
No cabe duda que todo esto es sublime y es algo que puede estar al alcance de cualquier meditador regular. Sin embargo la meditación no siempre es así. En algunas ocasiones el meditador pasará por periodos en que meditar significa batallar con una mente llena de deseo insatisfecho, ira o conflicto. En estas ocasiones la meditación representa una tarea ardua. Sin embargo, aún cuando se experimentan dificultades, la meditación es un trabajo realmente útil debido a que nos permite tener un control gradual de estados mentales torpes, tanto en las sesiones de meditación como en el resto del día.
A pesar de que la meditación Samatha es una preparación para la práctica Vipassana, debe estar claro que no es algo simplemente preliminar. No es algo que tengamos que llevar a cabo a prisa para poder así empezar con el trabajo auténtico. Aunque no existiera la meditación Vipassana, todavía sería muy útil la meditación Samatha, ya que aún cuando puede ser ardua lleva a elevar los estados mentales dando al meditador calma y positividad. La meditación Samatha, en el mejor de los casos, es profundamente placentera y puede tener efectos muy grandes, dándole a nuestra experiencia de vida una perspectiva más amplia, clara y brillante.
Fuente: budismo.com

La Meditación Budista – parte 1



Las meditaciones budistas dan una forma de trabajar en la mente usando la mente: permitiendo incrementar la capacidad de conciencia y positividad, que a su vez se puede usar para ver la naturaleza de las cosas como realmente son. A pesar de que meditación es una palabra que se utiliza a menudo de una manera coloquial en Occidente no es extraño que existan malentendidos al respecto.
Posibles malos entendidos de la meditación
Hay varios posibles malos entendidos de lo que es la meditación: uno de ellos es pensar que la meditación es tan solo un tipo de relajación. Otro puede ser que la meditación es un estado de trance. Por otro lado a veces se piensa que la meditación es un agradable viaje lejos de la realidad o que la meditación es una forma de autohipnosis, incluso se afirma que la meditación es poner la mente en blanco.
Es cierto que la meditación es un antídoto poderoso contra la tensión, pero este beneficio es secundario y no su objetivo principal. La meditación así mismo no es un trance ni un estado hipnótico en el que se pone la mente en blanco. La meditación es una forma de conciencia más amplia en la que se eleva a nuevas alturas y no una forma de reducirla a un estado semiconsciente.
Otro error común acerca de la meditación es identificarla como una técnica en particular. Obviamente el igualar cualquiera de esas técnicas de meditación con la meditación en su totalidad significa adoptar un criterio restrictivo. La meditación es esencialmente un estado de ser, o más bien varios estados de ser y conciencia relacionados. No hay una forma de lograr este estado que sea la “correcta”. Aunque algunas técnicas de meditación resultan muy eficaces para ciertas personas, en ciertos niveles de su desarrollo, no se debería de identificar a la meditación con ninguna de estas específicas técnicas.
Las muchas técnicas de meditación budista pueden dividirse en dos grupos principales dentro de su propósito progresivo. Estas son las técnicas que se agrupan con el término Samatha, una palabra sánscrita que aproximadamente significa ‘paz’ o ‘tranquilidad’, y las técnicas que se agrupan con el término Vipassana o técnicas para alcanzar ‘visión clara’, ‘percatación’ o ‘discernimiento’.
La Meditación Samatha
La meditación Samatha calma la mente y orienta el sentido de la conciencia, fomenta las emociones positivas y expande nuestra perspectiva. Esta forma de meditación es una preparación esencial para las técnicas Vipassana o de visión clara, que son más avanzadas; sin esta base Samatha es muy poco probable que surja la visión clara; que es el objetivo de la meditación Vipassana.
Nuestro estado mental normal se encuentra dividido y a veces muy poco concentrado, afectado por emociones negativas y limitado por sus puntos de vista; por lo tanto en este estado no es posible percibir las cosas como realmente son.
Nuestro nivel de conciencia normal puede compararse con una mala linterna, que produce una luz difusa al tener las pilas gastadas. Por lo tanto no nos sirve para alumbrar en la oscuridad. El objetivo de la meditación Samatha podría verse como el concentrar la luz y recargar las pilas, de tal manera que podamos ver claramente. O, si usamos una analogía budista más tradicional: nuestro estado mental normal podría compararse con agua turbulenta y llena de lodo, tan contaminada por la suciedad que no deja pasar la luz. La meditación Samatha calma la turbulencia de la mente y permite que se asiente el lodo, de tal forma que el agua alcance transparencia, brillantez y claridad.
Fuente: budismo.com

Respiración Consciente.



En nuestra vida diaria, respiramos, pero olvidamos que estamos respirando. El fundamento de toda práctica de la plena consciencia es llevar nuestra atención a nuestra inspiración y espira­ción. A esto se le llama plena consciencia de la respiración, o respiración consciente. Es muy simple, pero el efecto puede ser muy grande. En nuestra vida diaria, aunque nuestro cuerpo está en un lugar, nuestra mente está con frecuencia en otro. Poner atención a nuestra inspiración y espira­ción devuelve nuestra mente a nuestro cuerpo. Y de pronto estamos ahí, totalmente presentes en el aquí y ahora.
La respiración consciente es como beber un vaso de agua fría. Conforme inspiramos, sentimos verdaderamente el aire llenando nuestros pulmones. No necesitamos controlar nuestra respira­ción. Sentimos la respiración tal como es. Puede ser larga o corta, profunda o superficial. A la luz de nuestra consciencia, la respiración se irá haciendo de forma natural más lenta y más profunda. La respiración consciente es la clave para unir cuerpo y mente y traer la energía de la plena consciencia a cada momento de nuestra vida.
Al margen de nuestro estado anímico (nuestros pensamientos, emociones, y percepciones) nuestra respiración está siempre con nosotros como un fiel amigo. Cuando nos sentimos arras­trados, sumidos en una profunda emoción, o atrapados en los pensamientos sobre el pasado o el futuro, podemos volver a nuestra respiración para recoger y anclar nuestra mente.
Práctica
Mientras inspiras y espiras, siente el flujo de aire entrando y saliendo de la nariz. Al comienzo puede que tu respiración no sea relajada. Pero después de practicar la respiración consciente durante algún tiempo, sentirás cómo se va haciendo más ligera y natural, más calmada y tran­quila. En cualquier momento cuando estés caminando, haciendo jardinería, escribiendo en el teclado, o haciendo cualquier cosa, puedes volver a esta tranquila fuente de vida.
Puedes decirte a ti mismo:
Inspirando, sé que estoy inspirando.
Espirando, sé que estoy espirando.
Después de unas pocas respiraciones, puede que quieras abreviar esto a: ‘dentro, fuera’. Mientras tengas tu atención centrada en la inspiración y la espiración, tu mente dejará de pensar. Ahora tu mente tiene una oportunidad de descansar. En nuestra vida diaria pensamos demasiado. Dar una opor­tunidad a nuestra mente de dejar de pensar es maravilloso.
Inspirando, sé que estoy inspirando no es un pensamiento. Es sencillamente darse cuenta de que algo está ocurriendo, de que estás inspirando y espirando. Cuando inspiras y llevas tu aten­ción a tu inspiración, traes tu mente de regreso a una reunión con tu cuerpo. Sólo una inspira­ción puede ayudar a la mente a volver al cuerpo. Cuando la mente y el cuerpo van juntos, pue­des habitar verdaderamente el momento presente.
‘Inspirando, sé que estoy inspirando’ es otro modo de decir ‘Inspirando, me siento vivo’. La vida está en ti y a tu alrededor –la vida con todas sus maravillas: el sol, el cielo azul, las hojas del otoño. Es muy importante ir al hogar del momento presente para entrar en contacto con los elementos sanadores, refrescantes, y nutrientes de la vida que hay en tu interior y a tu alrededor. Una ligera sonrisa puede relajar todos los músculos de tu cara.
Inspirando, reconozco el cielo azul.
Espirando, sonrío al cielo azul.
Inspirando, soy consciente de las bellas hojas otoñales.
Espirando, sonrío a las bellas hojas otoñales.
Puedes acortar esto a ‘cielo azul’ al inspirar, y ‘sonreír’ al espirar. Después ‘hojas otoñales’ al inspirar, y ‘sonreír’ al espirar. Cuando practicas la respiración de este modo, te pones en contacto con todas estas maravillas de la vida. La belleza de la vida está nutriéndote. Te liberas de tus miedos y preocupaciones. Te pones en contacto con tu respiración y con tu cuerpo. Tu cuerpo es una maravilla. Tus ojos son una maravilla; con solo abrir los ojos puedes tocar el paraíso de las formas y los colores. Tus oídos son una maravilla. Gracias a tus oídos puedes escuchar toda clase de sonidos: la música, el canto de un pájaro, y el viento soplando a través de los pinos. Cuando pones atención a tu inspiración y espiración regresas al hogar del momento presente, al aquí y ahora, y te pones en contacto con la vida. Si continuaras perdido en el pasado o corriendo hacia el futuro, te perderías todo esto.
Inspirando, sigo mi inspiración en todo su recorrido.
Espirando, sigo mi espiración en todo su recorrido.
Al comienzo, puede que tu respiración la notes un poco forzada o extraña. Tu respira­ción es resultado de tu cuerpo y de tus sentimientos. Si tu cuerpo tiene tensión o dolor, si estás experimentando senti­mientos dolorosos, tu respiración se sentirá afectada. Pon atención a tu respiración y respira plenamente consciente.
Inspirando, sé que estoy inspirando.
Espirando, sé que estoy espirando.
Inspirando, sonrío a mi inspiración.
Espirando, sonrío a mi espiración.
Nunca fuerces la respiración. Si tu inspiración es corta, deja que sea corta. Si no es muy tran­quila, déjala que sea así. Nos limitamos a percatarnos de ello, y tras un tiempo, la calidad de nuestra respiración mejorará de forma natural. La consciencia plena de la respiración identifica y abraza nuestra inspiración y espiración como una madre que llega a casa y coge a su niño para abrazarle tiernamente en sus brazos. Te sorprenderá que tras uno o dos minutos, la calidad de tu respiración mejorará. Tu inspiración se hará más profunda; tu espiración se hará más lenta. Tu respiración se hace más tranquila y armoniosa.
Inspirando, noto que mi inspiración se hace más profunda.
Espirando, noto que mi espiración se hace más lenta.
Cuando notes que tu inspiración y espiración se han hecho más tranquilas, profundas y lentas, podrás ofrecer esa paz, calma y armonía a tu cuerpo. Ahora es tu oportunidad de regresar al hogar de tu cuerpo, reconocer su existencia, y hacerte amigo de él.
Inspirando, soy consciente de mi cuerpo.
Espirando, libero toda la tensión de mi cuerpo.
Estos ejercicios de respiración proceden del mismo Buda. Son muy sencillos, como un juego de niños. Si ayuda, pon la mano sobre tu vientre. Notarás que cuando inspiras, se eleva tu estómago y cuando espiras tu estómago desciende. Subir, bajar. Sobre todo cuando estás echado es fácil sentir tu abdomen subiendo y bajando. Eres consciente de tu inspiración y espiración desde el principio hasta al final. Se disfruta respirando así. Ya no piensas, en el pasado, en el futuro, en tus proyectos, en tu sufrimiento. Respirar se convierte en un placer, un recordatorio de la vida misma.
Inspirando, disfruto mi inspiración.
Espirando, disfruto mi espiración
Más tarde, cuando seas capaz de ofrecer esa paz y armonía a tu cuerpo, ayudándole a liberar la tensión, podrás reconocer e identificar tus sentimientos y emociones.
Inspirando, soy consciente de los sentimientos dolorosos que hay en mi.
Espirando, sonrío al sentimiento doloroso que hay en mí.
Existe un sentimiento doloroso, pero también existe la plena consciencia. La plena consciencia es como una madre, abrazando tiernamente al sentimiento. La plena consciencia es siempre plena consciencia de algo. Cuando respiras con plena consciencia, eso es plena consciencia de la respiración. Cuando caminas con plena consciencia, eso es plena consciencia de caminar. Cuando bebes con plena consciencia, eso es plena consciencia de beber. Cuando eres consciente de tus sentimientos, eso es plena consciencia del sentimiento. La plena consciencia puede traerse para intervenir en cada evento físico y mental, reportando reconocimiento y alivio.
Me gustaría ofrecerte un poema con el que puedes practicar, recitándolo de vez en cuando, mientras sonríes y respiras:
Inspirando, sé que estoy inspirando.
Espirando, sé que estoy espirando.
Conforme se hace profunda mi respiración,
Mi espiración se hace más lenta
Inspirando, calmo mi cuerpo,
Espirando, me siento cómodo.
Inspirando, sonrío,
Espirando, libero.
Permaneciendo en el momento presente,
Sé que este es un momento maravilloso.
Esto se puede acortar recitando una palabra o frase por respiración:
Dentro, Fuera.
Profunda, Lenta.
Calmo, Cómodo.
Sonrío, Libero.
Momento Presente, Momento Maravilloso.
El momento presente es el único momento que es real. Tu tarea más importante es estar aquí y ahora y disfrutar del momento presente.
http://wakeupspain.org/respiracion-consciente/

¿QUE ES UN YOGUI?


“El yogui es aquel que sabe navegar en medio de la tempestad”¿Cuál es para usted la esencia del yoga,cómo se lo transmitiría a un profano en la materia?
El yoga es la ciencia que nos lleva a evolucionar como seres humanos. Nos enseña a conocernos a nosotros mismos, a saber diferenciar aquello que somos de aquello que tenemos. A través de ese conocimiento de quiénes somos conectamos con nuestro potencial y consecuentemente aprendemos a dirigir y gestionar nuestra vida, aceptando nuestra realidad, entendiendo por qué nos ocurren ciertas cosas y aprendiendo a vivir el presente, disfrutando de cada instante.
¿Qué cree que debe buscar quien se inicia en el yoga?
El yoga es para aquellas personas que buscan un equilibrio en sus vidas, a nivel físico, emocional, mental e incluso espiritual. Por lo tanto es para quien desea mejorar como ser humano, para quien desea sentirse bien consigo mismo y encontrar un sentido a su vida.
¿Qué aporta el yoga que no ofrezca otros sistemas de armonización cuerpo-mente?
El yoga aporta ir más allá del cuerpo y de la mente, nos enseña a alcanzar el plano intuitivo y a conectar con nuestro verdadero Ser. En este punto sucede una importante transformación en el practicante que se materializa en la capacidad de saber desenvolverse en su vida cotidiana.
También ocurre que en esa transformación se van limpiando “cristalizaciones” en el plano mental, bloqueos emocionales e incluso mejoran algunas enfermedades del cuerpo físico. Con lo cual experimentamos cambios de hábitos y de costumbres de forma natural, sin imposiciones. El yoga no es restrictivo, sino que a través de la práctica se van dando ciertas modificaciones en nuestra vida, de acuerdo a nuestro nivel de experimentación.
¿Con qué actitud vive actualmente el yoga?
El yoga hay que vivirlo desde la sinceridad, la humildad, la honestidad, la coherencia, la constancia, la determinación, con una mente abierta, desde el corazón y con una clara vocación de servicio. Y con paciencia; esta es muy importante, ya que todo tiene su tiempo de germinación. Ya sea nuestro proceso evolutivo, un proyecto o una idea, si los interrumpimos mediante nuestra exigencia de resultados, impedimos que ese proceso llegue a su florecimiento.
En estos tiempos difíciles, ¿qué cree que puede aportar el yoga?
Serenidad, ecuanimidad, saber reaccionar y visión profunda. Desde la conexión con nuestro Ser la realidad que nos envuelve se percibe desde una perspectiva más amplia, lo que le permite al practicante no caer en la negatividad, el pesimismo o la visión limitada de las cosas. Si las circunstancias nos superan difícilmente podemos actuar o reaccionar. Pero si nos mantenemos en equilibrio, actuamos desde la serenidad y ello nos permite ser más efectivos a la hora de solucionar ciertas adversidades. Digamos que el yogui/yoguini es aquel/aquella que sabe navegar en medio de la tempestad, y cuando sabemos coger el timón de nuestra vida sabremos ir en la dirección adecuada.

¿Qué les diría a quienes piensan que el yoga es un ejercicio meramente físico?
Seria importante que las personas que practican yoga o quieran practicar sepan que el yoga no se limita a una práctica de posturas físicas. En realidad el yoga es una ciencia espiritual, que nos lleva al equilibrio entre materia y espíritu.
Ciencia en el sentido de que todo lo que el yoga expone y propone puede ser alcanzado por cualquier persona que lo practique. No se trata de ideas o creencias, sino de conocimientos reales y tangibles, y así lo han demostrado a lo largo de la historia los distintos maestros y discípulos que han alcanzado la maestría.
Y espiritual en el sentido de que el yoga nos enseña cómo conectar con nuestra alma, trascendiendo el ego. La traducción literal de la palabra yoga es unión, pero esta unión debe ser realizada equilibrando los dos aspectos que unimos en la misma proporción, ese es el verdadero significado de la palabra yoga. Si no hay equilibrio entre materia y espíritu, entre vida interior y vida exterior, entre personalidad y alma, no hay yoga. Cuando conseguimos esta “unión equilibrada” experimentamos quiénes somos realmente, experimentamos la verdadera felicidad, la verdadera paz y el verdadero amor.
Para ello es imprescindible la práctica regular de la meditación, el trabajo con el sonido (mantrams), el estudio de la sabiduría y poner en práctica las enseñanzas.
http://universo-espiritual.ning.com/

TU RELACIÓN DE PAREJA





Publicado por Julieta Herrera en Universo Espiritual Comunidad.
http://universo-espiritual.ning.com/
Cuando te enfocas en aquello que tu pareja no tiene, cuando prestas toda tu atención a eso que todavía hace falta en tu relación, en lo que aún no se logra; cuando te fijas en sus fallas, en lo que ‘debería’ ser en este momento, provocas que tu satisfacción dependa de que esta persona cambie y entras en una especie de guerra, a veces sutil y a veces no tan sutil. Ahora resulta que ella es la responsable de tu felicidad. Ahora te expresas desde un estado de limitación, desde un estado de insatisfacción, desde un estado de tensión y muy poca libertad, y no desde la profunda paz que eres. En realidad tú no estás queriendo a la persona que se encuentra frente a ti, lo que quieres es una imagen, una persona ideal. Ahora existe una tensión (una brecha) entre quién es esa persona y quién no es, y tu alegría está ubicada en el futuro, o por lo menos así es como se siente. Ahora te sientes desconectado y con el anhelo de conectarte de nuevo, con el tiempo. Sientes que verdaderamente no te puedes volver a conectar a menos que cambie. Lo culpas por tu falta de conexión. Y desde tu sentido limitado, de culpa, de decepción, de frustración e incluso de enojo, ¡esperas a que se dé algún tipo de cura o transformación! Sin embargo, nadie cambia porque tú quieras que cambie. ¿Alguna vez has cambiado tú cuando alguien intentó cambiarte? ¿Qué no acaso te sentiste manipulado o ignorado?
¿Podrías convivir con tu pareja tal y como es en este momento? ¿Podrías olvidar el futuro, la esperanza, tan sólo por un momento? Y desde ese sitio de profunda conexión, desde ese estado de alegría y claridad ¿podrías expresar tu verdad, no con la intención de que cambie, sino de expresarle un poco mejor cómo te sientes? ¿Podrías escuchar sin prejuicios y dejar de lado la 'historia’ acerca de su relación (las exigencias, las expectativas, el pasado, las 'reglas’) y simplemente relacionarte, aquí y ahora, como iguales?
Cuando tu pareja se siente más conectada contigo, cuando se siente escuchada, a salvo; cuando tu relación se basa en el momento presente, cuando sientes la libertad de expresar tu verdad, cuando todas las imágenes se desvanecen, cuando tu enfoque no está en aquello que hace falta o en lo que se ha perdido, sino en lo que está presente justo en esta habitación, ¿acaso sientes la necesidad de que alguien cambie? ¿Necesitas acaso algún futuro? ¿Independientemente de que te quedes o que te vayas el día de mañana, independientemente de que tu pareja cambie o no, podrías estar en paz con las cosas tal y como son y vivir desde ahí? Esto no es pasividad, sino una conexión profunda con la vida, es la fuente de toda acción clara, inteligente y creativa, es el sitio en donde surgen todas las decisiones.
Tal vez no necesitemos esperar a que se dé un cambio el día de mañana para que podamos conectarnos en este momento. Tal vez el cambio se dé no a través de la fuerza o de la presión, sino por el hecho de permitirlo desde un Ahora profundamente conectado y alineado. Quizás así dejemos de convivir en un sueño y empecemos a hacerlo en esta misma habitación.
Jeff Foster

¿Qué significa confiar? Por Laura Foletto.




Una paciente me contaba que, trabajando con el tema de cómo sus dolores pasaban de un lado al otro sin encontrar bienestar (tiene parálisis cerebral), de pronto se le ocurrió: “cuando tomo aire, tomo a Dios; cuando exhalo, me entrego (y entrego el dolor)”.  Sintió una enorme paz cuando lo hizo y sus dolores comenzaron a ceder.
Percíbelo ahora: al inhalar, tu cuerpo se carga, se expande, se prepara para la acción.  Al exhalar, se contrae, se relaja, se rinde.  Lo común en la sociedad que vivimos es lo primero: un cuerpo tenso, saturado, listo para actuar, con una respiración de tomar (que llega al extremo en los ataques de ansiedad o de pánico).  Lo segundo es visto como debilidad o, en el mejor de los casos, como algo para realizar en los raros momentos de ocio o de vacaciones (que en realidad son más momentos para actuar: no se sabe simplemente estar).
Esta noción de HACER continuamente está haciendo estragos.  Hemos confundido tanto este tema que pensamos que tenemos que hacer para ser.  Así, creemos que, cuanto más hacemos (y tenemos), más somos.  Es entendible entonces la gran frustración que desanima a muchos: si hacen tantas cosas, si tienen tantas cosas, ¿por qué no se sienten mejor, por qué tanto vacío, por qué todavía no son suficientes?
La razón es que SER no es una actividad.  Es una entrega. Ya somos.  Lo que nos impide rendirnos a esta verdad es que pensamos que no somos… bastante, bastante buenos, capaces, hermosos, creativos, amorosos, inteligentes, adecuados, lo que sea.  En esta inhabilidad para aceptarnos como somos, para apreciar la multitud que contenemos, para trazar un rumbo pleno y lleno de enriquecedores aprendizajes encontramos el dominio del Ego.  Como él fue instrumentado para llevar a cabo los designios del alma, implementa lo que sabe: hacer.  Es necesario ponerlo nuevamente en su lugar y tomarnos el tiempo de conocernos, de aceptarnos, de entregarnos a nosotros mismos y hacer desde el corazón.  De esta forma, todo se simplifica.

Con otra paciente, embarazada, comentábamos lo difícil que nos resulta hacer esto y confiar.  En cierta forma, encontramos seguridad en los problemas y dificultades.  Como dice “Uno”:
“Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha,
pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina”
 ¡Qué necesidad?! diría yo…  Pero, así estamos.  Haciendo un tango de todas las cosas y sintiéndonos cómodos en la batalla del diario vivir.  Porque, por otra parte, ¿cómo es ser, hacer, tener, crecer desde parámetros más amorosos, simples, conectados a lo divino, concientes, abundantes, creativos?  ¡No lo sabemos!  Y esto da miedo… tememos lo nuevo… y “mejor malo conocido que bueno por conocer”…
Hace poco, leí en una canalización que “la Confianza es un don. ¿En qué consiste este don? Confiar es saber que cada quien recibe información, que cada quien puede ser el artífice de su propio propósito, que cada quien tiene el impulso necesario para auscultar verdades y para develarlas donde corresponda. Si cada quien observara con Certeza qué verdades se le develan, se abrirían las puertas y se descorrerían los velos de una manera mucho más afianzada”.
La confianza se expresa en el cuerpo en una musculatura eutónica, en una postura con gracia y potencia, en una respiración libre y amplia.  En la mente, en actitudes abiertas, innovadoras, creativas.  En el corazón, en una relación aceptante y amante con uno mismo y con los demás.  En la sociedad, en una actividad que manifieste el máximo potencial y servicio, en prosperidad y crecimiento.  En lo divino, en la entrega a Dios.    Inhalo a Dios y exhalo entregándome al Dios que Yo soy.
 http://abrazarlavida.com.ar/

UN DIA ME DIJE…



Un día me dije: “Si me es imposible cambiar al mundo, por lo menos puedo comenzar a cambiarlo”. Cualquier tarea, por inmensa, imposible que parezca, podemos comenzarla, aunque no creamos que algún día la terminaremos. Es imposible crear un árbol, pero se puede plantar una semilla. Otros seres, otros acontecimientos, se encargarán de hacerla crecer… La inmensa, al parecer insuperable montaña actual, es el dinero. La casi totalidad de los seres humanos, tienen como meta acumular un capital. Ya no es ni la filosofía, ni la religión, ni la política la que dirige nuestras vidas: es la industria.
Sumergidos en el terror económico, vivimos con miedo a perder, consumiendo y compitiendo, vendiéndonos, trabajando en lo que odiamos, creyendo que lo que produce muchos billetes es admirable. Las iglesias han convertido la Santa Trinidad en trillones, la medicina es comercio, los usureros endiosan a la bolsa, los banqueros blanquean el usufructo de los traficantes de drogas, los políticos son marionetas de los grupos económicos, la sociedad se basa en estafas legales, el dólar ha substituido a los valores espirituales. Nuestro atroz sistema monetario, por estar asesinando al planeta, debe ser cambiado.
No todas las actividades deben estar regidas por la ambición monetaria. Mi cucharita de porcelana es realizar trabajos de sanación en forma gratuita, por lo menos una vez a la semana. Los miércoles leo el Tarot gratis durante tres horas y doy consejos de psicomagia. Todos los días escribo para Plano sin fin -antiguo Plano Creativo- y Twitter, tratando de dar lo mejor de mí mismo, sembrando conciencia. Cuando realizo actividades pagadas, dedico un 10% para ayudar a quien o a lo que se sea. “Pequeños actos de bondad realizados bajo la indiferencia de un dios (de una sociedad) que no distingue el bien del mal ni la luz de su sombra.”
Alejandro Jodorowsky
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*** Aqui tenemos un claro ejemplo de como ha de ser el Despertar de la Conciencia y la responsabilidad que todos tenemos de llevar acabo los planes que el Padre tiene para nosotros, no basándonos en lo material, sino yendo más allá de cualquier forma materialista y apoyándonos los unos en los otros.
Para recoger una cosecha abundante, primero se ha de sembrar una buena semilla, después se ha de regar y cuidar esa semilla y así, entre todos, fructificará. Cada uno de nosotros puede aportar su pequeña semilla, de inmenso valor en si misma, en forma de ayuda desinteresada por los demás. Al igual que en una cadena de favores, yo te ayudo a ti, tu ayudas a otro más y ese otro ayuda a otro, así hasta que la rejilla de Amor Incondicional cubra nuestra amada Gaia. Hermanándonos sin distinción de razas, colores, religiones o ideas políticas. Aunándonos en la perfecta Unidad que somos y que nos acercará al UNO que juntos integramos.
Drisana.

DONDE EL CAMINO TE LLEVE




Escucho en ti, compañero de viaje, palabras de desaliento: “Estoy ya bastante cansado de tanta manipulación, indiferencia, falta de respeto... ¡No puedo con ello!”
Por lo que me cuentas..., nada nuevo bajo el cielo. Y sí, es triste comprobar cómo algunas personas invocando la espiritualidad y la buena fe de la gente se aprovechan de éstas. Ya deberíamos estar escarmentados de quienes ostentan la “patente”: iglesias institucionalizadas. Pero está claro que el problema no está solamente en instituciones ya caducas, sino y, sobre todo, en el ser humano, por eso no es atacando instituciones como se ataja el problema sino con un cambio profundo del ser. Y algunos no quieren cambiar y sí vivir de los demás, ya sea con beneficio económico y/o personal: se acaban convirtiendo en ególatras.
¿Cómo se puede amar a gente que sólo piensa en sí misma, que hace daño allá por donde va? Se les puede amar y ello no conlleva decir sí a sus propuestas egoístas, a entrar en su juego y ser un peón por el que no se siente nada más que ser un instrumento útil, que cuando no sirve se le echa sin más... ¡Vamos! Como cualquier multinacional capitalista...
La espiritualidad no es una empresa, es nuestra esencia, nuestras raíces y nuestro ser auténtico. Es triste ver cómo en el camino algunos juegan a ser dioses y no Dios. Pero, cada uno tenemos tiempo, el que deseemos, para saber, sentir, que olvidándose de uno mismo es como nos convertimos en Uno mismo.
Vayas donde vayas, estés con quien estés, comprobarás el cáncer que corroe a la humanidad y del que únicamente uno mismo tiene la cura.
Si una puerta se cierra, otra se abre. Si te rechazan, sigue tu camino... hasta que te conviertas en el mismo camino. Entonces verás más allá de las apariencias, llegarás hasta el espíritu ocultado en un rincón del ser, que tímidamente intenta dejarse ver y sentir un poco de calor. Es cuestión de apertura al amor incondicional. Ofrece tu calor donde el camino te lleve.